La calidad no cuesta

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About This Presentation

De Phillip Crosby libro básico para comprender la importancia de la Calidad y los principios fundamentales para administrar la calidad en cualquier tipo de organización. -Haaz


Slide Content

LA CALIDAD
NO CUESTA
El Arte de Cerciorarse de la Calidad
NUEVA PRESENTACIÓN

Otro libro del autor publicado por
CECSA
CALIDAD SIN LAGRIMAS
El Arte de Administrar sin Problemas

Título original de la obra:
QUALITY IS FREE. THE ART OF MAKING QUALITY CERTAIN
Publicada por:
McGRAW HILL BOOK COMPANY
© Philip B. Crosby
Traducción:
Ing. Octavio Díaz García de León, M. en C.
La calidad no cuesta. El arte de cerciorarse de la calidad
Derechos reservados en español:
© 1987, por COMPAÑÍA EDITORIAL CONTINENTAL, S.A. de C.V.
Renacimiento 180, Colonia San Juan Tlihuaca,
Delegación Azcapotzalco, Código Postal 02400, México, D.F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial.
Registro núm. 43
ISBN 968-26-1220-9 (primera edición)
Queda prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del contenido
de la presente obra en cualesquiera formas, sean electrónicas o mecánicas, sin
el consentimiento previo y por escrito del editor.
Impreso en México
Printed in México
Primera edición: 1987
Décima reimpresión: 1997
Décima primera reimpresión: 1998

Contenido
PRIMERA PARTE
La Comprensión
1 Asegurar la calidad
2 "La calidad puede no ser lo que piensas"
3 El cuadro de madurez de la administración de la calidad
4 Comprensión y actitud de la dirección
5 Estado de la organización para la calidad
6 Manejo de los problemas
7 Costo de la calidad
8 Proceso de mejoramiento de la calidad
9 El estilo gerencial
SEGUNDA PARTE
La Acción:
Proceso de Mejoramiento
de la Calidad de la Corporación HPA
10 Historia del proyecto
11 El proceso

6 CONTENIDO
TERCERA PARTE
Las Herramientas
12 Guía del Instructor para el caso del proceso de mejoramiento
de la calidad de la HPA 207
13 Asegurar 221
Guía de lectura rápida 229

Prefacio
He aprendido a llevar conmigo mi máquina de escribir siempre que viajo. Al­
quilarla tiene sus inconvenientes y en el mejor de los casos no resulta confiable.
Documentar la máquina con el equipaje no es recomendable. Las máquinas de
escribir portátiles no están diseñadas para resistir el trato que se les da a las ma­
letas. Las máquinas que sí están hechas para sobrevivir este sistema son dema­
siado pesadas.
Naturalmente el compañero de viaje pregunta si uno es escritor. Si uno en
realidad es escritor, con sólo decir que sí, se establecerá una interesante conver­
sación durante el viaje. Sin embargo, nunca me he considerado escritor. Me con­
sidero un gerente profesional que se comunica a través de muchos medios; uno
de ellos es escribiendo.
Esto puede parecer una diferencia pequeña en cuanto a significado, pero en
realidad es más que eso. Se pretende intentar explicar las cosas de manera que
otros las puedan entender. La lucha de mi vida ha sido tratar de ofrecer concep­
tos en un contexto atractivo para que siquiera los tome en cuenta mi auditorio.
Algunos de estos conceptos han sido aceptados, pero, por lo general, varios años
después que empezara a desarrollarlos. Esto resulta justo, dado que concebirlos
toma muchos años.
Yo no nací gerente; mi familia siempre se imaginó que me dedicaría a la me­
dicina. Mi padre era podólogo; mi tío era médico y todo mi entorno compartía
de una forma u otra el campo de la medicina. Crecí suponiendo que yo también
entraría a este campo.
No es mi intención relatar la historia de mi vida; el lector se quedaría dormi­
do antes de llegar al final de la página. No contaré la historia de mi vida, pero sí
hay cosas que quiero relatar. Empecé en el nivel más bajo de la profesión y he
desempeñado todos y cada uno de los puestos en mi carrera de ascenso. Inspec­
tor, encargado de pruebas, asistente de supervisor, ingeniero júnior, ingeniero
de confiabilidad, ingeniero de grupo, jefe de sección, gerente, director, vicepre-

8 PREFACIO
sidente corporativo —todos —. Esto me ha dado una educación del tipo llamado
"llenarse las uñas de tierra", la cual no hubiera recibido si el destino me hubiera
dado parientes que veneraban al dios de la ingeniería o de la contabilidad.
Debido a estas experiencias, tiendo a ver las cosas en los mismos términos que
quienes finalmente harán el trabajo. Veo en los conceptos y su implantación,
asuntos que incumben a las personas. De vez en cuando, doy una ojeada al futu­
ro, lo suficiente para saber qué será aceptado y qué será ignorado. Al preparar
este libro, he pretendido enfatizar las acciones prácticas que se requieren para
comunicar procesos y conceptos de tal forma que produzcan resultados.
Este libro me absorbió mucho tiempo escribirlo. Gran parte del material que
reuní durante varios años ha sido descartado. El cuadro de madurez y el concep­
to de "Asegurar" (actuar con certeza) son nuevas aportaciones. Ambos progra­
mas son únicos, baratos y de manera asombrosa eficaces. Si usted no se puede
comunicar con la dirección utilizando el Cuadro de Madurez y con la gente
usando el concepto "Asegurar", entonces, usted tiene un problema tan grande
que no podrá ser ayudado por este pequeño libro. No es un problema de la
compañía; es un problema de comprensión.
Mi equipo ha sido muy paciente conmigo durante la preparación de este ma­
terial. Mi secretaria, Virginia Brauneck, ha batallado para traducir al inglés mi
torpe mecanografía. Alternando entre refunfuñones y risas, puso mucho de sí
misma en este trabajo. Le estoy muy agradecido.
Mis jefes me animaron con sus comentarios e interés. No todas las corpora­
ciones pueden imaginar a uno de sus altos ejecutivos sentado solo por las noches
en un cuarto de hotel tecleando sobre una máquina de escribir portátil. Mi
empresa reconoce que la comunicación es el vehículo que hace a nuestra so­
ciedad funcionar o estancarse.
Más personas de las que puedo nombrar me han ayudado a lo largo de estos
veinticinco años. Tres de ellas han muerto ya. Fueron muy especiales para mí y
me gustaría recordar públicamente a Tom Willey, Jim Halpin y Murray Hack.
Y desde luego, a la familia Crosby: Shirley, Phylis, Philip y Kathy. Siempre
me han brindado su comprensión y me quieren a pesar de todo.
Espero que usted lea los tres primeros capítulos en orden. Tendrán más senti­
do si lo hace así. Luego podrá leer en el orden que guste. Después de todo, éste es
su libro.
Philip B. Crosby
JOHN'S ISLAND, FLORIDA

PRIMERA PARTE
La Comprensión
La calidad no cuesta. No es un regalo, pero es gratuita. Lo que cuesta dinero son
las cosas que no tienen calidad —todas las acciones que resultan de no hacer
bien las cosas a la primera vez.
La calidad no sólo no cuesta, sino que es una auténtica generadora de utilidades.
Cada peso que se deja de gastar en hacer las cosas mal, hacerlas de nuevo o en lu­
gar de otras, se convierte en medio peso directamente en las utilidades. En estos
días en que "nadie sabe lo que va a suceder mañana con nuestro negocio", no
quedan muchas formas de incrementar las utilidades. Si usted se concentra en
asegurar la calidad, probablemente podrá incrementar sus utilidades en un 5% a
un 10% sobre sus ventas. Esto es mucho dinero que no le cuesta.
Este libro trata del arte de asegurar la calidad. Los gerentes de cualquier operación
o función pueden tomar ciertas medidas prácticas, no técnicas, para mejorar la ca­
lidad de ésta. Pueden prevenir esos errores en la programación de computadoras;
esos tornillos barridos; esos bistés fríos; esos paquetes extraviados; esas cuentas
equivocadas. Todas las formas, medios y conceptos para asegurar la calidad se
presentan en este libro.

1
Asegurar la Calidad
¿Qué significa "asegurar la calidad"? "Hacer que la gente haga mejor todas las
cosas importantes que de cualquier forma tiene que hacer" no es una mala defi­
nición. "Gente" incluye tanto a la alta dirección como a los niveles más bajos de
la organización. Después de todo, parte del trabajo de la alta dirección es asegu­
rarse de que todas las funciones administrativas tengan la oportunidad de de­
sempeñar rus responsabilidades. El problema consiste, desde luego, en que todo
aquel que llega a un puesto de alta dirección, llega allí haciendo carrera en una
división tal como finanzas o ingeniería, la cual tiene una función específica y li­
mitada, por lo que esta persona puede tener o no sus ideas sobre el concepto
global de calidad. Los altos directivos pueden o no darse cuenta de lo que es ne­
cesario hacer para lograr calidad. O peor aún, pueden sentir, aunque estén
equivocados, que sí entienden lo que debe hacerse. Estos directivos son los que
causan el mayor daño.
Le corresponde al directivo profesional de la calidad asumir la responsabili­
dad de instruir a la alta dirección sobre ésta parte de su trabajo. No es necesario
ser extremadamente inteligente o valiente para lograrlo; solamente se necesita
ser capaz de explicarlo en términos que no se malentiendan.
Aquellos profesionales de cualquier rama que oscurecen sus explicaciones
utilizando terminología misteriosa, se perjudican a sí mismos y a sus profesiones.
Obtienen cierta satisfacción al constatar confusión en el rostro de sus superiores,
pero ésta confusión sólo hace más difícil el trabajo de todos.
Yo empecé en el campo de la calidad como técnico júnior, probando siste­
mas de control de incendios para los aviones B-47. Sin ningún entrenamiento o
información, aprendí las sencillas tareas de ajuste y medición sin nunca haberme
realmente preguntado por qué se hacía todo esto.
De hecho, durante mis primeros cuatro o cinco años en trabajos de este tipo,
jamás se me ocurrió pensarlo. Pero entonces, tuve la oportunidad de familiari­
zarme con conceptos y prácticas de confiabilidad. La mayoría de ellos eran

12 LA CALIDAD NO CUESTA
complicados y expresados en matemáticas, pero me revelaron un elemento que
no se me había ocurrido con anterioridad: la prevención.
Esta idea me sugirió una posibilidad que nunca soñé que existiera: "¿Por qué
perder tanto tiempo buscando, componiendo y batallando, pudiéndose prevenir
el incidente desde un principio?"
El mundo entero parecía estar convencido de que la prevención —por lo me­
nos a gran escala— era muy deseable, pero por completo inalcanzable e imprác­
tica. Siempre se le hacía alusión como a una especie de sueño al estilo de las
perdidas minas de diamantes del Rey Salomón. He tenido largas y serias conver­
saciones con personas sinceras. Y convencidas de que no hay forma de lograr ca­
lidad a través de la prevención: "Los ingenieros no cooperarán." "No se puede
entrenar a los vendedores y, además son un tanto inconstantes." "No se puede
hacer llegar estos conceptos a la Alta Dirección." "Los mismos profesionales de
la calidad no creen en eso."
Supe de inmediato que ésta era la oportunidad que había estado buscando.
Aquí había un problema que todos querían resolver, pero nadie sentía que fuera
responsabilidad suya. Todo lo que tenía que hacer era encontrar la forma de
comprometer a todos en el mejoramiento, sin tener que revelarles que habían es­
tado equivocados.
En los siguientes años conforme fui aprendiendo más acerca de cómo admi­
nistrar la calidad, me di cuenta de que el enfoque convencional no era eficaz.
Los gerentes de calidad, con orgullo dieron la cara y anunciaron que ellos en lo
personal eran los responsables de la calidad de operaciones específicas. Con fre­
cuencia, y no tan orgullosamente, fueron desechados cuando no podían resolver
todos los "problemas de calidad" de la compañía.
Cuando era gerente de calidad, en proyectos, cada semana era regañado por
el director del programa en la junta con su equipo, por no alcanzar las metas de­
seadas, mientras que los verdaderos culpables en ingeniería, producción y ventas
ocultaban sus bostezos y deseaban que terminara la junta para volver a sus im­
portantes trabajos.
Estaba muy claro el hecho de que algunas creencias están tan arraigadas,
que no pueden ser modificadas con sólo sugerir que están equivocadas. (Debo
hacer notar que mi conocimiento de este hecho es parte de la razón por la cual
he apoyado con entusiasmo las actividades de los grupos minoritarios y de las
mujeres, que buscan librarse de los roles que la sociedad les ha asignado y atri­
buido.) Sin embargo, mi activa revolución como gerente de calidad no empezó
realmente sino hasta el día en que uno de los abogados de la compañía me dijo
con toda sinceridad, que no podía entender "lo que hace un tipo brillante como
tú en el pequeño callejón sin salida de la calidad". Si alguna vez pensé en aban­
donar el campo de la calidad, eso me disuadió. Tendrían que hacerse ciertos
cambios.
Así que empecé a concentrarme en los verdaderos problemas. Primero, era
necesario convencer a la alta dirección y, por tanto, a todos los niveles admi­
nistrativos, de que consideraran a la calidad como una parte directriz del negó-

ASEGURAR LA CALIDAD 13
ció; una parte tan importante como las demás. Segundo, tenía que hallar una
forma para explicar en qué consistía la calidad, de tal manera que todo mundo
la entendiera y la apoyara con entusiasmo. Y tercero, necesitaba colocarme en
una posición donde tener una plataforma para conquistar al mundo, en nombre
de la calidad.
Creo que todas éstas metas han sido alcanzadas. Como miembro de la alta
dirección de una de las compañías industriales más grandes del mundo, gano
tanto dinero y tengo tantos derechos como cualquier otro alto directivo. Hemos
puesto en marcha formas eficaces y rutinarias para entender la calidad y comu­
nicarnos desde el más alto nivel de la organización hasta el más bajo o viceversa.
Por lo menos en los últimos cinco años, no he sido acusado de tener ningún
"problema de calidad" respecto al cual debiera hacer algo.
Usted puede hacer lo mismo. Todo lo que tiene que hacer es tomarse el tiem­
po necesario para entender los conceptos, enseñárselos a otros y mantener el én­
fasis en la prevención. Le ayudará ejercitarse en expresión oral y le ayudará tam­
bién el no dejarse afectar emocionalmente por los problemas de los demás. Pero
todo lo que aquí planteo es alcanzable y muy práctico.
Este libro está estructurado para familiarizarle de manera directa con todas
las acciones requeridas por un programa apropiado de administración de la ca­
lidad. Casos auténticos, todos basados en mi experiencia personal, explican casi
todo, para que pueda ver cómo otras personas reaccionaron en situaciones de la
vida real. Uno de los más interesantes casos se refiere a la ejecución de un
programa de administración de la calidad en la corporación ITT. Lo incluyo
aquí sin mencionar ninguno de los nombres de los que tomaron parte, porque
sencillamente fueron demasiados. Al momento de escribir esto, la ITT emplea a
350 000 personas y tiene ventas anuales por más de $15 000 millones.* Tiene
cerca de 2 500 ejecutivos, de los cuales más de 200 son de alto nivel. Usted debe­
rá creerme si le digo que todos participaron. Si mencionara todos sus nombres,
esto parecería el directorio telefónico de San Francisco.
Contaré esta historia antes que nada para dar pruebas que apoyen la tesis
fundamental de este libro. La calidad es una entidad alcanzable, medible y ren­
table que puede ser incorporada, una vez que se desee hacerlo, se entienda y se
esté preparado para un arduo trabajo. Este caso es un testimonio de estrategia y
esfuerzo; no un resumen de mis éxitos.
En 1965, la alta dirección de ITT decidió hacer algo a nivel corporativo res­
pecto a la calidad. Era evidente que la calidad era un ingrediente que hacía falta
entre las cosas que la corporación consideraba importantes. No era que de ma­
nera deliberada no se le diera importancia a la calidad; nadie se oponía a ella.
Pero no existía como ingrediente de la industria, tal como lo son personal, pro­
ducción, ingeniería, etc. Para mí, sin embargo, la calidad es un catalizador muy
* Las cantidades que aparecen en esta obra están dadas en dólares de los Estados Unidos de Amé­
rica, y son ilustrativas. (N. del T.)

14 LA CALIDAD NO CUESTA
importante que establece la diferencia entre el éxito y el fracaso, y mi primera
meta fue hacer que la corporación se preocupara por la calidad. Para ello, había
que establecer requisitos absolutamente correctos a los que habría que apegarse
con exactitud y, además, todos tendrían que querer hacer las cosas bien desde la
primera vez. Esta preocupación tenía que convertirse en parte de la vida coti­
diana.
Se establecieron cuatro objetivos para el programa de calidad de la ITT. Es­
tos han dado buenos resultados a lo largo de los años, y se los recomiendo a otros
que tengan que fijar objetivos:
1. Implantar un programa competente de administración de la calidad en
cada sector, tanto de manufactura como de servicio.
2. Eliminar problemas imprevistos causados por no cumplir con los requi­
sitos.
3. Reducir el costo de la calidad.
4. Hacer que la ITT se convierta en el estándar mundial de calidad.
Estos objetivos no podrían alcanzarse reuniendo un gran equipo de personas
en las oficinas generales con el propósito de atacar cualquier problema potencial
desde su "cuna". Estaba yo solo con una secretaria que compartía con otras dos
personas. Era como construir una balsa con los materiales disponibles mientras
me arrastraba la corriente de los rápidos.
Así que me embarqué en una estrategia deliberada para establecer una revo­
lución cultural —que durara para siempre y llegara a formar parte de la estruc­
tura corporativa — . Los apagafuegos tendrían que ser sustituidos por la preven­
ción de defectos; la calidad tendría que ser reconocida como auténtica "primera
entre iguales"; el hábito de hacer las cosas bien desde la primera vez tendría que
convertirse en rutina; y, lo más importante, todo esto tendría que suceder dentro
de las unidades (término que se usa en ITT para designar todas sus compañías y
subsidiarias) porque ellas mismas así lo desearan.
Para mí, un programa corporativo de calidad ha sido siempre una "mesa"
conteniendo todos los sistemas que es preciso integrar. Control de calidad, con-
fiabilidad, ingeniería de la calidad, calidad de proveedores, inspección, aproba­
ción del producto, entrenamiento, pruebas, asuntos del consumidor, mejora­
miento de la calidad, metrología y todos los demás sistemas y conceptos de la ca­
lidad se encuentran en esta mesa. La dirección selecciona lo que necesita de cada
uno y aplica estas herramientas al problema global. No es necesario ni inteligen­
te el que todas y cada una de las operaciones tengan exactamente el mismo
programa de calidad. En la ITT, por ejemplo, la personalidad y necesidades de
una unidad pueden tener muy poco que ver con las de otra unidad; sin embargo,
todas necesitan programas que sean apropiadas para ellas y efectivos para la to­
talidad de la corporación.
Implantar un programa como éste requiere muchos más conocimientos y
participación que el sólo enumerar las herramientas disponibles en nuestra

ASEGURAR LA CALIDAD 15
mochila. Requiere que la "mesa" con los sistemas que habremos de integrar esté
apoyada por cuatro pilares (o patas), y que éstos estén construidos para comple­
mentarse mutuamente. Aunque fueron construidos como parte de la misma ope­
ración, aquí los describiremos uno por uno.
• Actitud y participación de la dirección.
• Administración profesional de la calidad.
• Programas originales.
• Reconocimiento.
Participación de la dirección. El nombre correcto para este pilar es "parti­
cipación" en lugar de "apoyo". La dirección tiene que comprometerse y tomar
acciones cuando se trata de la calidad. Nosotros los que trabajamos dependien­
tes de otros, somos responsables de vigilar y evaluarlos constantemente. Exami­
narlos siempre, para determinar qué actitudes y creencias son las más arraiga­
das. Queremos saber qué les gusta, o, quizá más bien qué es lo que no les gusta.
Hacernos expertos para encontrar y evaluar esta información. Por tanto, lograr
que todos los niveles directivos tengan la actitud correcta hacia la calidad, y la
entiendan como debe ser, no sólo es vital —lo es todo.
La primera batalla que no termina jamás^ consiste en superar los "criterios
convencionales" respecto a la calidad. De alguna manera misteriosa cada nuevo
directivo se ve imbuido de estas "ideas convencionales". Esta dice que calidad
significa algo bueno; que no es medible; que el error es inevitable; y que a la
gente no le interesa en lo más mínimo hacer las cosas bien desde el principio. No
importa para qué compañía trabajen, o donde estudiaron, o crecieron —todos
creen cosas erróneas como éstas—. Pero en la realidad, la calidad es algo muy
diferente. La calidad puede medirse con precisión; el error no es requisito obli­
gatorio de las leyes de la naturaleza; y la gente trabaja tan duro ahora como
siempre lo ha hecho. Estos conceptos se examinarán con detalle en los siguientes
capítulos. Lo que debe ser patente de inmediato es que la gente actúa conforme
a las normas establecidas por sus líderes. Si la dirección piensa que los empleados
no se interesan por el trabajo, entonces, de hecho, no se interesarán.
La mayoría de nuestras acciones en la ITT durante los años formativos
fueron dirigidas a borrar las creencias erróneas y reemplazarlas con aquellas ca­
paces de sostener la "mesa" de los sistemas a integrar. Sistemáticamente imparti­
mos seminarios por toda la ITT. Aquellos directores y gerentes generales que
participaron en los programas y lograron entender bien lo que es calidad, lo pre­
dicaron a otros. Se dieron a esta evangélica cruzada y la consigna se difundió:
"los programas en verdad sí dan resultado y se puede confiar en el encargado de
la calidad". En 1967, otro ejecutivo de la calidad se unió al equipo y en 1968, la
calidad se convirtió en un departamento corporativo. En ese entonces, tres eje­
cutivos de la calidad de alto nivel fueron traídos de las unidades para formar
parte de la operación.

16 LA CALIDAD NO CUESTA
Trabajando grupo por grupo y unidad por unidad, nos abrimos paso en la
corporación. Con insistencia fuimos orientando, ayudando, hablando, guiando,
acosando y haciendo lo que fuera necesario para mantener la presión. A los
nuevos directivos que se integraban a la corporación se les hizo sentir que se espe
raba su participación rutinaria en los programas de calidad. Por tanto, ellos lo
hicieron sin dificultad. En el tiempo presente le costará trabajo encontrar a al
guien a nivel ejecutivo que no haya sido expuesto a esta verdad.
Administración profesional de la calidad. En un principio, no era posible
encontrar a muchas de las personas encargadas de la calidad en las unidades de
la ITT, porque estaban escondidas dentro de las operaciones técnicas o de pro­
ducción, si es que acaso existían. Cuando las encontrábamos, a la mayoría de
ellas, no se les permitía viajar. Así que formamos consejos de calidad por áreas.
Profesionales de la calidad, tanto de Europa como de Estados Unidos de Améri­
ca, se reunieron para ayudarse mutuamente y para determinar los tipos de
programas requeridos por el personal corporativo. En la actualidad, existen
veintisiete consejos organizados por línea de productos o servicios y algunos que
se agruparon por país, aún funcionan. Existe, además, un consejo ejecutivo en
cada continente, el cual está formado por los jefes de todos los consejos de cali­
dad. La comunicación entre todas las divisiones es positiva y amena.
Para apoyar a los consejos y a los programas, instituimos el "Quality College"
(Colegio de la Calidad). El colegio ha extendido certificados a más de 24 000
personas en lo que lleva de vida, impartiendo cursos tales como Administración
de la Calidad y Calificación del Producto. Es la espina dorsal de todo el esfuerzo.
Cada vez que pensamos que ya no va a haber nadie a quien impartir cursos, nos
encontramos una vez más, con la matrícula llena. El programa ha sido muy efi­
caz . Todos los profesionales de la calidad en la ITT entienden los programas en
la misma forma. Han sido liberados de manera organizacional y están por lo me­
nos al mismo nivel jerárquico que aquellos a quienes miden. Esto aumenta la po­
sibilidad de que los programas sean debidamente implantados.
Programas originales. Los programas tradicionales de control de calidad
son negativos y de corto alcance, y así eran en la ITT. Orientados en su mayor
parte hacia el producto final, con frecuencia desalentaban a los gerentes que
debían motivar. Para superar esto, elaboramos numerosos programas, los cuales
incluían actividades prácticas susceptibles de ser implantadas a nivel unidad.
El fundamento de todos los programas de calidad en ITT es un proceso de
mejoramiento de la calidad a través de la prevención de defectos, el cual consiste
en catorce pasos. Descrito con detalle más adelante en este libro, este programa
ha sido implantado en cada industria o actividad de la corporación. Algunos
han tenido mucho éxito; otras no tanto. Pero ninguna ha empeorado.
A la gente le toma de cuatro a cinco años para entender la necesidad de un
proceso de mejoramiento de este tipo y aprender a tenerle confianza. Inicial-
mente, envié un folleto de dieciséis páginas acompañado de una cinta grabada,

ASEGURAR LA CALIDAD 17
explicando el concepto de Cero Defectos a cada unidad. Los resultados fueron
sorprendentes. Nadie le prestó la más mínima atención. Ninguna de ellas fue
aun devuelta. Era evidente que la conversión e instrucción tendrían que hacerse
unidad por unidad, hasta que pudiéramos encontrar algunos casos de éxito para
citar en los seminarios.
Otros programas originales desarrollados fueron Peso por Día (BAD),* un
programa cuya idea central era el abatimiento de costos; Cero Defectos-30
(un programa de treinta días contenido en una caja con suficiente material para
un supervisor y de ocho a diez de sus subordinados); Asuntos del consumidor;
Autoevaluación de la calidad; del ambiente; Cuadro de madurez de la admi­
nistración de la calidad. Calidad del modelo (un sistema para la producción de
tarjetas de circuitos impresos); Mejoramiento de la calidad para proveedores de
servicios; Asegurar; y muchos otros.
Reconocimiento. Este vital componente de cualquier programa de calidad
es con frecuencia ignorado o conducido en forma inapropiada. Hecho correcta­
mente, se convierte en la estrella reluciente de todo el sistema de integridad. Es­
tablecimos en 1971 el programa llamado Anillo de Calidad. La idea inicial era
dar reconocimiento a aquellas personas que ofrecieron un apoyo destacado al
programa de calidad por un periodo de cinco años o que alcanzaron un logro
sensacional, específico y único. Sin embargo, pronto se convirtió en un progra­
ma en donde los ganadores eran propuestos por sus propios compañeros. Sobre
estas bases, hemos analizado miles de candidatos y otorgado 182 anillos de oro a
los ganadores. También hemos conferido varios cientos de fistoles de plata y
diplomas a otros nominados. En cada caso, eliminamos a aquellos que fueron
propuestos por sus subordinados. Las candidaturas presentadas por compañeros
hacen que todo salga mejor.
El programa "Anillo de calidad" se está tomando muy en serio. Los premios
son otorgados en una cena formal por el Director General de la Corporación o
por el Presidente del Consejo de Administración. Para muchos de los que lo reci­
ben constituye, indudablemente, el momento más importante de su vida. Como
el resto del programa, estas ceremonias se efectúan con dignidad y respeto. La
reacción al otorgamiento de anillos y fistoles ha demostrado de manera clara
una cosa: el dinero o los premios financieros no son lo suficientemente personales
para expresar un reconocimiento efectivo.
Desarrollar e implantar las cuatro patas de la "mesa" implicaron viajar
millones de millas, hablar miles de horas e ingerir toneladas de alimento. Todo
esto bien valió la pena, como se demuestra en la siguiente comparación de los
objetivos iniciales con los resultados obtenidos.
Del original en inglés Buck a Day. (N. del T.)

18 LA CALIDAD NO CUESTA
Implantar un Programa Componente de Administración de la Calidad
en cada Operación, Tanto de Manufactura como de Servicio
Cuando empezamos, alrededor del 5% de nuestras compañías tenían programas
de calidad que podían considerarse aceptables. Para 1977, más del 85% estaban
en esta categoría. Programas pioneros fueron establecidos por vez primera en
hoteles, compañías aseguradoras, compañías de renta de automóviles, y otras
empresas de servicios. El número de directivos de calidad competentes y personal
profesional ha crecido al punto de que su disponibilidad ya no es problema.
Eliminar Problemas Imprevistos por no Cumplir con los Requisitos
Los problemas imprevistos por no cumplir con los requisitos han desaparecido.
Aún tenemos problemas y algunos de ellos son una plaga. Pero ninguno llega a
crecer demasiado antes que lo descubramos.
Reducir el Costo de la Calidad
El costo de la calidad (descrito con detalle en el Cap. 7) es lo que se gasta por ha­
cer las cosas mal. Es el desperdicio, el volver a hacer las cosas, el dar servicio tras
servicio, la garantía, la inspección, las pruebas y actividades similares que se ha­
cen necesarias debido a los problemas por no cumplir con los requisitos. Entre
1967 y 1977; se ha reducido el costo de la calidad en manufactura dentro de la
ITT, en un monto equivalente al 5% del ingreso por concepto de ventas. Esta es
una gran suma de dinero. Los ahorros proyectados por el contralor fueron de
$30 millones en 1968; $157 millones en 1971; $328 millones en 1973; y para 1976
— ¡$530 millones! Habíamos eliminado —a través de la prevención de defectos
(fallas) —costos equivalentes a las cantidades mencionadas.
Ahora bien, es obvio que todo esto no fue logrado sólo por el personal encar­
gado de la calidad en las unidades. El personal que repetía trabajos desapareció
cuando no hubo más que rehacer. Los costos por garantías se eliminaron cuando
los productos calificaron propiamente y dejaron de fallar en el campo. Hubo y
continúa habiendo, muchas contribuciones.
Uno de los hechos cotidianos en nuestro medio actual es que cada año, los
costos de ventas se elevan con más rapidez que los precios. Eso significa que se
tienen que eliminar o abatir los costos para lograr utilidades. La mejor forma de
lograr esto es mediante la prevención de defectos.
Resultados como estos son los que me hacen decir que la calidad no cuesta y
no sólo no cuesta, sino que es una gran contribuyente a las utilidades.
Hacer que la ITT se Convierta en un Estándar Mundial de Calidad
El último objetivo original era convertir a la ITT en símbolo de calidad en todo
el mundo. Tratándose de determinar la mejor manera de demostrar la posición

ASEGURAR LA CALIDAD 19
en la que estamos, es justo preguntar: "¿Quién lo dice?" Es obvio que, aún esta­
mos lejos de alcanzar por completo esta meta, pero hemos avanzado mucho.
En Europa, todos los clientes en telecomunicaciones son entidades guberna­
mentales. En 1965, inspeccionaban todo lo que hacíamos. Tenían personal de
control de calidad en cada una de nuestras plantas en distintos países. Ahora, en
todas partes nos permiten realizar la inspección final y las pruebas. En algunos
países inclusive, nos han facilitado los sellos para certificar la calidad y única­
mente nos revisan de cuando en cuando. Estas administraciones les dicen a
nuestros competidores que sus operaciones deberían ser tan eficaces como las de
la ITT.
• El Ministerio Ruso de la Electrónica encuesto a varios sistemas occidenta­
les de administración de la calidad y luego, acudió a la ITT para invitar­
nos a que le enseñáramos nuestros procedimientos.
• Cuando McGraw-Hill estaba produciendo una nueva enciclopedia de ad­
ministración profesional, le pidió a la ITT redactar el capítulo dedicado
a la administración de la calidad.
• Hace cinco años, la American Express afirmó que Sheraton era la peor
cadena hotelera en lo que se refería a calidad. Este año han calificado a
la Sheraton como la mejor de todas.
• Otras compañías piden información continuamente. En un año normal,
recibimos más de 400 solicitudes en nuestras oficinas corporativas.
Todos estos logros son el resultado de un gran esfuerzo de planeación y traba­
jo duro a la antigua. Pero lo que lo hizo ponerse en práctica, no sólo fue planea­
ción y trabajo duro. Un componente vital fue nuestro éxito al construir la prime­
ra pata de nuestra "mesa" de integrantes —el compromiso de la alta dirección.
Una de las razones por las que de manera gustosa comparto estos programas
con otras compañías es porque sé que es probable que muchas de ellas no sean
capaces de usarlos. No porque no sean competentes, sino porque no tienen una
alta dirección dispuesta a ser paciente mientras el proceso avanza sólo cuatro
metros a la vez. Tomó de cinco a siete años de esfuerzo constante para lograr la
revolución cultural en la ITT —y dudo seriamente de que algún día sea eliminado.
Reconocemos que nuestra alta dirección es especial, porque una vez que sus
miembros entendieron las realidades de la calidad, apoyaron los proyectos, par­
ticiparon en ellos y nos animaron sin cesar.
Los detalles del qué, cómo y por qué, están contenidos en los capítulos que
siguen. Este muy breve repaso de la estrategia tras el programa de la ITT fue
presentado solamente para dar una idea de cómo el programa se articula en su
conjunto. Sé que si hubiera tenido hace varios años el Cuadro de Madurez de la
administración de la calidad, el trabajo hubiera sido terminado antes. Sé que si
hubiera tenido la experiencia de la ITT para "mostrarla y hablar de ella",
habría tenido menos problemas para captar la atención de los demás.
Usted la tiene. Aproveche todo lo que ya ha sucedido. ¿Por qué no aprender
del pasado?

2
"La Calidad Puede no Ser
lo que Piensas''
No me cabe la menor duda de que quienes toma este libro, lo hacen con la espe­
ranza de que contiene una información específica que les ofrecerá aclaración in­
mediata y solución final de todos sus problemas con la calidad. Quizá busquen
alguna frase sabia y accesible tal como: "La calidad es como el ballet, no como el
hockey."
Ojalá asi fuera. Por desgracia, la administración de la calidad no es tan sen­
cilla. Tampoco es muy difícil, pero sí requiere algo más que un bocado de
filosofía. También requiere dedicación completa, paciencia y tiempo. El proble­
ma de la administración de la calidad no esta en lo que la gente desconoce de
ella. Más bien, radica en aquello que cree saber. Este problema se agrava por las
suposiciones convencionales acerca de la calidad que la gente desarrolla a lo lar­
go de años de trabajar con éxito en otros menesteres ajenos a la administración
de la calidad.
En este sentido, la calidad tiene mucho en común con la sexualidad. Todo
mundo es partidario de ella. (Bajo ciertas condiciones, desde luego.) Todo mun­
do cree que la entiende. (Aun cuando no querrían explicarla.) Todo mundo
piensa que para gozar de ella basta con seguir las propias inclinaciones natura­
les. (Después de todo, de alguna forma nos desenvolvemos.) Y, desde luego, la
mayoría de las personas sienten que todos los problemas en estas áreas son oca­
sionados por otros individuos. (Si sólo se tomaran ellos el tiempo de hacerlo
bien.) En un mundo en el que la mitad de los matrimonios acaban en divorcio o
separación, estas suposiciones son cuestionables.
Es difícil en la vida real tener una discusión objetiva y significativa acerca de
la sexualidad, de la calidad, o de otros temas complicados, hasta que algunos su­
puestos básicos que son erróneos, son examinados y modificados. Por lo general,
los únicos dispuestos a dar este paso son aquellos que admiten tener problemas o
que tienen un interés intelectual por mejorar. A través de los años, he tenido
cientos de discusiones con gerentes operativos y puedo afirmar con absoluta cer-

¿Z LM OHLIUHU INVJ UUCOIH
teza que su interés en la calidad es de manera directa proporcional a qué tanto
hayan disminuido sus utilidades en ese momento. No puedo hablar de sus actitu­
des respecto a la sexualidad.
En forma independiente de sus motivos, es posible afiliar la colaboración de
personas deseosas de escuchar, si se tiene la oportunidad de explicar lo que es la
administración de la calidad. Ninguna otra acción que un gerente pueda tomar
mejorará las operaciones, incrementará las utilidades y reducirá los costos tan
rápidamente y con tan poco esfuerzo. Pero antes que esto pueda ocurrir, necesi­
tamos examinar los procesos mentales que han llevado a algunos a pensar que la
calidad no pasa de ser algo bueno que siempre resulta más costoso.
Al discutir acerca de la calidad, estamos tratando con una situación que ata­
ñe a las personas. En este libro, todo el concepto de administración de la calidad
está orientado hacia esa idea. Son personas las que administran o dirigen los ne­
gocios de cada empresa, ya sea ésta una fundición o un hotel. Cada individuo
presta un servicio individual. Este servicio ha sido identificado, descrito y asigna­
do por la dirección. Si el servicio es definido y prestado de manera correcta, se
deduce que las operaciones de la empresa serán exitosas. Esto es válido para
cualquier industria o tecnología. No estoy diferenciando entre calidad en la ma­
nufactura y calidad en los servicios. Independientemente del tipo de empresa,
todas las medidas de calidad de las que hablamos son aplicables. Existen dife­
rencias tecnológicas, pero su influencia es mínima. Los programas definidos en
los capítulos siguientes le permitirán manejar estas excepciones en forma siste­
mática. •
Para entender los programas en los términos más prácticos, y a la calidad en
sí misma, es necesario considerar cinco supuestos erróneos que sustenta la
mayoría de los gerentes. Estos ocasionan la mayor parte de los problemas de co­
municación entre quienes exigen calidad y quienes se supone deben materiali­
zarla.
El primer supuesto erróneo es creer que la calidad significa excelencia, lujo,
brillo o peso. La palabra "calidad" se emplea para indicar el valor relativo de
las cosas en frases tales como "buena calidad", "mala calidad" y aquella atrevida
expresión moderna de "calidad de vida". "Calidad de vida" es un cliché porque
cada persona que la escucha supone que quien la formula quiere decir con exac­
titud lo que ella entiende con esa frase. Es una situación en que los individuos
hablan a la ligera de algo sin nunca tomarse el trabajo de definirlo.
Esta es precisamente la razón por la que debemos definir la calidad como el
"cumplir con los requisitos" si es que la vamos a administrar. Por tanto, aquellos
que quieren hablar de calidad de vida, deben definir esa vida en términos
específicos tales como ingreso deseado, salubridad, control de la contaminación,
programas políticos y otros elementos mensurables. Cuando todos los criterios
están definidos y explicados, entonces se hace factible y práctico medir la cali­
dad de vida.
Lo mismo resulta cierto para los negocios. Los requisitos deben definirse con
claridad de modo que no puedan malinterpretarse. Entonces se toman medidas

"LA CALIDAD PUEDE NO SER LO QUE PIENSAS" 23
continuamente a fin de determinar el cumplimiento con dichos requisitos. El no
cumplir con los requisitos significa ausencia de calidad. Los problemas de cali­
dad se convierten en problemas de incumplimiento con los requisitos, y entonces
podemos ya definir la calidad. A través de todo este libro, siempre que encuentre
la palabra "calidad" léala como " cumplir con los requisitos".
Si un Cadillac cumple con todos los requisitos de un Cadillac, entonces es un
automóvil de calidad. Si un Pinto cumple con todos los requisitos de un Pinto,
entonces también es un automóvil de calidad. El lujo o lo austero se define me­
diante requisitos específicos tales como alfombra o tapetes de hule. La próxima
vez que alguien diga que algo o alguien es de "mala calidad", interrogue a esa
persona hasta que pueda determinar exactamente a qué se refiere.
El segundo supuesto erróneo es el de que la calidad es intangible y, por tanto,
no es medible. De hecho, la calidad se puede medir con toda precisión con uno
de los más viejos y respetados metros —el dinero contante y sonante —. Ignorar
este hecho ha conducido a muchos gerentes a descartar la calidad como algo que
no se puede manejar. Piensan que calidad significa excelencia y pierden su tiem­
po en acaloradas discusiones que le hacen imposible a la gerencia tomar medidas
lógicas y específicas para lograr calidad.
La calidad se mide por el costo de la calidad, el cual, como hemos dicho, es
el gasto ocasionado por no cumplir con los requisitos —el costo de hacer las cosas
mal — . Estos costos están divididos en categorías de prevención, evaluación (o
detección) y falla. Pero todos son resultado de no hacer las cosas bien a la prime­
ra vez. Sin mucho esfuerzo, usted gasta entre un 15 a 20% del monto de sus ven­
tas en estos rubros. Una compañía con un programa bien establecido de admi­
nistración de la calidad puede reducir el costo de calidad a un 2.5% del monto
de sus ventas, el cual es invertido en actividades de valuación y prevención nece­
sarias para asegurar de que la compañía está manteniendo sus normas de exce­
lencia. Deberán establecerse mediciones para determinar el costo global de la
calidad y el grado hasta donde cumplen los productos y procedimientos con los
requisitos. Estas mediciones deben ser exhibidas para que todos las vean, dado
que proporcionan una prueba visible de mejoramiento y representan una mane­
ra de reconocer los logros. La medición es muy importante. A la gente le agrada
ver resultados.
Habrá algunas personas que supondrán que ciertas tareas simplemente no
pueden ser medidas. A estas personas pregúnteles cómo saben qué personal es el
más adecuado para un trabajo, a quién deben despedir y a quién premiar. Todo
se puede medir si es preciso hacerlo.
El tercer supuesto erróneo es creer que existe una "economía" de la calidad.
La excusa más frecuente dada por los gerentes para no hacer nada es la de que
"nuestro trabajo es diferente". La segunda excusa es la de que la economía de la
calidad no les permitirá hacer nada. Lo que quieren decir es que no pueden pa­
gar lo que les cuesta hacerlo bien. Desde luego, esto es señal de que no entienden
la calidad y que preferirían que uno los dejara en paz. Si los presiona, ellos le
contarán algún caso de "chapeado en oro" en que un diseñador creó un produc-

24 LA CALIDAD NO CUESTA
to que no se pudo vender por insitir en agregarle algún componente de lujo. En­
tonces, en ese momento, es apropiado explicar el verdadero significado de la pa­
labra "calidad" y señalar que siempre es más barato hacer bien las cosas desde la
primera vez. Si quieren asegurarse de que están empleando el proceso más bara­
to posible, deben profundizar en la certificación del proceso y la calificación del
producto. Estas son partes de un programa de calidad maduro. No debemos de­
jarnos engañar por frases sin sentido tales como "economía de la calidad" que
ciertamente carece de significado.
El cuarto supuesto que ocasiona problemas es aquel que dice que todos los
problemas de calidad son originados por los obreros, en especial aquellos del
área de producción. Es prácticamente imposible encontrar una revista de negó
cios que no incluya algún artículo acerca de las cada vez más bajas normas que
tienen los trabajadores y de la pobre calidad en las cadenas de montaje. Muy po­
cos profesionales de la calidad pueden hablar por mucho rato de cómo cumplen
los productos con los requisitos sin enf atizar el cómo la gente ya no trabaja como
antes. En la realidad, el personal de los talleres trabaja tan bien como siempre lo
ha hecho y mucho más productivamente que en el pasado. Ellos generan mucho
menos problemas que sus colegas de las oficinas.
Es un hecho comprobado que individuos de la clase media y alta cometen
tantos crímenes como la gente de las clases económicas bajas. De hecho, los
fraudes más costosos, tales como los hechos por computadoras, son cometidos de
manera exclusiva por individuos con preparación profesional. Sin embargo, la
mayoría de las personas aceptan sin ponerlo en duda que los ghettos producen
criminales en forma tan rutinaria como las tomateras producen tomates. La
gente "prueba" este argumento señalando las prisiones, ocupadas en su mayor
parte por personas procedentes de estratos de bajos ingresos.
La verdadera razón por lo que esto sucede no es porque la mayoría de los
crímenes sean cometidos por los pobres, sino porque la policía tiende a buscar crí­
menes en áreas donde la gente es menos móvil, más fácil de identificar y menos
capaz de oponer una resistencia significativa. (Desde luego que existe mucha
gente en los ghettos que hace cosas indebidas. Pero casi todos los ejecutivos exito­
sos que conozco dicen ser originarios de alguna "tomatera" —de modo que las
tomateras no deben ser tan malas —.) El personal de control de calidad tiene el
mismo condicionamiento que la policía. En su camino hacia el ghetto de pro­
ducción al acecho de errores, ignoran fallas de contabilidad, ingeniería, infor­
mática y mercadotecnia. Y claro allí donde buscan es que encuentran los erro­
res. Sin duda, es un lugar importante en donde abatir costos innecesarios. Pero
es muy poco lo que la gente del ghetto de producción puede aportar a la preven­
ción de los problemas, dado que toda planeación y concepción se llevan a cabo
en otra parte. Y es esa "otra parte" la que necesita atención cuando se trata del
costo de la calidad. Se encontrará el origen de nuestros problemas más costosos
en quien maneje los lápices y el teléfono.
El quinto supuesto erróneo es el de que la calidad se origina en el departa­
mento de calidad. Desafortunadamente, la mayoría de los profesionales de la ca-

"LA CALIDAD PUEDE NO SER LO QUE PIENSAS" 25
lidad sienten que son responsables por la calidad en su compañía, por lo que esta
suposición está muy arraigada. Sin embargo, los frecuentes autorreproches que
se hacen los gerentes de calidad que insisten en que ellos son culpables de los
problemas de calidad, deberían hacernos reflexionar un poco. Esos que insisten
en que el "problema de calidad" es debido a que el departamento de calidad co­
metió algún error, están cargando con problemas ajenos. Deberán aprender a
llamar a los problemas por los nombres de quienes los ocasionan: problemas de
contabilidad, de producción, de diseño, de administración interna, de recep­
ción, etc. De no hacerlo así, se les hará responsables de resolver problemas sobre
los que no tienen control alguno.
El personal del departamento de calidad deberá medir el cumplimiento con
los requisitos por los diversos medios con que cuenta; habrá de reportar los resul­
tados en forma clara y objetiva; encargarse de desarrollar una actitud positiva
hacia el mejoramiento de la calidad; utilizar cualquier programa educacional
que pueda serle de utilidad (tal como Cero Defectos, Asegurar, y otros descritos
más adelante en este libro). Pero no deberá hacer el trabajo de los demás, por­
que entonces, estos no eliminarán sus malas costumbres.
Esta es la principal debilidad de la moderna administración profesional de la
calidad. El deseo de colaborar en la concepción, producción, comercialización y
administración de un producto o servicio de la compañía, es casi irresistible. Pe­
ro sólo se necesita intervenir un poco para destruir la objetividad, la cual es la
cualidad más valiosa del profesional de la calidad. Una vez comprometida la in­
tegridad, ésta no recupera su prístino estado original.
No es cosa fácil rehusarle una copa de vino más a un buen amigo que le
implora con lágrimas en los ojos. Pero debe hacerlo si quiere mantener viva a esa
persona. De igual forma, usted no le hace favor a nadie creando de improviso
nuevos requisitos "provisionales". Los requisitos establecidos se cumplen o no. Si
nosotros no necesitamos de una especificación y tampoco la necesita el cliente,
entonces haga que los requisitos se cambien oficialmente —pero revise todo el
sistema y cerciórese de que no se ha omitido ningún paso.
Ahora adentrémonos en lo que la administración de la calidad sí puede ha­
cer por una compañía. Puede ser de ayuda comenzar con una analogía. Cada
día, miles de personas abordan cientos de aviones con destino a docenas de
ciudades. Con pocas excepciones esos aviones llegan y salen en la forma prevista
y ocurren pocos incidentes. Se sirven las comidas y se consumen; se proyectan las
películas y se ven; se ofrecen las bebidas y se toman; se a visor an las tormentas y se
evitan y se proporcionan muchos servicios personales. Está usted más seguro vo­
lando en una línea aérea comercial que sentado en su casa.
Sin embargo, suponga que estas mismas actividades se llevaran a cabo sin es­
tar en el avión los pilotos y demás miembros de la tripulación. Suponga que la
tripulación estuviese en un edificio de oficinas dirigiendo al avión a control re­
moto. Suponga, además, que dieran sus órdenes a subordinados, los cuales, a su
vez, transmitieran las instrucciones pertinentes al equipo de control remoto.

26 LA CALIDAD NO CUESTA
Nos enfrentamos de pronto a una nueva ecuación. El concepto de vuelo ha
cambiado dramáticamente. Bajo el sistema actual, el piloto viaja junto con us­
ted. Cuando el piloto está expuesto a que le pase lo mismo que al pasajero, se
preocupa de manera personal por cada detalle. Pero en el caso de estar pilotean­
do desde una oficina, no le pasaría nada si el avión se estrellara. El piloto podría
ser investigado después del accidente, pero nunca quedaría claro si él mismo, un
subordinado, el sistema, o quizá uno de los pasajeros, tuvo la culpa.
Si usted fuera a viajar bajo estas condiciones, le gustaría cerciorarse de que
cada plan, control o consideración fuera probado, controlado y verificado. Us­
ted exigiría la administración más competente y profesional de cada aspecto del
vuelo. Le gustaría asegurarse de que todo fuera hecho correctamente desde la
primera vez.
La administración de la calidad es una forma sistemática de garantizar que
las actividades se lleven a cabo en la forma en que fueron concebidas. Es una dis­
ciplina gerencial que se encarga de prevenir los problemas antes que éstos
ocurran, a través de la creación de actitudes y controles que hacen posible la pre­
vención.
Es necesaria la administración de la calidad porque ya nada es sencillo, si es
que alguna vez lo fue. Nuestro complejo mundo de los negocios es comparable a
aquellos aviones volando a control remoto con instrucciones filtradas por los ni­
veles de subordinados. La gente que en realidad controla las actividades lo hace
desde sus oficinas, laboratorios, estudios y otros lugares remotos. Entre más se
aleje el administrador de sus administrados, menos efectiva se vuelve la admi­
nistración.
Aun cuando en los niveles inferiores de la organización, algunos individuos
contribuyan, al deterioro de un proceso, no es mucho lo que pueden hacer para
mejorar un producto o servicio. Usted se preguntará por qué se le da tanta aten­
ción al mejoramiento en estas áreas y tan poco a la dirección y a la adminis­
tración. Si se quiere que la administración de la calidad sea práctica y alean -
zable, ésta debe empezar por los niveles superiores.
Este libro está diseñado para facilitarle una forma de medir con precisión la
situación de su actual programa de calidad y mostrarle cuáles son las medidas
que puede tomar para evaluar y mejorar dicho programa. El sistema de eva­
luación, el Cuadro de Madurez en la administración de la calidad, se explica con
detalle en el capítulo siguiente. El cuadro fue usado en todas las diferentes in­
dustrias de la ITT y tuvo éxito en cada caso. La belleza del sistema estriba en
que usted no tiene que ser un profesional de la calidad para aplicarlo. Todo
lo que tiene que hacer es saber lo que está sucediendo en su compañía. (Si usted
no sabe esto, entonces su problema es otro.) Cada etapa de madurez está cubier­
ta con el detalle suficiente para que usted pueda reconocer algunas de sus pro­
pias operaciones. Pero no se califique muy alto al principio. Al irse informando
mejor puede encontrar que su situación no es tan buena como pensaba. Se dice
que la diferencia entre un optimista y un pesimista radica en que el pesimista es­
tá mejor informado.

"LA CALIDAD PUEDE NO SER LO QUE PIENSAS" 27
Después de los capítulos dedicados al Cuadro, se ofrece un caso real detalla­
do de mejoramiento de la calidad. Este caso puede ser utilizado, si usted lo de­
sea, para ser ejemplificado por otros miembros de la dirección y funciona muy
bien como material didáctico. Pero su verdadero propósito es demostrar la
teoría y método del mejoramiento de la calidad para que sean entendidos con
claridad. Le recomiendo que preste especial atención al capítulo sobre el estilo
gerencial. Después de todo, la administración de la calidad sí es más parecida al
ballet que al hockey.

3
£1 Cuadro de Madurez de la
Administración de la Calidad
Administrar es la función responsable de establecer el propósito de una opera­
ción, determinar objetivos que se puedan medir, y tomar las medidas necesarias
para alcanzar estos objetivos. Aunque, por lo general, se piensa que la dirección
tiene que ver con grandes corporaciones u organizaciones, también opera en
otros ámbitos.
Administrar a una familia, por ejemplo, es quizá una de las faenas más
difíciles. Es evidente que muy pocos han tenido completo éxito en esta tarea. El
número reducido de personas que han desarrollado plenamente su potencial
podría ser explicado como un fenómeno aleatorio, considerando los miles de
millones de individuos que han existido en el pasado y los miles de millones que vi­
ven ahora. \Alguten tiene que alcanzar el éxitol
Cuando se trata de administrar a la familia, uno se enfrenta a tres obstáculos
principales. El primero es que los miembros de la organización son incorporados
a ella sin el beneficio de una evaluación personal, pruebas psicológicas o cual­
quier otra de las técnicas que las organizaciones formales emplean para selec­
cionar a sus empleados. Por tanto, cada miembro es una incógnita.
El segundo es que uno no se puede desligar del grupo familiar. Si su hijo de
tres años le ocasiona muchos problemas, no podrá despedirlo o lanzarlo a la
calle. Los vecinos le devolverían al niño de inmediato. El control que los admi­
nistradores de familias tienen sobre su personal familiar tiene una base emo­
cional y circunstancial, y las emociones y circustancias cambian constantemente.
El tercero es que los administradores de familias y, de hecho, la familia en sí,
no están entrenados para este trabajo. No dependen de métodos para medir el
desempeño, excepto en términos de su limitada experiencia personal. Con fre­
cuencia, se les pide que provean medios financieros, seguridad y actividades
educativas sin haber tenido la oportunidad de aprender a través de la experien­
cia o práctica. Una vez que han aprendido a hacer el trabajo, son calificados de
obsoletos y se les obliga a retirarse, sin poder intervenir cuando a los hijos, les lle­
ga el turno de administrar una familia.

