En materia de empleo, el objetivo del transporte no es crear una gran cantidad de puestos de
trabajo, sino proporcionar servicios eficientes que contribuyan a que los empleos se creen
en otros sectores. A pesar de ello, el transporte es un importante generador de
oportunidades de trabajo. La provisión de servicios al público obliga a que intervengan
personas con distintos oficios, profesiones y niveles de preparación.
Las industrias abastecedoras del transporte también generan múltiples puestos de trabajo, al
igual que aquellas que dependen de él. Por otra parte, la evolución tecnológica de la
infraestructura, los vehículos y los equipos que usa provocan cambios en la naturaleza de
los empleos generados; surgen nuevos perfiles de trabajo, mientras otros quedan obsoletos
y desaparecen. Esta evolución llega a generar conflictos laborales debidos al
desplazamiento de trabajadores.
2.2.3 Efectos políticos
Desde el punto de vista político, la cobertura del transporte es vital para preservar la
integridad territorial de un país. No es casual que las instalaciones del sistema de transporte
sean estratégicas, tanto por su relevancia para la comunicación y el acceso a las regiones
del territorio, como por permitir la movilización de elementos de control, vigilancia y
auxilio.
A través de la historia, las civilizaciones han pugnado siempre por controlar sus territorios,
tanto para protegerse como para conquistar y controlar su comercio interno y externo. Los
ejemplos de redes de caminos, vías térreas, puertos y aeropuertos construidos siguiendo
criterios de política nacional, o bien dándoles acusada preponderancia, son abundantes.
La complejidad del sistema de transporte da lugar a la participación de grupos muy diversos
con intereses a veces conflictivos, lo que genera situaciones por resolver mediante arbitraje.
Las decisiones de inversión, en particular, suelen estar rodeadas por factores que requieren
cuidadosa ponderación y estudio, como la distribución de beneficios y costos de la
inversión entre los grupos sociales.
2.2.4 Efectos sobre el entorno del transporte
El transporte de personas y mercancías, a pesar de no ser un fin en sí mismo, es
indispensable para cualquier comunidad. El valor de sus funciones económicas, sociales y
políticas es tal, que justifica la constante preocupación por que opere con una calidad y
cobertura razonables para atender las necesidades de la población. Sin embargo, al
satisfacer esos requerimientos, el transporte también produce consecuencias indeseables
para la sociedad, las cuales son resultado directo de su funcionamiento. Estas consecuencias
son en gran medida inevitables, aunque se pueden mitigar; las más destacadas son el
consumo de recursos, entre los que figuran el suelo y los energéticos, los accidentes, el
deterioro del medio ambiente y la tensión que genera entre los habitantes, sobre todo en las
grandes zonas urbanas. Dada la extensión de cada uno de estos temas y su lejana relación
con el tema principal de este trabajo, no se tratarán más.
2. Funciones y efectos del transporte
En esencia, en los países en vías de desarrollo las funciones y los efectos del transporte
durante los años por venir seguirán siendo los mismos que en el pasado. pues su naturaleza
fundamental no cambiará. Sin embargo, a la luz de las tendencias y los requerimientos
identificados en el capítulo 1, queda clara la necesidad de que esas mismas funciones, sobre