Hestia fue la diosa del hogar. Es la menos
conocida de las diosas del Olimpo. Su equivalente
romano es Vesta y nunca era representada de
forma humana, su presencia se sentía en la llama
viva de la casa, templo o ciudad.
Su símbolo era el círculo, ya que sus primeros
hogares fueron redondos.
Ninguna casa ni templo quedaba consagrada
hasta la entrada de Hestia.
Hestia se sentía espiritualmente y también en el
fuego sagrado que proporcionaba iluminación,
calor y lumbre para cocinar.
Hestia fue la primera hija de Rea y Cronos: era la hermanan
mayor de la primera generación de dioses del Olimpo y la tía
soltera de la segunda generación.
Por derecho de nacimiento es una de los doce dioses y
diosas principales del Olimpo, no podía encontrársela allí y
tampoco protestó cuando Dionisos aumentó su poder y la
sustituyó. Es la menos conocida de los doce.
Afrodita hizo que Poseidón y Apolo se enamoraran de ésta,
pero los rechazó a ambos.
Zeus le concedió un bello privilegio en vez de regalo de
bodas: tener su sitio en el centro del hogar para recibir las
mejores ofrendas.
Hestia no era conocida por mitos o representaciones, sino
por su significado en rituales simbolizados por el fuego.
Para que una casa fuera un hogar tenía que estar la
presencia de Hestia, cuando una pareja se casaba, la
madre de la novia encendía una antorcha en su propio
hogar y la llevaba ante la pareja recién casada.
Tras el nacimiento de un hijo, cuando el niño tenía cinco
años, se le hacía girar alrededor del hogar para simbolizar su
admisión en la familia.
La ciudad-estado griega tenía un hogar común con un
fuego sagrado.
El fuego sagrado unía a los ciudadanos de Roma en una
familia.
En los templos el fuego era atendido por las vírgenes
vestales, representantes humanas de la diosa. Las niñas
elegidas para ser vírgenes vestales eran llevadas al templo
cuando eran muy pequeñas. Vestidas de igual modo, con el
cabello cortado y se suprimía todo lo que pudiera hacerles
distintas. Una virgen que hubiera tenido relaciones sexuales
con un hombre era enterrada viva, sepultada en una
pequeña cueva con comida y sitio para dormir; hasta que
morían.
Hestia era emparejada con Hermes, estaban relacionados.
Hestia cuidaba el interior de la casa y Hermes la puerta.
La presencia de Hestia en la casa y en el templo era
fundamental. Hestia en la mujer proporciona el sentido de
integridad y de totalidad.
Diosa virgen.
Era la mayor de las tres diosas vírgenes, ella no se
aventuraba en el mundo para explorar la naturaleza;
permanecía en el templo o en el hogar.
Tiene poco en común con la Artemisa rápida, pero las tres
diosas vírgenes compartían cualidades esenciales; como ser
completa en sí misma, ninguna fue escogida como víctima
de hombres y tenían la capacidad de enfocarse en lo que
les importaba, sin ser distraídas.
La manera de percibir de Hestia se produce mirando hacia
dentro y sintiendo de intuitivamente lo qué pasa. Esto nos
permite contactar con nuestros valores, lo que tiene
significado desde el punto de vista personal.
También podemos obtener una comprensión del carácter
de otras personas.
También puede despegarse y no mostrar atención a las
personas que la rodean y se preocupa por sus propias
preocupaciones.
La cualidad de Hestia de “ser completa en sí misma” busca
la tranquilidad serena, que se encuentra más fácilmente en
la soledad.
Es e arquetipo de las mujeres que consideran que llevar la
casa es una actividad llena de sentido más que ser una
obligación.
Es una mujer que alcanza una armonía interna cuando
realiza las tareas cotidianas.
Realiza las tareas del hogar porque le importan y porque le
gusta hacerlas.
Una mujer Hestia hace sus tareas con sensación de que hay
mucho tiempo en hacerlas, ni tiene un horario, ni esta
invirtiendo tiempo.
Las mujeres que alimentan el fuego del hogar se mantienen
en la retaguardia conservando en anonimato.
Hestia ocupaba la posición de un familiar mayor respetado.
Permanecía fuera de las rivalidades y evitaba las pasiones.
Cuando esta arquetipo está presente en una mujer, los
acontecimientos no tienen el mismo impacto en ella que en
otras mujeres.
Con Hestia como presencia interna, una mujer no está
apegada a la gente, los resultados, posesiones, prestigio o
poder. Se siente completa como es.
Con Hestia en una personalidad, la vida de una mujer tiene
un significado; ya que Hestia es el punto tranquilo que da
significado a las cosas.
El fuego de Hestia se encontraba en el hogar familiar, en el
templo y en las ciudades-estado. Hestia era el vínculo de
unión entre todas. Este arquetipo proporciona con el centro
interno y la conexión con los demás.
La columna y el anillo en forma de círculo han llegado a
representar los principios masculinos y femeninos. En Grecia la
columna era la “herma” que permanecía en la puerta de la casa,
en representación de Hermes; mientras que el hogar circular dentro
de ella simbolizaba a Hestia.
Cuando Hermes y Hestia eran venerados en hogares y templos, los
valores femeninos eran los más importantes; existía una dualidad
complementaria. Desde entonces Hestia ha sido olvidada y
desvalorizada.
Cuando de olvidan y dejan de honrarse los valores femeninos
hestianos, se disminuye o se pierde la importancia del santuario
interno y de la familia como lugar sagrado y fuente de calidez.
Hermes es el espíritu que pone al alma sobre el fuego. Hermes es el
viento que aviva las brasas. De la misma manera que, las ideas
pueden encender sentimientos profundos, o las palabras pueden
hacer consciente lo que hasta ese momento se ha conocido de
manera inarticulada.
Hestia puede encontrarse en la tranquila soledad y en hacer las
faenas de la casa de manera contemplativa. La mujer puede estar
absorta en cada tarea, sin prisas, con tiempo para disfrutar de la
armonía resultante. Hasta en el ama de casa más alejada de Hestia
pueden verse momentos que está gobernada por ésta.
Las mujeres que nos son Hestia pueden hacerlo tomándose tiempo
y encontrando el espacio, especialmente si son mujeres cuyas vidas
tiene mucha actividad , que están orgullosas de esto y al mismo
tiempo se quejan.
Invitar a Hestia a las tareas domésticas, comienza con cambiar la
actitud hacia ella. Después de decidir la tarea, la mujer debe
dedicarle un tiempo. Para que Hestia esté presente, una mujer
debe concentrarse en una tarea que le resulte fácil.
Las pautas que se tienen que seguir son las suyas propias, y la
manera de hacerlas está en armonía con lo que tiene sentido para
ella. No tiene que estar pendiente del reloj.
La meditación favorece este arquetipo, produce un sentimiento de
totalidad y una conexión con el interior.
Una mujer Hestia es una persona tranquila y de fácil carácter,
cuya presencia da una atmósfera de calor y de orden pacífico.
Es una mujer introvertida.
Los primeros años.
La joven Hestia se parece mucho a la Perséfone; son niñas
agradables, fáciles. “Los terribles dos años” van y vienen con
tozudez o autoafirmación.
Existen sutiles diferencias. Perséfone toma sus claves de los
demás y quiere agradar. Hestia hace lo que le dicen, pero
cuando se le deja sola, juega satisfecha sin dirección. Hestia es
tranquila y autosuficiente. Si se hace daño se irá a su habitación
para encontrar consuelo en la soledad o acudirá a su madre.
Una niña Hestia no llama la atención. Cuando ordena su
habitación recibe halagos. Cuando se mantiene en sí misma,
puede que sea animada a unirse a la familia o a salir al mundo.
Hestia fue la que más tiempo pasó con su padres, su infancia
no fue feliz.
Algunas de las mujeres Hestia han tenido infancias difíciles:
malos tratos, padres tiránicos y madres ineficaces. Muchas
están a su propio cargo, en sus hogares no se tienen en
cuenta sus necesidades y sus expresiones individuales eran
tragadas por la necesidad de dominio del padre. Puede
tener alguna hermana como Deméter que se ocupe de los
pequeños, o como Hera que se encariñe con un novio en
cuanto tiene edad para ello. No intenta dar problemas, ni
llamar la atención; se cultiva en la soledad.
Una hija Hestia de una familia ordinaria, con padres que la
apoyen, puede no parecer tan Hestia. Se le da ayuda para
que venza su timidez. Desarrolla una personalidad sociable,
se le anima para que tenga buenos resultados académicos,
participe en todo, sea maternal y acepte citas con chicos
cuando tiene una edad apropiada. Aunque pase todo
esto, esa niña seguirá siendo fiel a Hestia internamente.
La adolescente Hestia se ausenta de los dramas sociales, las
grandes pasiones y alianzas entre amigas.
Puede ser una persona aislada socialmente, una persona no
participante que parece a los demás autosuficiente y
aislada por propia elección.
Puede que tenga amigas y se implique en su centro
educativo. Sus amigos aprecian su calma y tranquilidad.
