repitámoslo, no es más que un momento, un aspecto entre
muchas comple
j
idades
(
microfísica, macrofisica, biológica,
psíquica, social
)
. Trataremos de considerar las líneas, las
tendencias de la complejización creciente, lo que nos per-
mitirá, muy groseramente, determinar los modelos de ba
j
a
complejidad, mediana complejidad, alta comple
j
idad, en
función de desarrollos de la auto-organización (
autonomía,
individualidad, riquezas de relación con el ambiente, apti-
tudes para el aprendiza
j
e, inventiva, creatividad, etc.
)
.
Pero, finalmente, llegaremos a considerar, a partir del ce-
rebro humano, los fenómenos verdaderamente sorpren-
dentes de muy alta comple
j
idad, y a proponer como noción
nueva y capital para considerar el problema humano, a l
a
hipercomplejidad.
El sujeto y el objeto
Así es que, con la teoría de la auto-organización y la
de la complejidad, tocamos los sustratos comunes a la Bio-
logía y a la Antropología, al margen de todo biologismo y
de todo antropologismo. Nos permiten, al mismo tiempo,
situar los niveles de complejidad diferentes en que se ubi-
can los seres vivientes, incluido el nivel de muy alta com-
plejidad y tal vez de hipercomplejidad propio del fenómeno
antropológico.
Tal teoría nos permite revelar la relación entre el uni-
verso físico y el universo biológico, y asegura la comunica-
ción entre todas las partes de eso que llamamos lo real.
Las nociones de Física y de Biología no deben ser reifica-
das. Las fronteras del mapa no existen en el territorio,
sino sobre el territorio, con alambres de púa y aduaneros.
Si el concepto de Física se agranda, se complejiza, todo es,
entonces, Física. Digo, entonces, que la Biología, la Socio-
logía, la Antropología, son ramas particulares de la Física;
asimismo, si el concepto de
, Biología se agranda, se com-
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plejiza, todo aquello que es sociológico y antropológico es,
entonces, biológico. La Física, así como la Biología, dejan de
ser reduccionistas, simplificadoras y se vuelven funda-
mentales. Esto es casi incomprensible cuando uno está en
el paradigma disciplinario en el cual la Física, la Biología, la
Antropología, son cosas distintas, separadas, no comu-
nicantes.
Se trata, de hecho, de una apertura teórica, de una
teoría abierta que vamos a esforzarnos por elaborar. El
lector ya puede ver que esa teoría permite la emergencia, en
su propio campo, de aquello que había sido hasta ahora
rechazado fuera de la ciencia: el mundo y el sujeto.
La noción de sistema abierto se abre, en efecto, no so-
lamente sobre la Física, por mediación de la Termodinámica,
sino, más amplia, más profundamente sobre la physis, es
decir, sobre la naturaleza ordenada/desordenada de la
materia, sobre un devenir físico ambiguo que tiende a la
vez al desorden (entropía) y a la organización (constitución de
sistemas cada vez más comple
j
os
)
. Al mismo tiempo, la
noción de sistema abierto llama a la noción de ambiente,
y
allí aparece, no más solamente la physis como fundamento
material, sino el mundo como horizonte de realidad más
vasto, abierto más allá al infinito (porque todo eco-sistem
a
puede volverse sistema abierto dentro de otro eco-sistema
más vasto, etc.); así es que la noción de eco-sistema, de
agrandamiento en agrandamiento, se extiende por todos
los azimuts, por todos los horizontes.
El su
j
eto emerge al mismo tiempo que el mundo.
Emerge desde el punto de partida sistémico y cibernético,
allí donde un cierto número de rasgos propios de los seres
humanos (finalidad, programa, comunicación, etc.) son in-
cluidos en el objeto-máquina. Emerge, sobre todo, a partir
de la auto-organización, cuando autonomía, individuali- dad, complejidad, incertidumbre, ambigüedad, se vuelven
los caracteres propios del ob
j
eto. Cuando, sobre todo, el
término «auto» lleva en sí la raíz de la subjetividad.
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