Historia dinamarca

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About This Presentation

Dinamarca


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En 1939, un observador de la delegación
diplomática británica en Copenhague escri-
bía en un informe a propósito de los dane-
ses: «Apenas unas décadas de prosperidad
material y el ministerio de un Gobierno
paternalista parecen haber minado el espíri-
tu de una raza vikinga que tiene en su
haber 1.500 años de independiente y vigo-
rosa historia». Las palabras del funcionario
nos presentan su visión de la historia de
Dinamarca y de cómo los daneses habían
pasado de ser unos robustos y libres vikin-
gos a convertirse en un pueblo sensiblero y
servil. También hacen referencia a las raíces
del problema: la prosperidad material y un
gobierno demasiado proteccionista.
No hay razón para considerar esta
declaración como otra cosa que la precipi-
tada valoración de un diplomático preocu-
pado, pero lo cierto es que pone el dedo
en la llaga al señalar dos de los rasgos que
caracterizaron a la sociedad danesa de la
primera mitad del siglo XX, la creciente
prosperidad económica y el desarrollo del
estado de bienestar.
La Prehistoria
Algunos restos de poblados de cazadores
constituyen las huellas más antiguas de
asentamientos humanos que se conservan
en Dinamarca y se remontan aproximada-
mente al año 12.500 a.C., final de la últi-
ma glaciación. Hasta el Neolítico, hacia el
3900 a.C., no surgió una sociedad agraria
propiamente dicha, y de la existencia de
aldeas no se tiene noticia hasta algunos
siglos antes del nacimiento de Cristo.
Habrá que esperar hasta la Edad del Hierro
germánica, 400-750, para encontrar autén-
ticas ciudades como, por ejemplo, Ribe.
Hacia el año 700 d.C. se puso en mar-
cha la unificación del Reino bajo un
poder centralizado. A medida que el reino
de los francos se iba debilitando, fue des-
arrollándose un poder real estable que,
aunque apenas se extendía por todo el
territorio danés, logró defenderse de las
invasiones enemigas que llegaban del sur.
La unificación definitiva del Reino culmi-
nó con el hijo de Gorm el Viejo, Harald I
Diente Azul, muerto en 987 y nombrado
en una de las piedras rúnicas de Jelling,
donde por vez primera aparece la palabra
Dinamarca. Las piedras de Jelling se con-
sideran a menudo la fe de bautismo de
Dinamarca.
El Período Vikingo
A lo largo de la era vikinga, 800-1100, se
fue consolidando un fuerte poder real, del
que son testimonio un gran número de for-
tificaciones circulares de impresionantes
dimensiones levantadas en emplazamientos
estratégicos. Uno de los rasgos más caracte-
rísticos de este período fueron las constan-
tes incursiones que, en torno al siglo XI,
desembocaron en la conquista de Inglaterra
y llevaron a los devastadores vikingos a
lugares tan remotos como Irlanda, el norte
de Francia y Rusia.
Aunque las naves vikingas regresaban a
su patria cargadas con ricos botines de
guerra, los reyes daneses no lograron jamás
que sus conquistas se materializaran en un
imperio duradero. El asesinato de Canuto
IV el Santo en 1086 supuso el debilita-
miento del poder real, uno de los secretos
de las victoriosas expediciones vikingas.
El cristianismo
Simultáneamente tuvo lugar la llegada del
cristianismo a Dinamarca. Hacia el año
965 fue bautizado Harald I Diente Azul y
la nueva fe echó raíces muy rápidamente.
El país fue dotado de un clero encargado
de velar por la expansión de la fe cristiana.
En los siglos posteriores, la Iglesia católica
consolidó su influencia; se construyeron
muchos templos y la sociedad agraria
danesa, que ya contaba con casi 700.000
miembros y se regía de acuerdo con nor-
mas sociales cristianas, quedó dividida en
cuatro estamentos: el poderoso clero; una
nobleza laica de grandes terratenientes,
que además constituían el eje central de la
defensa del Reino; el pueblo llano, que
crecía a la par que las ciudades; y, por últi-
mo, un nutridísimo campesinado.