30 LA CALIDAD NO CUESTA
Las familias y los negocios tienen mucho en común. Ambos conciernen per­
sonas y unos y otros tienen dificultades para medir algunos aspectos importantes
de su progreso. La administración de familias lo mide todo en función de las
normas personales del administrador. Por tanto, las actividades autorizadas
siempre están muy pasadas de moda. A los hijos, les agrada un tipo de música y
a los adultos, otro.
La medición consiste en definir los derechos y expectativas de la existencia
humana. ¿Qué tienen derecho a recibir los miembros de cada generación? ¿Qué
derechos pueden esperar de su familia y en qué se espera que contribuyan? Con­
forme las familias van mejorando su nivel económico a través de los años, las ex­
pectativas cambian. El abuelo pudo haber pensado que tenía derecho a llevarse
el caballo de arar a la escuela montándolo junto con dos de sus hermanos. La
nieta puede pensar que cualquiera que tenga dieciséis años merece tener auto­
móvil propio. La mamá, ejerciendo sus derechos de "Reina" del hogar, puede
pensar que debe recibir adoración incesante de cada miembro del grupo fami­
liar.
Todos los individuos han desarrollado algún concepto de las cosas que la so­
ciedad debe brindarles para su bienestar físico y emocional. Muy pocos tienen
idea de las cosas que ellos deben lograr para alcanzar esas metas, o qué es lo que
habrán de dar a los demás.
Las familias tienen dificultades para fijar metas, medir el desempeño, y
completar tareas. Como todos los seres humanos, sus miembros, también se
enfrentan a dificultades de comunicación, dificultades que se ven complicadas
al intervenir las emociones.
Siempre se ha visto a la administración de la calidad como una operación
subjetiva, difícil de definir y medir. Esto sucede porque ha sido relegada al pa­
pel de un procedimiento orientado a producir resultados, en lugar de una opera­
ción de planeación. Así como la tradición de la administración familiar dice que
si uno no malcría a los hijos y se asegura de educarlos con amorosa disciplina serán
buenos de grandes, así el folklore de la administración de empresas dice que si
usted tiene buen corazón, producirá calidad.
No es mi intención ridiculizar estas trivialidades; no todas están equivocadas.
Pero usted sabe por experiencia propia cuan raro es que un padre no sienta ha­
berles dado a sus hijos la mejor formación posible dadas las circunstancias. Nos
engañamos a nosotros mismos al pensar que si nuestros hijos nos hubieran es­
cuchado con mayor atención, todo hubiera sido mejor para ellos. Finalmente,
nadie conoce una fórmula que garantice lo mejor para sus hijos, así que los
padres toman sus riesgos y lo hacen lo mejor que pueden.
Sin embargo, la administración de la calidad se ha vuelto demasiado impor­
tante para dejarla al azar. En estos días de impuestos tan gravosos, métodos mis­
teriosos de contabilidad, inflación galopante y políticas gubernamentales ines­
tables, puede ser que la calidad sea nuestra última oportunidad para controlar
las utilidades. Pero si la calidad ha de ser "primera entre iguales", entonces la

EL CUADRO DE MADUREZ DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA CALIDAD 31
gerencia deberá disponer de medios para medir y controlarla. No le sorprenderá
saber que he descubierto tal sistema.
Usando el Cuadro de madurez de la administración de la calidad, incluso
aquel gerente que no tenga formación profesional en calidad podrá determinar
cuál es la situación de una operación desde el punto de vista de la calidad. Todo
lo que se requiere es el saber qué está sucediendo. Si el gerente no sabe qué está
pasando, entonces ambos nos equivocamos de libro.
Por años he venido diciendo, de todas las formas que se me han ocurrido,
que la calidad es demasiado importante como para dejársela a los profesionales
de la calidad. Estos profesionales deben dirigir el proceso, pero la puesta en
práctica de la calidad es la oportunidad y obligación de quienes dirigen la ope­
ración.
Sin embargo, simplemente no tenía suficiente evidencia objetiva para con­
vencer a nadie. Cada logro fue alcanzado por la vía difícil. Tuvimos que matar a
un ratón antes que nos dieran licencia para cazar ratones. A la larga, nos abri­
mos paso hasta lograr cazar un dragón a la semana. Este método requiere ocho a
diez años desde la primera conversación hasta la implantación integral de un
proceso de calidad. Nunca puede asumirse que el proceso continuará prosperan­
do por sí solo. Cada día requiere la identificación, y eliminación de nuevas ame­
nazas. Si usted no mata un dragón a la semana, su licencia puede ser suspen­
dida.
Robert Burns deseaba que nos fuera dado el don de vernos a nosotros mismos
tales como nos ven los demás. Muchos de nosotros le hacemos eco a este pensa­
miento, probablemente porque hay muy pocas posibilidades de que esto ocurra.
Después de todo, el concepto que tenemos de nosotros mismos es más halagador
que el que tenemos de otras personas, y la mayoría de las personas no quieren sa­
ber la verdad acerca de ellas mismas.
Tampoco a mucha gente le gusta conocer el futuro, sobre todo si ha de
ocurrir algún desastre. Nunca se apreció en sus tiempos a aquellos capaces de
predecir el futuro. La historia, la mitología y la vida real rebozan de situaciones
en las que alguien previno a otra gente de eventos que iban a ocurrir —sólo para
sufrir burlas y ser ignorados —. Noé y el diluvio; Casandra y el caballo de Troya;
Churchill y la Segunda Guerra Mundial; y la lista sigue y sigue.
Las personas prefieren tratar con los comunes y previsibles quehaceres coti­
dianos, tal como ganarse la vida. Por lo regular, conforme las personas pasan
por la vida, van recopilando un surtido de clichés y experiencias que sirven como
banco de recuerdos del que se puede ir haciendo retiros y con los cuales se mane­
jan las situaciones conforme éstas se presentan. Nuevos pensamientos o ideas
extrañas deben sobrevivir al encuentro con este archivo de memorias y experien­
cias. De otra forma, se descartan por inútiles.
Es esta evaluación, esta confrontación con el pasado, la que ocasiona proble­
mas al desarrollo e implantación de nuevos conceptos y programas. Modificar
las estructuras mentales es una de las más arduas tareas de los directivos. Es tam­
bién allí donde se encuentran el dinero y las oportunidades.

32 LA CALIDAD NO CUESTA
Tome, por ejemplo, la administración de la calidad en su más puro sentido.
Su propósito es establecer un sistema y una disciplina gerencial que eviten fallas
en el ciclo de operación de la compañía. Para lograr esto, tiene que actuar ahora
sobre las situaciones que, a la larga, puedan ocasionar problemas. Actúe ahora
para luego recibir su recompensa.
La dirección tiene que invertir dinero este año para conducir pruebas de ca­
lidad con el objeto de que no haya problemas dentro de dos años. Debe implan­
tarse de inmediato un programa de entrenamiento que cuesta mucho tiempo y
dinero, el cual puede ser benéfico. Inspecciones, pruebas y medidas correctivas
deben llevarse a cabo antes que los problemas se agudicen al grado de convertir­
se en desastres.
Entienda así la prevención, no es difícil de lograr —lo difícil es lograr su acep­
tación. Requiere habilidad para convencer a la gente de que les ocurrirán cosas
malas si no actúan a tiempo. La mayoría de nosotros somos incapaces o no esta­
mos dispuestos a aceptar intelectualmente cosas como ésta, y nos convencemos
sólo basándonos en nuestra experiencia.
Pero es mucho pedir de cualquiera, que se espere hasta que una falla sea ina­
tacable para aprender de la experiencia y sólo entonces avanzar un paso más. La
carrera de una persona puede terminar antes que tenga la oportunidad de expe­
rimentar todas y cada una de las cosas que pueden salir mal.
Esto es lo frustrante del asunto. ¿Cómo explicarles a los altos directivos de su
compañía, aquellos que pueden disponer del dinero, aquellos que deciden quién
hace qué cosa — cómo hacerlos comprender la administración de la calidad y
todas las ventajas que ésta les puede traer?
Anterior al desarrollo del Cuadro de madurez de la administración de la cali­
dad, este proceso de persuasión se lograba sólo en función del atractivo personal
y la actitud convincente del profesional de la administración de la calidad. Las
cosas se hacían siempre y cuando cayera bien e inspirara confianza, el gerente de
calidad. Sin embargo, aun cuando los buenos resultados daban muestras de que
el sistema funcionaba, esto no garantizaba el derecho del gerente de calidad a
intensificar las medidas de prevención. Es curioso que el éxito por sí solo no ge­
nere más oportunidades, pero muchos directivos han tenido la frustrante expe­
riencia de comprobarlo.
En muchos casos, por ejemplo, un análisis de valor de un puesto produce no­
tables reducciones en los costos, mejoramiento del diseño y un crecimiento real
de las utilidades. Sin embargo, cuando se vuelve a proponer un estudio de éstos,
la sugerencia es recibida con miradas de asombro. El éxito en estas funciones no
parece poner los cimientos sobre los cuales erigir más éxitos. Al parecer, es cues­
tión de qué efecto en particular necesita el negocio en un momento dado.
La necesidad de programas de calidad de largo plazo puede ser deducida in­
telectualmente del cuadro de madurez. Gerentes de cualquier sector pueden de­
dicar unos momentos a estudiarlo, reconocer eventos que les son familiares y se­
ñalar en qué punto se encuentra la operación en ese momento. Luego, todo lo
que se necesita hacer es consultar la siguiente etapa sobre el Cuadro para saber

EL CUADRO DE MADUREZ DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA CALIDAD 33
qué medidas se deben tomar para mejorar. Y para los casos en que un programa
establecido se está deteriorando, se puede leer el Cuadro a la inversa. Se puede
determinar la última fase en la que se tuvo éxito y encontrar la manera de regre­
sar a ella.
El Cuadro está dividido en cinco etapas de madurez. Seis categorías de admi­
nistración muestran las relaciones de experiencia por las que hay que pasar para
completar la matriz. A usted le será posible identificar su propia situación leyen­
do la experiencia condensada en cada bloque de dicha matriz.
Toda esta evaluación es realizada fríamente y sin que nadie sepa de ella. Aun
cuando el orgullo oscurezca un poco el estado exacto de la situación, por lo gene­
ral afectará una sola etapa, a menos que uno se esté engañando por completo.
Aun esto significa que se impone un mejoramiento. Dicho mejoramiento podrá
ser reconocido cuando se logre.
Para familiarizarse con el Cuadro, es necesario reconocer el contenido de ca­
da etapa de madurez. En los siguientes capítulos se emplean relatos y casos reales
para ayudarle a entenderlo. Pero tan sólo al mirar las columnas, se dará cuenta
de que las etapas tienen un patrón claro de reconocimiento. Designaré al com­
portamiento propio de cada nivel con el nombre de su "etapa".
Etapa 1, Incertidumbre, es en realidad confusa y sin compromisos. La direc­
ción desconoce a la calidad como una herramienta útil para la administración.
Habla con frecuencia de su función de calidad como si fuera policía, o detective
cuyo trabajo es atrapar a los criminales in fraganti. Los problemas ocasionados
por no cumplir con los requisitos se atribuyen al no haber sido bastante estrictos
con los "chicos malos". La Incertidumbre aprendió control administrativo en las
películas de Clint Eastwood.
La incertidumbre sitúa a la ligera la función de calidad en las entrañas de
uno de los departamentos operativos: producción, administrativo, operaciones,
ingeniería, etc. Algunas veces, la inspección es una operación aparte y se le asig­
na al personal de producción para que "dispongan de las herramientas necesa­
rias para hacer su trabajo".
Estas restricciones originan la profecía autocumplida de que los problemas
no solucionados siempre estarán presentes. Se considera único a cada problema,
aunque haya sido encontrado con anterioridad. Los problemas generan proble­
mas, y la falta de un método disciplinado para acometerlos de manera abierta
genera aún más problemas. El resultado es que las emociones afectan a la direc­
ción. La pregunta se convierte en "quién" en vez de "qué" causó el problema. El
factor predominante para acometer los problemas son las personalidades. Esto
ocasiona, algunas veces, despidos y renuncias ilógicas, al volverse imposible exa­
minar metódicamente una situación y solucionar cualquier problema existente.
El costo de la calidad no figura en el vocabulario de la Incertidumbre, quizá
porque la gerencia local de calidad no sabe gran cosa al respecto. Sin embargo,
cualquiera que saque a colación el tema tendrá auditorio por la única razón de
que nadie lo ha tomado en cuenta antes. Esta es la clave para iniciar la acción en
este tipo de compañía.

34 LA CALIDAD NO CUESTA
Pero el mejoramiento de la calidad nunca formará parte de una compañía
que viva en la etapa de la Incertidumbre. Estas compañías se parecen a los al­
cohólicos, cuyo principal síntoma consiste en su enfática negación de que esa
condición exista. Por tanto, no se considera mejorar como una alternativa váli­
da. Las compañías en etapa de Incertidumbre saben que tienen problemas, pero
ignoran por qué, aun cuando sí saben que no son ocasionados por falta de es­
fuerzo. Todo el mundo en Incertidumbre trabaja duro y la mayoría se siente
frustrada por la cantidad de energía bruta que se requiere para mantener fun­
cionando la operación.
Etapa 2, Despertar, es más placentera pero no menos frustrante. Aquí, la di­
rección empieza a reconocer que la administración por la calidad puede ayudar,
pero no está dispuesta a dedicar el tiempo y dinero necesarios para ponerla en
marcha. Si se le presiona para fortalecer las operaciones de calidad, optará por
asignar a alquien de la "bola" ese trabajo. La selección es hecha sobre esta base
debido a la idea equivocada de que más bien se necesita a alguien que entienda
el producto o el servicio, en vez de alguien que entienda la administración profe­
sional de la calidad.
El "Despertar" no ha despertado lo suficiente para reconocer que admi­
nistrar la calidad requiere algo más que entender los aspectos técnicos de un pro­
ducto o servicio. En esta etapa, sin embargo, se efectúan con mayor frecuencia
inspecciones y pruebas, por lo que los problemas se identifican en una etapa más
temprana del ciclo de producción. Esto reduce un poco los costos por reelabora­
ción a la vez que permite prestar atención a la solución de problemas.
Los problemas crónicos son enumerados y asignados a equipos de trabajo pa­
ra que éstos tomen acciones, aun cuando la atención principal se le sigue dedi­
cando a mantener el producto caminando. En compañías de servicio, el cliente
resulta más favorecido en esta etapa. Los problemas de servicio se corrigen más
pronto. Pero aún no son resueltos los problemas fundamentales. Los equipos de
trabajo organizados para atacar problemas logran bastante, pero su visión está
limitada al futuro inmediato. No se consideran seriamente soluciones a largo
plazo.
Algo interesante acontece cuando el costo de la calidad se calcula por prime­
ra vez. El gerente de calidad, habiendo leído algún artículo o asistido a un curso,
se reúne con el contralor para calcular esta cifra. Ellos suponen que las pare­
des se les están derrumbando encima y realizan un cálculo muy detallado tan só­
lo para encontrar que el costo de la calidad es muy reducido. Puede representar
tan sólo un 3% o menos de las ventas, el cual es el nivel que las compañías bien
administradas desearían alcanzar. Esto sirve con frecuencia para convencer a to­
dos de que las cosas no están tan mal como parece porque "lo podemos de­
mostrar con cifras". Sin embargo, como se darán cuenta mucho después, se han
estado engañando. Simplemente no incluyeron en el cálculo todo lo que debían
de incluir.
Tomemos por ejemplo la inspección. En una compañía en la etapa de "Des­
pertar", la inspección es realizada por muchas peisonas diferentes en numerosas

EL CUADRO DE MADUREZ DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA CALIDAD 35
áreas distintas. Debido a que el departamento de calidad están tan desorganiza­
do, al calcular los costos de inspección no incluyen a la gente que realiza ajustes y
mediciones similares en la cadena de producción. No incluyen la carga sobre to­
das las actividades de inspección y es probable que no incluyan a los inspectores
que trabajan en producción.
Por ejemplo, los costos de garantía en el "Despertar" sólo incluyen los gastos
de reemplazar el producto por uno nuevo. Esto es nada más el costo de fabrica­
ción. Pero, ¿qué hay acerca del tiempo de reparación, de manejo, de correspon­
dencia, de todo lo demás? A estas alturas, basta con decir que sólo alrededor de
una sexta parte de lo que realmente existe, será calculado. Eso será todo lo que
podrán encontrar. Pero más vale algo que nada.
El "Despertar" realmente cobra vida cuando se ha aceptado la magia de la
motivación. La idea es que si uno cuelga carteles y organiza un concurso, hará
que a la gente le interese la calidad; entonces las cosa irán mejor. La verdad
es que a la gente sí le agrada la atención y la diversión, así que responde por va­
rios días. Luego, se aburre y vuelve a lo de antes.
Por tanto, "Despertar" armará un paquete de motivaciones. Se pronun­
ciarán algunos discursos, habrá una comida especial e incluso, se hablará con los
trabajadores. Los resultados de esta comunicación pronto se hacen sentir. Cada
gráfica de medición mostrará un mejoramiento. Pero esto sólo dura por un corto
tiempo —el suficiente, de hecho, para que los empleados reconozcan que los
efectos de la iniciativa en realidad son poco duraderos.
Por lo general, el darse cuenta de esto hace que en el "Despertar" se reevalúe
el compromiso de mejorar y puede hacer retroceder a la compañía a la etapa de
la Incertidumbre. Es posible que ocurra una regresión total cuando el golpe se
asimile. Sin embargo, los empleados de la compañía por lo general darán ánimo
y le pedirán al "Despertar" que continúe explorando el camino del mejoramien­
to de la calidad. Los empleados tienen una visión mucho más práctica de las co­
sas. Saben por instinto que la compañía tiene que ofrecer una calidad uniforme
tanto en servicios como en productos, o de lo contrario, su existencia misma pe­
ligrará.
Así es la difícil vida del "Despertar".
Las etapas de madurez de la calidad no dan visitas guiadas individuales co­
mo los fantasmas de Scrooge. Son fácilmente identificables, pero carecen de un
programa específico. La falta de atención o un cambio gerencial puede arrojar
la Sabiduría sobre el "Despertar".
Sin embargo, hay un momento en que se puede saber con precisión cuando
se ha entrado en alguna etapa. Ilustración aparece con la decisión de seguir ade­
lante y en realidad poner en marcha un proceso mal, regulado, genuino, de me­
joramiento de la calidad. Con el establecimiento de políticas de calidad, y el ad­
mitir que nosotros originamos nuestros propios problemas, la dirección llega a la
etapa de la Ilustración.
Al tomar este compromiso, es necesario que Ilustación establezca su departa­
mento de calidad como una unidad funcional equilibrada y bien organizada. Es-

36 LA CALIDAD NO CUESTA
te grupo va a encabezar la cruzada y deberá tener las posibilidades y recursos
para hacerlo. Deberán incluirse toda la inspección y prueba, la ingeniería de la
calidad, reportes y actividades similares. Y el departamento deberá contar con
un presupuesto de educación para la calidad.
Uno de los cambios más patentes en la etapa de la Ilustración corresponde a
cómo se enfoca la resolución de problemas. Enfrentar los problemas abierta­
mente sin buscar a quien culpar, produce un sistema estable para la resolución
de esos problemas. Desde luego, los sistemas son tan sólo mapas del camino; es el
entusiasmo personal el que los hace acertar o fallar. Los grupos de trabajo res­
ponden con entusiasmo cuando son responsables tanto de resolver un problema
actual como de prevenirlo en el futuro. Se necesita dar estímulo e insistir si se
quiere que las personas trabajen con miras al futuro. Necesitan saber que usted
conoce todo lo relativo a gestación, nacimiento, crecimiento y muerte.
Ahora sí que el costo de la calidad tendrá su primera evaluación justa.
Aquellos que efectúan los cálculos aún dejarán de incluir un tercio de los costos,
pero darán una estimación lo bastante razonable como para ofrecer una orienta­
ción para la eliminación de costos. Nada es tan efectivo como poseer los datos
para mostrar a dos departamentos que compiten, que uno de ellos dispone de
métodos más eficaces que el otro para abatir costos.
Y, desde luego, el mejoramiento de la calidad está ahora encabezado por un
equipo oficial dirigido por alguien que no es el director de calidad. Este equipo
se toma el tiempo necesario para entender el cotenido y el propósito de cada pa­
so, antes de darlo. Su fin es establecer una actitud y un sistema que durará por
mucho tiempo —uno tan bien arraigado, que desactivarlo requerirá un equipo
muy activo de reducción de calidad.
Ilustración aún tiene problemas y los tendrá por algún tiempo. Pero el
equipo de calidad sentirá ya la confianza de que, en verdad, existe luz al final
del túnel, y no otro tren viniendo hacia él.
La Etapa de "Sabiduría"es algo enteramente distinto. Aquellos íntimamente
vinculados a esta etapa, y de los cuales no hay muchos, se encuentran pregun­
tándose por qué solían tener todos esos problemas y por qué el departamento de
calidad siempre vivió en casa ajena. Todo está tranquilo. Las reducciones
de costos están ocurriendo; cuando surgen problemas, se les afronta y ellos desa­
parecen. Este es el punto que cada administración pública lucha por alcanzar
pero, por lo general, no lo logra porque el tiempo se le agota antes de alcanzarlo.
Sabiduría es la etapa en la cual la compañía tiene la oportunidad de hacer per­
manentes los cambios. Por esta razón, puede ser la etapa más crítica de todas.
El gerente de calidad recibe por lo general una promoción, quizá un ascenso
a vicepresidente de la compañía. Esto puede arrullar al gerente e inducirlo a
pensar en cosas más exóticas que en la presión constante que se necesita ejercer
para mantener el mejoramiento de la calidad. La reducción del "ruido" produ­
cido por la dirección puede ser por sí misma una tentación de aminorar los es­
fuerzos que lograron producir los cambios.

EL CUADRO DE MADUREZ DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA CALIDAD 37
El manejo de los problemas puede ser delegado a niveles inferiores de la or­
ganización, lo que puede hacer que se descuide verificar su evolución. Esto
puede ocasionar un retorno a la organización de tipo "quién fue". Deben condu­
cirse revisiones profundas e incisivas basadas en una política de inflexibilidad. El
relajamiento de esta práctica es señal de debilidad.
"Sabiduría" reporta los costos de la calidad con más exactitud que en las eta­
pas anteriores. El número absoluto de dólares ahorrados por ponerle atención al
costo de calidades por lo general muy superior al que se esperaba. En muchos
casos, la idea que se tiene de la administración de la calidad es sólo la de ser un
sistema más de medición con un título y una definición torpes. Ahora, la
compañía se está dando cuenta de que el control de calidad es real y que en muy
poco tiempo, puede generar muchas expectativas en la gente.
La de Sabiduría es una gran época para dirigir a una compañía. Cualquier
tarea que se desee lograr puede elevarse a cabo con éxito. La actitud, los siste­
mas y el entusiasmo está allí esperando. Siempre y cuando estos tres elementos
no se den por sentados, ellos continuarán produciendo.
Si alguna vez ve a una compañía en la etapa de "Certeza", lo reconocerá de
inmediato. Todo está resumido en una frase: "Nosotros sabemos por qué no te­
nemos problemas con la calidad." ¡Qué delicioso comentario tipo Buck-Rogers-
en-el-siglo-veinticinco! Sin embargo, puede alcanzarse; conozco unos pocos ne­
gocios que lo han logrado.
La etapa de "Certeza" considera que la administración de la calidad es una
parte absolutamente esencial de la dirección de la compañía. De hecho, el jefe
de calidad es un miembro del comité de dirección. En las compañías en la etapa
de "Certeza", el manejo de los problemas se convierte casi en un arte perdido. El
sistema de prevención en Certeza es tal que no llegan a presentarse sino muy po­
cos problemas de importancia. El costo de la calidad se abatió al grado de que
consiste casi por completo en los sueldos de los miembros del departamento de
calidad y los costos de verificación.
El equipo de mejoramiento de la calidad están en proceso de reestructura­
ción y reciclamiento por enésima vez. Su proyecto más importante, quizá sea el
de invitar a todos aquellos que alguna vez estuvieron en el equipo de trabajo, a
acudir a un día de campo durante el verano.
Es un largo, largo camino desde la "Incertidumbre" hasta la "Certeza". Pero
el placer de dirigir estriba en recorrer ese camino.
El Cuadro como Medida de Comparación
Si se quiere usar la medición por medio del Cuadro para comparar diferentes
operaciones, recuerde que el propósito de las comparaciones es hacer que ade­
lanten aquellas que no estén adelantando. No es simplemente anunciar resul­
tados.

40 LA CALIDAD NO CUESTA
La compañía, división, o lo que sea, deberá ser evaluada por tres individuos:
el gerente de calidad de la operación, el gerente general de la misma y un
miembro del personal que no esté asignado a ella.
Haga que los individuos marquen el Cuadro en los bloques apropiados. De­
berán marcar la etapa en la que ellos piensan que se encuentra su operación, pa­
ra cada una de las seis categorías de medición. Acláreles que usted reconoce que
la evaluación es subjetiva, pero que se les paga por ser gerentes y que los gerentes
son personas de opiniones. Asigne valor a la etapa de acuerdo a su número. Un
punto por una marca en "Incertidumbre"; dos puntos por cada marca en "Des­
pertar"; y así de forma sucesiva. La máxima calificación posible son treinta pun­
tos. Si alguien califica con treinta puntos, organice una cena de premiación y
olvídese del asunto.
Si se maneja el Cuadro de un modo correcto, podrá usarse la comparación
entre los tres evaluadores para motivarlos a que tomen parte en el mejoramien­
to. Se sorprenderá de encontrar que el gerente general puede calificar menos fa­
vorablemente a la compañía que el gerente de calidad. Los gerentes generales
tienen una mejor percepción del grupo.
El cuadro dará los mejores resultados cuando se utilice para proyectar una pa­
norámica de la compañía que acepten todos los colaboradores. Por esta razón, es
valioso para comparar la situación de diferentes compañías o divisiones. Tam­
bién proporciona una fuente continua de orientación en cuanto al próximo paso
a dar. Los gerentes pueden llegar a usar las etapas de madurez como una especie
de taquigrafía verbal.
"Estamos entrando apenas a la ilustración."
"Estuvimos Ilustrados por un par de años y entonces llegó un nuevo gerente
general que piensa que la calidad es dispendiosa. Tendremos que retroceder una
etapa o dos hasta que él se eduque."

4
Comprensión y Actitud
de la Dirección
UN CASO VERÍDICO
Harold Gooding se asomó por la esquina del estante de herramientas que cubría
la pared, examinando el área de maquinado antes de entrar. No quería toparse
con Austin Welding, el supervisor general. Austin iba a querer que se quedara
hasta ya tarde esa noche, dentro de su tiempo libre, para revisar una mesa llena
de piezas rechazadas por Inspección. Harold tenía otros planes.
Cada vez que aparecía un lote de productos defectuosos, Austin y los demás
supervisores de producción actuaban como si se tratara de una venganza perso­
nal instigada por Inspección. Por ser el único ingeniero de calidad, Harold
ponía todo su empeño en identificar los problemas y corregirlos, pero estos eran
tan numerosos y, en algunas ocasiones, tan complicados, que con frecuencia
volvían a surgir antes de haber sido resueltos por completo la primera vez.
Harold se dio cuenta de que Austin lo andaba buscando. Sus planes se empe­
zaron a esfumar. Las viejas discusiones empezarían de nuevo. Austin lo conduci­
ría a la mesa y revisarían cada artículo uno por uno. Austin argumentaría que
no estaban tan mal, que podrían ser corregidos, o que las especificaciones no
eran razonables, o algo así. Siempre se reservaba la peor parte hasta el final,
cuando la resistencia era menor. Harold no veía con agrado tener que hacerla de
arbitro otra noche más.
Levantó la palma de la mano hacia el supervisor que se acercaba.
"Aléjate espíritu maligno. En el nombre de Elena de Troya te ordeno que
regreses a la negra y misteriosa caverna de la que has emanado. No me molestes
más. Te ordeno que desaparezcas."
Austin echó el brazo por el hombro de Harold.
"Vamos, amigo, no lo dirás en serio. Sé que te quieres ir de aquí para asistir a
una junta. Solamente tomará un momentito revisar estas piezas. Luego te
podrás ir. Son sólo veinticinco o algo así."

42 LA CALIDAD NO CUESTA
De pronto un rayo de luz iluminó el pensamiento de Harold. Estaba inspira­
do. Quizá había una forma de salirse de este lío.
"Austin, haré un trato contigo. Voy camino a la junta de la SACC."*
Austin lo miró extrañado.
"Sociedad Americana para el Control de Calidad. Todos los profesionales de
la calidad radicados en esta región pertenecen a ella. Nos reunimos de vez en
cuando para conspirar contra tipos como tú. Esta noche tenemos un conferencis­
ta invitado que va a hablar acerca de eliminar los dictámenes de rechazo. ¿Te in­
teresa eliminar los dictámenes de rechazo?"
"¿Que si me interesa? Claro que sí. Si pudiéramos resolver todos estas enga­
ñosas cuestiones de dictamen, mi trabajo sería más fácil. No tendría que andar
persiguiendo por todas partes a los ingenieros de calidad para que confirmaran
esos detalles insignificantes que encuentran los inspectores. ¿Que si estoy a favor
de eliminar dictámenes? Lo apoyo más que cualquier otra cosa que me pueda
imaginar."
Harold sonrió por dentro.
"Muy bien, haré un trato contigo. El cóctel antes de la junta empieza en me­
dia hora. Luego viene la cena y el conferensista. Todo acabará a las 9 P.M. Tú
te vienes conmigo, y si después de la reunión aún quieres regresar aquí y procesar
esas piezas, te acompañaré."
"¿Quieres que vaya contigo y pase la noche con una bola de tipos que traba­
jan en calidad? Esto podría empañar mi imagen profesional. Sin embargo, si eso
hará que puedas resolver estos problemas, y si tú pagas, iré."
A la hora del cóctel, Harold miraba nerviosamente cómo Austin platicaba
con varios concurrentes. Todo mundo pensó que había sido una buena idea invi­
tarlo, y algunos resolvieron hacer lo mismo para la próxima reunión. Durante la
cena, Austin entretuvo a los presentes contando anécdotas acerca de las batallas
mano a mano que Harold y él habían tenido. Todos riéndose, estuvieron de
acuerdo en que su caso era muy similar.
"Creo que hemos escogido una profesión que por su misma naturaleza re­
quiere el conflicto deliberado para funcionar", comentó uno de los miembros.
"Esto parece producir gente más fuerte y creo que el intercambio es positivo."
"Me gustaría que el conferencista comentara sobre esto", dijo otro. "Según
entendí, le encantan las definiciones. De hecho, el presidente me dijo que su te­
ma es: '¿Qué significa calidad?'"
Austin sonrió. "Problemas, eso es lo que significa calidad. Problemas."
Durante los siguientes quince minutos, procedió a disertar con sentido del
humor sobre el hecho bien conocido de que la gente en calidad era poco prác­
tica.
"Si ustedes fueran razonables, podríamos duplicar la producción en este
país, de la noche a la mañana. Entonces, todos dispondríamos de más tiempo
para cenas de las asociaciones y programas educacionales."
* ASQC (American Society for Quality Control). (N. del T.)

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 43
En ese momento, el presidente llamó al orden a la reunión y después de pre­
sentar a miembros de diversos comités que dieron reportes de avance, dejó que el
organizador del programa introdujera al conferencista.
"El Sr. Wilson", dijo el organizador, "es el gerente de calidad de proveedores
en la Corporación Albiex, la cual, como ustedes saben, fabrica productos espe­
cializados de ingeniería. He escuchado a Bill decir muchas veces que está a cargo
del taller más grande del mundo. Bien, pues su trabajo actual le requiere tratar
con cientos de proveedores y clientes. El ha tenido éxito haciéndolo; además, da­
do que yo soy uno de sus clientes, puedo afirmar sin exagerar que él y sus colabo­
radores nos tratan con absoluta franqueza. Ellos llaman a las cosas por su
nombre. Les presento a Bill Wilson".
Wilson se dirigió al podio mientras el grupo aplaudía por cortesía.
"Vengo ante ustedes esta noche, bajo un engaño. Mi tema es '¿Qué significa
calidad?', y sobre esto era lo que pensaba hablar hace un año, cuando acepte dar
esta conferencia. En ese entonces, estaba muy claro para mí lo que significaba la
calidad, cómo se obtenía y todo lo referente a ella. Después de todo, llevo quince
años en esta profesión.
"Sin embargo, la primavera pasada, decidimos elaborar para nuestros pro­
veedores un pequeño folleto que les ayudara a entender mejor nuestros métodos
y requisitos. Nada muy espectacular, tan sólo un folleto básico acerca de cómo
tratar con nuestra compañía.
"Naturalmente lo primero que quisimos incluir fue una lista de definiciones.
Después de todo, si no se puede definir un concepto, difícilmente se podrá dis­
cutir acerca de él. La primera palabra de la lista que había que definir era ca­
lidad. Eso ocurrió hace seis meses y es ahora que hemos pasado a la segunda
palabra."
Al le dirigió a Harold una mirada interrogadora. Sus cejas se arquearon co­
mo para comunicarle que lo más aconsejable era escabullirse por la puerta trase­
ra. Era obvio que estaban escuchando a un tonto.
Wilson continuó. "La definición acostumbrada no se me hacía clara. Definir
la calidad como 'características deseables', 'evaluación subjetiva', y otras frases
por el estilo no me parecía correcto. Después de todo, yo no deseaba ser conocido
como gerente de características deseables."
"Me empezó a entrar un poco de pánico. Todos esos años en la profesión y yo
ni siquiera podía explicarle a nadie lo que hacía.
"Revisamos algunas de las definiciones modernas. 'Adecuación al uso' suena
bien, y de hecho tiene mucho significado, en particular cuando se habla acerca
del concepto de diseño de un producto. Si ustedes piensan, por ejemplo, en un
tostador, 'adecuación al uso', trae de inmediato muchas ideas a la cabeza. Se ne­
cesitan asas y conexiones que no se rompan, aun cuando sean usadas incorrecta­
mente, un brillo que perdure, y resistencias que hagan su trabajo en el tiempo
correcto. Es un concepto valioso.
"Pero no es eso lo que estamos haciendo. Estamos comprando y produciendo
cosas. Las decisiones de diseño y concepto fueron tomadas mucho tiempo atrás.

44 LA CALIDAD NO CUESTA
Cuando nuestro gerente de programa recibe uno de nuestros pedidos, lo único
que quiere saber es qué queremos, en qué volúmenes y cuándo. El no se preocu­
pa mucho por cómo lo vamos a usar o qué tan "adecuado al uso" sea.
"En breve, se nos tenía que ocurrir una definición que pudiéramos usar en
términos prácticos, que todos entendieran y que pudiéramos aplicar al desempe­
ño del trabajo. Como dijo una de mis colaboradoras 'necesitamos algo útil para
ganarse la vida'. Tenía mucha razón.
"Así que volvimos a los fundamentos. Nos preguntamos simplemente en qué
consistía la función de calidad y por qué."
("Yo también me pregunto eso algunas veces", murmuró Al.)
"Examinamos varias ideas acerca de la prevención de defectos, medición, ac­
ción correctiva y otros conceptos por el estilo. Finalmente, llegamos a extraer
una conclusión. Y esta conclusión produjo nuestra definición de calidad. Les
aseguro que una vez que la asimilen, nunca volverán a ver las cosas de la misma
manera.
"Decidimos que nuestra función era causar y medir el cumplimiento con los
requisitos. Por tanto, calidad significa cumplimiento. No cumplir con los re­
quisitos es ausencia de calidad.
"De pronto, todo quedó claro. En lugar de pensar en la calidad en términos
de algo bueno o deseable, la vemos como un medio de cumplir o apegarse a los
requisitos.
"Ahora bien, ustedes tienen que aceptar el hecho de que esto nos excluye co­
mo profesionales de la calidad, del trabajo de diseño que tanto nos agrada. Ya
no estamos aceptando o rechazando características con base en criterio propio,
juzgando si éstas son o no lo bastante buenas, o tan siquiera necesarias. Muchos
de nosotros estábamos acostumbrados a decirles a los empleados de producción
que podían utilizar márgenes de tolerancias, porque en un principio sabía­
mos que las tolerancias eran muy estrictas. Ya no podemos seguir haciendo esto.
Se cumple con los requisitos o no se cumple y eso es todo."
En ese momento, el grupo empezó a inquietarse un poco y en varias mesas, se
iniciaron algunas pequeñas discusiones en voz baja. Wilson notó esto y sonrió.
"Veo que algunos de ustedes reaccionan ante esta idea. Les aseguro que es
normal. Les propongo entrar de inmediato a la sesión de preguntas y res­
puestas."
Miró al presidente quién lo aprobó con un gesto.
"Muy bien, venga la primera pregunta."
"Bill, entiendo el proceso por el cual llegaron a esta definición de calidad, y
creo que tú y tu grupo deben ser felicitados por tan buen análisis. Sin embargo,
no esperas en serio instituir esta definición como política de tu compañía, ¿o sí?
Después de todo, tienes que ser práctico."
"Nosotros pensamos que esto es muy práctico y que también es fácil de enten­
der. ¿Por qué piensas que sería un problema?"
"Bueno, por la razón que pararía en seco cualquier cadena de producción.
No podría producirse nada en ninguna parte. Ningún diseño es perfecto —hay
que ser flexible."

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 45
Bill asintió con la cabeza.
"Estoy de acuerdo en que los diseños distan mucho de ser perfectos y que ne­
cesitan corregirse. Pero, ¿cómo vas a hacer estas correcciones hasta que en­
cuentres los problemas y los identifiques? Una vez que todas las correcciones han
sido realizadas el producto deja de tener obstáculos."
"El otro día, me encontré con algo que realmente me puso a reflexionar. Nos
estábamos retrasando en el taller de manufactura, así que tomamos algunas
piezas que hemos estado fabricando por años, pusimos la materia prima y la do­
cumentación en una caja que enviamos a un taller muy bueno. ¿Sabes qué? No
pudieron fabricarlas. Si se hacían ajustándose de manera estricta a los diseños,
no resultaban. Era imposible. Había de por medio toda clase de pequeñas varia­
ciones. Y ninguna de ellas era especificada. Nos encontramos con que contába­
mos en nuestros talleres con varios orgullosos artesanos que sabían cómo rebajar
un poco aquí y allá para lograr fabricar un producto que pudiera usarse, no obs­
tante especificaciones defectuosas.
"¿Se dan cuenta de lo terrible que esto era? La administración de la com­
pañía ya no controlaba la fábrica. Se encontraba a merced de los señores
arreglatodo del taller, los cuales eran glorificados por los jefes que habíamos se­
leccionado para dirigirlos. Conforme fui comprendiendo esta situación, me sentí
muy deprimido.
"Hice mi presentación en la reunión del personal de la gerencia general, la
cual fue recibida con miradas de indiferencia. Nadie parecía darse cuenta del
impacto de lo que estaba diciendo. Apenas podían esperar a que terminara.
¡Imagínensel Allí estaba yo con el descubrimiento más grande de mi carrera y no
les podía haber importado menos. Algo que todo mundo sabe, no puede tener
importancia."
"Pero miren, si no pueden confiar en que sus manufacturas produzcan algo
parecido a lo que se diseño en Ingeniería, entonces todo el asunto es un desperdi­
cio inútil. Nadie sabe lo que se está tirando a la calle. Toda la mercadotecnia,
las encuestas, la investigación, la planeación de la garantía y la planeación a
cinco años —todo— es sólo una farsa si no nos ajustamos a los planos, para ver si
funcionan."
Al inclinar Bill la cabeza, bajó la voz y se le empañaron los ojos.
"No tiene caso dedicar toda la vida a pruebas y demás, si los resultados ni si­
quiera se parecerán."
Al estaba boquiabierto, como en trance.
"Así que decidí que debía haber manera de hacer llegar mi mensaje. Después
de mucho pensarlo, decidí abordar al personal en el comedor. Todos son unos
comilones.
"Fui a la oficina del jefe del comedor y lo convencí de que me ayudara en mi
conspiración. Apenas empezaba a preparar el menú del día, el cual examinamos
juntos."

46 LA CALIDAD NO CUESTA
"A la hora de la comida, el platillo especial era cecina y col. A una persona se
le sirvió una pequeña porción de cecina y un montón de col. A otra le sirvieron a
la inversa.
"Aquellos que pidieron un sandwich lo recibieron con la mitad del pan tosta­
do y la otra sin tostar. Arreglamos siete u ocho de estos pequeños trucos. Yo me
esperé hasta que hubo bastantes protestas y mi cómplice empezó a palidecer
detrás de la parrilla. Entonces entré al comedor y alcé la mano para pedir si­
lencio.
"Ustedes han comido hoy sobre la base de que los requisitos no significan na­
da. Cada platillo ha sido preparado de acuerdo a como al cocinero se le ocurrió
en el momento dado, sin ninguna consideración hacia lo que especificaban el
menú o ustedes los clientes.
"Yo arreglé todo esto y asumo la responsabilidad. Pero solamente quería que
cada uno de ustedes viera lo tonto que es no insistir en que se cumplan siempre
los requisitos.
"Todos ellos estuvieron de acuerdo en reconsiderar el asunto, excepto la
contralor."
"¿No se convenció la contralor?"
"No, ella estaba convencida, pero sucedió que le tocaron tres bolas de helado
en lugar de una que había pedido. A ella le agradó el sistema."
"Bueno, Bill, ¿no es un poco caótico el volverse así de recto de repente? ¿No
tendrías que cerrar toda la fábrica y empezar de nuevo?"
"No. Te vas abriendo camino para salir de los problemas, efectuando los
cambios que van siendo necesarios. Hay confusión por un tiempo, pero todo se
resuelve. Hay que formar un equipo especial para resolver ciertos problemas.
"Uno de los problemas más interesantes era el de escribir los pedidos. En­
contramos que desde hacía tiempo, se escribían en forma descuidada porque se
sabia que los del taller de cualquier forma no les prestarían mucha atención.
Ahora, de pronto estábamos haciéndolo todo al pie de la letra y tenían que
arreglárselas con ello. Actualmente, la gente que toma pedidos se siente muy or-
gullosa de su trabajo. Aprendimos que un pedido escrito de un modo correcto
tiene más probabilidades de cumplir con los requisitos en el taller."
Después que terminó la reunión, Harold manejó de regreso a la compañía
junto a Austin, para cumplir con su promesa. Harold tenía la esperanza de que
la experiencia de esa noche hubiera cambiado las ideas de Austin y quizá le des­
pertara un poco más de interés en la prevención de defectos. Pero Austin no
había dicho gran cosa desde que salieron de la reunión.
Conforme empezaron a revisar las primeras piezas del material rechazado,
Austin puso la mano en la muñeca de Harold.
"Creo que empiezo a entender el mensaje. Fíjate que hemos estado rechazan­
do el ángulo quebrado en esta misma pieza en los últimos dos o tres años,
ingeniería siempre dice que sí se puede usar, pero nunca han cambiado los pla­
nos. ¡Y mira este subensamblel Siempre produce mucho juego cuando los engra­
nes están montados. Siempre."

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 47
Miró a Harold.
"Sabes, creo que ha llegado el momento de ser sinceros con nosotros mismos.
Dejemos este montón aquí. Le diremos a Ingeniería y a Control de producción
que no vamos a producir ni una pieza más hasta que nos digan el día exacto en
que se harán los cambios pertinentes."
"Tú y yo tenemos mejores cosas que hacer que sentarnos aquí a hacer el tra­
bajo de otros. Vamonos a casa."
Harold asintió.
"¿Quizá podríamos empezar por el comedor?"
PARA ENTENDER LA RESPONSABILIDAD
Uso del Cuadro
A consecuencia de la experiencia antes descrita, Austin dio el paso de Incerti-
dumbre a Despertar —de acuerdo con el Cuadro de madurez de la administra­
ción de la calidad —. Se dio cuenta de que había un mejor camino abierto para
él y de que podía hacer algo al respecto. No entendía todo lo que estaba suce­
diendo, pero sí se percataba de un cambio de estilo en su vida gerencial.
Su actitud había cambiado. Y actitud es la esencia del entendimiento geren­
cial.
A las personas les agrada relatar que siendo pobres de pequeñas, no sabían
que lo eran. Cuentan que fueron los días más felices de su vida. Todos sus cono­
cidos se encontraban en la misma situación, y las cosas salían bien de alguna for­
ma u otra.
Sin embargo, me he dado cuenta de que absolutamente ninguna de ellas
considera dar el sencillo paso necesario para volver a esos días felices. Habiendo
probado una vida que brinda más opciones, no escogen volver a vivir sin ellas.
Prefieren tener más control.
Esto es similar al tema del Cuadro de madurez de la administración de la cali­
dad. Estoy seguro de que, a usted, le agradará saber qué es lo que tiene a su al­
cance, qué beneficios puede obtener en pago por qué trabajos y cómo escoger
entre opciones. Pero en lugar de tomarse el tiempo de pasar por todo, de apren­
der de la amarga experiencia, use el Cuadro. Este le permite proyectarse al futu­
ro, recordándole que puede tanto retroceder como avanzar. Aquellas comodida­
des obtenidas con trabajo arduo y virtud pueden perderse en una tirada de da­
dos. Ganar no implica conservar.
En sí, mejorar nunca es el verdadero problema. A la vez que la persona reco­
noce su posición, no es difícil mejorar. Lo desafortunado es que muy pocos de
nosotros lo reconocemos. No reconocemos el tiempo que en realidad nos toma
transportarnos; siempre damos 90 golpes en el golf; tendemos a disimular
nuestra edad. Nosotros, los humanos, formamos un grupo frágil y vanidoso.
He tenido discusiones con ejecutivos de cientos de negocios o industrias dife­
rentes. De manera independiente de su nacionalidad, producto, servicio o gru-

48 LA CALIDAD NO CUESTA
po, hay siempre alguien que dice: "tienes que reconocer que nuestro negocio es
diferente". Debido a que, por lo general, sólo miran a sus negocios, no se dan
cuenta de lo parecidos que son todos los negocios. En verdad la tecnología y los
métodos de distribución pueden ser muy diferentes. Pero las personas —sus mo­
tivaciones y reacciones— son las mismas. Lo que resulta para mejorar la calidad
en una industria funcionará en otras —siempre y cuando se tome el tiempo para
entender a la calidad y su contenido.
Cuando me encuentro con un grupo de gerentes o profesionales que esperan
oír la revelación milagrosa de algún método infalible para el mejoramiento de la
calidad, les digo que necesito información. Les pido que digan cuál es su mayor
problema. Deberán resumir su problema en una o dos frases. Sin discusión ni
análisis. Y no les está permitido decir que su problema principal es "la gente",
"la comunicación", "la paz en la tierra" u otros elementos inespecíficos. Les pre­
gunto: "Si los duendes buenos bajaran a la tiera y le dijeran que podían eliminar
un problema, ¿cuál sería?" Las listas de problemas siempre son parecidas:
• Nunca nos dan información exacta.
• La gente no sabe trabajar.
• La competencia puede comprar más barato que nosotros.
• No cumplen con los compromisos que se fijan.
• Las leyes del gobierno le hacen a uno contratar gente impreparada.
• La alta dirección no entiende que debemos cambiar la forma en que hace­
mos las cosas.
• La rotación de personal es tan grande que no puede entrenarse.
• Las tasas de interés nos están devorando.
• Los sindicatos son intransigentes.
La lista puede continuar. Estoy seguro de que usted tiene sus propios pro­
blemas.
Después de transcribir estos problemas en el pizarrón, les comento que, al
parecer, invitamos al grupo equivocado a la reunión. Este grupo de personas no
tiene nada que mejorar. Todo lo que les sucede es por culpa de otras. Si pudiera
llevar a las otras 4 mil millones de personas que viven en el mundo a la sala de
conferencias, habría una probabilidad de resolver la lista de problemas. De otra
forma no hay esperanza.
He repetido este ejercicio centenares de veces. Ninguna persona al plantear
su "mayor problema" ha mencionado uno causado por sí misma. Nadie suele
decir:
• No puedo comprar tan barato como el encargado de compras de la com­
petencia.
• No he podido convencer al jefe; necesito aprender más acerca de cómo ha­
cer esto.
• No estoy logrando comunicarme con mis subordinados; su rotación es muy
alta.
• Mi planeación no ha sido la adecuada en este renglón.

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 49
Poniendo mucho énfasis en ello, por último convenzo a todos de la conve­
niencia de mirarse a sí —mismos al buscar la causa de los problemas. Siempre
están de acuerdo. Pero simplemente les consierne mucho tiempo poner en prác­
tica dicho conocimiento.
Cuando se trata de la responsabilidad de administrar una compañía o una
función organizacional, se debe estar preparado para admitir que algunos de los
problemas pueden ser ocasionados por aquellos individuos responsables de esa
administración. De otra forma, las acciones correctivas nunca se llevarán a ca­
bo. Por eso son importantes los comentarios del Cuadro acerca de la compren­
sión y actitud de la gerencia.
Incertidumbre
La etapa de incertidumbre no concibe a la calidad como herramienta de admi­
nistración. Las personas que están en la etapa de Incertidumbre tienden a cul­
par al departamento de calidad por los problemas con la calidad. Esto se debe a
la falta de información sobre el tema y al supuesto erróneo del que hablamos en
el Cap. 2. Es importante reconocer el verdadero significado de las palabras y
funciones. Aquel arbitro de béisbol quien dijo que lo que tira el lanzador no es
"nada antes de yo cantarlo" sí tenía razón.
La Incertidumbre vive en el presente. Cada día amanece un mundo nuevo y
cada noche termina ese mundo. La prevención de problemas no es en realidad
parte de la operación de Incertidumbre, dado que para prevenir, se debe mirar
hacia el futuro. Por tanto, es fácil identificar la función de calidad en una si­
tuación de Incertidumbre. Ella consta de inspectores y examinadores quienes
probablemente caen bajo el departamento de producción y los cuales van revi­
sando el producto conforme se va fabricando.
La gerencia espera que estas personas no dejen salir del taller aquellas cosas
que estén "muy" mal.
La idea de Incertidumbre es hacer todo lo que haya que hacer para en­
contrar y resolver el problema de ahora y dejar los problemas de mañana para
después. Dado que ninguna persona razonable admitirá jamás pensar de tal ma­
nera, uno tiene que ver lo que se hace en realidad en la actividad específica si
quiere evaluarla.
Si el problema es algo que se puede arreglar con un permiso o cambio en el
papeleo, entonces Incertidumbre está en vigor. Esto es preferible al tiempo que
tomaría identificar la causa del problema. Además, si se encontrara la verdade­
ra causa de un problema, esto podría provocar actividades de corrección de dise­
ño, modificación de herramientas, entrenamiento y todas aquellas cosas que
consumen tiempo. Esto no es atractivo. Y quien quiera que sugiera que estas acti­
vidades pueden eliminar problemas futuros estará arriesgando la vida. No existe
el futuro. Sólo existe el ahora.

50 LA CALIDAD NO CUESTA
Despertar
La diferencia entre Incertidumbre y Despertar es algo así como lo que el presi­
dente Eisenhower solía decir que era la diferencia entre un verdadero conserva­
dor y un conservador liberal. El conservador no lo quiere hacer. El conservador
liberal definitivamente quiere hacerlo, pero no ahora.
Escucho con frecuencia a ejecutivos decir que ellos quieren iniciar el proceso
de mejoramiento de la calidad, pero que prefieren esperar hasta que sean resuel­
tos algunos otros problemas. No quieren iniciar el proceso que va a solucionar
los problemas, hasta que se resuelvan algunos problemas. ¿Qué les parece esto?
Es el dilema de los no ilustrados.
A lo que realmente teme "Despertar" es comprometerse con el futuro. "In­
certidumbre" desconoce el futuro, así que no le molesta. "Despertar" sí lo cono­
ce, y le molesta. Ninguno de los dos hace nada, pero por razones diferentes. El
resultado es el mismo. Las personas en etapa de "Despertar" están más dispues­
tas a hablar de acciones correctivas a largo plazo y permiten que ocurran de vez
en cuando. Sin embargo, aún no están dispuestas a gastar dinero en un progra­
ma de calidad. No relacionan el dinero gastado con el dinero ahorrado. El dine­
ro gastado es dinero de verdad; los ahorros a futuros no lo son. No es suficiente
explicar que la calidad es en realidad un programa autofinanciable. "Desper­
tar" no se moviliza, sino hasta haber entendido el verdadero costo de la calidad.
Para ser justos con los gerentes en línea directa de mando debo decir que los
profesionales de la calidad que trabajan hacia "Despertar", por lo general, no son
de mucha ayuda para aquellos de nosotros que estamos tratando de impulsar el
mejoramiento. Una planta que visité me mostró una interesante paradoja. La
joven gerente general estaba entusiasmada con la calidad y reconocía que debía
tomar alguna acción. Llamó al gerente de calidad que se encontraba en el taller
y él me llevó a visitar la planta. El gerente de calidad me contó interminables
historias de incumplimiento con los requisitos y situaciones horripilantes que era
preciso corregir de inmediato. Señaló que la gerencia simplemente no hacía ca­
so, que una y otra vez había intentado explicarle la situación, pero sin ningún re­
sultado.
Ya de salida, en mi entrevista con la gerente general, le expliqué con cuidado
todos los problemas que tenía su gerente de calidad. Ella llamó de inmediato a
ese hombre a su oficina, se disculpó por no haberle hecho caso, tomó un lápiz y
le pidió una lista completa de los problemas que requerían atención.
Mi informante la miró a los ojos y dijo: "Nada que no pueda yo resolver,
jefa."
Nunca he olvidado esa lección. Desde entonces, no he vuelto a intentar mo­
dificar la actitud de la dirección hasta no estar claros los profesionales de la cali­
dad. Sus ideas y creencias con frecuencia están más arraigadas y son más defini­
tivas que aquellas de la alta dirección. Como dije, toma algún tiempo.

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 51
Ilustración
Me desagrada tener que seguir hablando de actitudes, pero todo esto se trata, en
realidad, de actitudes. La diferencia entre el mejor y el peor batallón en el ejérci­
to no es el equipo o la ubicación. Es la actitud. Los secretos para crear tanto lo
positivo como lo negativo aún se me escapan así como también se les escapan a
otros. Pero de vez en cuando, los fragmentos se unen en un todo, y es muy bello
ver el resultado. En parte, esto ocurre durante la Ilustración.
Lo primero que se nota cuando la gerencia entra en la Ilustración es relaja­
miento de la tensión. De pronto empieza la comunicación y disminuyen las acti­
tudes de defensa. Esto ocurre más que nada porque ellos han admitido —con
palabras y con hechos— que necesitan mejorar. Es como un "volver a nacer" in­
dustrial .
Al establecer formalmente un equipo de mejoramiento de la calidad repre­
sentando cada departamento, Ilustración ha dejado en claro que a todos les
corresponde participar. A ninguna operación se ha señalado responsable, nadie
ha sido nombrado encargado. "Todos compartimos esto." Palabras mágicas.
Todos colaboran sin necesidad de conspirar ni maniobrar para proteger a su de­
partamento. Desde luego, el progreso es repentino y acelerado.
Algo bueno que tiene el proceso de catorce pasos para el mejoramiento de la
calidad (descrito con detalle en el Cap. 8) es producir mejoras inmediatas, por
que los problemas reciben atención inmediata. Esto produce entusiasmo dentro
del equipo de calidad, que se transmite a los demás. Por supuesto que el perso­
nal de la compañía levanta de inmediato las antenas para determinar si se trata
realmente de un esfuerzo sincero o tan sólo de alguna "motivación" pasajera.
Parte de Ilustración consiste en reconocer que no se puede ni se debe engañar
a la gente. Esto puede parecerle muy elemental, pero no muchas personas creen
en ello. Muchas creen en el estereotipo del "obrero" y piensan que los obreros son
por completo "manejables". Pero los trabajadores son individuos y saben cuándo
están siendo engañados.
En este momento, la alta dirección debe hacer todo lo posible por darle apo­
yo a la administración de la calidad. El equipo de profesionales de la calidad es­
tá trabajando arduamente para educar al resto de las gerencias operativas en to­
dos sus niveles. Este no es un proceso fácil. El hecho de que el gerente general y
los jefes de departamento hayan quedado convencidos no significa que los demás
también lo hayan sido. Siempre hay una liga entre un comportamiento de tipo
"Incertidumbre" o "Despertar", justo a la mitad de la operación. Las personas
que aún se encuentran en esas etapas medirán constantemente el grado de
compromiso de la alta dirección. Ellas no pertenecen a ningún equipo, no pla­
nean la campaña, ni reciben recompensas. Por lo menos, eso es lo que piensan.
En cuanto alcancen su ilustración personal, esto cambiará.

52 LA CALIDAD NO CUESTA
Sabiduría
Sabiduría, habiendo cosechado los frutos del trabajo de Ilustración se concentra
en no perderlos. Las personas que se encuentran en la etapa de la Sabiduría par­
ticipan de manera activa en todo el programa. Se presentan como ejemplos per­
sonales e invierten tiempo para averiguar las sutilezas de la calidad. ¡Y vaya que
tiene sus sutilezas! Sabiduría debe ser en realidad sabia para reconocer que toma
años implantar un auténtico mejoramiento que perdure, y que nunca sea revo­
cado. Se necesita trabajar sin cesar, despertando nuevos intereses y buscando
siempre nuevas maneras de prevenir el incumplimiento de los requisitos.
Muchas compañías que se encuentran en esta etapa utilizan el programa
"Peso por Día" (BAD)* con el objeto de buscar ideas de mejoramiento. El BAD
es un programa de cinco semanas que le permite abordar a la gente en una for­
ma divertida y solicitarle ideas para ahorrar un dólar diario, eliminando algún
gasto innecesario. Esto equivale a 250 dls al año, por persona. Si una compañía
emplea a 1000 personas, esto se convierte en 250 000 dls al año. El programa
siempre tiene éxito y su rendimiento suele ser de 1000 dls por cada dólar inverti­
do. Los ahorros son reales, pero la mayor ventaja consiste en el mejoramiento de
la comunicación y la moral entre los empleados.
Aquellos que consideran al mejoramiento de la calidad como programa de
motivación, nunca alcanzan la edad de la Sabiduría. Siempre están buscando
trucos en lugar de una participación auténtica. Sabiduría no tiene este proble­
ma. Sabiduría ejecuta el programa una y otra vez de diferentes formas, sin per­
der jamás de vista la meta de prevenir defectos. Y esto significa una prevención
completa de defectos, de tal forma que nunca se escucha de la elaboración de
una etiqueta de rechazo, y que todas las estaciones de corrección quedaron
clausuradas, cerradas y olvidadas.
Certeza
Certeza ha alcanzado la etapa de completa prevención de defectos. Cuando un
defecto ocurre, es examinado con la misma atención prestada a algún caso
rarísimo de sarampión, encontrado de vez en cuando en un hospital de alguna
gran ciudad. Certeza ha aprendido algo que no le podría ser explicado ni si­
quiera a Ilustración. Certeza ha aprendido que si no se esperan errores, y en rea­
lidad le causa asombro cuando éstos se presentan, entonces, simplemente no
ocurren.
Es probable que usted no crea esto por ahora, pero algún día lo creerá. Exa­
mine el Cuadro, revise sus metas y prepárese para un largo, pero satisfactorio
* BAD es comercializado por el Industrial Motivation, Inc., 331 Madison Avenue, New York,
New York.

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 53
viaje por el camino hacia la Certeza. ¿Por qué no? Piense en dónde podría estar
su compañía si usted eliminara por completo sus costos por fallas.
CAMBIAR LAS ACTITUDES DE LA DIRECCIÓN
La manera más segura de hacer recapacitar al personal de operación y demás
personal administrativo es ponerlos en contacto con alguien en quien puedan
creer. Obviamente, ellos no van a aceptar la palabra no sustentada del profe­
sional administrativo. Es como creer que un vendedor de autos es imparcial.
Jamás ningún potentado en la historia fue sujeto a más persuación que el in­
dividuo que es presidente de una compañía, gerente general de una planta, o la
persona que encabeza alguna organización industrial o comercial. Su vida es un
desfile interminable de personas explicándoles que si el jefe tan sólo quisiera
implantar tal y tal plan, todo estaría perfecto.
Un gerente general me dijo haber calculado que cada año, le era ofrecida la
oportunidad de ahorrar $30 millones de dolares ¡en una compañía que genera
tan sólo $25 millones en ventas! Cada día trae consigo sugerencias de personas
atentas, inteligentes y sinceras, deseosas de que usted haga las cosas a su manera.
Esto es un terrible obstáculo al que hay que superar.
Vamos a trabajar para superar este obstáculo con la convicción de que la ca­
lidad no cuesta y tomando una perspectiva clara de la realidad —es decir, exa­
minando los hechos—. Pero aquellos hechos presentados por los trabajadores y
no por esas almas tortuosas del personal administrativo. En el habitat selvático
de las operaciones, se atraviesa el zoológico en automóvil, mientras que los ani­
males deambulan libres a su alrededor. Existen dos letreros a la entrada: uno
que indica el precio de admisión y el segundo advirtiendo que no debe abrir las
ventanas o bajarse de su vehículo, porque los animales no están domesticados.
Sin embargo, es posible imaginar un tercer letrero, puesto por aquellos que diri­
gen plantas u oficinas de grandes corporaciones, que diga "Entrada libre para el
personal administrativo en bicicleta de las oficinas corporativas". Esta actitud
tan común significa que se debe trabajar con personas en las que uno pueda con­
fiar y viceversa, así sea por el sólo hecho de sentir que se tiene un enemigo
común.
En cada operación, siempre hay un área más abierta a ideas nuevas que las
demás. Deberá dar ánimo a esta área para que conduzca un programa piloto
para su proyecto. Usted puede asistirlos en la planeación e implantación del
programa con un mínimo de visibilidad personal. Una vez que se hayan alcan­
zado suficientes logros, felicite a aquellos responsables y pídales que lo participen a
los demás. Programe un seminario de administración e invite a todos los gerentes ge­
nerales y a otros altos ejecutivos de compañías que aún no hayan participado.
Haga bien el seminario. Planéelo todo hasta el último detalle y consiga la parti­
cipación de la alta dirección. Pero mantenga a los profesionales de la calidad
fuera de ello.

54 LA CALIDAD NO CUESTA
Se trata de que los participantes sean quienes realicen el trabajo y deberán
escuchar lo que digan aquellos que enfrentan los mismos problemas y las mismas
presiones que ellos. Una verdadera reunión para dar testimonio, cuyos asistentes
digan cómo habían estado equivocados en el pasado, pero que ahora, ya en­
contraron la vía correcta y están logrando mejoras reales.
El profesional de la calidad de más alto nivel deberá dirigir con orden las ce-
renomias para mantener dinámica la reunión. Pero tiene que hacerse énfasis en
las preocupaciones de los trabajadores. Haga que un gerente de ingeniería co­
mente los resultados de establecer procedimientos efectivos de aceptación del
producto. Haga que alguien de mercadotecnia comente cómo el tener menos
problemas produce más ventas. Haga que el personal que atiende a los clientes
relate sus experiencias en manejar un menor número de quejas y hasta felicita­
ciones.
Al final, pida compromisos. Haga que los participantes se pongan de pie o
levanten la mano o bien firmen la carta maestra de compromiso. Envíelos de
regreso para ser recibidos por sus departamentos de calidad, ya todos prepara­
dos para llevar a cabo este compromiso. Lo harán antes que usted se dé cuenta.
Dé reconocimiento a todos los logros y ayude a la alta gerencia para que tam­
bién otorgue reconocimientos. Pero tenga siempre presente que esto es sólo un
principio. Tendrá que hacerlo de nuevo una y otra vez. Conduzca seminarios si­
milares donde se den testimonios de éxitos, con el personal de calidad en los con­
sejos de calidad. Ellos necesitan información y ánimo, más que sus jefes.
Mientras sus actitudes sean positivas, mantendrán a los directivos en el camino
correcto.
UN COMENTARIO ACERCA
DE LAS ACTITUDES DE LA DIRECCIÓN
Hace poco, visité a mi viejo amigo Dinsmore. Me habló para informarme que
hacía seis meses, se había hecho cargo de la gerencia general del Hotel Flagship y
había pensado que tal vez me interesaría conocer la marcha interna de un hotel.
También me indicó que quizá aprendiera algo acerca de la hotelería.
Llegué en mi automóvil hasta la puerta principal del hotel, pero una lluvia
pertinaz me detuvo dentro del vehículo durante diez o quince minutos. Durante
este tiempo, noté que el portero me observaba de reojo desde la recepción. In­
tuyendo que la lluvia amainaría, corrí hasta la puerta que empujé con fuerza,
mojando la alfombra al entrar. El portero me dijo que no podría dejar mi auto­
móvil estacionado allí por más de diez minutos, debido a que aquella era una
zona prohibida, pero que podría guardarlo en el estacionamiento del hotel, el
cual se encontraba a una cuadra de distancia. Se ofreció a prestarme su para­
guas para descargar la cajuela.
Aceptando , saqué mi maleta y bolsa de trajes para llevarla hasta la recep­
ción. El hecho de haberme anunciado como invitado del Sr. Dinsmore no pa-

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 55
recio impresionar mucho a la recepcionista quien estaba conversando con el
cajero. Pareció molestarse un poco con mi intromisión.
No hauía reservación para mí, pero dijeron que lo podían arreglar dado que
era invitado del gerente general. Después de tan sólo tres llamadas en la campa­
na de "recepción", el botones acudió para guiarme a mi habitación, la cual aún
no estaba arreglada. Comentó que sólo eran las tres de la tarde y que la habita­
ción probablemente estaría arreglada para cuando regresara. Le di una propi­
na, deposité las maletas y me acordé del automóvil.
Ya no hacía falta preocuparme porque la policía ya había remolcado mi
automóvil. El portero me informó que les había hecho señas a los de la grúa, pe­
ro nue no lo habían visto por estar lloviendo. Me aseguró que podría recoger mi
automóvil por la mañana sin ningún problema. Un taxi me podría llevar al lote
de la policía y la multa era de tan sólo $25 más los cargos por la grúa. El esta­
cionamiento del hotel cobraba $6. Señaló que era interesante ver cómo podían
mudar un automóvil así, sin tener las llaves. Agregó que harían buenos ladrones.
Encontré la oficina de Dinsmore en el tercer piso. Uno de los ascensores no
estaba en servicio así que subí a la carrera las escaleras. Su secretaria inclinó la
cabeza y me sugirió que quitase algunas revistar de la silla para sentarme, pues
"Elmer" me atendería tan pronto terminara una llamada. Volvió a su lectura.
Después de algunos minutos, ella pareció notar mi presencia de nuevo y me
ofreció café de la «. r retera que se encontraba en un rincón del recibidor. (A ella
no le gustaba el café del hotel y al parecer, tampoco a Elmer.) Acepté agradeci­
do el café, comentándole que aún estaba mojado, porque al no estar arreglada
mi habitación, no había podido bañarme. Me respondió que no me hiciera
muchas ilusiones porque a pesar de que la hora de salida fuera al mediodía, no
les gustaba echar a la calle a los huéspedes en días lluviosos como éste. Opiné que
realmente eran muy atentos.
Le pregunté acera de mi automóvil y me repitió la información que yo ya
sabía, lo de la multa de $25 más los cargos por la grúa. Siempre sucede, comen­
tó. La policía no es nada amable.
Dinsmore salió de su oficina y me saludó con efusión. Ahora, me dijo, vería
cómo se debía administrar un hotel. Me llevó a su oficina, removió papeles de
una silla y me ofreció un puro. Después de hablar de mi viaje y de lo afortunado
que había sido de poder invitarme en ese tiempo que tenía libre, me preguntó
qué me parecía el hotel.
Le dije lo de mi automóvil, del portero, de la recepcionista, de mi habita­
ción, del botones y del ascensor. Me indicó cómo recuperar mi automóvil y olvi­
dar los demás incidentes que me habían ocasionado malestar.
Luego, bajando la voz, me pidió que si podía revisar el restaurante. El
pagaría, naturalmente. El no estaba seguro si la gerente administraba bien el lu­
gar. Ella parecía no llevarse bien con los demás jefes de departamento y apenas
si le dirigía la palabra a Elmer. El pensaba que algo raro estaba sucediendo.
Además, la tasa de ocupación del hotel había estado descendiendo sin cesar. Es­
taba seguro de que esto tenía algo que ver con la comida.

56 LA CALIDAD NO CUESTA
Entonces, enderezó su corbata, se bajó las mangas, se puso su vieja cazadora
favorita y me llevó a conocer el hotel. Recalcó que yo sólo había visto lo aparente
de los hoteles durante mis viajes. El me iba a mostrar sus entrañas.
En el cuarto de afanadoras, nueve o diez mujeres discutían con el ama de lla­
ves acerca de las tareas que les había asignado. Aquellas que debían arreglar los
pisos inferiores tenían que esperar a que se desocuparan las aspiradoras que esta­
ban siendo usadas en los pisos superiores, por lo que todas querían trabajar en
los pisos superiores. Dinsmore sugirió que aspiraran un día sí y otro no y así,
podrían compartir las aspiradoras turnándoselas. Las afanadoras opinaron que
era estupenda idea, aunque no le agradó al ama de llaves.
Dinsmore comentó sobre la falta de habilidad para tomar decisiones de algu­
nas personas. Se quejó de que, cada día, debía tomar más y más decisiones por­
que su personal parecía reacio a la iniciativa.
En el cuarto de botones, nos encontramos al capitán y a tres de sus botones
discutiendo con el portero acerca del mejor procedimiento para llevar las male­
tas de los huéspedes desde la puerta hasta la recepción. El problema consistía en
repartirse las propinas, cada día más modestas. Elmer escuchó juiciosamente y
entonces, sugirió que se entregaran todas las propinas al capitán de botones,
quien las distribuiría conforme a su juicio, de acuerdo al esfuerzo de ca­
da quien. Esto no pareció agradarle a nadie, excepto al capitán, pero como los
cuatro no podían ponerse de acuerdo en otra cosa, aceptaron de inmediato.
Visitamos todos los pisos y mencioné la cantidad de charolas del servicio de
habitaciones que se encontraban en el corredor. Dinsmore dijo que ésta era una
parte normal del panorama del hotel. A los huéspedes no les molestaba porque
esto les recordaba que había servicio en las habitaciones.
El estanquillo de cigarros y periódicos se parecía a los del tren subterráneo.
El viejo detrás del mostrador me ofreció unos viejos y resecos en lugar de los ci­
garros que le pedí. Me los ofrecía muy amable. Las únicas revistas que vi traían
en la portada retratos de bellas chicas en diversas etapas de desnudez. "Los hués­
pedes ya no compran libros de buena categoría", comentó Dinsmore. Picándo­
me las costillas con el codo me recordó que yo no conocía la hotelería.
El restaurante parecía pertenecer a otro mundo. Estaba atestado. El maitre
se nos acercó con rapidez, hizo una caravana, nos sentó a una ventana y recibió
la orden de bebidas. Una atmósfera de silenciosa eficiencia parecía tapizar el lu­
gar. Aparecieron dos bebidas ante nosotros, mientras atractivos menús eran co­
locados eficientemente a nuestra izquierda. Elmer no parecía contento. Me co­
mentó que el restaurante era una concesión dejada por los dueños anteriores. Es­
taba queriendo comprar la concesión para convertirla en verdadera fuente de
utilidades. En la actualidad, sólo producía un 10% de utilidad neta. Le dije que
la mayoría de los hoteles perdían dinero con sus restaurantes. El me contradijo
mostrándome que estaba muy concurrido aun en ese día lluvioso, e insistió en que,
con aumentar los precios y reducir el personal, incrementarían las ganancias.
Perdí el apetito de momento, pero éste revivió a la vista de una apetitosa
trucha al vapor que se dirigía hacia otra mesa.

COMPRENSIÓN Y ACTITUD DE LA DIRECCIÓN 57
A la mañana siguiente, recuperé mi automóvil; lo estacioné debidamente
en el hotel y regresé a despedirme de Dinsmore. Me preguntó mi opinión sobre
su capacidad gerencial. Comentó acerca de las cada vez más bajas normas de los
trabajadores de ahora; observó que cada día era mas difícil conseguir empleados
dispuestos a trabajar con calidad; y se quejó del hecho de que grandes hoteles co­
mo el suyo estuvieran siendo desplazados por los moteles.
Simplemente no le pude decir a Dinsmore la verdad. De todas formas no me
hubiera creído.
La semana pasada me llamó de nuevo. El hotel había sido vendido e iba a ser
demolido para construir en su lugar un edificio de oficinas. Opinó que estaba ya
muy viejo y mal ubicado para ser rentable. Iba a aceptar la oferta de una cadena
de moteles para dirigir sus operaciones en la Costa del Atlántico. Estaría encar­
gado de treinta y cuatro moteles, y esperaba que pronto me hospedara en alguno
de ellos.
Tengo muchas ganas de ir.

5
Estado de la Organización
para la Calidad
Suponga que usted fuera responsable de surtir su club de toallas y que descubra
que algunos de los socios usan tres o cuatro toallas cada vez que se bañan. En ca­
so de que decidiera que esto no puede seguir así, ¿qué haría?
¿Hablaría con los socios por separado diciéndoles que no desperdiciaran? Eso
le llevaría siglos; no encontraría a nadie dispuesto a admitir que desperdicia y de
seguro que no haría nuevas amistades. De hecho, algunos de sus viejos amigos se
molestarían con usted. Vendría a ser conocido como el "cuidatoallas", y se
emplearía considerable energía mental en inventar bromas ingeniosas a sus cos­
tillas. Se especularía sobre dónde aprendió su nuevo trabajo. Su vida cambiaría,
en peor.
Usted no intentaría cambiar las cosas en esta forma. Probablemente colgaría
un letrero que dijera a los socios que no desperdiciaran, dado que de continuar
el desperdicio, se haría necesario cobrar una cuota por uso de toallas; este letrero
lo firmaría el "Comité de Baños".
El comité de baños. ¡Qué forma tan divertida de conseguir que le presten
atención sin intervenir en persona! La gente puede hacer bromas acerca del co­
mité de baños, pero ¿qué importa? Dado que la membresía de ese grupo cambia
continuamente, nadie tendrá que enfrentar en persona los cargos.
La mayor parte de las directivas que se reciben en la vida diaria proceden de
un razonamiento similar. Nada de nombres de personas, sólo de instituciones:
comité de golf; Internal Revenue Service; United Airlines; el comité de finanzas
(si usted no paga sus cuotas); el comité de dirección y desde luego, la mayor de
todas las ambigüedades —la compañía— . Usted tiene su propia lista de nombres
apropiados y es probable que haya usado el método de comité al ejercer sus acti­
vidades gerenciales.
Es necesario dar directrices y órdenes cuando se trata de organizar una dis­
ciplina operativa en la compañía, sobre todo en el caso en que ésta conste de va­
rias divisiones o diferentes actividades. Es esencial que cada función sea estable-

60 LA CALIDAD NO CUESTA
cida con algún orden para poder ser medida y controlada. Con este propósito, la
mayoría de las compañías han desarrollado un manual de políticas y prácticas
normativas.
Nótese que dije "las compañías han desarrollado"; y tome nota de que usted
lo aceptó. Pero usted sabe tan bien como yo que las compañías son objetos inani­
mados, incapaces de desarrollar nada. Ambos sabemos que algún individuo
dentro de la organización tuvo que haberlo desarrollado. Atribuirlo a "la
compañía" es una forma de comunicación social que permite girar órdenes sin
intervención personal.
La calidad es algo que rara vez se encuentra definido y dirigido en políticas
formales de las compañías. Por alguna razón, se cree que tal cosa realmente no
requiere ser establecida ni documentada. Pero sí lo requiere, quizá más aun que
otras funciones, porque, de lo contrario, la gente sentirá que puede establecer
sus propias reglas. Se evitarán muchos problemas si se establece una política cla­
ra que abarque la calidad de todas las operaciones.
La política que yo recomiendo trazar está contenida en el siguiente ejemplo.
Usted querrá añadirle algo, pero por favor resístase a la tentación de convertirla
en un evangelio. Manténgala sencilla y podrá abrigar esperanzas de que alguien
la leerá. Pero asegúrese de que esté completa. Después de todo, las políticas son
para resolver discrepancias.
POLÍTICAS
Funciones de la administración de la calidad
Es política de nuestra compañía que la administración de la calidad exista en cada
actividad de manufactura y servicio al grado necesario para asegurar que:
1. Se cumplan las normas de aceptación y realización de nuestros productos y ser­
vicios.
2. Se alcancen las metas de costos de calidad en cada operación.
El gerente general de la compañía es el responsable de ponerse de acuerdo con el
director corporativo de calidad acerca del grado apropiado que la función de cali­
dad debe tener en cada actividad. El gerente general deberá establecer una política
de calidad para la actividad, citando este documento, y deberá tomar medidas pre­
cisas para que los empleados entiendan que la política de calidad de la compañía es
hacer las cosas con exactitud de acuerdo a los requisitos o hacer que éstos se cam­
bien oficialmente para que cumplan con lo que nosotros o nuestros clientes re­
quieren en realidad.
La función de calidad deberá ser ejercida en forma objetiva e imparcial para ga­
rantizar su efectividad. Para ello, el jefe de la función de calidad en cada unidad de­
berá caer bajo el gerente general y estar en el mismo nivel organizacional que
aquellos cuyo desempeño está siendo medido. El jefe de la función de calidad de­
berá representar a la compañía en los consejos de calidad.

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 61
La función deberá contar con personal a nivel profesional calificado y sus res­
ponsabilidades deberán incluir:
• Aceptación del producto en todos los niveles
• Calidad del proveedor
• Ingeniería de la calidad
Análisis de datos y reporte de progreso
Acciones correctivas
Planeación
Aprobación de productos, procesos y procedimientos
Auditorías de calidad
Educación para la calidad
• Mejoramiento de la calidad
• Asuntos del consumidor
• Seguridad del producto
La compañía deberá emitir reportes de costos de calidad, de acuerdo con los pro­
cedimientos del contralor y reportes regulares acerca del estado de la calidad, re­
portes que serán presentados a todo el personal gerencial. Se han preparado prác­
ticas normativas para apoyar los detalles de todas las actividades mencionadas en
estas políticas.
REFLEXIONES ACERCA DE LA CALIDAD
Muchas personas piensan que Dios fue el primer profesional de la calidad, y que
quienes lo han seguido en la actividad de juzgar de lo que es bueno y lo que no lo
es, lo hacen por derecho divino. Ellos saben que hay dos clases de personas, las
buenas y las malas, y que las buenas deciden cuál es cuál. El propósito de crear
un departamento independiente de calidad que sea objetivo es apartarse de este ti­
po de razonamiento: equivale a limitar tales decisiones a aquellos que no ganen
nada al tomarlas.
La organización para la calidad no es muy complicada, pero sí puede serlo el
establecer una operación de calidad. Si algo es fácil de entender y tiene sentido,
pero no siempre se lleva a cabo, debe haber una razón para no hacerlo. Existen
dos posibilidades: (1) Los directivos no confían en que nadie tome decisiones
acerca de la calidad. (2) Los directivos no entienden el valor de una operación de
calidad.
Prefiero pensar que la segunda es la más común. Las compañías que han
reflexionado sobre el tema seguramente se llevan bien con sus departamentos de
calidad.
Hablando de pensar un poco acerca de la actividad de calidad, siento que es
hora de desechar muchos accesorios inútiles que han dificultado la comprensión
de lo que es la administración de la calidad. La palabra "calidad" es lo bastante

62 LA CALIDAD NO CUESTA
expresiva para explicarse por sí misma. Hay que eliminar calificativos que con
frecuencia la acompañan, como "control" y "aseguramiento" entre otros. Estos
identifican diferencias insignificantes de enfoque.
El término "aseguramiento de la calidad" nació en los primeros y frenéticos
años de la era espacial para que algunos pocos individuos astutos pudieran obte­
ner mejores salarios y, a la vez tener, un trabajo de más categoría. Pronto empeza­
ron a cuidarse las espaldas, en vez de obtener calidad. No es que me oponga a un
poco de presunción, pero es posible ganarse bien la vida haciendo el verdadero
trabajo de la calidad, en vez de estar nada más auditando e investigando el por­
qué no se logró calidad.
No existe razón alguna para que se cometan errores o surjan defectos en
cualquier producto o servicio. Los conceptos de administración de la calidad
enumerados a lo largo de este libro, aunados a un trabajo arduo y dedicado,
además de el ejercicio continuo de integridad personal, hacen que la prevención
de errores sea una posibilidad indiscutible. Esto, a su vez, hace posible que el en­
cargado de prevenir errores se convierta en uno de los ejecutivos más valiosos pa­
ra cualquier compañía. Usted puede hacerse rico previniendo defectos. Usted
nunca podrá hacer mucho con sólo "asegurar" o "controlar". La policía trata de
mantener las cosas bajo control. Los abogados con frecuencia hacen labor de
prevención. Usted nunca ha visto a un policía rico. Pero sí existen muchos abo­
gados ricos.
Piénselo.
ORGANIZACIÓN
Las operaciones de calidad deberán situarse al mismo nivel jerárquico que los
departamentos que deben evaluar. De esta manera no serán mandados por
ingeniería, mercadotecnia, producción, administración y así de forma sucesiva.
Pero más que eso, el gerente de calidad deberá tener fácil acceso a la dirección
intelectual de la compañía. El gerente de calidad debe ser el tipo de persona que
encaje cómodamente en sus círculos de negocios. Las acciones más valiosas que
puede llevar a cabo el gerente de calidad para la compañía están relacionadas
con prevenir los problemas enfrentándolos y aconsejando prudencia o cambio de
dirección a tiempo. No es posible incluir este tipo de cosas en una carta de orga­
nización y, de hecho, tampoco es posible en realidad administrarla. Por esto es
que hay un capítulo acerca de estilo de administración al final de la Primera
Parte. Cada programa de calidad exitoso que he visto ha estado encabezado por
una persona que ha sabido comunicarse con grupos gerenciales y aun discipli­
narlos sin enemistarse con ellos. Los gerentes de calidad que triunfan son los que
saben que la forma de concientizar a la gente con respecto a la calidad es hacién­
dola sentirse a gusto con los conceptos de calidad y mostrándole cómo reconocer
lo que pueden obtener por ser leales al concepto. Este arte debe ser practicado
en la mayoría de las funciones. Pero la calidad es única en el sentido de que to-

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 63
dos sus éxitos así como sus fracasos son ocasionados por personas que operan en
otras actividades. El producto o servicio es de calidad debido a las manos y men­
te de otras personas, y los gerentes de calidad deberán ser capaces de trabajar
con ellas para administrar la función en forma adecuada.
Los trabajos gerenciales que por lo general se consideran más difíciles, son
aquellos que tienen que ver con ganancias o pérdidas de dinero y la responsabili­
dad por ello. Los reclutadores profesionales buscan personal operativo que
"transforme a las compañías" y maximice sus utilidades. Y desde luego que exis­
te gente que haga estas cosas. También hay personas que hacen lo contrario.
Lo que no reconocen los reclutadores y los autores de libros de negocios es
que los trabajadores funcionales son los que en realidad hacen que ocurran o no
esas cosas. Las gerencias funcionales son mucho más difíciles que las operaciona-
les. En las operaciones se trata de dirigir a personas funcionales. En mis veinti­
cinco años en gerencias funcionales, puedo contar sobre los dedos de una sola
mano el número de directrices útiles que recibí de individuos de operación. ¿Es
esto lo que se puede llamar una actividad positiva y dedicada?
FUNCIONES DEL DEPARTAMENTO DE CALIDAD
Aceptación del Producto
Inspección. La base de todo programa de calidad son los datos recabados a
través de la inspección mecánica y visual que permite evaluar el estado del pro­
ducto o servicio. Los datos pueden provenir de evaluaciones de la limpieza en
cuartos de hotel, de revisar una soldadura, de la inspección de partes maquina­
das o de cualquiera de miles de inspecciones. Todas las mediciones tienen tres
cosas en común. En primer lugar, son evaluaciones planeadas, realizadas en una
forma planeada, por una razón planeada; en segundo lugar, son realizadas por
personal de inspección entrenado de manera profesional y en tercero, la organi­
zación del personal de inspección está separada de aquellas operaciones que está
inspeccionando. "Incertidumbre" y "Despertar" le contarán que los inspectores
deben estar bajo el departamento de producción para que ellos "tengan las
herramientas necesarias para hacer el trabajo". En realidad, esto sólo les da
las herramientas para controlar la aceptación del producto, ya sea éste bueno o
no. Los inspectores bajo los supervisores de línea no reciben entrenamiento pro­
fesional. Fungir como clasificadores, mensajeros y criados en general. Como re­
sultado , la mayoría de las operaciones de inspección forman un grupo separado
de control de calidad encargado de vigilar los resultados. Este grupo siempre en­
cuentra un 10% defectuoso que no vio el inspector porque él no estaba entrena­
do, informado o en debidas formas dirigido. Un inspector no es un verdadero
inspector a menos que la inspección sea independiente y final.
Prueba. Parte de la función de aceptación se logra con equipo mecánico o
electrónico de prueba usado para determinar la integridad funcional del pro-

64 LA CALIDAD NO CUESTA
ducto, desde probar los componentes al recibirlos hasta la prueba del sistema al
final. Esta función mide el funcionamiento del producto a todos los niveles. Ade­
más de las personas que realizan las pruebas, dicha función emplea ingenieros
de prueba que participan en el desarrollo conceptual de equipos de prueba y el
establecimiento de procedimientos de prueba. El único propósito de las pruebas
es determinar si el producto funcionará conforme a sus especificaciones básicas
(requisitos del producto).
Dado que la prueba incluye muchas más variables que la inspección, esta
función se encuentra sujeta a mayor presión. Por ejemplo, si el supervisor de la
prueba informa al gerente del proyecto que el sistema ha pasado la prueba, el
gerente dirá, "Magnífico". "Embárquenlo." Sin embargo, si el reporte es negati­
vo, dirá, "Pruébalo otra vez". Siempre que un producto pase la prueba, es acep­
table. Por esta razón, los ingenieros de prueba deberán elaborar programas de
verificación que requieran resultados exactos.
El mayor problema actual con las pruebas, en particular en electrónica, es el
programa (software). Los equipos de prueba computarizados requieren, natu­
ralmente, programas de cómputo que dirijan y conduzcan la prueba en su ma­
yor parte. No existe ninguna razón para que estos programas de cómputo no
sean considerados como productos en sí mismos y no se requiera que cumplan los
requisitos de la prueba de aceptación. El equipo para pruebas y el programa de
cómputo ahora representan una gran inversión, muchas veces superior a los cos­
to de elaboración del producto. Es conveniente asegurarse de que tan importan­
te función esté bien controlada.
La prueba en sí, o por lo menos la prueba de aceptación, nunca deberá reali­
zarse por ingenieros. En una ocasión, yo fui responsable de la prueba de un siste­
ma de armamentos que incluía probar el proyectil, el equipo terrestre y ambos
en forma combinada. Lo único que los tres tenían en común era que todo el
tiempo se retrasaban. Por último, sacamos del área a todos los ingenieros, con­
tratamos personal de prueba pagado por hora y los instruimos para que si­
guieran exactamente el procedimiento de prueba hasta topar con luz roja. En­
tonces llamarían a los ingenieros de prueba para determinar si la falla estaba en
el producto, en el equipo de prueba o en el procedimiento. Nos abrimos paso po­
co a poco por todo el sistema y verificamos el equipo de prueba y los procedi­
mientos hasta llegar a donde éstos aceptarían un buen producto o rechazarían
cualquier incumplimiento de las especificaciones. De allí en adelante, la prueba
se convirtió en cosa fácil y aprendí una vez más que los técnicos nunca acabarán
sus pruebas si no se ejerce algún control.
Calidad del Proveedor
Casi todas las compañías compran productos, materiales o servicios en un monto
igual a alrededor del 50% de sus ventas. Estos materiales o servicios que ingresan
de continuo a la compañía, hacen necesaria una dedicación a la prevención de

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 65
defectos y aceptación del producto que por lo general se subestima. Es notable
que se logre muy poco, excepto en las compañías bajo contrato y sometidas a sus
regulaciones del gobierno.
El agente de compras de más bajo nivel puede comprometer a la compañía a
aceptar contratos dispendiosos sin el menor inconveniente. Sin embargo, si la
gente quiere invertir dinero en la compra de ladrillos y cemento, debe pasar por
todo el proceso administrativo. El dinero es el mismo. Lo único diferente es el
concepto.
Al discutir la función de calidad en proveedores, me concentraré principal­
mente en el control de productos o materiales. Sin embargo, cabe recordar que
el mayor proveedor de su compañía, a quien más dinero se le paga, quizá sea
una compañía de seguros. Cuando hablamos de control de procedimientos, es
necesario pensar en los contratos que se realizan en el largo plazo y que producen
cosas que no se inspeccionan al recibirlas.
Ingeniería de calidad de proveedores. Siempre he considerado que la de
compras es una función demasiado restringida. La labor de compras ha consisti­
do de costumbre en recibir un pedido emitido por otro departamento y trami­
tarlo. Por lo general, la operación no se ha preocupado por analizar si el artículo
especificado representa la mejor opción de compra. En las situaciones normales
de compra, las operaciones de calidad encaran dilemas como éste posterior a los
hechos. Por lo general, se dedica el menor tiempo dentro de la operación a la
búsqueda del mejor proveedor en términos de calidad, costo y puntualidad en la
entrega. La mayor parte del tiempo se dedica al desarrollo del producto o al di­
seño conceptual. Compras tiene muy poca oportunidad de realizar un trabajo
del selección y el departamento de calidad en realidad no sabe cómo ayudarle.
Una visita a proveedores potenciales realizando "auditorias de calidad" resulta
casi inútil. A menos que el proveedor sea el más completo y obvio desastre, es im­
posible saber si su sistema de calidad proveerá o no el control apropiado. La úni­
ca forma de saberlo es desde adentro de la compañía proveedora. El Cuadro de
madurez de la administración de calidad sólo puede ser completado por aquellos
que, habiendo estado en la compañía, la conocen bien. El mismo tipo de si­
tuación se da con los proveedores.
Así como el departamento de compras necesita tiempo para identificar, exa­
minar y desarrollar proveedores, así calidad requiere tiempo para participar en
el proceso con ellos. He recorrido cientos de plantas en auditorías del proveedor,
escudriñando resueltamente las etiquetas de calibración, haciendo preguntas
acerca del control del material que no cumple con las especificaciones y hacien­
do todas las cosas convencionales. Siempre supe que la verdadera respuesta esta­
ba tras de los ojos del gerente general y que eso nunca lo descifraría con lo que
pudiera verse en una breve visita. El gerente general juraría por lo que fuera, o
pasaría por cualquier rito para obtener mi bendición. Pero una vez la bendición
dada, ¿será sincero el gerente? O, ¿durará allí mucho tiempo? ¿Quién lo puede
saber?

66 LA CALIDAD NO CUESTA
La única respuesta radica en que el personal de control de calidad de provee­
dores ayude a sus amigos de compras a participar en la evaluación de los
artículos clave que se adquieran. Dado que la función de calidad está más cerca
de producción y operación técnica que compras, el personal de calidad puede
actuar como catalizador para iniciar este proceso. Me gustaría que alguien de
compras escribiese un "Cuadro de madurez de la administración de compras".
Aceptación de bienes adquiridos. La inspección y prueba de los artículos
comprados puede llevarse a cabo en cualquier parte. No es preciso que se realice
en la bodega de recepción junto a la rampa de descarga de los camiones. Con
planeación adecuada, la aceptación puede llevarse a cabo en la planta del pro­
veedor, aun durante el transcurso de la operación. Puede realizarse en su propia
planta durante el ensamblado final. Puede lograrse en cualquier momento in­
termedio. Todo es cuestión de planear y ejecutarlo. "Incertidumbre" apenas si
realiza las inspecciones de recepción más obvias; "Despertar" no hace mucho
más; Ilustración organiza inspecciones por muestreo y considera de manera sería
realizar un mayor esfuerzo de ingeniería de calidad en esta área; "Sabiduría"
realiza un trabajo planeado de aceptación, pero todavía cree en el mito de la se­
lección de proveedores mediante auditorías de calidad.
Es obvio que, todas las operaciones de aceptación son realizadas por la mis­
ma organización que lleva a cabo el resto de las funciones de aceptación del de­
partamento de calidad. Cada inspección o prueba debe planearse con la misma
integridad técnica que las de la cadena de ensamble. La consideración más im­
portante es asegurarse de que la aceptación se realice por orden de compra y no
en términos de algún plan olvidado. Esto es importante porque se encontrará
que la mitad de los rechazos ocurren por falla del comprador. O bien, el artículo
no estaba descrito apropiadamente en el formulario de compra, o se dieron los
requisitos equivocados, o el equipo de prueba no fue coordinado en forma de­
bida.
Ingeniería de Calidad
Hace ya algún tiempo, cuando empecé a t-abajar en asuntos de calidad, era fá­
cil detectar a los ingenieros de calidad. Eran los únicos con camisas y corbatas.
Ahora es distinto. Pero recuerdo la primera vez que me pidieron usar camisa
blanca y corbata en la planta. Durante una semana, anduve escabulléndome de
mis excolegas hasta que superé la vergüenza. En realidad no estoy seguro que
tenga que ver esto con nuestra discusión acerca de la ingeniería de calidad, pero
se me ocurrió como una forma de diferenciarla de la de aceptación del pro­
ducto.
En términos generales, se supone que la ingeniería de calidad es responsable
de determinar y planear el trabajo del resto del departamento. Ellos habrán de
tener la responsabilidad global de la calidad en la compañía, en términos de ha­
cer esto aquí, y aquello allá, para hacer que el conjunto alcance los resultados

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 67
propuestos. Esto significa que deben decidir quién inspecciona y prueba cuál co­
sa, quién reüne la información y dónde y qué información deberá ser propor­
cionada al sistema para mantenerlo en operación.
Los ingenieros de calidad deberán colaborar con la ingeniería del diseño en
lo que respecta a las características de funcionamiento de un nuevo producto y
reunirse con los ingenieros de producción para colaborar en lo que se refiere a la
forma en que un producto será manufacturado. De esta forma, los ingenieros de
calidad pueden determinar cómo el producto deberá ser inspeccionado, proba­
do y controlado durante su vida, tanto dentro como fuera de la compañía. La
función de la ingeniería de calidad consiste en detallar estos requisitos, entrenar
personal para lograrlos y medir los resultados.
Análisis de la información y reporte de estado. Cada inspección o prueba
produce dos resultados. Primero, el producto es aceptado o rechazado; y segun­
do, la medición en sí es registrada. El ingeniero de calidad puede determinar el
estado de la operación en forma exacta y continua al acumular los resultados de
estas mediciones y analizarlos. El ingeniero de calidad reúne la información y la
comunica de tal forma que sea de utilidad para cada uno de los interesados.
Deberán exhibirse en las áreas de trabajo gráficas fáciles de ver. Si usted se
toma el tiempo de explicar las gráficas a los interesados, ellos se referirán a ellas
y apreciarán ser reconocidos en esta forma. A la gente realmente le agrada ser
medida cuando la medición es justa y sincera.
Las gráficas y reportes de avance permiten a las gerencias operativas saber si
sus procesos están siendo bien controlados. Proveen información acerca de
cuáles trabajadores se encuentran teniendo problemas y cuáles de ellos se están
desempeñando bien. La alta dirección necesita conocer la tendencia de los datos
en forma exacta, para saber cuando debe entrar en acción. Si la función de
ingeniería de calidad no facilita tal información, el negocio quebrará. La alta
dirección sólo permitirá gestiones de calidad en el futuro si le están ayudando a
sobrevivir en el presente.
Acción correctiva. No es lo que usted descubre, sino lo que hace respecto a
lo descubierto. Todas las actividades de planeación, inspección, prueba, medi­
ción y de otro tipo que se realicen en el departamento de calidad son una pérdi­
da de tiempo si no ayudan a prevenir la reaparición de un problema. La verda­
dera fuerza y valor de la ingeniería de calidad implica aprender del pasado para
lograr un futuro menos accidentado. (Esto podría ser un gran lema político.)
Por desgracia, la mayor parte de la gente sólo aprende del pasado con el propósi­
to de repetirlo.
Suponga que usted sufre un ataque al corazón y sobrevive. El médico le in­
forma que bien puede sufrir otro a menos que cambie la línea de conducta que
propició el primero. En específico, se le pide que reduzca su peso al que tenía
cuando salió de la preparatoria; que deje de fumar; altere su dieta para bajar sus
niveles de colesterol y triglicéridos y que modifique su vida personal para reducir
estados de tensión. Si usted ha aprendido de la experiencia, llevará a cabo estas

68 LA CALIDAD NO CUESTA
acciones preventivas. Si no ha aprendido, en nada cambiará. Entonces se mere­
cerá lo que le suceda.
En la actualidad, la mayoría de los problemas médicos con la posible excep­
ción del cáncer se pueden prevenir o aliviar en gran medida. Todo lo que se re­
quiere es un poco de disciplina personal y orientación profesional.
Hoy en día, la mayoría de problemas de incumplimiento, con la excepción
de fenómenos desconocidos, son evitables. Todo lo que se requiere es alguna dis­
ciplina organizacional y orietación profesional.
Las mejores fuentes de información acerca de situaciones que requieren ac­
ción correctiva son la observación de los rechazos y el análisis de tendencias. Los
rechazos son los más fáciles puesto que es tan obvia la evidencia. Llegará a sus
manos una pieza defectuosa y con quién hablar de ella. Las tendencias son me­
nos ostensibles; requieren un trabajo de investigación que puede incluir análisis
de laboratorio y otras clases de pesquisas.
En la Segunda Parte, se describen experiencias detalladas de acciones correc­
tivas. Pero debo prevenirle de que las personas sólo contarán los problemas que
otros individuos les ocasionan. No revelarán lo que ellas ocasionan por sí mis­
mas. Además, estoy convencido que con ponerse un traje basta para que ya na­
die le diga la verdad.
Planearían. Un departamento de calidad moderno en un establecimiento
de manufactura sin duda se paga solo, pero sinceramente, resulta dispendioso.
Por esta razón, es muy razonable que la planeación sea parte integral de la
ingeniería de calidad. Todo lo que suceda en el sistema de la calidad deberá
ser un resultado y no una reacción. Muchos de nosotros nos sentamos a esperar
que el teléfono suene o que llegue el correo antes de actuar. Aun las más grandes
personalidades algunas veces son "reactores secretos", que se sientan sin hacer
nada en días que no hay correo.
La mayoría de los departamentos de calidad establecen formalmente sus ta­
reas más obvias de planeación para respaldar actividades del producto tales co­
mo aceptación, análisis de datos, clasificación del producto y otras. Con fre­
cuencia, ignoran los procesos de mejoramiento de la calidad, aun cuando el
efecto total de esas funciones "fuera de oficio" es mucho más significativo para el
éxito del departamento que cualquier otra actividad del producto. Nada se
puede dejar al azar. Por ejemplo, una actividad que debería llevar a cabo cual­
quier compañía es una orientación acerca de la calidad para los nuevos em­
pleados.
Todas y cada una de las tareas deberán ser enumeradas, asignándoseles al­
gún tipo de acción, así sea para decidir que no hay nada que hacer. De otra for­
ma, ninguna de las políticas, prácticas normativas y teorías tendrán significado.
Las cosas buenas sólo se dan cuando se planean; las malas ocurren por sí solas.
Calificación á roductos, procesos y procedimientos. Cada cosa nueva
deberá ser probada y aprobada antes que pueda usarse. Esto incluye el procedí-

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 69
miento para trasladar los pedidos del personal de ventas a un formato que pueda
servir en el taller; aquel nuevo método para programar cintas magnéticas de
computadora; el nuevo proceso para recubrir plástico como cromo; incluye a los
nuevos productos y asimismo a productos cuyo diseño ha sido modificado. Muy
pocos problemas ocurren en cualquier organización que no sean resultado de
introducir un cambio sin comprobarlo en función de la vida de esa operación. A
final de cuentas, siempre acaban efectuándose las actividades de aprobación y
conección, así sea tan sólo para corregir los problemas que de manera inevitable
se presentan. Pero esto sería costoso ylimitante. Es preferible hacer que se pruebe
la validez del cambio antes de enviarlo a defenderse por sí mismo.
Los productos deberán hacerse funcionar en condiciones ambientales iguales
a las que están previstas en su diseño; los procesos habrán de demostrar por me­
dio de pruebas que sus resultados cumplen con los requisitos; y los procedimien­
tos deberán ser probados para que sean exactos, comprensibles y efectivos. En
toda instancia, estas pruebas deberán ser demostradas al personal del departa­
mento de calidad. Pienso que ellos no deben llevar a cabo las pruebas porque
ello requeriría que se comprometieran con los resultados. No hay nada que más
parcialidad ocasione que sentirse autor de los hechos.
Finalmente, recuerde que la realidad es el criterio supremo. Una cosa es con­
templar al director de planeación instituyendo un nuevo procedimiento de reser­
vación para hoteles. Otra cosa es ser testigo de cómo los que hacen las reserva­
ciones llevan a cabo el procedimiento.
Auditoría. De pocas funciones se habla más y se entiende menos que de la
auditoría. Con frecuencia es el último recurso de aquellos que en realidad no sa­
ben cómo llevar una vida orientada a la prevención. La auditoría es el Bat Mas-
terson de los negocios. Cuando se meta en problemas, llame al buen Bat. El en­
contrará a todos los chicos malos y los entregará a la justicia. Y aunque no logre
desenmascarar a los verdaderos jefes de la banda, usted quedará bien. Después
de todo usted acudió a la ley, ¿no es así?
La auditoría es una herramienta valiosa si se usa en forma apropiada. Es un
examen planeado de una función, llevada a cabo, ya sea determinando si el
proceso se ajusta a los procedimientos, o bien mediante un análisis crítico del
producto o servicio resultado del proceso. Esto es a lo que se limita la auditoría.
Realizada de manera meticulosa, no existe método más fructífero para desen­
mascarar al trabajador negligente, distraído o mal dirigido. Los defraudadores
suelen ser demasiado cuidadosos para que nadie los descubra de no hacerlo ellos
mismos o ya sea por mala suerte. Las auditorías atrapan sólo a los negligentes,
aburridos o descuidados.
Una auditoría exitosa sigue ciertas reglas básicas:
• Sea específico respecto a lo que quiere que sea auditado y el criterio que
servirá de base a la auditoría.

70 LA CALIDAD NO CUESTA
• Para llevar a cabo la auditoría, seleccione a individuos que de ninguna
forma pudieran tener interés en que la auditoría arrojara uno u otro re­
sultado .
• Dé instrucciones cuidadosas al equipo de auditoría y déles el tiempo ne­
cesario para elaborar un reporte completo.
• De ninguna forma les diga qué tipo de resultado espera encontrar.
• Recuerde que los hallazgos señalarán sólo a las tropas en el frente. La
verdadera causa de los problemas se esconde detrás de los hallazgos.
Es mejor entrenar a unos cuantos individuos clave del departamento de cali­
dad para dirigir los equipos de auditoría. Seleccione en forma aleatoria personal
para el equipo de una lista de personas de otras operaciones. No insista en que
todos los del equipo sean especialistas en la función que va a ser auditada. Le ga­
rantizo que vendrán equipados con su propio juego de tapaojos. Uno de los me­
jores métodos de auditoría es el preparar una "autoauditoría" la cual se aplica a
una función específica tal como la de calidad del ambiente. Deje que las opera­
ciones conduzcan auditorías periódicas de ellas mismas, tome nota de los resulta­
dos y actúe en consecuencia de ellos. Todo lo que tiene que hacer para revisarlos
es llevar a cabo por su cuenta algunas mediciones, que le darán una buena idea
de su integridad y competencia. Al verificar auto auditorías con las bases ade­
cuadas, usted podrá abarcar mucho más terreno que insistiendo en hacerlo todo
por sí mismo.
Educación en la calidad. Existe una teoría del comportamiento humano
que dice que las personas retardan su propio desarrollo intelectual en una forma
inconsciente. Vienen a depender de clichés y hábitos. Una vez alcanzada la edad
de la estabilidad personal en el mundo, dejan de aprender y su mente funciona
de manera perezosa por el resto de sus días. Podrán progresar en la jerarquía,
podrán ser ambiciosos y entusiastas y podrán incluso trabajar noche y día. Pero
ya no aprenden. Los fanáticos, los intolerantes, los obcecados y los eternos opti­
mistas han dejado todos de aprender.
La única razón por la que menciono esto es porque usted tendrá que darse
cuenta de aquello que los maestros ya saben: algunas personas simplemente no
están interesadas en aprender algo que las obligue a cambiar. La educación pa­
ra la calidad, por tanto, necesita estar en forma visible orientada hacia el pro­
ducto, el servicio y el cliente. Desde luego que, en realidad, se dirige de manera
directa a los afectados, pero hay que seguir la farsa.
La educación en la calidad asume tres formas básicas:
1. Orientación hacia los conceptos y procedimientos de la calidad; hacia los
problemas que tienen un efecto nocivo sobre el producto; y hacia las ex­
pectativas del cliente.
2. Mejoramiento directo de destrezas para ejecutar actividades específicas
como soldar, actividades de los botones en los hoteles, programación de
computadoras, manejo del teléfono, redacción de procedimientos, etc.

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 71
3. Un menor grado continuo, pero concentrado, de comunicados acerca de
ideas de calidad que sirvan como recordatorios y condicionantes, para
lograr que la calidad sea una noción siempre presente en la mente de to­
dos. Nada llamativo, sólo ideas positivas que sean de buen gusto y de ac­
tualidad.
Es obvio que, aunado a este tipo de educación, va mucho de superación per­
sonal. Y si alguien comenta cuanto se ha superado, es bueno animarlo en esta
idea. Sin embargo, no se meta usted en el negocio de vender superación per­
sonal.
Mejoramiento de la Calidad
Es importante incluir al mejoramiento de la calidad entre sus políticas, porque
usted no deberá dejarle a ninguna operación la alternativa de tener o no tal o
cual programa. Usted no tendrá que implantar exactamente el proceso de cator­
ce pasos descrito en el Cap. 8, pero la operación no será capaz de inventar algo
mejor y acabarán siguiendo su programa de todas formas. Cualquiera que sea la
razón para empezar, la historia muestra que una vez que la gente inicia un
progreso de mejoramiento de la calidad, se apega a él porque le van agradando
los resultados y las recién descubiertas comunicaciones gerenciales internas.
Asuntos del Consumidor
Asuntos del consumidor es una función profesional de la calidad. La identifica­
ción, investigación, resolución y prevención de problemas del consumidor son
acciones que requieren experiencia y entrenamiento sumamente profesional.
Relegar los asuntos del consumidor a una función de relaciones públicas es des­
virtuar a las R.P. al dar a entender que no son una actividad válida. Pedirle a al­
guien que "entretenga" al consumidor hasta que la causa de la queja se olvide no
es forma de ocuparse de la situación.
Existen dos tipos de clientes: el amateur y el profesional. El público general
como cliente no está organizado y actúa de manera individual. El agente de
compras trabaja para alguna compañía y está apoyado por ella. Uno y otro re­
quieren la misma protección. Ambos deberán ser capaces de hacerse oír por al­
guien que esté de su parte.
El cliente merece recibir exactamente aquello que hemos prometido produ­
cir — un cuarto limpio, una taza de café caliente, un vaciado no poroso, un viaje
a la Luna en alas ligerísimas—. Sea lo que esto sea, patente o implícito, debemos
hacerlo o fabricarlo bien. De lo contrario, nuestro concepto de sistemas integra­
les no es genuino.

