Guión de Presentación_ Psicología Evolutiva del Desarrollo Infantil.pdf
MaLouGarciaL
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PSICOLOGIA
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Added: Oct 26, 2025
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neuronas que ya están presentes están formando conexiones entre sí a un ritmo absolutamente
extraordinario.
Durante los primeros años de vida, especialmente durante los primeros tres años, el cerebro del
niño está formando sinapsis a un ritmo de aproximadamente un millón de nuevas conexiones
por segundo. Lean eso de nuevo: un millón de nuevas conexiones por segundo. Este período de
sinaptogénesis explosiva es lo que hace posible el aprendizaje rápido que observamos en bebés
y niños pequeños. Pero también crea una sobreabundancia de conexiones.
Alrededor de los dos o tres años, un niño tiene aproximadamente el doble de sinapsis que un
adulto. Esto podría parecer algo bueno, pero en realidad un cerebro necesita ser eficiente, no
solo tener el máximo número de conexiones posibles. Entonces comienza un proceso llamado
poda sináptica. Las conexiones que se usan frecuentemente se fortalecen y se mantienen. Las
conexiones que raramente se usan se debilitan y eventualmente se eliminan. Este proceso sigue
un principio simple pero profundo: úsalo o piérdelo.
Aquí está por qué esto es absolutamente crucial para ustedes como educadoras. Las
experiencias que proporcionan a los niños durante estos años críticos están literalmente
esculpiendo sus cerebros. Cuando exponen a un niño a lenguaje rico y variado, están
fortaleciendo las conexiones neuronales en las áreas del lenguaje. Cuando proporcionan
oportunidades para movimiento y exploración física, están fortaleciendo conexiones en áreas
motoras. Cuando crean un ambiente emocionalmente seguro y responsivo, están permitiendo
que las áreas del cerebro involucradas en la regulación emocional se desarrollen
apropiadamente.
Pero lo contrario también es cierto. Las conexiones que no se usan se pierden. Un niño que no
está expuesto a lenguaje durante los primeros años tendrá dificultades permanentes con el
lenguaje porque las ventanas críticas para ese desarrollo se habrán cerrado. Un niño que no
tiene oportunidades de desarrollar habilidades motoras finas perderá la ventana óptima para
ese desarrollo. Un niño que crece en un ambiente de estrés crónico tendrá conexiones
sobredesarrolladas en los circuitos de miedo y estrés, pero conexiones subdesarrolladas en
áreas involucradas en funciones ejecutivas superiores.
Esta comprensión de la plasticidad neuronal debería infundir en ustedes tanto un sentido de
oportunidad como un sentido de responsabilidad. La oportunidad es que incluso niños que han
tenido comienzos difíciles pueden beneficiarse enormemente de intervenciones apropiadas,
especialmente si esas intervenciones ocurren mientras el cerebro todavía es altamente plástico.
La responsabilidad es que las experiencias que proporcionan en sus aulas están teniendo
efectos reales y duraderos en el desarrollo cerebral de los niños. Esto no es solo cuidado de
niños; están literalmente ayudando a construir cerebros.
Diapositiva 10: El Cerebro Humano - Estructura
Ahora vamos a enfocarnos específicamente en el cerebro, este órgano extraordinario que es sin
duda el objeto más complejo en el universo conocido. Comprender la estructura básica del
cerebro les ayudará a entender por qué los niños desarrollan diferentes capacidades en
diferentes momentos.
Un cerebro humano adulto pesa aproximadamente mil trescientos gramos, menos del dos por
ciento del peso corporal total. Pero consume aproximadamente el veinte por ciento de toda la
energía que el cuerpo utiliza. Esto nos dice algo importante: el cerebro es metabólicamente muy
costoso. La evolución no habría invertido tanto en el cerebro humano si no proporcionara
ventajas tremendas para la supervivencia.
Aquí está un hecho fascinante sobre el desarrollo: cuando un bebé nace, su cerebro ya pesa
aproximadamente trescientos cincuenta gramos, alrededor del veinticinco por ciento del peso
del cerebro adulto. Para cuando el niño cumple tres años, el cerebro ha alcanzado
aproximadamente el ochenta por ciento del peso adulto. Esto significa que el crecimiento
cerebral más rápido ocurre durante los primeros años de vida. Pero este crecimiento no es
simplemente un aumento en el tamaño; es un proceso complejo de organización y
reorganización.
