ENSAYO SOBRE LAS CORRIENTES
EPISTEMOLÓGICAS
El problema relativo al conocimiento ha sido abordado por la casi
totalidad de los filósofos desde épocas antiguas, sin embargo, los griegos
fueron los primeros en otorgarle el sentido que le damos actualmente como
teoría o disciplina, aunque muchas veces aunada a la explicación
ontológica, esto es, relativa al ser y a su realidad.
Una creciente diversidad de enfoques intentan definir en qué
consiste dicho conocimiento, ciencia o saber, sus tipos, estructura, y
fundamentos; la posibilidad de alcanzar o aprehender el objeto; si dicho
conocimiento es real per se o si se trata de una construcción subjetiva o
relativa, entre otras cuestiones.
Podemos abordar el tema del conocimiento desde la perspectiva de
su origen (apriorismo, empirismo, racionalismo, intelectualismo), su
posibilidad (dogmatismo, escepticismo, criticismo) , su utilidad
(pragmatismo), y su esencia, bien sea pre-metafísica (objetivismo,
subjetivismo, relativismo), metafísica u ontológica (realismo, idealismo,
fenomenalismo), o teológica (monismo-panteísmo, dualismo-teísmo).
El apriorismo señala la presencia de datos innatos previos a toda
experiencia, desde la cual se complementan, teniendo los primeros la
preeminencia. Las ideas inherentes son inmensurables, necesarias,
eternas, por contraposición a las verdades alcanzadas por los sentidos, las
cuales son tangibles, cambiantes, dependientes o contingentes; en una
palabra, imperfectas. Lo a priori se corresponde con lo real, la captación
directa, sin intermediación alguna, de las verdades, de las causas y de sus
consecuencias, realizada por la intuición. La razón fundamenta tales
verdades necesarias y universales.
Para el empirismo gnoseológico todo conocimiento es adquirido a
través de los sentidos, por tanto, su naturaleza y validez derivan siempre
de la experiencia. Las percepciones, sensaciones e ideas se enlazan con las
“reflexiones” internas para desarrollar categorías de lo universal. Es bien