No nos dejemos seducir por la vana ilusión de quedarnos a vivir para siempre en este mundo pasajero. Muchos creyentes, olvidando su llamado celestial, construyen sus sueños como si este planeta fuera su herencia definitiva. Pero Cristo mismo advirtió: “No os hagáis tesoros en la tierra... sino...
No nos dejemos seducir por la vana ilusión de quedarnos a vivir para siempre en este mundo pasajero. Muchos creyentes, olvidando su llamado celestial, construyen sus sueños como si este planeta fuera su herencia definitiva. Pero Cristo mismo advirtió: “No os hagáis tesoros en la tierra... sino hacéos tesoros en el cielo” (Mateo 6:19–20). Los planes y negocios verdaderamente sabios son los que invierten en la eternidad. Todo lo que no tenga valor eterno, se desvanecerá. Por tanto, vivamos con propósito celestial, usando el tiempo, los bienes y las oportunidades para el Reino que no perece.
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Language: es
Added: Oct 15, 2025
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EXTRANJEROS Y PEREGRINOS
Por Jonathan Bravo
Escritura: 1 Pedro 2:11–12
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos,
que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles;
para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores,
glorifiquen a Dios en el día de la visitación,
al considerar vuestras buenas obras.”
I. INTRODUCCIÓN.
Esta exposición pretende desarrollar de manera exegética, teológica y
aplicada el mandato de Pedro. La carta fue escrita a cristianos dispersos por la
provincia romana de Asia (1 Pedro 1:1) que vivían en contextos hostiles,
marginales y con frecuente persecución. Pedro no sólo los consuela con promesas
(1 Pedro 1:3–9), sino que les ofrece instrucciones prácticas para su vida diaria.
El llamado a ser "Extranjeros y peregrinos" sintetiza una nueva identidad
que genera una ética particular: Santidad, testimonio, paciencia y esperanza.
(Comportamiento de gente que va de paso.)
El apóstol Pedro, al recordar a los creyentes su condición de Extranjeros y
Peregrinos, nos remite al testimonio de todos los santos que nos precedieron:
“Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por
venir” (Hebreos 13:14). Esta es la nota distintiva del verdadero cristianismo: No
se aferra a lo temporal, sino que vive con los ojos puestos en la ciudad celestial, la
nueva Jerusalén que Dios prepara para los suyos. Abraham, Isaac y Jacob
confesaron ser extranjeros sobre la tierra, y por eso Dios no se avergonzó
de llamarse su Dios, porque les había preparado una patria (Hebreos
11:16). Así también nosotros caminamos por fe, sabiendo que toda nuestra
esperanza, seguridad y herencia están reservadas en los cielos.
II. CONTEXTO LITERARIO E HISTÓRICO.
1 Pedro es una carta general con tono pastoral y didáctico. Fue escrita por
El Apóstol Pedro, para creyentes que enfrentaban presiones sociales, insultos y,
en algunos casos, persecución física y pérdida de bienes.
●Destinatarios: cristianos asiáticos dispersos (1:1). Muchos eran gentiles
conversos o judíos helenísticos en comunidades mixtas.
●Problema pastoral: tentaciones morales, identificación cultural con
prácticas paganas, maltrato social, y confusión sobre el testimonio
cristiano.
●Propósito del pasaje: reafirmar identidad (extranjeros/peregrinos) y dar
instrucciones concretas sobre conducta y testimonio.
A continuación te detallo las condiciones y circunstancias más comunes de
un extranjero en un país de paso, tanto en el sentido literal como espiritualmente
aplicado a la vida cristiana:
1. No tiene ciudadanía.
Condición: El extranjero no posee derechos políticos ni voz en las decisiones del
país. Puede residir, pero no pertenece legalmente.
Aplicación espiritual: El creyente vive en este mundo, pero su ciudadanía está en
los cielos (Filipenses 3:20). No debe identificarse con los valores, las pasiones ni
los intereses del sistema terrenal.
“El cristiano está en el mundo, pero no es del mundo;
y si lo fuera, el mundo lo amaría.”
Juan Calvino
2. Vive en tránsito. (Circulando, circulando!)
Condición: Un extranjero en paso sabe que su estadía es temporal. No invierte su
vida en lo que tendrá que abandonar pronto.
Aplicación espiritual: Así también el creyente no edifica su esperanza en lo
perecedero, sino que mira “a las cosas que no se ven” (2 Corintios 4:18).
“No somos moradores, sino caminantes hacia una patria eterna.”
Martín Lutero
3. Carece de estabilidad y posesiones duraderas.
Condición: No tiene propiedad estable ni raíces profundas; vive con lo necesario
para seguir su camino.
