persona y a la pradera. Mientras que en el caso de la salud no se dice que el alimento sea
sano en el sentido de que tenga salud, sino en el sentido de que es apto para la salud de un
animal. El autor expresa esta distinción en los siguientes términos:
“Precisa, pues, distinguir en general, dos especies o tipos de analogía: la
intrínseca y la extrínseca. La analogía intrínseca es la que corresponde al término cuyo
significado conviene intrínseca y formalmente a todos los objetos que él designa; mientras
que, en cambio, la analogía extrínseca es la que atañe al término cuyo significado se
cumple de una manera propia en uno de los objetos designados, no pudiendo aplicarse a
los otros más que por medio de una relación a éste. Cuando se da una analogía intrínseca
existe entre sus miembros una igualdad de tipo proporcional. Esto quiere decir que si bien
cada uno tiene notas distintas a las de los demás, el mutuo comportamiento de las notas de
cada uno de ellos es el mismo en todos. Así, la intelección y la visión, aunque son
realidades diferentes, tienen la analogía de proporcionalidad, que consiste en que la
intelección es al entendimiento lo que la visión es al ojo. En general, la analogía intrínseca
es la igualdad de dos o más proporciones y puede simbolizarse, por tanto, mediante la
fórmula “A es a B como C es a D”; lo cual no significa que A y C sean iguales, sino que se
comportan proporcionalmente de la misma forma”.
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Retomando el caso del conocimiento, es evidente que el conocimiento intelectual no
es lo mismo que el adquirido mediante la visión, sin embargo, en ambos caso se trata de un
conocimiento que se dice propiamente de la visión y del entendimiento. Dicho en otros
términos “conocimiento” mediante la visión y mediante la intelección no es lo mismo, pero
es proporcionalmente lo mismo.
Se debe aclarar que toda analogía intrínseca lo es de proporcionalidad, sin embargo,
no toda analogía de proporcionalidad es de carácter intrínseca. Tal es el caso de ejemplo del
término “risueña” aplicado al hombre y a la pradera, pues al hombre sí le corresponde, de
suyo, el ser “risueño”, mientras que a la pradera le corresponde como un aspecto que se le
predica pero que no le corresponde de suyo. A este tipo de analogía se le denomina
“analogía de proporcionalidad impropia” o “analogía metafórica” o, simplemente
“metáfora”.
En relación con el término “sano” aplicado a un animal y a un alimento, se trataría
de una analogía extrínseca, ya que el alimento no es sano en sí mismo –pues no posee
salud-, sino que posee la virtud de contribuir a la salud del animal. Se distingue por tanto de
la metáfora en que en este caso no se incluye ninguna igualdad proporcional, ni siquiera de
índole accidental como es el caso de la pradera “risueña”. El término “sano” que se predica
del animal y del alimento, se dice propia y formalmente del animal, mientras que del
alimento se dice respecto de la salud del animal y no de su propia salud. Millán Puelles
continúa de siguiente modo:
“A este tipo de analogía extrínseca se conviene en llamarlo –distinguiéndolo tanto de la
analogía intrínseca o de proporcionalidad propia, cuanto de la simplemente metafórica-
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Ibíd. p. 493.
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