Factores Abióticos

luciasantillan21 2,283 views 19 slides Jan 06, 2010
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Factores abióticos
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Los factores abióticos son los distintos componentes que determinan el espacio físico en el
cual habitan los seres vivos; entre los más importantes podemos encontrar: el agua, la
temperatura, la luz, el pH, el suelo y los nutrientes. Son los principales frenos del
crecimiento de la población. Varían según el ecosistema de cada ser vivo. Por ejemplo el
factor biolimitante fundamental en el desierto es el agua, mientras que para los seres vivos
de las zonas profundas del mar el freno es la luz.
Luz (energía solar) [editar]
Del total de la energía solar que llega en la Tierra (1,94 calorías por centímetro cuadrado
por minuto), casi 0,582 calorías son reflejadas hacia el espacio por el polvo y las nubes de
la atmósfera terrestre, 0,388 calorías son absorbidas por las capas atmosféricas, y 0,97
calorías llegan a la superficie terrestre.
La luz es un factor abiótico esencial del ecosistema, dado que constituye el suministro
principal de energia fría para todos los organismos. La energía luminosa es convertida por
las plantas en energía química gracias al proceso llamado fotosíntesis. Ésta energía química
es encerrada en las sustancias orgánicas producidas por las plantas. Es inútil decir que sin la
luz, la vida no existiría sobre la Tierra.
Además de esta valiosa función, la luz regula los ritmos biológicos de la mayor parte de la
especies.
La luz visible no es la única forma de energía que nos llega desde el Sol. El Sol nos envía
varios tipos de energía, desde ondas de radio hasta rayos gamma. La luz ultravioleta (UV) y
la radiación infrarroja (calor) se encuentran entre estas formas de radiación solar. Ambas
son factores ecológicos muy valiosos.
Muchos insectos usan la luz ultravioleta para diferenciar una flor de otra. Los humanos no
podemos percibir la radiación UV. Actúa también limitando en las algunas reacciones
bioquímicas que podrían ser perniciosas para los seres vivos, aniquilan patógenos, y pueden
producir mutaciones favorables y desfavorables en todas las formas de vida


Temperatura [editar]

El valle de la muerte en EEUU, uno de los lugares más tórridos del planeta.
La temperatura es útil para los organismos ectotérmicos, para ser preciso, los organismos
que no están adaptados para regular su temperatura corporal (por ejemplo, los peces, los
anfibios y los reptiles). Las plantas utilizan una cantidad pequeña del calor para realizar el
proceso fotosintético y se adaptan para sobrevivir entre límites de temperatura mínimos y
máximos. Esto es válido para todos los organismos, desde los Archaea hasta los
Mamíferos. Existen algunos microorganismos que toleran excepcionalmente temperaturas
extremas (extremófilos).
Cuando las ondas infrarrojas penetran en la atmósfera, el agua y el dióxido de carbono en la
atmósfera terrestre demoran la salida de las ondas del calor, consecuentemente la radiación
infrarroja permanece en la atmósfera y la calienta (efecto invernadero).
Los océanos juegan un papel importante en la estabilidad del clima terrestre. La diferencia
de temperaturas entre diferentes masas de agua oceánica, en combinación con los vientos y
la rotación de la Tierra, crea las corrientes marinas. El desplazamiento del calor que es
liberado desde los océanos, o que es absorbido por las aguas oceánicas permite que ciertas
zonas atmosféricas frías se calienten, y que las regiones atmosféricas calientes se
refresquen.
Ésta es un factor fundamental en la vida de los organismos ya que regula las funciones
vitales que realizan las enzimas de carácter proteico. Cuando la temperatura es muy elevada
o muy baja, estas funciones se paralizan llevando a la destrucción de los organelos celulares
o la propia célula.
Organismos tales como aves y mamíferos invierten una gran cantidad de su energía para
conservar una temperatura constante óptima con el fin de asegurar que las reacciones
químicas, vitales para su supervivencia, se realicen eficientemente

Atmósfera [editar]

La atmósfera es la capa gaseosa que envuelve nuestro planeta.
La presencia de vida sobre nuestro planeta no sería posible sin nuestra atmósfera actual.
Muchos planetas en nuestro sistema solar tienen una atmósfera, pero la estructura de la
atmósfera terrestre es la ideal para el origen y la perpetuación de la vida como la
conocemos. Su constitución hace que la atmósfera terrestre sea muy especial.
La atmósfera terrestre está formada por cuatro capas concéntricas sobrepuestas que se
extienden hasta 80 kilómetros. La divergencia en sus temperaturas permite diferenciar estas
capas.
La capa que se extiende sobre la superficie terrestre hasta cerca de 10 km es llamada
troposfera. En esta capa la temperatura disminuye en proporción inversa a la altura, eso
quiere decir que a mayor altura la temperatura será menor. La temperatura mínima al final
de la troposfera es de -50ºC.
La troposfera contiene las tres cuartas partes de todas las moléculas de la atmósfera. Esta
capa está en movimiento continuo, y casi todos los fenómenos meteorológicos ocurren en
ella.
Cada límite entre dos capas atmosféricas se llama pausa, y el prefijo perteneciente a la capa
más baja se coloca antes de la palabra "pausa". Por este método, el límite entre la troposfera
y la capa más alta inmediata (estratosfera) se llama tropopausa.
La siguiente capa es la estratosfera, la cual se extiende desde los 10 km y termina hasta los
50 km de altitud. Aquí, la temperatura aumenta proporcionalmente a la altura; a mayor
altura, mayor temperatura. En el límite superior de la estratosfera, la temperatura alcanza
casi 25°C. La causa de este aumento en la temperatura es la capa de ozono (ozonosfera).
El ozono absorbe la radiación ultravioleta que rompe moléculas de oxígeno(O2)
engendrando átomos libres de oxígeno (O), los cuales se conectan otra vez para construir
ozono (O3). En este tipo de reacciones químicas, la transformación de energía luminosa en
energía química engendra calor que provoca un mayor movimiento molecular. Ésta es la
razón del aumento en la temperatura de la estratosfera

La ozonosfera tiene una influencia sin par para la vida, dado que detiene las radiaciones
solares que son mortales para todos los organismos. Si nosotros nos imaginamos la capa de
ozono como una pelota de fútbol, veríamos el agotamiento de la capa de ozono semejante a
una depresión profunda sobre la piel de la pelota, como si estuviese un poco desinflada.
Por encima de la estratosfera está la mesosfera. La mesosfera se extiende desde el límite de
la estratosfera (estratopausa) hasta los 80 km hacia el espacio.
Elementos químicos [editar]
Los organismos están constituidos, (obviamente) por materia. De los 92 elementos
naturales conocidos, solamente 25 elementos forman parte de la materia viviente. De estos
25 elementos, el carbono, el oxígeno, el hidrógeno y el nitrógeno están presentes en el 96%
de las moléculas de la vida. Los elementos restantes llegan a formar parte del 4% de la
materia viva, siendo los más importantes el fósforo, el potasio, el calcio y el azufre.
Las moléculas que contienen carbono se denominan compuestos orgánicos, por ejemplo el
bióxido de carbono, el cual está formado por un átomo de carbono y dos átomos de oxígeno
(CO2). Las que carecen de carbono en su estructura, se denominan compuestos inorgánicos,
por ejemplo, una molécula de agua, la cual está formada por un átomo de oxígeno y dos de
hidrógeno (H2O).
Agua [editar]


El agua es un requisito para todo ser vivo.
El agua (H2O) es un factor indispensable para la vida. La vida se originó en el agua, y todos
los seres vivos tienen necesidad del agua para subsistir. El agua forma parte de diversos
procesos químicos orgánicos, por ejemplo, las moléculas de agua se usan durante la
fotosíntesis, liberando a la atmósfera los átomos de oxígeno del agua.
El agua actúa como un termorregulador del clima y de los sistemas vivientes; gracias al
agua, el clima de la Tierra se mantiene estable.

El agua funciona también como termorregulador en los sistemas vivos, especialmente en
animales endotermos (aves y mamíferos). Esto es posible gracias al calor específico del
agua, que es de una caloría, el mayor de las sustancias comunes. En términos biológicos,
esto significa que frente a una elevación de la temperatura en el ambiente circundante, la
temperatura de una masa de agua subirá con una mayor lentitud que otros materiales.
Igualmente, si la temperatura circundante disminuye, la temperatura de esa masa de agua
disminuirá con más lentitud que la de otros materiales. Así, esta cualidad del agua permite
que los organismos acuáticos vivan relativamente con placidez en un ambiente con
temperatura fija.
La evaporación es el cambio de una substancia de un estado físico líquido a un estado físico
gaseoso. Necesitamos 540 calorías para evaporar un gramo de agua. En este punto, el agua
hierve (punto de ebullición). Esto significa que tenemos que elevar la temperatura hasta
100°C para hacer que el agua hierva. Cuándo el agua se evapora desde la superficie de la
piel, o de la superficie de las hojas de una planta, las moléculas de agua arrastran consigo
calor. Esto funciona como un sistema refrescante en los organismos.
Otra ventaja del agua es su punto de congelación. Cuando se desea que una substancia
cambie de un estado físico líquido a un estado físico sólido, se debe extraer calor de esa
substancia. La temperatura a la cual se produce el cambio en una substancia desde un
estado físico líquido a un estado físico sólido se llama solidificación. Para cambiar el agua
del estado físico líquido al sólido, tenemos que disminuir la temperatura circundante hasta
0°C. Para fundirla de nuevo, es decir para cambiar un gramo de hielo a agua líquida, se
requiere un suministro de calor de 79,7 calorías. Cuándo el agua se congela, la misma
cantidad de calor es liberada al ambiente circundante. Esto permite que en invierno la
temperatura del entorno no disminuya al grado de aniquilar toda la vida del planeta.
Suelo
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Para otros usos de este término, véase Suelo (desambiguación).

Científico estudiando un perfil de suelo.
En las ciencias de la Tierra y de la vida, se denomina suelo a la parte superficial de la
corteza terrestre, biológicamente activo, que tiende a desarrollarse en la superficie de las
tierras emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres vivos. De un modo
simplificado puede decirse que las etapas implicadas en su formación son las siguientes:
Disgregación mecánica de las rocas.
Meteorización química de los materiales regolíticos, liberados.
Instalación de los seres vivos (vegetales, microorganismos, etc.) sobre ese substrato
inorgánico. Esta es la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y
metabólicos, continúan la meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos
inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y
la putrefacción enriquecen ese sustrato.
Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales.
Evolución [editar]
Suelo es el sistema complejo que se forma en la capa más superficial de la Tierra, en la
interfase o límite entre diversos sistemas que se reúnen en la superficie terrestre: la
litosfera, que aporta la matriz mineral del suelo, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera que
alteran dicha matriz, para dar lugar al suelo propiamente dicho.
Inicialmente, se da la alteración física y química de las rocas, realizada, fundamentalmente,
por la acción geológica del agua y otros agentes geológicos externos, y posteriormente por
la influencia de los seres vivos, que es fundamental en este proceso de formación. Se
desarrolla así una estructura en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y
una composición química y biológica definida. Las características locales de los sistemas
implicados — litología y relieve, clima y biota — y sus interacciones dan lugar a los
diferentes tipos de suelo.
Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas, determinan la
formación de un manto de alteración o eluvión que, cuando por la acción de los
mecanismos de transporte de laderas, es desplazado de su posición de origen, se denomina
coluvión.
Sobre los materiales del coluvión, puede desarrollarse lo que comúnmente se conoce como
suelo; el suelo es el resultado de la dinámica física, química y biológica de los materiales
alterados del coluvión, originándose en su seno una diferenciación vertical en niveles
horizontales u horizontes. En estos procesos, los de carácter biológico y bioquímico llegan
a adquirir una gran importancia, ya sea por la descomposición de los productos vegetales y
su metabolismo, por los microorganismos y los animales zapadores.
El conjunto de disciplinas que se abocan al estudio del suelo se engloban en el conjunto
denominado Ciencias del Suelo, aunque entre ellas predomina la edafología e incluso se usa
el adjetivo edáfico para todo lo relativo al suelo. El estudio del suelo implica el análisis de
su mineralogía, su física, su química y su biología.

Por este motivo, el suelo no es una entidad estrictamente geológica, por lo que la ciencia
que lo estudia, la edafología, esta vinculada a la geología a la biología y a la agronomía.
Adicionalmente el suelo puede ser considerados un recurso natural, creando así una
vinculación a la economía. (ver ecosistema y Sistema ecológico cerrado).
El suelo como sistema ecológico [editar]
Constituye un conjunto complejo de elementos físicos, químicos y biológicos que compone
el sustrato natural en el cual se desarrolla la vida en la superficie de los continentes. El
suelo es el hábitat de una biota específica de microorganismos y pequeños animales que
constituyen el edafon. El suelo es propio de las tierras emergidas, no existiendo apenas
contrapartida equivalente en los ecosistemas acuáticos. Es importante subrayar que el suelo
así entendido no se extiende sobre todos los terrenos, sino que en muchos espacios lo que
se pisa es roca fresca, o una roca alterada sólo por meteorización, un regolito, que no
merece el nombre de suelo.
Desde el punto de vista biológico, las características del suelo más importantes son su
permeabilidad, relacionada con la porosidad, su estructura y su composición química. Los
suelos retienen las sustancias minerales que las plantas necesitan para su nutrición y que se
liberan por la degradación de los restos orgánicos. Un buen suelo es condición para la
productividad agrícola.
En el medio natural los suelos más complejos y potentes (gruesos) acompañan a los
ecosistemas de mayor biomasa y diversidad, de los que son a la vez producto y condición.
En este sentido, desde el punto de vista de la organización jerárquica de los ecosistemas, el
suelo es un ecosistema en sí y un subsistema del sistema ecológico del que forma parte.


Suelo orgánico [editar]
El estudio de la dinámica del suelo muestra que sigue un proceso evolutivo al que son
aplicables por completo los conceptos de la sucesión ecológica. La formación de un suelo
profundo y complejo requiere, en condiciones naturales, largos períodos de tiempo y el
mínimo de perturbaciones. Donde las circunstancias ambientales son más favorables, el
desarrollo de un suelo a partir de un sustrato geológico bruto requiere cientos de años, que
pueden ser millares en climas, topografías y litologías menos favorables.
Los procesos que forman el suelo arrancan con la meteorización física y química de la roca
bruta. Continúa con el primer establecimiento de una biota, en la que frecuentemente
ocupan un lugar prominente los líquenes, y el desarrollo de una primera vegetación. El
aporte de materia orgánica pone en marcha la constitución del edafon. Éste está formado
por una comunidad de descomponedores, bacterias y hongos sobre todo y detritívoros,
como los colémbolos o los diplópodos, e incluye también a las raíces de las plantas, con sus

micorrizas. El sistema así formado recicla los nutrientes que circulan por la cadena trófica.
Los suelos evolucionados, profundos, húmedos y permeables suelen contar con las
lombrices de tierra, anélidos oligoguetos comedores de suelo, en su edafon, lo que a su vez
favorece una mejor mezcla de las fracciones orgánica y mineral y la fertilidad del suelo.
Causas de la degradación o destrucción de los suelos [editar]
Meteorización: consiste en la alteración que experimentan las rocas en contacto
con el agua, el aire y los seres vivos
Meteorización física o mecánica: es aquella que se produce cuando, al bajar las
temperaturas que se encuentran en las grietas de las rocas, se congelan con ella,
aumenta su volumen y provoca la fractura de las rocas.
Meteorización química: es aquella que se produce cuando los materiales rocosos
reaccionan con el agua o con las sustancias disueltas en ella.
Erosión: consiste en el desgaste y fragmentación de los materiales de la superficie
terrestre por acción del agua, el viento, etc. Los fragmentos que se desprenden
reciben el nombre de detritos.
Transporte: consiste en el traslado de los detritos de un lugar a otro.
Sedimentación: consiste en el depósito de los materiales transportados, reciben el
nombre de sedimentos, y cuando estos sedimentos se cementan originan las rocas
sedimentarias.
Los suelos se pueden destruir por las lluvias. Estas van lavando el suelo, quitándole todos
los nutrientes que necesita para poder ser fértil, los árboles no pueden crecer ahí y se
produce una deforestación que conlleva como consecuencia la desertificación
Formación del suelo [editar]
El suelo puede formarse y evolucionar a partir de la mayor parte de los materiales rocosos,
siempre que permanezcan en una determinada posición, el tiempo suficiente para permitir
las anteriores etapas. Se pueden diferenciar:
Suelos autóctonos formados a partir de la alteración in situ de la roca que tienen
debajo.
Suelos alóctonos, formados con materiales provenientes de lugares separados. Son
principalmente suelos de fondos de valle cuya matriz mineral procede de la erosión
de las laderas.
La formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores
mezclándose con materia orgánica en descomposición. El lecho rocoso empieza a
deshacerse por los ciclos de hielo-deshielo, por la lluvia y por otras fuerzas del entorno (I).
El lecho se descompone en la roca madre que, a su vez, se divide en partículas menores

(II). Los organismos de la zona contribuyen a la formación del suelo desintegrándolo
cuando viven en él y añadiendo materia orgánica tras su muerte. Al desarrollarse el suelo,
se forman capas llamadas horizontes (III). El horizonte A, más próximo a la superficie,
suele ser más rico en materia orgánica, mientras que el horizonte C contiene más minerales
y sigue pareciéndose a la roca madre. Con el tiempo, el suelo puede llegar a sustentar una
cobertura gruesa de vegetación reciclando sus recursos de forma efectiva (IV). En esta
etapa, el suelo puede contener un horizonte B, donde se almacenan los minerales lixiviados.
Composición [editar]
Los componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y gaseosos.
Sólidos [editar]
Este conjunto de componentes representa lo que podría denominarse el esqueleto mineral
del suelo y entre estos, componentes sólidos, del suelo destacan:
Silicatos, tanto residuales o no completamente meteorizados, (micas, feldespatos, y
fundamentalmente cuarzo).
o Como productos no plenamente formados, singularmente los minerales de
arcilla, (caolinita, illita, etc.).
Óxidos e hidróxidos de Fe (hematites, limonita, goetita) y de Al (gibsita, bohemita),
liberados por el mismo procedimiento que las arcillas.
Clastos y granos poliminerales como materiales residuales de la alteración mecánica
y química incompleta de la roca originaria.
Otros diversos compuestos minerales cuya presencia o ausencia y abundancia
condicionan el tipo de suelo y su evolución.
o Carbonatos (calcita, dolomita).
o Sulfatos (aljez).
o Cloruros y nitratos.
Sólidos de naturaleza orgánica o complejos órgano-minerales, la materia orgánica
muerta existente sobre la superficie, el humus o mantillo:
o Humus joven o bruto formado por restos distinguibles de hojas, ramas y
restos de animales.
o Humus elaborado formado por sustancias orgánicas resultantes de la total
descomposición del humus bruto, de un color negro, con mezcla de
derivados nitrogenados (amoníaco, nitratos), hidrocarburos, celulosa, etc.
Según el tipo de reacción ácido-base que predomine en el suelo, éste puede
ser ácido, neutro o alcalino, lo que viene determinado también por la roca
madre y condiciona estrechamente las especies vegetales que pueden vivir
sobre el mismo.
Líquidos [editar]
Esta fracción está formada por una disolución acuosa de las sales y los iones más comunes
como Na
+
, K
+
, Ca
2+
, Cl
-
, NO3
-
,… así como por una amplia serie de sustancias orgánicas. La

importancia de esta fase líquida en el suelo estriba en que éste es el vehículo de las
sustancias químicas en el seno del sistema.
El agua en el suelo puede estar relacionada en tres formas diferentes con el esqueleto
sólido:


Tipos de líquido en el suelo.
la primera, está constituida por una película muy delgada, en la que la fuerza
dominante que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida
que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta temperatura.
Esta parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.
la segunda es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales, en
función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción
del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.
finalmente, el agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos
los espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola y
va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales
están llenos de agua, el suelo se dice saturado.
Gases [editar]
La fracción de gases está constituida fundamentalmente por los gases atmosféricos y tiene
gran variabilidad en su composición, por el consumo de O2, y la producción de CO2
dióxido de carbono. El primero siempre menos abundante que en el aire libre y el segundo
más, como consecuencia del metabolismo respiratorio de los seres vivos del suelo,
incluidas las raíces. Otros gases comunes en suelos con mal drenaje son el metano (CH4 ) y
el óxido nitroso (N2O).
Estructura del suelo [editar]
Artículo principal: Estructura del suelo
Se entiende la estructura de un suelo la distribución o diferentes proporciones que
presentan, los distintos tamaños de las partículas sólidas que lo forman, y son:

Materiales finos, (arcillas y limos), de gran abundancia en relación a su volumen, lo
que los confiere una serie de propiedades específicas, como:
o Cohesión.
o Adherencia.
o Absorción de agua.
o Retención de agua.
Materiales medios, formados por tamaños arena.
Materiales gruesos, entre los que se encuentran fragmentos de la roca madre, aún
sin degradar, de tamaño variable.
Los componentes sólidos, no quedan sueltos y dispersos, sino más o menos aglutinados por
el humus y los complejos órgano-minerales, creando unas divisiones verticales
denominadas horizontes del suelo.
La evolución natural del suelo produce una estructura vertical “estratificada” (no en el
sentido que el término tiene en Geología) a la que se conoce como perfil. Las capas que se
observan se llaman horizontes y su diferenciación se debe tanto a su dinámica interna como
al transporte vertical.
El transporte vertical tiene dos dimensiones con distinta influencia según los suelos. La
lixiviación, o lavado, la produce el agua que se infiltra y penetra verticalmente desde la
superficie, arrastrando sustancias que se depositan sobre todo por adsorción. La otra
dimensión es el ascenso vertical, por capilaridad, importante sobre todo en los climas donde
alternan estaciones húmedas con estaciones secas.
Se llama roca madre a la que proporciona su matriz mineral al suelo. Se distinguen suelos
autóctonos, que se asientan sobre su roca madre, lo que representa la situación más común,
y suelos alóctonos, formados con una matriz mineral aportada desde otro lugar por los
procesos geológicos de transporte.
Horizontes [editar]
Se denomina horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en
el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura,
adherencia, etc. El perfil del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes.
Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes
fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:

Horizontes del suelo.
Horizonte 0, "Capa superficial del horizonte A"
Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la
vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de materia
orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua
arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles.
Horizonte B o zona de precipitación: Carece prácticamente de humus, por lo que su
color es más claro, en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba,
principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, carbonatos,
etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas
lateríticas tropicales.
Horizonte C o subsuelo: Está constituido por la parte más alta del material rocoso in
situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración
mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las
primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica),
pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.
Horizonte D u horizonte R o material rocoso: es el material rocoso subyacente que
no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos distinguen
entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la roca madre, y R,
cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base física sin una relación
especial con la composición mineral del suelo que tiene encima.

Los caracteres, textura y estructura de los horizontes pueden variar ampliamente, pudiendo
llegar de un horizonte A de centímetros a metros.
Clasificación del suelo [editar]
Artículo principal: Clasificación de suelos

Para denominar los diferentes tipos de suelo que podemos encontrar en el mundo, se han
desarrollado diversos tipos de clasificaciones que, mediante distintos criterios, establecen
diferentes tipologías de suelo. De entre estas clasificaciones, las más utilizadas son:
Clasificación Climática o Zonal, que se ajustan o no, a las características de la
zona bioclimática donde se haya desarrollado un tipo concreto de suelo, teniendo así
en cuenta diversos factores como son los climáticos y los biológicos, sobre todo los
referentes a la vegetación. Esta clasificación ha sido la tradicionalmente usada por
la llamada Escuela Rusa.
Clasificación Genética, en la que se tiene en cuenta la forma y condiciones en las
que se ha desarrollado la génesis de un suelo, teniendo en cuenta por tanto, muchas
más variables y criterios para la clasificación.
Clasificación Analítica (conocida como Soil Taxonomy), en la que se definen unos
horizontes de diagnóstico y una serie de caracteres de referencia de los mismos.Es
la establecida por la Escuela Americana.
Hoy día, las clasificaciones más utilizadas se basan fundamentalmente en el perfil del
suelo, condicionado por el clima. Se atiende a una doble división: zona climática y, dentro
de cada zona, el grado de evolución. Dentro de ésta, se pueden referir tres principales
modelos edáficos que responderían a las siguientes denominaciones:
Podzol: es un suelo típico de climas húmedos y fríos.
Chernozem: es un suelo característico de las regiones de climas húmedos con
veranos cálidos.
Latosol o suelo laterítico: es frecuente en regiones tropicales de climas cálidos y
húmedos, como Venezuela y en Argentina (Noreste, Provincia de Misiones, frontera
con Brasil)
Textura del suelo [editar]
Artículos principales: Textura del suelo y Granulometría
La textura del suelo está determinada por la proporción de los tamaños de las partículas que
lo conforman. Para los suelos en los que todas las partículas tienen una granulometría
similar, internacionalmente se usan varias clasificaciones, diferenciándose unas de otras
principalmente en los límites entre las diferentes clases. En un orden creciente de
granulometría pueden clasificarse los tipos de suelos en arcilla, limo, arena, grava, guijarros
o bloques.
En función de cómo se encuentren mezclados los materiales de granulometrías diferentes,
además de su grado de compactación, el suelo presentará características diferentes como su
permeabilidad o su capacidad de retención de agua. Y su capacidad de usar desechos como
abono para el crecimiento de las plantas..