Aplicación espiritual: Jesús enseñó a viajar ligero: “No os hagáis tesoros en la
tierra…” (Mateo 6:19). El creyente no acumula, sino que administra con
gratitud, sabiendo que todo es pasajero.
“El corazón del peregrino está suelto de la tierra porque su tesoro está en el
cielo.” John Owen
4. Depende de la hospitalidad de otros.
Condición: El extranjero necesita gracia y ayuda de los locales para sobrevivir.
Aplicación espiritual: El cristiano depende de La gracia de Dios y del amor
fraternal de la Iglesia, su comunidad de apoyo en el peregrinaje (Gálatas 6:2).
“La Iglesia es el albergue de los peregrinos del Reino.”
Agustín de Hipona
5. A menudo es incomprendido o rechazado.
Condición: Por cultura, idioma o costumbres distintas, el extranjero es visto con
sospecha o desprecio.
Aplicación espiritual: Así también los hijos de Dios son objeto de burlas o
persecución por su fe (Juan 15:18–19).
“El mundo no reconoce a los hijos de Dios porque no le conoció a Él.”
1 Juan 3:1
6. Vive con esperanza de regresar o llegar al hogar
Condición: Su mente y su anhelo están puestos en su patria o en el destino final
del viaje.
Aplicación espiritual: El creyente anhela “una patria mejor, esto es, celestial”
(Hebreos 11:16).
“El cielo no es un sueño remoto, es el hogar de los redimidos.”
Charles Spurgeon
III. ANÁLISIS LÉXICO Y EXEGÉTICO
1. “Amados”
Término pastoral que recuerda la base afectiva: la exhortación no es
autoritaria sino filial. Pedro parte de La Gracia recibida para llamar a la
obediencia.
2. “Os ruego”
Verbo que indica encarecimiento. No es mandato distante sino súplica de
un pastor preocupado.
3. “Como a extranjeros y peregrinos” (ὡς παρεπίδημοι καὶ πάροικοι)
●πάροικοι (paroikoi): extranjeros, residentes temporales; la raíz sugiere que
se habita fuera de la propia patria. (Muchos de los aquí presentes saben que
se siente estar fuera de su propia tierra!)
●παρεπίδημοι (parepidēmoi): peregrinos o visitantes; enfatiza la condición
de tránsito. Gente que va de pasada!
Pedro utiliza intencionalmente dos imágenes complementarias para
enfatizar la temporalidad y el propósito de la vida cristiana:
no solo no somos de
aquí (paroikoi), sino que estamos en camino (parepidēmoi).
4. “Abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
●Deseos carnales: impulsos dirigidos por la carne, es decir, no se refiere
sólo a apetitos sexuales sino cualquier deseo concupiscente que contradice
la nueva vida. (Avaricia, envidia, mentira, trampa, codicia, etc.)
●Que batallan: La pelea o lucha activa; la imagen es belicosa—la vida
cristiana implica conflicto y vigilancia.
Comparar con Romanos 7–8 y Gálatas 5: la regeneración crea conflicto
entre carne y espíritu.
5. “Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles.”
●Buena manera de vivir: Conducta, comportamiento social que puede ser
observado y evaluado por los no creyentes.
●Entre los gentiles: Literalmente “naciones/países/pueblos”, aquí usados
para referirse a los no creyentes; la conducta cristiana debe distinguirse
por su bondad y coherencia. (NO debería haber quejas contra Cristianos!)
6. “Para que... glorifiquen a Dios en el día de la visitación”
●Día de la visitación: Puede referirse a la intervención providencial de
Dios que lleva al arrepentimiento de los gentiles (evangelización efectiva) o
al juicio final en el que la verdad será evidente.
●Glorifiquen a Dios: El objetivo último de la conducta: La adoración y
exaltación de Dios por parte de observadores. (Mateo 5:16).
?????? When the Saints Go Marching In!
IV. CONEXIÓN TEOLÓGICA CON EL RESTO DE LAS ESCRITURAS.
1. Soteriología y reconciliación de ciudadanía.
La condición de peregrinaje es resultado de la obra redentora de Cristo: en la
regeneración somos trasladados de las tinieblas al reino de Cristo (Colosenses
1:13). No somos exiliados por accidente sino por propósito redentor.
2. Santificación.
John Owen y la tradición puritana definen la mortificación del pecado como
deber del cristiano: la lucha contra la carne (Romanos 8; Colosenses 3:5). La
exhortación de Pedro encaja en esa doctrina: La regeneración no anula la
necesidad de mortificar el pecado.
