Se define el tabaquismo como la adicción crónica al tabaco con graves consecuencias
para la salud, por el componente activo llamado nicotina, que es un alcaloide
venenoso en altas dosis; y en pequeñas, resulta una sustancia estimulante del
sistema nervioso central. Un solo cigarrillo provoca trastornos en el organismo
fácilmente identificables, como tos o manchas en los dientes, y como calma la
ansiedad y da una sensación gratificante, es probable que el primer cigarrillo sea el
comienzo de otros muchos. Un fumador se transforma en adicto y padece
tabaquismo, cuando ya no puede controlar su consumo, y siente la necesidad
imperiosa de fumar no pudiendo abstenerse. La adicción se adquiere muy
fácilmente.
La forma más común de consumir tabaco es a través de cigarrillos o cigarros, donde
una hoja de tabaco o de papel cilíndrica, es rellenada con tabaco picado y seco, al
que se le coloca un filtro, y algunas otras sustancias, que lo hacen aún más perjudicial
para la salud.
Los cigarrillos se encienden en uno de sus extremos, mientras el otro es introducido
en la boca del fumador, quien al inhalar el humo hace que penetre en sus pulmones,
dañándolos, y provocando en gran cantidad de casos, cáncer pulmonar, de boca, de
faringe, además de otras enfermedades respiratorias y problemas cardíacos, siendo
muy peligroso para el feto cuando la madre embarazada fuma, ya que puede
ocasionarle problemas cardíacos, pulmonares, nutricionales y en su sistema
nervioso.
A pesar de su nocividad su consumo es legal, pues mueve una gran industria, y no
solo afecta al fumador, sino a los que los rodean, que se transforman en fumadores
o víctimas pasivas de sus