La sociología, es una ciencia cuyo término fue utilizado por primera vez
por Augusto Comte en 1839, presentándola como “la más compleja de todas
las ciencias” (Comte, 1939). Podría afirmarse que efectivamente así es
usando como referencia la misma comparación de Comte: A diferencia de la
química, la física y la biología, que estudian cuerpos, su funcionamiento y
sus relaciones, la sociología estudia el comportamiento de la sociedad, y de
cada uno de los individuos que la integran. El ser humano, tan complejo en
su estructura de pensamiento, y siendo tan diverso, le da gran trabajo a la
Sociología de explicar y de desenmascarar sus intenciones.
Es posible comprender entonces que la Sociología es una ciencia porque
tiene características que la definen a sí misma como tal y establece sus
parámetros de aplicación, al ser empírica, que se basa en la observación, no-
ética, es decir, que no juzga los hechos, al ser acumulativa, que reúne todas
las experiencias y va generando teorías a partir de otras, mejorando las
anteriores, y que es un modo de conciencia porque busca desentrañar lo que
está oculto entre lo fácilmente visible del comportamiento social.
A partir de todos los hechos históricos que marcaron hito en la historia de
la humanidad entonces fue posible comprobar, primeramente, el carácter
evolutivo y acumulativo de la sociología, donde a través de cada uno de
estos hechos históricos se ha rehecho sobre sí misma y ha generado nuevos
conceptos que permiten marcar nuevas pautas de estudio para la sociedad,
con base a las mutaciones de la sociedad en sí misma, y en segundo lugar
es posible comprobar también, que efectivamente, la historia y la filosofía son
hermanas de la sociología. Esto, porque permite comparar la ciencia práctica
y realista, que es la Sociología, que aporta los hechos reales y las
explicaciones adaptadas a esa realidad, con los hechos establecidos en la
historia, para establecer las relaciones evolutivas (historia) y por último,