La frase "en mi palacio vive Dios" se refiere a que, cuando una persona se entrega a la fe y vive en presencia de Dios, su corazón y su ser se convierten en un "palacio" espiritual donde habita Dios. Esto se entiende como vivir en intimidad, comunión y adoración constante, don...
La frase "en mi palacio vive Dios" se refiere a que, cuando una persona se entrega a la fe y vive en presencia de Dios, su corazón y su ser se convierten en un "palacio" espiritual donde habita Dios. Esto se entiende como vivir en intimidad, comunión y adoración constante, donde el creyente permite que el Espíritu Santo lo guíe y vive según los principios divinos.
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Language: es
Added: Oct 09, 2025
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GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY 9 DE OCTUBRE DE 2025, “AÑO DE
LA INSTRUCCIÓN Y LA BENDICIÓN”
”EN MI PALACIO VIVE DIOS”
“Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que
posee.” (Lucas 11:21).
PASAJE COMPLEMENTARIO
Mateo 7:24-27
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas
palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su
casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Cuando tenemos algo tan valioso que consideramos como un tesoro,
entonces lo guardamos con celo y sumo cuidado. Nos comportamos muy
prudentemente y tomamos las medidas necesarias para cuidarlo. De ninguna
manera damos las cosas por hecho ni ahorramos esfuerzo alguno para
preservarlo.
Lamentablemente hacemos todas estas cosas con muchas de las posesiones
materiales que tenemos, pero no ponemos el mismo empeño en cuidar los
valores más preciados e irremplazables que Dios nos ha dado, como es la
familia. El hogar, los padres y hermanos, el cónyuge y los hijos, son tesoros
de incalculable valor, pues nos han sido dados como un legado, una preciosa
herencia que viene desde Abraham (Génesis 17:6-7) y que cuenta con toda la
salvación, el perdón y la bendición que Jesús ganó para las familias de la
tierra en la cruz del Calvario (Efesios 3:14-15).
En medio de una sociedad que en vez de cuidar y proteger la familia, la
debilita atacando sus más sagrados cimientos, los hijos de Dios contamos con
la mejor y más poderosa arma para guardarla y fortalecerla: La misma
presencia de Dios en medio de nuestra familia, pues donde está Dios, reina el
amor, la paz, la misericordia y el perdón.
Cuando el palacio (hogar) está bien cuidado, es muy difícil que alguien entre
a robar. Pero no son los modernos sistemas de alarma o los más costosos
seguros contra todo riesgo lo que podrán proteger un hogar de sus
verdaderos enemigos como son el egoísmo, la indiferencia, el materialismo,
el engaño, la mentira, la ausencia de amor, el resentimiento, etc. Sólo un
hogar donde more la presencia de Dios podrá mantener la paz y la armonía,
el amor y la unidad. Pero la presencia de Dios habitando una casa, sólo viene
fruto de que sus miembros lo reconozcan como el Autor y Salvador de su
familia, estén dispuestos a hacerlo reinar en sus corazones, y le entreguen el
control y el manejo del hogar, en la medida en que cultivan la oración, la
lectura de la Biblia y la obediencia a sus principios.
Entonces, la presencia de Dios habitará en dicha casa y la mantendrá fuerte y
advertida contra toda amenaza.
Hoy más que nunca nuestra familia necesita la ayuda de Dios, de lo contrario
seguiremos edificando nuestros palacios sobre la arena. Solo Dios a través de
su Santo Espíritu puede guiarnos con sabiduría, en la hermosa experiencia de
edificar una familia: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que
la edifican” (Salmos 127:1). Hoy puede empezar a recorrer la senda más
segura para su familia, la de la oración juntos, y así poder repetir con gozo:
“Jehová de los ejércitos, está con nosotros, nuestro refugio es el Dios de
Jacob.” (Salmo 46:11).
HABLEMOS CON DIOS
“Padre, qué hermoso es acercarme a tu presencia para levantar mi oración y
mi clamor por mi familia. Hoy te ruego que seas Tú tomando nuestras vidas, y
nos ayudes a permanecer en perfecta comunión contigo, y así cada día vivir
la extraordinaria bendición de protección y seguridad en Cristo Jesús, Amén”.
GUIA DE LECTURA Y ESTUDIO BIBLICO DIARIO PARA HOY 9 DE OCTUBRE DE
2025, “AÑO DE LA INSTRUCCIÓN Y LA BENDICIÓN”
• Apocalipsis 9:1-21
• Nehemías 12:1-47
• Salmo 104:1-35