Creado en 1964, corresponde a una técnica de registro de la relación céntrica fisiológica
autoinducida por desprogramación neuromuscular: hecho de acrílico de autocurado, forma
un tope anterior para el contacto solamente de los ángulos mesioincisales de los incisivos
centrales inferiores con desoclusión de los dientes restantes. En un estudio de Manns y col.
Se llega a la conclusión que el efecto de reducción de EMG con el Jig, es notoriamente mayor
al obtenido con las Láminas de Long.
La base del método mediante el JIG de Lucía es dar un punto de referencia anterior,
formando un trípode con los cóndilos, ayudando a ubicarlos en su parte más anterior y
superior en la cavidad glenoídea.
Ubicado en la zona anterior como un tope que estabiliza la mandíbula durante el registro,
además evita el contacto propioceptivo de los dientes posteriores, lo que genera la
disminución de la respuesta refleja de la neuromusculatura.
Cómo realizar un JIG:
1. Proporcionar polímero de acrílico de autopolimerización (polvo) hasta llenar un vaso
Dappen.
2. Aplicar monómero (líquido) en gotas sobre el polvo, revolviendo la masa con una espátula
hasta humectar totalmente al polímero.
3. Dejar reposar la masa para que ocurra la polimerización de manera uniforme, mientras
se prepara al paciente aplicando vaselina sobre el grupo incisivo superior.
4. Una vez alcanzada la etapa plástica, retirar el acrílico del vaso Dappen, amasarlo y
conformar un pequeño cubo.
5. Llevar a boca e indentar los bordes incisales de los incisivos superiores entre el 1/3
anterior y el 1/3 medio del cubo de acrílico, asegurando la adaptabilidad de la masa a las
caras vestibulares y palatinas de los mismos.
6. Manipular la mandíbula en un eje terminal de bisagra posterior y solicitar al paciente que
cierre suavemente su boca hasta dejar una huella de los bordes incisales inferiores en la cara
inferior del acrílico. Para evitar el contacto oclusal posterior se puede utilizar dos palos de
fósforos en las caras oclusales de los molares.
7. Mantener la posición y adaptabilidad del acrílico con los dedos, retirándolo y volviendo a
colocar repetidas veces mientras se controla la reacción exotérmica de la polimerización
humectando el deprogramador en agua fría contenida en una taza de goma.
8. Una vez polimerizado el acrílico, asegurar la estabilidad y retención del deprogramador
en los incisivos superiores. (En caso de presentar una báscula o de no mantenerse en su
posición y caerse se debe desechar y volver al paso 1).
9. Tallar, con fresón de carburo–tungsteno, la extensión mesio-distal del deprogramador de
tal manera que cubra a los incisivos centrales y al ángulo mesial de los incisivos laterales
superiores a la altura del 1/3 medio de la cara vestibular.
10. Desgastar, con el fresón en posición horizontal, todo el exceso de acrílico posterior a la
huella dejada por los incisivos inferiores, de modo de dejar una meseta plana y horizontal.
11. Desgastar, con el fresón en posición inclinada (45º) respecto a la meseta horizontal, todo
el exceso de acrílico anterior a la huella dejada por los incisivos inferiores, de modo de dejar
una rampa inclinada.
12. En ambos desgastes tener cuidado de no perder la posición de las indentaciones (las que
se deben mantener son las de los incisivos centrales inferiores).
13. Con papel articular bicolor, registrar el contacto céntrico (azul), manipulando
suavemente la mandíbula y pidiéndole al paciente que cierre repetidas veces.
14. Desgastar con destreza toda marca de color azul registrada sobre la meseta horizontal,
de tal modo de dejar sólo las correspondientes a los ángulos mesio-incisales de los incisivos
centrales inferiores.
15. Con papel articular bicolor, registrar las guías excursivas de protrusión y lateralidades
(rojo), pidiéndole al paciente que realice tales movimientos.
16. Desgastar con destreza toda marca de color rojo registrada sobre la rampa inclinada que
no corresponda a las dejadas por los ángulos mesio-incisales de los incisivos centrales
inferiores.
17. Una vez obtenido esto, afinar y pulir el acrílico con lija al agua, de tal manera que permita
el cierre labial y sea cómodo para los tejidos blandos (labios y lengua).
Bibliografía:
Manns, A., Biotti, J., “Manual práctico de oclusión dentaria”. 2006.
http://www.libros.uchile.cl/files/presses/1/monographs/250/submission/proof/files
/assets/basic-html/page374.html
Orozco Varo A, Arroyo Cruz G, Martínez de Fuentes R, “Relación céntrica: revisión de
conceptos y técnicas para su registro. Parte II”, Odontoestomatol 2008; 24 (6): 369-
376.