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La Existencia de Dios
María Fernández Boza
Buscando en el diccionario la palabra Dios, ésta implica la idea de luz y
luminosidad. Usualmente por Dios, se entiende, con menor o mayor precisión, según la
cultura de quien emplea la palabra, “el ser óptimo”, el que ha creado el universo. Sin
embargo, también en el diccionario “el existir”, aplicado a Dios, se refiere, por
supuesto, a un existir real objetivo, no a una mera realidad de conciencia o de
imaginación.
Respecto a mí, la existencia de Dios se debate entre las dudas que me
presentan mi educación religiosa y la negación de creer en algo que no pueda
demostrar ni palpar.
A menudo se ha dicho que no se puede demostrar una inexistencia, pero
pienso que tampoco hay pruebas para demostrar que Dios existe. Analizando la
realidad del día a día, puedo observar que hay personas que afirman que Dios sí
interviene en asuntos humanos, por ejemplo, respondiendo a plegarias o concediendo
milagros al mundo. Pero tengo que decir, que cuando hablamos de “milagro”, en mi
opinión, estamos admitiendo nuestra ignorancia, es decir, en realidad no sabemos si
sucedió o no dicho hecho o acontecimiento, porque no contamos con todos los datos,
ya que nuestros sentidos no son perfectos o porque los conocimientos científicos son
incompletos. Debido a esto, hay personas que recurren a la intervención divina, a lo
desconocido, a lo inexplicable, a la “fe”, como explicación para dejarlos tranquilos a
ellos mismos.
Por eso me planteo: ¿Puedo creer en algo sin saber lo que es?; personalmente,
hoy en día y con la información de la que disponemos a través de la ciencia, la
investigación, el estudio...es muy difícil creer en el algo sin saber lo que es, a eso se le
llama fe, y como la fe es un "don divino" parece ser, que a mí no me ha tocado
recibirlo; por tanto para mí, es imposible creer en algo tan inconcreto. Posiblemente se
me dirá que hay muchas cosas en esta vida que no sabemos lo que son y por qué se
manifiestan, como por ejemplo el amor, pero sin embargo, el amor me hace sentir
querida, respetada y protegida, por lo que creo en él con “fe”; he aquí, la gran
pregunta: ¿existe por tanto la fe?.
La existencia de Dios seria para mí creer en ella sin más y eso me cuesta mucho
trabajo, porque como he demostrado anteriormente en mi explicación yo misma me
contradigo. Por este motivo, me siento obligada a respetar a las personas que tienen
fe y creen en un dios, por la sencilla razón que yo creo en el amor. Por tanto: