Autocorrectivos: para que el
alumnado sepa si lo está haciendo
bien o no.
Autónomos: permitiendo el
trabajo independiente del niño
desarrollando sus capacidades
intelectuales, sociales,
emocionales y criticas.
Analíticos: al intentar aislar las diversas
sensaciones y proponer aprendizajes
de forma acumulativa potenciando
fomentar la curiosidad, la libertad y las
oportunidades de aprender en el niño.