recomendable es repartirlas de una en una.
Si con la parte del mazo con la que ha iniciado el reparto no tuviera bastantes cartas, continuaría
con las de la parte superior de la baceta. Por el contrario, si le sobraran cartas las colocaría encima
de ésta. Concluido el reparto, se descubre la carta superior de la baceta y se deja junto a ésta para
comenzar el montón de los descartes.
Antes de iniciarse el juego propiamente dicho, cada jugador deberá comprobar que no tiene cartas
de más o de menos. Si se descubriera un error, debería procederse a un nuevo reparto, o bien
resolver la mano errónea directamente. Es decir, si un jugador tuviera una carta de más, extraería
una al azar y la colocaría intercalada en la baceta o en el montón de descartes, debajo de la carta
inicial de éste.
Si, por el contrario, le faltara una carta, tomaría una intermedia de la baceta para completar la mano.
Si en el transcurso del juego algún jugador descubre que el número de cartas de su mano es
incorrecto, no podrá cerrar, a menos que cuente con el consentimiento de los otros jugadores para
reponer la mano.
10.Desarrollo
El jugador que comienza la partida puede tomar la carta del montón de descartes o bien la superior
de la baceta. Su turno terminará con un descarte, de modo que su mano vuelva a ser de diez cartas.
Todos los jugadores irán robando y descartando del mismo modo y por turnos, hasta que un jugador
consiga combinar en una o varias series las diez cartas de su mano. Si se agotara la baceta antes de
que algún jugador consiguiera combinar todas sus cartas, se procedería a barajar el montón de
descartes, que a partir de entonces se utilizaría como baceta.
En el curso del juego, cada jugador deberá tratar de desprenderse en cada descarte de las cartas de
mayor valor que tenga en la mano con pocas posibilidades de combinar, para así reducir el número
de puntos.
11.Final
El primer jugador que consiga combinar sus diez cartas, excluyendo la del descarte, las descubrirá
sobre la mesa, al tiempo que anunciará su acción a los demás jugadores diciendo cerrado o cierro.
Cuando un jugador cierra, los demás deben mostrar sus cartas. Las que estén combinadas en series
válidas (de tres cartas como mínimo), no contarán para el tanteo, ya que éste se realiza únicamente
con las cartas que quedan sin combinar.
Cada jugador se anota la suma de los puntos de las cartas que le han quedado sin combinar, y la
añade a las de los anteriores juegos parciales. Cuando un jugador llega a 200 puntos (o al tanteo que
se haya acordado previamente), es eliminado de la partida y ésta prosigue sin él, hasta que sólo
queda un ganador. Algunos prefieren poner fin a la partida cuando quedan tan sólo dos jugadores.
En tal caso se declara vencedor al que tenga menos puntos acumulados hasta ese momento.
También pueden considerarse positivos los puntos a la hora del tanteo: el que cierra recibe el valor
de la suma total de los puntos de todos los jugadores. La partida se juega entonces hasta un cierto
límite de tiempo acordado previamente.