FRANZ XAVER MESSERSCHMIDT (1736-1783)
Messerschmidt trabajó en una serie de piezas escultóricas, que había
iniciado en 1771, conocidas como "cabezas de carácter", completamente
insólitas y transgresoras respecto al gusto neoclásico dominante en la
época. Ejecutadas en metal, mayoritariamente a partir de aleaciones de
estaño o de plomo, y en alabastro, Messerschmidt intenta expresar en
sus cabezas, a través de la intensificación de los gestos faciales, los
distintos estados de ánimo y temperamentos del ser humano. Tras su
muerte, su hermano vendió 49 de estas cabezas que, con títulos
grotescos, se expusieron públicamente por vez primera en Viena en
1793. Poco a poco fue formándose el tópico de un escultor
desequilibrado mentalmente, autor de esculturas grotescas y
deformantes. El psicoanalista Ernst Kris, en sus Exploraciones
psicoanalíticas en el arte, de 1952, lo calificó como "un escultor
psicótico". Para su diagnóstico, Kris se basa, sobre todo, en un escritor
alemán ilustrado, Friedrich Nicolai, quien lo visitó en 1781, y que relata,
entre otras cosas, que Messerschmidt decía que "los demonios de la
proporción" sentían envidia de la perfección que él había alcanzado en
ese ámbito y que lo visitaban especialmente de noche. Según Nicolai,
quien parece que lo vio trabajar, Messerschmidt se quejaba de dolores en
el bajo vientre y en las caderas, y para dominar a los demonios, se miraba
en el espejo, se pellizcaba el cuerpo y hacía muecas, mientras trabajaba.
En realidad, sus cabezas, todas ellas masculinas, y que podríamos
caracterizar en una línea de auto-representación, más que como
autorretratos, suponen la culminación de su itinerario creativo. Liberado
de las convenciones sociales del retrato y de las imposiciones
academicistas, trabajando en una completa soledad, Messerschmidt
pudo desarrollar en sus últimos años una obra de altísima calidad
figurativa. En sus fascinantes cabezas podemos rastrear el eco de las
teorías del temperamento que se remontan a Hipócrates, Aristóteles y
diversos tratados de la Antigüedad Clásica, así como los planteamientos
de la contemporánea fisiognómica, que entonces se desarrollaba en
Europa, buscando establecer relaciones entre los temperamentos y las
estructuras anatómicas del cráneo. El hombre de mal humor (1771-1783)
Aleación de plomo y de estaño