72 LA CALIDAD NO CUESTA
Existen tres fases básicas de acción en asuntos del consumidor:
1. Prevención. Esto incluye vigilar los reclamos publicitarios; tomar una
acción acertada para proveer información al cliente y enseñarle cómo se
usa el producto o servicio; establecer sistemas de aviso temprano para
detectar cualquier problema potencial y, desde luego, operar un sistema
competente e independiente de administración de la calidad.
2. Enterarse. Establezca "puestos de escucha" para que los clientes puedan
comunicarse con usted y decirle que están teniendo problemas —ya sea
por carta, teléfono, tarjeta postal, o de cualquier otra forma— . La con­
testación debe hacerse en un plazo de 24 h para iniciar la comunicación.
Casi todas las quejas requieren una sola intervención si se pone atención
desde la primera vez. Manténgase al corriente de reglamentos y leyes de
protección al consumidor para asegurarse de que su compañía no viola
la ley. Por una módica suma, usted puede abonarse a un boletín que lo
mantenga informado. Pero las más activas fuentes de información son
las asociaciones de calidad. Asista a sus reuniones y colabore con ellas.
Será una buena forma de invertir su tiempo. La mayoría de las malas
reglamentaciones del gobierno existen sólo porque los afectados no se to­
maron el tiempo de ofrecer una guía positiva y sugerir la mejor forma de
legislar normas de funcionamiento o requisitos.
3. Corrección. Satisfaga la queja por completo, tan pronto como sea po­
sible. El consumidor no lo hace para estafarlo a usted, excepto en muy
raras circunstancias. Apenas si he visto alguna vez un intento de ha­
cerlo. Existen formas más fáciles de estafar al mundo que sacándole
unos cuantos pesos a una compañía grande. Naturalmente, su departa­
mento jurídico deberá conocer todas las actividades que haya planeado,
en una forma continua más no periódica. El sistema que produjo el
problema también deberá ser corregido; de lo contrario usted volverá a
pasar por lo mismo. Esto es vital.
Cuando responda a las quejas, no utilice cartas tipo; escríbale a cada persona
en forma individual. Al analizar el problema, imagínese que la persona que en­
vió la queja está sentada frente a usted. Esto toma práctica, pero se vuelve natu­
ral después de un tiempo. Sus problemas cesarán mucho más rápido cuando los
clientes perciban que existe sinceridad tras sus mensajes. Después de todo, asun­
tos del consumidor es básicamente administrar profesional de la calidad y senti­
do común. No se le deberá dar una oficina a persona alguna que trabaje en
asuntos del consumidor sin antes haber puesto en la pared, frente al escritorio, la
regla de oro, donde ésta sea siempre visible.
Seguridad del Producto
¿Cómo evitar que su producto dañe a sus clientes o a otros? Prevenga este tipo de
problemas a través de una revisión planeada del diseño, calificación del produc-

ESTADO DE LA ORGANIZACIÓN PARA LA CALIDAD 73
to y control de calidad. No deje que le alteren los nervios todas las historias de
terror acerca de jurados que pronuncian veredictos irracionales y de las compli­
caciones de la ley. Rara vez ocurre cualquiera de estas cosas a raíz del incidente
original. Ocurrieron porque alguien que contribuyó al problema no tuvo el ne­
cesario sentido común o valor para enfrentarse a él desde el principio y lograr un
acuerdo razonable.
Nunca he visto problema de seguridad del producto, real o potencial, que no
haya sido resuelto con un mínimo de gastos cuando se le enfrentó en una forma
madura. Si usted está equivocado, admítalo, corríjalo y conserve la sonrisa todo
el tiempo. No permita que los abogados o los tímidos lo amedrenten. Tan sólo
recuerde una cosa: existen millones de productos que se producen diariamente y
que no terminan en los tribunales. Las personas sólo querrán hacer valer sus de­
rechos a no ser que usted intente atropellarlas. En ese caso buscarán venganza. Y
quizá la obtengan.
En cierto sentido, todo este libro trata de seguridad del producto. La inten­
ción del concepto de sistemas integrales es producir una organización que, a la
vez, no se cause problemas a sí misma ni a los demás.
Hablando de integridad, permítame decirle una gran verdad. No conozco
un solo problema de seguridad del producto donde la causa básica fuera otra
cosa que un error de apreciación de la integridad de algún miembro de la geren­
cia. Por lo general, el objetivo era alcanzar una meta de corto plazo economizan­
do esfuerzos o dinero. El resultado a largo plazo fue un dolor de cabeza y no
resultó rentable.
El problema de seguridad del producto no es un problema jurídico sino
moral.

6
Manejo de los Problemas
La reunión de la mañana del lunes con el personal empezó un poco más tarde
que de costumbre, pero antes que pasara mucho tiempo, tomó un cariz muy po­
sitivo. Owen Bloody, el ingeniero en jefe, expresó sus sentimientos sin esperar
que empezara formalmente la reunión. De hecho, algunas personas apenas
habían acabado de acomodarse en sus asientos cuando Owen golpeó con el
índice en la mesa.
"Sé que ésta es tu reunión Jane", le dijo a la gerente general, "pero antes que
empecemos con las cifras, debo quitarme un peso de encima. Anoche regresé de
la planta de Evansville, y no sé cómo decirles lo enfadado que estoy por el sinnú­
mero de problemas de calidad que tenemos allá. A lo único que se dedican es a
rectificar y reparar todo el equipo que les enviamos. ¿Acaso no nos preocupamos
por probar todo en la fábrica antes de embarcarlo? Tendremos que realizar me­
jor labor de control de calidad o quebraremos. Les digo que esto es vergonzoso".
Se volvió hacia el gerente de calidad.
"George, sé que andas escaso de personal, pero ¿cómo pudiste permitir que
esto pasara? Es simplemente atroz. Toda esta gente con cautines, dibujos y
alambres por todos lados. Nunca he visto nada semejante."
George no dijo una palabra. Sólo miró a Owen. Owen hizo una pausa y se
detuvo. Miró alrededor de la sala, según parecía buscando alguna reacción. La
gerente general habló después de un momento.
"Owen, ¿recuerdas que hace como nueve meses, George y el personal de ma­
nufactura querían detener el producto de Evansville y hacer que el equipo se
ajustara a los nuevos niveles de diseño de ingeniería ¿Y recuerdas que tú creías
que no era necesario, y me convenciste de que no eran muchos los cambios y
de que podríamos efectuarlos sobre la marcha? ¿Recuerdas que decidí no ha­
cerle caso a George y seguimos adelante y embarcamos?"
Owen asintió.
"Sí recuerdo todo esto. ¿Qué tiene esto que ver con todos esos hierros defec­
tuosos?"

76 LA CALIDAD NO CUESTA
La gerente general se inclinó.
"Las pinzas metálicas no están defectuosas, Owen. Se ven tal y como está el
diseño. Todo el trabajo que se está haciendo allá es efectuar los cambios en ela­
boración, que tú dijiste no eran muchos. Todo ese desorden es porque tú y yo no
le dedicamos a la fábrica un poco más de tiempo para hacer bien el trabajo. Ese
gran "problema de calidad" allá, es un problema de ingeniería. Es nuestro pája­
ro el que ha vuelto a casa, Owen. Tuyo y mío. Dudo que George esté siquiera in­
teresado."
Hubo un gran silencio. Entonces, la gerente general se volvió hacia el conta­
dor y le dijo: "Veamos las cifras."
* * *
Nadie está tan expuesto como quien empieza a ocuparse de un problema. En
ese momento, más que en ningún otro, caen las máscaras dulces y civilizadas y
emerge el verdadero yo. Muchas veces tengo esta impresión con gente que bebe.
La verdadera personalidad es aquella que emerge apenas empieza el "am­
biente".
El mejor momento de muchas personas es cuando se enfrentan a dificulta­
des. Algunas se vuelven más frías, más calmadas y más lúcidas conforme se agu­
dizan los problemas. Muchas brillan únicamente cuando hay problemas; de
hecho, se aburren sin ellos. Otras no brillan.
Creo que todos nosotros podríamos hacer algo de que sentirnos orgullosos al
interponernos solos, entre nuestras familias y algún peligro, o si nuestro país de­
mandara algún sacrifico. Pero las situaciones no siempre son tan claras.
Mientras menos claros sean el reto y el resultado, más complicada se vuelve la
respuesta.
Supongamos, por ejemplo, que usted está parado en la Quinta Avenida en
Nueva York, viendo un desfile. Supongamos que allí está desfilando un hono­
rable personaje nacional, hacia quien usted siente admiración y respeto. Alguien
que usted considera ser persona valiosa para nuestro mundo. Ahora suponga
que usted escucha a dos personas diciendo cómo van a matar a su héroe cuando
pase el desfile. Voltea a verlos y ¡por Diosl efectivamente están armados.
¿Le avisaría a aquel policía que anda cerca?, ¿le diría al agente del servicio
secreto parado muy nervioso a unos cuantos metros de usted con un transceptor
portátil? Desde luego que sí lo haría. Usted no quería intervenir, pero después de
todo su deber es bastante claro.
Ahora suponga que usted no sabía que iban a hacer tal cosa hasta que, de
pronto, advierte cómo saca un arma y apuntan. Suponga que el asesino en po­
tencia está de pie junto a usted. ¿Lo empujaría para impedir su acto, ¿gritaría
usted para alertar a todo mundo? Ciertamente, o por lo menos tal vez, usted lo
haría. Sería una reacción casi natural.
Ahora suponga que usted puede saber con absoluta certeza que será herido si
interviene, ¿aún así lo haría? Suponga que sabe que le costará la vida, pero que

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 77
aquel personaje se salvará. Suponga que sabe que se convertirá en héroe na­
cional, llorado por millones. Después de todo, usted tendrá que morir algún día.
¿Qué elegiría usted?
Sigamos nuestra fantasía hasta su conclusión. Supongamos que usted de se­
guro salvaría la vida de esta persona honorable, pero que sería acusado de inten­
to de asesinato. Su nombre se uniría al de Czolgosz, Booth y Oswald. Usted
solucionaría el problema del asesinato, pero sería destruido.
¿Qué haría usted?
La mayoría de los problemas de la compañía no requieren un compromiso
tan específico de vida o muerte. Al menos no físicamente. Pero cada conflicto
humano produce ganadores, perdedores y observadores. Nadie es en forma
exacta el mismo después de haber participado. Cada acción mental o física que
llevamos a cabo se suma a nuestros conocimientos y modifica nuestra actitud. Se
dice que al llegar a la edad de cincuenta años, la gente tiene el rostro que se me­
rece. La forma en que se reacciona a los problemas tiene algo que ver con el
rostro que tendrá.
Cuando "Incertidumbre" se decide a atender un problema, comienza la ba­
talla. Se reconoce que los problemas son el enemigo. Deberán ser bajados de la
escalera y la escalera arrojada encima de ellos. Respiración agitada y discusiones
acaloradas son parte de esta forma de manejar los problemas. Si no por otra ra­
zón, las acciones tienen que abrir espacio al próximo problema, el cual se en­
cuentra construyendo una escalera allá en el bosque.
La gente que vive por un tiempo en este ambiente, empieza a creer que de lo
que se trata es de dar puros gritos. Si su posición jerárquica no es lo bastante alta
para que griten, aprende a escabullir reuniones —y problemas—. Aprende el
arte de la excusa.
Los negocios que, de verdad desean manejar problemas con el propósito de
resolverlos, deben crear dentro de sus paredes una sociedad abierta que esté im­
buida de los conceptos básicos de integridad y objetividad. En este caso, integri­
dad se entiende como la actitud general de que "aquí nosotros hacemos bien las
cosas porque ésa es nuestra política y porque eso es lo correcto". Eso elimina la
posibilidad de atribuir cualquier clase de virtud a lo tortuoso o a la subversión.
El camino recto y abierto es la forma de salir adelante.
La objetividad se obtiene al no culpar a individuos por los problemas. Dirija
las preguntas y las comprobaciones hacia el trabajo, El trabajo es lo que falló, no
el individuo. Puede ser que ambos estén unidos imperfectamente y que tenga
que cambiarse uno u otro. De cualquier forma, el individuo tiene la oportuni­
dad de mejorar más adelante, bajo diferentes condiciones.
Basándonos en la premisa de que el objetivo es el trabajo, podemos tratar los
problemas dentro del sistema en forma directa. Los problemas se anuncian, se
discuten y se les da una explicación. Esto último lleva consigo la resposabilidad
de dar una verdadera definición de la situación, comunicarse con los afectados y
elaborar un plan de acción con plazos programados.

78 LA CALIDAD NO CUESTA
Más del 85% de los problemas se pueden resolver en el primer nivel de super­
visión que encuentren. Del 15% restante, cerca del 13% puede ser resuelto con
dos niveles de supervisión o dos departamentos diferentes, acordando cambiar
algo o trabajar juntos en cierta forma. El otro 2% quizá requiera hasta tres ope­
raciones o niveles de organización. Pero pueden ser resueltos.
De cuando en cuando, uno se encuentra con algo que no tiene solución. En­
tonces se toma una decisión, se acepta la situación y la vida continúa. Anticipe
una o dos de estas situaciones en su carrera.
Cuando el Conde de Mountbatten tuvo el encargo de dividir a la India, no
existía ninguna forma justa de repartir a Cachemira entre los nuevos estados de
Pakistán e India. Con el acuerdo de ambas partes, el gobierno Inglés seleccionó
a un brillante jurista, Sir Cyril Radéliffe, para marcar la frontera. La clave de
Sir Cyril era no sólo que nunca había estado en la India, sino que prácticamente
no sabía nada del país. Sin ninguna idea preconcebida, trazó una frontera que,
como cualquier otra, ocasionó desorganización y aflicción. Pero se hizo, las heri­
das ya han cicatrizado y no hubo recriminaciones por la frontera propiamente
dicha.
CASOS VARIADOS
Problemas específicos requieren soluciones específicas. Una compañía tenía
problemas, entre otras cosas, con la resolución de problemas, medición del de­
sempeño y ausentismo. La verdadera situación era que los supervisores no esta­
ban participando en el programa de Cero Defectos. Para ayudar a la compañía
a resolver estos problemas, escribí una serie especial de casos y conferencias, con
la condición de que fueran dadas y conducidas por el nivel de supervisión inme­
diatamente superior al afectado por los problemas. Al principio, la gerencia
quería que lo hiciera el departamento de capacitación y se hizo aparente el ori­
gen de algunas de las dificultades. Después de una poca de persuasión, acepta­
ron mi propuesta. Los resultados fueron espectaculares. Todo mejoró y el
programa de Cero Defectos realmente se afianzó.
Aunque los casos están orientados hacia el área de producción, las ideas se
aplican a cualquier compañía y a todos lo niveles de administración. Ellos pre­
sentan el ejemplo de cómo el estudiante y el maestro pueden aprender de la mis­
ma sesión.
Conferencia 1: Resolución de los Problemas del Supervisor
Uno de los grandes retos que enfrentan los supervisores es decidir cómo distribuir
su tiempo. Deben cumplir con sus responsabilidades hacia la compañía, hacia sus
subordinados y desde luego, consigo mismos. Lo que requiere su atención parece
no tener fin: control del programa, administración de los empleados, entrenamien­
to, disponibilidad de piezas, ausentismo, reuniones, calidad, presupuestos, etc.,
etc. Algunas veces, parece que se termina el día antes de haber podido atender tan
siquiera la mitad de los problemas.

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 79
La mayoría de nosotros nos hemos encontrado con este problema y hemos toma­
do pasos para corregirlo o eliminarlo. Por desgracia, nuestras mejores intenciones
muchas veces quedan reducidas a nada por problemas que precisamente, surgen
de la "nada". Justo en el momento en que se va a tomar un rato para actualizar el
reporte de faltantes, alguien corre a decir que el ducto de aire en la estación X se
rompió. Se pierden veinticinco minutos. Justo cuando creía disponer de tiempo
para darle un poco de entrenamiento adicional a aquel nuevo empleado, se le noti­
fica que debe asistir a una reunión para hablar acerca de cómo mejorar su opera­
ción y quizá de cómo administrar mejor su tiempo. Hasta el momento, lo único que
ha sucedido es que ha perdido tiempo.
Como supervisor experimentado que es, usted conoce el peligro de tratar de apli­
car una regla fija de distribución del tiempo, que abarque todas las situaciones.
Todos nos encontramos con situaciones que varían un poco, o que al menos,
pensamos que lo hacen. La función primordial del supervisor es dirigir el trabajo del
personal asignado a su actividad. Sin embargo, esta función primaria algunas ve­
ces la convertimos en secundaria, debido a nuestra tendencia a concentrarnos en
"los problemas de ahora". No sólo son problemas vitales, sino también, por lo ge­
neral, son más interesantes que el sistema en su totalidad.
Por tanto, no vamos a repetir que el supervisor deberá dedicarle más tiempo a cada
persona. Todos hemos intentado hacerlo así en muchas ocasiones. No basta la de­
dicación. Más bien decidamos el cómo podemos utilizar en mejor forma el tiempo
que tenemos disponible. Si hemos de hacerlo, debemos determinar qué es lo que
queremos lograr durante el tiempo asignado: "¿Cuáles son las metas que debemos
intentar alcanzar durante el tiempo que tenemos disponible para nuestros subordi­
nados y nuestros problemas?"
Discusión de Grupo:
Procure obtener consenso en por lo menos ocho metas y enumérelas en el pi­
zarrón. Aliente la discusión guardando silencio durante uno o dos minutos. Algu­
nas de las metas que se pueden enumerar son:
• Hacer que entiendan mejor su trabajo.
• Tratar de averiguar sus intereses.
• Mejorar el entrenamiento.
• Averiguar qué problemas están teniendo.
• Ver cómo podemos ayudar a su desarrollo.
• Hacer que cumplan con sus cuotas.
Los supervisores puede sugerir un gran número de metas. Enlístelas bajo los enca­
bezados de mejoramiento de la calidad, evaluación del desempeño e indentifica-
ción del empleado cancel traba/o.
Reanude la Conferencia:
Ahora, podemos tomar estos puntos uno por uno. Empecemos con mejoramiento
de la calidad. ¿Qué significa esto? Calidad significa cumplir con los requisitos.

80 LA CALIDAD NO CUESTA
Cuando hablamos de calidad, en realidad nos referimos al cumplimiento del pro­
ducto. ¿Se ve como en el anuncio? ¿Cumple con los requisitos? ¿Conformará con
las expectativas creadas al cliente? Todo el esfuerzo que el supervisor haya dedica­
do al programa y al control presupuestal, se puede ir a la basura si el producto no
es manufacturado de manera correcta. Es vital que nosotros, como supervisores,
entendamos esto y, lo que es más importante, que nuestros subordinados lo en­
tiendan.
Todos reconocemos que necesitamos mejorar el trabajo en el área de calidad. Por
desgracia, quizá no reconozcamos los pasos requeridos para alcanzar este mejora­
miento. Ese es el propósito de nuestra discusión del día de hoy. No cumplir con los
requisitos se debe a tres cosas en el área de ensamble:
1. Los materiales y productos para ensamblado no cumplen con sus requisitos.
2. El personal y/o las herramientas necesarias para llevar a cabo el trabajo no son
los adecuados.
3. El supervisor no ha fijado normas lo bastante altas para sus empleados.
No es necesario determinar el orden en que estas causas estén afectando sus
áreas. Todo lo que se necesita es mirar de cerca los defectos producidos y determi­
nar cuáles son sus causas.
Tomemos un ejemplo.
Caso 1
"Ensamblar", pensó Charlie Gordon, "es tan sólo hacer cosas grandes con cosas
pequeñas. ¿Por qué supones que estemos teniendo tanta dificultad para manejar
eficientemente un área de ensamblado?"
Charlie murmuraba para sí mismo mientras se encontraba, con su carpeta
en mano, cerca de la estación de reparación que atendía el ensamblado final.
Observaba mientras las unidades se desplazaban veloces, a través del proceso de
reparación. Parecía que cada día llegaban más. Toda la cadena se estaba retra­
sando, las horas extras estaban acabando con el presupuesto, el capataz de repa­
ración pedía a gritos más ayuda. El personal de control de calidad rondaba por
el taller dando muestras de desaprobación.
La vida no era muy agradable para Charlie Gordon. El superintendente le
llamó ayer para platicar. Charlie pronto descubrió que el propósito de la charla
era hacerle saber que más valía que se resolviera el problema de reparación y
pronto. Los costos se estaban disparando. ¿Tenía Charlie algunas sugerencias?
Charlie no tenía sugerencias, pero le prometió estudiar la situación y tratar
de formular alguna solución. Así que allí estaba, con una larga lista de proble­
mas y discrepancias ante él con la mirada perdida en el espacio.
"Esto no nos está conduciendo a ninguna parte, amigo Charlie", decidió,
"mejor siéntate y reflexiona sobre todo esto". Volvió a su despacho.

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 81
Las cifras hablaban por sí solas: 100 unidades por hora salían de la cadena;
14 de estas unidades requerían trabajo en la estación de reparación y 6 necesita­
ban algún tipo de retoque en la línea. Había un índice de errores de un 20% y en
cada reparación figuraban por lo general de 2 a 3 defectos por unidad.
Pensando que había que empezar por los defectos, Charlie empezó a revisar
la lista ante él:
Muchos más defectos figuraban en la lista, pero no ocurrían con suficiente
frecuencia para ser tan significativos como los anteriores. Charlie decidió que el
principal asunto a atacar era la mano de obra. Antes de montarse en su caballo
blanco, pensó que sería una buena idea asegurarse de que las causas enlistadas
eran las correctas.
Abordó a Ann Collins, una jefa de taller, con la cuestión de las operaciones
omitidas. "¿Por qué sucede, Ann, que se omitan tantos pasos? ¿Qué la gente no
se concentra en su trabajo?"
Ann respondió: " 'Concentrarse en el trabajo' no es todo. Tienes que ver todo
lo que entra en la clasificación de operaciones omitidas. Por ejemplo, supon que
falta algo, cuando la unidad pasa. En lugar de detener la cadena, sólo marca­
mos el boleto, y la unidad pasa a reparación cuando la pieza sale. No sé por qué
le llaman mano de obra. Sí hemos tenido un par de ocasiones en que alguien
omitió una operación, pero esto no sucede con frecuencia."
Charlie empezaba a sentir que estaba descubriendo algo, así que se apresuró
a hablar con el supervisor de control de producción.
"Charlie", dijo Elvin Walker, "te han engañado. Componentes faltan de
cuando en cuando, pero no a razón del 13% de las unidades. En realidad, esto es
menos de 1 en 100 , y entonces, desde luego, no se atribuye a la mano de obra.
Me temo que esos tipos de ensamble simplemente no quieren confesar sus
problemas".
Charlie empezaba a sentirse más confundido que nunca, así que decidió exa­
minar otro tipo de defecto para ver si podía entender mejor las cosas. La siguien­
te más alta en la lista era "grietas", pero la puso de lado por algún tiempo debido
a que varios departamentos contribuían a ello y ya podía imaginar los cuentos

82 LA CALIDAD NO CUESTA
que iba a oír sobre eso. Más valía seleccionar algo menos complicado, como "ras­
pones en la pintura".
"Los raspones en la pintura", dijo Ann Collins, "ocurren por una razón —el
proveedor deja rebaba en los moldeados—. Cuando nosotros hacemos los en­
sambles, la rebaba corta la pintura y produce un raspón. Si quitas esa rebaba,
los raspones desaparecerán de inmediato".
Cuando Charlie abordó al agente de compras y al analista de calidad del
proveedor, ellos no estuvieron de acuerdo con la versión de Ann.
"Desde luego que hay rebaba de vez en vez, pero los proveedores han estado
haciendo un gran esfuerzo adicional para deshacerse de ellas. Mira este lote que
acabamos de recibir. Te invito la comida si puedes descubrir una sola rebaba en
cualquiera de las piezas. ¿Por qué no les dices a esos tipos de ensamblado que de­
jen de golpear la pintura con los moldeados y sus herramientas? Eso es lo que ori­
gina los raspones."
Charlie regresó al área de reparación sólo para asegurarse de que aún estaba
allí. La única cosa que averiguó hoy fue que nadie causaba problemas. Si nadie
estaba causando problemas, ¿por qué el área de reparación estaba más y más lle­
na cada día?
Mientras Charlie busca una solución, examinemos la situación en que se en­
cuentra. Al parecer, nadie se siente responsable por los defectos que están
ocurriendo. Todos los individuos han determinado que ellos no son, desde el
punto de vista personal, la causa. Para ellos, la responsabilidad de Charlie es ha­
cerles ver a los demás lo errónea que es su forma de hacer las cosas y hacer que
empiecen a desempeñar mejor sus tareas.
Sin embargo, si nadie está fallando, ¿a quién habrá de convencer? Las uni­
dades son producidas por individuos y cada uno tiene una responsabilidad. ¿Có­
mo hacerles ver esto? En verdad el mejoramiento de la calidad no tiene la menor
oportunidad a menos que los individuos estén dispuestos a reconocer que es ne­
cesario mejorar.
Charlie reunió a los supervisores de la cadena de ensamble, control de pro­
ducción, calidad, compras e ingeniería industrial.
"Todo lo que he averiguado en mi investigación", empezó, "es que no entien­
do la razón por la que están ocurriendo estos defectos. Ninguno de nosotros pa­
rece sentirse personalmente responsable por ellos. Por tanto, quiero decirles que
asumo esta responsabilidad, puesto que se me ha encargado de eliminar los de­
fectos. Necesito su ayuda para hacerlo. Así que la pregunta que tenemos ante
nosotros es: ¿Cómo podemos evitar que yo siga causando todo este trabajo de re­
paración?"
Les repartió copias de los datos y esperó que respondieran.
Ann Collins habló primero. "Creo que hemos estado caracterizando dema­
siado a la ligera los defectos como originados por 'mano de obra'. Se puede clasi­
ficar todo de esa forma si se quiere, pero es un término muy amplio. Deberíamos
empezar a ser más específicos y determinar cosas tales como 'mal funcionamien­
to de la herramienta', 'eiror del trabajador', 'pieza omitida', 'entrega de pieza

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 83
equivocada', 'falta de entrenamiento' y así sucesivamente. Entonces, cada
categoría sería investigada por separado para determinar la verdadera razón de
su existencia."
Tim Ebons, el ingeniero de control de calidad, estuvo de acuerdo. "Podemos
hacerlo, pero esto requerirá la colaboración de todos. Es muy difícil lograr que
la gente admita que su área es responsable ahora."
Compras sugirió que se hablara con el personal de reparación, "Ellos deben
tener una buena idea de qué es lo que está ocasionando los defectos."
Llevaron la junta a reparación. Charlie explicó el propósito de la reunión, y
el jefe de reparación se mostró muy complacido de ser incluido en el esfuerzo.
Charlie les pidió que empezaran con los defectos clasificados como "operación
omitida". Algunos de los defectos enlistados en esta categoría eran:
• Dos piezas instaladas al revés.
• Omisión de una pieza por falta de existencias.
• Seis piezas a las que les faltaba un tornillo u otro disponsitivo de ensamble.
• Cuatro unidades con todas las piezas instaladas, pero con los alambres des­
conectados.
Ann Collins comentó que las cosas no le parecían tan claras como antes.
También admitió que quizá ella nunca entendió en realidad qué quería decir
"operación omitida".
Revisaron varios otros defectos y determinaron que en cada caso, el grupo no
tenía una comprensión clara y unánime de lo que significaban las diferentes cla­
sificaciones.
"Por lo visto", dijo Charlie, "tenemos que desarrollar un mejor método de
comunicación en ésta área".
El equipo estuvo de acuerdo. Durante los días siguientes cada persona hizo
una sugerencia a Tim Ebons, quien era el encargado de reunir la lista de análi­
sis. Como resultado, se desarrolló un nuevo procedimiento.
Cada defecto que ocurría más de una vez era investigado por dos miembros
del equipo para determinar su causa exacta y el método que se iba a usar para
prevenir que ocurriera de nuevo. Una vez que el personal de ensamblado sintió
que el equipo realmente deseaba eliminar los errores, empezó a hacer sugerencias
muy prácticas. La identificación de problemas, su análisis y corrección pronto se
convirtieron en rutina. Pronto, hubo menos trabajo en el área de reparación; se em­
pezó a eliminar atrasos y la operación volvió a estar dentro del presupuesto.
Ninguno de los pasos tomados era en sí excepcional, por lo general, tan sólo
respondía al sentido común. Lo admirable fue que el esfuerzo pudiera llevarse a
cabo tan rápidamente, tan pronto como todo mundo empezó a trabajar sin te­
mor a ser criticado por haber causado el defecto.
Algunas de las acciones tomadas para eliminar los defectos fueron las si­
guientes.

84 LA CALIDAD NO CUESTA
Pieza instalada al revés. Se encontró que las instalaciones al revés ocurrían
cuando un trabajador de relevo se encontraba en la línea. (La pieza en cuestión
no parece tener derecho ni revés y sólo un operario experimentado podía notar
la diferencia. Esto sucede muy a menudo con los diodos en la industria electrónica.)
Solución: Se le pidió a Ingeniería que añadiera una flecha direccional en el tronco
de la pieza. Mientras se llevaba a cabo el cambio, el agente de compras le pidió al
proveedor que diferenciara la parte delantera con una pequeña marca de pintura.
Resultado: El error no se repitió.
Tornillo u otro dispositivo de ensamble faltantes: La investigación deter­
minó que estos defectos ocurrían durante los últimos momentos del turno de tra­
bajo. Control de producción había estado colocando el número exacto de dispo­
sitivos de ensamble en las cajas de ensamble. Sin embargo, en ocasiones se caían
los tornillos o se les encontraba defectuosos. Por tanto, se le podían terminar los
tornillos al ensamblador y no quedaba tiempo para conseguir otros.
Solución: Fueron colocados tornillos adicionales en la cadena, en paquetes de re­
serva. Cuando los ensambladores requerían más tornillos, podían abrir el paquete y
proseguir. La cadena continuaba avanzando,pero el paquete abierto se convirtió
en una señal para control de producción e ingeniería industrial para que reeva-
luaran sus métodos.
Resultado: El error no se repitió.
Raspones en la pintura. Se descubrió que los proveedores estaban entre­
gando piezas sin rebabas, pero nadie había informado a los ensambladores de
este cambio. Ellos no confiaban en los moldeados debido a esto y, por tanto, es­
peraban que se produjeran algunos raspones. No eran cuidadosos al instalar.
Solución: La gerencia de ensamble puso gran empeño en identificar a los. en­
sambladores que trabajaban en cada unidad, de tal forma que cualquier raspón se
les devolviera y pudieran ser instruidos en mejores técnicas de montaje.
Resultado: Los raspones disminuyeron en forma imponente. Sin embargo, el re­
sultado más importante fue que los proveedores, después de habérseles explicado
el procedimiento, pusieron más atención a las rebabas.
Alambres desconectados. El difícil creer esto, pero las instrucciones de tra­
bajo no mencionaban en ninguna parte que se conectaran los alambres. Sólo
describían con gran detalle cómo ensamblar las piezas. Los trabajadores que los
conectaban lo hacían únicamente porque sabían que tenía que hacerse.
Solución: Se ampliaron las situaciones de trabajo.

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 85
Resultado: El defecto ocurre menos de una vez al día.
Pieza equivocada. La pieza en este caso resultó ser calcomanías. Las unida­
des especiales que se construían requerían una calcomanía de color diferente de
las que de ordinario se usaban. Además el ensamblador que estaba cometiendo
el error era daltónico y no podía distinguir entre las dos calcomanías.
Solución: El ensamblador fue transferido a otra operación.
Resultado: Aún se producen uno o dos errores al día porque la frecuencia de la
operación no es suficiente para desarrollar el hábito.
Grietas y desalineamiento. Un análisis de ingeniería industrial mostró que
la mitad de los defectos eran ocasionados por aumentos no previstos de toleran­
cia en las herramientas. La otra mitad desafió el análisis hasta que uno de los su­
pervisores notó que los ensambladores de la operación de ajuste estaban usando
una técnica de ensamble aplicable al modelo del año anterior en lugar de la re­
comendada. Un interrogatorio reveló que aquellos operarios no habían partici­
pado en las sesiones de entrenamiento organizadas para esta operación.
Solución: Los operarios fueron entrenados. Se les pidió a los ingenieros in­
dustriales que rectificaran su guía de tolerancias.
Resultado: Los desalineamientos ahora son muy ocasionales. Sin embargo, las
grietas aún existen dentro de las tolerancias de las hojas de metal originales. Se es­
tán tomando acciones correctivas en el área de estampado.
PREGUNTAS SOBRE EL CASO
1. ¿ Por qué cree usted que cada supervisor estaba tan convencido de que los de­
fectos no eran falla suya?
2. ¿Qué cambios ocurrieron cuando varios supervisores colaboraron en un es­
fuerzo común?
3. ¿Piensa usted que los supervisores les habían dado normas de realización
comprensibles a sus trabajadores? (Explique.)
4. ¿Por qué al identificar la causa de un problema, éste se vuelve tan fácil de re­
solver?
5. ¿Qué piensa usted que deba hacer Charlie para asegurarse de que estos
problemas no ocurran?
6. ¿Qué acciones deberán tomarse para asegurar el mejoramiento continuo de la
calidad? .

86 LA CALIDAD NO CUESTA
AUTOEVALUACION DEL MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD
El supervisor que se pregunte cómo mejorar la calidad en su área, deberá hacerse
las siguientes preguntas:
¿ Entiendo verdaderamente la causa de las defectos que ocurren?
¿Cuáles son los defectos que ocurren con mayor frecuencia en mi área?
¿ Cuáles de los defectos que ocurren son los más costosos de reparar?
¿ Pienso que cualquiera de ellos es por fallas de mi gente o mía?
Si es así, ¿cuáles?
Si no, ¿Quién creo que sea el responsable?
¿He hablado con los otros departamentos afectados acerca de los defectos que me
conciernen?
¿Cuáles fueron sus reacciones?
Si yo pudiera eliminar tres problemas, ¿cuáles serían?
¿Siento que soy yo en lo personal responsable por cualquiera de estos tres proble­
mas?
Sugerencia:
Seleccione uno de los tres problemas enumerados y analícelo con profundidad.
Preguntas guía:
¿Cómo sé que existe este problema?
¿Cuál es la causa aparente del problema?
¿Qué opinan los demás interesados acerca de cuál es la causa aparente? (¿Coincide
con la suya)?
¿Le ha pedido a alguien que no esté directamente afectado que lo vea? ¿Cuál fue
su comentario?
Conferencia 2: Medición del Desempeño
Supervisores, al igual que exploradores, deben saber dónde han estado para saber
dónde están, de tal forma que puedan trazar un camino para llegar a donde quieren
ir. Dicho en otras palabras: A menos que usted sepa cómo se está desempeñando
conforme avanza, nunca sabrá cuándo terminó o si ha tenido éxito. Cada
característica que forma su proyecto debe ser considerada.
Las características generales que le interesan al supervisor son el programa, los
costos y la calidad. Desde luego, que cada una de estas áreas pueden subdividirse
dado que no son más que el resultado de un esfuerzo total. Debemos ser capaces
de identificar estos componentes y medirlos, para poder saber cómo van nuestro
programa, costos y calidad.
Por ejemplo, el programa es afectado por cosas tales como escasez y ausentismo.
La calidad se verá afectada por el entrenamiento y las actitudes. Los costos serán
influidos por los salarios y las reparaciones. Enumeremos algunas otras cosas que
afectan cada una de estas características.

Discusión de Grupo:
MANEJO DE LOS PROBLEMAS 87
Siga aquí el mismo procedimiento descrito para ia Conferencia 1. Obtenga un con­
censo y escriba los puntos en el pizarrón bajo los encabezados programa, costo
y calidad.
¿Cuántos de estos puntos tienen doble o triple efecto. El ausentismo, por ejemplo,
afecta el programa reduciendo la cantidad de trabajo que puede efectuarse; afecta
el costo requiriendo horas extra; la calidad es amenazada por la posibilidad de tener
que poner personal sin entrenamiento en ciertos trabajos. Existen otras situaciones
con resultados múltiples.
¿Cuál es el objeto de reconocer las relaciones? Como verá en el caso adjunto, el su­
pervisor puede aprender a predecir lo que va a suceder a los controles establecidos
entendiendo las interrelaciones mostradas en las tendencias. Ninguna medición
aislada es suficiente para proveer esta información. Aprovechar esta información
forma parte de la técnica del supervisor para distribuir su tiempo bien. Si usted co­
noce las áreas de debilidad potencial, puede concentrarse en ellas. Si espera hasta
que el agua empiece a caer a chorros del techo en vez de actuar en cuanto apare­
cen las primeras goteras, puede ser demasiado tarde. Las cosas suceden muy rápi­
damente. A las personas les agrada pensar que ellas controlan los acontecimientos
pero, en la realidad, es todo lo contrario.
La utilización apropiada de nuestro tiempo depende de nuestra capacidad de en­
tender los acontecimientos mientras suceden y nuestro intento de lograr que
ocurran conforme a nuestros deseos.
Caso 2
"Me parece", dijo Charlie Gordon, "que las únicas ocasiones en que el viejo me
invita a una plática 'amigable' es cuando tiene algún problema difícil que plan­
tearme. Esta vez creo que ha extralimitado la parte 'amigable'. Todo lo que de­
bo hacer es mostrarle a George Thomas por qué su cadena de ensamble está
retrasada. George fue mi primer jefe cuando llegué aquí y quizá sea el supervisor
con más antigüedad que tenemos. A George no le va a agradar esto. Pero lo in­
tentaremos. Me pregunto si haría bien en ponerme mi armadura".
Muy para su sorpresa, Charlie fue recibido con amabilidad cuando entró en
el despacho de Gorge. "Me alegro que el viejo (quien era 10 años más joven que
George) te haya enviado aquí, Charlie. Quizá puedas ayudarme a hacerle enten­
der esta situación."
Charlie abrió la boca para iniciar su argumento, pero George no permitiría
que lo contradijeran. Sin atenderlo se lanzó a su propio análisis de la situación.
"Mi cadena de ensamble se retrasa ocho unidades por hora —esto significa
ochenta diarias—. Esta elevando mis costos porque tengo que trabajar horas
extras los fines de semana para acercarme al punto de equilibrio. Además de es­
to, el índice de defectos se está elevando, y he tenido que ampliar mi área de re­
paración. Todo esto ocurrió muy pronto sin ningún aviso.

88 LA CALIDAD NO CUESTA
"Ahora sé lo que anda mal, pero no he podido hacérselo entender al viejo.
Por eso es que pedí que te enviaran a ti. He hecho una lista de lo que tiene que
hacerse para solucionar el problema. Ahora, dale un vistazo y luego discutamos
la mejor forma de presentarlo a la gerencia. Si queremos tener Cero Defectos
aquí, todos tendremos que colaborar."
George se recostó en la butaca y encendió su pipa mientras Charlie recogía la
lista mecanografiada. Había cuatro recomendaciones:
1. Reducir en un 15% los requisitos de plazos de producción. (Justificación:
La gente que contratamos en estos tiempos no está interesada en trabajar
como es debido; simplemente no es capaz de llevar la velocidad actual de
la cadena de ensamble.)
2. Volver a entrenar a los inspectores para mejorar su criterio. (Justifica­
ción: La inspección pone demasiado énfasis sobre defectos menores en­
contrados en unidades que básicamente están bien. Se la pasan critican­
do marcas y grietas casi invisibles.)
3. Reorganizar el control de producción. (Justificación: las piezas agotadas
son un dolor de cabeza permanente. Nos agrada tener por lo menos dos
horas de requisitos por adelantado y la práctica actual en piezas agotadas
es de una hora.)
4. Hay que llamarles la atención a los proveedores. Qustificación: En sema­
nas anteriores, hemos agotado varias piezas lo que nos obligó a almace­
nar unidades hasta que llegaran las piezas. Tampoco han sido muy
buenas las unidades del proveedor.)
Charlie miró la lista y la dejó sobre la mesa con un suspiro. George dejó la pipa.
"Bien Charlie, veamos cómo vamos a convencer al viejo para que lleve a cabo
estas acciones. Si realmente se moviliza, estaremos de nuevo al día antes que lo
sepas."
"No creo que lo acepte, George", dijo Charlie. "Creo que él siente que no­
sotros debimos haber previsto y prevenido esta situación antes que ocurriera, y
estoy muy seguro de que no aceptará las tres primeras recomendaciones. Elestá
trabajando en la cuarta, pero nuestros estudios han mostrado que, en realidad,
no es un problema mayor. Quizá deberíamos darle un vistazo a las gráficas para
ver si podemos determinar cómo caímos en esta situación. Quizá podamos hallar
la forma de salir de esto si averiguamos cómo sucedió."
Es obvio que, a George no le interesaba mucho esta sugerencia. Golpeó la
mesa con el puño. "¡Gráficas, gráficas! ¿Qué te dicen? Yo no las necesito. Puedo
pararme al lado de la cadena y decirte cómo saldrán las piezas con tan sólo oírla.
Yo estuve en control de producción y sé cuando los inspectores reparan en pe­
queneces. Conozco todos sus trucos. ¿Qué me van a decir estas gráficas?"
Charlie lamentó no haber aceptado aquella oferta de traslado a Europa.
"Bueno, no nos pasará nada si les damos un vistazo, ¿o sí George?", pregun­
tó. "Cuando vayamos a ver al viejo, seguramente querrá saber lo que opinamos

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 89
acerca de las tendencias actuales... No podemos decirle que ni siquiera las he­
mos revisado."
George aceptó a regañadientes, y después de buscarlas por todas partes, su
secretaria por fin encontró las gráficas olvidadas. Charlie seleccionó aquellas
que describían el cumplimiento con el programa, defectos por unidad, ausentis­
mo y carencia de piezas.
"Las gráficas de costos nos pueden servir más tarde, pero empecemos con és­
tas. Si ponemos una encima de la otra, podremos ver qué estaba pasando en
cualquier momento dado."
Ambos hombres se dirigieron a la mesa de conferencias y empezaron a exa­
minar los papeles.
"Primero veamos el cumplimiento con el programa. Has rebasado las 100
unidades requeridas en cinco semanas diferentes."
"Es cierto", dijo George. "A mí siempre me agrada adelantarme un poco."
"Muy bien, pero mira lo que pasa en las gráficas de carencia de piezas y de­
fectos por unidad después de eso. Tú sabes que las piezas se programan a razón
de exactamente 100 por hora. Cuando produces más de esta cifra, estás usando
piezas que fueron programadas para el día siguiente y compradas con ese propó­
sito."
"Estos nuevos sistemas no tienen mucho sentido. Pero, ¿qué estás tratando de
decir?"
"Bien, ¿te das cuenta de que los días de íayor ausentismo siguen a los días de
más alta producción y que los días de más defectos por unidad preceden a los
de menor producción?"
"¿Y qué", dijo George.
"¿No indica esto que la principal razón por no cumplir con el programa de
producción es el índice de defectos? Cuando se tiene defectos se tiene repara­
ciones. En el caso en que se tiene reparaciones, hay menos gente disponible para
el ensamble, lo cual le produce gran tensión al personal que trabaja en la cade­
na. Se cansan o se disgustan y, ocasionalmente, se quedan en casa a descansar.
El ausentismo total está aumentando. Por el aspecto de esta gráfica, tú y yo sere­
mos los únicos que seguiremos, aquí dentro de diez semanas."
"Creo que me estás tratando de convencer de algo usando un análisis retros­
pectivo. Cualquiera puede decir que fue lo que causó algo después que sucedió
todo. Mira a los corredores de bolsa. Yo nunca pensé que fueras a profetisarme
el pasado, Charlie."
"No pretendo que el futuro pueda ser conocido con sólo recapitular el pasa­
do, George. Pero debes admitir que algunas tendencias se repiten. Creo que éste
es un caso evidente de causa y efecto. Vamos a examinar nuestra situación hoy
para ver si podemos determinar lo que nos va a suceder la próxima semana. Si
podemos predecir eso, entonces tendrás que admitir que las gráficas de tenden­
cia tienen algún valor para el supervisor al permitirnos saber cuáles son las cosas
que tenemos que prevenir."

90 LA CALIDAD NO CUESTA
"Bien, ésa proposición me intriga. Te diré que haremos. Escribe tres cosas
que pienses que van a suceder dentro de los próximos seis días de trabajo y lo
sellaremos en un sobre. Al final de estos seis días, anotaremos lo que realmente
sucedió y entonces, abriremos tu sobre. Si estás en lo correcto en dos de ellas, te
invitaré a cenar. Si estas equivocado, me ayudarás a convencer al viejo de que
sea más práctico."
Charlie empezó a imaginarse entre los desempleados, pero estaba ya muy
comprometido para detenerse.
"Está bien", dijo. "Tú obtienes una nueva copia de estas gráficas cada sema­
na. Yo me llevaré éstas y las usaré para predecir lo que ocurrirá la semana próxi­
ma. Pondremos las gráficas en el sobre."
Estuvieron de acuerdo y Charlie marcó las gráficas. Luego, se guardaron ba­
jo llave en el archivo, con la ceremonia apropiada. Al final de la siguiente sema­
na, Charlie y George se volvieron a reunir. George tenía sus gráficas nuevas asi­
das contra el pecho. "Abre el archivo y comparemos. Eso nos dará tiempo para
ir a ver al viejo esta mañana."
Después de una comparación detallada, George se dejó caer en su silla con
un aire de asombro. "Acertaste en tres entre cuatro y no erraste por mucho en la
cuarta. ¿Cómo lo hiciste? ¿Existe alguna técnica de la que yo no tenga conoci­
miento?"
Datos de Costos para el Caso 2
Predicciones de Charlie:
84 3.0 2 17
Datos reales:
21 84 2.3 2 17

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 91
"Ninguna técnica nueva George. Lo mismo de siempre. Tú también lo pu­
diste haber hecho y quizá hasta mejor que yo. El único problema que tienes es
que no te has tomado la molestia de estudiar las gráficas y obtener la panorámi­
ca completa. Creo que tienes un bloqueo mental con respecto a ellas. Todo lo
que tienes que hacer es reconocer que ya pasaron los días en que una persona
podía conservar todos los datos en su memoria. De hecho, estoy seguro que
puedes desarrollar algunas nuevas mediciones y enseñarnos a usarlas. De esto
trata nuestro programa de Cero Defectos —prevención—. Si podemos averiguar
cómo sucedieron los problemas en el pasado, entonces podremos aprender cómo
prevenirlos en el futuro. Tomé tus gráficas y las agrupé en diferentes secuencias
para comparar lo que ha pasado en las 20 semanas modelo. Marqué los puntos
de "tomar medidas" con un asterisco."
Charlie y George examinaron juntos las cifras (véase la tabla anterior).
"Ahora", dijo Charlie, "lo importante es considerar que, dentro de los límites
de tu área de control, la programación es resultado de las otras tres mediciones.
El ausentismo en algunas ocasiones aumenta y baja de por sí, pero puede en­
contrarse su origen en los defectos por unidad en tu área. Los defectos retardan
el trabajo, causan frustraciones y concentran a la gente en el área de reparación,
requiriéndose horas extras. Si te das cuenta, el ausentismo se incrementa después
que aumentan los defectos por unidad, así como también las piezas agotadas.
Tienes que tomar medidas al momento en que los defectos empiecen a aumen­
tar. Y si realmente te apegas al programa de Cero Defectos, quizá puedas elimi­
nar todos los defectos, o por lo menos estar cerca de lograrlo".
George decidió probar. En unos cuantos días, Charlie pudo reportarle con
agrado a su jefe que la situación había mejorado mucho. Sin embargo, su jefe le
encargó otra tarea. Parecía que la gente de planeación se estaba volviendo loca
con todas las solicitudes de información que estaban llegando de los supervisores
de línea después que George terminara de hablar con ellos. ¿Podría ver Charlie
qué se podía hacer al respecto?
Preguntas para Discusión
1. ¿Qué valor siente usted que tienen los datos de medición del desempeño
para el desarrollo de su trabajo?
2. ¿Siente que puede predecir tendencias?
3. ¿Qué información adicional le sería útil? ¿Quién podría proveerla?
4. ¿Cuáles son sus indicadores predilectos?
5. ¿Qué acciones específicas toma usted cuando detecta una tendencia des­
favorable en cualquiera de los indicadores?
Conferencia 3: Identificación del Empleado con su Trabajo
Esta es una frase vieja pero cierta: "El supervisor es la persona que hace cosas a
través de otros." No existe otra forma. Así que cuando consideremos nuestra

92 LA CALIDAD NO CUESTA
distribución del tiempo. Podremos ver que una de nuestras consideraciones prima­
rias es nuestra relación con aquellos que dependen de nosotros para guía, lideraz-
go y apoyo. En esta época de tecnología mecánica, la relación entre el supervisor y
el empleado es aún más importante. Conforme los trabajos de los individuos se
vuelven más especializados, ellos se hacen más difíciles de sustituir y entrenar. Ya
quedaron atrás los días en que se ponía una herramienta en las manos de una per­
sona y se le llevaba a su lugar de trabajo. Es mucho lo que depende de la relación
entre el trabajo específico y la persona específica.
Hoy en día, muchos supervisores sienten que sus subordinados están interesa­
dos en el trabajo tan sólo como fuente de ingresos. Pueden encontrar "pruebas"
de esto por todas partes si así lo desean. Dichas pruebas son fáciles de encontrar si
se les busca y si se está convencido antes de empezar, de que se encontrarán. Si se
parte de un punto de vista más objetivo, no se encontrará evidencia que apoye la
noción de que a los trabajadores sólo les interesa el salario. Considerémoslo por un
momento. ¿ En su caso particular, cuál es la razón por la que trabaja?
Discusión de Grupo:
Enumere algunas de las razones por las que trabajan los supervisores que están
presentes, teniendo cuidado de señalar que obviamente dedican mucho más es­
fuerzo, dentro y fuera del trabajo, del que se requiere en sus descripciones de
puesto. La lista, después de pasar por el coro equivocado del "dinero", incluirá co­
sas tales como sentir que se ha tenido éxito, reconocimiento, satisfacción personal
y seguridad. Señale algunas cosas que la gente no hará por dinero, tales como pe­
garle a un amigo, saltar desde 40 pies de altura, vender a sus familias, etc. El dinero
es un mecanismo que sirve para llevar cuentas y le dice qué tan bien está logrando
sus objetivos personales. No ha probado ser muy eficaz como motivador en am­
bientes industriales. (Aristóteles dijo que el propósito de trabajar es proveer para el
descanso.)
Ahora bien, si éstas son las razones por las que estamos interesados en trabajar,
¿por qué hemos de pensar que nuestros empleados son muy diferentes? He visto a
supervisores trabajar muchas horas sin recibir paga con tal de terminar una tarea
a tiempo. Los he visto regresar a la planta, tiempo después de su turno, sólo para
cerciorarse en lo personal de que algo estaba funcionando bien. ¿Por qué hacen
estas cosas?
Discusión de Grupo:
Pregunte algunas razones y quizá enumérelas en el pizarrón. Aquí, las respuestas
girarán en torno a dedicación al trabajo, deseo de completar las cosas por las que
se es responsable, promesas que se hicieron a los superiores y simplemente dedi­
cación al trabajo en general.
Si todos los empleados tuvieran el nivel de dedicación que acabamos de descri­
bir, nos desharíamos de problemas tales como ausentismo, falta de atención al de­
talle y falta de interés en el trabajo. Quizá debiéramos examinar algunas razones
por las que, muchas veces, los empleados no tienen el mismo grado de interés en
el trabajo que sus supervisores.

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 93
Discusión de Grupo:
Pida algunas razones. Si los miembros del grupo están de acuerdo, deberá ofrecer
ideas tales como: ellos no se sienten tan importantes; su trabajo está muy definido
día tras día; no tienen la misma oportunidad que nosotros de saber lo que está
ocurriendo; no tienen tanta relación con la alta dirección; no tienen la misma dedi­
cación a la compañía. Si usted obtiene respuestas como "Ellos no están interesa­
dos en progresar o en hacer un buen trabajo", pregúnteles cómo lo saben.
El ausentismo, por ejemplo, suele ser un buen indicador de interés en el trabajo o
de la falta del mismo. Una de las responsabilidades que tenemos como superviso­
res es ayudar a los empleados a identificarse con sus trabajos. Quizá haya algunas
cosas que la gerencia deba lograr en todos sus niveles para aumentar la identifica­
ción del empleado con su trabajo. ¿Qué cosas deberán considerarse?
Discusión de Grupo
Las ideas que surjan pueden clasificarse bajo el encabezado de comunicación con
el empleado. Una vez enumeradas todas las ideas, trate de seleccionar aquellas
que son responsabilidad de los supervisores. Quizá no haya muchas en esta
categoría. Discuta este punto y trate de señalar otras acciones específicas que los
supervisores pueden tomar. Por ejemplo, el supervisor puede encontrar formas de
mostrarles a sus empleados cómo se están desempeñando y hacerles entender
dónde se origina el trabajo que ellos hacen y quién lo recibe cuando ellos acaban.
Los supervisores pueden animar a sus empleados a que les cuenten sus problemas
de trabajo de tal modo que pueda encontrarse la forma de resolverlos.
Al final de cuentas el empleado ve al supervisor como "la compañía". El tipo de tra­
bajo realizado y la asistencia que mantienen los empleados son indicadores de su
relación con el supervisor. Por eso es que algunas áreas tienen mucho ausentismo,
mientras que otras tienen menos. El supervisor necesita y merece apoyo en estas
relaciones y la compañía debe considerar métodos para apoyarlo. Pero, finalmen­
te, depende del supervisor ayudar a los empleados a desarrollar una identificación
con su trabajo y quizá éste sea el trabajo más importante del supervisor.
AUTOEVALUACION PARA SUPERVISORES ACERCA DÉLA IDENTIFICACIÓN
DÉLOS EMPLEADOS CON SU TRABAJO
1. ¿Conoce usted los nombres y apellidos de sus subordinados?
Sí No
2. ¿Su índice de ausentismo fue inferior este mes al del anterior?
Sí No
3. ¿Podría elaborar una lista de sus empleados jerarquizándolos de acuerdo a su
habilidad en el trabajo? Sí No

94 LA CALIDAD NO CUESTA
4. ¿Podría elaborar una lista de sus empleados de acuerdo a su interés en el tra­
bajo? Sí No
5. ¿Han participado más del 10% de sus colaboradores en el programa de suge­
rencias? Sí No
6. ¿Alguna vez preguntan sus empleados acerca del crecimiento de la compañía
o de sus metas? Sí No
7. Si es así, ¿reciben respuestas específicas? Sí No
8. ¿Siente usted que les ha dado una norma de realización que ellos entienden?
Sí No
9. ¿Les muestra a sus nuevos empleados el resultado final de su trabajo (tal co­
mo una visita al área a donde pasa el producto después que ellos terminan)?
Sí No
10. ¿Siente que sus empleados tienen tan buena relación con usted como la tiene
con su jefe? Sí No
Calificación (número de respuestas afirmativas)
10 Debería buscar la presidencia
9 Podría ser Secretario de Estado
8 Podría desempeñarse bien como embajador
7 Deberá buscar la vicepresidencia
Caso 3
Elmer Currant miró por encima de su taza de café. Su hija estaba escribiendo
unas notas a la carrera, conforme tomaba su desayuno.
"Tengo que entregar un reporte de historia hoy papá", respondió ella a la
pregunta silenciosa de su padre. "Olvidé hacer un índice, pero tengo una hora
de estudio, así que saldré bien." Tomó rápidamente su leche, dio besos de lejos a
su familia y desapareció tras la puerta.
"Yo no sé", le dijo Elmer a su esposa. "Los muchachos de ahora no parecen
tener interés en su trabajo. Esperan hasta el último minuto para hacer todo y
luego no lo hacen bien hecho. Es como toda la gente que tenemos en la planta
ahora. Sólo hace lo que tiene que hacer, y no parece interesarle mucho hacer un
buen trabajo. Parece que cada día tengo que empujar más a mi grupo, tan sólo
para conseguir el mínimo de producción. Las cosas ya no son como antes."
Su esposa puso los "hot cakes" y la salchicha frente a Elmer y se permitió una
sonrisa de "ya he oído esto antes".