3. Eclesiología: la Iglesia como comunidad de exiliados
Desde Calvino, la iglesia visible es vista como societas peregrinantium: una
comunidad en camino, llamada a la santidad, disciplina y testimonio. La misión
de la iglesia es vivir como señal y agente del Reino.
4. Escatología: esperanza y visita final.
La “visitación” apunta hacia la intervención escatológica de Dios — ya sea en la
conversión divina que acompaña al testimonio fiel o en el juicio final que revela
la justicia de Dios. Ambos aspectos mantienen al creyente en expectación activa.
V. DOCTRINAS RELACIONADAS (DESARROLLO TEOLÓGICO)
A. Identidad: Unión con Cristo y ciudadanía celestial
●La regeneración nos une a Cristo (Romanos 6; 1 Corintios 6:17). Esta
unión redefine la pertenencia: de ser hijos del mundo pasamos a ser hijos
del Padre Celestial.
●Fidelidad: “Nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:20). La
identidad no se funda en nación, clase o etnia sino en la obra redentora.
B. Pecado y mortificación.
●La doctrina de la depravación total reconoce la persistencia del pecado, por
lo que la mortificación (John Owen) y la gracia cooperante siguen siendo
necesarias.
C. Testimonio y apologética práctica.
●La ética del peregrino funciona como apologética: la integridad de vida de
los creyentes es argumento persuasivo para la verdad del Evangelio (1
Corintios 9:22; Mateo 5:16).
D. Perseverancia de Los Santos.
●La Peregrinación es hasta El Final.
“Si mi vida está destinada a ser un peregrinaje,
no debo buscar descanso en el camino, sino en el destino.”
Juan Bunyan
VI. CITAS Y APOYOS DE AUTORES REFORMADOS.
Juan Calvino — Institución de la Religión Cristiana: la vida como
peregrinaje y la iglesia como comunidad en camino; insiste en la
primacía de la Escritura para formar la identidad cristiana.
John Owen — The Mortification of Sin: la necesidad angustiosa y
práctica de mortificar los deseos de la carne; la santidad es lucha
personal y comunitaria.
Martyn Lloyd-Jones — sermons on 1 Peter: enfatiza la realidad del
sufrimiento cristiano y la llamada a vivir como testigos del Reino.
J. I. Packer — en su teología pastoral resalta la unión con Cristo y la
vida práctica de piedad como fruto de la doctrina.
Richard Baxter — pastoral: la vida cristiana como camino que
requiere disciplina, arrepentimiento y perseverancia.
Jonathan Edwards — en su obra sobre la experiencia cristiana y el
avivamiento, subraya la conexión entre conversión auténtica y fruto
visible.
R. C. Sproul / Charles Hodge / John Murray — para temas de
soteriología y doctrina de la justificación y santificación como base de
la vida moral.
Charles Spurgeon — predicación exhortativa sobre el testimonio y la
reputación cristiana entre los hombres.
Conclusión:
Al concluir esta meditación sobre nuestra identidad como Extranjeros y
Peregrinos, debemos recordar que esta vida es apenas una sombra pasajera en
el vasto propósito eterno de Dios. Somos viajeros con destino a una patria
celestial, y cada paso que damos en este mundo, cada lágrima y cada gozo, nos
acerca un poco más al hogar donde Cristo ya nos espera. Como dijo el apóstol
Pablo: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20). Esta esperanza
no es evasión, sino motivación para vivir con pureza, fe y servicio mientras
avanzamos por el camino estrecho.
El cristiano no huye del mundo, pero tampoco lo abraza. Vive en medio de
la sociedad con compasión, pero sin olvidar que su lealtad suprema pertenece al
Reino que no es de este mundo. Los reformadores lo entendieron así: Calvino
afirmaba que “Los creyentes deben considerar la tierra como una posada
temporal”, y Spurgeon exhortaba: “Siéntete como huésped en la tierra, pero como
heredero en el cielo”. Que nuestras palabras, obras y esperanzas reflejen siempre
esta verdad: estamos de paso, pero nuestro corazón ya mora en la eternidad. Que
cuando llegue el día de partir, podamos decir con fe reposada: “He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7).
No nos dejemos seducir por la vana ilusión de quedarnos a vivir para
siempre en este mundo pasajero. Muchos creyentes, olvidando su llamado
celestial, construyen sus sueños como si este planeta fuera su herencia definitiva.
Pero Cristo mismo advirtió: “No os hagáis tesoros en la tierra... sino hacéos
tesoros en el cielo” (Mateo 6:19–20). Los planes y negocios verdaderamente
sabios son los que invierten en la eternidad. Todo lo que no tenga valor eterno, se
desvanecerá. Por tanto, vivamos con propósito celestial, usando el tiempo, los
bienes y las oportunidades para el Reino que no perece.
JBravo