Explicación rapida del femur y estructuras adyacentes.
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Language: es
Added: Dec 27, 2021
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FÉMUR
Forma el esqueleto del muslo y es el hueso más largo y más pesado del cuerpo.
Transmite el peso corporal desde el hueso coxal hacia la tibia cuando la persona
está en bipedestación. La disposición general del hueso no es rectilínea sino que
presenta una curvatura de concavidad posterior que lo hace más apto para soportar
el peso. La curvatura aparece en los niños en torno a los dos años cuando
comienzan a caminar y esta no se forma en las personas que sufren una parálisis
de la extremidad antes de los dos años.
Consta de un cuerpo (diáfisis) y dos extremos (epífisis) proximal y distal. El extremo
proximal del fémur consta de una cabeza, un cuello y dos trocánteres (mayor y
menor).
Extremidad superior
consta de tres componentes: la cabeza del fémur, donde se sitúa la superficie
articular para el hueso coxal; el cuello, que se extiende oblicuamente entre la cabeza
y el cuerpo del fémur; y dos grandes tuberosidades situadas a nivel de la confluencia
entre el cuello y el cuerpo femoral, el trocánter mayor y el trocánter menor. El punto
en que confluyen la extremidad superior y el cuerpo del fémur se denomina cuello
quirúrgico. Presenta una superficie lisa que está revestida de cartílago articular
excepto en la fosita del ligamento redondo, que ocupa una posición ligeramente
posterior e interna.
El cuello forma un ángulo con el cuerpo de unos 124°-126° (ángulo de inclinación
o cervicodiafisario). La angulación está correlacionada con la anchura de la pelvis
y, por tanto, está más acentuada en la mujer. El extremo inferior del cuello se separa
del cuerpo femoral por la línea intertrocantérica, y más marcada en el posterior, por
la cresta intertrocantérica.
El trocánter mayor es una gran tuberosidad situada en el margen externo de la unión
entre cuello y cuerpo del fémur. Esta tuberosidad presta inserción a numerosos
elementos musculares del cinturón pélvico y es palpable en la parte externa de la
cadera, algunos centímetros por debajo de la cresta ilíaca. En su superficie interna
destaca una pequeña depresión, la fosa trocantérica (fosita digital). El trocánter
menor es una tuberosidad originada por la inserción del músculo iliopsoas.
Cuerpo
El cuerpo es prácticamente cilíndrico y presta inserción a los músculos del muslo.
En su superficie posterior destaca una gran cresta, la línea áspera, en la que se
suelen localizar los agujeros nutricios del hueso. La línea áspera está originada por
la inserción de un gran número de músculos, y en ella se puede distinguir un surco
medio de inserción de los músculos aproximadores y bíceps femoral, y dos labios
que lo limitan donde se insertan los músculos vastos. En el segmento superior del
cuerpo, como consecuencia también de inserciones musculares, la línea áspera se
ramifica en tres, o más, crestas: la cresta glútea. En el segmento inferior del hueso,
la línea áspera se bifurca en dos ramas, las líneas supracondíleas lateral y medial,
que delimitan una superficie plana triangular denominada cara poplítea.
Extremidad inferior
Consta de dos cóndilos femorales, que están unidos en el plano anterior mientras
que por detrás se separan por una profunda depresión, la fosa intercondílea. En el
sector articular se pueden distinguir la cara rotuliana (tróclea femoral). Las caras
no articulares de los cóndilos presentan accidentes debidos a inserciones
musculoligamentosas. En la superficie medial del cóndilo interno hace relieve el
epicóndilo medial y por encima de él se dispone el tubérculo del aproximador. En la
superficie lateral del cóndilo externo aparece el epicóndilo lateral y por debajo de él,
el surco del músculo poplíteo. La fosa intercondílea es una superficie rugosa con
numerosos orificios vasculares; en el extremo anterior, separándola de la superficie
rotuliana, se observa la línea intercondílea.
Osificación
El fémur posee un centro primario de osificación en el cuerpo que aparece en el
segundo mes de vida fetal. Este centro se extiende por la diáfisis y por el cuello.
Los centros secundarios aparecen a partir del nacimiento. El primero que se
puede identificar es el de la epífisis inferior que aparece en el período
inmediatamente anterior al nacimiento. Luego aparecen centros secundarios en
los accidentes de la extremidad superior, primero el centro de la cabeza (en 1 o 2
años), más adelante, el centro del trocánter mayor (a los 4 ó 5 años), y por último,
antes de la pubertad, el centro del trocánter menor. La fusión entre los centros de la
extremidad superior con la diáfisis ocurre hacia los 18 años, y la cabeza es la última
que se fusiona. La fusión del centro epifisario inferior con la diáfisis ocurre hacia los
20 años.
Deslizamiento epifisario de la cabeza del fémur
En los niños mayores y los adolescentes (10-17 años), la epífisis de la cabeza del
fémur puede alejarse del cuello del fémur a causa de la debilidad de la lámina
epifisaria. Esta lesión puede deberse a un traumatismo agudo o a
microtraumatismos de repetición que causan fuerzas de cizallamiento sobre la
epífisis, especialmente con la abducción y la rotación lateral del muslo. La epífisis
suele deslizarse lentamente y causa una coxa vara progresiva. El síntoma inicial
habitual de la lesión es un malestar en la cadera que puede referirse hasta la rodilla.
Para confirmar el diagnóstico de un deslizamiento epifisario de la cabeza del fémur
suele ser necesario el estudio radiográfico del extremo superior del fémur.
Se denomina coxa vara a la disminución de los valores normales del ángulo y ocurre
cuando el hueso se debilita, como sucede en el raquitismo, causando cierto
acortamiento de la extremidad.
Se denomina coxa valga al aumento del ángulo de inclinación y que puede ser un
trastorno congénito o estar causado por parálisis muscular. Los niños recién nacidos
muestran una situación de coxa valga que se va corrigiendo a medida que aprenden
a caminar.
Fracturas del fémur
A pesar de su gran tamaño y resistencia, el fémur sufre fracturas habitualmente. La
fractura del cuello del fémur es la más frecuente, debido a que es la parte más
estrecha y débil del hueso. Con la edad, su vulnerabilidad aumenta, especialmente
en las mujeres a causa de la osteoporosis. Las fracturas de la porción proximal del
fémur pueden producirse en diversas localizaciones; dos ejemplos son las
transcervicales (parte media del cuello) y las intertrocantéreas. Estas fracturas
suelen deberse a un traumatismo indirecto (tropezar o descender con fuerza, como
de un bordillo o un escalón). Debido al ángulo de inclinación, estas fracturas son
inestables y se produce impactación (cabalgamiento de los fragmentos, con
acortamiento del miembro). El espasmo muscular también contribuye al
acortamiento del miembro. Las fracturas intracapsulares (que se producen en el
interior de la cápsula de la articulación coxal) se complican por la degeneración de
la cabeza del fémur a causa del traumatismo vascular. Las fracturas del trocánter
mayor y del cuerpo del fémur suelen deberse a un traumatismo directo (impactos
directos que sufre el hueso, por caídas o golpes), y son las más frecuentes durante
los años de mayor actividad. Con frecuencia se producen en accidentes de
automóvil, así como durante la práctica de deportes como el esquí y el alpinismo.
En algunos casos tiene lugar una fractura espiroidea del cuerpo del fémur, que
causa un acortamiento cuando los fragmentos se superponen, o la fractura puede
ser conminuta con desplazamiento de los fragmentos en varias direcciones, a causa
de la tracción muscular y dependiendo del nivel de la fractura. La consolidación de
este grave tipo de fractura puede tardar hasta 1 año. Las fracturas de la porción
distal del fémur pueden complicarse por la separación de los cóndilos, lo que
provoca una alteración de la alineación de las caras articulares en la articulación de
la rodilla, o por hemorragia de la gran arteria poplítea que discurre directamente
sobre la cara posterior del hueso. Esta fractura compromete la irrigación de la pierna
(algo que siempre debe tenerse en cuenta en las fracturas o luxaciones de la rodilla).