El cerebro se puede dividir en tres regiones principales basadas en su evolución y desarrollo. El
cerebro posterior, que incluye el cerebelo y el tronco cerebral, es evolutivamente la parte más
antigua y está completamente funcional al nacer. Controla funciones vitales básicas como
respiración, ritmo cardíaco, y ciclos de sueño-vigilia. Un bebé recién nacido puede respirar, su
corazón late, puede regular su temperatura corporal básicamente, porque estas funciones están
controladas por esta parte primitiva pero esencial del cerebro.
El cerebro medio, una región relativamente pequeña, sirve principalmente como estación de
relevo entre el cerebro posterior y el cerebro anterior, aunque también está involucrada en
funciones como la coordinación de informaci# Guión de Presentación: Psicología Evolutiva del
Desarrollo Infantil
Asignatura: Psicología Evolutiva del Desarrollo Infantil
Carrera: Educación Inicial
Docente: Lourdes García López
Duración estimada: 120-150 minutos
Diapositiva 1: Portada
Buenos días a todas. Es un verdadero placer darles la bienvenida a este espacio de aprendizaje
donde exploraremos juntas uno de los temas más fascinantes y fundamentales para nuestra
formación como educadoras de la primera infancia: la Psicología Evolutiva del Desarrollo
Infantil.
Hoy vamos a embarcarnos en un viaje intelectual que nos llevará desde los fundamentos
filosóficos del conocimiento científico hasta las bases biológicas que sustentan cada sonrisa,
cada logro, cada aprendizaje de los niños con los que trabajarán. Este no es simplemente un
conjunto de teorías abstractas que deben memorizar para un examen. Lo que estudiaremos hoy
tiene aplicaciones prácticas y directas en su labor diaria como educadoras.
Vamos a responder preguntas fundamentales que toda educadora debería hacerse: ¿Cómo
sabemos lo que sabemos sobre el desarrollo infantil? ¿Qué procesos ocurren dentro del cerebro
de un niño cuando aprende algo nuevo? ¿Por qué diferentes teóricos proponen explicaciones
distintas sobre el mismo fenómeno del desarrollo? Y lo más importante, ¿cómo podemos aplicar
todo este conocimiento para convertirnos en mejores profesionales?
Durante esta presentación tendremos oportunidades para reflexionar, discutir y conectar la
teoría con la práctica. Al final, habrá actividades tanto para desarrollar en clase como tareas que
les permitirán profundizar en estos conceptos. Les pido que mantengan una actitud abierta y
curiosa, que hagan preguntas cuando algo no quede claro, y que piensen constantemente en
cómo lo que estamos aprendiendo se relaciona con situaciones reales que han observado o
experimentado con niños.
Diapositiva 2: Introducción a la Epistemología
Comenzamos nuestro recorrido con una pregunta que puede parecer abstracta pero que es
absolutamente fundamental: ¿Qué es la epistemología y por qué debería importarnos como
educadoras?
La epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento mismo. Es como voltear
el espejo hacia nosotros mismos y preguntarnos no solo qué sabemos, sino cómo sabemos lo
que sabemos. Cuando aplicamos este pensamiento epistemológico a la psicología del
desarrollo, nos estamos preguntando algo profundo y relevante: ¿Cómo llegamos a conocer y
comprender la mente infantil? ¿Qué métodos son válidos para estudiar a los niños? ¿Qué tipo
de conocimiento podemos realmente obtener sobre el desarrollo psicológico?
Imaginen por un momento que están en su aula y observan a un niño de tres años que no
quiere compartir sus juguetes con otros niños. Una educadora sin formación epistemológica
podría simplemente concluir que el niño es egoísta o malcriado. Pero una educadora con
pensamiento epistemológico se preguntaría: ¿Cómo sé que esta conducta refleja egoísmo?
¿Qué evidencia tengo? ¿Podría haber otras explicaciones? ¿Esta interpretación está basada en
teorías sólidas o en mis propias suposiciones culturales? ¿Qué dicen las investigaciones
científicas sobre el desarrollo del concepto de compartir en niños de esta edad?
Verán, el desarrollo infantil está lleno de mitos, creencias populares y consejos bien
intencionados pero no siempre basados en evidencia. Como profesionales de la educación,
tenemos la responsabilidad de distinguir entre el conocimiento basado en evidencia científica
sólida y las creencias no fundamentadas. La epistemología nos proporciona las herramientas
para hacer precisamente eso.
Cuando comprendemos los fundamentos epistemológicos de nuestra disciplina, nos
convertimos en consumidoras críticas de información. No aceptamos ciegamente cualquier
teoría o método que esté de moda. En cambio, preguntamos: ¿Cuál es la evidencia? ¿Cómo se
obtuvo esta información? ¿Los métodos utilizados fueron rigurosos? ¿Los resultados son
generalizables a los niños con los que trabajo? Estas son las preguntas que una educadora
profesional, con pensamiento epistemológico desarrollado, debe hacerse constantemente.
Diapositiva 3: Conceptos Básicos Epistemológicos
Ahora que entendemos por qué la epistemología es importante, necesitamos familiarizarnos
con algunos conceptos fundamentales que aparecerán una y otra vez en nuestro estudio de la
psicología del desarrollo. Estos conceptos son las herramientas básicas de nuestro pensamiento
científico.
Empecemos con el concepto de paradigma. Un paradigma es mucho más que simplemente una
teoría o un método. Es un marco general, una cosmovisión completa que define cómo una
comunidad científica entiende su objeto de estudio. Piensen en un paradigma como los lentes a
través de los cuales miramos el mundo. Diferentes paradigmas hacen que las mismas
observaciones sean interpretadas de maneras completamente distintas.
Por ejemplo, imaginemos que observamos a un bebé de seis meses que llora cuando su madre
sale de la habitación. Un científico trabajando dentro del paradigma conductista podría
interpretar esto como una respuesta condicionada: el bebé ha aprendido que la presencia de la
madre está asociada con satisfacción de necesidades. Un científico dentro del paradigma
psicoanalítico podría interpretarlo como manifestación de ansiedad de separación relacionada
con el desarrollo del yo. Un científico dentro del paradigma de la teoría del apego lo
interpretaría como evidencia de un vínculo afectivo formándose. Misma observación,
interpretaciones radicalmente diferentes, porque están trabajando desde paradigmas distintos.
Las teorías son sistemas organizados de principios que nos permiten explicar fenómenos
observables y hacer predicciones. Una buena teoría en psicología del desarrollo debe cumplir
varios criterios. Debe ser internamente consistente, debe estar apoyada por evidencia empírica,
debe ser capaz de generar predicciones que puedan ser probadas, y debe ser útil para guiar la
práctica. Las teorías no son verdades absolutas e inmutables. Son explicaciones provisionales
que se mantienen vigentes mientras la evidencia las respalde, y se modifican o descartan
cuando nueva evidencia sugiere que son inadecuadas.
El método científico es el proceso sistemático que utilizamos para obtener conocimiento
confiable. En la psicología del desarrollo, esto significa observar cuidadosamente a los niños,
formular hipótesis sobre por qué se comportan de ciertas maneras, diseñar estudios que
prueben esas hipótesis de manera rigurosa, analizar los datos objetivamente, y extraer
conclusiones basadas en la evidencia. No es un proceso perfecto, pero es el mejor proceso que
tenemos para obtener conocimiento que sea verificable y no simplemente basado en opiniones
personales.
Finalmente, los conceptos de validez y confiabilidad son cruciales. La validez se refiere a si
estamos midiendo realmente lo que creemos estar midiendo. Por ejemplo, si quiero medir la
inteligencia de un niño y le pido que dibuje una persona, ¿realmente estoy midiendo
inteligencia o estoy midiendo habilidad artística? La confiabilidad se refiere a si nuestras
mediciones son consistentes. Si evalúo el desarrollo de un niño hoy y obtengo ciertos
resultados, y lo evalúo mañana con la misma prueba, ¿obtendré resultados similares?
Como educadoras, necesitan poder evaluar críticamente las herramientas y métodos que
utilizan. Si van a usar una escala de desarrollo infantil, necesitan saber si esa escala es válida y
confiable. Si leen sobre un nuevo método de enseñanza, necesitan evaluar si la evidencia que lo
respalda es sólida. Estos conceptos epistemológicos básicos son las herramientas que les
permitirán hacer esas evaluaciones críticas.
