Joaquín Clausell

esfinge1962 2,719 views 30 slides Mar 24, 2009
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José Joaquín Quirico Marcelino
Clausell Franconis
1866 - 1935

•nació en Campeche en 1866.
•Pasó, sin embargo, importantes períodos de su vida en Nueva York y París.
•Estudió abogacía en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en su juventud fue un
reputado caricaturista.
•Esta afición lo vinculó con el periodismo y la crítica sociopolítica, por lo que en
1893 fundó un periódico llamado “El Demócrata” (en el que los izquierdistas
hermanos Flores Magón colaboraban también) en abierta oposición al régimen
dictatorial de Porfirio Díaz.
•La corta vida de esta publicación terminó con la clausura ordenada por el gobierno
y les costó la prisión a Clausell y a su socio Francisco Blanco, quienes purgaron
condenas en la Cárcel de Belén (el Palacio de Lecumberri, descrita por el
norteamericano Dwight Worker como "La punta llena de pus del grano del culo del
mundo"), de donde el pintor escapó unos seis meses después.

•Clausell pisaría esta prisión en otras ocasiones, pues se
consideraba un promotor de la libertad de expresión
“resuelto a todo”, cualidad que desarrolló en publicaciones
como el proscrito periódico El Hijo del Ahuizote y
apoyando a opositores como Heriberto Frías.
•Clausell no se consideraba pintor y ni siquiera firmaba sus
cuadros.
•Expuso su obra por vez primera gracias a la insistencia del
Dr. Atl, quien lo incluyó en una exposición colectiva de
los alumnos de la Academia de San Carlos, pero en 1921
expuso en la Escuela Nacional de Bellas Artes y Nueva
York, donde su obra recibió grandes elogios.

•Fueron quizás estas características las que
después lo hicieron recluirse voluntariamente
en su estudio, en el antiguo Palacio de los
Condes de Calimaya, cuando convertido en
pintor decoró los muros y pintó también su
importante obra de caballete, que en parte se
puede admirar hoy en las salas del Museo
Nacional de Arte (MUNAL) situado en el
antiguo Palacio de Comunicaciones y Obras
Públicas, en la Calzada de Tacuba.

•Para poder contar con un espacio privado para reunirse con sus
colegas y pintar, él mismo mandó construir las dos
habitaciones de su estudio -su exilio en la ciudad- en la azotea
del Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, que
pertenecía por entonces a su esposa Ángela, hermana de su
buen amigo Antonio Cervantes.
• Joaquín Clausell fue miembro y fundador del Círculo
Artístico de México y abogado defensor de los poco
afortunados.
•Desgraciadamente el pintor murió el 28 de noviembre de 1935
en un sospechoso y poco documentado accidente cerca de las
Lagunas de Zempoala, cuando una peña sobre la que admiraba
el paisaje en compañía de su amigo Carlos Busquets se
desprendió de la montaña y los precipitó al fangoso vacío.

ESTUDIO DE JOAQUIN CLAUSELL EN EL
ANTIGUO PALACIO DE LOS CONDES DE
CALIMAYA

•Invisible en la azotea de un conocido
edificio del Centro de la Ciudad de México,
hoy sitiado por el comercio informal, se
encuentra La Casa de las Mil Ventanas. El
edificio no es otro que el Palacio de los
Condes de Santiago de Calimaya, sede
actual del Museo de la Ciudad de México
(MCM), que depende de la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM).

•Ocurre que el Palacio de los Condes de Santiago Calimaya, que inició
su edificación apenas seis años después de la Conquista de México
(1521) por el licenciado Juan Gutiérrez Altamirano y que fuera
remodelado en el siglo XVIII en un fastuoso estilo barroco por el
reconocido arquitecto Antonio Guerrero y Torres, cuya planta baja fue
adaptada para accesorias comerciales a inicios del siglo XX, fue
convertido en el Museo de la Ciudad de México en 1964.
•Actualmente, tras la remodelación de 1997, el Estudio de Joaquín
Clausell está abierto para todos los visitantes del recinto.
• Y aunque su creador nunca lo planeó así, ahora es una maravillosa
obra, adelantada a su tiempo y que todavía hoy en día sorprende por su
complejidad, por su maestría, por ser un mundo en sí misma, en el que
el espectador puede perderse y reflejarse durante horas enteras.

•A finales del siglo XIX, la casa de los condes de Santiago Calimaya quedó ubicada dentro del
área comercial del centro y poco a poco se establecieron tiendas en los locales de la planta
baja.
Los herederos de este inmueble continuaron la costumbre de rentar los cuartos. Todas las
habitaciones de la planta baja y las de la planta alta del segundo patio fueron ocupados por
arrendatarios, reservando para la familia Cervantes, los últimos propietarios, las habitaciones
de la planta alta que rodeaban el patio principal.
De vecindad a museo
La importancia del antiguo palacio fue reconocida en 1931 cuando se declaró patrimonio
nacional. Posteriormente, en 1960, el Departamento del Distrito Federal decretó que el
inmueble se convirtiera en la sede del Museo de la Ciudad de México.
•Para adecuar el edificio a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez llevó a cabo la
remodelación en la que las antiguas habitaciones se transformaron en salas de exhibición.
El 31 de octubre de 1964, fue inaugurado y en sus salas se montó una exposición que
mostraba didácticamente el concepto de urbe.
A partir de 2002, el Museo de la Ciudad de México emprendió un cambio sustancial en sus
espacios: el arreglo de la fachada, la reapertura de la biblioteca Jaime Torres Bodet, la
inauguración de la librería del Pórtico y la restauración del estudio de Joaquín Clausell; el
recinto en general mejoró su imagen y luego de permanecer diez años sin una exposición
permanente sobre la ciudad, el 18 de noviembre de 2004 se inauguró

