Producción de sulfato de talio : es una sal incolora e insípida que se puede disolver en agua, muy tóxica y que en el pasado se utilizaba como insecticida o rodenticida. Sin embargo, el principal uso del sulfato de talio no es ése: se trata de un veneno que tarda más o menos una semana en hacer efecto. Desde 1972 está prohibido en todo el mundo exceptuando algunos países del Tercer Mundo y de Oriente Medio como Irak, donde se emplea para eliminar a aquéllos que se oponen al régimen o para acabar con sabandijas y otras criaturas. Sus síntomas se confunden con los de enfermedades como la encefalitis, la epilepsia y la neuritis, y al entrar en el cuerpo, éste daña a los músculos, a la piel y a las enzimas activadas por potasio en el cerebro. Algunos de sus efectos son: dolores estomacales, temblores, parálisis, cambios en el comportamiento, cansancio, dolores de cabeza, depresiones, pérdida del apetito, dolor de piernas, pérdida del pelo, problemas de la vista, dolor de articulaciones… Para un adulto, menos de un cuarto de cucharilla es suficiente para sufrir una intoxicación que produzca la muerte y, sin embargo, se suministraban dosis de 500 mg (más o menos la mitad) a los enfermos de tiña. Según la descripción de estos efectos, se sospecha que el talio podría ser carcinógeno para los humanos. Además, otros mamíferos, como los conejos, también son susceptibles a dichos efectos.