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 95
Elmer continuó su análisis entre bocados.
"Cuando empecé en la cadena de producción, había una atmósfera de traba­
jo en equipo. Nosotros sabíamos que si no hacíamos el trabajo, dejaríamos para­
dos a los compañeros. Todos participábamos en la producción. Eramos un
equipo. Ahora todo mundo trabaja para sí mismo. El otro día que se cayó una
pieza al suelo, dos tipos caminaron alrededor de ella por espacio de una hora sin
hacer ningún esfuerzo por levantarla. Cuando les pregunté por qué no la
recogían, me contestaron que a ellos no se les había caído. Nosotros no hacíamos
eso cuando yo estaba en la cadena de producción."
"Es como nuestra hija. Cuando yo tenía que hacer una tarea de historia, no
me esperaba hasta el último minuto. Esa maestra me hubiera matado. Tenía­
mos que trabajar mucho más duro, y lo hacíamos."
Marilyn Currant se quedó mirando a su esposo.
"Elmer Currant", dijo, "fui contigo a la escuela durante ocho años. Resulta
que sé cual fue tu promedio de calificaciones y resulta que sé lo que está logran­
do tu hija. Casi siempre obtiene puras Aes, y nunca ha sacado menos de B. Hace
por lo menos dos horas de tarea cada noche, más su clase de música, más su
práctica con la banda, más reuniones de scouts, más la Fraternidad Juvenil. ¿Có­
mo puedes decir que no trabaja duro? No recuerdo que tú hayas hecho todas
esas cosas".
"Bueno, quizá fui un poco duro con ella. Pero debes admitir que las cosas
son diferentes en la planta. Recuerdo a mi primer jefe —todos le trabajábamos
duro a él y a la compañía —. Siempre éramos la mejor área. A nadie le importa
ya eso. Deberías ver nuestras listas de ausentismo. Antes nadie faltaba un día a
menos que se fracturara un brazo o algo así. Recuerdo cómo en una ocasión, Ev
Brown vino a trabajar en muletas sólo porque era el periodo que más ocupados
estábamos"
"¿Qué te hace pensar que ahora es diferente, Elmer?" preguntó Marilyn.
"No estoy seguro. Parece que ellos no piensan que el trabajo o la compañía
sean tan importantes. Como dijo aquel tipo el otro día en la clase de capacita­
ción gerencial, 'Ellos no se asocian con el trabajo'. Creo que son los tiempos; to­
do resulta muy fácil."
Empujó su silla para atrás y recogió su chamarra. Conforme se dirigía a la
puerta, su esposa le preguntó: "¿Cómo se llamaba tu primer jefe?"
"Paul Terrace. ¿Por qué?"
"Dónde esta ahora?"
"Está jubilado. Se mudó al norte del estado cuando dejó la compañía hace
como dos años. Era director de manufactura cuando se fue. ¿Por qué lo pre­
guntas?"
"Me preguntaba si él opinaría que todo ha cambiado. Tú sabes, yo dudaba si
expensaría que la gente ya no se puede 'relacionar'.
"Yo puedo responder a eso", sonrió Elmer. "Su cena de despedida fue la más
grande que se ha hecho aquí. Vinieron personas de todo el país, la mayoría de
ellas con puestos importantes que trabajaran con el Sr. Terrace en alguna oca-

96 LA CALIDAD NO CUESTA
sión. Cuando dio su pequeño discurso esa noche, dijo que la gente nunca cam­
bia, sólo las situaciones cambian. Dijo que la gente siempre quiso hacer las cosas
bien y que las principales armas de la gerencia tenían que ver con las relaciones,
no con los procedimientos." Frunció el entrecejo. "Recuerdo habértelo dicho
después de la cena esa noche."
"Lo sé", dijo ella. "Sólo me preguntaba si ya lo habías olvidado."
Al dirigirse hacia la planta esa mañana, Elmer pensó en su esposa. "Supongo
que me ha dado una lección", decidió. "Quizá sí lo he olvidado. Pero aun así,
¿qué puedo hacer al respecto?"
La primera tarea a la que Elmer se enfrentó esa mañana fue la de elaborar su
plan de horas extras para la siguiente semana. Para hacer esto, tenía que deter­
minar las horas programadas, las horas trabajadas y el número de unidades re­
trasadas. Todavía tenía en mente la discusión con su esposa mientras completa­
ba su trabajo de rutina. Repentinamente se encontró con el nombre de Jane
Hampshire y por alguna razón, se detuvo. Se dio cuenta de que Hampshire
había faltado dos días la semana anterior y uno en ésta. Lo que le molestó fue
que Hampshire era una de las personas que él había identificado con potencial
para progresar. Ella era una trabajadora dedicada, siempre ocupada, y a quien
en realidad parecía interesarle el trabajo. ¿Por qué estaría faltando?
Elmer se levantó de su mesa y se dirigió a la estación de Hampshire. "Buenos
días Jane", le sonrió. "¿Cómo están las cosas?"
"Van bien esta mañana Sr. Currant. Tuvimos un par de piezas que faltaban
y tuvimos que dejar cortas a varias unidades, pero ya acaban de llegar y pudimos
alcanzar a las que les faltaban piezas y arreglarlas. Por lo menos hay dos casos que
no tendrán que ir a reparación."
Hampshire volvió a su trabajo mientras Elmer se quedó mirándola. "¿Cómo",
pensó, "puede una persona con este interés en su trabajo faltar tres días de ocho?"
"Oye Jane", le dijo, dándole una palmada en el hombro, "si puedes en­
contrar un relevo por unos momentos, ¿por qué no vas para allá? Hay algo que
me gustaría discutir contigo".
Cuando Jane se acercó, Elmer le preguntó acerca de sus ausencias y a un
tiempo, le comentó que no veía cómo una persona que mostraba tanto interés en
el trabajo pudiera faltar tan a menudo.
Jane sonrió. "Creo que debí haberlo discutido contigo antes, pero parecía
que nunca había la oportunidad. Resulta que he estado estudiando durante las
noches para obtener una licencia en bienes raíces. El comité estatal examinador
se reunió la semana pasada y necesité los dos días para tomar mis exámenes. Esta
semana tome el día para asistir a los exámenes orales. Desde luego que no sabré
los resultados hasta dentro de algunos días, pero creo que aprobé.
"¿Quieres decir que nos vas a dejar?"
"No de inmediato, pero pienso desarrollar mi carrera en bienes raíces y si en­
cuentro la oportunidad adecuada, creo que tendré que irme. Debo decir que me
agrada trabajar aquí, pero debo pensar en mi futuro."

MANEJO DE LOS PROBLEMAS 97
Cuando Jane volvió a su trabajo, Elmer comenzó a sentir que estaba llegando
a algo. Los empleados querían oportunidad, ése era el secreto. Hay muchas aquí
y no hay necesidad de buscarlas afuera. Hizo una nota para que el departamento
de personal hablara con Hampshire. "Probablemente tengamos gente de bienes
raíces", pensó.
Armado con este conocimiento, repitió la entrevista con la siguiente persona
en su lista: Joe Thompson. Interrogado acerca de la razón por sus seis ausencias
en cuatro semanas. Thompson respondió: "Necesitaba un descanso, así que me
fui de pesca. No me gusta dejar el trabajo, pero tenemos que estar allí cuando
están picando."
Otra empleada dijo:
"Mi novio vino a casa desde la universidad y fuimos a visitar a mi familia. Es­
tamos pensando en casarnos."
Para entonces Elmer estaba un poco confundido, pero continuó laboriosa­
mente:
Tenia gripe.
"Tuve que llevar a los niños al médico. Mi esposa trabaja y ella no puede ir."
"Todas las horas extras que hemos estado trabajando me agota. Necesitaba
descansar."
"Tuve una reunión con el sindicato, ¿no le avisaron?"
"Mi abuelita ha estado muy enferma."
"Fui a una entrevista a la universidad para saber si puedo regresar el año que
viene."
Finalmente, Elmer dejó las entrevistas y volvió a la información contenida en
el papel. Mediante un rápido cálculo pudo determinar que la mayoría de las
ausencias ocurrían en viernes y lunes. Se imaginó que era para alargar los fines
de semana. Sin embargo, se dio cuenta de que muy poca gente faltaba dos sába­
dos seguidos. "Eso debe ser por las horas extras", pensó.
Aún buscando alguna respuesta firme, Elmer circuló por el área de trabajo
hablando con sus empleados. Se encontró a algunos nuevos cuyos nombres no re­
cordaba y volvió a presentarse. Pero su misión principal era buscar información.
Les hizo preguntas para ver si sabían cuál se suponía fuera el programa, para
examinar sus opiniones acerca de la importancia de la calidad, y para ver hasta
dónde se identificaban con la compañía.
Al darse cuenta que sus empleados no tenían muy presentes la mayoría de es­
tas cuestiones, llamó a los departamentos de programación y calidad para pre­
guntarles si podían poner en el área, gráficas del estado del trabajo. Le costó un
poco convencerlos, pero esa tarde se colocaron las gráficas y Elmer se aseguró de
que todos las entendieran:
"Por ahí se empieza", pensó, "pero de verdad me gustaría saber cómo llegar a
comunicarme con ellos".
Aunque desanimado por la consiguiente falta de reacción, Elmer continuó
sus discusiones durante los siguientes diez días. No se notaron cambios significa­
tivos, aunque el problema de ausentismo mejoró. De hecho, el superintendente

98 LA CALIDAD NO CUESTA
vino un día a decirle a Elmer que su área había mejorado del Núm. 10 al Núm. 5
en la clasificación por ausentismo en tan sólo una semana. El quería saber la
causa de esta mejora. Elmer no la pudo decir. El supervisor le pidió que le pasa­
ra la información si lo averiguaba.
De alguna forma animado, aunque aún sorprendido, Elmer decidió dar un
paso adicional. Contactó al supervisor del área adyacente a la suya en la cadena,
y sugirió que organizaran un intercambio de personal por unos días.
"Te cambio a tres de mis trabajadores por tres de los tuyos durante una se­
mana. Entonces los regresamos. Quizá esto les ayude a tener una mejor idea del
trabajo completo."
El otro supervisor no se entusiasmó con la idea, pero aceptó hacerlo si el su­
pervisor estaba de acuerdo. El supervisor comenzó a interrogar a Elmer, pero
cambió de opinión y dio su autorización.
La operación caminó sobre ruedas. Parecía que los empleados obtenían una
mejor idea de los resultados de su trabajo por una parte y de las dificultades del
ensamble total por la otra. De hecho empezaron a ofrecerse de voluntarios en los
intercambios.
El ausentismo de Elmer empezó a bajar más aún, y todavía más notable, dis­
minuyó en forma dramática el número de rechazos. Comenzaron a desaparecer
los incumplimientos con el programa.
Elmer también se dio cuenta de que sus trabajadores lo empezaban a buscar,
para discutir sobre sus problemas y aspiraciones. Varios de quienes él pensaba
que eran trabajadores indiferentes, le indicaron su deseo de entrar al curso de
capacitación para supervisores, y pudo enviar a algunos otros a que los orienta­
ran acerca de sus carreras en el departamento de personal.
Cuando el supervisor invitó a Elmer a su oficina para que explicara a otros
gerentes el cambio logrado en su área, Elmer tuvo dificultad en explicar qué era
lo que había pasado. Enumeró todas las actividades que había llevado a cabo y
revisó los resultados. Pero no pudo decir cual de ellas había sido responsable del
cambio.
"Fueron todas, Elmer", dijo el supervisor. "Creo que están respondiendo a la
atención e interés genuino que les has puesto. Te vamos a dar algún apoyo en es­
ta área. Creo que hemos estado tan ocupados por el trabajo cotidiano, que he­
mos olvidado establecer relaciones apropiadas con nuestros empleados."
PREGUNTAS DEL CASO
1. ¿ Piensa usted que el análisis del Supervisor acerca del éxito de Elmer fue correcto?
2. ¿Qué acciones de apoyo se pueden realizar?
3. ¿Piensa usted que tales relaciones son importantes?
4. ¿Por qué originó un mejoramiento el intercambio de operarios?
5. ¿Por qué las medidas tomadas por Elmer hicieron que la gente se sintiera más
necesaria?
6. ¿Qué otras medidas piensa usted que pueda tomar el supervisor?

7
Costo de la Calidad
Vamos a espiar la reunión gerencial mensual de nuestra compañía favorita. El
contralor está dando cuenta de su análisis:
"Este mes, el inventario se incrementó en $270 358 a un total de $21 978 375.18.
Aún estamos en $9 981 por debajo del presupuesto, pero creo que se impone una
buena revisión porque la tasa de incremento se está acentuando."
"Muy buena observación", dice el jefe, quien entonces le ordena a compras averi­
guar si están trayendo el material más rápido de los que se necesita y pide que
control de materiales le proporcione un reporte detallado del inventario en proceso
para compararlo con el inventario de productos terminados.
"Las ventas están completamente dentro del presupuesto, excepto en la operación
del hotel, donde la ocupación está disminuyendo. Durante la semana, el índice de
ocupación está siendo del 98%, pero éste se abate por el índice del fin de semana
que es el 35%."
"Hmmm", dice el jefe. "Más vale que mercadotecnia ponga manos a la obra en la
elaboración de paquetes especiales de fin de semana. Algo así como 'Aleje a su es­
posa de todo'. Otórguenles una tarifa especial y una botella de champaña. Eso lo
remediará."
"Salarios del personal, está excedido en el presupuesto. Hemos estado pagando
mucho tiempo extra en la fundición y en las operaciones de prueba electrónica. Es­
to se debe al incumplimiento de programas en el grupo de ensamble. Se retrasaron
dos días el mes pasado y no han podido emparejarse." "Producción", gruñe el je­
fe, "no ha estado prestando suficiente atención a la programación. Creo que todo
se debe a esa nueva computadora, tan dispendiosa. Organice un equipo de trabajo
y averigüe lo que está mal para entregarme un reporte diario".
"Nuestra calidad se está deteriorando —hemos tenido varias quejas de clientes."

100 LA CALIDAD NO CUESTA
"No hay excusa para una baja calidad. El departamento de calidad tiene que resol­
verlo", refunfuña el jefe. "Quizá necesitemos un nuevo gerente de calidad. Quiero
mucha calidad. Doy por terminada esta reunión."
Ahora usted se dará cuenta de que todo en el reporte anterior es bastante
exacto, aún hasta los 18 cts del inventario. Todas las cosas son medidas, eva­
luadas con calma y resueltas. Todo esto, excepto la calidad, la cual simplemente
"está disminuyendo". ¿Por qué no se reporta en números esa porción de la
compañía? ¿Por qué se deja pendiente en el aire? ¿Por qué, de repente, se consi­
dera que el gerente de calidad es un inepto, mientras que los otros gerentes fun­
cionales que tienen problemas no lo son? ¿Por qué no estuvo allí?
¿Cómo es posible que no hubiera un reporte de calidad} Algo así como:
"Nuestro índice de rechazo en la inspección de recibido ha subido del 2.5 al 4% en
el último mes. Esto es debido a que las órdenes de compra para piezas estándar no
están saliendo con los requisitos apropiados de recubrimiento. Los rechazos de
tableros de circuitos impresos se han elevado del 4 al 6% debido a que se han colo­
cado operarios sin entrenamiento en la línea. Producción los ha retirado para entre­
narlos. Las devoluciones de los clientes han disminuido del 3 al 1.2%, pero esto
nos ha costado $35 491 en tiempos extras debido a las pruebas adicionales requeri­
das. Un error de ingeniería era el responsable del defecto. Se han ordenado cam­
bios y el problema quedará corregido para el día 18 del mes próximo. El costo de
calidad representa el 6.1% de las ventas y planeamos, para fin de año, cumplir con
el objetivo de 5.9%."
"Estupendo", dice el jefe, "Podremos confiar en cumplir con los requisitos,
siempre y cuando podamos descubrir a tiempo estas situaciones y tomar medidas
apropiadas. Calidad está haciendo un excelente trabajo."
La calidad no cuesta (es gratis), pero nadie va a saberlo si no existe algún ti­
po de sistema aprobado de medición. La calidad siempre ha adolecido de la fal­
ta de un método obvio de medición no obstante del hecho de que tal sistema
fuera desarrollado por General Electric en la década de 1950 como una herra­
mienta para determinar la necesidad de tomar medidas correctivas en una línea
específica de productos. En un curso que tomé recuerdo un caso, en el que se
comparaban dos líneas de productos tomando como base el costo de calidad.
La profesión de calidad, sin embargo, se mantiene fiel a los mismos concep­
tos de dirección que los hacen ser inadecuados, de tal forma que la medición del
costo de la calidad nunca fue en realidad implantada excepto de vez en cuando
por algún radical. La primera vez que se hizo en toda una compañía una medi­
ción de la calidad calculada y reportada por el contralor, fue probablemente en
el programa ITT instituido a mediados de la década de 1960.
Al calcular juntos los costos que se agrupan de manera fácil, tales como
correcciones, desperdicio, garantía, inspección y prueba, pudimos demostrar
una acumulación de gastos que hizo que el gerente de línea nos escuchara. Esto
nos condujo a poner en marcha programas más sofisticados de dirección por

COSTO DE LA CALIDAD 101
calidad, los cuales descubrieron costos en áreas tales como avisos de cambio, ins­
talación y operaciones del proveedor dentro de la planta. En la actualidad, esta­
mos aprendiendo cómo medir los costos de calidad del "servicio". Esto se aplica
no sólo a operaciones tales como aseguradoras u hoteles, en donde no hay fresa­
doras o áreas de ensamble de circuito impreso, sino a las plantas de manufactura
en sí. Consumió mucho tiempo llegar a darnos cuenta de que la mitad de la gen­
te en la más manufacturera de las plantas de manufactura, nunca toca el pro­
ducto. Y, desde luego, como individuos, todos somos personal de servicio. A
menos que seamos donadores de sangre, entonces somos plantas manufactu­
reras.
En los Caps. 10 y 11, se da una explicación detallada de cómo usar el costo
de calidad para hacer que se ponga en marcha un equipo de mejoramiento.
Aqví incluyo algunos detalles generales de las cosas que componen el costo de
calidad (al que, de aquí en adelante, designaremos con las siglas: COC).
Todo lo que en realidad necesita es suficiente información para demostrarle
a su gerencia que reducir el costo de calidad es, de hecho, una oportunidad para
incrementar las utilidades sin elevar las ventas, comprar equipo nuevo o contra­
tar personal nuevo. El primer paso consiste en sumar los costos completamente
cargados de (1) todos los esfuerzos que implica hacer de nuevo el trabajo, inclu­
yendo el trabajo de oficina; (2) todos los desperdicios; (3) garantía (incluyendo el
manejo dentro de la planta de las devoluciones); (4) garantía después del servi­
cio; (5) manejo de quejas; (6) inspección y prueba y (7) otros costos por errores,
tales como avisos de cambios en la ingeniería, cambios en las órdenes de compra,
etc. Es normal sacar tan sólo un tercio del costo real, la primer vez que lo in­
tente.
Mucha gente de dirección de calidad, parte con la idea de que les conviene si
la compañía tiene una cifra muy baja de costo de calidad. Suelen obtener cifras
tales como el 1.3% de las ventas. Entonces corren con el jefe para que éste les
aplauda. Pocos años después, su sucesor encuentra que en realidad es del 12.6%
de las ventas y se embarca en una campaña bien premiada para reducir este gas­
to innecesario. La primera persona simplemente rehusó entender que el costo de
calidad tiene poco que ver con la operación del departamento de calidad.
Para hacer más comprensible todo este cálculo a otros gerentes, es buena
idea relacionarlo con una base significativa. La mayoría utiliza un porcentaje
sobre ventas. Sin embargo, si usted está en una compañía en donde se da el caso
poco frecuente de tener elevados costos de distribución, como en la industria ali­
mentaria, usted querrá medir el COC como porcentaje del costo de ventas, o
simplemente de los costos de producción. En aseguradoras, bancos, hoteles y ne­
gocios similares, el costo de operación constituye una buena base. Lo que es en
realidad importante es que la cifra calculada sea algo que la dirección por cali­
dad pueda usar para comunicar la importancia del concepto. De esto es de lo
que trata todo el asunto de COC.
Muchos gerentes esperan, pierden el tiempo y en realidad nunca logran ins­
taurar un sistema funcional de COC. Recopilan listas interminables y clasifica-

102 LA CALIDAD NO CUESTA
ciones de cosas a considerar. Están muy preocupados por obtener una cifra exac­
ta de costos y realmente no entienden el objeto de este cálculo.
Todo esto no hace más que retrasar el resto de su programa. Como dije, el
propósito de calcular el COC es en realidad tan sólo para obtener la atención de
la gerencia y proveer una base de medición para determinar si se está logrando
mejorar la calidad. Si los gerentes invierten todo su tiempo en prepararse y asis­
tir a conferencias interminables en busca del secreto, se decepcionarán.
Una vez que una operación conoce su COC, o una buena aproximación del
mismo, se pueden fijar metas para reducir este costo. Diez por ciento al año es
una meta positiva y realista con la que la gente se puede identificar. Conforme
avance y se vuelva experto en determinar qué elementos constituyen el COC, us­
ted encontrará que la cifra base tiende a aumentar. Esto significa que debe vol­
ver atrás y aplicar esta información a cifras obtenidas en el pasado si quiere que
las manzanas parezcan manzanas.
Todos los cálculos deberán ser hechos por el departamento de contabilidad;
esto asegurará la integridad de la operación. Desde luego, le pedirán una lista de
los costos a incluir. La siguiente lista podrá ser de alguna ayuda, aunque tendrá
que añadirle elementos exclusivos de su negocio. Estas tres categorías deberán
ser suficientes en un principio; no busque detalles adicionales hasta que verdade­
ramente los necesite. Eso es lo que crea la burocracia.
Costos de Prevención
Los costos de prevención son el costo de todas las actividades llevadas a cabo pa­
ra prevenir defectos en diseño y desarrollo, compras, mano de obra y otros as­
pectos del inicio y creación de un producto o servicio. También se incluyen
aquellas actividades de prevención y medición realizadas durante el ciclo de co­
mercialización. Son elementos específicos los siguientes:
Revisión del diseño
Calificación del producto
Revisión de los planos
Orientación de la ingeniería en función de la calidad
Programa "Asegurar" (actuar con certeza)
Evaluación de proveedores
Seminarios de dirección por calidad para proveedores
Revisión de especificaciones
Estudios sobre la capacidad de un proceso
Control de herramientas
Entrenamiento para la operación
Orientación en Calidad
Planeación de la aceptación

COSTO DE LA CALIDAD 103
Programa "Cero Defectos"
Auditorías de calidad
Mantenimiento preventivo
Costos de Evaluación
Se incurre en estos costos al realizar inspecciones, pruebas y otras evaluaciones
planeadas que se usan para determinar si las piezas producidas, los programas o
los servicios cumplen con los requisitos. Los requisitos incluyen especificaciones
de mercadotecnia y clientes así como documentos de ingeniería e información
pertinente a procedimientos y procesos.
Son relevantes todos los documentos que describen el cumplimiento del pro­
ducto o servicio con los requisitos. Son elementos específicos los siguientes:
Inspección y prueba de prototipos
Análisis del cumplimiento con las especificaciones de producción
Vigilancia del proveedor
Inspección y prueba de recepción
Aceptación del producto
Aceptación del control del proceso
Inspección de empaque
Estado de la medición y reportes de progreso
Costos de Falla
Los costos de falla están asociados con cosas que se ha encontrado que no se ajus­
tan o se desempeñan conforme a los requisitos, así como con la evaluación, dis­
posición y los aspectos de asuntos del consumidor que originan tales fallas. Se
incluyen todos los materiales y mano de obra involucrada. En ocasiones se debe
incluir una cifra por la pérdida de confianza del cliente. Rubros específicos son:
Asuntos del consumidor
Rediseño
Orden de cambio para ingeniería
Orden de cambio para compras
Costos de acciones correctivas
Correcciones (repetición de trabajo)
Desperdicio
Garantía
Servicio tras servicio
Confiabilidad del producto
Una vez que usted y el contralor hayan calculado el COC para su operación,
el siguiente paso consiste en determinar qué hacer con ello. Este cálculo es la

104 LA CALIDAD NO CUESTA
única clave que tendrá para ayudar a su compañía a implantar correctamente
un programa de dirección por calidad. Busque una oportunidad y dé un discur­
so como el que sigue:
Una compañía prudente se asegura de que sus productos y servicios sean en­
tregados al cliente por un sistema directivo que no tolera las correcciones, repa­
raciones, desperdicios o cualquier tipo de incumplimientos con los requisitos
establecidos. Estos son problemas costosos. No sólo deben ser detectados y re­
sueltos lo más pronto posible, sino que debe prevenirse su incurrencia por
completo. Para darles una idea de qué tan costosos son estos problemas, déjen­
me mostrarles algunos de los costos reales en que estamos incurriendo en este
momento. (Muéstreselos en ese momento.)
Para eliminar estos costos y probar que la calidad no cuesta, debemos implantar
al máximo nuestro sistema de dirección por calidad. De esta manera podremos
eludir lo que, algunas veces, se considera como un mal necesario en un centro de
utilidades. Nuestro costo de calidad es ahora de un X por ciento de las ventas. No
necesita ser superior a un Y por ciento de las ventas. La diferencia son utilidades
brutas.
Gracias.
El COC es una auténtica bendición y cumple una finalidad única al ser utili­
zado como herramienta de la administración destinada a enfocar la atención
sobre la dirección por calidad. Usado como medida de contabilidad, tal y como
lo es el cálculo del inventario de tuercas y tornillos, se convierte en una molestia
innecesaria. Cuando la única preocupación está en ver cual operación ha dado
las cifras más exactas, no tiene sentido calcular estas cifras. Es como si alguien
con un presupuesto limitado mantuviera un expediente muy ordenado de sobre-
gastos. Procure no perder de vista la verdadera razón para realizar este cálculo.
No se pierda en pantanos estadísticos.

8
Proceso de Mejoramiento
de la Calidad
La lección más difícil que debe aprenderse en la cruzada, es que toma tiempo
lograr un mejoramiento real. La urgencia de la necesidad, lo obvio de la causa y
la claridad de la solución tienen muy poco que ver con lograr enderezar las
cosas.
Por eso es que los programas del gobierno casi siempre fallan y son desecha­
dos siempre que entra una administración nueva. Son demasiado obvias la de­
cepción y desilución de la administración anterior. El administrador achaca su
fracaso a la falta de fondos, cooperación, oportunidad, o lo que sea. Sin embar­
go, no importa de qué programa se trate, o qué tan bien fue dirigido; su éxito
potencial dependía de eventos completamente ajenos al esfuerzo del ejecutivo.
Los procesos de mejoramiento de calidad tienen problemas semejantes. De­
bido a que el mejoramiento de calidad parece una gran idea, y debido a que,
por lo general, es tan necesaria, los gerentes a menudo sienten que el solo hecho
de anunciar su concepción es la señal para organizar una cena de celebración.
Todavía asisto a reuniones de calidad en donde alguien comenta que no
pudo lograr "una verdadera comunicación con sus directivos" o "motivar a la
gente", para poner al mejoramiento de la calida en la más alta prioridad. Ellos
afirman que han tomado las medidas que cualquier profesional bien orientado
pudiera esperar y aún así están decepcionados. Aquellos colegas que han
implantado al pie de la letra el proceso de catorce pasos para el mejoramiento de
la calidad, se preocupan acerca de una inevitable caída del "entusiasmo", y bus­
can nuevos medios para mantener el proceso en un alto nivel de intensidad.
Cada vez que escucho esto, me escandalizo. Siempre me sorprendo de que
ellos se sorprendan. ¿Por qué habría de ser la calidad diferente del mundo real?
Después de todo, el método para prevenir la viruela había sido descubierto y
probado muchos años antes que la devastación originada por las epidemias se
acabara. ¿Por qué no tomaba la gente las medidas necesarias para protegerse de
tan dolorosa y repulsiva enfermedad? ¿Por qué ignoraba el simple y barato acto

106 LA CALIDAD NO CUESTA
de vacunarse, habiendo evidencia contundente de que era eficaz? ¿Por qué con­
tinúa la gente fumando tabaco, aun cuando las propias compañías tabacaleras
admiten que es un peligro evidente? Yo fumé durante treinta años, disfrutando
cada fumada, antes de ser forzado a dejarlo. Ahora que me he liberado, reco­
nozco lo verdaderamente nocivo que es fumar y no estoy tentado a regresar a
ello. Pero esto puede ser retrospectivo. Es básico que tardamos en cambiar por­
que rechazamos la novedad. El mundo es un lugar complicado e inestable. Cada
individuo aprecia las cosas en que puede confiar. "Quizá sea mejor arriesgarme
a contraer la viruela que dejar que estos extraños me rasguñen." Si usted cree
que esto es anticuado, sólo considere cuánta dificultad ha tendió el gobierno pa­
ra lograr que la gente se vacune contra la gripe. ¿Por qué? Bueno, sabemos a
ciencia cierta que la vacuna contra la gripe nos hará sentirnos mal por un tiem­
po. Y quizá no pesquemos la gripe aunque no nos vacunemos (sobre todo si los
demás se vacunan).
Tomemos otro ejemplo: el de la reurbanización. Ha costado más que cual­
quier otro programa doméstico en la historia de los Estados Unidos excepto el de
la defensa. Sin embargo, se puede decir que ambas operaciones tienen efectos si­
milares: el sojuzgamiento de ciudades y sus habitantes. La diferencia radica en
la ubicación de las ciudades.
Es obvio que, las metas de la reurbanización son inobjetables. Destruir lo
viejo y deficiente y reemplazarlo con lo nuevo y diferente. Crear empleos durante
el proceso y mejorar nuestra forma de vida. Muy rara vez ha ocurrido eso. La
gente pobre ha sido desarraigada, la de clase media ha huido de las ciudades y
los patrones urbanos construidos a lo largo de siglos de lento desarrollo y vida
verdadera han quedado destruidos en unos cuantos años. ¿De quién ha sido la
falla? No de los políticos —ellos en realidad no tuvieron el tiempo para hacer las
cosas bien porque tenían que reelegirse o gastarse el presupuesto del año en ese
mismo año.
Siempre se da una explicación por un fracaso, pero rara vez es la verdadera.
La verdad es que usted tiene que convencer hábilmente a la gente de lo que ya
sabe que es bueno. De otra forma, simplemente no cooperará. Si tiene alguna
duda, pregúnteles a aquellos que han tratado de echar fuera los barrios de
"entrenamiento para adultos" en las ciudades, suponiendo que la población se
oponía a ellos. Pero el supuesto básico está equivocado. La población no se opo­
ne al "entrenamiento para adultos". Nada más no lo quiere a la vuelta de la
esquina. Después de todo, nada sobrevive si la gente no lo apoya. No son los "ex­
céntricos" los que apoyan tales empresas, son individuos de carne y hueso con di­
nero constante y sonante.
La manera más práctica de establecer su marco de referencia cuando decida
iniciar un proceso de mejoramiento es expresarlo en términos muy personales.
Finja que usted es una compañía. De seguro, usted se conoce lo bastante bien pa­
ra saber cómo reaccionará bajo ciertas circunstancias. Entonces anúnciese a us­
ted mismo que, por su propio bien, deberá practicar un nuevo deporte. Digamos
que escogió el golf. Millones de personas lo juegan, se imparten cursos en todas

PROCESO DE MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD 107
partes y probablemente exista más información disponible acerca de los detalles
de este deporte que de ningún otro. Quizá incluso alguien haya escrito un libro
acerca de los catorce pasos para mejorar el golf a través de la prevención de de­
fectos. En ese caso, basta con anunciar su compromiso, ponerse de acuerdo acer­
ca de un criterio de medición y seguir adelante para lograr sus metas. Quizá
hasta pueda mandar hacer unos emblemas para "motivarse" a sí mismo.
Usted puede fijarse metas basadas en el mejoramiento y otorgarse premios
por sus logros. Pero esto le tomará algo de tiempo. Para jugar golf, se necesita
mucho más que el equipo y la intención. Deberá trabajar duro en ello, y dedi­
carle mucho tiempo, si quiere alguna vez jugar en realidad un buen partido de
golf-
Una iniciativa de la compañía para mejorar la calidad tiene muchos de los
mismos elementos. Debe ser bien pensada e implantada de acuerdo con un plan
a largo plazo. Requiere un cambio de actitud "cultural"; necesita llegar a for­
mar parte de su estilo de vida. Y requiere constante vigilancia de parte suya. De­
be concentrarse en ello en todo momento.
Usted como directivo tiene la obligación de exigir de su operación un conti­
nuo mejoramiento de la calidad, ya sea que esté en el negocio de la contabilidad
o en un taller mecánico. Usted como directivo tiene la obligación de proveer un li-
derazgo inteligente e imaginativo. Lo que ponga en ello es lo que obtendrá.
No es posible tomar atajos para evitar comprometerse. Todo mundo se
da cuenta si usted es o no sincero. Experimentos en "enriquecimiento del trabajo"
han mostrado esto claramente. La técnica de hacer que un grupo de individuos en­
samblen por completo un automóvil, para hacerlos sentir orgullosos de su traba­
jo, no mejoró de manera notoria la calidad, el interés o la productividad. La
gente sabía que estaba siendo manipulada.
Quienes tienen que implantar procesos de mejoramiento de cualquier tipo
en su compañía siempre sienten que los demás no los apoyan. Esto es de lo más
normal y refleja la timidez natural del ave organizacional. No nos agrada expo­
nernos demasiado, a menos que estemos absolutamente seguros de ser bien reci­
bidos. Pero la experiencia me ha mostrado que las iniciativas de mejoramiento,
explicadas apropiadamente, siempre son bien acogidas. La "explicación apro­
piada" es la que requiere algún efuerzo. Así que al buscar una forma de conven­
cer al gerente de calidad en ITT, desarrollé el Cuadro de Madurez de la Direc­
ción por Calidad. El Cuadro tiene sus propios usos, tal y como fue descrito en
capítulos anteriores. Pero en el caso del proceso de mejoramiento de calidad, es­
to es aun más importante. La pregunta que usted tiene que hacerse es: "¿Qué es
lo que tiene que hacer el jefe y los gerentes que dependen de él, para convencerle
de que en realidad quieren un proceso de mejoramiento de calidad?" La res­
puesta, desde luego, es que ellos tendrán que convencerle de que en lo personal
sienten la necesidad de mejorar la operación. Y es para eso que usted usa el
Cuadro. Envíeles una copia, pídales que la lean, y luego vaya a verlos para co­
mentar sobre ella. Haga que cada uno de ellos califique a la compañía de acuer­
do con el Cuadro. No sea muy duro con ellos. Si ellos piensan que algo pertenece

108 LA CALIDAD NO CUESTA
a "Sabiduría" y usted piensa que más bien, corresponde a "Despertar", no lo dis­
cuta mucho, Concrétese a dejar espacio para el mejoramiento.
Una vez que ha discutido sobre sus juicios con cada uno, puede reunirse con ellos
para discutir el proceso general (descrito en el caso presentado en los Caps. 10 y 11,
el cual cubre con amplitud la puesta en marcha de un proceso de mejoramiento
de calidad). Y si alguien está renuente, puede hacerle oberservar que su eva­
luación personal mostró la necesidad de mejorar.
A esas alturas, es buena idea concentrarse en las bases de la calidad. Ayúde­
les a entender lo que significa la verdadera calidad, subrayando los principios de
la dirección por calidad.
• Calidad significa cumplimiento con los requisitos y no elegancia.
• No existe tal cosa como un "problema de calidad".
• No existe la "economía de la calidad"; siempre resulta más económico
hacer bien las cosas desde la primera vez.
• La única medida de desempeño es el costo de calidad.
• El único estándar de desempeño es de Cero Defectos.
Explique el concepto de Cero Defectos (véase Cap. 10). Hágales tomar el
examen, y no olvide incluir algo. Conteste a todas sus preguntas y manténgalo
todo sencillo, evitando tecnicismos. Repítales que la calidad no cuesta.
Ellos realmente quieren creer, y en verdad, desean que ocurra. Pero su vida
es un escenario permanente de individuos llevándoles planes y proyectos que les
ayudarán a tener éxito, abatir costos, volar a la Luna y mil cosas más. Ellos sa­
ben, y usted, que la mayoría de las cosas no funcionan como debe ser.
Su principal tarea en este momento clave es mostrarles que el proceso de me­
jora ha funcionado en otras compañías y que, con su apoyo, funcionará en la su­
ya. Pero también tiene que ayudarles a entender que aun cuando habrá mejoras
instantáneas una vez iniciado el esfuerzo, tomará mucho tiempo para volverse per­
manente. Es un trabajo duro remunerador. Les dará reconocimiento a todos.
Por lo que respecta a usted, recuerde que el producto que está vendiendo y
ellos comprando, es mejoramiento de la calidad. El resultado de mejorar la cali­
dad es que mejora todo lo demás, desde las ventas hasta el ausentismo. Pero esto
es un resultado. Así que no se embarque en un montón de actividades de motiva­
ción mercadotécnica, el banco de sangre, la promoción de bonos del ahorro, o la
barbacoa anual. Mantenga puesta la vista en el mejoramiento de la calidad to­
da vez que tenga que tomarse una decisión.
LOS CATORCE PASOS
Paso uno: Comprometerse la dirección a mejorar la calidad
Acción. Hable con los directivos (todos los niveles gerenciales) de la necesidad de
mejorar la calidad haciendo énfasis en la prevención de defectos. Existen muchas

PROCESO DE MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD 109
películas, audiovisuales y otro material para apoyar esta comunicación. (No con­
funda "comunicación" con "motivación". Los resultados de la comunicación son
reales y duraderos; los de la motivación son superficiales y efímeros.) Prepare una
política de calidad mencionando que se espera que cada individuo "se desempeñe
con exactitud según los requisitos o haga que éstos se cambien con carácter oficial
de acuerdo a lo que nosotros o el cliente, en realidad necesitamos". Reconozca
que el mejoramiento de la calidad es una manera práctica de aumentar las utili­
dades.
Logros. Ayudar a los directivos a reconocer que ellos deben comprometerse a par­
ticipar personalmente en el proceso promueve una percepción más realista de la
calidad y asegura la cooperación de todos siempre y cuando haya algún progreso.
Paso dos: Equipo de mejoramiento de calidad (EMC)
Acción. Reúna a representantes de cada departamento para formar el equipo de
mejoramiento de calidad. Deberán ser personas que puedan hablar a nombre de su
departamento para comprometer a esa operación a tomar medidas. (De preferen­
cia deberán participar los jefes de departamento —por lo menos en las primeras
reuniones—.) Oriente a los miembros del equipo acerca dehcontenido y propósito del
proceso. Explíqueles su papel —el cual consiste en hacer que se tomen las ac­
ciones necesarias en su departamento y en la compañía.
Logros. Todos los elementos necesarios para hacer el trabajo están reunidos en un
equipo. En esta fase, es buena idea nombrar a uno de los miembros jefe del
equipo.
Paso tres: Medición de la calidad
Acción. Es necesario determinar el estado de la calidad en toda la compañía. De­
berán establecerse mediciones de la calidad para cada área de actividades donde
éstas no existan, y revisarlas donde sí existan. El estado de calidad es registrado
para mostrar dónde es posible el mejoramiento, dónde es necesaria la acción
correctiva y más tarde, para documentar mejoras reales.
Entre las mediciones no manufactureras, las cuales algunas veces son difíciles de
establecer, pueden incluirse las siguientes:
Contabilidad:
Porcentaje de reportes retrasados
Alimentación incorrecta de datos a la computadora
Errores en reportes específicos conforme se hacen auditorías
Procesamiento de datos:
Tarjetas perforadas desechadas por error
Tiempo muerto de cómputo debido a errores
Tiempo para volver a correr programas

110 LA CALIDAD NO CUESTA
Ingeniería:
Cambio de pedidos debido a errores
Errores de dibujo encontrados por inspectores
Emisiones tardías
Finanzas:
Errores de facturación (revisar cuentas por cobrar vencidas)
Errores en la nómina
Descuentos perdidos por cuentas por pagar
Recepción de un hotel:
Huéspedes conducidos a habitaciones sin arreglar
Reservaciones no respetadas
Ingeniería de producción:
Avisos de cambios en el proceso debidos a errores
Adaptación de herramientas para corregir diseño
Mejoramiento de métodos
Mercadotecnia:
Errores en los contratos
Errores en la descripción de pedidos
Ingeniería de planta:
Tiempo perdido por fallas del equipo
Devoluciones de reparaciones
Compras:
Cambios en órdenes de compra debido a errores
Material recibido con retraso
Rechazos debidos a descripción incompleta
Existen innumerables maneras de medir cualquier procedimiento. Quienes hagan el
trabajo responderán con gusto a la oportunidad de identificar algunas mediciones
específicas para su trabajo. Si una supervisora afirma que su área no se puede me­
dir, es posible ayudarla preguntándole en qué criterio se basa para saber quién ha­
ce el mejor trabajo, cómo sabe a quién conservar y a quién reemplazar.
Logro. Formalizar el sistema de medición de la compañía fortalece las funciones de
inspección y prueba asegurando mediciones apropiadas. Hacer que las opera­
ciones de papeleo y servicio se involucren, prepara el campo para prevención efec­
tiva de defectos en donde sea importante. Exponer los resultados de la medición
en gráficas muy visibles, sienta las bases para un proceso completo de mejora­
miento de calidad.
Paso cuatro: Evaluación del costo de calidad
Acción. Las estimaciones iniciales seguramente no serán muy firmes (aunque ba­
jas)., por lo que ahora, es necesario obtener cifras más exactas. La oficina del

PROCESO DE MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD 111
contralor se encargará de ello. Se le deberá dar una información detallada acerca
de los elementos que constituyen el costo de calidad. El costo de calidad no es una
medida absoluta del desempeño: es una indicación de dónde será rentable una ac­
ción correctiva para la compañía. A mayor costo, más acciones correctivas necesi­
tarán llevarse a cabo.
Logro. Hacer que el contralor determine el costo de calidad, elimina cualquier sos­
pecha de parcialidad en el cálculo. Más importante aún, se implanta un sistema pa­
ra medir el desempeño de la dirección por calidad.
Paso cinco: Conciencia de calidad
Acción. Es tiempo ahora de comunicar a los empleados las mediciones de lo que
cuesta no tener calidad. Esto se hace entrenando a los supervisores para que orien­
ten a los empleados, y dando evidencias visibles de la preocupación por el mejora­
miento de la calidad a través de material de comunicación tal como folletos,
películas y carteles. No confunda esto con algún plan "de motivación rápida". Se
trata de compartir, y no manipular a la gente. Este es un paso importante. Puede
ser el más importante de todos. El personal administrativo y de servicios deberá ser
incluido sin distinciones.
Logro. El beneficio real de la comunicación es que fomenta en supervisores y
empleados el hábito de hablar positivamente acerca de la calidad. Impulsa a modifi­
car, o tal vez a aclarar actitudes existentes hacia la calidad. Y sienta las bases para
los pasos de "acción correctiva" y "eliminación de la causa del error".
Paso seis: Acción correctiva
Acción. Conforme la gente se anima a hablar de sus problemas, salen a re­
lucir oportunidades para remediarlos, incluyendo no sólo a los defectos encontra­
dos por inspección, auditoría o autoevaluación, sino también problemas menos
obvios —como los ven los trabajadores por sí mismos— que requieren atención.
Estos problemas deben ser llevados a las juntas de supervisión en cada nivel.
Aquellos que no pueden ser resueltos serán en debida forma pasados al siguiente
nivel de supervisión para ser revisados en su reunión periódica. Si un área fun­
cional no lleva a cabo estas reuniones, el equipo deberá tomar medidas para con­
vocarlas en ese departamento.
Logro. Los individuos pronto se dan cuenta de que los problemas traídos a la luz,
son enfrentados y resueltos regularmente. Se adquiere el hábito de identificar
problemas y corregirlos.
Paso siete: Establecer un comité ad hoc para el programa de cero defectos
Acción. Se seleccionan a tres o cuatro miembros del equipo para investigar el
concepto de Cero Defectos y formas de implantar el programa. Desde el principio

112 LA CALIDAD NO CUESTA
el gerente de la calidad debe explicar claramente que Cero Defectos no es un
programa de motivación. Su propósito es comunicarle a todos los empleados el
significado literal de las palabras "cero defectos" y la noción de que todo mundo
deberá hacer bien las cosas a la primera vez. Esto debe ser transmitido a cada
miembro del equipo. En particular, el grupo ad hoc deberá buscar formas de adap­
tar el programa a la personalidad de la compañía.
Logro. El mejoramiento llega con cada paso del proceso global. Para cuando se
celebre el Día Cero Defectos, habrá transcurrido tanto como un año y el mejora­
miento inicial habrá descendido. En ese momento, lo sustituye un nuevo compro­
miso hacia una meta explícita y resurge el mejoramiento de nuevo. Formar comités
ad hoc para estudiar y preparar la implantación del Programa Cero Defectos asegu­
ra de que las metas del mismo reciban ei apoyo e involucramiento de los líderes
pensantes de la compañía.
Paso ocho: Entrenamiento de los supervisores
Acción. Antes de implantarse todos estos pasos, deberá hacerse una orientación
formal de todos los niveles gerenciales. Todos los gerentes deberán entender cada
paso lo bastante bien para poderlo explicar a sus subordinados. La prueba de ha­
berlo entendido es la habilidad para explicarlo.
Logro. Con el tiempo, todos los supervisores se adaptarán al proceso de mejora y
se darán cuenta por sí mismos de su valor. Entonces concentrarán sus acciones en
el Programa Cero Defectos.
Paso nueve: Día de cero defectos
Acción: El establecimiento del concepto Cero Defectos como el estándar de de­
sempeño de la compañía habrá de hacerse en un día. En esta forma todo mundo lo
entiende de la misma manera. Los supervisores deberán explicar el programa a sus
subordinados, y efectuar algún cambio en su departamento para que todos
puedan reconocer que es un día de "actitud nueva".
Logro. Instituir un "día" del compromiso para adoptar Cero Defectos proporciona
un énfasis y un recuerdo que será muy duradero.
Paso diez: Fijar metas
Acción. Durante las reuniones con sus empleados, cada supervisor requiere que
establezcan las metas que a ellos les gustaría luchar por alcanzar. Por lo general,
deberá haber metas a 30, 60 y 90 días. Todas habrán de ser específicas y cuantifi-
cables.
Logro. Esta fase le ayuda a la gente a aprender a pensar en términos de lograr me­
tas y realizar tareas específicas en equipo.

PROCESO DE MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD 113
Paso once: Eliminación de la causa de los errores
Acción. Se les pide a los individuos descubrir en una página, cualquier problema
que les impida realizar un trabajo libre de errores. Este no es un sistema de suge­
rencias. Todo lo que tienen que hacer es señalar el problema; el grupo funcional
apropiado (por ejemplo, ingeniería industrial) buscará el remedio. Es importante
que cualquier problema mencionado se atienda rápidamente —en un plazo de
veinticuatro horas—. Menciones típicas pueden ser:
• Esta herramienta no tiene el tamaño adecuado para trabajar bien con todas las
partes.
• El departamento de ventas comete muchos errores en sus formas para hacer
pedidos.
• Efectuamos muchos cambios en respuesta a llamadas telefónicas y muchos de
ellos acaban por rectificarse de nuevo.
• No tengo lugar para guardar mi libro de bolsillo.
Logro. La gente sabe ahora que sus problemas pueden ser escuchados y consulta­
dos. Una vez que los empleados aprenden a confiar en esta comunicación, el pro­
ceso puede seguir para siempre.
Paso doce: Reconocimiento
Acción. Se implantan programas de premiación para dar reconocimiento a
aquellos que alcancen sus metas o realicen actos sobresalientes. Es mejor no asig­
nar valores relativos a la identificación de problemas. Los problemas identificados
durante la etapa de eliminación de la causa de los errores deberán ser tratados to­
dos de la misma forma porque no son sugerencias. Los premios no habrán de ser
en dinero. Lo importante es el reconocimiento.
Logro. El genuino reconocimiento del desempeño es algo que los individuos en
realidad aprecian. Ellos continuaran apoyando el proceso de mejora aun cuando
como individuos, participen o no en los premios.
Paso trece: Encargados de mejorar la calidad /
Acción. Los profesionales de la calidad y los jefes de equipo deberán reunirse con
regularidad para discutir y determinar las acciones necesarias para mejora el sólido
programa de calidad que se está implantando.
Logro. Estos consejos constituyen la mejor fuente de información acerca del esta­
do del proceso de mejora y de iniciativas de acción. También reúnen a los profe­
sionales regularmente.

114 LA CALIDAD NO CUESTA
Paso catorce: Hacerlo de nuevo
Acción. Un proceso de mejoramiento de calidad típico toma de un año a dieciocho
meses. Para entonces la rotación de personal y situaciones cambiantes habrán
borrado gran parte del esfuerzo educativo. Es necesario, por tanto, integrar un
nuevo equipo de representantes y volver a empezar. Por ejemplo, el día CD deberá
ser conmemorado como un aniversario. No se necesita más que una simple notifi­
cación. O se podrá ofrecer una comida especial a todos los empleados. La idea es
que el proceso de mejoramiento de calidad es permanente.
Logro. La repetición perpetúa el proceso y, por tanto, lo convierte en "parte de la
estructura". Si la calidad no está arraigada en la organización, nunca se alcanzará.

9
El Estilo Gerencial
"Estilo Gerencial" puede ser un título equivocado para lo que quiero explicar en
este capítulo. Sin embargo, tendrá que ser así, porque estilo es una palabra que
se usa con frecuencia en nuestra cultura para describir ciertas medidas subjetivas
de desempeño.
La idea de que los ejecutivos necesitan algún tipo de "elegancia" nació cuan­
do Clark Gable invirtió sus últimos $20 en una corbata "sincera" para impre­
sionar a Sidney Greenstreet, en una película muy vieja acerca de la publicidad
llamada "The Hucksters" (Los picaros). Dado que la vida sí imita al arte, todas
las acciones extravagantes que se llevaron a cabo en esa película, ahora son pro­
cedimientos rutinarios. Gable consiguió el empleo y nosotros comprendimos la
necesidad de tener estilo.
No es mi intención desacreditar el concepto. Hay una ventaja definitiva en
saber lo que usted quiere y llevarlo a cabo con ánimo. Es una ventaja, por
ejemplo, conservar la calma en un incendio, tener siempre un comentario opor­
tuno e incisivo, mantener la cabeza cuando todos los demás están perdiendo la
suya y le están echando la culpa. Es una ventaja, y mucho de ello puede ser
aprendido. Todo lo que se necesita es entender la situación en la que nos en­
contramos todos como gerentes —y entenderse a uno mismo— . Usted puede in­
tentarlo recorriendo una lista que en breve le presentaré. Entender situaciones
requiere el reconocimiento tanto de la época que vivimos como la de las respon­
sabilidades del directivo.
Hasta hace poco, la carrera profesional de un ejecutivo próspero era bastante
previsible. Dedicaba los primeros veinte años a conocer el negocio de cabo a ra­
bo. Pasaba de cinco a diez años en trabajos de creciente jerarquía, aprendiendo
aspectos más amplios y complejos de la industria. Pasaba sus últimos quince
años dirigiendo el negocio, mientras desarrollaba métodos mejores y más efecti­
vos para seguir la pista del castor hasta su cueva. Se retiraba para convertirse
en una molestia para sus sucesores.

