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La productividad, en y desde
la educación preescolar
Las condiciones de la sociedad actual hacen explícita la necesidad de que los sujetos en
formación aprendan a ser autónomos, es decir que desde preescolar los niños y las niñas
pueden ir aprendiendo a enfrentar y resolver las situaciones de la vida cotidiana, a partir
de saber ejercer sus derechos y obligaciones con información, libertad, responsabilidad
y solidaridad; donde el desarrollo de su creatividad, liderazgo, capacidad para aprender
a aprender, resolver problemas, tomar decisiones, trabajar en equipo y capacidad de ra-
zonamiento, favorezcan sus competencias para ser más productivos a lo largo de su vida.
Para ello, resulta fundamental diseñar y aplicar estrategias pedagógicas cada vez más
eficaces, eficientes, pertinentes y relevantes, lo cual implica necesariamente el plantea-
miento y la ejecución de un modelo pedagógico más dinámico que permita a los niños y
las niñas interactuar y comprender mejor el mundo en que viven, así como desarrollar la
capacidad crítica para su transformación y mejora.
En este esfuerzo, la implementación de la Reforma Integral de la Educación Básica ha im-
plicado grandes desafíos para las educadoras y el personal directivo de preescolar, entre
los que destacan: el reconocer a las niñas y los niños pequeños como sujetos capaces de
pensar, reflexionar, comprender el mundo, comunicar sus ideas y construir aprendizajes
a partir de su experiencia; como docentes, aprender a trabajar de una manera distinta
(buscando alternativas para poner a los alumnos en situaciones desafiantes que los ha-
gan ampliar y profundizar sus conocimientos) y transformar la organización y las relacio-
nes internas de las escuelas para que el trabajo pedagógico se oriente, en todo momento,
al logro de los propósitos educativos.
La acción de las y los docentes es un factor clave para que todas las niñas y todos los
niños alcancen los propósitos educativos, pues es ella quien establece el ambiente, plan-
tea las situaciones didácticas y busca motivos diversos para despertar el interés de los
alumnos e involucrarlos en actividades que les permitan avanzar en el desarrollo de sus
competencias.
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En coherencia con lo anterior, desarrollar una cultura hacia la productividad, desde las
primeras etapas formativas, coadyuva a que los niños y las niñas enriquezcan su identi-
dad personal y social. Desde esta perspectiva, los niños y las niñas no solo aprenderán a
desarrollar con éxito una iniciativa emprendedora, sino también aprenderán a cultivar va-
lores y prácticas sociales sustentadas en principios democráticos. La adopción de rasgos
éticos implica adoptar actitudes que favorecen la productividad, y con ella, la obtención
de beneficios personales, familiares y sociales.
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SEP. Articulación de la Educación Básica, 2011.