Diapositiva 4: Historia de la Psicología - Orígenes
Para comprender verdaderamente dónde estamos ahora en la psicología del desarrollo,
necesitamos entender de dónde venimos. La historia de nuestra disciplina es fascinante y nos
enseña lecciones importantes sobre cómo evoluciona el conocimiento científico.
La psicología no surgió de la nada en el siglo diecinueve. Tiene raíces profundas en la filosofía
antigua. Filósofos como Platón y Aristóteles, viviendo hace más de dos mil años, ya se
preguntaban sobre la naturaleza de la mente, el origen del conocimiento, y cómo las personas
aprenden y se desarrollan. Estas no eran simplemente especulaciones ociosas; estas preguntas
filosóficas establecieron el fundamento para todo lo que vendría después.
Platón creía en el innatismo, la idea de que el conocimiento está presente en la mente desde el
nacimiento. Según su teoría, aprender es realmente recordar conocimiento que ya poseíamos
pero habíamos olvidado. Esta visión sugería que los niños nacen con capacidades y
conocimientos fundamentales ya incorporados en su mente. Por otro lado, Aristóteles propuso
una visión empirista, comparando la mente del recién nacido con una tabla rasa, una pizarra en
blanco sobre la cual la experiencia escribe. Según esta perspectiva, todo lo que sabemos
proviene de la experiencia sensorial.
Este debate entre innatismo y empirismo, entre naturaleza y crianza, entre lo que traemos al
nacer y lo que el ambiente nos proporciona, ha persistido a través de los siglos y continúa
siendo relevante hoy. Aunque ahora entendemos que la realidad es mucho más compleja que
cualquiera de estas posiciones extremas, reconocer que este debate tiene más de dos mil años
de historia nos ayuda a apreciar la profundidad y complejidad de las preguntas que
enfrentamos.
El momento definitorio en la historia de nuestra disciplina ocurrió en mil ochocientos setenta y
nueve, cuando Wilhelm Wundt estableció el primer laboratorio de psicología experimental en
Leipzig, Alemania. Esto fue revolucionario porque marcó la transición de la psicología desde la
filosofía especulativa hacia una ciencia empírica. Wundt declaró que la mente podía ser
estudiada usando los mismos métodos rigurosos que se usaban para estudiar la física o la
química. Ya no nos contentaríamos con simplemente filosofar sobre la mente; ahora la
estudiaríamos mediante observación sistemática y experimentación controlada.
¿Por qué es importante esto para ustedes como educadoras? Porque significa que las prácticas
educativas deberían basarse en evidencia científica, no simplemente en tradición o intuición.
Cuando Wundt abrió ese laboratorio, estaba estableciendo el principio de que nuestras
afirmaciones sobre cómo funciona la mente deben ser probadas, verificadas, y respaldadas por
datos. Este es el mismo principio que debe guiar su práctica profesional.
Diapositiva 5: Evolución de Enfoques Psicológicos
A medida que la psicología evolucionó como disciplina científica, surgieron diferentes escuelas
de pensamiento, cada una con su propia visión sobre cómo debería estudiarse la mente y el
comportamiento. Comprender estas corrientes históricas es esencial porque cada una ha dejado
su huella en cómo entendemos el desarrollo infantil hoy.
El estructuralismo fue uno de los primeros enfoques. Wundt y su estudiante Titchener querían
descomponer la conciencia en sus elementos básicos, de la misma manera que un químico
descompone una sustancia en sus elementos constituyentes. Utilizaban un método llamado
introspección, donde personas entrenadas reportaban sistemáticamente sobre sus propias
experiencias mentales. Aunque este enfoque resultó ser demasiado limitado y subjetivo,
estableció el precedente importante de que la psicología debía ser metódica y sistemática.
El funcionalismo, desarrollado por William James en Estados Unidos, tomó una dirección
diferente. En lugar de preguntar de qué está hecha la conciencia, James preguntó para qué
sirve. ¿Cómo ayudan los procesos mentales a las personas a adaptarse y sobrevivir en su
ambiente? Esta perspectiva fue profundamente influenciada por las ideas de Darwin sobre la
evolución. James argumentaba que la conciencia había evolucionado porque servía funciones
útiles. Esta escuela de pensamiento tuvo un impacto enorme en la educación porque enfatizaba
la importancia de entender cómo los procesos mentales ayudan a las personas a funcionar en el
mundo real, no solo en el laboratorio.