La Unión de Kalmar
La epidemia de peste negra de 1350 supu-
so para Dinamarca la pérdida de una gran
parte de la población, lo que trajo consigo
grandes transformaciones económicas y
sociales. El mayor acontecimiento político
de este período se produjo en 1397 con la
proclamación de la Unión de Kalmar, que
reunió a Dinamarca, Noruega y Suecia en
una unión personal bajo el reinado de la
danesa Margrete I. La Unión se mantuvo
hasta 1523, año en que Suecia, durante el
reinado de Gustavo I Vasa, la abandonó.
La alianza entre Dinamarca y Noruega
continuó hasta 1814. Después de esta
fecha, Groenlandia, Islandia y las Islas
Feroe, posesiones en el Atlántico Norte que
en su origen fueron noruegas, quedaron en
NOVIEMBRE 2003
HISTORIA
Datos sobre Dinamarca
Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca
La mayor de las piedras de Jelling, legado de
Harald I Diente Azul († 987). La piedra está deco-
rada con una representación de Cristo, y su ins-
cripción rúnica proclama que fue Harald I Diente
Azul quien unificó el reino de Dinamarca y con-
virtió a los daneses al cristianismo. En primer
término aparece la piedra menor, erigida por
Gorm el Viejo para su esposa, la reina Thyra.
Foto: Wedigo Ferchland.

poder de la Corona danesa, en cuyas
manos continúan con excepción de
Islandia, que en 1944 se declaró indepen-
diente.
Rivalidad con Suecia
La ruptura de relaciones con la Iglesia de
Roma en 1536, tras tres años de guerra
civil, convirtió a la Iglesia católica danesa
en una Iglesia nacional luterana. De este
modo, Dinamarca se unía al bando pro-
testante en las prolongadas guerras de reli-
gión que asolaron Europa hasta 1648. De
puertas adentro la nueva Iglesia nacional
se convertía en un instrumento al servicio
de un poder estatal enormemente fortale-
cido que se proponía disciplinar ideológi-
ca y moralmente a la población.
El período que comprende los años
entre 1560 y 1720 se caracterizó por la
enconada rivalidad con la vecina Suecia
por la hegemonía en el Báltico. Hasta ese
momento, la posición dominante había
correspondido siempre a Dinamarca, lo
que quedaba reflejado de manera simbóli-
ca en el cobro del impuesto del Oresund,
que no fue abolido hasta 1857. Esta rivali-
dad desencadenó seis guerras entre ambos
reinos (1563-1570, 1611-1613, 1643-
1645, 1657-1660, 1675-1679 y 1709-
1720).
Tras la desafortunada participación
(1625-1629) de Christian IV en la Guerra
delos Treinta Años y el subsiguiente debi-
litamiento danés, el conflicto se convirtió
para Dinamarca en una lucha a vida o
muerte durante la que estuvo a punto de
ser absorbida por el gran imperio báltico
sueco. Sólo la intervención de los Países
Bajos e Inglaterra le evitó tal destino, pero
a costa de renunciar en 1658 a todas las
provincias de Escania al este del Oresund.
El reino perdió así una tercera parte de su
extensión y la población se redujo de
800.000 a 600.000 habitantes.
El absolutismo
La catástrofe desembocó en una crisis
política que se tradujo en el cambio del
sistema de gobierno del país en 1660-
1661. Mediante una acción similar a un
golpe de Estado, una monarquía heredita-
ria vino a reemplazar a la antigua monar-
quía electiva dominada por la nobleza. El
nuevo monarca heredero Frederik III y sus
sucesores consiguieron poder absoluto.
