2. La filosofía de la cultura de O. Spengler (1880-1936) La cultura es un protofenómeno de la historia universal: una cultura es un organismo que surge cuando el alma de una colectividad despierta de su condición primitiva, toma una forma propia y florece. Posteriormente, se desarrolla y muere. Precisamente cuando ella entra a su fase decadente se transforma en civilización. “Cuando la meta ha sido alcanzada y la idea, la plenitud de posibilidades internas se ha cumplido y se ha realizado hacia afuera, entonces, de repente, la cultura se anquilosa, muere, su sangre cuaja, sus fuerzas se agotan –se transforma en civilización”. Es decir, frene a la cultura como lo vivo y creador, la civilización es lo fosilizado y momificado. Todo lo que sabemos del hombre se agrupa en dos grandes edades. La primera es la de la cultura primitiva que era algo fuerte e integral lleno de vida y eficacia, pero a lo que le faltaba unidad y un carácter orgánico. La segunda edad es la de las grandes culturas que nacen a partir del año 3000 a.C. Ellas han sido ocho: la egipcia, la babilónica, la antigua o clásica, la de la India, la de China, la mágica, la faústica u occidental y la mejicana. Tienen un Estado y religión, una ciencia y arte peculiares, o sea que son diferentes e independientes unas de otras ; cada una con su forma de ser peculiar y su propia alma. Pasan siempre por cuatro edades sucesivas: primavera, verano, otoño e invierno, y cada una tiene su símbolo característico: la nada (cultura india), el camino (cultura egipcia), el cuerpo material (cultura griega), la cueva (cultura mágica) y el espacio puro e infinito (cultura faústica )