Luego llegó Sigmund Freud con el psicoanálisis, y la psicología nunca volvió a ser la misma.
Freud propuso que gran parte de nuestra vida mental es inconsciente, que las experiencias de la
primera infancia tienen efectos profundos y duraderos en el desarrollo de la personalidad, y que
el desarrollo ocurre en etapas definidas. Aunque muchos aspectos específicos de la teoría
freudiana han sido cuestionados o descartados por la investigación posterior, su énfasis en la
importancia de las experiencias tempranas y del desarrollo emocional fue absolutamente
revolucionario y sigue siendo relevante.
El conductismo, liderado por John Watson y más tarde por B.F. Skinner, representó una reacción
contra tanto el estructuralismo como el psicoanálisis. Los conductistas argumentaban que la
psicología debería estudiar solo lo que puede observarse y medirse objetivamente: el
comportamiento. Desecharon conceptos como la conciencia y el inconsciente como no
científicos. Esta escuela tuvo un impacto masivo en la educación porque demostró
experimentalmente cómo el comportamiento puede ser moldeado a través del
condicionamiento, mediante recompensas y castigos.
El humanismo surgió en los años cincuenta como una reacción contra lo que sus proponentes
veían como visiones demasiado mecanicistas y reduccionistas del ser humano. Abraham Maslow
y Carl Rogers enfatizaron el potencial humano, la autorrealización, y la importancia de las
necesidades emocionales. Aunque menos dominante en la investigación académica, el
humanismo tuvo un impacto significativo en la práctica educativa al enfatizar la importancia de
atender las necesidades emocionales de los estudiantes y de verlos como personas completas,
no solo como recipientes de información.
Finalmente, el cognitivismo emergió en los años sesenta, devolviendo los procesos mentales
internos al centro de la psicología, pero esta vez estudiándolos de manera rigurosa y científica.
Jean Piaget, Lev Vygotsky, y otros comenzaron a investigar sistemáticamente cómo los niños
piensan, aprenden, recuerdan, y resuelven problemas. Este enfoque sigue siendo dominante en
la psicología del desarrollo actual.
Lo que quiero que comprendan de esta historia es que cada una de estas escuelas de
pensamiento surgió en parte como reacción a las limitaciones de las anteriores. La ciencia
progresa no en línea recta, sino a través de este proceso dialéctico donde las nuevas ideas
surgen en respuesta a las viejas. Y lo más importante, cada una de estas perspectivas contribuyó
algo valioso a nuestra comprensión actual del desarrollo infantil. No debemos descartar
completamente ninguna de ellas, sino aprender de todas.
Diapositiva 6: Psicología Evolutiva Contemporánea
Ahora que hemos recorrido la historia de la psicología, podemos apreciar mejor dónde estamos
hoy. La psicología evolutiva contemporánea ha aprendido de las fortalezas y debilidades de
todas las escuelas históricas que hemos discutido. Ya no nos adherimos rígidamente a un solo
paradigma o escuela de pensamiento. En cambio, reconocemos que el desarrollo humano es
tan complejo que necesitamos múltiples perspectivas para comprenderlo adecuadamente.
La perspectiva biopsicosocial es un perfecto ejemplo de este enfoque integrador. Esta
perspectiva reconoce que el desarrollo resulta de la interacción continua entre factores
biológicos, psicológicos y sociales. Ninguno de estos factores opera aisladamente. Los factores
biológicos, como la genética y la maduración cerebral, influyen en los procesos psicológicos
como el pensamiento y la emoción. Los factores psicológicos influyen en cómo el niño
interactúa con su ambiente social. Y los factores sociales, como la cultura y las relaciones
familiares, pueden incluso influir en la expresión genética y el desarrollo cerebral.
Imaginen a un niño con una predisposición genética hacia la timidez. Esta predisposición
biológica influirá en cómo el niño experimenta situaciones sociales, lo cual es psicológico. Pero
cómo el niño aprende a manejar su timidez dependerá enormemente de factores sociales: ¿Sus
padres son comprensivos y pacientes, o lo presionan para ser más extrovertido? ¿Su cultura
valora la reflexión tranquila o la asertividad social? ¿Tiene oportunidades para practicar
habilidades sociales en ambientes seguros? Todos estos factores interactúan de maneras
complejas para moldear el desarrollo de este niño particular.
