placer mutuamente. Por eso las relaciones sexuales antes del matrimonio o fuera
de él atentan contra del diseño de Dios.
4. Según la Biblia, el amor no hace diferencias. Dios ama a su creación. Es un
Padre que ama a todas sus criaturas, a los que le obedecen y a los que no. Él no
hace discriminación alguna. Su amor lo demuestra día a día al hacer salir
su sol sobre justos e injustos, y nos pide que nos amemos unos a otros, que
busquemos el bienestar común, nos ayudemos y compartamos nuestros bienes.
La Biblia nos enseña que debemos ser misericordiosos y amar a todos, incluso a
aquellos que desean nuestro mal.
5. Según la Biblia, el amor tiene reglas. Dios nos ama y por eso nos da consejos y
mandamientos, los cuales “no son gravosos” ni son para nuestro mal. Dios quiere
lo mejor para nosotros y en su sabiduría nos dice la manera en que deberíamos
comportarnos. Nos ordena por ejemplo: Honrar al padre y a la madre, No mentir,
No robar, No codiciar, No adulterar, etc. que son muestras de amor al prójimo.
Desgraciadamente los seres humanos nos hemos rebelado con autosuficiencia a
sus mandatos y consejos, creyendo que alejados de él nos irá mejor.
6. Según la Biblia, el amor no es ciego. Porque amar no implica pasar por alto la
injusticia y la maldad. Dios también es justo, y como juez no “tomará por inocente
al culpable” para con los que rehúsan cambiar. Pero su amor fue tal, que suplió su
demanda de justicia enviando a su Hijo: “Dios nos mostró su amor, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Dios hizo provisión para el perdón.
7. Según la Biblia, el primer amor es Dios. Debemos amarle por sobre todas las
cosas, con todo nuestro ser, aún por encima de nosotros mismos, los amigos, la
pareja y los hijos. Así, el amor se perfecciona, porque el que ama a Dios no puede
dejar de amar a los que él creó.
Cuando experimentamos ese amor de Dios, incondicional, inmerecido, que nos
perdona y libera; nuestro corazón ya no puede albergar sentimientos de culpa,
amargura, envidia y demás emociones negativas, al contrario, somos capaces de
amar “más y mejor” a los que nos rodean, y nos preparamos para la eternidad.
Porque como dice también la Biblia: “El amor nunca dejará de ser”.
* 1ra Juan 4 y 5:3; 1ra Corintios 13;
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que
ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo para que vivamos por él.