Emmanuel Lévinas filosofo emmanuel siglo xx

camilobello15 23 views 24 slides Jun 06, 2024
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Emmanuel Lévinas Lic. Camilo Bello

Nace en Kaunas, 1905 – Muere en París, 1996 Filósofo lituano de origen judío, naturalizado francés en 1930. Realizó sus primeros estudios de filosofía en Estrasburgo. En 1928 se trasladó a Friburgo, donde descubrió la fenomenología de Husserl y el pensamiento de Heidegger. En 1973 fue nombrado profesor honorario de la Sorbona.

“En totalidad e infinito” (1961), Emmanuel Lévinas (1906-1995), piensa al gran ausente de la tradición filosófica occidental: El otro Pero ¿quién es el otro?, ¿lo puedo conocer? o ¿en el momento en que lo abordo, lo pierdo?

Tarzán (1999)

Filósofo de la otredad Lévinas es el filósofo de la otredad, su tema es “el otro”. Otredad es un neologismo, una palabra inventada en la filosofía que surge de concepto de “El Otro”. A Lévinas le interesa, por sobre todo ese tema; entender nuestra relación con nuestros otros . La palabra otro, es una palabra que parece que la manejamos todo el tiempo, y que si yo les dijese a ustedes: “¿Saben, cuando digo “el otro” de quién estoy hablando? O ¿Qué estoy diciendo cuando pienso y expreso la palabra otredad? Parecería que todos sabemos de lo que estamos hablando. Pero, cuando les pregunto: “ defínanme qué es otro ”, se vuelve más complejo, porque son esos términos que por ser tan abstractos y tan abarcadores; sin embargo, se vuelve mucho más difícil poder expresarlos.

¿Quién es el otro? Todo lo que me excede a mí. Si tomamos como parámetro a nuestro yo, el otro es todo lo que nos excede. Hay diferentes maneras de encontrar la relación que yo tengo con el otro. Por ejemplo: Un vinculo afectivo, un hijo, un padre, un hermano, una pareja, etc. Pero también, para un guatemalteco un colombiano es un otro. Y al mismo tiempo, para un guatemalteco un huehueteco es un otro.

Las otredades se van estableciendo siempre a través de lo que es diferente. Estoy pensando siempre lo diferente a mi, y la gran pregunta que va atravesar toda la obra de Lévinas es cómo me relaciono con ese otro. Porque en general la relación con ese otro es siempre conflictiva. Hay conflicto con el otro porque me cuesta comprenderlo, me cuesta aceptar la diferencia del otro. Y es mucho más complejo, incluso, porque hasta cuando lo comprendo al otro, muchas veces en ese acto en el que lo termino de comprender, en el que quiero entenderlo, también de algún modo, lo estoy obligando, al otro, a que deje de ser quien es y encaje en lo que yo necesito que el otro sea. ¡Algo que pasa todo el tiempo!

EL EMPLEO - THE EMPLOYMENT (2008)

¿Cómo me relaciono con el otro? En la relación de los padres con los hijos es muy notable. El padre, en general, quiere que el hijo sea lo que el padre supone como modelos de realización personal. Es muy difícil que un padre a un hijo le diga: “ Hijo has lo que quieras ”. Entonces, a la filosofía cuando entiende estas complejidades y estas paradojas, decide definir al otro de un modo muy particular , el otro es un otro porque no me cierra . No tengo manera ni siquiera de definirlo con palabras, por eso lo pongo en ese lugar de tanta alteridad. Levinas dice: “ de una alteridad irreductible ”. O sea, es tan otro que es imposible que yo lo asimile, que yo tenga vinculo.

La paradoja de la otredad La paradoja de la otredad, así aparece denomina en estos textos filosóficos; o sea, esta relación con el otro se vuelve paradójica, ¿por qué? Porque cuanto más quiero yo comprender al otro, más le quito su otredad, más le quito su diferencia. Pensemos en un vinculo amoroso: Cuando somos novios, en realidad estamos más pendientes de que nuestra pareja encaje en el modelo ideal que uno tiene de la pareja, que lo que la pareja, el otro, trae con su singularidad.

Entonces, ¿cuál es la paradoja? La paradoja es que si logro vincularme con el otro, es acosta de que el otro pierda parte de su singularidad. O sea, me vinculo con el otro, pero ya no es un otro.

Las dos fuentes de Lévinas Lévinas es un pensador muy especial, nace en el año 1906, en Kaunas, Lituania y vive una experiencia muy particular, que es la experiencia de la segunda guerra mundial. Él se muda a Francia a estudiar y en Francia lo que le sucede es que lo agarra la guerra, y en la guerra lo atrapan porque era de familia judía. Termina en los campos de concentración. La experiencia de los campos de concentración a Lévinas le cambia la cabeza. Queda como “traumado” en un sentido filosófico, en que después todo lo que va a explicar y trabajar, tiene que ver con eso. Emmanuel Lévinas Y Jacques Derrida

Filosofía atravesada por su cautiverio en los campos de concentración nazis Si hay un lugar de supresión de la otredad es en los campos de concentración y exterminio. Lévinas , por un lado, es un pensador profundamente ligado a la filosofía griega (estudia todos los pensadores típicos de la filosofía), pero por otro lado, por su origen judío, tiene una importante lectura, sobre todo de la biblia.

Filosofía griega y tradición judía A él le molestaba mucho que lo confundieran y le dijeran que no era un filosofo, que era más un hombre de a religión. Eso le molestaba porque era como que le degradaba su profesión filosófica entonces, llegó a publicar sus libros en dos editoriales distintas: Una editorial que trabaja más libros filosóficos Y otra editorial que trabaja más libros religiosos Como para no caer en este cuestionamiento.

Totalidad e infinito Totalidad es una palabra que remite a algo que es un todo completamente cerrado. Cuando algo está tan cerrado sobre sí mismo, no hay lugar a algo que sea diferente, algo que transgreda y que rompa. La palabra totalidad del titulo, a lo que refiere, es a que cada uno cree que sus propia verdad, sus propias ideas son las únicas, las totalizamos . O solemos creer que primero está lo nuestro y después está lo del otro, pero se totaliza así mismo. Totalidad: porque uno hace de sí mismo totalidad, el todo; y se darán cuenta que si uno hace de sí mismo el todo, el resto sobra, es resto, está excluido.

Ahora, a ese resto, Levinas lo llama “Infinito”, ¿por qué?, ¿de dónde viene la palabra infinito? Es un dialogo con la filosofía previa a él, sobre todo con un pensador francés, llamado Rene Descartes (1596-1650) que había, en un libro llamado las “ Meditaciones metafísicas ” (1641), había pensado la idea de infinito como la idea que siempre me desborda. Infinito (Descartes): Hay en nosotros la presencia de algo que no es propio, el infinito. Todos podemos pensar el infinito y, sin embargo, siendo nosotros seres finitos, está claro que si nosotros podemos pensar el infinito, no pudimos ser nosotros la causa de ese pensamiento. La idea de infinito es una idea que desborda nuestra finitud. ¡Que extraña parado poder pensar el infinito siendo finitos! El infinito para Descartes es el Otro

Yo puedo hacerme la idea de quién soy yo, de mi propia mismidad, y sin embargo, siempre hay un “otro” que irrumpe y me exige, me saca de mi mismo. Por eso mi reacción inmediata , cuando viene el otro con sus diferencias, es tratar de domesticarlo, tratar de hacerlo encajar de lo que a mí previamente me cierra. A veces se logra, pero a veces no. El otro, para Lévinas , tiene que ser como otredad, un absolutamente otro, radicalmente otro, para no terminar siendo el otro que yo termino de construir. ¿Cómo suponen ustedes que se los visualiza a ustedes como un otro?, ¿son consientes de cuál es el preconcepto que hay ante ustedes como un otro?

La metáfora del rostro Lévinas lo que dice es que el rostro es algo que cuando se nos acerca, se expone ante mí el rostro del otro en una cercanía que, sin embargo, termina de ser inalcanzable. Nada es más cercano a mí que el rostro del otro; sin embargo, aunque cercano está radicalmente lejos porque yo nunca puedo terminar de asimilar ni de incorporar el rostro del otro que marca una diferencia y arca la singularidad del otro frente a mí. Ese rostro genera en mí la sensación de que al mismo tiempo es algo parecido a mi, pero diferente.

No es simplemente una figura hecha con ojos, nariz y boca. Hay alguien detrás del rostro y no me alcanzan las definiciones del diccionario para caracterizarlo. En el rostro hay la presencia de lo que me excede y ese rostro aparte, pide, ese rostro solicita. Dice Lévinas que las figuras que mejor caracterizan a la otredad, son la figura de la debilidad, unas figuras que trae de la biblia (la sociedad judía primitiva):

La Viuda – El Huérfano – El Extranjero Tres figuras en las que faltaba el sostén. A la viuda le faltaba el sostén del esposo que en ese momento era una sociedad que el hombre, de algún modo, era el administrador y era el sostén de la familia. Al huérfano le faltaba el padre. Al extranjero , tal vez la figura más emblemática, le faltaba el sostén de su patria, pero a parte, la palabra extranjero es una palabra que excede una nacionalidad, el extranjero es el extraño, el que no es parte de lo común, el que no es parte de lo que todo el mundo hace. El otro es siempre un extranjero. Por eso, para Lévinas , el otro siempre es débil.

El que nomina al otro ejerce un poder Es débil porque yo decido que el otro sea un otro; o sea, el que nomina, el que le pone el nombre al otro como otro, ejerce un poder. Por eso el otro siempre es débil y si es débil, dice Lévinas , tengo una responsabilidad infinita. Frente al débil tengo dos opciones: Lo destruyo Lo libero Uno decide si es más importante uno o el otro. Si hay una prioridad del otro, estoy ejerciendo una responsabilidad infinita con la debilidad de ese otro.

Hospitalidad ¿Qué pasa cuando uno se abre a la otredad? Viene lo más complejo. Pensemos una situación: Estamos en la casa y llega alguien de afuera y toca la puerta de mi casa y me dice: “hola, soy e otro”. Cuando alguien viene de fuera y toca la puerta de mi casa se genera un dilema ético, más si el que toca la puerta, viene a pedir y molesta: Lo atiendo (no hay otredad) No lo atiendo (si hay un otro)

La hospitalidad es una palabra que supone estar siempre abierto a lo que el otro necesita. En la antigüedad, por ejemplo, la hospitalidad decía que el otro siempre tiene prioridad frente a la comida. En la antiguad, en el desierto, no había casas, habían tiendas, y en las tiendas no hay puertas, la puerta es toda una metáfora del encerramiento de uno en lo propio contra la necesidad del otro. La otra metáfora, es la de “ La Caricia ”.

Conclusión Tal vez con estas pequeñas cosas podemos tener una relación con la otredad diferente y más que terminar de comprender al otro, que es siempre una manera de “ desotrarlo ”, poder entender que cuando el otro irrumpe, la mejor manera de encuentro es poder salirme de mi mismo para que el otro con su necesidad, sea siempre prioritario.
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