116 LA CALIDAD NO CUESTA
Todo esto era posible sólo porque, con el transcurso de los años, había muy
poco cambio fundamental en los mercados, productos, métodos o conceptos.
Ciertamente la tecnología avanzaba a un paso alarmante, los sindicatos se adju­
dicaban de manera hábil algunas de las prerrogativas de los directivos y los
caprichos de la economía desinflaban y saturaban en forma alterna la reserva
monetaria. Había éstos y otros problemas, pero en algún lado se había escrito
acerca de ellos. Todos habían sido experimentados antes, en una forma u otra.
El plano para adaptarse había sido archivado. Por lo menos, uno podía saber lo
que no funcionaba o lo que había fallado.
Cada generación mira a sus predecesores y comenta que las cosas ciertamen­
te son diferentes ahora. Esta generación puede mirarse a sí misma y hacer el mis­
mo comentario. Hace diez años, el mercado para una compañía estadounidense
eran los Estados Unidos de América, Europa y una pequeña parte de Latino­
américa. Nadie se preocupaba por el Cercano Oriente. Nadie pensaba en el
África. Los economistas tenían tres gráficas: Estados Unidos de América; Euro­
pa Occidental; y Otros.
Hoy en día, la riqueza mundial se está derramando poco a poco hacia parte
de ese "Otros": el Cercano Oriente rico en petróleo. Las compañías de los Esta­
dos Unidos de América deben vender como locos para recuperar algo de ello.
Los nuevos inversionistas son personas cuya complicada cultura está siendo asi­
milada con rapidez por quienes disponen de bienes raíces para vender. Las man­
siones de Beverly Hills, los nuevos grandes hoteles con clientela internacional, los
intereses minoritarios en compañías de industria básica —todos están siendo
comprados por este dinero nuevo—. ¿Qué debe hacer el directivo moderno res­
pecto a esto?
Hace diez años, ¿quién había oído hablar de paridades monetarias? Mucha
gente todavía no sabe lo que es. Pero si usted tiene tratos con una compañía que
opera a nivel internacional sí lo sabe. Esta práctica contable requiere convertir
algunos activos (deuda, cuentas por cobrar, etc.) a su valor en moneda local ca­
da trimestre.
No es necesario vender los activos ni hacer algo con dinero contante; todo lo
que tiene que hacer es tomar esa cifra en moneda local y convertirla a moneda
de los Estados Unidos de América, de acuerdo a la tasa de cambio vigente. En­
tonces anota esa cifra en la línea de abajo. Si es mayor de lo que fue el trimestre
anterior, tendrá que declarar la diferencia como ingreso. Si es menor, tiene una
pérdida. Si el dólar estadounidense se ha debilitado en comparación con la mo­
neda local durante el trimestre, usted ha perdido utilidades, y no existe forma
alguna de controlarlo. No puede preverlo, excepto creando reservas. De cual­
quier forma, ha perdido una voz en el control financiero de su compañía.
El empleo, o simplemente la mano de obra, ha ^ambiado de manera dramá­
tica y continúa cambiando. A finales de los años cuarentas y a principios de la
década de 1950, la gran preocupación de los líderes sindicales era que la "auto­
matización" fuera a destruir a la mano de obra remplazándola con brazos y
ruedas artificiales. Esto no sucedió. La mecanización de las líneas de ensamble

EL ESTILO GERENCIAL 117
tan sólo abatió los costos y aumentó las ventas. La mano de obra creció junto con
las ventas.
Ahora, sin embargo, se están requiriendo menos manos para producir
muchos productos. En el tiempo pasado la construcción de centrales telefónicas
requería miles de personas ensamblando relevadores mecánicos. Ahora este
equipo es electrónico. Los relevadores pueden ser producidos químicamente. La
elaboración del producto requiere menos mano de obra. Los costos por mano de
obra se concentran en la prueba y selección, y gran parte de esto se ha automati­
zado.
Como resultado de gastos sociales (prestaciones, planes de jubilación antici­
pados, etc.) las regiones que antes constituían una fuente de mano de obra bara­
ta, tales como algunos lugares de Europa y Japón, ahora sólo ofrecen mano de
obra costosa. Muchas compañías manufactureras en el mundo entero están des­
cubriendo, para su sorpresa, que los Estados Unidos son su productor más econó­
mico.
Países africanos y del Cercano Oriente están contratando compañías occi­
dentales para "crear" economías instantáneas. Se celebran contratos en los que
una compañía construye una planta, una ciudad y una industria para un país
subdesarrollado. Ciudadanos locales serán traídos desde los campos, montañas y
desiertos para aprender a trabajar en fábricas, vivir en ciudades y participar de
la vida moderna. (Se supone que ellos podrán entonces ahorrar suficiente dinero
para retirarse al desierto y hacer allí lo que hacen en la actualidad.)
Estos son experimentos interesantes. Brindan una gran oportunidad para
"mejorar" estilos de vida que no han cambiado en cientos de años. No sé si pro­
curarán una mayor felicidad. Después de todo, muchas culturas se han desplaza­
do desde sus granjas a las industrias, y el cambio no ha producido satisfacción.
Yo fui criado en Virginia Occidental, en donde la "ciudad de la fábrica" era una
forma de vida. Por nada en el mundo volvería a vivir en una de esas, ahora.
El problema que enfrenta el ejecutivo para comprender y utilizar fuerza la­
boral se complica por el hecho de que la gente no está interesada en hacer algo
sólo porque se le ha dicho que lo haga. Es preciso establecer y reforzar en todo
momento una buena comunicación para mantener participando e informados a
los empleados. Algunas grandes corporaciones encontraron para su sorpresa que
prácticas estrictas consistentes en girar muchas órdenes simplemente no eran asi­
miladas por los jóvenes trabajadores con educación. No basta con diseñar una
fenomenal operación de ensamblado; tiene que hacer que la gente quiera parti­
cipar en su manejo.
Cuando se trata de entender el propósito y el trabajo de una compañía, no
existen diferencias claras entre los diferentes niveles de una organización. No
puede dejarse fuera a nadie. Las órdenes enviadas para ser obedecidas pueden
ser regresadas con preguntas que requieren respuestas. Y es la responsabilidad
del ejecutivo ver que se den estas respuestas. Los profesionales del departamento
de personal son los menos susceptibles de dar respuestas satisfactorias a quienes
preguntan acerca del proceso de mejoramiento de calidad. Por lo general, se en-

118 LA CALIDAD NO CUESTA
cuentran una generación atrás en su forma de pensar. Sin embargo, por lo me­
nos están en una generación adelante de la mayoría de los empleados de más
edad.
Otro cambio significativo que requiere la atención de la gerencia es la
energía. Nuestra moderna sociedad indusrial ha sido construida con energía,
principalmente de combustibles fósiles. Los embargos petroleros, aumentos de
precios y problemas de transporte nos han hecho admitir por fin que esta provi­
sión es limitada. Algún día se agotará. Entre tanto, nuestra total dependencia de
estas fuentes ha hecho más para cambiar la economía del mundo que cualquier
otra cosa desde el Diluvio. En lo personal, creo que debemos pagar el precio que
ellos pidan para comprar su petróleo y dejar el nuestro bajo tierra hasta que lo
necesitemos. De esta forma, será nuestra la última llamarada.
Se disponen de otras fuentes de combustible. Cada día el Sol transporta, más
combustible del que podamos utilizar. Existe vapor subterráneo. Puedo
vislumbrar el día en que fuentes individuales de combustible estarán a disposi­
ción de cualquiera. Será como el inicio de la era de la computadora.
Cuando por primera vez aparecieron computadoras a precios accesibles, ca­
da compañía, universidad y gobierno quiso adquirir la suya. Entre más grande,
mejor. La idea era que cada organización tuviera una de estas enormes má­
quinas que podían hacerlo todo. Entonces, podían rentarle tiempo a otras perso­
nas para que ellas pagaran la máquina. Esto creó una revolución informática
que aún no es manejada apropiadamente.
Ahora, la nueva tecnología permite que las minicomputadoras hagan el tra­
bajo que antes hacían las computadoras gigantes. El departamento de Nóminas
puede tener su propia computadora. El personal de investigación puede tener
una. El que cada departamento tenga la suya elimina la espera, la programa­
ción — y la construcción de imperios— por aquellas personas que dominan el in­
comprensible lenguaje del "software". Y el precio está disminuyendo. Muy pron­
to, cada hogar podrá tener corriputadoras conectadas a sus líneas telefónicas y
pantallas de televisión. Información instantánea y comunicación. Pague sus
cuentas por teléfono. Haga que sus propios ojos realicen la caminata.
Este mismo patrón puede surgir en el campo de la energía. Cada hogar o
centro comunitario podrá disponer de una fuente de combustible, tomando
energía del Sol y distribuyéndola para usarla como electricidad. Esto significa
que los automóviles podrán, por lo menos, hacer sus viajes locales con acumula­
dores, requiriendo gasolina sólo para distancias largas. Podremos sobrevivir e
incluso crecer, en un mundo como éste, pero sólo si aprendemos nuevos conceptos
de dirección.
Si usted reúne estos cambios, tendrá problemas gerenciales de los que nunca
le hablaron en la escuela de negocios. Se dan situaciones sin precedente. Pueden
ser manejadas, pero sólo por alguien que tenga mucho estilo gerencial. Necesita­
mos personas enteramente dueñas de sí mismas, y capaces de pensar en forma
creativa y de implantar sus ideas a la vez que permanecer lo bastante relajadas
para anticipar y evitar futuros peligros.

EL ESTILO GERENCIAL 119
Parte de ese estilo depende de la cantidad de potasio concentrado en las
neuronas adyacentes, y esto es algo ajeno a su control. Pero mucho de ello puede
ser aprendido. Usted puede usar la siguiente lista de diez puntos sobre el estilo
gerencial para autocalificarse como "regular", "super" o "espectacular". Usted
decidirá qué hacer con todo esto.
Escuchar Implantar
Cooperar Aprender
Ayudar Dirigir
Comunicar Seguir
Crear Aparentar
Existen otras características importantes, tales como la integridad y la com­
pasión. Estas facetas son vitales y fundamentales del carácter que no pueden ser
aprendidas o mejoradas notablemente desde afuera, pero usted no tendrá éxito
en la dirección de negocios sin ellas. De hecho, es difícil pensar en cualquier pro­
fesión a la que la gustaría pertenecer, que no exija de parte de usted mucha in­
tegridad y compasión. Sin embargo, ésas no constituyen el estilo.
El propósito de examinar cualquier aspecto de su estilo gerencial es determi­
nar cómo aprovecharlo mejor. Si usted quiere alcanzar sus metas en este mundo
tan complejo, tendrá que ser mejor que el vecino. Usted no tiene que ser injusto,
ni negativo. Pero sí necesita sacar partido de las cualidades que posee.
ESCUCHAR
Cuando realicé una gira promocional para mi libro: El Dulce Arte de Salirse con
la Suya (McGraw-Hill, 1972), la mayoría de los entrevistadores estaban interesa­
dos en las diez leyes de la dirección situacional. La lista proveía un formato que
se ajustaba con precisión al tiempo dispuesto para la entrevista. Funcionó muy
bien. No me entusiasmaría la idea de volver a pasar por todo eso de nuevo, pero
fue una oportunidad interesante e instructiva. La ley que más agradó a todo el
mundo fue la décima: Realmente nadie escucha. Todos tenemos algo que decir
y nos la pasamos buscando a alguien que nos escuche. Después de todo, si una
perla de sabiduría cae de sus labios cuando no hay nadie cerca, y se pierde, no
tendrá ningún valor.
El mejor cumplido que puede hacérsele a una persona, es asimilar el conte­
nido e intención de lo que tenga que decir. No sólo la trama superficial de las
palabras reunidas. La mayoría de nosotros somos capaces de hacer esto. No, us­
ted debe concentrarse en lo que está detrás de las palabras. Escuche en realidad
al transmisor. ¿Tiene problemas la persona? ¿Quiere ayuda? ¿Está diciendo algo
queriendo decir otra cosa? ¿Qué es lo que en realidad sucede?
La mayoría de nosotros esperamos con paciencia a que el que está hablando
termine de hacerlo, para tomar nosotros la palabra. Si usted lo duda, acerqúese
a un compañero golfista y dígale "Me golpeé el tobillo la semana pasada y me lo

120 LA CALIDAD NO CUESTA
rompí". El dirá, "Una vez casi me fracturé la rodilla". El no preguntará cómo si­
gue su tobillo hasta mucho después, si es que lo hace. Cuente una historia de
terror acerca de algo que le sucedió a usted en la bolsa de valores o, aunque sea,
en el estacionamiento. Su interlocutor le contará otra historia, quizá más impre­
sionante.
A pesar de esto, usted debe escuchar y preguntar hasta que esté seguro de
haber captado el mensaje. Con franqueza, debo advertirle que descubrirá un
mundo interesante y enteramente nuevo. En cuanto las personas se den cuenta
de que usted está dispuesto a tomarse el tiempo para entenderlas, se tomarán el
necesario para ordenar sus pensamientos en conceptos que sean más fáciles de
entender. Usted puede incluso crearse algún auditorio. Entonces podrá alcanzar
un estado en donde haya verdadera comunicación. Estará transmitiendo y cap­
tando significados verdaderos.
En cuanto tenga una base para eliminar o prevenir malos entendidos, el éxi­
to estará al alcance de su mano. Nada más importante y más difícil de lograr
que la comprensión verdadera.
COOPERAR
Formar parte de un equipo no es una función humana natural, sino aprendida.
Los participantes en un deporte de contacto tal como el fútbol americano,
aprenden pronto que el resto del equipo determina la valía personal en función
de la determinación de cada miembro del equipo para cooperar. El jugador no
sólo debe hacer que se ejecuten las jugadas, sino también proteger a los demás.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombarderos aprendieron a volar
juntos para poder sacar provecho de sus múltiples sistemas de defensa aérea. No
había oportunidad para alardear en el aire. Los jugadores de baloncesto que
lancen la pelota indiscriminadamente, no la recibirán muy a menudo. El caza­
dor que espante a la presa no será invitado de nuevo.
Cooperar con otros para realizar una tarea es una de nuestras más nobles fae­
nas. También es uno de los aspectos más productivos de los gerentes con estilo.
El conjunto es en realidad más grande que la suma de sus partes. La sinergia sólo
funciona si le deja operar. Y cuanto más la impulse, más lo apreciarán a usted.
La cooperación no significa que tenga que renunciar a ninguno de sus prin­
cipios. Usted puede abandonar un equipo y unirse a otro si el suyo decide asaltar
la tesorería. Asegúrese de que el equipo sea digno de usted, así como usted debe
ser digno del equipo. Espere sólo lo mejor. No se conforme con menos. Una for­
ma segura de lograr cooperación exitosa es ayudar a convertir en ganador a un
equipo al que no le esté yendo muy bien. Reúna a la gente; vuelva a las bases;
administre; dirija. Los mismos principios se aplican en sus relaciones con los in­
dividuos. Aquellos que se sabe que trabajan con otros por una causa común, son
reconocidos como gente de confianza. La gente de confianza no hace grandes
enemigos conforme desempeña su labor. Esa es una gran ventaja.

EL ESTILO GERENCIAL 121
Pero más que nada, no sea apático. Con toda seguridad se le ignorará. Los
gerentes ignorados no pueden cooperar con nadie.
AYUDAR
Ayudar y cooperar no es lo mismo. Ayudar implica dar, sin esperar de inmediato
nada a cambio. Es permitir que alguien se apoye en usted sin que, luego, tenga
que apoyarlo a usted. Al estar cooperando, ambos, juntos, están dependiendo
de algo para apoyo mutuo.
En la vida de la corporación, ayudar tiene que ver con el allanar el camino a
otros, no importa que ellos sepan o no que usted lo está haciendo. Es estar dis­
ponible cuando alguien necesita a alguien; es hacer un elogio a alguien que lo
merece; no es hacer mal un comentario de alguien que lo merece. Es decirle a
alguien la terrible verdad, tal como, que tiene mal aliento. Es ofrecer un présta­
mo personal discreto, sin hacer mucho aspaviento al respecto.
Para ayudar en una forma positiva, deberá estar de manera genuina interesado en
la gente y en resultados. No puede fingir ésta, aun si lo intenta, porque la verdadera
ayuda es desinteresada. Y, desde luego, debe tener la paciencia de esperar hasta
que el individuo reconozca que en realidad necesita ayuda. De otra forma, usted
puede causar más daño que bien. La ayuda debe ser pensada cuidadosamente,
como una donación de la Fundación Rockefeller. Un ejemplo interesante de
ayuda mal dirigida es la forma en que los alcohólicos han sido "ayudados" por
sus familias en el transcurso de los años. Al ser tolerantes, al ocultar los inciden­
tes, al arreglar "segundas" oportunidades, las familias han propiciado que las
víctimas se volvieran más dependientes de la droga y, en realidad han contri­
buido a su caída. En el caso del alcoholismo u otro abuso de drogas, la ayuda
proviente de aquellas acciones que fuerzan al individuo a enfrentar la realidad.
En la vida de los negocios es difícil demostrar a unos amigos que los sistemas
que están instalando son contraproducentes. Es difícil hacerles ver que van por
mal camino. Si usted está preparado para ofrecer tal ayuda en forma apropiada,
muy pronto puede convertirse en un "entrometido". Pero si usted confía en que
su afán de ayudar responde a una preocupación genuina por el individuo y no es
en pro de sus propios intereses, entonces la ayuda será aceptada.
COMUNICAR
De todas las funciones individuales que conozco la que más esfuerzos y menos
logros genera es la comunicación personal. Terapia del lenguaje, cursos de me­
joramiento de la personalidad, meditación trascendental, expresión corporal
— éstas y muchas otras actividades han sido desarrolladas por las personas con la
esperanza de mejorar su comunicación— . Por lo general, alcanzan un mejor en­
tendimiento de sí mismas, que es de lo que tratan la mayoría de estas actividades,

122 LA CALIDAD NO CUESTA
pero fallan en mejorar su comunicación. No entienden o no creen en una verdad
fundamental: que tienen que poseer algo que decir.
Escogí deliberadamente la palabra "comunicar" para esta característica por­
que, para dar a entender sus pensamientos se necesita mucho más que sólo
hablar. Su ropa, modales físicos, peso, pulcritud y numerosas otras cosas trans­
miten mucho acerca de usted, a menudo con tal claridad y elocuencia que las
palabras que usted elija decir pueden no ser escuchadas.
Existen tres actos básicos de comunicación: escribir, pronunciar discursos
(charla preparada) y conversar.
Escribir es como el putting.* Lo mejor es que sea breve y directo; no con­
viene que sea largo y curvo. Escribir le ayuda a ordenar sus ideas para que otros
las puedan entender. Quizá escriba frases resonantes y solemnes; lo suficiente
para levantar ejércitos. Puede ser que unos albañiles lo consideren uno de sus ac­
tivos principales, tan ocupados que están en grabar sus palabras en muros de
mármol. Quizá más probablemente sea usted como el resto de nosotros y batalle
todo el tiempo para hacerse entender. Si usted cree esto, está en el camino del
mejoramiento. Escribir es la más difícil de las artes de la comunicación. Cuando
usted se dirige a un auditorio, recibe algo de retroalimentación conforme avan­
za. Puede detectar confusión, aburrimiento o somnolencia. Leer es un acto pri­
vado y usted nunca puede saber si alguien entiende lo que ha escrito, a menos
que esta persona dé evidencias de que ha entendido —o malentendido— . Hacer­
se entender es una difícil faena. Pero si usted tiene éxito, puede lograr más de lo
que nunca soñó.
El discurso preparado es un método de comunicación gratificante, a la vez
que fatigoso. Siempre me causa asombro el que un discurso en realidad bueno
no parezca preparado cuando, sin embargo, toma tanto tiempo elaborar uno.
El no preparar en debida forma cualquier discurso es la peor muestra de presun­
ción. Es un insulto directo a su auditorio, el cual siempre se da cuenta, Quizá se
lance sobre usted en vez de salirse a enfrentar al enemigo.
Aproximadamente en los últimos quince años, los auditorios se han vuelto
muy exigentes con quienes se dirigen a ellos. Su experiencia con campañas
políticas en la televisión, el auge de los círculos de conferencias y las discusiones
en programas de televisión, les han abierto los ojos. Por esta única razón, es ne­
cesario que, desde un principio obtenga orientación en su carrera como confe­
rencista. La Toastmasters International no es propiamente una organización de
profesionales, pero ofrece, con mucho, el mejor método para aprender cómo ser
aceptado por un auditorio de individuos de carne y hueso. Se recomienda obte­
ner ayuda profesional para aprender cómo elaborar un discurso, pero los Toast­
masters son la mejora forma de adquirir confianza y camaradería.
La conversación es algo que todos estamos seguros de poder manejar. No es
la mejor materia para muchos, quizá porque sienten que requiere poca prepara-
* En el golf, es un golpe suave que se le da a la pelota para que entre en el hoyo. (N. del T.)

EL ESTILO GERENCIAL 123
ción y atención. Los gerentes inteligentes se escuchan a sí mismos y aprenden
cómo mejorar. Aprenden cosas tales como lo importante que es mirar a los ojos
de la otra persona; cuándo tocarlas y cuándo no; cuándo abstenerse de ser listo o
gracioso; cuándo permanecer callados.
Todos estos factores de comunicación —escribir, hablar en público y
conversar— proyectan una imagen de usted en la pared mental de cada persona.
Lo que ellos ven es lo que piensan que es usted. Usted puede sentir que es algo di­
ferente y quizá en realidad no sea lo que está proyectando. Pero lo que parece
ser, por lo general es. Piense en aquella gente que conozca, a la cual desapruebe
en algún aspecto. Probablemente crea que lo hacen a propósito. No es así.
CREAR
Hay quienes piensan que la creatividad es cuestión de estructura genética. Usted
es o no creativo. Sospecho que este análisis es correcto cuando se trata del arte
puro o incluso de actividades deportivas. Pero en el mundo gerencial usted
puede aprender a ser creativo.
Usted puede crear soluciones a problemas complicados con ser el único que
desmenuce aquel problema complicado hasta sus causas básicas. Una vez ex­
puestas estas causas, surge una solución creativa —si es que la puede reco­
nocer—. Por desgracia, la mayoría de las personas se dan por vencidas antes
que eso.
La habilidad para resolver problemas puede ser adquirida; existen muchas
técnicas y conceptos para aprenderla. Sin embargo, la técnica más práctica es
interrogar a la gente de línea que tenga que ver con el problema. No al personal
gerencial, sino a los trabajadores. Me he ganado bien la vida durante muchos
años con dirigirme de manera directa a la posición de prueba o inspección y pre­
guntar cuál es en realidad el problema. A los operarios les encanta que a alguien
le importe su opinión. Ellos comparten conmigo el hecho de que los errores se es­
tán incrementando debido a que gente sin entrenamiento está siendo colocada
en sus áreas; o que el nuevo equipo de prueba no ha sido calibrado aún; o que a
los empleados no les cae bien el gerente de línea. Ellos le dirán las cosas tal y
como son y le ayudarán a encontrar una solución. Naturalmente, usted debe
asegurarse de que ellos obtengan el debido crédito y deberá absorber cualquier
descontento.
Otra fuente de creatividad consiste en profundizar en las ideas de otros o to­
mar viejas ideas y actualizarlas. Pero asegúrese de dar crédito; habrá mucho que
recorrer.
Para el estilo gerencial, el aspecto más importante de la creatividad es el no
adquirir el hábito de contar su falta de habilidad creativa. Alguien podría creér­
selo. Probablemente menos de un décimo del uno por ciento de los habitantes
del planeta son en realidad creativos, esto es, capaces de desarrollar un concepto
original a partir de una idea original. No es necesario sentirse menos si resulta

124 LA CALIDAD NO CUESTA
que usted no pertenece a ese grupo. Con frecuencia son incomprendidos, subes­
timados y, de cualquier forma, en gran medida, solitarios.
IMPLANTAR
El directivo o gerente más valioso es aquel que primero puede crear y luego
implantar. Existen tan pocos de éstos, que si usted encuentra alguno, deberá
guardar el secreto. Más numerosos son aquellos que pueden implantar un con­
cepto ajeno o añadir sus propias mejoras a métodos ya existentes. Ellos valen su
peso en derechos petroleros árabes. La mayoría de los gerentes sólo pueden
seguir directivas (lo cual no es un valor malo en sí mismo, aunque carente de
imaginación) y los verdaderos implantadores son respetados, apreciados y bien
pagados.
Cada jefe sueña con encontrar subordinados que puedan aceptar una tarea,
determinar la mejor forma de realizarla y luego regresen con el resultado alcan­
zado: Una persona capaz de manejar algo como: "Baja el inventario a los niveles
del año pasado", o "Necesitamos ingresar en la industria del condensador", o
"Estos meseros son demasiado lentos, haz que trabajen más rápido".
Sólo se trata de hacerse cargo, indagar los problemas básicos, determinar
una solución práctica, vendérsela a todo el mundo y ponerla en práctica. Nada
extraordinario, ninguna autoridad especial, nada de preguntas. Sólo hacerse
cargo y ser el Sr. o la Sra. Confiable.
Así son los procesos de mejoramiento de calidad. Muchos gerentes de la cali­
dad se frustran porque quieren autoridad absoluta —un compromiso firmado
de que todos cooperarán—. Si usted pudiera obtener eso de inmediato, no
necesitaría administrar nada. Quizá también estuviera usted en el lugar equivo­
cado. Si ellos pudieran obtener todo eso, no lo necesitarían a usted.
APRENDER
Siempre me pongo a pensar cuando la gente me pregunta, "¿Qué estudiaste en
la Universidad?" ¿De qué te sirve eso? La gente, de todas formas, no hace lo que
aprendió en la Universidad para vivir. La administración, a menos que usted es­
té en un verdadero campo profesional como la química, medicina, metalurgia y
cosas similares, es un conocimiento general. Cuanto más información tenga
acerca de todo, especialmente de gente y dinero, más será lo que pueda lograr.
Por tanto, es esencial nunca dejar de aprender. Tomar cursos formales
cuando sea posible, es una manera segura de aprender algo. Pero es más impor­
tante tan sólo leer y escuchar. Lea todo. Lea por lo menos una revista diaria y
tres o cuatro libros al mes (sobre cualquier tema, desde historia hasta sexo). Ten­
ga varias buenas conversaciones cada semana. Y no se vuelva adicto a la misma
rutina de diversión. Manténgase vivo y sin compromisos.

EL ESTILO GERENCIAL 125
No es posible saber lo que usted necesita aprender. Por tanto, deberá buscar
siempre nuevas experiencias. No serán de su agrado algunos de las nuevas revis­
tas, películas, o culturas. Pero son reales. Debe entendérsele un poco, tan sólo
para saber cómo tratar con ellas o con el efecto que crean. Usted no puede desa­
parecer las partes del mundo que no le agradan. Es muy útil poder relacionar
acciones modernas con otras del pasado. Casi nada es nuevo y casi todo solía ser
peor.
También es buena idea el aprender una nueva actividad importante cada
cinco años. Aprenda a tocar el órgano; juegue tenis o practique el esquí a campo
traviesa; pinte. Todo esto es estimulante y retador; ejercitar en todo tiempo los
músculos del aprendizaje en su cabeza. Evita que usted se convierta en esa perso­
na a la que usted conoce tan bien, que tiene una respuesta negativa para cada
nueva idea y perdió mucho entusiasmo por la vida. Esa persona ha dejado de
aprender probablemente a la edad de usted. Pero es imposible impedir que
ocurran cosas dignas de aprenderse.
DIRIGIR
Muchas veces, dirigir es tan sólo averiguar hacia dónde va la gente y entonces saltar
al frente gritando "Síganme". Muchas veces noes así. Los líderes se comunican giran­
do instrucciones comprensibles y dando el ejemplo. Dirigir significa comuni­
car objetivos de tal forma que sean entendidos con precisión, asegurando el
compromiso de los individuos hacia esos objetivos, definiendo métodos de medi­
ción, y luego dando el impulso para lograr que se hagan las cosas. Es un trabajo
muy duro y que nunca termina. Tiene que mantener a todos ocupados. El líder
que se queda sin trabajos que dirigir, pronto será reemplazado por alguien más
interesado en trabajar duro.
Usted conoce, desde luego, todas las ideas convencionales acerca de los
problemas que implica ser un líder: las largas horas; las ansias de saber si todos
los bombarderos regresarán; los problemas para elegir entre quienes van en as­
censo y aquellos que van en descenso. Usted, de alguna manera sobrevirá a los
problemas.
A lo que quizá no sobreviva es a algo que destruye a la mayoría de los líderes.
Ese algo es una creciente convicción de su infabilidad individual, la idea de que
sólo ellos pueden ver la luz que se oculta a los demás. "¿Por qué seré el único ca­
paz de hacer cualquier cosa?"
La causa de esto es el cambio constante de las reglas por parte del líder. Si el
líder es el único que sabe qué juego se está jugando, entonces el líder es, por su­
puesto, el único que puede ganar. Muy poca gente impone deliberadamente
reglas arbitrarias. Es el resultado natural de un proceso en el que están pensando
a futuro en una dirección que sus subordinados no conocen. Dado que los subor­
dinados no conocen la lectura de la brújula, quizá estén pensando con la misma
intensidad en otra dirección. La inevitable revelación de la diferencia hace que

126 LA CALIDAD NO CUESTA
el líder pierda confianza. Esto produce titubeos por parte de los dirigidos, con
todo lo que ocasiona este titubeo. El resultado es una enfermedad que paraliza a
la organización.
La única cura es una mente abierta —un efoque abierto en el cual surgen
ideas y se proponen guías de acción— abiertamente. Un liderazgo cerrado se es­
tanca. Tanto Napoleón y Hitler, quienes fueron amos absolutos de sistemas
políticos, dejaron el mismo legado; es decir, en absoluto ninguno. Nadie recogió
su bandera política y la llevó adelante. Ellos cerraron por completo toda la cir­
culación. En ambos casos fue un espectáculo solitario, y sus programas murieron
con ellos.
SEGUIR
No es fácil ser un buen seguidor. Servil, sí. Obediente, fácil. ¿Pero, bueno? Eso
es difícil. Un buen seguidor debe anhelar los mismos resultados que su líder. No
necesariamente necesita el seguidor poseer metas idénticas, pero sí debe tener el
deseo de alcanzar los mismos resultados.
Un buen seguidor se toma el tiempo necesario para cerciorarse de que enten­
dió la petición del jefe lo mismo que sus palabras. Los buenos seguidores no "in­
terpretan" las órdenes del jefe para otros y se concentran en sus propias áreas de
actividad. Todo esto no es con el propósito de restar eficacia o coartar la inventi­
va; sólo es un requisito para reducir la confusión.
Los buenos seguidores deseosos de extender su esfera de influencia obtienen
su promoción y se trasladan a actividades de más alto nivel. Ellos no desperdician su
tiempo apropiándose de un rincón de la cueva del líder. Se expanden hacia un
área donde pocas cosas están sucediendo, y lo hacen con la plena autorización
del jefe. Por lo general, el conflicto destructivo no logra nada, excepto retrasar
la acumulación de desperdicios repartibles.
El arte de seguir no habrá de ser visto como algo que debe aprenderse tan só­
lo para cumplir por vía de mientras, alguna tarea, con miras a convertirse en la
máxima autoridad. Usted nunca, nunca se libra de ser un seguidor. Puede al­
canzar un nivel en donde su líder sea un Consejo de Administración, o puede al­
canzar cumbres tales que el único líder que quede encima de usted sea "el
pueblo". Pero, como usted sabe, el pueblo tiene su manera de recordarle a los
líderes políticos quién es el que mueve las cosas.
Estudie para ser seguidor. Dirigir vendrá solo.
APARENTAR
Esta es una habilidad que es mejor dejar sin desarrollar. Siempre se presenta la
ocasión en que usted olvida qué es lo que está aparentando ser. Si quiere ser un
actor, sea un buen actor. Pero fingir todo el tiempo es un estilo gerencial dema­
siado espantoso como para que usted lo adopte.

EL ESTILO GERENCIAL 127
RESUMEN
Escuchar: No hay mejor cumplido que escuchar verdaderamente lo que al­
guien tiene que decir.
Cooperar: Usted no sólo hace que se ejecuten jugadas, también protege a
otros en el proceso.
Ayudar: Deje que alguien se apoye en usted sin esperar que, luego, este al­
guien lo apoye a usted.
Comunicar: No debe dejarse al azar el cómo se comunica con los demás.
Crear: Las soluciones originales son resultado de un arduo trabajo para des­
cubrir problemas que no tienen nada de originales.
Implantar: Llega la ocasión en que alguien tiene que hacerse cargo del tra­
bajo. .
Aprender: Cuando tenga una respuesta para todo usted sabrá que ha deja­
do de aprender.
Dirigir: Los líderes comienzan a fallar cuando empiezan a creer en lo suyo.
Seguir: Usted nunca alcanzará la etapa en que no trabaje para alguien, así
que aprenda a ser bueno en ello.
Aparentar: Si usted va a ser un actor, sea un buen actor, mas no se meta en
la administración.
ESTILO GERENCIAL: ¿BALLET O HOCKEY?
Su estilo gerencial deberá ser natural y deliberado. Un estilo natural es el más
conveniente y útil. Sin embargo, usted puede poseer unas cuantas características
que no son ni adorables ni útiles. Identifíquelas y deshágase de ellas. Pero más
que nada, prepárese. Esté listo para cuando se presente la gran oportunidad. Se­
pa lo que habría de contestar si Walter Cronkite, de pronto, le pusiera un micró­
fono en la cara, preguntándole ¿qué haría usted?
Considere la diferencia entre el ballet y el hockey.
El hockey es un juego que requiere la aplicación instantánea de habilidades
aprendidas y naturales para una situación siempre cambiante. Se deja caer el
disco de goma, y comienza un evento original. La acción continúa hasta que se
anote, termine el juego o suene el silbato. El jugador debe saber cuándo ser agre­
sivo y cuándo retroceder. No existe ningún guión; no hay descanso. Sólo hay ac-

128 LA CALIDAD NO CUESTA
ción, fuerza y lucha. El hockey es un deporte emocionante, como lo es su estilo.
Pero no es un buen estilo gerencial.
Un ballet es diseñado deliberadamente, discutido, planeado, examinado y
programado con detalle antes de su puesta en escena. La colocación de cada
pierna, la oportunidad de cada movimiento, el desenvolvimiento de la trama, el
ritmo de la música son todos —pensados y planeados con esmero hasta el último
detalle. Sin embargo, debido a la creatividad de los artistas y la orientación del
auditorio, cada función es un original. El ballet es un medio de comunicación.
También es un estilo gerencial práctico y eficaz.
Suponga que una organización descubre que muchos de los problemas ac­
tuales que sufre son originados por nuevos empleados que no están siendo bien
entrenados antes de ser puestos a trabajar. Es obvio que, la organización va a
tener que pedir a los departamentos operativos que, en el futuro, sean más cui­
dadosos en el entrenamiento. Encargado de la tarea de corregir esta situa­
ción, Hockey le escribe un memorándum al gerente general para que lo firme,
diciendo en términos concretos que "en lo futuro, a los empleados se les asignará
trabajo sólo después que sus habilidades hayan sido verificadas por el departa­
mento de calidad". El resultado son varios días de sentimientos heridos, conflictos
y ultimátums, y quizá la contratación de varias personas para "aprobar habili­
dades".
Ballet, por otra parte, les pide a los departamentos afectados que se reúnan
para discutir sobre el tema. Mostrando la evidencia clara y fríamente, Ballet
propicia que el grupo llegue a la conclusión de que "no hemos estado entrenan­
do bien a los nuevos empleados antes de meterlos a las operaciones".
Después de una discusión, aquellos involucrados están de acuerdo en ejercer
una disciplina mejor controlada. Se le pide al departamento de calidad que su­
pervise en forma regular los avances y el equipo encargado de resolver el proble­
ma se reúne una y otra vez hasta que éste quede resuelto. Ballet les ha hecho
saber a estos departamentos que el juego se acabó; tendrán que hacer aquello
que desde un principio debían estar haciendo. Sin escándalo ni aspavientos. Sólo
resultados positivos y productivos.
Si usted es capaz de considerar la situación y encontrar una manera
específica de solucionar un problema específico, será respetado. Si usted golpea
por todos lados, aplastando el problema mientras daña las paredes y a los es­
pectadores se le calificará de peligroso. Hockey recibe llamadas telefónicas
frenéticas, memoranda, visitas, indagaciones, impugnaciones y actividad conti­
nua. Para el administrador con estilo "hockey", lo normal son vacaciones abre­
viadas, viajes cortos y largas horas de trabajo. Existe la satisfacción de haber
planteado y resuelto muchos problemas, pero la mayoría de ellos tienen que vol­
verse a "resolver" cada vez que se presenten. La escuela gerencial al estilo
"ballet" sufre pocas interrupciones imprevistas. Las metas se cumplen con regu­
laridad, las vacaciones se toman conforme fueron planeadas y el tiempo extra es
ausente de su vocabulario. Los problemas que surgen se corrigen pronto con la
destreza de una nana inglesa.

EL ESTILO GERENCIAL 129
Hockey es detección, Ballet es prevención. Ambos estilos son posibles dentro
del marco convencional de la Dirección por Calidad. Pero solamente la pre­
vención procura las recompensas y satisfacciones que usted merece. La alta
dirección desea que su función de calidad prevenga los problemas por completo.
Quiere que los problemas que surjan sean enfrentados de inmediato, sin emo­
ción, agitación ni gasto. No le interesa que una u otra vez se le pongan papeles
bajo su imperial nariz para ser firmados como evidencia de "apoyo". Quiere ase­
gurar la calidad. También deberá usted asegurarla.
La calidad es gratis, pero no es un regalo.

SEGUNDA PARTE
La Acción:
Proceso de Mejoramiento
de la Calidad
de la Corporación
El problema más grande que enfrentan los directivos es cuando se espera que ellos
logren todas las cosas que han estado diciendo que podrían lograrse si todos les hi­
cieran caso. Deben ponerle acción a sus ideas. Pero todo sale bien si se toman el
tiempo necesario para aprender de la experiencia de los demás. De los cientos de
procesos de mejoramiento de calidad de que he sido testigo a través de los años, nun­
ca he visto uno que no haya tenido éxito cuando la operación siguió los catorce pa­
sos — así fuera de un modo vago—. El caso de la HPA ilustra un ejemplo de la vida
real, que muestra cómo programar e implantar una operación de mejoramiento de
calidad. Quizá reconozca, en este relato, algunos estilos de dirección. Ciertamente
reconocerá las actitudes. Le agradará saber que, al final, todo resulta bien.
El caso ha sido usado como un auxiliar educacional con diversos grupos de ge­
rentes y profesionales de todas las ramas. Al ejecutar los diferentes papeles y dis­
cutir los pasos a seguir, han aprendido anticipadamente cómo manejar las si­
tuaciones. Como resultado, han regresado a sus compañías, implantando el proce­
so y se han convertido en grandes héroes.
Todas las pruebas de actitud, todas las discusiones, y todas las juntas necesa­
rias están incluidas en este caso. La Tercera Parte contiene la guía del instructor.
Le sugiero que primero lea el caso completo, examine la guía y luego vuelva a leer
el caso, haciéndose las preguntas de la guía.
El desarrollo del caso tiene el propósito de ser divertido de leer y de lograr.
Piense en su propia compañía después que lo haya leído una vez. Entonces, ade­
lante. El mejoramiento de la calidad le está esperando.
Y ahora, sigamos con nuestra historia...

10
Historia del Proyecto
(Varios empleados y miembros de las familias).
Hugh Gibbon, Vicepresidente y Gerente General de la División de Electrodo­
mésticos de la Corporación HPA durante tres años, había estado arrastrando a
la anticuada productora y distribuidora de pequeños aparatos electrodomésticos
hacia una penetración de su tradicionalmente bajo umbral de utilidades. Había
instituido enfoques modernos de administración, y sentía que la división pronto
alcanzaría el punto en donde pudiera producir dinero. De alguna manera
parecía que esto nunca iba a ocurrir. Siempre surgía un problema excepcional
de lo que antes pareciera madera brillantemente pulida.

134 LA CALIDAD NO CUESTA
Hace dos años, fue el descubrimiento repentino de que los componentes que
estaban siendo usados en la línea de televisores personales habían "empeorado"
de manera misteriosa, resultando en una tasa acelerada de fallas tempranas en
el uso. Esto hizo que el gerente de servicio de campo, Ralph Lowell, fuera dando
de gritos a la oficina de Hugh. Ralph acababa de solicitar treinta y cinco emplea­
dos adicionales para manejar este problema, cuando la gerente de mercadotecnia
estalló. Por lo general, Katie Norton se alteraba poco sin llegar a estallar, pero
el enojo evapora la serenidad. "Ahora los distribuidores desconfían de nosotros",
dijo, "y más vale que pongamos en marcha nuestra calidad, o nos veremos en un
gran, pero grandísimo apuro".
El Gerente de calidad, Alien Fielding, reaccionó ante el problema sacando
de inmediato los componentes marginales de la bodega e iniciando acciones
correctivas en compras. Estaba seguro de que no volvería a suceder. Además, su
ingeniero de calidad había preparado un nuevo manual de reparación para el
personal de campo, el cual simplificaba los trabajos de reparación. Estuvieron
de acuerdo en que podía haber estado peor.
Seis o siete meses después de esto, otra burbuja afloró a la superficie. Esta
consistía en una súbita acumulación de inventario de bienes terminados, de tos­
tadores y asadores de mesa. Una investigación exhaustiva realizada por el geren­
te de producción, Will Ellis, mostró que dos errores diferentes en el programa de
cómputo para control de producción habían ocasionado erróneamente la pro­
ducción de estas unidades. Mercadotecnia tuvo que liquidarlas de alguna forma,
lo cual hizo, con una pérdida significativa.
Pequeños incendios ardieron, fueron apagados, y luego reaparecieron en al­
guna otra parter de la operación. Las reuniones del personal se convirtieron en
sesiones de recriminaciones. A todo el mundo se le echaba la culpa, pero nadie
era responsable.
La productividad estaba decayendo y los rechazos aumentaban poco a poco
a lo largo de la operación. Los vendedores estaban "desanimados" con el pro­
ducto. Por ser almas temperamentales reaccionaban a los problemas específicos
que habían visto y los amplificaban quizá más de lo que eran en realidad. Nadie
negaba que los vendedores estuvieran realmente descontentos, y ello empezaba a
notarse. "No más descontentos que yo", pensó Hugh.
Los distribuidores también estaban reaccionando negativamente. HPA
vendía a través de ferreterías y tiendas de electrodomésticos, propiedad de particu­
lares y, por tanto, dependía de la buena voluntad de aquellos distribuidores
independientes. Dicha buena voluntad, a su vez, giraba en torno de la credibili­
dad y el desempeño del producto. Aunque HPA tenía talleres de reparación en
las áreas de mercado más grandes y personal de servicio de campo, los problemas
recientes habían anegado sus esfuerzos. Por tanto, tal y como lo requieren las le­
yes matemáticas, las reparaciones empezaron a retrasarse cada vez más y más.
En la última reunión del personal de Hugh, Alien, el gerente de calidad,
presentó el estado de programas vigentes de acciones correctivas y el estado de
calidad. Había mejoras en algunos aspectos, pero bajas en otros. La situación en

HISTORIA DEL PROYECTO 135
conjunto si bien no empeoraba, tampoco mejoraba. Fielding expresó el punto de
vista de que empezaban a controlarlos y quizá vieran un giro completo en los
próximos meses. El personal de producción respaldó esta declaración, y un aire
de optimismo empezó a animar la reunión. Hugh hizo preguntas difíciles acer­
ca de las aciones correctivas que se estaban llevando a cabo. Le satisfizo el que
los equipos organizados por Al estuvieran iluminando los aspectos realmente im­
portantes de los problemas. Todo el personal confirmó su intuición de que esto
era lo que debía hacerse.
A consecuencia de este análisis, Hugh pensó que debía tomar algunas accio­
nes positivas. La reunión anual de ventas estaba programada para la siguiente
semana, Hugh había planeado promocionar su discurso, por lo general cautelo­
so, acerca del futuro de la industria de los pequeños electrodomésticos en gene­
ral y de la HPA en particular. Pero esta vez, le dijo a Kate, él hablaría acerca de
la calidad y de cómo las acciones positivas que se estaban llevando a cabo
eliminarían los problemas que aquejaban a la corporación.
La idea fue acogida con entusiasmo. Al reunió ciertas gráficas para usarlas
en la presentación; la contralor, Alice Wagner, dibujó curvas de crecimiento y se
redactó el discurso.
Los vendedores apreciaron mucho el discurso de Hugh. Era el tipo de seguri­
dades que necesitaban. Kate estaba contenta, Al complacido y Hugh más tran­
quilo. Sólo Ralph Lowell no lo había aceptado por completo.
Jalando hacia un lado a Hugh con gesto discreto, le preguntó qué intentaba
hacer respecto a los problemas. Señaló que todas las acciones que se estaban de­
sarrollando eran para remediar problemas existentes. Enfatizó que podían ha­
ber sido prevenidos. El gerente de campo admitió que no sabía realmente qué
hacer al respecto, pero sentía que debía existir alguna forma de enfrentar la
tempestad al paso antes que llegara al valle y azotara a los granjeros.
Eso vino a amargarle la reunión a Hugh.
Lo que en realidad le molestaba era que todo fuera tan obvio. Si puede de­
tectar los problemas cuando son pequeños, es posible eliminarlos casi sin esfuer­
zo ni gasto. Mejor aún, si puede encontrar primero que nada, por qué tiene esos
problemas, entonces puede evitar toda la molesta situación.
De pronto, se le hizo evidente a Hugh que su programa de "alivio" era entera­
mente inadecuado. Podía pasarse el resto de sus días saltando de una crisis a
otra. Debía haber una mejor forma. Resolvió encontrar una solución a esta si­
tuación.
Algunos días más tarde, Hugh llamó al gerente de calidad a su oficina. Des­
pués de asegurarse de que no serían molestados, Hugh comenzó a hablar.
Dijo, "Al, creo que tenemos en nuestras manos una situación que no hemos
tratado adecuadamente. Quiero estar seguro de que entiendas que no te estoy
echando la culpa. Has estado haciendo todo lo que te he pedido, y lo has hecho
muy bien. Los equipos que has organizado han estado resolviendo nuestros
problemas de producto y servicio. Y creo que tu reporte de la situación es exacto
y útil".

136 LA CALIDAD NO CUESTA
"Sin embargo, tenemos un problema que, creo, a ambos nos corresponde re­
solver. Este problema, como lo veo, consta de dos cosas. Primera, toda la
compañía se dedica a remendar cosas en lugar de prevenirlas. Segunda, creo que
nosotros, como altos directivos, tenemos una actitud equivocada hacia la calidad.
Tratamos de hacer apenas lo indispensable para salir del paso. ¿No es así?"
Al no estaba seguro de cómo reaccionar. Estaba de acuerdo con Hugh, pero
no estaba seguro si era una idea sensata el demostrárselo. En el fondo, Al no
tenía fibra de mártir. Así que asintió sin comprometerse. Hugh, absorto en sus
propios pensamientos, no pareció notarlo. Siguió hablando, mientras que el ge­
rente de calidad cada vez más incómodo se retorcía en su silla.
"Hay que reconocer que se necesita un cambio de actitud por aquí, y necesi­
tamos asegurarnos de que este cambio de actitud sea positivo. Necesitamos que
todo el mundo se interese en la prevención de defectos. Ahora, creo que el traba­
jo del gerente de calidad es implantar y creo que el mío es iniciarlo. ¿Qué opinas
al respecto?"
Al pensó por un momento y contestó:
"Hugh, si de lo que estás hablando es de un proceso de mejoramiento de cali­
dad, y creo que a esto te refieres, sería una cosa maravillosa para esta compañía
y para mi trabajo en particular. ¿Es eso lo que quieres?"
Hugh asintió y contestó; "Exactamente. Quiero empezar a interesar a la gen­
te para que haga las cosas mucho mejor de como las hemos hecho, y deseo ha­
cerlo lo más pronto que sea posible. ¿Puede hacerse?
"Claro que sí, Hugh. Claro que sí. He estado leyendo hace poco acerca de un
proceso de catorce pasos para inculcar la actitud de prevenir defectos. Parece
funcionar donde es bien aplicado, y ha producido grandes resultados, por lo que
he leído en estos artículos."
Hugh se levantó. "Magnífico, eso es lo que iniciaremos. Ahora, llamemos al
resto del personal y digámosles lo que vamos a hacer. Podemos echar a andar el
proceso mañana. Tú serás el responsable. Motivaremos a todo el mundo."
Al se levantó también, pero alzó la mano hacia Hugh.
"Oye, espera un momento. Esa debe ser la forma equivocada de empezar.
Creo que tú y yo necesitamos asegurarnos de que entendemos la situación, el
programa y qué es exactamente o que está involucrado, antes que podamos invo­
lucrar a todos los demás. ¿Puedo tomar unos minutos más de tu tiempo?"
Hugh se recargó en la silla, viendo a aquel gerente de calidad con otros ojos.
Enderezó la cabeza, pensó un momento y entonces sonrió. "Estoy empezando a
creer que estás buscando la manera de que yo soy parte del problema, y que si
me apresuro a embarcarme en una cruzada motivacional, empeoraré aún más
las cosas. ¿No es así?"
Para consternación de Al, se sonrojó un poco ante el comentario, y habién­
dolo hecho, se dio cuenta de que no se necesitaba respuesta. Hugh se sentó de­
recho en su escritorio y tomó su cuaderno de notas.

HISTORIA DEL PROYECTO 137
"Bien, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Vamos a empezar con lo que nece­
sitas de mí. Primero, oriéntame y luego dame un resumen de esos catorce pasos
de que hablabas para que pueda leerlos esta noche. Es obvio que, no se nada de
mejoramiento de la calidad ni de motivación. Acláremelo por favor, señor."
Al pensó un momento y luego decidió que la mejor táctica sería desplegar to­
do. Se inclinó hacia adelante de forma que pudo mirar a su jefe directamente a
los ojos y empezó.
"Bien. Bueno Hugh, como dije, he estado estudiando este asunto del mejora­
miento de calidad. Dado que estoy en esto, déjame también aclararte algo. He
tenido una idea equivocada de todo esto, hasta hace poco. Por ejemplo, allí
tienes Cero Defectos. Siempre pensé que Cero Defectos era un concepto motiva-
cional en el que se suponía que uno debía mostrarle a la gente carteles, y pro­
nunciar algunos discursos para que firmaran un compromiso. Habiendo hecho
esto, te podías sentar y dejar que todo mejorara. Como eso era lo que pensaba,
deduje que sólo era un montón de tonterías poco profesionales. La mayor parte
de la literatura en la profesión de la calidad apoya esta creencia."
"Sin embargo, encontré que algunas compañías estaban teniendo mucho
éxito con CD, y que este éxito se sostenía por mucho tiempo. Deduje que debía
haber algo más detrás de esto. Créeme, lo hay. CD es la clave para el mejora­
miento de la calidad, y comienza aquí en esta oficina."
Hugh se inclinó hacia adelante. Estaba muy interesado.
"¿Quieres decir que me quieres motivar con algunos canelones y discursos?"
"¿Realmente no", sonrió Al. "Realmente no. Lo que quiero decir es que tene­
mos que fijar una norma de desempeño muy claro para nuestra gente y tenemos
que hacerlo de una manera sincera. La sinceridad empieza con nuestra dedica­
ción a ello. Aquellos que han usado el programa CD durante un tiempo, dicen
que ellos nunca entendieron de dónde salió la idea de que se trataba de un
programa de motivación. Tan sólo se trata de fijar estándares de desempeño que
nadie pueda malinterpretar y entonces iniciar un ejercicio de comunicación en
dos sentidos para informar a todo el mundo acerca de ello. Como dijiste antes,
todos estamos trabajando con diligencia en el asunto equivocado. Podemos tra­
bajar en forma igualmente ardua en lo correcto". Hugh frunció la frente.
"No podemos darnos el lujo de ponerle chapa de oro a todo, o regalar toda la
tienda. Si quieres tener cero defectos en todo, necesitaremos contratar 300 ins­
pectores. La gente se frustraría tan sólo por fallar de cuando en cuando. Me
suena impráctico."
Al golpeó con su dedo con firmeza en el escritorio. "De ninguna forma es así,
Hugh. Lo que es CD es la actitud de prevenir defectos. Significa 'haz las cosas
bien desde la primera vez'. Eso es todo. Haz lo que dijiste que ibas a hacer cuan­
do llegaste a trabajar. Si todo el mundo hiciera eso, estaríamos muy adelanta­
dos. La mayoría de los problemas que tenemos son sólo por falta de atención.
Nosotros, como gerencia, no hemos insistido en que se hagan bien las cosas. Mi­
ra, tengo una breve cinta grabada que explica el concepto CD tal como fue ori­
ginalmente pensado. Después que lo oigas, te daré una lista de los pasos que ne-

138 LA CALIDAD NO CUESTA
cesitan para alcanzar el día en que tengamos un programa CD en toda la
compañía, y te hablaré acerca de las acciones que siguen para apoyarlo. ¿Estás
de acuerdo?"
Hugh asintió.
"Parece buena idea. Pero antes que pongas la cinta, déjame hacerte una pre­
gunta. Suponiendo que todo esto tenga sentido para mí, ¿qué tan pronto pode­
mos empezar nuestro proceso formal de mejoramiento de calidad?"
"Jefe", sonrió Al, "ya hemos empezado''. Fue muy rápido por el pasillo a su
oficina, regresó con el tocacintas y puso la grabación.
Los productos de la industria no son lo suficientemente buenos. Las quejas de los
clientes están aumentando; hay demasiado desperdicio. Aquellos productos que
funcionan sin problemas lo hacen porque hay inversiones fuera de toda proporción
en pruebas, inspección y servicio. Muchas compañías gastan el 10, 15 y hasta el 20
por ciento de sus ventas en dólares, en desperdicio, correcciones, garantía, servi­
cio, prueba e inspección. Los errores que producen este desperdicio son ocasiona­
dos de manera directa por el personal de la compañía, tanto por los empleados
como por los directivos.
Para eliminar este desperdicio, para mejorar la operación, y hacernos más eficien­
tes, debemos concentrarnos en prevenir los defectos y errores que nos azotan. El
defecto que es prevenido no necesita reparación, ser examinado o explicarse.
El primer paso consiste en examinar y adoptar la actitud de prevenir defectos. Esta
actitud es llamada en términos simbólicos: Cero Defectos. Cero Defectos es un es­
tándar de dirección que la gerencia puede transmitir a los empleados para ayu­
darles a decidirse a "hacer el trabajo bien, desde la primera vez".
La gente se condiciona a creer que el error es inevitable. No sólo aceptamos el
error, sino que lo anticipamos. Ya sea que estemos diseñando circuitos o progra­
mando una computadora, planeando un proyecto, soldando juntas, escribiendo
una carta, terminando una cuenta del libro mayor o montando componentes, no
nos molesta cometer algunos errores, y la dirección planea que estos errores
ocurran. Nosotros creemos que los seres humanos tenemos un factor de error "in­
nato".
Sin embargo, no sustentamos el mismo criterio cuando se trata de nuestra vida
personal. Si lo hiciéramos, nos resignaríamos a que se nos diera de menos al
cobrar nuestros cheques de nómina. Esperaríamos que las enfermeras de los hos­
pitales dejaran caer al suelo a cierto porcentaje de todos los recién nacidos. No nos
sorprendería periódicamente dirigirnos a una casa equivocada en lugar de la
nuestra. Como individuos, no toleramos estas cosas. Así que tenemos un doble es­
tándar — uno para nosotros y otro para la compañía.
La razón para esto es que la familia crea para nosotros una norma de desempeño,
más alta que la que nos fija la compañía.
Resumiendo, debemos determinar si nosotros, como directivos, hemos manifesta­
do claramente nuestros deseos a aquellos que nos buscan para pedir guía y orien­
tación. Debemos proveer un estándar comprensible y constante para el desempe­
ño de la calidad.

