ASIGNATURA:
ÉTICA FILOSÓFICA
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Si uno dijo que es de día y el otro dijo que es de noche, también habría oposición entre los expresado
por cada uno. El subjetivismo moral no tiene lógica.
Aparece como una manera de negar realidades y una no muy efectiva. Esta otra de las consecuencias
del subjetivismo moral entiende como norma moral a cualquiera que sea el gusto personal en un cierto
momento.
Subjetivismo y moral
Será el sujeto también el elemento fundamental a la hora de formar valores, principios, definiciones o
verdades. Cosas que jamás serán absolutas pues dependerán no de sí mismas sino del sujeto que las
forma -de su individualidad y de su psique-.
Así, cosas como la moralidad, se formará por la acción subjetiva. Ahora bien, eso no significa que cada
individuo cree una moral particular y tenga la total libertad de aplicarla particularmente -eso solo sería
posible en el extremo caso de alguien completamente aislado-, porque la convivencia y la interacción
social lo impiden. La moral sería y será subjetiva dentro del subjetivismo porque surgirá de las reglas
establecidas para garantizar la convivencia en sociedad, la convivencia e interacción del grupo -sea una
sociedad compleja o una pequeña comunidad-, por lo cual se establece por consenso, consenso que
se reflejará en lo que se considerará la “costumbre” -que será las reglas de comportamiento
tácitamente admitidas- y que, a su vez, derivará en instrumentos más complejos como son las leyes.
La moralidad, así, sería social y subjetiva, creada por el acuerdo o convención que forma la costumbre
-de hecho, la palabra “moral” viene del latín “moralis” que, a su vez, deriva del latín “mores” o “mos”
que significa “costumbre”-. Es decir, devendría en una creación humana y no externa a ningún agente
no humano -sea una deidad, sea la naturaleza o sea cualquier otra cosa ajena a la humanidad-.
Subjetivismo ético o moral
Solo una variante moral solipsista del subjetivismo podría hacer depender las actitudes morales
estrictamente e individualmente de cada sujeto, negando las interacciones producidas por la
convivencia en sociedad en la generación de una moral particular -e incluso individual-.
Tal variante postulará que cosas como el “mal” o el “bien” lo define de manera individual cada sujeto
-como si fuese inmune al entorno que le rodea-, ese sujeto, con independencia incluso de la costumbre
o de la moral social dentro de la que viva, decidirá lo que es “bueno” o “malo” a partir de sus
consideraciones sinceras al respecto. Por lo cual solo tendrá para él validez moral las mismas y, por lo
cual, solo será él quién genere patrones morales que, además, dado que son asumidos sinceramente,
no estarán equivocados para el sujeto generador de los mismos.
Esto se refleja en filosofía en el llamado subjetivismo ético, a veces también llamado subjetivismo
moral, que no debe confundirse con una moral subjetivista o subjetiva, dado que el. subjetivismo ético
o moral hace depender a ésta de criterios o valores puramente personales, mientras que una moral
subjetivista solo la hace depender de criterios subjetivos, que perfectamente pueden ser sociales o
grupales, no necesariamente individuales. David Hume será el filósofo que represente el comienzo
serio de la formulación de esta postura, si bien él no la asumirá plenamente como idea subjetiva, al
menos no un estricto individualismo solipsista.