Problemas Orgánicos de la Ira . Es fácil comprender la relevancia y las implicaciones que la ira tiene si, atendiendo a las funciones que cumple, valoramos los riesgos que posee una frecuencia o una intensidad de la experiencia de ira que no se ajuste a las condiciones del ambiente. En este sentido, las implicaciones que la alta respuesta de ira tiene, por ejemplo, para la salud han sido identificadas en un amplio número de problemas orgánicos (véase Suinn, 2001) , y de forma más relevante en los trastornos cardiovasculares (véase Palmero, Díez y Breva, 2001; Siegman y Smith, 1994) , pero también en otras trastornos como el cáncer, las úlceras, el tabaquismo o la soriasis (véase Johnson, 1990), o enfermedades que cursan con dolor crónico, como la artritis reumatoide, enfermedad además autoinmune (véase Burns, 1997; Huyser y Parker, 1999). También en el ámbito de la psicopatología la ira se presenta como relevante y, a pesar de no contar con un trastorno específicamente vinculado a ella, se muestra como un indicador importante de otros trastornos afectivos, como los de tipo depresivo (véase Beck, 1976), además de convertirse en síntoma para diversos trastornos del DSM-IV-TR (APA, 2000) que van desde algunos típicos de la niñez y la adolescencia, como Trastorno negativista desafiante, hasta trastornos de la personalidad