HISTORIA DEL PROYECTO 139
Consideren las tres áreas básicas de desempeño en cualquier organización: costo,
programa y calidad. Todas éstas son vitales para tener éxito. Cada una requiere el
establecimiento de un estándar de desempeño que no pueda ser malentendido.
Tomemos el costo. Todo el mundo entiende qué significan $2.35. Podría haber al­
guna discusión acerca de qué hacer con el dinero, pero todo el mundo entiende su
esencia. Se fija un presupuesto, y el estándar es coordinar trabajo y fondos.
El programa también tiene una base común comprensible: el tiempo. Todos usa­
mos los mismos calendarios y relojes estándar. Las fechas de entrega y termina­
ción se especifican en contratos y requerimientos. Cumplimos con las fechas o no.
Ahora, ¿cuál es el estándar existente de calidad?
La mayoría de las personas hablan acerca de un NAC —un nivel aceptable de
calidad — . En realidad un NAC significa un compromiso, antes que iniciemos el tra­
bajo, a producir material imperfecto. Déjeme repetirlo; un nivel aceptable de cali­
dad es un compromiso, antes de iniciar el trabajo, para producir material imperfec­
to. Por tanto, un NAC no es un estándar directivo. Es una determinación del statu
quo. En lugar de que los gerentes fijen el estándar, la operación lo hace.
Considere el NAC que usted establecería en el producto que compra. ¿Aceptaría
un automóvil del que usted supiera de antemano que es defectuoso en un 15%?
¿5%? ¿1%? ¿ Vi de 1%? ¿Y qué con las enfermeras que cuidan a recién nacidos?
¿Sería demasiado rígido un NAC de 3% en malos manejos?
El concepto de Cero Defectos está basado en el hecho de que los errores son oca­
sionados por dos cosas: falta de conocimiento y falta de atención.
La falta de conocimiento puede ser medida y atacada por medios probados y ver­
daderos. Pero la falta de atención es un estado mental. Es un problema de actitud
que debe ser cambiado por el individuo.
Cuando al individuo se le presente el reto para hacer esto y el estímulo para inten­
tarlo, responderá con entusiasmo. Recuerde que Cero Defectos no es un método
de motivación, sino una norma de desempeño. Y no sólo es para el personal de
producción, sino que es para todos. Algunos de los avances más grandes ocurren
en las áreas que no son de producción.
El programa de Cero Defectos debe ser dirigido en lo personal por la alta dirección.
Las personas reciben los estándares de sus líderes. Se desempeñan conforme a los
requisitos que se les han dado. Debe decírseles que el estándar personal de usted
es: Cero Defectos.
Para alcanzar los beneficios de Cero Defectos, usted debe comprometerse perso­
nalmente a obtener un mejoramiento en su operación. Usted deberá desearlo. El
primer paso es: Haga de la actitud de Cero Defectos su norma personal.
Después de escuchar la grabación. Hugh permaneció sentado allí por un mo­
mento. Entonces volteó hacia Al. Su voz era tranquila y pausada. Casi un mur­
mullo. "Vaya, quien lo hubiera creído. Si 'el producto se parece a sus directivos'
y estamos teniendo todos esos problemas, entonces el problema, o por lo menos

140 LA CALIDAD NO CUESTA
gran parte de él, debemos ser mis colaboradores y yo. Bien Al, creo que entendí
el mensaje. Déjame este material y vuelve mañana por la mañana, a las 8:15. Tú
y yo tendremos una reunión a esa hora de la mañana para examinar los pasos
uno por uno mientras diseñamos el proceso."
"Nos veremos en la mañana."
(El material que se llevó Hugh a su casa se titulaba: "Mejoramiento de la ca­
lidad a través de la prevención de defectos." El proceso contenía los catorce pa­
sos que usted ya conoce, los cuales fueron detallados en el Cap. 8.)
Al conversar con su esposa, Hugh comentó acerca del proceso y del pro­
blema.
"Esta secuencia del proceso ciertamente suena lógica y las experiencias re­
portadas por estas otras compañías son realistas y bien documentadas. Pero no
me acaba de convencer. Parece que el proceso no es bueno, no sé con exactitud
lo que no es."
"Yo sé lo que no es", comentó su esposa. Hugh la miró sorprendido y diver­
tido.
"¿Cómo puedes saberlo? Ni siquiera lo has visto."
"Te conozco. El problema que tienes es que el proceso no se ve lo bastante
complicado como para lograr todas estas cosas; de hecho se ve como algo que se
te debía haber ocurrido a ti. ¿No es así, oh poderoso magnate industrial?"
Hugh tuvo que admitir para sí mismo, y luego para Sally, que le molestaba la
simplicidad y lo directo de ello. Comprometerse a un estándar, comunicarlo, re­
conocer el desempeño y luego reciclar. Y ser honesto al respecto.
Lo que realmente le molestaba era la parte del compromiso. Supuso que su
orgullo había sido herido. Por ser un directivo dinámico e interesado, sentía que
siempre le había dado a su gente el reto de hacer las cosas bien desde la primera
vez. Pensaba que él siempre había exigido el mejor desempeño. Pero en una
retrospectiva honesta, se dio cuenta de que, con su énfasis para entregar dentro
de lo programado, ajustarse a los presupuestos y mantener una operación uni­
forme, había dejado que las cosas se salieran de sus cauces.
Tan sólo seis semanas antes había reprendido al personal de pruebas finales por
posponer las pruebas de aceptación de algunos asadores, mientras el equipo es­
taba siendo calibrado. En esa ocasión, pensó que los estaba castigando por su
falta de visión. Ahora se daba cuenta de que les había estado diciendo que las
puebas no eran importantes.
De cualquier forma, tenía que calmarse y aceptar la tarea de hacerle ver cla­
ro a su gente que tomaba muy en serio esto de la calidad. Lo haría cuando el
proceso se iniciara formalmente. Suspirando un poco, vio el folleto, determina­
do a llevar a cabo el asunto paso a paso, si eso era lo que se necesitaba para hacer
que el equipo empezara a moverse de nuevo.

11
El Proceso
PASO UNO: COMPROMISO DE LA DIRECCIÓN Y GERENCIAS
Propósito:
Manifestar claramente la posición de los directi­
vos con respecto a la calidad.
Es necesario que produzcamos regularmente productos y servicios que cumplan
con los requisitos, el precio óptimo. El mecanismo para lograr esto es el uso de téc­
nicas para la prevención de defectos en nuestros departamentos operativos:
ingeniería, producción, control del calidad, compras, ventas y otros. Sin exceptuar
a nadie.
Resulta mucho más barato prevenir errores que corregirlos, desecharlos o darles
servicio. El gasto por concepto de desperdicio puede llegar a ser hasta de un 15 a
un 25% de las ventas, y así sucede en algunas compañías.
La primera acción que debe ocurrir en el mejoramiento es que la dirección de la
compañía se tome un momento para entender lo que se necesita y que ella misma
decida que en realidad desea este mejoramiento. Esta decisión se toma cuando
acepta adoptar, como norma personal, la actitud de prevenir defectos.
Es obvia la razón por lo que esto es importante, pero vale la pena repetirla. Es cues­
tión de política de calidad.
La política de calidad de una organización es demasiado importante como para de­
jarla en manos de los responsables de la aceptación del producto. El gerente de ca­
lidad, o el inspector, al pedírseles que juzguen continuamente sí el producto es lo
bastante bueno, "adaptarán" al producto o servicio a sus antecedentes y actitudes
personales.

142 LA CALIDAD NO CUESTA
¿Cuál es la política de calidad?
Es la idea que tiene el personal de la compañía en lo que respecta a qué tan bien de­
berán ejecutar sus funciones. Esta política, haya sido formulada o no, es la que de­
termina de antemano qué tan exitosamente se ejecutará el próximo trabajo.
Si la dirección de la organización no establece una política formal, entonces el per­
sonal seleccionará —en lo individual— la suya. Esta política debe ser formulada y
establecidas por los altos ejecutivos de la organización, en forma muy similar a cómo
se establece la política financiera. Es peligroso delegar esta función al gerente de
calidad o a otros ejecutivos con puestos ascendentes en el escalafón.
Para determinar cuál debe ser esta política, primero, hay que examina algunas co­
sas que no deben ser:
1. No deberá ser un tratado de "economías de calidad". Calidad significa cumplir
con los requisitos; no hay tal cosa como las economías del cumplimiento;
siempre es más barato hacer el trabajo apropiadamente. Existen niveles econó­
micos de inspección, prueba, equipo de laboratorio, secretarias, servicios de
comida y otras funciones, pero no hay economía de la calidad.
2. La política de la calidad no deberá incluir números. Formular niveles permitidos
de incumplimiento en los requerimientos no es forma de obtener lo que usted quiere,
poque nadie se fija en el número por lo que es. Los empleados sólo saben que
está allí y permiten que ocurra.
3. No habrá de indicar ningún método para desviarse de la política. Si lo hace, de­
berá haber inmediatamente un procedimiento escrito acerca de este método, y
se convocarán reuniones para entrenar bien a la gente en este dicho procedi­
miento — a fin de reducirlo a su intención original.
4. No deberá delegarle a la política la responsabilidad de evaluar el desempeño. Es­
ta debe ser prerrogativa del directivo, aun cuando dicho ejecutivo haga que
otros reúnan la información.
5. La política no deberá estar encerrada en un libro reservado sólo al personal eje­
cutivo. Deberá ser formulada, reformulada y divulgada hasta que todos la co­
nozcan, la entiendan y crean en ella.
El enunciado que se recomienda para la política es: Haz de manera exacta lo que pi­
den los requisitos... o haz que los requisitos sean cambiados oficialmente a lo que
nosotros y nuestros clientes en realidad necesitamos.
El enunciado de esta política y su explicación al equipo directivo fijará en debida
forma las bases para el mejoramiento de la calida.
Comentario: Es vital que cada miembro de las direcciones operativas entiendan y
estén de acuerdo con esta política, y más importante aún, la implante.
Hugh volvió a su escritorio y escribió la política tal y como estaba enunciada.
Pensó por un momento en añadir un comentario tal como "si tiene alguna duda,
consulte con su supervisor", pero decidió que esto tan sólo reabriría la puerta. Si

EL PROCESO 143
se iba a ajustar a los requerimientos publicados, entonces se iba a ajustar a ellos.
Podría ser interesante averiguar si los productos se podían fabricar de acuerdo a
como él y otros pensaban que debían serlo.
Lo que sí añadió fue que esta política se aplicaba a todos los empleados de la
compañía y que se haría cumplir no sólo en producción, sino en todas partes. Es­
to, pensó, debería poner en marcha a los tipos de mercadotecnia.
Puntualmente, a las 8:15, Al Fielding entró a la oficina del gerente general.
Hugh le extendió el enunciado propuesto de la política. Al lo leyó varias veces/
sonrió y se lo devolvió.
"Breve y directo al grano, Hugh. 'Haz lo que debes hacer', así debe ser."
"Bien, haré que se emita hoy y por lo menos habremos dado el primer paso.
Sin embargo, creo que será una buena idea decirle al personal por qué lo esta­
mos haciendo. ¿Qué tal si organizamos una reunión a las 3 de la tarde, y repasa­
mos todo el asunto?"
"No hay problema", dijo Al.
"Ahora, mi estimado gerente de calidad, tenemos que abordar el resto del
proceso. Tú ya has empezado con el paso 13, consejos de calidad, así que no te­
nemos que preocuparnos con eso por el momento. ¿Por cierto, cómo va?"
"Muy bien. El problema más grande que estoy teniendo, es que ellos no es­
tán seguros de que estamos tomando todo esto muy en serio. Creo que esta
política ayudará dentro de esa línea."
"Caray, ¿hemos perdido tanta credibilidad? Quizá sea una buena idea si me
reúno con ellos. ¿Lo podemos arreglar?"
"Tenemos una reunión el próximo miércoles después del trabajo. Supon que
en su lugar organice una cena. Puedes venir y decir unas pocas palabras, y en­
tonces — si no te importa— abrimos la reunión y dejamos que hagan las pregun­
tas que quieran."
Obviamente a Hugh le agradó la idea.
"Si funciona, quizá debamos hacer lo mismo con los otros departamentos.
Ahora, el siguiente paso en este pograma es el Núm. 2: el equipo de mejora­
miento de calidad. Tú deberás presidirlo ¿o no?"
"No lo creo Hugh", contestó Al. "Si lees las instrucciones, no recomiendan
en particular al gerente de calidad. Creo que si fuera tan obvio, lo hubieran
hecho. Siento que si tú haces al gerente de calidad responsable del proceso, esto
se convierte en 'tan sólo otro trabajo de calidad' para la mayoría de la gente."
"Bien. Bueno, leamos el concepto de este paso palabra por palabra, para ver
si lo podemos averiguar. Al parecer la elección depende de nosotros, porque ne­
cesitamos encontrar a la persona dentro de la organización que pueda ser la más
efectiva, estrictamente desde un punto de vista de mejoramiento de calidad."

144 LA CALIDAD NO CUESTA
PASO DOS: EL EQUIPO DE MEJORAMIENTO DE CALIDAD (EMC)
Propósito:
Llevar a cabo el proceso de mejoramiento
de calidad
Dado que cada función de una operación contribuye a niveles de defectos, cada
porción debe participar en el esfuerzo por mejorar la calidad. El grado de participa­
ción se determina mejor por la situación particular que existe. Sin embargo, todo el
mundo tiene la oportunidad de mejorar.
El equipo de mejoramiento de calidad es estrictamente un trabajo de tiempo parcial
para los miembros, excepto para el presidente del equipo, quien se involucrará en
él de manera más profunda. Por tanto, la selección del presidente es un paso im­
portante. Existen sólo dos requisitos:
1. El presidente deberá ser un miembro maduro de la gerencia que entienda la ne­
cesidad de mejorar y esté de acuerdo con el concepto de Cero Defectos y pre­
vención de defectos.
2. El gerente general y el personal de la gerencia deberán tenerle confianza a la
persona elegida.
No se requieren habilidades especiales. Algunas compañías han seleccionado a su
gerente de calidad y otras han nombrado a sus ejecutivos de relaciones indus­
triales, producción, ingeniería o finanzas.
El presidente deberá juntar a un equipo representando cada departamento, y jun­
tos, habrán de examinar el propósito del proceso y los conceptos que implica. En­
tonces este grupo lleva a cabo el proceso.
Las responsabilidades de los miembros son:
1. Diseñar todo el proceso de mejoramiento de calidad.
2. Representar a su departamento en el equipo.
3. Representar al equipo en su departamento.
4. Hacer que las decisiones del equipo se ejecuten en su departamento.
5. Contribuir creativamente a la implantación de la actividad de mejoramiento.
Aunque el equipo tenga la responsabilidad de crear y dirigir el proceso, se recalcará
que se hace responsable a los departamentos individuales de desarrollar sus pro­
pios programas y hacer que se lleven a cabo.
El equipo deberá desarrollar su plan de implantación y presentarlo a su gerente ge­
neral y a los miembros del equipo directivo para que sea aprobado y apoyado.
Habrán de fijarse fechas definidas para el cumplimiento de cada paso, y en cada
reunión del equipo deberá evaluarse el avance. Este énfasis constante asegurará el
éxito.

EL PROCESO 145
Comentario; El establecimiento de este equipo y la organización del proceso de
mejoramiento no representa un gasto adicional para la operación. Se trata en reali­
dad, de juntar y organizar las cosas que están sucediendo actualmente de una for­
ma u otra. Al formalizarlas y centralizar el esfuerzo, se hace posible eliminar las
duplicidades de esfuerzo.
"Esta no es mucha ayuda para escoger la persona", murmuró Hugh.
Al se rascó la barbilla. "Quizá no lo captamos, pero me parece que han
puesto énfasis en lo que respecta a cuál función debería organizar el proyecto. Ni
siquiera dan una carta organizacional o programa, excepto para decir que el
programa inicial deberá cubrir un año y se habrá de hacer que los pasos ocurran
cuando estén listos para ellos. Me parece que se deja a nuestro criterio el decidir
a quién le interesa más esto."
"Eureka, creo que lo encontraste", dijo Hugh.
"¿Ah, sí?"
"¿Quién es el que sale más perjudicado con esto de la calidad? Yo, desde
luego; porque si no producimos me despiden, y tú, porque se supone que debes
encargarte de esto de acuerdo con la carta organizacional. Todo esto es cierto.
Pero aí que en realidad se le está perjudicando es a nuestro intrépido departa­
mento de mercadotecnia. De hecho, ellos se avergüenzan por la chatarra que
estamos produciendo. Kate está agonizando pulgada por pulgada y ella lo sabe.
Ella es la presidenta."
"¿Presidenta?"
"¿Qué tal la líder del equipo?"
"¿Lidereza?"
"Ya en serio, Kate sería la elección lógica. Tiene experiencia en el negocio,
es estricta y tiene altas normas personales. Además, todo el mundo la respeta
personal y profesionalmente."
"No creo que ella acepte. Creo que siente que la fábrica es el único proble­
ma. Ella no estará dispuesta a implantar un proceso de mejoramiento en merca­
dotecnia. Y mucho menos a dirigir todo el asunto."
"Claro que lo hará. Tú no entiendes a la gente de mercadotecnia. Ella pien­
sa que tiene la operación más eficiente de toda la compañía; por tanto, aceptará
la tarea de hacer que todos los demás cumplan con su criterio de desempeño."
"Quizá tengas razón. De cualquier forma, estoy de acuerdo con la idea de in­
tentarlo. ¿Qué te parece Bill Ranson como administrador del proceso? Es joven,
muy brillante, hábil con la gente y ha estado asistiendo a los Toastmasters. Creo
que le agradaría tener la oportunidad de mostrarte a ti y a los demás miembros
del personal lo que puede hacer."
"Bien. Invitémoslo a la reunión de hoy. El bien podría estar en todo esto des­
de el principio."
Hugh volvió a su trabajo y Al se dedicó a hacer los arreglos para la reunión
del personal.
Al presentó a Bill Ranson con el personal conforme venía llegando cada per­
sona, explicando que Bill iba a ser el administrador del nuevo proceso de mcjo-

146 LA CALIDAD NO CUESTA
ramiento de calidad. Todos eran amigables, pero se podía advertir que nadie se
daba cuenta de que iba a tener que involucrarse personalmente en este nuevo
proceso. De hecho, tanto Ralph como Kate hicieron comentarios acerca de que
Bill debería llamarlos si necesitaba cualquier información acerca de los proble­
mas en la fábrica.
Hugh empezó la reunión alrededor de las 3:15.
"Me da gusto ver que pudieron estar aquí esta tarde a pesar de haberles avi­
sado con tan poca anticipación. Lo que tengo que decir es muy importante para
todos nosotros y se trata de implantar un proceso formal de mejoramiento de ca­
lidad en HPA. Permítanme explicarles brevemente nuestra situación."
"Estamos al mando de una compañía que produce pequeños aparatos
electrodomésticos y provee servicio a ferreterías y bazares propiedad de par­
ticulares. Nos encontramos en un mercado en crecimiento, sin embargo, nuestra
participación está disminuyendo. Hace dos años nuestras ventas fueron de
$55 millones; el año pasado fueron $56 millones; este año, pueden ser de
$54 360 000. Esto es a lo más que podemos llegar. Nuestras utilidades serán este
año de $815 400, lo cual equivale a 1.5% de margen sobre ventas. El rendimien­
to sobre los activos es de un 1.7%. Tomando en cuenta las oportunidades de in­
versión disponibles hoy en día, es evidente que hay mejores cosas que hacer con
su dinero que meterlo a la HPA."
"La muy clara situación que enfrentamos es que tenemos que mejorar
nuestros ingresos y hacerlo sin elevar precios. Además, necesitamos aumentar
nuestras ventas para tener una base más amplia. Ahora veamos adonde se va el
dinero —es decir los $54 360 000 que recibamos de todas las ventas:
Compensaciones a empleados $26 092 800
Proveedores de materiales y servicios, etc. 25 971 800
Impuestos federales, estatales y locales 1 480 000
Utilidades 815 400
Total $54 360 000
"Sé que ésta es una forma poco común de ver el desglose financiero de una
compañía, pero creo que indica que tenemos que reestructurar la compañía al
grado de que nos produzca un 8% libre de impuestos con un menor volumen de
productos, o abatir costos internos y mejorar nuestra calidad lo bastante como
para obtener un mejor margen bruto en el mercado."
"Tenemos un total de 2 718 empleados. Le pedí a Marian Nelson que nos
presente un desglose de su distribución en la compañía."
Nelson se levantó y caminó alrededor de la mesa, distribuyendo a cada asis­
tente la siguiente lista de asignación de personal:

EL PROCESO 147
Mercadotecnia
Servicio de campo
Personal directivo
Calidad
Diseño
Compras
Producción
Relaciones industriales y personal
Contabilidad
Total 2718
Hugh dejó que todo mundo asimilara la información y continuó: "Por una
parte, poseemos múltiples problemas que tienen que ver con los productos en sí
mismos, por otra parte, también tenemos una alarmante tendencia a efectuar de
nuevo los trabajos en las áreas administrativas y de papeleo. Al hizo algunos aná­
lisis especiales para mí, y éstos nos dicen cosas muy interesantes. Parece que has­
ta el 25% de nuestra gente está dedicada a repetir trabajos una segunda y hasta
una tercera vez. Por cierto, parece ser que esto no es raro en la industria."
Todos en la habitación quedaron boquiabiertos.
Kate meneó la cabeza. "Hugh, se me hace muy difícil creer eso. ¿Quieres de­
cir que mis vendedores están diciéndoles cosas equivocadas a los clientes, o to­
mando los pedidos equivocados, o regresando a los lugares equivocados, o qué?
Esta es una acusación seria."
Hugh pareció un poco sorprendido.
"Kate", dijo con voz tranquila, "no es una (acusación). Es un comentario
basado en la información que he podido reunir en tan corto tiempo. Pero te
puedo dar un ejemplo. Tenemos un grupo que escribe pedidos y que consta de
dos personas que son parte de tu operación".
"Cierto", dijo Kate. "Ellos toman los pedidos conforme llegan y los convier­
ten en órdenes para el taller, con el objeto de que pueda ser programado el in­
ventario, el tiempo del taller y todo lo demás. Le ahorran mucho tiempo y
esfuerzo al personal de producción." Ella miró al director de producción en bus­
ca de aprobación. El asintió.
"Entiendo el sistema", dijo Hugh. "Pero tenemos a uno de los ingenieros de
calidad que se pasa el día en el departamento de control del producción viendo
qué pasa con esas órdenes. Reportó que el jueves pasado, de las 87 recibidas del
grupo que escribe pedidos, 16 tuvieron que ser devueltas debido a números de
parte equivocados u otros errores. Al determinar qué tan a menudo ocurre esto,
supimos que control de producción tiene una persona cuyo trabajo de tiempo
completo es el de coordinar al grupo de pedidos debido al gran número de erro­
res encontrados con anterioridad."
"¿Por qué no se me había informado de esto?" dijo Kate, ahora enojada.
"Porque tenemos un mal sistema de comunicación interna y acción correcti­
va, por eso. Esa es una de las cosas que tenemos que corregir. Tú eres solamente
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148 LA CALIDAD NO CUESTA
una parte de ello —la tendencia es general en la compañía —. Encontramos en
el servicio de campo que la gente de reparación no envía los resultados de su aná­
lisis de reparación porque nadie hace caso de sus recomendaciones en términos
de rediseño o de cambio del proceso de manufactura. Incluso tienen manuales
informales acerca de cómo remediar los problemas conocidos."
Ralph Lowell se sonrojó. "Hemos tratado de lograr que la gente se interese
en esos reportes, pero es muy difícil."
Harry Williams, el jefe de ingeniería, volteó en su silla. "Solíamos ver los re­
portes, pero la mayoría de ellos eran la cuarta copia al carbón o algún otro ma­
terial difícil de leer. Además, realmente no tenemos personal para revisarlos."
Will Ellis, de producción, carraspeó. Cuando se logró silencio, comentó:
"Mis tasas de rechazo han aumentado continuamente en los últimos tres años.
Yo lo atribuyo mucho a la rotación de personal que hemos tenido y a la falta de
entrenamiento apropiado. Pero creo que es una exageración afirmar que el 25%
de ellos tienen que dedicarse tiempo completo a hacer las cosas de nuevo."
"Puede ser, Will, puede ser", asintió Hugh. "Pero lo vamos a averiguar y lo
vamos a remediar. Antes que empecemos a hablar con detalle acerca del proce­
so, vamos a suponer por un momento que la estimación es correcta —que la
cuarta parte de nuestra gente no es productiva, en el verdadero sentido de
la palabra —. Esto equivale a $6.5 millones que estamos pagando en nuestra pro­
pia casa, para hacer las cosas de nuevo. Este es un blanco al que vale la pena ti­
rarle."
"Sabes, Hugh", dijo Otto Meyer, el gerente de compras, "si proyectas la mis­
ma idea a nuestros proveedores y calculas que alrededor de la mitad de lo que les
pagamos es por mano de obra, esto significa otros $6.5 millones. Juntándolos
podríamos tener un blanco de $13 millones si lo hiciéramos bien".
"De eso se trata, Otto."
"Me parece un poco ilusorio", señaló Kate. "¿Cómo va todo esto a ayudar a
remediar mi problema con la calidad del producto?"
"Creo que será mejor si nos tomamos ahora un tiempo para examinar el pro­
ceso de mejoramiento de calidad en sí mismo, y hacer que Al y Bill nos den un
seminario de media hora acerca de la calidad. Si todos entendemos lo que es y lo
que no es, estaremos en mejores condiciones para decidir nuestras acciones en las
próximas semanas. Adelante Al. Kate, creo que esto responderá a tu pregunta."
Kate no se veía muy convencida.
Al se paró enfrente de la sala de juntas y empezó. "Es difícil hablar acerca de
la calidad porque todos o todas (Kate finalmente sonrió), tienen sus propias
ideas acerca de lo que es. Así que les voy a poner una prueba autocalificable que
sirva de agenda. Después de eso, revisaremos los fundamentos de la calidad."
"Vamos a poder tener una discusión con más sentido una vez que pasemos
este periodo. Bill, ¿podrías entregar el cuestionario? Todas son oraciones falsas o
verdaderas. Encierren en un círculo las respuestas y guarden la hoja."

EL PROCESO 149
Bill repartió la prueba de diez preguntas:
1. La calidad es una medida de la bondad del producto, la cual puede
ser medida en rangos de regular, buena, excelente. V F
2. La economía de la calidad requiere que los directivos establezcan ni­
veles aceptables de calidad como estándares de desempeño. V F
3. El costo de calidad es el gasto ocasionado por hacer las cosas mal. V F
4. Las operaciones de prueba o inspección deberán reportar a produc­
ción para que el personal disponga de las herramientas necesarias
para efectuar su trabajo. V F
5. La calidad es responsabilidad del departamento de calidad. V F
6. La causa primordial de los defectos es la actitud de los trabajadores. V F
7. Tengo gráficas que me muestran los niveles de rechazo de cada ope­
ración clave. V F
8. Tengo una lista de mis diez principales problemas de calidad. V F
9. Cero Defectos es un programa de motivación para los trabajadores. V F
10. El problema más grande en la actualidad estriba en que el cliente no
entiende nuestros problemas. V F
(Las respuestas empiezan en la Pág. 212.)
Uno por uno, los miembros del equipo completaron los cuestionarios, pusieron a
un lado sus lápices y miraron con expectación a Bill. (Por cierto, es interesante
observar de qué manera agresiva reaccionan los gerentes con éxito, a que se les
aplique una prueba. Sin pensarlo conscientemente, van deseosos a sus clases.
Habiendo sido destacados toda su vida, están acostumbrados a sacar altas califi­
caciones y, por lo general, no les temen a los exámenes. Sin embargo, de cuando
en cuando, ellos se encuentran con una prueba que está un poco "sesgada" con
el objeto de obtener su atención. El cuestionario que repartió Bill era de esta
clase.)
En el momento en que todos hubieron terminado, Al fue al pizarrón y anotó
los Núms. del 1 al 10, en orden vertical.
Lowell dio un rezongo bien controlado y le preguntó a Al, "¿de veras tene­
mos que pasar por todo esto, Al? Todos hemos estado en el negocio por algunos
años. Conocemos todas estas cosas. Empecemos a hablar acerca de algunos de
nuestros verdaderos problemas".

150 LA CALIDAD NO CUESTA
Al reflexionó por un momento.
"Bien, Ralph, haré un trato contigo. Si todo el mundo contesta bien la
Núm. 1, nos olvidaremos del resto del ejercicio. ¿Cuántos dieron como respuesta
('Verdadero')?"
Se levantaron cuatro manos. Marian, una de las "manos", esbozó una discre­
ta sonrisa de superioridad por un breve instante, hasta que cayó en la cuenta de
que "Verdadero" pudo no haber sido la respuesta adecuada.
"¿Nos estás poniendo una trampa?", reclamó ella. "Siempre he usado la pa­
labra calidad como una indicación de valor, o como tú dices, 'bondad'. ¿Qué
hay de malo con eso?"
"En un sentido literal, no tiene nada de malo —nada — . El problema surge
cuando tienes que medirla o ganarte la vida controlándola. Empezamos a con­
fundir calidad con elegancia, brillantez, peso y otras cosas subjetivas. Entonces,
aun esas son comparadas cuando hablamos acerca de 'buena' calidad, 'mala' ca­
lidad, calidad 'alta' o 'baja', y todas esas cosas. Hasta este momento, el día de
hoy, hemos usado la palabra calidad quince o veinte veces, y cada significado ha
sido diferente. Si vamos a implantar un proceso de mejoramiento de calidad, te­
nemos que ponernos de acuerdo en lo que significa la palabra. Nosotros no
queremos un proceso de mejoramiento de la elegancia, ¿o sí?"
Conforme Al hablaba, Hugh empezó a repartir la política que había escrito.
"Vean la política que Hugh les está entregando a cada uno de ustedes. Dice
que haremos las cosas exactamente de acuerdo con las especificaciones. Esto signi­
fica que debemos cumplir con los requisitos preestablecidos. Cumplir con los re­
quisitos es lo que la calidad debe ser para nosotros. Se puede cumplir o no
cumplir con los requisitos. Si queremos algo más elegante menos elegante, o
más pesado, o más poderoso, o lo que sea, tenemos que formular con claridad
nuestras especificaciones. Tenemos gente con altos estudios en esta compañía.
Debemos ser capaces de identificar algunos requisitos (condiciones necesarias)
con mayor claridad que diciendo que queremos 'buena calidad'."
Kate apuntó su lápiz al gerente de calidad.
"¿Qué hay acerca de nuestros clientes? ¿Propones que no les hablemos a me­
nos que ellos aprendan a mirar a la calidad sólo como cumplir con las especifica­
ciones? Ellos siempre hablan de la calidad en término de "bondad".
"No tenemos que insistir en que sigan nuestras reglas, pero creo que ellos
estarían contentos de saber que nos estamos dedicando a hacer el producto como
dice que debe ser en los catálogos que les damos. Ellos, a la verdad podrían "con­
tar con ello". También podemos hacer que nos digan más específicamente qué
cosas les gustan y no les gustan de nuestros productos. Entonces, el personal de
ingeniería puede hacer cambios para mejorar."
Kate sonrió. "Sería un cambio agradable poder garantizar que nuestro pro­
ducto siempre se verá ni más ni menos conforme a las especificaciones."
"No puedes andar por allí garantizando eso", dijo Will Ellis. "Nos harías
gastar millones de dólares en inspección y prueba. Porque estaríamos envolvien­
do un billete de $20 alrededor de cada tostador que saliera de aquí."

EL PROCESO 151
Hugh parecía perplejo.
"¿Cómo puedes decir eso, Will? Pensé que estábamos interesados en prevenir
defectos en lugar de entresacarlos."
"Seguramente puedes prevenir errores, Hugh, pero siempre habrá algunos
que pasen desapercibidos. ¿Cómo evitaremos que a nuestros clientes llegue uno
de ésos?"
"Estoy de acuerdo", dijo Ralph. "Todos los días vemos los mismos problemas
una y otra vez. Siempre ha sido así y quizá continuará hasta que rae entreguen
mi reloj de oro."
"Un reloj de oro que se ajuste a las especificaciones", puntualizó Otto Meyer.
Al asintió pacientemente. "Creo que esto nos lleva a nuestra siguiente pre­
gunta. La economía de la calidad requiere que la dirección establezca niveles
aceptables de calidad como normas de desempeño. Eso, desde luego, es falso."
Alice Wagner, la contralora, habló por primera vez.
"No contesté ésta, Al, porque no entendí con exactitud lo que es un 'nivel
aceptable de calidad'. ¿Estamos hablando acerca de alguna clase de acuerdo en
qué tan bueno, perdón, qué tan bien deben cumplir las cosas con sus especifica­
ciones?"
"De eso es de lo que estamos hablando, Alice. Por eso la respuesta es Falso.
Si estableces un estándar que permita que un 1.5% del producto no cumpla con
las especificaciones, entonces tú estás de acuerdo antes de empezar, en que vas a
producir por lo menos esta proporción incorrectamente."
"Pero Al", dijo Ralph, "sabemos que muy pocas cosas en la vida se hacen
bien desde la primera vez, entonces, ¿por qué no ser prácticos al respecto? Ade­
más, cuesta más obtener los últimos puntos porcentuales correctos, que obtener
bien el primer 98%".
"He escuchado eso muchas veces, Al", dijo Hugh. "¿Es cierto que los últimos
pasos del mejoramiento o de su logro cuestan tanto como todos los antece­
dentes?"
"Supongo que puede suceder en algunos casos, Hugh, pero nadie ha sido
nunca capaz de mostrarme uno en una fábrica. Este asunto sobre el que estamos
ahora, es la parte más importante de todo el ejercicio. Hemos sido formados con
la idea preconcebida de que 'nunca sale algo bien', así que contamos con las
fallas; cuando lleguemos a la parte de Cero Defectos, creo que podrás ver algo de
la lógica que ayuda a erradicar esta noción. Pero hablemos por un momento
acerca de la economía de calidad y de niveles aceptables de calidad."
"La 'economía de calidad' está basada en la idea de que no puedes darte el
lujo de hacer las cosas demasiado bien. No puedes 'lucirte' demasiado. No esta­
mos hablando acerca del asunto de especificar los requerimientos. Eso, para nuestro
propósito, se convierte en un problema de ingeniería y mercadotecnia. Nos inte­
resa cumplir con los requisitos y, por tanto, decimos, '¿existe una economía del
cumplimiento con los requisitos?' "
"¿Es mejor hacer algo de nuevo varias veces, o es más práctico tratar de ha­
cerlo bien desde la primera vez?"

152 LA CALIDAD NO CUESTA
Otto interrumpió, "Es obvio que resulta más barato hacer bien las cosas a la
primera vez, pero no necesariamente más práctico. Allí es donde entran los
NAC. Han existido desde hace años."
"Es verdad", replicó Al, "pero han sido malentendidos y usados en forma in­
correcta por el personal directivo. 'Nivel aceptable de calidad' es un término
estadístico que proviene de los métodos de inspección muestral de control de ca­
lidad. En su origen tenía un significado por completo diferente de aquel que,
con el paso de los años, recibió en el aspecto popular. Por la forma como se usa
ahora, los directivos literalmente están de acuerdo con el nivel de calidad de pro­
ducción de una planta nueva, antes que el primer trabajador entre a laborar".
"Lo encuentro difícil de creer", dijo Kate.
"Por desgracia, es muy cierto", murmuró Will. "Empiezo a ver a dónde
quiere llegar Al. Podría ser que la producción de nuestra propia planta esté dise­
ñada bajo estos lincamientos sin siquiera nosotros haberlo sabido jamás."
"¿Cómo puedes establecer el nivel de calidad de una planta sin siquiera co­
nocerla?", preguntó Marian. "Me parece ser un acto deliberado basado en un
análisis de las tolerancias de la máquina, el criterio de diseño, materiales y facto­
res similares."
Hugh sonrió. "Eso es lo que a los libros de texto les gustaría hacerte creer,
Marian, pero la realidad es muy diferente. No creo que algún estudio como ése
haya sido completado antes que la planta haya estado en operación por una ge­
neración. Simplemente no es parte de la vida real."
"Entonces, ¿de dónde provienen esos estándares y los NAC?", preguntó el
psicólogo industrial. "¿Se los sacaron de la manga?"
"No creo que sea así de duro", comentó Will. "De donde provienen es de la
operación en sí. Un día, una línea o un proyecto empieza a trabajar conforme a
lo que los directivos piensan que es un nivel aceptable. Así que ellos no tratan de
mejorarla más porque creen que este paso les costará tanto como los primeros y
así sucesivamente. De modo que se concentran en no dejar que empeore. Demo­
nios, si hasta damos premios por eso."
Arthur se volvió hacia Al.
"¿Te echaría a perder tu clase si discutiéramos el asunto de Cero Defectos,
ahora? Debo admitir que estoy confundido."
Al le hizo una señal a Bill.
"Está bien, pongamos la cinta en el concepto de CD y luego discutamos
sobre si CD es o no un programa de motivación para los trabajadores. La res­
puesta es, CD definitivamente no es un programa de motivación."
"Eso no es lo que siempre he escuchado", dijo Ralph. "Todo lo que he leído
usa la palabra 'motivación' en cada párrafo."
"Bueno, escucha y ve si puedes encontrar esa palabra en esta grabación."
Bill puso la cinta de Cero Defectos que Al le había puesto a Hugh en su dis­
cusión inicial (Pág. 138).
Después de terminada la cinta, hubo un silencio completo; cada persona es­
taba absorta en sus propios pensamientos. Bill Ranson se paró al frente del grupo

EL PROCESO 153
"Sé lo que la mayoría de ustedes está pensando", comentó. "La razón por la
que lo sé, es porque yo mismo acabo de experimentar el mismo proceso mental
en los últimos días. Yo también encontré difícil de aceptar la idea de que yo
pueda ser la parte del problema y que quizá no haya pensado acerca de este
asunto del desempeño en la forma más provechosa. Desde luego que yo no he es­
tado trabajando aquí tanto tiempo como la mayoría de ustedes", (Al respingó)
"pero creo que empiezo a entender por qué algo tan obvio no me era claro
antes".
Ralph Lowell lo interrumpió. "Creo que sé lo que vas a decir, Bill. Creo que
vas a decir que los que estamos aquí causamos el problema, lo controlamos y que
somos los únicos capaces de remediarlo. ¿No es así?"
"Correcto", replicó Bill. "Correcto en esencia. Ciertamente tenemos que
identificar los puntos específicos del problema y hacer que se arregle. El único
aspecto adicional que yo añadiría es que en realidad requiere el esfuerzo conjun­
to de todos nosotros. Si alguno de nosotros no cree de manera sincera que pueda
y deba hacerse, entonces no sucederá."
Will asintió, "estoy de acuerdo con todo eso, y no tengo problemas con el
asunto de CD, así como tú y Al lo han descrito. Pero lo que verdaderamente nece­
sito saber es por qué la mayor parte de las cosas que he leído de CD en las revis­
tas, son negativas; sin embargo, cuando hablo con personas que lo están llevan­
do a cabo, las veo muy entusiastas".
Al dio un paso hacia adelante. "Yo puedo responder a eso. También a mí
me molestaba. Llegué a la conclusión, después de mucha discusión, de que el
personal de producción y calidad no lo entendía bien en un principio. Tenían la
impresión de que era una especie de fórmula mágica que solía tentar a la gente
para que hiciera un buen trabajo, dándoles premios, diversión y juegos. Es obvio
que, se perdía de vista que quienes manifestaban 'motivación' eran los de la ge­
rencia, no los trabajadores. Yo también pensaba que era sólo para el personal de
producción; no había pensado en el hecho de que la mitad de la gente involucra­
da no maneja el producto."
Kate se aclaró la garganta. "Bien, creo que el tiempo de las confesiones se
acabó. Debe ser evidente para todos que necesitamos empezar a movilizarnos en
esto. Al, ¿cuánto tiempo lleva implantar este proceso?"
"Si empiezas ahora, Kate, creo que lo tendrás implantado en unos cuantos
días. CD se encuentra probablemente a 6 meses de distancia."
"¿A qué te refieres, con que si yo empiezo ahora?" Ella volteó hacia Hugh.
Hugh sonrió levemente. "Tenemos la esperanza de que tú encabezarás al
equipo de mejoramiento —desde luego con Bill apoyándote de tiempo com­
pleto."
"Pero yo no sé nada de este asunto", dijo ella.
"Creo que acabamos de descubrir que nadie sabe", dijo Will. "Pero creo que
tú harías un estupendo trabajo. Tienes todo nuestro apoyo."
"¿Qué deberé hacer? Antes que contestes permíteme hacer otra pregunta.
¿Podría yo escoger mi propio equipo?"

154 LA CALIDAD NO CUESTA
Hugh admitió. "En absoluto", dijo, "yo no lo permitiría de otra forma".
Kate golpeó la mesa con entusiasmo. "Bien, estoy de acuerdo y escogeré mi
equipo aquí mismo. Todos excepto Hugh. Lo llamaremos si lo necesitamos."
Era fácil ver que no todos estaban listos para esta tarea. Pero después de un
momento, hubo sonrisas y señales de asentimiento.
Kate señaló a Bill. "Bill, tienes el resto del día para instruirme. Tú llevarás
todas las minutas y nos mantendrás en el camino correcto. Convoca a una
reunión del equipo de mejoramiento de calidad, para mañana a las 5:30 de la
tarde. No les quitaré más de treinta minutos, pero empezaremos a movili­
zarnos."
Se volvió hacia la directora de relaciones industriales. "Marian, ¿qué tal si
contactamos al presidente del sindicato y le pedimos que se nos una en la reu­
nión de mañana?"
A Marian pareció no gustarle la idea. "Podríamos estar buscando proble­
mas, Kate. No estoy segura si el sindicato no irá a ver esto como una maniobra
para acelerar el trabajo o algo así. ¿No deberíamos esperar hasta que nuestros
planes estuvieran más completos?"
Kate miró hacia Al, quien asintió en apoyo y luego a Hugh, quien sonrió.
Se volvió hacia Marian Nelson. "¿Qué tal si tú y yo nos reunimos con la gente
del sindicato mañana y tratamos todo el asunto con ellos?"
Marian sonrió. "Ustedes, los embarcadores, son todos iguales. ¿Qué tal a las
nueve?"
La Cena
Conforme Al y Hugh entraban a la cena-reunión del consejo de calidad, Hugh
comentó que si este esfuerzo de mejoramiento de calidad no surtía efecto, por lo
menos iba a conocer a más gente de la que nunca antes había conocido. Tam­
bién señaló que todo el proceso tenía aroma positivo.
Los miembros del consejo de calidad ya estaban en la sala cuando arribaron
Al y Hugh. Al lo había arreglado discretamente de esta forma, para que su gente
tuviera la oportunidad de haber iniciado la conversación antes que llegara el je­
fe. Por buena suerte para el éxito de la reunión, él recordaba su pasado. Podía
pasarse mucho tiempo en una planta sin conocer el alto mando. La mayoría de
los empleados se sentirían un poco cohibidos y agradecerían la oportunidad
de tener algo de tiempo sin presiones antes de la reunión. Sin embargo, Hugh
manejó bien las presentaciones. Habló en lo personal con cada una de las vein­
titrés personas hasta quedar seguro de tener muy presente lo que hacía cada una
de ellas y cómo se sentía en su trabajo. En particular, le agradó descubrir que un
supervisor y cuatro de los ingenieros de calidad eran mujeres.
Lo que más le asombró fue que ellas iban a pagar sus propias bebidas. Al
había sugerido que se continuara con el formato normal del consejo de calidad,
incluyendo la barra libre, aun cuando Hugh quería que la compañía pagara to­
da la cuenta.

EL PROCESO 155
"Esta es la forma de empezar", comentó Al. "Estamos acostumbrados a estar
por cuenta propia."
Cuando llegó la hora de la cena, Hugh se sorprendió un poco al ver que no
había cabecera en la mesa y que el supervisor de inspección de recepción, Norm
Tate, abría la reunión. Norm hizo ver que el gerente general estaba allí esa
noche y que el consejo se sentía honrado. Después de la cena, Hugh diría unas
palabras y entonces la reunión quedaría abierta a preguntas. "Cualquier pre­
gunta", enf atizó.
Durante la cena, Hugh mantuvo una viva discusión con el grupo que estaba
en su mesa, el cual no incluía a Al. No pudo evitar preguntar por qué Al no
había abierto la reunión.
"El no es el presidente del consejo", le dijeron.
"Al insistió en que manejáramos los consejos sobre la base de que los
miembros determinaran lo que querían hacer. El tiene voto como el resto de no­
sotros. Por eso es que tenemos el privilegio de pagar nuestras propias bebidas.
Este es un derecho al que no nos gustaría renunciar."
Para cuando el postre fue servido, tanto Hugh como el consejo se habían
acostumbrado a que él estuviera allí y todos se encontraban a gusto. Norm cal­
mó a todo mundo y luego presentó a Hugh como el ordador de la noche. Después
de comentar que varios jefes de departamento se habían reunido con el grupo en
ocasiones anteriores, y que todas las reuniones habían sido provechosas, Hugh
tomó la palabra.
"Estoy contento de estar con ustedes esta noche, no sólo porque se supone
que los oradores deben incluir eso en su discurso, sino porque siempre me da
gusto reunirme con profesionales."
"Como ustedes saben, no estamos en un negocio sencillo. Tenemos márgenes
de utilidad bajos, clientes difíciles y complicados 'problemas' de calidad. Sin em­
bargo, supongo que cualquier gerente general en el país, al dirigirse a un grupo
de personas clave, estará diciendo lo mismo. Así que permítanme prescindir de
esos lugares comunes e ir directamente al grano."
"Estamos viviendo tiempos difíciles en lo que concierne a la calidad. Nues­
tras tasas de falla son demasiado altas, los gastos de servicio de campo son
excesivos, nuestros clientes están perdiendo la confianza en nosotros y nuestro fu­
turo no se antoja muy brillante."
"La mayoría de ustedes lo saben, y muchos tienen opiniones acerca de cómo
deberán enfrentarse o cambiarse las cosas para mejorarlas. Pero como ustedes
también saben, debemos aprender a hacer estas cosas 'para mejorarlas' de una
manera organizada. De aquí que estamos formando un equipo de mejoramiento
de calidad. Los miembros de ese equipo, representantes de cada departamento,
son los jefes de departamento. La persona que encabeza al equipo es la Srta.
Norton, directora de mercadotecnia; desde luego, Al Fielding es uno de los
miembros. De hecho, él es el cerebro del equipo, aunque no lo admitamos públi­
camente. Bill Ranson servirá como administrador, lo que significa que él hará
todo el trabajo."

156 LA CALIDAD NO CUESTA
"Ahora me doy cuenta de que ustedes pueden decir 'éstas son las personas
que nos metieron en este lío'. Puede haber algo de cierto en ello. Pero ellas tam­
bién son las responsables de sacarnos del lío, y sólo podrá hacerse con su ayuda.
Tienen que decirnos cómo hacerlo, que ayudar a ejecutar las iniciativas de me­
joramiento que dictamine este equipo y lo que es más importante, tienen que
medir y reportar los resultados."
"Mientras todo esto ocurra, tendrán que continuar sacando el producto, ha­
ciéndolo conforme al plano, e insistiendo en que se cumplan los estándares."
"Es evidente que nosotros, siendo yo el principal delincuente, nos las hemos
arreglado para dar la impresión de que podemos estar satisfechos con menos de
Cero Defectos. Permítanme aclarar mi posición ahora mismo, conmigo es Cero
Defectos o nada."
Hugh se detuvo en este momento, pensó por un instante y le sonrió a Al.
"Fiu", dijo sonriendo, "una vez que lo dices en voz alta no suena tan duro".
El grupo prorrumpió en aplausos espontáneos.
La reunión prosiguió sin novedades . Hugh respondió a preguntas durante
media hora y luego, todos se retiraron.
Al estaba complacido y Norm le ofreció a Hugh la oportunidad de regresar
cuando quisiera.
El Sindicato
Kate Norton y una nerviosa Marian Nelson, esperaron en la oficina de Marian a
que se presentaran los representantes del sindicato. Kate nunca antes había tra­
tado con el sindicato y, en realidad, no estaba tan calmada y fría como trataba
de aparentar. Sin embargo, ella anticipaba que sería una sesión interesante.
Tom Wilson, el presidente y Mark Elliott, el gerente administrativo, llegaron a
tiempo a las nueve y fueron presentados a Kate. Tom trabajaba en el taller de
máquinas en el único torno de roscar. Mark pasaba la mayor parte de su tiempo
dando servicio a varios sindicatos en el área, por lo que iba vestido formalmente.
Le dijo a Tom con desenfado que se quedara de su lado de la mesa y no mancha­
ra de grasa su traje nuevo.
Después de las presentaciones, Kate empezó a explicar el proceso propuesto
de mejoramiento de calidad, enfatizando lo importante que era su éxito para el
futuro crecimiento de la HPA.
En seguida de quince minutos, Tom alzó la mano.
"Sra. Norton, si está pidiendo autorización para implantar un programa de
Cero Defectos, estoy seguro de que está dentro de los derechos de la gerencia ha­
cerlo. Si nos está pidiendo nuestra opinión al respecto, al grano pues."
"Bien entonces, Sr. Wilson", sonrió Kate, "¿Ayudará con su consejo al
equipo de mejoramiento de calidad?"
Wilson miró hacia Elliott. Obviamente no esperaba este tipo de propuesta.
Mark Procuró comprometerse lo menos posible. Pertenecer a comités geren-
ciales no era de las cosas que se les animaba a hacer.

EL PROCESO 157
Percibiendo el malestar de Wilson, Kate inició una nueva estrategia. "No es­
toy buscando la manera de obtener aprobación automática por parte del sindi­
cato en todo lo que haga el equipo. Me gustaría que usted participara en forma
individual. Tal vez quiera usted recomendar a uno o dos empleados más para
formar parte del proceso. Es probable que esto sea lo más importante, por aho­
ra, en esta compañía."
Wilson asintió. "Bien, consultaré con el Comité Ejecutivo acerca de trabajar
con el equipo de mejoramiento. No creo que haya problema; ellos han estado
preocupados por la calidad desde hace tiempo. Quizá pudiera pedirles al personal
de vigilancia que nombren a un representante, aun cuando ellos no pertenezcan
al sindicato. Además, aunque en persona, me gustaría hacerlo gratuitamente, el
contrato requiere que se me paguen horas extras al terminar mis ocho horas. Si
esto representa un problema, estoy dispuesto a entrar al segundo turno por al­
gún tiempo. Algo hemos de encontrar."
Después que salió el representante del sindicato, las dos se quedaron calladas
por un rato. Por último Kate dijo, "Creo que voy a aprender algo con este
asunto."
El Problema de Bill: Una Nueva Filosofía
Bill Ranson salió del portal trasero de su casa y se quedó mirando al jardín trase­
ro que no había podido podar el fin de semana anterior. Pronto los vecinos le
iban a hacer bromas al respecto. Su jardín estaba tan limpio como el de cual­
quier otro trabajador en el mundo. Pero, ¿quién le iba a decir que terminaría
con dos granjeros retirados de vecinos? Además ése era como el número catorce
en su lista de problemas por el momento.
Esta nueva tarea de ser administrador de un equipo de mejoramiento de ca­
lidad era una magnífica oportunidad para rozarse con el alto mando. Gibbon
había puesto su manota en el hombro de Bill ese día, señalando que él, Bill, iba
a ser quien haría que la cosa funcionara o fallara. El le había dicho de manera
específica a Bill que lo fuera a ver si sentía que las cosas se salían de control. Bill
se dio cuenta de que las cosas fácilmente podrían salir mal, pero no se había pre­
ocupado después de la reunión. Le parecía que todo el mundo estaba plantean­
do la situación en forma práctica y honesta.
Entonces, ¿qué le preocupaba?
Su esposa Sharon llegó al portal con dos vasos de cerveza y la propuesta para
sentarse y hablar de "ello".
"¿Qué quieres decir con 'ello'?", exclamó Bill.
"Cuando te sales a la mitad de nuestra serie de televisión favorita y no te vas
a escribir algo, entonces es mi deber, como miembro de la Orden Imperial de
Esposas, averiguar qué sucede. Después de todo, yo solía ser ingeniero hasta que
llegaron los gemelos."
Bill tuvo que sonreír forzadamente. La franqueza de Sharon había hecho
que su matrimonio funcionara. Cuando apenas empezaba él a rumiar acerca de
un problema, ella sacaba todo a relucir.