La ilimitada autoridad real quedó con-
signada en la Ley Realde 1665, plenamen-
te vigente hasta que en 1848 se puso fin al
absolutismo y en 1849 se aprobó una
constitución democrática. A la Ley Real
vino a sumarse en 1683 un código común
para todo el Reino, la Ley Danesa de
Christian V. Dinamarca se convirtió, en la
medida en que esto fue posible, en un
estado en el que reinaba el orden bajo el
paternalista gobierno del monarca absolu-
tista.
Reformas agrarias y guerras
contra Inglaterra
La mayor empresa del absolutismo fueron
las grandes reformas agrarias que se lleva-
ron a cabo a finales del siglo XVIII, impul-
sadas por el deseo de lograr una mayor
efectividad de la producción agraria y apro-
vechar al máximo el auge económico del
momento. Las reformas suponían la con-
versión de un sistema de explotación con-
dicionado por la naturaleza en un sistema
de explotación condicionado por el mer-
cado.
Con la disolución de los antiguos terre-
nos comunales, las parcelas pasaron a ma-
nos de las fincas agrarias. Al mismo tiem-
po, era frecuente que las casas de labor se
trasladaran al campo, con lo que también
fue desapareciendo la antiquísima comu-
nidad de aldeas. Las reformas dieron lugar
a la aparición de una nueva clase de
hacendados independientes que, en el siglo
posterior, sería la principal impulsora de las
escuelas superiores populares y el cooperati-
vismo. Estos propietarios se agruparon
políticamente desde finales delsiglo XIX
en el Partido Liberal (Venstre), que en
1901 subió al poder.
El conflicto entre Napoleón y el resto
de Europa supuso un problema insoluble
para Dinamarca. Por miedo a las posibles
consecuencias, el gobierno danés se resistía
a tomar partido, lo que desembocó en los
ataques de la flota inglesa a Copenhague
de 1801 y 1807 y en el embargo de la
armada danesa. Además, la pérdida de
Noruega en 1814 se tradujo en la reduc-
ción de la antigua doble monarquía que,
de extenderse desde Cabo Norte hasta el
Elba, pasaba ahora a limitarse al territorio
actual de Dinamarca y los ducados alema-
nes.
La democracia y la cuestión
de Schleswig
Con la aparición y desarrollo de los movi-
mientos nacionalistas, la posición de los
ducados con respecto al poder real se con-
virtió en una cuestión de capital impor-
tancia durante todo este período y hasta
1864. Cerca de la tercera parte de la pobla-
ción de Dinamarca era alemana. Holstein y
Lauenburg eran miembros de la Confede-
ración Germánica, mientras que Schleswig
estaba dividido. La decisiva cuestión de la
filiación de Schleswig se agudizó cuando
en 1848 los habitantes de procedencia y
cultura alemana de los ducados de Schles-
wig y Holstein exigieron una constitución
libre y la adhesión del primero a la Con-
federación. Al mismo tiempo, círculos
liberales de Copenhague exigían una cons-
titución democrática para todo el Reino y
la incorporación de Schleswig, hecho que,
sin embargo, contravenía el antiguo com-
promiso de unión permanente de los
ducados.
Esto provocó una insurrección de los
ducados, al mismo tiempo que Frederik
VII se declaraba rey constitucional en
Copenhague y abría con ello las puertas a
2
Cesiones territoriales entre 1600 y 1800.
Illustración: Danmarks Nationalleksikon.

una constitución democrática que cristali-
zó en la Constitución del Reino de Dina-
marcadel 5 de junio de 1849. El resulta-
do fue la Guerra de los Tres Años (1848-
1851), que terminó con una victoria
danesa en la medida en que los ducados,
gracias a la mediación de las grandes
potencias, continuaron formando parte
del Estado danés, aunque el problema de
fondo seguía sin resolverse de manera
satisfactoria.