La adolescencia puede ser un periodo de profundización
religiosa. Esto puede llevarle a un conflicto con sus padres, si
pretende seguir con su vocación religiosa. Recientemente,
las Hestias han sido atraídas hacia religiones orientales.
La mujer Hestia que va a la facultad suele apreciar el
anonimato y la oportunidad de tener una habitación para sí
misma. No es probable que una mujer solamente Hestia
tenga una razón personal para ir a la universidad.
En un lugar de trabajo competitivo no gratifica a las mujeres
Hestia. Carece de ambición u de impulso, no pretende
reconocimiento ni valora el poder. Es probable encontrarla en
una oficina, en donde es casi invisible, o es apreciada como
una joya que trabaja constantemente. Se mantiene al margen
de la política y los cotilleos y proporciona un ambiente
ordenado y cálido.
Pueden sobresalir en profesiones que exigen calma y paciencia,
como modelo favorita de un fotógrafo o como fotógrafa.
Puede hacer equipo con otros arquetipos, añadiendo un
cualidad de Hestia al trabajo.
Relación con otras mujeres.
Suelen tener pocas buenas amigas con las que le gusta estar
de vez en cuando. Éstas pueden tener cualidades de Hestia
también.
No participará en cotilleos ni en discusiones intelectuales o
políticas. Ella escucha de modo compasivo.
La sexualidad no es muy importante para ella. Su sexualidad está
dormida hasta que se inicia la relación sexual.
La sexualidad de Afrodita es accesible cuando se evoca mientras
se hace el amor, pero está ausente en otro caso.
La mujer Hestia de un solo orgasmo considera la sexualidad como
“una experiencia agradable y cálida” que disfruta
proporcionándosela al marido.
Una mujer Hestia lesbiana sigue la misma pauta. El sexo no es muy
importante. Si ambas espera que la otra inicia la relación sexual, su
relación puede pasar mucho tiempo sin expresión sexual.
Matrimonio.
Una mujer Hestia encaja en la idea anticuada de una buena
esposa. Nunca compite con el marido ni le critica. No es infiel y la
infidelidad de su marido no tiene mucha importancia para ella.
Parece una esposa dependiente, viviendo a gusto en su papel.
Mantiene una autonomía interna.
No necesita a un hombre para sentirse realizada.
Hestia calificaría su propia ocupación como “ama de casa”.
Las mujeres Hestia atraen a hombres que son seducidos por las
mujeres tranquilas. Tales hombres se ven a sí mismos como cabezas
de familia.
Una mujer Hestia atrae a hombres que miran a las mujeres como a
la Virgen o como prostitutas. Se casan con las primeras y tienen
relaciones con las segundas.
Muchos matrimonios tradicionales satisfechos son uniones de un
marido Hermes y una mujer Hestia. Él aprecia no tener que
ocuparse de las tareas domésticas y ella aprecia la autonomía que
tiene para decidir cómo es su hogar. Un esposo Hermes siempre
está activo y no necesita que su mujer lo acompañe a viajes,
cenas… Ella prefiere esta en casa en un segundo plano.
El destino de una mujer Hestia es permaneces anónima, a pesar de
ser fundamental en el hogar.
Hijos.
Una mujer Hestia puede ser una excelente madre. Puede ser un
poco indiferente y su amor, tal vez, sea un poco impersonal. Suele
atender a los hijos con amor y una atención tolerante.
No es de mucha utilidad cuando se trata de ayudar a sus a
enfrentarse a ciertos matices sociales o situaciones competitivas.
Si está casada es un ama de casa contenta con su papel. Si no lo
está, puede que sea la típica solterona, porque no le importa su
estado de soltera.
Si trabaja o está en un convento, es una instalación fija que cumple
con su labor.
Éste puede ser un periodo para que entre en un convento, cambie
de nombre y dedique su vida a esto. Para ella es una transición
natural, un compromiso.
En la tercera edad.
Siempre hay algo de viejo y sabio en una mujer Hestia, posee la
capacidad de envejecer armoniosamente y se adapta bien a vivir
sola.
Aunque la mayoría de mujeres Hestia son esposas y madres, no
tienen una gran necesidad por desempeñar estos papeles. Es difícil
para las mujeres Hestia enfrentarse al mundo exterior. Si no tienen
una pensión económica, suelen estar muy mal preparadas; suelen
engrosar las filas de los pobres.
Una mujer Hestia puede estar sobreviviendo gracias a la Seguridad
Social, pero no es nunca pobre de espíritu.
Con frecuencia vive sola en sus últimos años, sin temores a la
muerte.