El enfoque del curso de vida es otra contribución importante de la psicología contemporánea.
Este enfoque reconoce que el desarrollo no se detiene en la adolescencia o la adultez temprana;
continúa a lo largo de toda la vida. Más importante aún, reconoce que el desarrollo de cada
persona está profundamente influenciado por el contexto histórico y cultural en el que vive. Los
niños que crecieron durante una pandemia global tendrán experiencias de desarrollo muy
diferentes de los que crecieron en tiempos de paz y prosperidad. Esto no significa que un grupo
esté destinado al éxito y otro al fracaso, pero sí significa que debemos entender el desarrollo
dentro de su contexto histórico y cultural específico.
La neurociencia del desarrollo representa quizás el avance más emocionante en la psicología
contemporánea. Por primera vez en la historia, tenemos tecnologías que nos permiten
literalmente ver el cerebro en funcionamiento. Mediante técnicas como la resonancia magnética
funcional, podemos observar qué áreas del cerebro se activan cuando un niño está aprendiendo
a leer, o procesando emociones, o tomando decisiones. Esta capacidad de conectar procesos
psicológicos con su sustrato biológico ha revolucionado nuestra comprensión del desarrollo.
Pero aquí hay una advertencia importante que debo hacerles. A veces existe la tentación de
pensar que porque ahora podemos ver el cerebro, de alguna manera hemos reducido todos los
fenómenos psicológicos a mera biología. Esto sería un error grave. El cerebro y la mente no son
idénticos. El cerebro es el órgano físico; la mente es lo que el cerebro hace. Y lo que el cerebro
hace está profundamente influenciado por factores psicológicos, sociales y culturales. Las
experiencias sociales moldean el cerebro tanto como el cerebro moldea las experiencias
sociales. Esta es la verdadera lección de la neurociencia contemporánea: todo está conectado.
Como educadoras de la primera infancia, esta perspectiva integradora tiene implicaciones
profundas para su práctica. No pueden simplemente enfocarse en el desarrollo cognitivo
ignorando el desarrollo emocional. No pueden trabajar solo con el niño ignorando el contexto
familiar y cultural. No pueden implementar prácticas educativas sin considerar si son apropiadas
dado el nivel de desarrollo cerebral de los niños con los que trabajan. Deben ver a cada niño
como un sistema complejo donde todo interactúa con todo lo demás.
Diapositiva 7: Bases Biológicas - Introducción
Ahora vamos a hacer una transición importante en nuestra presentación. Hemos estado
hablando sobre cómo conocemos y sobre la historia del pensamiento psicológico. Ahora vamos
a profundizar en las bases biológicas que sustentan todo comportamiento humano. Este es un
tema absolutamente fundamental para educadoras de la primera infancia porque no pueden
comprender verdaderamente el desarrollo infantil sin entender qué está ocurriendo a nivel
biológico.
Quiero comenzar esta sección con una afirmación que puede parecer obvia pero cuyas
implicaciones son profundas: todo comportamiento humano, sin excepción, tiene una base
biológica. Cuando un niño sonríe, cuando aprende una nueva palabra, cuando tiene una
pataleta, cuando abraza a su madre, cuando resuelve un rompecabezas, en cada uno de estos
momentos hay procesos neurobiológicos complejos ocurriendo. Esto no significa que el
comportamiento sea puramente biológico o que podamos reducir todo a la biología. Pero sí
significa que no podemos ignorar la biología si queremos entender completamente el
desarrollo.
Piensen en el cerebro como el hardware y la mente como el software. El software no puede
funcionar sin el hardware, pero el hardware por sí solo no hace nada útil sin el software. Y aquí
está lo realmente fascinante: a diferencia de una computadora donde el hardware y el software
están claramente separados, en el cerebro humano el hardware y el software se moldean
mutuamente constantemente. Las experiencias que un niño tiene literalmente cambian la
estructura física de su cerebro, y la estructura de su cerebro influye en qué experiencias el niño
buscará y cómo las interpretará.
La conducta humana emerge de la interacción entre tres sistemas biológicos principales. El
sistema nervioso procesa información del ambiente y del propio cuerpo, integra esta
información, y genera respuestas coordinadas. El sistema endocrino utiliza hormonas para
regular procesos a largo plazo como el crecimiento, el metabolismo, y las respuestas al estrés. Y
el sistema genético proporciona el programa básico del desarrollo, las instrucciones
fundamentales que guían cómo se construye y funciona el organismo.