La cesión de los ducados
En 1863, el Parlamento danés aprobó la
Constitución de Noviembre, que en realidad
dejaba fuera del Reino a Holstein y Lauen-
burg e incorporaba en su lugar a Schles-
wig, hecho que constituía una clara viola-
ción de los acuerdos alcanzados y que
llevó al prusiano Otto von Bismarck a
declarar la guerra a Dinamarca en nombre
de la Confederación Germánica. El resul-
tado fue la humillante derrota danesa de
1864 y la cesión de los tres ducados. Con
ello Dinamarca perdía una vez más un ter-
cio de su territorio y de su población, ade-
más de dejar a cerca de 200.000 daneses al
sur de la nueva frontera. No regresarían a
su país hasta el referéndum de 1920.
La esperanza del resurgimiento
Con la pérdida de los ducados, el territo-
rio danés se redujo a la menor extensión
de su historia. A partir de este punto, el
país emprendió la tarea de lograr un resur-
gimiento nacional cuyo lema fue ganar
dentro todo lo que se había perdido fuera.
El cultivo del páramo cobró fuerza y, con
la ayuda del cooperativismo, la agricultura
experimentó una reconversión a gran esca-
la pasando de la producción vegetal a la
animal. También se impulsó la industriali-
zación, de la que surgió una auténtica clase
obrera que pobló las ciudades. En 1884, se
eligieron los primeros representantes de la
Socialdemocracia (Socialdemokratiet)en el
Folketing–el Parlamento danés–. El núme-
ro de escaños obtenidos por este partido
fue aumentando elecciones tras elecciones.
En 1905, el Partido Radical (Det
Radikale Venstre)se escindió del Partido
Liberal (Venstre)y se constituyó como
grupo independiente en el que se agluti-
naban, sobre todo, intelectuales urbanos y
pequeños agricultores. Quedaba así confi-
gurado el modelo que dominaría la políti-
ca danesa hasta 1973, caracterizado por
ser un sistema en el que ningún partido
podía alcanzar la mayoría parlamentaria,
con lo que la necesidad de llegar a acuer-
dos se convertía en la condición básica de
toda la política. La actitud de consenso
derivada de ello continúa siendo uno de
los principales rasgos de la cultura política
de Dinamarca.
Neutralidad y ocupación
Como resultado de la precavida posición
neutral que adoptó tras su derrota contra
Alemania en 1864, Dinamarca decidió no
intervenir en la Primera Guerra Mundial,
con lo que la economía danesa resultó
muy beneficiada por la coyuntura bélica.
Cuando Hitler se hizo con el poder en
Alemania en 1933, Dinamarca se mantuvo
en la misma línea esperando poder capear
el temporal, pero resultó imposible. El 9 de
abril de 1940, las tropas alemanas empren-
dieron la «ocupación pacífica» de Dina-
marca y el gobierno socialdemócrata-radical
de Thorvald Stauning decidió ceder y
comenzar una forzosa colaboración con las
fuerzas de ocupación.
Sin embargo, la resistencia popular con-
tra la ocupación, apoyada por los ingleses,
alcanzó tales dimensiones que, en agosto
de 1943, hizo fracasar la política de cola-
boración. El Gobierno se retiró y cesaron
las actividades de la vida parlamentaria. La
farsa de la ocupación pacífica tocó a su fin
y el último año y medio de guerra estuvo
caracterizado por una creciente resistencia
armada contra los alemanes y por las siem-
pre brutales medidas represivas de éstos. Al
concluir la guerra, la resistencia contaba
con cerca de 50.000 miembros.
