Un león hambriento, viendo que no le era fácil subir a los riscos en que parecía que una cabra, se fue acercando poco a poco Iré a ver por el risco Que difícil será atrapar a esa cabra
Pronto se dio cuenta que sería imposible llegar hasta la cabrita y entonces, le dirigió cariñosas frases invitándola a pastar junto la fresca y aromática hierba de la pradera. Ven cabrita a la aromática hierba de estas praderas Lo pensare
-¡Deja estas pequeñas estériles –le dijo- y baja a los prados donde yo habito, amiga mía ! Ven aquí amiga mía deja esas praderas ¿? ¡Déjame pensarlo!!!!
Tienes razón, así lo haré –replicó la cabra-, pero cuando estés muy lejos de estos lares, sabido Me as convencido iré pero cuando tu estés lejos de aquí. ! !!¡¡¡ No puede ser
No escuches del enemigo el consejo, si no quieres perder el pellejo. MORALEJA