GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY.docx

albertoospino 6 views 3 slides Oct 23, 2025
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La oración que agrada a Dios es aquella que se hace con sinceridad, fe y alineada con su voluntad, no simplemente con peticiones egoístas. Implica un deseo de estar en comunión con Él, un corazón rendido, la confianza en su poder y la sujeción a su voluntad, a menudo en el marco de las enseña...


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GUIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO PARA HOY 23 DE OCTUBRE DE 2025, “AÑO
DE LA INSTRUCCIÓN Y LA BENDICIÓN”
”LA ORACIÓN QUE AGRADA A DIOS”
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie
en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mateo 6:5).
PASAJE COMPLEMENTARIO
Mateo 6:5-15
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie
en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando
ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y
orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por
su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque
vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal;
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
Lucas 18:9-14
“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los
otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar:
uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo
mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano,

estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el
pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió
a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece,
será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La oración sincera, es la que sale de un corazón que siente que está
comunicado con su Padre Dios.
La primera recomendación que hace Jesús sobre cómo aprender a
comunicarnos con Dios, es que la oración debe nacer del corazón, debe ser
auténtica. En realidad, lo que a Dios le interesa es la actitud del corazón y no,
la elocuencia en las palabras, ya que el único que conoce lo íntimo de nuestro
ser es Dios.
El ser escuchados o vistos por los hombres era la actitud de los fariseos,
cuyas oraciones no agradaban a Dios, pues buscaban la admiración y
reconocimiento de los hombres. Pero la oración nacida en un corazón
humilde, sincero y necesitado, es la que Dios escucha.
Quienes cultivamos una fe personal en Dios nuestro Padre, sabemos que orar
es hablar con Él, y esto aunque es algo sencillo, es también el acto más
sublime y maravilloso, no sólo porque estoy hablando no con otra persona
que puede ser importante, excelente o maravillosa, sino porque estoy
intimando con Él que es muchísimo más que un ser humano, es el ¡Creador
del universo, es el dueño y diseñador de la vida! ¡Es mi verdadero Padre!
Pero ese es precisamente el milagro de la fe y el poder de la oración, que una
persona común y corriente pueda tener acceso a la presencia de Dios y
entablar un diálogo con el ser más extraordinario de todo el universo.
El Manual de la Vida nos dice que Dios habiendo hablado muchas veces y de
muchas formas y maneras, en otro tiempo por los profetas, en los postreros
días nos ha hablado por el Hijo. ¿Y qué es lo que no ha hablado?
Son incontables y profundas enseñanzas; entre ellas debemos resaltar
aquella que precisamente enfatizó en el aprender a comunicarnos con Dios.
Diríamos que su propósito fue justamente establecer esa relación que se
había perdido desde la fundación del mundo, mostrándonos el único y
verdadero camino al Padre; así lo expresa en aquella extraordinaria

declaración hace más de 20 siglos cuando Jesús se levantó entre la multitud y
afirmó: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por
mí.” (Juan 14:6).
Tomemos éste, el más maravilloso ejemplo de amor y de unidad perfecta del
corazón de un hijo para con su Padre, el de Jesucristo, que resultó en
acciones de salvación, sanidad, libertad para toda la humanidad. También
cuando nosotros nos entregamos de tal forma a la comunión con el Padre
celestial, nuestra vida traerá maravillosos beneficios a quienes nos rodean y a
la sociedad entera.
HABLEMOS CON DIOS
“Que bueno Señor es poder acercarme a tu Presencia, y poder expresarte
desde lo profundo de mi corazón que sólo Tú eres Dios. Enséñame a buscarte
fielmente. Hoy te ruego que mis oraciones salgan de un corazón sincero y
genuino y que sean agradables a tu oído. Amén”.
GUIA DE LECTURA Y ESTUDIO BIBLICO DIARIO PARA HOY 23 DE OCTUBRE DE
2025, “AÑO DE LA INSTRUCCIÓN Y LA BENDICIÓN”
• 1 Tesalonicenses 2:1-16
• Isaías 14:1-16:14
• Salmo 113:1-9