Importancia del suelo [editar]
El suelo tiene gran importancia porque interviene en el ciclo del agua y los ciclos de los
elementos y en él tienen lugar gran parte de las transformaciones de la energía y de la
materia de los ecosistemas.

Además, como su regeneración es muy lenta, el suelo debe considerarse como un recurso
no renovable y cada vez más escaso, debido a que está sometido a constantes procesos de
degradación y destrucción.
Corteza terrestre
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Para otros usos de este término, véase corteza (desambiguación).


Capas terrestres, en un dibujo esquemático.
Se denomina corteza terrestre a la corteza planetaria de la Tierra, la capa más superficial
de su estructura geológica. Su espesor varía de 12 km, en el fondo oceánico, hasta 60 km en
las zonas montañosas de los continentes; los elementos más abundantes de esta capa son el
silicio, el oxígeno, el aluminio y el magnesio. La corteza de la Tierra ha sido generada por
procesos ígneos, y estas cortezas son más ricas en elementos incompatibles que sus mantos
subyacentes.
Tipos de corteza terrestre [editar]

Corteza oceánica, corteza continental y manto.
Existen dos tipos de corteza terrestre: la corteza oceánica y la corteza continental.
Corteza oceánica [editar]
La corteza oceánica cubre aproximadamente el 75% de la superficie planetaria. Es más
delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel más inferior, llamado
nivel III, linda con el manto en la discontinuidad de Mohorovicic; está formado por gabros,
rocas plutónicas básicas. Sobre los gabros se sitúa el nivel II de basaltos, rocas volcánicas
de la misma composición que los gabros, básicos como ellos; se distingue una zona inferior
de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más superficial se basa en basaltos
almohadillados, formados por una solidificación rápida de lava en contacto con el agua del
océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I, formado por los sedimentos, pelágicos en el
medio del océano y terrígenos en las proximidades de los continentes, que se van
depositando paulatinamente sobre la corteza magmática una vez consolidadas. Las rocas
mas abundantes de esta capa son los piroxenos y los feldespatos y los elementos son el
silico el oxígeno el hierro y el magnesio.
Corteza continental [editar]
Artículo principal: Corteza continental
La corteza continental es de naturaleza menos homogénea, ya que está formada por rocas
con diversos orígenes. En ella predominan las rocas ígneas intermedias-ácidas (como el
granito por ejemplo) acompañadas de grandes masas de rocas metamórficas formadas por
metamorfismo regional en los orógenos y extensamente recubiertas, salvo en los escudos,
por sedimentarias muy variadas. En general, contiene más silicio y cationes más ligeros y,
por tanto, es menos densa que la corteza oceánica. Tiene también un grosor mayor y en la
historia geológica se observa un aumento en su proporción respecto del total de corteza
terrestre, ya que, por su menor densidad, es difícil que sus materiales sean sumergidos en el
manto. Las rocas más abundantes de esta capa son los cuarzos, los feldespatos y las micas.
y los elementos químicos más abundantes son el silicio, el oxígeno, el aluminio, el calcio,
el sodio y el potasio.
Composición química

De forma general podemos considerar que la atmósfera es una mezcla de gases
muy estables, ya que la proporción en la que se encuentran es prácticamente
homogénea, sobre todo en las proximidades de la superficie terrestre (hasta 80 km
de altura),debido a los procesos de mezcla que en ella se dan. A partir de los 80
kilómetros la composición se hace más variable



Estos gases se encuentran retenidos cerca de la superficie terrestre debido a la
fuerza de la gravedad. A medida que aumenta la altura, la densidad de la
atmósfera disminuye con rapidez, así en los 5,5 kilómetros más cercanos a la
superficie se encuentra la mitad de la masa total y en los primeros 20 kilómetros
de altura está el 95% de toda la masa atmosférica. La atmósfera está compuesta
principalmente de Nitrógeno (78,08%) y Oxígeno (20,95%), estos gases suponen
el 99% del volumen total.

