INTOXICACIÓN LABORAL POR PLOMO MEDICINA LABORAL

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medicina laboral


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Medicina laboral
INTOXICACIÓN
LABORAL POR
PLOMO

INTRODUCCIÓN
El plomo es un metal pesado que durante décadas tuvo amplio uso
industrial y artesanal. Aunque su empleo se ha reducido, sigue presente
en procesos como el reciclaje de baterías, la fundición y soldadura de
metales, la fabricación de municiones y la demolición de estructuras
antiguas con pinturas plomadas. Estas actividades pueden liberar
partículas y vapores invisibles que, si no se controlan, se acumulan en el
cuerpo y causan daño a largo plazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que no existe un nivel
seguro de plomo en sangre: incluso concentraciones consideradas
bajas pueden provocar efectos neurológicos, cardiovasculares y renales
[1]. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que
millones de trabajadores siguen en riesgo, especialmente en países
donde las regulaciones y el control de exposición son insuficientes [2].

En el entorno laboral, el plomo ingresa principalmente por inhalación de
polvos y humos generados durante la fundición, corte y soldadura, y
también por ingestión accidental cuando las manos contaminadas entran
en contacto con alimentos o cigarrillos. En muchos lugares de trabajo
persisten prácticas inseguras, como comer en zonas contaminadas o llevar
la ropa a casa.
La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) fija un límite
permisible de exposición de 50 µg/m³ de aire en una jornada de 8 horas y
define un “nivel de acción” de 30 µg/m³ para activar vigilancia médica y
ambiental [3]. Sin embargo, evidencia reciente demuestra efectos nocivos
incluso por debajo de esos valores [7]. El sistema de vigilancia NIOSH
ABLES en Estados Unidos reporta trabajadores con niveles de plomo en
sangre (BLL) ≥10 µg/dL y ≥25 µg/dL, lo que confirma que el riesgo no ha
desaparecido [4].
COMO OCURRE LA EXPOSICIÓN

El plomo circula en sangre y luego se deposita en tejidos blandos y
huesos, donde puede permanecer durante décadas. Interfiere con la
síntesis del hemo, aumenta el estrés oxidativo y afecta la transmisión
nerviosa, explicando síntomas como cansancio, dolor abdominal,
cefalea e irritabilidad. Con exposiciones prolongadas, puede dañar
riñones, aumentar la presión arterial y afectar la fertilidad. A niveles muy
altos produce encefalopatía, con alteraciones neurológicas graves
[1,5,6].
Estudios latinoamericanos muestran hallazgos similares. Una revisión
brasileña destaca la persistencia de intoxicaciones en reciclaje de
baterías, construcción y talleres de reparación, señalando que
trabajadores con BLL moderados ya presentan anemia y alteraciones
renales [8]. En España, se ha documentado impacto en la función
neurológica y reproductiva incluso en exposiciones por debajo de los
límites tradicionales [9].
EFECTOS EN EL ORGANISMO

DIAGNÓSTICO Y VIGILANCIA
El nivel de plomo en sangre (BLL) es el biomarcador de elección.
Según OSHA, se debe retirar temporalmente al trabajador si el
BLL es ≥60 µg/dL y permitir el retorno cuando baja de 40 µg/dL
[3]. Sin embargo, tanto el CDC como la American College of
Occupational and Environmental Medicine (ACOEM) sugieren
intervenir mucho antes, pues se han visto efectos con valores
entre 10–20 µg/dL [5,7]. El nuevo valor de referencia poblacional
de 3,5 µg/dL, adoptado por organismos de salud pública, sirve
como alerta temprana de exposición [4].
La zinc-protoporfirina (ZPP) puede usarse como indicador
complementario en exposiciones crónicas, aunque es menos
sensible para detectar incrementos recientes.

La mejor estrategia es evitar que el plomo entre en el organismo:
Controles en el origen: ventilación adecuada, procesos húmedos
que reducen polvo, sustitución de materiales con plomo y limpieza
frecuente de superficies.
Higiene y organización: áreas separadas para comer, duchas y
lavado de manos antes de salir, ropa de trabajo que no se lleve al
hogar.
Equipos de protección personal: respiradores certificados, guantes y
ropa protectora limpia.
Educación: programas que enseñan riesgos y medidas de
protección aumentan el uso de EPP y reducen BLL en los
trabajadores [9].
Vigilancia médica periódica: mediciones regulares de BLL y
evaluación clínica temprana.
PREVENCIÓN Y CONTROL

La intoxicación por plomo sigue siendo un problema de salud
laboral que afecta a miles de trabajadores en todo el mundo.
Aunque se ha reducido el uso de este metal, persiste en
industrias clave y su toxicidad no tiene umbral seguro. La
combinación de controles ambientales, hábitos de higiene,
protección personal y vigilancia médica es esencial para
prevenir efectos irreversibles. Además, la evidencia científica
señala que los límites legales antiguos son insuficientes y
urge actuar con valores más bajos para proteger de manera
real la salud de quienes siguen expuestos.
CONCLUSIONES

1 World Health Organization. Lead poisoning and health – Fact sheet. Actualizado
2023.
2 International Labour Organization. Exposure to lead in the world of work: impacts
on occupational safety and health. 2023.
3 OSHA. Lead Standard – 29 CFR 1910.1025 (General Industry).
4 NIOSH ABLES. Adult Blood Lead Epidemiology and Surveillance Program – Data
Dashboard.
5 CDC/ATSDR. Medical Management Guidelines for Lead.
6 Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR). Toxicological Profile
for Lead. 2020.
7 American College of Occupational and Environmental Medicine (ACOEM).
Workplace Lead Exposure: Position Statement. 2016.
8 Silva SR, Lima JS, de Oliveira AC. Exposição ocupacional ao chumbo: revisão
sistemática. Rev Bras Med Trab. 2022;20(2):201–210.
9 García-Lestón J, et al. Exposición ocupacional a metales pesados y efectos sobre
la salud. Rev Esp Salud Pública. 2019;93:e201904030.
10 Patrick L. Lead toxicity, a review of the literature. Part 1: Exposure, evaluation, and
treatment. Altern Med Rev. 2006;11(1):2-22.
REFERENCIAS

GRACIAS!
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