no reprimido, sino rechazado.
Esto no está demostrado. Tampoco es una hipótesis. Es
una articulación del problema. La primera etapa no es una eta-
pa que tengan que ubicar en algún momento en la génesis. No
niego, por supuesto, que lo que sucede a nivel de las primeras
articulaciones simbólicas, la aparición esencial del sujeto,
suscite preguntas, pero no se dejen fascinar por ese momento
genético. El niñito al que ven jugando a la desaparición y re-
torno de un objeto, ejercitándose así en la aprehensión del
símbolo, enmascara, si se dejan fascinar, el hecho de que el
símbolo ya está ahí, enorme, englobándolo por todas partes,
que el lenguaje existe, que llena las bibliotecas, las desborda,
rodea todas vuestras acciones, las guía, las suscita, los
compromete, puede en cualquier momento requerir que se
desplacen y llevarlos a no importa dónde. Ante el niño que se
está introduciendo en la dimensión simbólica olvidan todo
esto. Coloquémonos, entonces, a nivel de la existencia del
símbolo en cuanto tal, en tanto estamos sumergidos en él.
En la relación del sujeto con el símbolo, existe la posibili-
dad de una Verwerfung primitiva, a saber, que algo no sea
simbolizado, que se manifestará en lo real.
Es esencial introducir la categoría de lo real, es imposible
descuidarla en los textos freudianos. Le doy ese nombre en
tanto define un campo distinto al de lo simbólico. Sólo con
esto es posible esclarecer el fenómeno psicótico y su evolu-
ción.
A nivel de esa Bejahung, pura, primitiva, que puede o no
llevarse a cabo, se establece una primera dicotomía: aquello
que haya estado sometido a la Bejahung, a la simbolización
primitiva, sufrirá diversos destinos; lo afectado por la Ve-
rwerfung primitiva sufrirá otro.
Hoy voy a avanzar, y les alumbro el camino para que se-
pan adónde voy. No consideren mi exposición como una
construcción arbitraria, tampoco fruto simplemente de un so-
metimiento al texto de Freud, aún cuando eso fue exactamen-
te lo que leíamos en ese extraordinario texto de la Verneinung
119http://es.scribd.com/santoposmoderno que Hyppolite tuvo a bien comentar para nosotros hace dos
años. Si digo lo que digo, se debe a que es la única manera de
introducir rigor, coherencia y racionalidad, en lo que sucede
en las psicosis, y especialmente en aquella de que aquí se tra-
ta, la de presidente Schreber. Les mostraré luego las dificulta-
des que la comprensión del caso presenta, y la necesidad de
esta articulación inicial.
En el origen hay pues Bejahung, a saber, afirmación de lo
que es, o Verwerfung.
Obviamente, no basta con que el sujeto haya elegido en el
texto de lo que hay que decir, una parte, tan sólo una parte, re-
chazando lo demás, para que al menos con ésa las cosas enca-
jen bien. Siempre hay cosas que no encajan. Es algo evidente,
si no partimos de la idea que inspira a toda la psicología clási-
ca, académica, a saber, que los seres vivos son seres adapta-
dos, como suele decirse, ya que viven, y que por ende todo
debe encajar bien. Si piensan así no son psicoanalistas. Ser
psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante la evidencia
de que nada es más disparatado que la realidad humana. Si
creen tener un yo bien adaptado, razonable, que sabe navegar,
reconocer lo que debe y lo que no debe hacer, tener en cuenta
las realidades, sólo queda apartarlos de aquí. El psicoanálisis,
coincidiendo al respecto con la experiencia común, muestra
que no hay nada más necio que un destino humano, o sea, que
siempre somos embaucados. Aun cuando tenemos éxito en
algo que hacemos, precisamente no es eso lo que queríamos.
No hay nada más desencantado que quien supuestamente
alcanza su ensueño dorado, basta hablar tres minutos con él,
francamente, como quizá sólo lo permite el artificio del diván
psicoanalítico, para saber que, a fin de cuentas, el sueño es
precisamente la bagatela que le importa un bledo, y que ade-
más esta muy molesto por un montón de cosas. El análisis es
darse cuenta de esto, y tenerlo en cuenta.
Si por una suerte extraña atravesamos la vida encontrándo-
nos solamente con gente desdichada, no es accidental, no es
porque pudiese ser de otro modo. Uno piensa que la gente fe-
120http://es.scribd.com/santoposmoderno