•Curiosamente, esta obra pasmosa, que nos arrebata
el aliento y sobrecoge al espectador más avezado,
no se encuentra en ningún lienzo ni entre marco
alguno, tampoco en los muros de los edificios
públicos ni en una colección privada. Es más, no
fue concebida para ser admirada por el público,
sino por el artista, su esposa y sus más cercanos
amigos, pues se encuentra las paredes de lo que
fue su habitación.

•En efecto, el pintor campechano se casó en 1898
con Ángela Cervantes Pliego, heredera junto con
su hermano Antonio, de los Condes de Calimaya.
•En la azotea de ese edificio, Clausell construyó
dos enormes cuartos que empleaba como estudio.
Ahí ejecutaba sus pinturas expresionistas en el
caballete y, cuenta la leyenda, limpiaba los
pinceles en los muros blanqueados.

•Sus antiguos muros barrocos y su patio
cuadrangular -custodiado por una sirena de
piedra que tañe pacíficamente un laúd-
albergan modernas salas dedicadas a
mostrar la historia de la ciudad, sus diversas
transformaciones a lo largo de los siglos y
sus problemas con el agua.

•Sin embargo, la belleza del edificio y la acertada
propuesta museográfica de sus exposiciones no
son el único atractivo con que cuenta el Museo de
la Ciudad de México.
•Situado en la parte más alta de esas escaleras
custodiadas por leones, muchas veces invisible a
las miradas de algunos visitantes que sólo buscan
completar tareas escolares y realizar pronto el
trámite de la visita, se encuentra el Estudio de
Joaquín Clausell, el más grande representante del
Impresionismo en México.

•Las paredes de esta alargada habitación
fueron convertidas por este pintor (que
decía no serlo) en una especie de Capilla
Sixtina mexicana; ahí se conservan
alrededor de 1300 pequeñas escenas
-cuadros o bosquejos de cuadros- pintadas
al óleo en una cautivante mezcla de
paisajes, personajes mitológicos, símbolos,
miradas, alegorías, espíritus y mares
agitados..

•La técnica de Clausell contó con la influencia
impresionista de Claude Monet y Camille
Pissarro, a quienes conoció personalmente durante
un exilio voluntario en París, a finales del siglo
XIX. Mientras sus amigos y colegas mexicanos
-incluidos Diego Rivera y el Dr. Atl- se dedicaban
a la pintura simbólica y a sentar las bases del
muralismo, Joaquín Clausell desarrolló un
impresionismo con tintes mexicanos que puede
observarse en diversas escenas de su estudio

•Sus críticos e intérpretes han visto en esta decisión
de pintar en los muros una forma de expresar sus
sueños y las figuras que lo obsesionaban, ya que
muchos de los temas que ahí se pueden observar
nunca fueron objeto de su pintura de caballete. El
estudio de Joaquín Clausell representa, por tanto,
una oportunidad única para conocer y recorrer el
espacio íntimo de un artista, un espacio histórico
que sirvió como sala de discusión para temas
estéticos, vanguardistas y, sobre todo, críticos.

•La utilización pictórica de la superficie de los
muros parece en un principio caótica. Sin
embargo, un acercamiento mostrará que muchos
de esos espacios fueron pensados por Clausell
como auténticos cuadros, pues se aprecia que el
yeso o el cemento fueron esgrafiados para
delimitar temáticas y escenas, de manera que el
visitante percibe una casi infinita colección de
pinturas apiladas que ocupan hasta el último
resquicio vacío, invadiéndose incluso unas a otras
si es necesario.

•El estudio y sus muros son, en opinión de
algunos, un mural clandestino. Para quien
esto escribe es una especie de preso y
contradictorio cuadro impresionista
atrapado en el interior de un palacio (sí,
porque esta corriente buscó siempre la
pintura al aire libre y plasmar en el lienzo la
impresión causada por la luz al bañar la
naturaleza).

•No se trata de un caos de tachones ni de simples
salpicaduras, pues si uno mira con atención, una
muchedumbre va apareciéndose. Miles de rostros
se revelan y nos miran como intrusos: la mujer
loca que gritaba en la esquina, el médico que
recorría a toda prisa las calles para curar enfermos,
una procesión de plañideras que asiste a un
velorio, un músico que toca sones de Jalisco
guitarra en mano, una guapa andaluza con un
tocado de peineta y mantilla, árboles, volcanes,
Eva y la serpiente, quijotes y cristos. …

JOAQUIN CLAUSELL
Y
ANGELA CERVANTES
Heredera de los Condes de Calimaya
OTRO VARON
CARLOS
pintor
PATRICIA
Biógrafa del abuelo
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