que acude, los alumnos no saben leer y/o escribir y este conocimiento se considera
fundamental para el éxito y el buen desempeño en la vida adulta. Además, esta
enseñanza se traslada también a los adultos que, por aquellos tiempos, no estaban
alfabetizados al 100%.
Cronológicamente, en el segundo pueblo al que acude, Gabriela, con ayuda de
don Wenceslao, la persona más culta del lugar, crea una pequeña biblioteca: “Sobre un
banco íbamos colocando que podíamos conseguir”, dice. En Guinea encontró más
dificultades en este sentido, ya que los niños presentaban una alta tasa de
analfabetización.
Uno de los momentos más mágicos del libro es la parte en que las Misiones
Pedagógicas llegan al pueblo y llevan a cabo lo que denominan una “Fiesta de la
Cultura”, con el ambicioso objetivo de “hacer del trabajo de todos una gran misión que
salvara a España del aislamiento y de la incultura”.
Gracias al llamativo despliegue de las Misiones Pedagógicas, a la novedad del
proyecto y a la brillantez de sus miembros, éstas causaron un gran impacto en los
lugares en los que se presentaban. Por unos momentos, los libros salieron de las aulas y
las bibliotecas al aire libre y se pudo respirar cultura y literatura. Según la novela, “La
poesía de Juan Ramón, de Machado, la seguían con respeto y extraña emoción. Los
romances, como algo suyo, cercano y vivido”.
Este despliegue, auspiciado por los grandes poetas de la época, de las
generaciones del 98 y del 27, se complementaba con proyecciones de cine, con música
al aire libre, representaciones de teatro, etc.
El objetivo de las misiones, deudoras de la Institución Libre de Enseñanza, era el
siguiente, según Manuel B. Cossío, citado en el libro: “Cuando todo español que no
sepa leer, que ya es bastante, sino tenga ansias de leer, de gozar y divertirse, sí, de
divertirse leyendo, habrá una nueva España. Para eso la República ha empezado a
repartir por todas partes libros y por eso también al marcharnos os dejaremos nosotros
una pequeña biblioteca”.
Según recoge la entrada de Wikipedia, “Las Misiones Pedagógicas centraron su
interés en la educación de los adultos más marginados y en el fomento y apoyo de la
labor educativa de las escuelas rurales españolas, suministrándoles los medios
necesarios para su reincorporación y mejora educativa. Pero ello sólo es posible a través
de la lectura, por tanto, su mayor esfuerzo estuvo dedicado a la creación de pequeñas
bibliotecas en el medio rural, que permitiesen que el libro llegase a los rincones más
apartados de nuestro país”.
Todo esto me lleva a la conclusión de que la cultura no tiene que ser aburrida si
se enseña con emoción y con una buena actitud. Un poema suena totalmente distinto
según la entonación que se le preste y una obra aburrida en el texto puede cobrar vida si
es representada por unos buenos actores.