Pero aquí está lo crucial que quiero que entiendan: ninguno de estos sistemas funciona
aisladamente. Están constantemente interactuando entre sí y con el ambiente externo. Los
genes influyen en cómo se desarrolla el cerebro, pero las experiencias ambientales influyen en
qué genes se expresan y cuándo. Las hormonas afectan el funcionamiento cerebral, pero las
experiencias estresantes o placenteras afectan la secreción hormonal. El cerebro regula la
secreción hormonal, pero las hormonas afectan el desarrollo y función cerebral. Es un sistema
extraordinariamente complejo de influencias mutuas.
¿Por qué es importante que ustedes, como educadoras, comprendan estas bases biológicas?
Porque les ayuda a tener expectativas realistas sobre lo que los niños pueden y no pueden hacer
a diferentes edades. Un niño de dos años que no puede controlar sus impulsos no está siendo
deliberadamente difícil; su corteza prefrontal, el área del cerebro responsable del control de
impulsos, simplemente no ha madurado lo suficiente todavía. Un niño de cuatro años que es
egocéntrico en su pensamiento no está siendo egoísta; las conexiones cerebrales necesarias
para la toma de perspectiva aún están desarrollándose. Comprender las bases biológicas del
comportamiento les permite ser más empáticas, más pacientes, y más efectivas en su trabajo
con niños pequeños.
Diapositiva 8: Genética y Desarrollo
Ahora vamos a profundizar en uno de los sistemas biológicos más fundamentales: la genética.
La genética es fascinante no solo por lo que nos dice sobre lo que heredamos, sino también por
lo que nos enseña sobre la compleja danza entre naturaleza y crianza.
Cada célula de nuestro cuerpo contiene el mismo conjunto completo de genes,
aproximadamente veinte mil genes que proporcionan las instrucciones básicas para construir y
mantener un organismo humano. Estos genes influyen en prácticamente todo aspecto del
desarrollo: altura, color de ojos, propensión a ciertas enfermedades, temperamento,
capacidades cognitivas, y mucho más. Pero aquí está lo que es absolutamente crucial entender:
los genes no son destino. Esta es quizás la lección más importante de la genética moderna.
El concepto de epigenética ha revolucionado nuestra comprensión de cómo funcionan los
genes. La epigenética se refiere a cambios en la expresión genética que no involucran cambios
en la secuencia de ADN misma. Piensen en sus genes como una biblioteca enorme. Ustedes
nacen con todos esos libros, pero cuáles libros se sacan de los estantes y se leen depende de
factores ambientales. El estrés, la nutrición, las experiencias sociales, todo esto puede influir en
qué genes se activan o desactivan.
Déjenme darles un ejemplo concreto de por qué esto importa para la educación. Consideremos
la inteligencia. Sabemos por estudios de gemelos y adopción que la inteligencia tiene un
componente genético significativo. La heredabilidad de la inteligencia se estima en
aproximadamente cincuenta a ochenta por ciento en adultos. Pero heredabilidad no significa
inmutabilidad. Lo que la heredabilidad nos dice es qué proporción de las diferencias entre
personas en una población específica puede atribuirse a diferencias genéticas. No nos dice nada
sobre el potencial de una persona individual para cambiar.
Imaginen dos niños, ambos con exactamente los mismos genes para la inteligencia. Un niño
crece en un ambiente enriquecido, con acceso a libros, conversaciones estimulantes, buena
nutrición, y educación de calidad. El otro niño crece en un ambiente empobrecido, con
desnutrición crónica, poco estímulo cognitivo, y estrés constante. Estos dos niños, a pesar de
tener los mismos genes, mostrarán niveles muy diferentes de funcionamiento intelectual. ¿Por
qué? Porque el ambiente determina qué tanto del potencial genético se realiza.
Esto nos lleva al concepto importantísimo de rango de reacción. Los genes establecen un rango
de posibilidades, pero dónde dentro de ese rango termina el individuo depende del ambiente.
Un niño podría tener genes que permitan un rango de coeficiente intelectual de digamos
ochenta a ciento treinta. En un ambiente muy pobre, ese niño podría desarrollar un coeficiente
intelectual de ochenta. En un ambiente óptimo, el mismo niño podría alcanzar ciento treinta. La
diferencia de cincuenta puntos es enorme y completamente debida a factores ambientales, a
pesar de que los genes establecieron el rango de posibilidades.
