5. El Romanticismo en el Perú: Casi todos los escritores tratados con anterioridad a este tema,
de una u otra forma, pusieron algunas bases de la corriente romántica, como la exaltación de lo
popular como la manifestación del alma colectiva y la exaltación de un fuerte nacionalismo, que
es el que los lleva a una crítica de la sociedad, porque responde a los valores que ellos esperan.
El literato Augusto Tamayo consigna como anunciadores del romanticismo a Mariano Melgar,
Manuel Atanasio Fuentes y José Antonio Lavalle, aunque el caso de Melgar resulta demasiado
prematuro (1814).
Cronológicamente, se mueve entre 1840 y 1900, forzando los límites temporales ya que la
generación más comúnmente conocida como romántica tiene su mayor presencia entre 1840 y
1870, a lo sumo, como son los casos de Enrique Alvarado, Ricardo Palma (en su primera
etapa), Carlos Augusto Salaverry, Manuel Nicolás Corpancho, Arnaldo Márquez, Clemente
Althaus, Luis Benjamín Cisneros.
Es en la época de Castilla, donde el auge y establecimiento en la economía hacen del Perú un
país de “orden, paz y garantía” que va a permitir el desarrollo del romanticismo peruano y es en
la casa de Miguel del Carpio donde se reunirán un grupo de jóvenes intelectuales aficionados a
la poesía, allí se leía a Zorrilla, Espronceda, Bécquer, Byron, Víctor Hugo, Lamartine, es decir se
leía a los románticos europeos; estos jóvenes estaban unidos por una gran amistad y por una
misma actitud frente a la vida; allí tuvieron un lenguaje y estilos propios. Se ha señalado que
fueron dos los caudillos que condujeron a estos jóvenes románticos, uno fue Enrique Alvarado,
conductor ideológico, muerto prematuramente; y el otro fue Ricardo Palma, conductor
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