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Oct 13, 2025
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La Hymenolepis nana y la Hymenolepis diminuta son cestodos (gusanos planos segmentados) del grupo de las tenias. Ambas parasitan el intestino del ser humano, aunque H. nana es la más común y tiene mayor importancia médica, mientras que H. diminuta afecta principalmente a roedores y, de manera oc...
La Hymenolepis nana y la Hymenolepis diminuta son cestodos (gusanos planos segmentados) del grupo de las tenias. Ambas parasitan el intestino del ser humano, aunque H. nana es la más común y tiene mayor importancia médica, mientras que H. diminuta afecta principalmente a roedores y, de manera ocasional, al ser humano. La infección causada por estas especies se conoce como himenolepiasis, y puede presentarse en zonas con condiciones sanitarias deficientes o donde existe contacto con roedores e insectos contaminados.
Desde el punto de vista morfológico, Hymenolepis nana es la tenia más pequeña que infecta al ser humano, midiendo entre 1 y 4 centímetros de largo. Su cuerpo es plano y segmentado, dividido en proglótides (anillos), y posee una cabeza o escólex con cuatro ventosas y un rostelo armado con una doble corona de ganchos. En cambio, Hymenolepis diminuta es más grande, puede alcanzar 20 a 60 centímetros de longitud, y carece de ganchos en el rostelo. Ambas especies son hermafroditas, es decir, tienen órganos reproductores masculinos y femeninos en cada segmento, lo que les permite reproducirse sin otro individuo.
El ciclo biológico de H. nana es directo, lo que significa que no necesita un huésped intermediario para completar su desarrollo, aunque puede utilizar insectos como escarabajos o pulgas de manera facultativa. Los huevos eliminados en las heces contienen una larva llamada oncosfera, que al ser ingerida por el ser humano (principalmente niños), se libera en el intestino y penetra las vellosidades intestinales. Allí se transforma en una cisticercoide (forma larvaria), y luego se desarrolla hasta convertirse en un adulto en el mismo hospedador. En cambio, H. diminuta requiere un huésped intermediario, generalmente insectos (pulgas o escarabajos), que al ser ingeridos accidentalmente por humanos o roedores, liberan la larva infectante en el intestino.
El cuadro clínico de la himenolepiasis suele ser leve o asintomático en infecciones pequeñas, pero cuando hay gran cantidad de parásitos, puede causar dolor abdominal, diarrea, pérdida de apetito, náuseas, mareo y prurito anal (picazón en el ano). En casos más severos o prolongados, se puede desarrollar anemia leve, retraso en el crecimiento infantil o irritabilidad, debido a la mala absorción intestinal. Las infecciones repetidas ocurren fácilmente porque H. nana puede producir autoinfección, es decir, los huevos liberados en el intestino pueden reiniciar el ciclo sin salir del cuerpo, prolongando la enfermedad.
El diagnóstico se realiza mediante el examen coproparasitoscópico, donde se observan los huevos característicos en las heces. Los huevos de H. nana son ovalados y tienen filamentos polares en el interior, mientras que los de H. diminuta son más grandes, redondeados y carecen de estos filamentos. En casos dudosos, se pueden usar métodos de concentración o tinción especial para mejorar la detección.
El tratamiento más eficaz es con praziquantel, administrado en dosis única, que