Lucien Febvre.
Fundador, junto
con Marc Bloch, de la escuela
de los
Annales,
de gran impor
tancia en la historiografía del
siglo xx. En la década de 1930
e inicios de la de 1940 publi
có numerosos títulos, pero la
Segunda Guerra Mundial inte
rrumpió su trabajo y acabó
con la vida de su colega Bloch.
Febvre dirigió escuela y revis
ta en la posguerra. Fernand
Braudel fue su mejor discípulo
y continuador.
Escuela de los
Annales
Un
anal
es una publicación periódica en la que se reco
gen noticias y artículos sobre un campo concreto de la
cultura, la ciencia o la técnica. En el caso de la historia,
la escuela de los
Annales
es la que se formó en Francia en
1929, en tomo a la revista
Annales de historia económica y
social
, fundada por Lucien Febvre (1878-1956) y Marc
Bloch (1886-1944).
Primera generación.
En 1929, Francia, y en general la
mayoría de las naciones de Europa, estaban inmer
sas aún en las consecuencias de la Primera Guerra
Mundial y vivían por adelantado la crisis económica
mundial. Solamente los gobiernos totalitarios de Mus-
solini en Italia y de Stalin en la
URSS
parecían tener la
receta idónea para organizar a las masas empobrecidas.
Era necesario un nuevo esquema para comprender al
mundo -donde los conceptos de progreso, libertad,
igualdad y fraternidad eran un mito- y el positivismo
no tenía respuestas para el desencanto y la decepción
existente. En ese marco, los historiadores de la escuela
de los
Annales
desempeñaron un papel interesante al
manifestar un claro compromiso social, usar el materia
lismo histórico, sin ser una escuela mandsta, y proponer,
en voz de Lucien Febvre, una “historia problema”.
Uno de los primeros análisis que esta escuela realizó
fue el del Estado surgido a mediados del siglo xvm;
Estado que se suponía era capaz de generar bienestar,
seguridad social y equilibrio para toda la sociedad. Al
llevarlo a cabo se introdujo en los análisis históricos
a las mayorías, a las colectividades que “nunca habían
tenido historia”. Títulos como
El problema de la incredulidad en el siglo xvi: la religión de
Rabelais
(1942), de Lucien Febvre y
Los reyes taumaturgos,
de Marc Bloch, ilustran el
punto. ¿Quién era Frangois Rabelais? Un hombre sin atributos. ¿Qué se decía acerca de
los reyes taumaturgos o magos? Que lejos de ser divinos y curar a sus súbditos con un
solo toque, se servían del sentido de la obediencia para ostentar el poder.
Segunda generación.
En 1946 se cambió el nombre de la revista por
Annales. Economías.
Sociedades. Civilizaciones.
Esto reflejó la nueva orientación de la escuela, encabezada por
el historiador francés Fernand Braudel (1902-1985), quien se caracterizó por destacar
el papel que desempeñan los factores socio-económicos en la historia y por la unión
que proponía entre las diferentes ciencias sociales. En su obra dejó claro que cada cul
tura pertenece a determinado contexto histórico, que hay que comprender y explicar el
pasado de cada pueblo en todas sus dimensiones, también buscar el cómo y el por qué
ocurrió de esa forma. Para ello, Fernand Braudel recurrió a la geografía, la sociología, la
economía, a la estadística y a todas las ciencias que puedan auxiliar en la tarea; mientras
que el Estado, las instituciones, los personajes y las guerras pasan a un lugar secundario,
ya que solo explican la coyuntura.
Braudel es el autor de
El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II,
considerada por muchos como una de la. obras historiográficas más destacadas de la
primera mitad del siglo xx. Al inicio de la década de 1960, Braudel se retiró de
Annales
por discrepancias intemas.
Tercera generación.
Esta generación, la de la “nueva historia”, se caracterizó por su he
terogeneidad, por su falta de consenso metodológico, político e intelectual. El protago
nismo lo tomaron Jacques Le Goff (1924), especialista en el medievo, autor de obras
como
La Edad Media explicada a los jóvenes,
y Pierre Nora (1931), cuyo trabajo más
importante fue de editor en prestigiosas editoriales de ciencias sociales. Se le critica
a esta generación “la multiplicación desordenada de los objetos de investigación”.
Figura 3.
De acuerdo con Braudel, el conocimiento de la sociedad y del ser
humano es el objetivo esencial del historiador.