La inactivación de las hormonas esteroideas siempre supone su reducción, al principio la
testosterona se reduce a una forma menos activa mediante la enzima 5-alfa-reductasa para
formar dihidrotestosterona. Las reacciones de inactivación se producen sobre todo en el hígado, y
por lo general convierten en hidrosolubles los esteroides, lo cual viene determinado por su
conjugación con sulfatos excretados en la orina.
3. HORMONAS DERIVADAS DE LA TIROSINA
Los dos grupos de hormonas derivadas de la tirosina, las hormonas tiroideas y las catecolaminas,
se forman gracias a la acción de las enzimas situadas en el citoplasma de las células glandulares.
Las catecolaminas (dopamina, adrenalina y noradrenalina) se forman en la medula suprarrenal a
partir del aminoácido tirosina, que puede sintetizarse en el hígado o provenir de la dieta. Primero
se forma la dopamina en el citoplasma y se concentra en los denominados gránulos cromafines de
la médula suprarrenal; ahí se modifica para producir la noradrenalina y, de nuevo en el citoplasma,
se completa la biosíntesis con la formación de la adrenalina, la cual es secretada cuatro veces más
que la noradrenalina. Al igual que ocurre con las hormonas proteicas almacenadas en gránulos
secretores, las catecolaminas de la medula suprarrenal también se liberan por exocitosis.
Las hormonas tiroideas son también derivados del aminoácido tirosina, su síntesis es muy
compleja. Esta complejidad está relacionada con la presencia de iodo en su molécula. Cuando,
durante la evolución, los animales abandonaron el mar y colonizaron la tierra, en la que este
oligoelemento es muy escaso, la glándula tiroides se especializó en captarlo y concentrarlo. Las
células que van a producir las hormonas tiroideas forman pequeñas esferas, los folículos tiroideos,
que contienen en su interior una cavidad rellena de una sustancia llamada coloide. Aunque otros
órganos pueden también captar el ioduro, solamente las células tiroideas expresan una proteína
de gran peso molecular denominada tiroglobulina la cual se incorpora a las hormonas tiroideas,
tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), que contienen 4 y 3 átomos de iodo, respectivamente.
La secreción hormonal comienza cuando se escinden las aminas de la tiroglobulina y las hormonas
no unidas se liberan hacia el torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, la mayor parte de las
hormonas tiroideas se combinan con proteínas plasmáticas, en especial, con la globulina fijadora
de la tiroxina, que libera con lentitud las hormonas en los tejidos efectores.
CLASIFICACIÓN SEGÚN SU SOLUBILIDAD:
Además de esta clasificación de acuerdo con las características químicas de las hormonas, también
podemos clasificar las hormonas según su solubilidad. Entre las sustancias hidrosolubles,
encontraremos las hormonas peptídicas y proteicas, mientras que en el otro extremo, el de las
hormonas liposolubles, estarán las hormonas esteroideas.
Con respecto a las hormonas derivadas de los aminoácidos, las catecolaminas serán solubles en
agua, mientras que las hormonas tiroideas serán liposolubles.