6
de modo que se obtenga un grueso recto y relativamente entintado. Los perfiles se
forman mediante el deslizamiento horizontal del cálamo.
La Rústica y las Cursivas Romanas.
Los romanos del siglo I tenían a su disposición varios alfabetos y los utilizaban con
gran habilidad. Dicha pluralidad de estilos se ve confirmada por la existencia de la
escritura rústica, que parece ser fruto de un tratamiento cursivo y más rápido de la
capital romana.
Los artistas calígrafos en ocasiones firmaban sus obras, con lo que de algún
modo, cuidaban su propia publicidad.
La rústica se ejecuta según un ángulo de escritura de 50° a 70°, esto hace que,
los trazos verticales aparezcan como perfiles, mientras que los gruesos son
horizontales. Subsistió hasta la aparición de la primera escritura medieval.
La rústica del siglo I
Es de módulo ancho y presenta unos gruesos bastante pesados, normalmente esta
caligrafiado al cálamo sobre un soporte de papiro.
Había motivos ornamentales, era una especie de hoja de hiedra, Hedera, por
ejemplo en la B, F, G, Q, R T, U y Y.
El tipo De bellis
Son pequeños volúmenes muy manejables que ocupan un espacio mínimo en las
bibliotecas. Los rollos, en cambio, requieren más espacio y son menos cómodos para
viajar. Este nuevo formato supuso un adelanto importante y la moda del códice
probablemente contribuyó a que se perdiera el interés por el rollo.
Esta escritura presenta gruesos y perfiles muy contrastados y algunas letras,
como la Q, poseen una forma específica que nos recuerda el ductus de la cursiva
romana del siglo I. La disposición de los gruesos es casi vertical.
La rústica del siglo V
Letra de apariencia estrecha, con remates ágiles y formas más redondas y mejor
definidas. La B, F y L, y en contados casos la E, P y Y, rebasan el extremo superior de
la caja de renglón. La escritura no presenta espacios entre las palabras, pero las letras
no se tocan entre sí. Es admirable por su estilo fluido y ejecutado con soltura, que da