Junto a éstos, existen otros gases en menor cantidad como el Argón (0.93 %) y el
Dióxido de carbono (0.035%). Los demás componentes están en tan pequeña
proporción que se les suele llamar componentes traza, presentes en cantidades
inferiores al 0,00001%.

El vapor de agua se encuentra en una proporción muy variable en la atmósfera,
normalmente varía entre el 1% y el 4%. El porcentaje de agua en la atmósfera
decrece rápidamente conforme se incrementa la altitud.

La composición natural básica de la atmósfera se expone en la tabla 1.

Tabla1. Composición química de la
atmósfera
Gases
Volumen
%(aire seco)
Nitrógeno(N2) 78,08
Oxigeno(O2) 20,95
Argón(Ar) 0,93
Vapor de
Agua(H2O)
1 - 3
Dióxido de carbono
(CO2)
0,035


Existen una serie de sustancias en la atmósfera, las cuales si sobrepasan ciertas
concentraciones, pueden originar efectos no deseados, son los llamados
contaminantes atmosféricos.

En consecuencia, las emisiones de éstas, producidas por el hombre, deber ser
controladas, para evitar que su concentración total alcance niveles que puedan ser
considerados nocivos para los seres vivos o bienes materiales.



Litosfera
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Colisión tectónica de dos placas continentales.
La litosfera o litósfera
1
(del griego λίθος, "piedra" y σφαίρα, "esfera") es la capa
superficial de la Tierra sólida, caracterizada por su rigidez. Está formada por la corteza
terrestre y por la zona contigua, la más externa, del manto residual, y «flota» sobre la
astenosfera, una capa «blanda» que forma parte del manto superior. Es la zona donde se
produce, en interacción con la astenosfera, la tectónica de placas.
La litosfera está fragmentada en una serie de placas tectónicas o litosféricas, en cuyos
bordes se concentran los fenómenos geológicos endógenos, como el magmatismo (incluido
el vulcanismo), la sismicidad o la orogénesis. Las placas pueden ser oceánicas o mixtas,
cubiertas en parte por corteza de tipo continental.
Interpretación [editar]
La distinción u oposición litosfera/astenosfera se basa en las propiedades reológicas, de
carácter físico, a diferencia de la distinción corteza/manto, que se basa en la composición
química. Mientras el límite corteza/manto, la discontinuidad de Mohorovicic, es en casi
todas las partes una interfase nítida que separa rocas de diferente composición química, el
límite litosfera/astenosfera corresponde a una transición de fase relacionada con ciertos
valores críticos de presión y temperatura que se alcanza a una profundidad que varía con el
carácter de los materiales que están encima. Así, la transición es más profunda bajo los
materiales relativamente poco densos de los continentes que bajo los más densos de la
litosfera oceánica. La astenosfera (del griego ἀσθενός, astenos, sin resistencia) es la zona
del manto que subyace a la litosfera, de la que se distingue por un comportamiento mucho
más plástico.
Definiciones prácticas [editar]
En la práctica no es fácil traducir esta interpretación teórica a un espesor concreto. Se
aplican distintas aproximaciones a
Litosfera térmica. Bajo este concepto la litosfera constituye la capa límite superior
fría de la convección del manto. En otras palabras la litosfera se diferencia
térmicamente de la astenosfera por ser conductiva (y no convectiva) y por poseer un

gradiente geotérmico elevado. Algunos autores proponen que el límite inferior de la
litosfera se encuentra en la isoterma 600 °C, debido a que a partir de esta
temperatura el olivino comienza a ser dúctil (o plástico).
Litosfera sísmica. La base de la litosfera se caracteriza por una reducción en la
velocidad de propagación de las ondas S y una elevada atenuación de las ondas P.
Esta definición tiene la ventaja que es fácilmente detectable a través de estudios
sismológicos.
Litosfera elástica. Desde el punto de vista de la reología, la litosfera es la capa
elástica que flota sobre la astenosfera. Gracias al principio de isostasia regional o
flexión litosférica, es posible calcular el espesor elástico de la litosfera a partir de su
curvamiento bajo cargas la (des)glaciación (midiendo el rebote post-glacial) o la
erosión de los continentes.
Las litosferas térmica y sísmica tienen espesores equivalentes. En general el espesor de la
litosfera elástica es mayor a los otros dos. La litósfera es la capa rocosa externa de la tierra.
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