Alianza y bienestar
A pesar de la ambigüedad de su postura,
Dinamarca logró su reconocimiento de
hecho como aliada del bloque occidental
3
Resumen histórico
hacia 12.500 a.C. Llegada de los primeros cazadores
3900 BC Agricultura y ganadería
400-700 Primeros asentamientos urbanos
866-867 Loc vikingos conquistan York
c.965 Llegada del cristianismo
1015-1034 Inglaterra bajo la hegemonía
1397-1523 Unión de Kalmar con Noruega y Suecia
1479 Fondación de la Universidad Copenhague
1536 La Reforma. Noruega se incorpora a Dinamarca
1660-1661 Instauración del absolutismo
1666 1917 Colonias danesas en el Caribe
1807 La flota inglesa bombardia Copenhague
1814 Noruega abandona la Unión
1848 Fin del absolutismo
1849 Primera constitución libre, la Constitución de Junio
1864 Pérdida de los ducados
1901 Instauración del parlamentarismo
1914-1918 Dinamarca se mantiene neutral durante la Primera Guerra Mondial
1915 Reforma constitucional, la mujer obtiene pleno derecho al vota
1920 El norte de Schleswig vota a favor de su reincoperación
a Dinamarca
1940-1945 Ocupación alemana
1945 Dinamarca es miembro fundador de laONU
1949 Ingreso en la OTAN
1973 Miembro de la CEE
1993 Dinamarca ingresa en la Unión Europea

gracias a la labor de la resistencia durante
la guerra, y por ello fue invitada a unirse a
los miembros fundadores de la ONU en
1945. Al igual que Noruega, el país ingre-
só en la OTAN en 1949, abandonando así
de manera definitiva la neutralidad que
tan importante había sido como elemento
integrante de la política de seguridad
danesa desde 1864.
El Plan Marshall de 1948 dio pie a un
considerable proceso de modernización del
sector agrario danés y, a partir de mediados
de los años cincuenta, se produjo el autén-
tico despegue de la industrialización. En
1963, el valor de las exportaciones indus-
triales sobrepasó por vez primera al valor
de las exportaciones agrarias. Al mismo
tiempo, comenzó a promulgarse sistemáti-
camente una legislación propia de la socie-
dad de bienestar, basada en el principio del
derecho de todos los ciudadanos a recibir
prestaciones sociales dentro de los marcos
legales. Se creaba con ello el modelo danés
de estado de bienestar basado en el sistema
tributario y caracterizado por una red de
garantía social consolidada y por una fuer-
te presión fiscal.
Una política en transformación
Cependant, le début de la révolte des jeu-
nes, en 1968, et les protestations croissan-
tes des Danois contre la forte pression fis-
cale entraînèrent l’effondrement de la
structure traditionnelle des partis.
Lors des élections dites «de la débâcle»,
en 1973, l’électorat des quatre anciens
partis passa de 84 % à env. 58 % et une
série de nouveaux partis protestataires, le
Parti du Progrès (Fremskridtspartiet), le
Parti des Démocrates centristes (Centrum-
Demokraterne)et le Parti populaire chré-
tien (Kristeligt Folkeparti), apparurent sur
la scène parlementaire.
Les élections législatives du 20 novem-
bre 2001 ont apporté des changements
parlementaires considérables. Pour la pre-
mière fois depuis 1920, le Parti libéral a
récolté plus de suffrages que la Social-
Démocratie.
En même temps, le Parti du Peuple
danois, dont la politique d’immigration
constitue un point essentiel du program-
me politique, a connu un progrès remar-
quable tandis que le Parti du Progrès et le
Parti des Démocrates centristes ont perdu
leurs sièges au Folketing.
L’ancien gouvernement comprenant la
Social-Démocratie et les Radicaux a
démissionné, laissant le pouvoir à un gou-
vernement dirigé par le Premier ministre
libéral, Anders Fogh Rasmussen et com-
posé du Parti libéral et du Parti populaire
conservateur (Det Konservative Folkeparti).
Le Parti du Progrès et le Parti des
Chrétiens populaires font partie de la base
parlementaire du nouveau gouvernement.
