Varios siglos atrás , en la ciudad de Girona , vivía una vieja de la que se comentaba que era una bruja y a seguraban que volaba por los aires.
Un vecino afirmó que una noche que se le cruzó un gato negro. Le lanzó una piedra golpeándole la cabeza y que al día siguiente la vieja bruja apareció con la frente vendada en la misma zona en la que la piedra golpeó al gato en la cabeza, por lo que se creía que tenía la capacidad de transformarse por las noches.
Tiraba piedras contra la catedral de la ciudad, soltando blasfemias y riéndose a carcajadas, cantando mientras se iba coplas obscenas Esta mujer , tenía una extraña costumbre : Tiraba piedras contra la catedral de la ciudad, soltando blasfemias y riéndose a carcajadas, cantando mientras se iba coplas obscenas
Los ataques con piedras a los muros de la catedral sucedían siempre a la misma hora, después del Ángelus, cuando los vecinos estaban en sus casas y no se veía un alma por las calles.
Cuenta la leyenda, que un buen día la bruja fue castigada, convirtiéndose en piedra en uno de los contrafuertes del claustro, cerca de la llamada torre de Carlomagno. Los vecinos de la ciudad pudieron contemplar como había surgido en el muro la deforme figura de piedra y reconocieron en sus rasgos a la vieja.
Así acabaron los temores de que la bruja empleara sus malas artes y poderes mágicos contra ellos. Y allí reposa todavía bajo la mirada de todo aquel que pasea junto a la catedral.