Esta comprensión tiene implicaciones profundas para su trabajo como educadoras. Primero,
significa que ningún niño está predestinado al fracaso por sus genes. Incluso si un niño no tiene
la mejor dotación genética para cierta habilidad, un ambiente educativo enriquecido puede
ayudar a ese niño a alcanzar su máximo potencial dentro de su rango de reacción. Segundo,
significa que los primeros años de vida, cuando el cerebro está desarrollándose más
rápidamente y es más plástico, son absolutamente críticos. Las experiencias durante este
período tienen efectos desproporcionadamente grandes en cómo se expresan los genes y cómo
se desarrolla el cerebro.
También es importante entender que la interacción gen-ambiente no es pasiva. No es
simplemente que los genes establecen potencial y el ambiente determina cuánto de ese
potencial se realiza. La relación es mucho más dinámica y compleja. Los niños con diferentes
temperamentos genéticos evocan respuestas diferentes de su ambiente. Un bebé tranquilo y
sonriente tiende a recibir más interacción social positiva de los adultos que un bebé irritable y
difícil de consolar. Pero esa diferencia en la interacción social luego afecta el desarrollo
emocional y social del niño. Así que los genes influyen en el ambiente que el niño experimenta,
y ese ambiente luego influye en cómo se desarrolla el niño.
Como educadoras, necesitan estar conscientes de estas dinámicas. Necesitan estar
especialmente atentas para no caer en la trampa de profecías autocumplidas, donde asumen
que un niño con cierta disposición genética está destinado a cierto resultado y por lo tanto no
merece el mismo nivel de esfuerzo educativo que otros niños. Cada niño, sin importar su
dotación genética, merece un ambiente que le permita alcanzar su máximo potencial.
Diapositiva 9: El Sistema Nervioso
Ahora vamos a explorar el sistema que coordina y integra todas las funciones del cuerpo: el
sistema nervioso. Este es el sistema que hace posible todo lo que consideramos distintivamente
humano: pensamiento, lenguaje, emoción, memoria, creatividad, todo depende del sistema
nervioso funcionando apropiadamente.
El sistema nervioso se divide tradicionalmente en dos partes principales. El sistema nervioso
central está compuesto por el cerebro y la médula espinal. Esta es la sede del procesamiento de
información, donde se integran las señales de todo el cuerpo, donde ocurre el pensamiento
consciente, donde se almacenan los recuerdos, donde se toman las decisiones. Es, si quieren, el
centro de comando de todo el organismo.
El sistema nervioso periférico conecta el sistema nervioso central con el resto del cuerpo. Incluye
todos los nervios que salen del cerebro y la médula espinal y se ramifican a cada parte del
cuerpo. Estos nervios transmiten información sensorial desde el cuerpo hacia el cerebro,
diciéndole al cerebro qué está pasando en el mundo exterior y dentro del cuerpo mismo.
También transmiten comandos motores desde el cerebro hacia los músculos, permitiendo
movimiento y acción.
Pero la verdadera maravilla del sistema nervioso está en su unidad funcional básica: la neurona.
Las neuronas son células especializadas en transmitir información mediante señales eléctricas y
químicas. Y aquí están algunas estadísticas que simplemente les volarán la mente: un cerebro
humano adulto contiene aproximadamente ochenta y seis mil millones de neuronas. Para poner
esto en perspectiva, eso es aproximadamente el mismo número de estrellas en nuestra galaxia.
Y cada una de esas neuronas está conectada con miles de otras neuronas. El número total de
conexiones sinápticas en un cerebro humano se estima en aproximadamente cien billones. Esta
red de conexiones es incomparablemente más compleja que cualquier computadora jamás
construida.
Pero aquí está lo realmente asombroso desde la perspectiva del desarrollo infantil: cuando un
bebé nace, ya tiene la mayoría de las neuronas que tendrá en su vida. La neurogénesis, la
formación de nuevas neuronas, es principalmente un proceso prenatal. Entonces, ¿qué está
ocurriendo durante todo ese desarrollo postnatal que observamos? Lo que está ocurriendo es
sinaptogénesis a una escala masiva. Las