Dinamarca y Europa
A medida que se fue integrando en
Europa, la economía danesa de la posgue-
rra experimentó una creciente internacio-
nalización. El país no participó en las
negociaciones que entre 1957 y 1959 cul-
minaron con la creación de la Comunidad
Económica Europea (CEE), aunque sí
ingresó en 1960 en la Unión Europea de
Libre Comercio (EFTA) junto con Gran
Bretaña, el principal mercado de exporta-
ción del país. Dinamarca y Gran Bretaña
no ingresaron en la CEE hasta 1973.
Desde entonces, las relaciones con la CEE
–desde 1993 UE– se han convertido en
un asunto muy polémico para la política
interior danesa que ha dividido a la pobla-
ción en dos grupos prácticamente iguales.
El referéndum de 1992 sobre el Tratado
de Maastrich para una mayor integración
dio la victoria a los partidarios del no por
un escaso margen de votos; para lograr el
consenso fue necesario realizar un nuevo
referéndum después de que Dinamarca
obtuviera ciertas exenciones. En el año
2000 se rechazó la adhesión a la moneda
común europea, el euro, en otro referén-
dum popular. En este aspecto –al igual
que en otros–, los daneses se muestran
como unos europeos algo indecisos.
El legado histórico
La forma y la extensión actuales de Dina-
marca son el resultado de repetidas cesio-
nes territoriales causadas por su expuesta
situación en pleno acceso al Báltico. Hasta
hace poco, los daneses eran un pueblo
extraordinariamente homogéneo, hecho
que puede achacarse a la paulatina pérdida
de las zonas más marginales del Reino.
Pero el alto grado de uniformidad y
consenso que tradicionalmente ha caracte-
rizado a la sociedad danesa guarda tam-
bién una estrecha relación con muchos de
los rasgos históricos expuestos, tales como
la fuerte influencia de la Iglesia nacional
luterana; la homogeneización de la pobla-
ción durante el absolutismo; la tardía
industrialización, que no originaría hasta
mucho más adelante una clase baja urbana
numerosa; y la escasa fortuna de las fuer-
zas políticas a la hora de obtener la mayo-
ría absoluta, que ha hecho de la coalición
una premisa fundamental de la vida políti-
ca danesa. Son éstas, y no la simple relaja-
ción y holganza a las que se refería el
diplomático inglés en 1939, las experien-
cias históricas que han resultado decisivas
para la formación del moderno carácter
nacional danés.
Knud J.V. Jespersen
Catedrático de universidad, dr.phil
Información aditional
Página web oficial de Dinamarca
www.denmark.dk
Nationlmuseet
(Museo Nacional)
Ny Vestergade 10
DK-1471 Copenhague K
(+45) 3313 4411
www.natmus.dk
[email protected]
Tøjhuslmuseet
(Museo del Arsenal)
Frederiksholms Kanal 29
DK-1220 Copenhague K
(+45) 3311 6037
www.thm.dk
[email protected]
Det Nationlhistoriske Museum
(Museo Nacional de Historia de Frederiksborg)
Frederiksborg Slot
DK-3400 Hillerød
(+45) 4826 0439
www.frederiksborgmuseet.dk (en danés)
[email protected]
Frilandsmuseet
(Museo Histórico y Cultural de Arquitectura
Rual al Aire Libre)
Kongevejen 100
DK-2800 Copenhague K
(+45) 3313 4411
www.frilandsmuseet.dk
[email protected]
.
4
Historia
Datos sobre Dinamarca. Publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores
de Dinamarca.
Dirección: Asiatisk Plads 2, DK-1448 Copenhague K,
Dinamarca. Teléfono: (+45) 3392 0000. Fax: (+45) 3254 0533.
Correo electrónico: [email protected]. Internet: www.um.dk.
Edición: Flemming Axmark.
Traducción: Blanca Ortiz.
Diseño: Ole Jensen - ojdesign.
Se autoriza la reproducción del texto con o sin
indicación de la fuente.
Publicado: Noviembre 2003.
ISBN 87-7964-583-6