INTRODUCCIÓN
Las soluciones teológicas nacen del conocimiento que representa
la relación entre un sujeto y un objeto. Así que el verdadero problema del
conocimiento consiste en discernir la relación entre el sujeto y el objeto,
dando como resultado estas soluciones: La solución humanista
y panteísta y la solución dualista y teísta
DESARROLLO
Soluciones teológicas
Al resolver el problema del sujeto y del objeto, se parte de lo
absoluto, considerado como trascendente e inmanente, llegando
así, a una solución monista y panteísta, o a una, dualista y teísta.
Solución monista panteísta: El pensamiento y el ser, el
sujeto y el objeto, y la conciencia y las cosas, son una unidad, son
dos aspectos de una misma realidad.
En esta solución nos encontramos con dos pensamientos
diferentes, el de Spinoza que considera dos reinos: el pensamiento
y la extensión; y el de Schelling, que considera uno solo: la unidad
del sujeto y el objeto.
Spinoza, en su idea de la sustancia, menciona el
pensamiento, que representa el mundo material, y la extensión, el
mundo ideal. Sostiene que el sujeto y el objeto tienen que
concordar plena y necesariamente. Schelling, por su parte, afirma
en su filosofía de la identidad que lo absoluto es la unidad de la
naturaleza, y el espíritu, del objeto y el sujeto. Si estos dos son
idénticos, ya no existe el problema del sujeto y del objeto; a este
punto, Schelling, afirma que a lo absoluto no se puede aplicar un
carácter científico.
Solución dualista y teísta: Se ubica la solución del problema
del conocimiento en la Divinidad como origen común del sujeto y el
objeto.
El dualismo empírico del sujeto y el objeto tiene por base,
uno metafísico, existiendo así una diversidad entre el pensamiento
y el ser, y la conciencia y la realidad, que finalmente llegarán a un
último principio común hallado en la Divinidad, que es la fuente de
la idealidad y la realidad.
Esta solución, afirma que Dios ha coordinado el reino ideal
y el real, hasta el punto que ambos concuerdan; existe así una
armonía entre el pensamiento y el ser. Descartes y Leibniz, se
ubican en el terreno del Teísmo, afirmando que la conexión y el