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El señor Tadeo explico que lo esencial en una familia son los conyugues, es decir,
cuando se cultiva el amor incondicional en el matrimonio, a los niños les va bien aunque
no se hagan grandes esfuerzos para educarlos.
Lo que el director Tadeo explica es que no hay que descuidar a la pareja por atender a
los hijos, ya que si se hace es muy probable que este matrimonio fracase. El punto de
vista del director Tadeo era este y el decía: “cuida tu pareja y amala más que a ninguna
otra persona”.
Una señora no estaba de acuerdo y comenzó a discutir con el señor Tadeo, porque era
algo ilógico que descuidara a sus hijos por atender a su marido. Entonces el señor
Tadeo le respondió: los hombres les son infieles a sus esposas por la falta de cariño,
atención y comprensión, rara vez un hombre deja a su mujer y se va en busca de sexo”.
La señora comenzó hablar mal de su marido y el director Tadeo le dijo: “pobre tonta,
tiene lo que se merece”. La señora se molestó y comenzó a agredirlo a palabras,
entonces el señor Tadeo se controló y siguió adelante con la conferencia.
Explico que en la familia debe cultivarse el amor incondicional comenzando por la
pareja.
Explico que existen tres niveles de amor. El primero es el más corriente y elemental, se
le denomina "amor si...": te amo SÍ eres bueno, si te portas bien conmigo, si cumples
mis exigencias, si haces lo que me agrada, etc. El segundo nivel, al que más
comúnmente se llega, es el llamado "amor porque...": te amo porque tienes buenos
sentimientos, porque te esfuerzas, porque has obtenido notas aceptables, porque eres
honrado, etcétera. Pero ninguna de estas dos formas de amar es verdadera.
Ambas están basadas en condiciones, y las condiciones emanan un mensaje muy claro
que es: "debes ganarte mi cariño con actitudes que me satisfagan, no olvides nunca
que te querré más mientras más te parezcas a mí..." Eso no es amor sino un
intercambio egoísta en el que siempre queremos salir ganando. El único y verdadero
amor es el del tercer nivel y que debe practicarse entre los miembros de una familia, es
decir: “te amo a pesar de tus errores y tus carencias”. Con esto no se justifica un mal,
sino que a pesar de eso amamos a la persona que lo cometió.
Dice que con los hijos hay que aplicar la inteligencia para demostrarles amor y a la vez
dejarlos sufrir por sus malos actos; jamás consentirlos o evitarles las experiencias
amargas porque eso sería aplicar tontamente el amor que les tenemos. Los muchachos
deben saber que desaprobamos sus faltas, pero que los queremos a pesar de sus
tropiezos.
Después de que el director Tadeo termino de explicar la ley del amor incondicional,
Gerardo se dirigió a su casa a ver si entendía algo de lo que pasaba. Entro por una
ventana rota por la cual siempre entraba cuando llegaba tarde y no quería despertar a
sus padres.