Escucha am Cuerpo
de divertirse, igual que el ser humano también posee su propia
forma de expresar la alegría y el amor.
Lo más importante es que tomes conciencia de tu miedo
con el fin de poder definir si es real o no. Si cuando experimen-
tas este miedo tu cuerpo corre un verdadero peligro, es muy
humano que en esos momentos sientas un cierto temor. Tu cuer-
po sabe exactamente qué cantidad de adrenalina debe propor-
cionarte para que puedas hacer frente a esa situación.
En este mundo existen muchísimos más miedos irreales
que reales,
Retrocede unos meses en tu vida. Durante estos tres últi-
mos meses, ¿cuántas veces has experimentado un miedo real, un
miedo en el que tu vida corriese verdaderamente algún peligro?
Los demás miedos proceden tan sólo del pensamiento.
Cuando un miedo suele repetirse constantemente, es porque nos
fue inculcado por nuestros padres desde la infancia y, a veces,
incluso antes del nacimiento. El niño recibe y acepta la noción
del miedo debido a la sobreprotecciôn de sus padres (miedo a
que el bebé pueda caerse, a que coja fifo, a que se ponga enfer-
mo, ete). Creen que tener miedo es un comportamiento normal
en el ser humano, pero no es normal, sino más bien habitual.
Como ya he mencionado, a través de sus pensamientos el ser
humane forma una imagen en el mundo invisible a la que
podríamos denominar «elemental». Cuanta más energía le pro-
porcione a este elemental, más lo alimentará y, con el tiempo,
podrá incluso llegar a materializarlo y a convenirlo en realidad
en del mundo visible
Seguramente, esto te ayudará a comprender que si una per-
sona tiene miedo de que le roben, al final le robarán y si tiene
miedo de que la violen, terminará por ser violada. Todo se con-
creta de forma inconsciente.
Cuanto nés miedo tenemos, más lo materializamos. Sin
duda, el hecho de ser más conscientes de nuestros miedos nos
a
Los miedos. Las culpabilidades
ayudaría a liberarnos de ellos, pero esta tarca es mucho más difí-
cil cuando se trata de un miedo inconsciente. Aprendiendo a ser
más conscientes, practicando el amor y la toma de conciencia,
algunos de estos miedos inconscientes asomarán a la superficie.
Aprenduiendo a reconocerlos, podrás llegar a dominarlos mejor.
Otro ejemplo: de pequeño, tus padres te dejaron durante
un mes en un lugar desconocido para ti. Pensaste que tus padres
te rechazaban y que, quizá, no los volverfas a ver. A esa edad,
decidiste que el rechazo era algo intolerable, algo realmente difí-
cil de soportar y, a partir de ese momento, empezaste a sentir un
gran temor hacia él, Sientes tanto miedo hacia el rechazo que lo
provocas constantemente. Cuando te acercas a personas que te
resultan muy queridas, inconscientemente, provocas una serie
de situaciones que hacen que terminen por rechazarte.
El niño que tiene miedo al rechazo, acaba siendo rechaza-
do cn el colegio, en casa y, más tarde, incluso por su pareja. La
decisión adoptada durante su infancia le afectará hasta el
momento en que consiga llegar a descubrirla y sea capaz de
dominarla. Los miedos son tan sutiles que engendran nuevos
miedos, los cuales se van infiltrando gradualmente en la perso-
ina hasta convertirse en fobias.
Hay una gran variedad de miedos: el miedo a la oscuridad,
al agua, a los túneles, a los puentes, a los ascensores, a sentirse.
encerrado, a avergonzarse en público, a engordar, a la falta de
dinero, a los animales, al tráfico, a las alturas, a los microbios, a
las grandes aglomeraciones, a la muerte, a las enfermedades, a
los accidentes, al fuego, a los aviones, a las inyecciones. etc, etc.
Pero existen aún otros miedos mucho más sutiles: el miedo
a no estar ala altura de una situación, a que los demás se rían de
nosotros, a no ser aceptados, al rechazo y a la humillación, a las
eríticas, a las acusaciones, a herir a los demas, etcétera, ¿Te das
cuenta del enorme poder que puede llegar a ejercer el miedo
sobre el ser humano?
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