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La escolástica inicial o temprana se desarrolló entre los siglos IX y XII. Este período
fue escenario del renacimiento carolingio y del florecimiento del pensamiento de
Agustín de Hipona.
Algunos de sus teólogos y filósofos más importantes fueron Anselmo de Canterbury
(1033-1109), considerado el primer escolástico oficial, Pedro Abelardo (1079-1142),
creador del método de la quaestio (pregunta escolástica), y Bernardo y Thierry de
Chartres (1070-1130 y .-1155), renovadores de la Escuela de Chartres.
Alta escolástica
La alta escolástica se caracterizó por el reingreso a Occidente de los textos
aristotélicos. Estos habían migrado a Oriente, donde fueron estudiados y traducidos
por pensadores como Averroes (1126-1198) y Avicena (980-1037). Reflejo de esta
época son el pensamiento agustino, por parte de la orden franciscana, y el tomista, por
parte de los dominicos.
Mientras los dominicos, de la mano de Tomás de Aquino, trabajaron con el
pensamiento aristotélico, los franciscanos se vieron influenciados por la corriente
neoplatónica incorporada por Agustín de Hipona.
Principios de la escolástica
Los principios fundamentales de la filosofía escolástica eran el ordenamiento y
conciliación de las grandes preguntas trascendentales heredadas de la antigüedad
grecorromana, vigentes en los tiempos del Imperio Romano, en búsqueda de una
conciliación con los preceptos de la Iglesia Cristiana Ortodoxa.
Esto, en principio, significaba tomar los métodos aristotélicos y aplicarlos al nuevo
imaginario religioso que el cristianismo impuso en Occidente.
La escolástica cultivó, por ejemplo, el silogismo aristotélico, entre otras ideas
provenientes de textos heredados. Por otro lado, el empirismo y la exploración directa
de la realidad no fueron vertientes favorecidas en su filosofía.
Etapas de la escolástica
La evolución de la escolástica se compone de tres etapas, reconocibles a partir de la
manera de entender la dialéctica entre razón y fe, entre los siglos XI y XV, en el período
centralista del poder papal, época de las cruzadas y el resurgimiento de las ciudades.
El debate en torno a la razón y la fe pasa de sus etapas de identificación inicial (cuando
eran una sola cosa) a una segunda fase en que fe y razón tienen una zona común.
Este fue el preludio a la separación que vendrá después entre razón y fe
(filosofía y teología). Este proceso se compone de tres etapas organizadas en torno a
distintos problemas.
• La cuestión de los universales. Entre el siglo IX y el siglo XII, la pregunta por
los universales (figuras teóricas similares a las ideas platónicas) dio un debate