Así que le contó los últimos acontecimientos, con énfasis específico en ¡
nombramiento como director del equipo.
"Parece ser la opotunidad que siempre has buscado. Una oportunidad pai
efectuar cambios reales mediante tu contribución personal. ¿Es eso lo que te me
lesta, digo, que se te ponga en evidencia?"
Bill pensó por un momento. "Creo que no es ése mi problema. Como sabes
soy bastante buen actor para querer estar al frente. Creo que mi problema, si e
que tengo alguno, es que todo parece suceder tan fácilmente. No hay oposición )
nadie está levantando obstáculos en el camino. No parece normal. Quizá sólo
sea un cínico."
"No", murmuró Sharon, "creo que verás cómo suceden todas esas cosas des­
pués que la novedad desaparezca. La gente sigue siendo gente. Sin embargo,
toda la idea parece tan positiva, y está siendo llevada a cabo con tan pocas recri­
minaciones, que no veo cómo puedas tener demasiados conflictos".
Bill se enderezó. "Sabes Sharori, creo que estás a punto de descubrir lo que
me ha estado molestando aun sin yo saberlo. Todo el mundo piensa que estamos
tratando con una técnica en vez de un concepto, y por eso es que hay tan poco
del conflicto normal."
"¿Cuál es la diferencia entre una 'técnica' y un 'concepto? Siempre pensé
que ese tipo de discusiones sólo eran para clases de filosofía."
Bill acercó la silla hacia su esposa. "Filosofía es a lo que me refiero. Eso es de
lo que se trata el proceso, una filosofía que se ocupa del mejoramiento. Es lograr
que la gente haga lo que de todas maneras debería estar haciendo y lográndolo
en una forma organizada. Por ejemplo, comer es un concepto, cocinar es una
técnica. El amor es un concepto, el sexo es una técnica. Mejorar es un concepto,
y la dirección de un equipo es una técnica."
Sharon levantó la cabeza. "Entonces lo que estás diciendo es que estás impli­
cado en implantar un nuevo concepto de comportamiento en la compañía, pero
tienes que fingir que todo el asunto no es más que una técnica de dirección de
programas."
"Así es. El aspecto negativo clave es que la gente puede concluir que el siste­
ma funcionará sin importar qué tanto empeño personal pongan o no en ello; si
?so sucede, me veré en problemas. Por eso es que tengo que hacer de todo esto
ín asunto tan personal como sea posible."
"Por ejemplo, los pasos del proceso. Ya llevamos a cabo los de compromiso
!e la dirección y del equipo de mejoramiento de calidad. Tenemos que pasar ra­
ídamente a medición. Tenemos muchas mediciones disponibles para el pro-
ucto en sí, tanto dentro como fuera de la planta. Sin embargo, voy a tener gra-
?s problemas cuando se trate de medir áreas tales como mercadotecnia y finan-
s. ¿Y qué me dices del personal? Esa va a ser la primera prueba dura. ¿Qué voy
decir en el caso en que los de ingeniería me pregunten cómo pienso medir a sus
liosos diseñadores?"
"¿Por qué no?", Dijo Sharon, "pregúntales cómo saben quién es su mejor
ite y cómo saben cuando alguien merece un aumento. Si ellos no pueden res-

EL PROCESO 159
ponder a eso, entonces te encontrarás con que hay un problema mayor en la
compañía del que creías".
PASO TRES: MEDICIÓN DE LA CALIDAD
Propósito:
Proveer un muestreo de los problemas actuales y
potenciales por no cumplir con las especifica­
ciones, que permita una evaluación objetiva y
una acción correctiva.
Medición en producción
Operación General: Los datos básicos de medición de la calidad provienen de los
reportes de inspección y prueba, los cuales se desglosan por áreas operativas de la
planta. Comparando los datos de rechazo con los de entrada, es posible estimar las
tasas de rechazo. Dado que la mayoría de las compañías tienen estos sistemas, no
es necesario verlos con detalle. Cabe señalar que, a menos que estos datos se re­
porten correctamente, son inútiles. Después de todo, su único propósito es preve­
nir a la dirección de situaciones serias. Deberán usarse para identificar problemas
específicos que necesiten acción correctiva y ser reportados por el departamento
de calidad.
La medición de la calidad sólo es eficaz cuando se produce una información que la
gente pueda entender y usar. Por tanto, los métodos de operación y reporte deben
ser concisos y expresados en términos tales como: "defectos por unidad", "por­
centaje defectuoso" y así en forma sucesiva. Además, de los defectos que desta­
can por su frecuencia o problema potencial, deben ser clasificados en términos de
gravedad, causa y responsabilidad. Esto elimina la necesidad de perder tiempo en
asuntos menores, mientras esperan para ser conquistados mundos más importan­
tes. El mejor método para utilizar de manera apropiada esta información es con­
centrándose en dos tipos de reporte para cada área:
1. Gráficas de tendencias. Estas gráficas desplegadas semanal o mensualmente,
muestran el funcionamiento de las áreas. La gerencia puede usarlas para deter­
minar si las cosas están mejorando. El mejor uso específico de estas gráficas es
establecer metas de mejoramiento y mostrar en todo tiempo estas gráficas con
sus metas al personal. Las gráficas para exhibición pueden tener una presenta­
ción barata, sobre madera o papel y con cintas de colores. Deberán ser lo bas­
tante grandes para poder verse desde cualquier lugar en el área. Reducciones
de estas gráficas pueden proporcionarse a la dirección, sobre papel.
2. Identificación de problemas. El ingeniero de calidad asignado a cada área debe­
rá proporcionar diariamente una lista de los ítems que causan los defectos más
importantes o frecuentes. Al clasificarlos de acuerdo a su gravedad, causa y
responsabilidad, el ingeniero de calidad plantea las bases de una acción corree-

LA CALIDAD NO CUESTA
tiva con el personal involucrado. Aquellos ítems que no se resuelvan con pronti­
tud, podrán recorrerse a lo largo del ciclo de acción correctiva (véase el paso 6).
Recolección de Datos. Deberán proporcionarse formas sencillas al personal de ins­
pección y prueba para que puedan registrar los resultados de sus mediciones. La
información básica requerida es:
1. Nombre y número de la parte; fecha, nombre del inspector y operario.
2. Cantidad revisada.
3. Cantidad defectuosa.
4. Descripción específica del defecto.
5. Operación y área en la que fue detectado.
El supervisor o ingeniero de calidad deberá revisar cada defecto y ayudar a clasifi­
carlo.
Los datos reunidos son recopilados y se exhiben las gráficas de la situación. Los
problemas identificados se enumeran por orden de acuerdo a su frecuencia y esta
información es proporcionada al supervisor del área, así como a otros miembros de
la dirección. Las tendencias o situaciones expuestas, deberán ser integradas de in­
mediato al sistema de acción correctiva.
Comentario: En realidad no hay excusa para que alguien no sepa lo que está suce­
diendo.
Medición del servicio
Los procesos planeados de mejoramiento de calidad, productividad, margen de
utilidades, y así en forma sucesiva, por lo general se concentran en las áreas
de producción. Allí la gente está físicamente bien organizada, el trabajo es medido
y analizado, y la gerencia está resignada a la necesidad de hacerlo mejor siempre.
Los programas bien pensados y conducidos siempre producen resultados. Sabe­
mos mucho acerca del mejoramiento en producción. Sin embargo, en plantas ma­
nufactureras, por lo menos la mitad de los empleados son de oficinas o personal de
servicio que nunca toca el producto. En compañías "exclusivamente de servicios"
tales como aseguradoras, financieras, educativas u hoteles, casi todos los emplea­
dos responden a esta definición. La implantación de procesos de mejoramiento
en este tipo de industrias por lo general no se formaliza debido a la dificultad de
medir la situación actual y, por ende, a la dificultad de reconocer el mejoramiento o
su ausencia. Sin embargo, éstas son las tareas que absorben la mayor parte de los
costos por remuneración, generan gastos, originan pedidos, pagan las cuentas, se
comunican con el cliente y dirigen las acciones que debe tomar la compañía —todo
mediante papeleo—. Este "software" hace que la compañía "exista" o no.
Se ha demostrado, mediante estudios, que más del 85% de estos pedazos de papel
contienen algún error —porlo menos un error—. Ninguno de estos errores es de
un modo necesario muy significativo, o un desastre en sí mismo, pero necesita ser
encontrado y corregido. Dichas correcciones modifican el proceso de la operación

EL PROCESO 161
e inician una cadena de "fugas". Su costo representa, por lo menos, un 25% de
los gastos de operación de cualquier función. Esto significa que un dólar de cada
cuatro se malgasta haciendo las cosas de nuevo y en el proceso, en dejar de hacer
algo que debió haberse hecho. Para calcular este "costo del tiempo", multiplique
el tiempo gastado por cada empleado involucrado en la ocurrencia, por 3. Este 3
viene de contar el tiempo que se toma para corregir el error, y el tiempo perdido
que hubiera podido utilizarse en una nueva tarea. Esto no incluye el costo de en­
contrar el problema, el cual puede ser mayor que el costo del tiempo en sí. Eliminar
este desperdicio mediante acciones de la dirección local es una gran fuente de utili­
dades para la compañía en estos días en que las fuentes de utilidades se están se­
cando. Considere unos cuantos casos típicos de problemas por "papeleo".
• Un grupo encargado de registrar pedidos toma la requisición del vendedor y
produce para el taller una orden que le indica a producción los detalles del pro­
ducto solicitado. Debido a que el que escribió la orden marcó "verde" en lugar
de "azul", el cliente recibe el artículo equivocado. Todo el tiempo gastado en
asegurarse que el pedido se ejecutara exactamente como se requería, fue des­
perdiciado. Peor aún, la verdadera causa del error puede no ser encontrada sino
después de llevarse a cabo muchas acciones innecesarias.
• El personal de cuentas por pagar puso información incorrecta en la tarjeta para
la computadora. Por tanto, la compañía no pudo aprovechar el descuento.
• Para un nuevo producto entregado a producción deben efectuarse 231 cambios
en la ingeniería. Un examen muestra que todos, excepto tres, fueron errores
matemáticos, equivocaciones de dibujo o errores no científicos, de los norma­
les, con los que hemos vivido por años.
• Los ejecutivos de Seguridad Social dicen que los errores de los oficinistas cues­
tan más dinero que cualquier otra cosa.
• El empleado del hotel envía a un huésped a una habitación sin arreglar. Como
resultado, el empleado, el botones, el ama de llaves, la afanadora, el empleado
de reservaciones y, desde luego, el huésped, todos pierden de quince a veinte
minutos que no estaban programados haciendo algo que no necesitaban hacer.
• Debido a que alguien oprimió la tecla equivicada en el teletipo, no se fue a reci­
bir al aeropuerto a una persona muy ocupada.
Para eliminar este desperdicio y para sacar los problemas adonde usted los pueda
combatir se requieren tres cosas:*
* Todos éstos están contenidos en un nuevo programa llamado Asegurar, el cual es descrito con
detalle en el Cap. 13. Desarrollo específicamente para operaciones de "software" y de servicios, está
probado, es práctico, sencillo y puede ser llevado a cabo durante o después del proceso de catorce pa­
sos. Implantando por la supervisión, elimina costos, y lo que es quizá más importante, desarrolla un
sentimiento positivo de participación y logro de los empleados y la gerencia.

162 LA CALIDAD NO CUESTA
1. Que la dirección reconozca que la situación existe. Este paso depende de la di­
rección.
2. Un método para medir la situación actual. Siempre se piensa que éste es el
problema más significativo al mejorar el papeleo y las áreas de servicio. En talle­
res de manufactura, cada paso es vigilado por personal de control de calidad y
el desempeño es evaluado hasta el último dígito. No sucede así con las áreas de
papeleo y de servicio y quizá sea necesario hacerlo. Sin embargo, todo puede
ser medido teniéndose una base. En el caso del papeleo, esta base es el cambio
ocasionado por desviaciones no planeadas del procedimiento.
3. Un programa para corregir problemas actuales y prevenir su recurencia. Cada
actividad comete errores en una ocasión u otra. Estos errores deben ser corregi­
dos. La corrección puede ser formal, por ejemplo, un aviso para cambiar una or­
den de compra, una tarjeta perforada para la computadora o una carta certifica­
da. O bien, puede ser informal, por ejemplo, tratándose de sustituir, borrar o
destruir. Como quiera que se haga, la gente en el área lo sabe, sabe cómo ha­
cerlo y cómo cuantificarlo. Todo lo que tiene que hacer es pedirles que le ayu­
den a identificar el método de corrección que pueda ser usado para cuantificar
procedimientos de medición. Graficar estas mediciones provee el método de
registrar los avances o la falta de ellos. En un proceso de mejoramiento, es in­
calculable el valor de unas medidas aceptadas por todos. Sin ellas no es posible
hacer algo. La dificultad para especificar medidas es la razón por la que no se
han implantado semejantes programas con mayor frecuencia en áreas admi­
nistrativas. Ahora, la medición puede ser sencilla.
Kate le pidió a Bill que le informara al equipo acerca de los requisitos del
paso de medición y su propósito, y que añadiera cualquier material de apoyo
que pensara que ellos necesitaban. Bill mencionó que el paso de medición era tal
vez el aspecto más importante de todo el proceso, porque permitía que se dieran
a conocer los resultados (para bien o para mal).
"Es particularmente importante que establezcamos nuestras medidas y las
registremos en este momento, para poder saber si lo estamos haciendo bien."
"Hay dos cosas de las que tenemos que asegurarnos de que sean atendidas:
Primera, tenemos que hacer arreglos para acordar medidas en cada departa­
mento y, segunda, debemos tener un método para exhibir estas medidas en don­
de todo mundo pueda verlas."
Otto se inclinó hacia adelante. "¿Piensas exhibir alguna clase de gráfica
acerca de las tasas de defectos de diferentes áreas, colgadas donde todo mundo
pueda verlas?"
Bill asintió.
Otto movió la cabeza. "No creo que ésa sea la forma de hacerlo. Estoy seguro
de que, a mis compradores, no les agradaría que todo el mundo conociera sus
problemas —al menos cuando no estuvieran en posición de conocer las
razones—. Y realmente, estoy seguro de que a nuestros proveedores no les
agradaría ver su nombre exhibido por toda la planta. Después de todo, eso es lo
que estamos midiendo en compras, es decir, lo bueno de las compañías que nos
surten,"

EL PROCESO 163
"Bueno, revisamos todos los productos que llegan por medio de la inspección
de recepción, y sabemos exactamente cuánto es aceptado y cuánto rechazado,
así que, ¿por qué no usamos eso como medida?", preguntó Will Ellis.
"Eso es lo que estaba diciendo, Will", respondió Otto. "Tenemos varios mi­
les de poveedores. Sería imprácticamente tener una gráfica para cada uno de
ellos y, aun si lo hiciéramos, la gente de aquí no le haría caso. Ellos sólo
hablarían de 'esos proveedores torpes'."
"He estado haciendo investigaciones en esta área, Otto", comentó Alien.
"Creo que existe un método que puedes estudiar. Se llama 'calificación del
comprador'. Todo lo que tienes que hacer es achacar a cada agente de compras,
cualquier error causado por los proveedores. Esto provee un tasa de defectos.
Por lo que sé acerca del sistema, éste muestra muy claro que algunos comprado­
res no son tan cuidadosos como otros, y esto lo saca todo al descubierto. ¿Por qué
no lo piensas?"
"Puede tomar mucho más que pensarlo. Se lo comentaré a los compradores
para ver qué opinan."
"Creo", dijo Bill, "que todos vamos a tener discusiones departamentales pa­
ra determinar específicamente qué tipo de medidas tomaremos. No tendremos
problemas con producción porque, de acuerdo al concepto del 'ghetto de pro­
ducción', todo es medido allí. Sólo necesitamos seleccionar aquellas medidas que
necesiten ser enfatizadas. Personal, mercadotecnia y los restantes verdaderos de­
partamentos de servicio nos tendrán que dar sus opiniones en el transcurso de la
semana. Puedo señalarles que sus supervisores están midiendo a su gente cada
día. Si ellos no saben qué poner en una gráfica, sólo pregúnteles quién es su me­
jor gente y luego pregúnteles cómo lo saben".
Kate se hizo para atrás. "Ahora déjame aclarar esto. ¿Estás diciendo que de­
bemos tener algún tipo de gráficas de medición que sean muy visibles —quizá
colgando del techo en cada área — y usar estas gráficas para medir los avances
del proceso de mejoramiento de calidad?"
Bill asintió.
"Entonces, esto significa que tenemos que ser cuidadosos acerca de lo que re
cojamos y asegurarnos de que tenga sentido. Necesitamos medidas de desempe
ño que se relacionen con el éxito de la compañía."
Ralph Lowell interrumpió. "Tenemos toda esta información de fallas en el
campo, Kate, y en realidad nunca ha sido analizada. Supon que la analicemos
minuciosamente. Esto nos permitirá saber a qué áreas darles énfasis. Esto les
podría dar a los departamentos algunas ideas."
Kate sonrió... "Vaya, ésa es una gran sugerencia ¿Podría ayudar el personal
de calidad?"
"Sí. Trabajaremos de inmediato con el grupo de servicio en el campo. Puedo su
gerir también que usemos los resultados de este análisis como punto de partida
para el proceso de mejoramiento. En otras palabras, podremos decir que aquí
nos encontrábamos cuando el equipo comenzó a funcionar."

164 LA CALIDAD NO CUESTA
"Hecho. Doy por terminada la junta. Les informaré acerca de la medición y
del siguiente paso en el proceso —el costo de calidad —. Este también es una es­
pecie de medida. Espero que se tomen el tiempo de leer este pequeño borrador
acerca del costo de calidad, para que todos podamos entenderlo de la misma
manera. Es de lo que trata todo el asunto."
Conforme el grupo empezó a levantarse para retirarse, Alice Wagner, la
contralor, permanecía sentada en silencio, como si estuviera perdida en sus pen­
samientos. Notando esto, todo mundo hizo una pausa al salir. Kate, un poco
preocupada, le preguntó a Alice, "¿Qué te molesta, Alice? ¿Es esa mente tuya de
contadora haciendo una hoja de balance con nosotros?"
Alice sonrió.
"No Kate, de hecho estaba pensando en lo bien que todo está saliendo y en la
confianza que tengo de que todo saldrá en la forma en que lo pensamos. Sobre
todo la cuestión del costo de calidad. Yo lo he sabido por algún tiempo, y puedo
decir que no logré que nadie se interesara en ello. Sin embargo, esto es otro
asunto. Y hablando de asuntos, mientras todos ustedes se queden allí de pie mi­
rándome, supongo que yo también puedo exponer el mío."
La mayoría se sentó. Ralph y Alien se recargaron contra la pared. Wagner
rara vez hablaba acerca de algo en la reunión del personal, a menos que se le in­
citara a hacerlo. Ya había hablado más en estos breves instantes que en todo el
año pasado. Es obvio que ella había estado pensando acerca de algo y ahora
había decidido participarlo.
"Lo que me ha estado molestando desde que empezamos a hacer este proce­
so de mejoramiento de calidad, es el por qué lo necesitábamos."
Ella levantó su mano conforme Alien empezó a inclinarse hacia adelante.
"Entiendo todo acerca de los malos productos y servicios que hemos estado
infringiendo a nuestra clientela. Y reconozco que se necesita tomar acciones pa­
ra corregir esta situación. De hecho, hace mucho que debimos tomarlas. Reco­
nozco todo esto. Lo que me dio problemas era por qué teníamos que tomar este
formato tan inaudito para resolverlo. ¿Por qué hemos de tener un equipo y un
conjunto de pasos inflexibles que deben ser seguidos en orden? Después de todo,
tan sólo vamos a hacer lo que deberíamos estar haciendo de cualquier forma."
"Obviamente el formato no es para los empleados; ellos están dispuestos a hacer
lo que queramos. El jefe se siente responsable por toda la situación, así que no
estamos buscando ningún chivo expiatorio y tampoco estamos todos jalando de
una cuerda juntos, así que no hay carga que mover."
Ralph se estremeció. "Tú mencionaste un punto.'
"Correcto. Un punto. Bueno, el punto es éste. Me es evidente que la mayoría
de los gerentes, incluyéndonos, estamos tan preocupados con el ahora, y con re­
solver nuestros problemas reales o imaginados, que somos incapaces de planear
acciones correctivas o positivas con más de una semana de anticipación. Este
equipo y el concepto de mejoramiento a largo plazo nos fuerzan a planear con
anticipación. Ello requiere un compromiso de nuestra parte y, lo que es más im­
portante, crea un ambiente en el que todos podemos ser completamente hones-

EL PROCESO 165
tos unos con otros y trabajar juntos sin sentir que vamos a ser criticados o que
vamos a competir. Creo que tenemos que reconocer que hemos sido colocados en
esta posición con un propósito y que el éxito de este equipo puede muy bien ser el
éxito o el fracaso de la división."
"Con esto les proporcionaré alguna información por adelantado. Como dije,
he estado interesada en el costo de calidad desde hace algunos años, y hace pocos
días hicimos cálculos respecto a ella. Quisiera reportarles que el costo de la cali­
dad asciende al 20.2% de las ventas. Para ahorrarles cuentas esto equivale a casi
$11 millones al año. Mi punto, amigos, es que no hay nada más importante para
nosotros que reducir eso al 4% de las ventas, o sea, $2.1 millones, que los profe­
sionales de calidad dicen que es razonable, si bien no adorable. La diferencia es
de sólo ¡$9 millones! Fácilmente podríamos sumar cuatro megadólares a nuestras
utilidades haciendo esto bien."
"Así que me voy a reunir con mi personal esta noche. Vamos a idear una for­
ma de medir a los contadores, tomadores de tiempo, auditores y a todos los de­
más en una forma que ellos respeten y aprecien."
Hubo un corto silencio. Entonces Ralph dijo: "¿$11 millones por hacer las
cosas mal? ¿Tienes todo esto desglosado?"
"Pensé que nunca preguntarían", sonrió Alice. "Tengo copias aquí para to­
dos ustedes. Fíjense que no tiene encabezado y muy poca explicación. No me
gustaría que este tipo de información saliera de aquí para caer en manos de la
competencia. La mayoría de los costos que tengo son por mano de obra de un ti­
po u otro. No incluí los cambios en la ingeniería o las correcciones hechas por el
personal de oficina. Sin embargo, casi todo el mundo está allí."
"Tomé una cifra de $17 000 por persona para cubrir salario y prestaciones.
En algunos casos, esta cifra es demasiado alta, pero en la mayoría, es demasiado
baja. En general, es justa. En mi opinión, el panorama completo está subestima­
do." Ella les dio las cifras:
• Personal de servicio en el campo (dedi­
cado exclusivamente a reparar y reponer
productos en el domicilio del cliente) 281 /17K = $4 777 000
• Departamento de calidad ( del cual po­
dríamos prescindir en su mayor parte si
se hicieran las cosas bien) 187/17K = $3 179 000
• Personal de producción involucrado en
correcciones dentro de la planta 62/17K = $1 054 000
• Costos de garantía $1 269 750
• Desperdicio 620 241
• Total $10 900 000
Se hizo un largo silencio, conforme los números se fueron asimilando. Por
último Ralph preguntó si esto significaba que todo el departamento de servicio
en el campo era el blanco del proceso de mejoramiento.

166 LA CALIDAD NO CUESTA
"De ninguna manera", replicó Al. "Pero conforme mejoremos nuestra cali­
dad de salida, habrá menos servicios de campo que realizar. Por lo menos de
acuerdo a como está estructurado el trabajo por ahora. Pero no te sientas mal,
todo mi departamento es un contribuyente también."
Hubo un momento de silencio. Entonces Will habló.
"Si resolvemos el problema bien, creceremos lo suficiente para conservar a
toda nuestra gente, pero tenemos que recordar que estamos tratando de res­
taurar la salud de la compañía. Si no hacemos esto, o no lo hacemos bien, perde­
remos nuestras opciones."
"Se terminó la reunión", dijo Kate.
PASO CUATRO: EL COSTO DE CALIDAD
Propósito:
Definir los elementos del costo de calidad y expli­
car su uso como herramienta gerencial.
Operación general:
1. El costo de calidad está compuesto por lo siguiente:
Desperdicio Cambios en Ingeniería
Correcciones Cambios en órdenes de compra
Garantía Corrección de "Software"
Servicio (excepto mantenimiento Asuntos del consumidor
regular) Auditoría
Mano de obra de inspección Otros costos por hacer las cosas
Mano de obra de Control de Cali- mal
dad
Mano de obra de pruebas
Costos de aceptación del equipo
2. Este gasto total no debe representar más del 2.5% de sus ventas en dólares.
3. Si su costo de calidad es superior al 2.5%, usted tiene una oportunidad directa
de incrementar su margen sobre ventas por la cantidad exacta en que reduzca
este gasto. Esta reducción es tomada más eficiente y muy rápida, concentrán­
dose en la prevención de defectos en vez de reducir el número de operaciones
de aceptación, dado que constituye tan sólo una pequeña parte del costo.
Unos gastos razonables para el costo de calidad son los siguientes:
Corrección. El monto de mano de obra directa, prestaciones y material requerido
para corregir material que no cumpla con los requisitos.
Permisible 0.25% de las ventas
El suyo actualmente

EL PROCESO 167
Desperdicio. La cantidad de desperdicio no planeado que es producido, su valor en
dólares, más el valor agregado en mano de obra, prestaciones, hasta el punto de
desecharlo por completo.
Permisible 0.25% de las ventas
El suyo actualmente
Garantía, servicio. El valor en dólares de artículos vendidos que son devueltos por
los clientes por no cumplir con los requisitos y el gasto por reemplazo, reparación o
servicio.
Permisible 0.2% de las ventas
El suyo actualmente
Mano de obra de aceptación. El salario y gastos del personal de inspección, control
de calidad, prueba y auditoría, quienes ejecutan funciones de medición de cumpli­
miento con las especificaciones y otras similares.
Permisible 1.8% de las ventas
El suyo actualmente
Sharon estaba ansiosa de saber cómo se habían desarrollado las juntas ese
día, y Bill, por su parte, estaba ansioso de contárselo. Esta política de no esperar
suscitó numerosas interrupciones breves hasta que Bill alzó las manos y pidió
calma.
"Vamos a empezar desde el principio, y te lo contaré todo. Nos juntamos hoy
para nuestra reunión semanal y discutimos con brevedad el sistema de medición;
luego empecé a mencionar la actividad de toma de conciencia. Es tiempo de que
empecemos con ella, aunque no estoy seguro de que todo el mundo esté muy in­
teresado en colgar cartelones por todas partes. Cada vez que traté el tema, al­
guien volvía a mencionar lo del costo de la calidad. Nada más que no te puedo
decir el gran impacto que ese número y la revelación de que existía tuvieron
entre aquellos gerentes. En realidad ellos no creían que estuviera interviniendo
algo tan grande."
"No entiendo", dijo Sharon, "¿Acaso no calcula cada compañía su costo de
calidad en esa forma? ¿Es la nuestra tan rita? ¿Cuál es la gran sorpresa?"
"La sorpresa, querida, es que muy poca gente lo calcula con la entereza de
nuestra contralor. En cada compañía que he conocido, lo reducen tanto como
sea posible. Por ejemplo, sólo incluyen los salarios de la gente que realiza las
correcciones, no las prestaciones, y no cuentan a la supervisión involucrada. Sin
embargo, si no tuvieras a esa gente, no necesitarías la supervisión. En realidad
indica que nos estábamos encaminando hacia una situación financiera extrema­
damente difícil."
"Creo que existe otra razón por la que todo el mundo estaba tan asom­
brado", sonrió Sharon. "Creo que muchos de ellos se dieron cuenta que no
estaban haciendo una gran labor administrativa en la compañía. Ellos podían
haber hecho las operaciones mucho más rentables."

168 LA CALIDAD NO CUESTA
El la miró con sorpresa. "Eso es precisamente lo que dijo Will. Expuso con
claridad que si pudiéramos bajar nuestros defectos a cero, tendríamos todo el
dinero para crecer y que podríamos usar a la gente para eso. No se trata de diez­
mar a la operación; vamos a necesitar personas capaces para futuras expan­
siones. Esto ha venido colgando de nuestro bolsillo como una roca. No podíamos
crecer porque nuestros productos necesitaban mucho trabajo y atención. Si ha­
cemos bien nuestros productos, entonces el camino es muy claro."
"Creo que deberías llamarlo 'nuevo programa de actitudes' en lugar de 'me­
joramiento de calidad'."
"Tienes toda la razón. Pero no puedes dejar que el equipo lo sepa; ellos
creen que todo fue invento suyo. Vamos a comer, necesito fuerzas."
"Sabes, el hambre también es una actitud", comentó Sharon. "Siento que no
pensamos lo suficiente acerca de las actitudes. La mayoría de la gente que sé que
tiene problemas, me parece que los crea a través de sus actitudes. Ellos sienten
esto a lo otro, ellos son intolerantes o no, y todo esto parece no tener relación, co­
mo si fuera tan sólo un patrón de pensamiento asumido a lo largo de su vida."
"He notado que las actitudes negativas parecen más contagiosas que las posi­
tivas."
"Es cierto, la otra noche vi en la televisión a un ministro que curaba a la gen­
te tocándola. No lo entiendo, pero ha habido casos de gente paralítica que cami­
na, sordos que oyen y así sucesivamente. Yo estoy de acuerdo con esas curas, ya
sean obra de Dios o lo que sea. Pero me gustaría que pudiéramos hacer algo más
con respecto a las actitudes. Eso haría más por la paz y prosperidad que
cualquier pie derecho."
Ella se detuvo.
"Bien, curandera de actitudes. Ven y comamos."
Nota: El costo de calidad es el catalizador que le hace tomar completa conciencia
de lo que está sucediendo al equipo de mejoramiento de calidad y a otro personal
de la gerencia. Antes de eso, muchas veces se concretan a ejecutar las etapas del
proceso para causar la impresión adecuada. Después de todo, las compañías mo­
dernas rebozan de "programas": bonos del ahorro; campañas de donaciones de
sangre; análisis de valor; peso por día; petición unificada; limpia del control de in­
ventario; reducción de costos y así sucesivamente. El costo de calidad saca de lo
abstracto al asunto de la calidad y lo enfoca como dinero contante y sonante. De
pronto el potencial para avanzar está allí. De repente es en realidad un verdadero
generador de utilidades en lugar de una idea negativa.
No se involucre con las técnicas para calcular el costo de calidad al grado de olvidar
para lo que debe ser usado; es decir para llamar la atención sobre los problemas e
identificar aquellas áreas que requieran acciones correctivas.
PASO CINCO: CONCIENCIA DE LA CALIDAD
Propósito:
Proveer un método para acrecentar la preocupa­
ción personal que siente todo el personal de la

EL PROCESO 169
compañía por cumplir con los requisitos del pro­
ducto o servicio y la reputación de calidad de la
compañía.
Operación general:
1. Para cuando usted esté listo para la etapa de conciencia de la calidad, de­
berá tener una buena idea del tipo y costo de los problemas que usted
enfrenta. Esto será revelado por las etapas de medición de calidad y costo
de calidad.
2. La idea de conciencia de la calida es la de mostrar a todos la necesidad de
mejorar y prepararlos para un compromiso subsiguiente con el programa
de Cero Defectos.
3. La actividad de conciencia de la calidad tiene dos componentes esenciales:
a. Deberán realizarse juntas regularmente entre la gerencia y los empleados,
para discutir sobre problemas específicos de incumplimiento con los requisi­
tos y tratar de encontrar algunas medidas que puedan tomarse para resolver
estos problemas. Estas juntas deberán no sólo ser entre trabajadores y su­
pervisores, sino también entre supervisores y gerentes. Las reuniones nece­
sitarán ser cortas, positivas y directas al grano. Deberán llevarse a ?abo con
regularidad y cumplirse con lo que se prometa.
b. La información acerca del proceso de calidad debe ser comunicada a través
de canelones, artículos en boletín interno y eventos especiales. El propósito
de esto es reafirmar que la compañía es sincera en su énfasis sobre la calidad
y transmitir este mensaje de manera permanente. El material necesario es
muy económico y hasta puede ser casero. Algunas compañías llevan a cabo
concursos de cartelones de calidad para los empleados y sus familias, otor­
gando pequeños premios a los ganadores y acumulando a un mismo tiempo
una gran provisión de cartelones gratuitos.
La porción del programa correspondiente a la conciencia de la calidad deberá
ser planeada por el equipo de mejoramiento. Sin embargo, deberá apoyarse en las
funciones correspondientes, como relaciones públicas, personal y otras similares.
Comentario: La conciencia de la calidad deberá ser discreta y constante —un flujo
constante de eventos sin principio ni final.
Conforme el proceso empieza a tomar forma, las comunicaciones del equipo
se vuelven más complejas. Bill Ranson decidió empezar una serie de memoranda
acerca de la situación para asegurarse de que todos estaban recibiendo la misma
información.
Memorándum A: Equipo de Mejoramiento de Calidad
De: Bill Ranson
Asunto: Medición

170 LA CALIDAD NO CUESTA
Tenemos ya las categorías de medición primaria planeadas por cada departamen­
to, así como el estado preliminar de las causas de falla en el campo. A menos que
ustedes me digan lo contrario, éstos serán nuestros patrones para describir el esta­
do actual de la situación. Se les enviarán reportes detallados acerca de los proble­
mas en el campo. Esto es sólo para resumir lo que el cliente está viendo:
1. Medición del Producto
Rechazos de Problemas
Artículo clientes principales
Tostadores 8.6% Resistencia abierta
Asideras equivocadas
Daño por transporte
Comentario: El problema de la resistencia se ha localizado en soldaduras defec­
tuosas del proveedor. El de las asideras, en el dibujo, pero ambas eran obsoletas.
La causa de los daños por transporte no está clara.
Rechazos de Problemas
Artículo clientes principales
Televisor personal 14.3% Se recibió color
equivocado
Falla de componentes
Comentario: El color del aparato y el marcado en la caja ocasionalmente no coinci­
den; la razón es desconocida. Los técnicos reparadores encuentran que los com­
ponentes han sido colocados en la posición equivocada; se sospecha de la prueba
final en la planta, la cual está siendo verificada.
Rechazos de Problemas
Artículo clientes principales
Sartén eléctrica 6% Recubrimiento
escamoso
Patrón borroso
Comentario: La pintura de las asideras se está descarapelando; razón desconocida
aún. El patrón borroso era la razón principal de rechazo, aparentemente debido a
un trabajo descuidado en la planta.
Otros productos se detallarán en el reporte anexo.
2. Mediciones departamentales
Producción. Las gráficas lineales que se usan ahora dan medidas de defec­
tos por unidad y porcentaje defectuoso en todas la áreas. Además, el perso­
nal involucrado ha decidido que le agradaría tener las metas de mejoramien-

EL PROCESO 171
to señaladas directamente en las gráficas y que éstas se cuelguen sobre las
áreas de trabajo en tableros de 1 m por 1.25 m para que todo el mundo
pueda verlas. Todas las gráficas serán de este tamaño, excepto en áreas de
oficina donde colgarán del techo, pero siendo de 0.65 m por 0.90 m.
Ingeniería. El principal parámetro de medición será los avisos de cambios en
dibujo para cada grupo, así como los errores encontrados al verificar di­
bujos.
Programación de computadora. Calcular tiempo de cómputo requerido para
"esclarecer" programas, y errores de "aritmética" encontrados al verificar
programas. Mídase también cualquier pérdida de tiempo ocasionada por
errores en perforación.
Contraloría. Mídanse vencimientos de cuentas por cobrar y errores en el
libro mayor encontrados en las auditorías. Háganse inspecciones aritméti­
cas al azar en las hojas de los tomadores de tiempos. Se está llevando a ca­
bo un programa de sugerencias para determinar formas de efectuar más
mediciones personales.
Calidad. Contabilice rechazos de clientes, repetición de defectos después
de la acción correctiva, y errores encontrados atribuidos a un departamento
anterior. Revise las acciones del consejo que toman más de un día.
Compras. Calcule defectos del producto en aceptación de recepción, los
cuales puedan ser atribuidos al comprador y no al proveedor. También, en­
cuentre cualquier omisión de las especificaciones apropiadas, etc., en la or­
den de compra.
Mercadotecnia. Calcule errores en documentos de pedido, relación equivo­
cada de las especificaciones de productos en respuesta a pedidos, falta de
notificación de precios, etc.
Servicio de Campo. Identifique repetición de fallas, formas de reporte ile­
gibles, auditorías de destreza en el trabajo.
Vigilancia. Anote falta de registro de los relojes en las diferentes localida­
des. Identifique violaciones a la seguridad.
Personal. Mida impuntualidades de los trabajadores. Analice reclamaciones
del sindicato sobre el contrato. Anote retrasos en procesar transferencias y
terminación de programas de entrenamiento.
Kate se paró al frente del equipo de mejoramiento de calidad. "Lo impor­
tante que tenemos que recordar acerca de la etapa de toma de conciencia es que
debemos alcanzar a cada empleado, y que todos los empleados deben ser alcan­
zados por su supervisor a través de sus compañeros. Esta es la gente que en reali­
dad tiene importancia para ellos."

172 LA CALIDAD NO CUESTA
Harry Williams preguntó, "¿por qué, no tenemos sólo una gran reunión pa­
ra hacer que llegue el mensaje a todos a un tiempo? Entonces podremos dar por
terminado todo el asunto más pronto y empezar a recuperar algo del dinero que
estamos desperdiciando".
Kate miró hacia Bill, en espera de que contestara a la pregunta.
"Es probable que debamos tomar ese enfoque cuando lleguemos a la ce­
lebración de Cero Defectos, porque entonces, estaremos buscando un compro­
miso de todos para acelerar el proceso. Sin embargo, en este momento, es nece­
sario que expliquemos detenidamente esta situación a cada individuo y que cada
persona lo escuche de su supervisor. De otra forma puede suceder que no se sien­
tan lo bastante comprometidos para hacer sugerencias y tomar las acciones nece­
sarias para reducir los errores."
"Quizá sea mejor que revisemos los próximos pasos para ver como embonan
juntos. 'Conciencia' es para hacerles saber a la gente que estamos enfatizando la
calidad y su importancia. Los supervisores necesitan orientación para llevar este
problema a su gente. Vamos a tener que realizar algo de entrenamiento para los
supervisores."
"Después de eso, estableceremos según la forma debida el sistema de acción
correctiva. De hecho, ya existe, pero necesita reconstruirse. A pesar de todo, si le
vamos a pedir a la gente que resuelva problemas, necesitamos un sistema correc­
tivo que funcione."
"Entonces podremos prepararnos para el programa de Cero Defectos. Una
vez que lo hayamos lanzado, empezaremos a eliminar las causas de errores y
luego, proseguiremos con fijación de metas y reconocimiento."
"¿Por qué no empezamos de inmediato con Cero Defectos? Después de to­
do, esa es nuestra meta. ¿Por qué perder el tiempo con esas otras etapas?", dijo
Harry.
Al tomó la palabra. "Queremos un proceso permanente de mejoramiento
uno que se convierta en parte de la cultura de la compañía. Para hacer eso, tene­
mos que asegurarnos de que esté bien establecido. A través de las etapas previas
a CD se logrará un mejoramiento significativo. Si se les puede creer a las cifras
de otras compañías, debemos reducir nuestros errores en un 40% a través de es­
tas acciones. De hecho, estamos eliminando los más sencillos —cosas obvias tales
como mejorar la destreza para soldar, ser más cuidadosos al elaborar nuestros
planes de proceso y verificar doblemente el empaque."
"Pero cuando le hablemos a nuestra gente de CD y le pidamos que, desde la
primera vez, hagan bien cada trabajo, deberemos ser capaces de responderle. La
gente toma en serio una petición como ésta. Cuando mire a su trabajo para ver
qué es lo que se interpone en el camino de un desempeño perfecto, querrá ser ca­
paz de señalar la causa del error. Todo lo que necesitan conocer es el problema
De nosotros depende encontrar la solución."
"Deja ver si me ha quedado esto claro", dijo Otto.
"Estamos suponiendo que a la gente de esta compañía nunca se le ha hecho
ver de manera clara que esperamos que cada trabajo se haga bien en cada oca-

EL PROCESO 173
sión. Por tanto, se lo vamos a decir poco a poco, para que no se escandalicen de­
masiado. Entonces le vamos a ayudar a que se desempeñe bajo ese estándar, so­
lucionándole los problemas que nos diga que tiene. Todo esto va a eliminar erro­
res. ¿Correcto?"
"Nunca lo he oído decir tan claramente. Estás en lo correcto."
"Tú sabes, quizá funcione."
"Desde luego, lo que en realidad estamos buscando es establecer la preven­
ción de fallas como parte de la vida diaria y del desempeño. Allí es a donde va­
mos."
"Bien", dijo Kate. "Pongámonos a determinar qué es lo que vamos a hacer
respecto a la concientización. Supongo que nuestro coordinador ha hecho arre­
glos para algunos canelones y otra publicidad interna."
"Correcto. He mandado hacer canelones con proveedores comerciales que
dicen cosas comunes tales como: 'La calidad es la mejor forma de garantizar los
trabajos', y así por el estilo. Sin embargo, mi esposa tiene una sugerencia que,
quizá, el equipo quiera considerar."
"Habla", sonrió Kate.
"La sugerencia es que les pidamos a los hijos de los empleados que nos hagan
canelones acerca de la calidad. Podemos utilizar el próximo número del periódi­
co de la compañía para anunciarlo. Los premios podrían ser ciertos de los pro­
ductos."
Otto dijo, "¿Qué tal si esos productos no funcionan? Podríamos darles algo
que les guste a los niños. Un día libre de la escuela, por ejemplo. ¿O que vean to­
da la televisión que puedan ver en veinticuatro horas? ¿O algunos libros?"
Uno por uno, los miembros del equipo reconocieron que ésta era una gran
idea, y dieron su autorización para seguir adelante. Kate pensó que esto era algo
que debía ser discutido con los representantes del sindicato. Al le advirtió que re­
cordara que no hacía falta pertenecer al sindicato para tener niños. El concurso
estaría abierto a todos, sería digno y no había razón para pedir permiso.
"Bien", dijo Kate. "Tendremos una reunión informativa."
Se decidió invitar a todos los supervisores a que se reunieran después del tra­
bajo esa noche, en la cafetería, para recibir un programa de orientación de
treinta minutos. Después de eso, se reunirían al día siguiente en forma indivi­
dual con los jefes de departamento en horas de trabajo, para notificaciones
específicas. En el curso de tres días, todos los empleados, con el énfasis en 'todos',
tendrían discusiones con sus supervisores acerca de la importancia del proceso de
calidad. Entonces se llevarían a cabo reuniones de grupo cada semana, hasta el
próximo aviso.
Equipo de Mejoramiento de Calidad/Supervisores
(Algunos Comentarios Representativos)
Hugh: "He hecho planes para una carrera agradable y remunerativa coronada
con una jubilación reflexiva y opulenta. Si no resolvemos esta situación de la ca-

174 LA CALIDAD NO CUESTA
lidad, no lograremos nada de eso. El que mejoremos o no, está por completo en
sus manos. La gente se desempeña de acuerdo a los estándares de sus líderes, y
ustedes son sus líderes. Yo soy su líder y yo digo que vamos a hacer los productos
de acuerdo a como les hemos dicho a nuestros clientes que los haríamos."
Kate: "La gente de mercadotecnia apoya por completo este proceso. La de
mercadotecnia regional ha preguntado cuándo podrá llevar a algunos de sus
mayores clientes a la planta, para que ellos vean por sí mismos la clase de desem­
peño de la calidad que estamos llevando a cabo. Les dije que nos dieran dos me­
ses. Hugh dice que eso es demasiado."
Bill: "Cuando hablen con su gente, efectúen una mesa redonda y hablen en
forma abierta. Los ingenieros de calidad les han dado detalles de los errores, pa­
ra que puedan preguntarles a sus empleados cómo superar los problemas enlista­
dos. No rechacen ninguna idea, no rechacen a nadie. Los supervisores del área
de servicio harán énfasis sobre el efecto de lo que hacen sus grupos en lugar de lo
específico, hasta que obtengamos más datos. Sin embargo, ustedes conocen los
problemas. Se trata de obtener la cooperación y participación de todos en este
proceso de mejoramiento de calidad,"
Hubo algunas preguntas acerca de las técnicas y algo de incertidumbre acer­
ca de qué tan bien responderían algunos de los grupos. Sin embargo, según lo
comentó Hugh, nadie sugirió que las acciones no fueran necesaria. Eso, por sí
mismo, hizo obvio que era mejor movilizarse en serio.
Ensamble
Cari Albert se sentó en la mesa con las dieciséis personas que formaban su grupo
de ensamble de arnés de cable. Nueve mujeres y siete hombres lo miraban ner­
viosamente y consultándose en silencio con la mirada. Esta reunión no era su for­
ma normal de trabajar. A Cari no le agradaba mucho la idea, puesto que estaba
mucho más acostumbrado a tratar con sus empleados uno a la vez, o cuando
mucho, en parejas. Sin embargo, carraspeó e intentó una leve sonrisa. "Me
alegra que todos nos podamos reunir por unos momentos para discutir sobre al­
go que es muy importante para todos nosotros. Esto es la calidad."
Notó caras de alivio en varias personas.
"Anoche tuvimos una junta con el gerente general y su equipo, así como con
todos los supervisores. El propósito era informarnos todos acerca de la situación
de la calidad, para que pudiéramos venir y planteárselo a ustedes a fin de que,
entre todos, hagamos algo para mejorarla."
Para su sorpresa, Cari se quedó sin aliento. Hizo una pausa y comentó, "creo
que no tengo mucha experiencia para hablar ante grupos numerosos". Todos
rieron y algunos encendieron cigarrillos conforme iban sintiéndose más a gusto.
"Lo que quiero decir es que estamos teniendo problemas con los productos
en el campo, debido a defectos que se les están dejando aquí en la planta por di­
seño, ausencia de calidad en el trabajo y debido a problemas con los proveedo-

EL PROCESO 175
res. Nadie está exento. Tenemos que trabajar juntos para ver qué podemos
hacer para prevenir estos problemas."
Martha Howard levantó la mano. "¿Qué pasa con inspección? ¿No se supone
que ellos deben detectar estas cosas antes de que salga el producto?"
"Claro que sí, Martha, y van a tener que encontrar mejores formas de hacer
la inspección y las pruebas. En este momento, están teniendo juntas para tratar
sobre el tema. Sin embargo, si hemos de ser honestos, tenemos que reconocer
que si hacemos nuestros trabajos bien y completos, no habrá nada que se le pase
a inspección. Nuestro problema es de prevención."
"¿Qué clase de problemas están encontrando con nuestro trabajo?" preguntó
Leroy Anders. "Obtenemos alguna retroalimentación pero, por lo general, cual­
quier cosa que encuentren mal con nuestras cosas pasa al área de corrección y
nunca nos enteramos. Creo que me gustaría hacer mis propias correcciones y en­
tonces, sabría qué es lo que está mal."
"Caray Leroy, ésa es una gran idea. Te apuesto que nadie había pensado
nunca acerca de ese aspecto. Probablemente crean estarnos haciendo un favor
llevándose las correcciones a otro lugar. Llevaré eso a la gerencia de inmediato."
"¿Qué clase de defectos les están encontrando los distribuidores?"
"Tengo aquí una lista de cosas que tienen que ver con nosotros. La más co­
mún es invertir los alambres en el enchufe interno de corriente para los televiso­
res, y la siguiente más común es dejar un alambre fuera del manojo. El resto son
cables o pequeñas partes desportilladas o dañadas. Nuestra corrección más cos­
tosa es la del enchufe del televisor. ¿Alguien tiene alguna idea sobre qué hacer al
respecto?"
Martha levantó de nuevo la mano. "Sabes Cari, los dos alambres son del mis­
mo color."
"No era así antes. Uno era rojo y el otro negro."
"Pues, ahora, ambos son verdes."
"Ha de haber sido por alguna reducción de costos."
¿Qué tal si alguien pone una etiqueta en los alambres por un tiempo, y no­
sotros seremos más cuidadosos?"
"Bien, haremos eso. Ahora permítanme decir rápidamente otra cosa antes
de que terminemos. Tendremos otra junta la próxima semana. Mientras tanto,
si tienen más ideas, díganmelo. Pero nosotros hablamos en serio acerca de este
asunto del mejoramiento de calidad. Las gráficas de medición sobre defectos por
unidad van a ser colgadas esta semana justo allí. Ellas mostrarán qué tan bien lo
estamos haciendo. Nuestro nivel es de 5.6 defectos por enser. Eso es mucho. Me
gustaría que los bajáramos pronto. Una forma de lograrlo es empezando a hacer
nuestras propias correcciones para que conózcanlos mejor, por nosotros mismos,
los problemas que estamos generando. Gracias."

176 LA CALIDAD NO CUESTA
Control de Producción
El grupo de control de producción se reunió alrededor de la cómoda en el reci­
piente para el inventario de metales. Harold Withers golpeó de buena manera el
escritorio de metal y llamó al orden. El y sus hombres llevaban una buena rela­
ción desarrollada a raíz de haber trabajado juntos durante mucho tiempo.
"Les voy a hablar acerca de la calidad", sonrió.
Varios gruñeron.
"Me imaginé que reaccionarían así. Piensan que la calidad no tiene algo que
ver con ustedes; piensan que todo tiene que ver con el departamento de calidad,
que es tan sólo un problema de ellos. Sé que piensan esto, porque eso mismo
pensaba yo hasta anoche. Anoche vi algunos de los problemas que tenemos por
aquí y me di cuenta de que en gran medida somos parte de la solución."
"¿Cómo podemos tener que ver mucho con ello, Hal?", preguntó Tim
Collet. "A menos que te fijes en las cosas que tiramos de cuando en cuando, no
tenemos forma de afectar a la calidad."
"Supongan que les digo que el problema más grande que tenemos en el en­
samblado de tableros de circuito impreso, son componentes equivocados en los
tableros. Alguien recogió el componente equivocado de la bandeja de mano y lo
puso en el tablero. ¿Quién creen ustedes que lo puso en la bandeja de mano?"
Todo mundo trató de hablar a la vez. "No es así." "No hacemos eso, sola­
mente entregamos las partes. Otra gente las pone en las bandejas."
Hal Levantó la mano para pedir silencio.
"Comencemos de nuevo. Nosotros tocamos cada unidad del producto que
pasa por esta operación. Nosotros la cuidamos desde la plataforma de recepción
hasta la plataforma de embarque. Apresuramos algunas y retrasamos otras. Mo­
vemos el producto desde el ensamblado hasta inspección, desde la bandeja de
inventario hasta el bote de la basura. Ya sea que se compre, se fabrique, se alma­
cene, se deseche o solamente se rote, nosotros lo tocamos. ¿No es así?"
"Correcto."
"Entonces, contribuimos a los problemas involucrados en juntarlo todo al
mezclar las cosas de vez en vez o interfiriendo de alguna forma con el flujo."
Hubo un silencio y luego gestos lentos de asentimiento.
"Y les diré algo más importante que eso. Nosotros vemos a todo mundo en
la planta durante todo el día. Somos formadores de actitudes, lo queramos o no.
Líderes pensantes. Ustedes no lo encontrarán en ninguna de esas gráficas de me­
dición, pero nosotros somos quienes podemos afectar cómo se sienta todo mundo
aquí. Si fruncimos el ceño, contagiamos nuestro mal humor; si estamos sonrien­
do, ellos sonríen. ¿Correcto? Correcto."
"Así que, empezando desde ahora, vamos a recorrer la planta, hablando de
ejemplos de calidad. Conseguí que el coordinador de mejoramiento de calidad
nos mandara fabricar unoc gafetes que todos vamos a usar y que, dicen: 'Apoyo
la Calidad'. Vamos a usarlos en todas partes, todos los días, y vamos a ser muy
cuidadosos de cómo hacemos las cosas. ¿Correcto?"

EL PROCESO 177
El grupo sonrió. Hal realmente tenía razón.
"¿Podemos ofrecer sugerencias acerca de cómo efectuar mejor nuestro tra­
bajo?"
"Claro que sí. Preséntenselas a John y nos reuniremos otra vez mañana, por
la mañana, antes del trabajo para discutir sobre ellas. Si alguien no puede lle­
gar, no habrá problema, porque esto se hará fuera de horas de trabajo. Pero no­
sotros vamos a ser el grupo más motivado hacia el mejoramiento en la compañía.
¿Correcto? Correcto."
Y una Nota Final
Hugh invitó a Al a tomar una taza de café con él. Caminando hacia la cafetería,
ambos saludaron y hablaron con todos los que se encontraban. Hugh en par­
ticular había desarrollado una buena relación visual con los empleados. Ellos
apreciaban su apariencia positiva y su paso vigoroso. Al sintió que la operación
estaba en buenas manos.
"Creo que el proceso de mejoramiento está teniendo buen comienzo. Ya es­
tamos obteniendo reducciones en las tazas de defectos, y el regresar las correc­
ciones a las personas que ocasionaron el problema parace ser no sólo una buena
acción correctiva, sino que también es buena para el ánimo", dijo Hugh.
Al resplandeció. "Creo que estás en lo correcto. Los números preliminares
del campo también son mejores. Hasta donde yo sé, las juntas entre los supervi­
sores y su gente han salido bien. La mayoría de la gente se sorprendió simple­
mente de que se hicieran. En general, este proceso tiene que ser algo grande
para la compañía."
"Lamento que no lo hayamos implantado antes, Al. Pero por lo menos, ya
empezamos a movilizarnos. Creo que mereces felicitaciones por haberlo hecho
realidad. Y mientras te doy palmadas en la espalda, permíteme decirte también
que si hubieras puesto mayor énfasis sobre las cifras relativas al costo de calidad,
es probable que hubieras podido vender el proceso antes. Pero esto no es más
que una suposición."
"Sé que eso es absolutamente cierto, Hugh. Me he dado de topes por no ha­
berlos mostrado. De ahora en adelante, estarán siempre al frente."
PASO SEIS: ACCIÓN CORRECTIVA
Propósito:
Proveer un método sistemático para resolver de
una vez por todas los problemas identificados en
etapas anteriores.

178 LA CALIDAD NO CUESTA
Operación general:
1. Los problemas que son identificados durante la operación de aceptación o por
algún otro medio deberán ser documentados y luego resueltos en debida forma.
El método más directo es establecer cuatro niveles de actividad constante.
a. Realice juntas diariamente entre el supervisor del área y un ingeniero de cali­
dad o supervisor, para examinar los problemas detectados. Determine méto­
dos para corregir la situación actual previniendo a la vez su recurrencia en el
futuro. Estas juntas deberán documentarse en una gráfica de acciones, ele­
mento por elemento, que mencione el problema, la gravedad del problema y
su causa, así como quién va a hacer qué cosa y cuándo.
b) Realice juntas semanales entre la supervisión general de producción y la ge­
rencia de calidad para atacar los problemas que no pueden ser, o no pu­
dieron ser resueltos en un nivel más bajo. Deberán invitar a sus juntas al
personal de los demás departamentos involucrados. Las juntas deberán do­
cumentarse con el mismo tipo de gráficas mencionadas antes.
c. Deberán realizarse reuniones mensuales o especiales entre el gerente general
y el personal para revisar los problemas sin resolver. Aquellos que alcancen
este nivel habrán de ser específicos; los que requieran acciones complejas o
a largo plazo, deberán ser asignados a un equipo de trabajo.
d. Los equipos de trabajo deberán ser formados por miembros de cada organi­
zación afectada, con una persona designada como presidente. Las tareas del
equipo de trabajo habrán de ser definidas con claridad y especificado su
tiempo de realización. Quizá el equipo se tenga que reunir diariamente hasta
que se resuelva el problema. En cuanto se juzgue que el problema fue elimi­
nado, el equipo deberá ser disuelto.
Comentario: La acción correctiva tiene más éxito cuando opera bajo el bien conoci­
do principio de Pareto, que dice que los problemas más grandes y más importantes
deberán ser atacados primero, luego el siguiente más grande y así en forma sucesi­
va. La actitud de prevenir defectos proporciona el incentivo para solucionar un
problema de una vez por todas, de tal manera que nunca se vuelva a repetir.
Un ejemplo de comunicación para acción correctiva
A: Mr. Alien Fielding
De: Boyd Deams, Ingeniero de Calidad
Asunto: Junta de acción correctiva sobre problemas con los televi­
sores
Asistentes: G. Wilton, Mercadotecnia
Y. Brothers, Ingeniería
B. Gilbert, Producción

EL PROCESO 179
B. Deams, Calidad
S. Leed, Servicio de Campo
Como ustedes saben, hemos tenido muchos incidentes en la tienda de un cliente
con esto de que un televisor es de un color y la etiqueta dice que es de otro color.
Los distribuidores se han mostrado muy irritados y ocasionalmente avergonzados
por esto; esto significa que necesitan abrir la caja para saber qué contiene. A con­
secuencia de no corregir nosotros este problema, los distribuidores han llevado a
embarque todos sus productos, de regreso al área de servicio de campo, con el ob­
jeto de que se tomen medidas correctivas. Se convocó a una junta de acciones
correctivas, con el objeto de encontrar un método para prevenir este problema en
el futuro.
S. Leed dijo que la etiqueta con el número de serie y el color se colocaba sobre la
caja después de introducido el televisor y cerrada la caja. El pensaba que esto oca­
sionaba el problema y continuaría ocasionándolo. B. Gilbert dijo que las etiquetas y
los televisores eran coordinados para llegar a la caja al momento de cerrarst / que
lo que se había visto en el campo eran unas cuantas equivocaciones, ocasionadas
cuando, un día, las líneas se habían salido de secuencia. El pensaba que el proble­
ma no se repetiría.
G. Wilton dijo que a él no le importaba quién solucionara este problema, pero que
definitivamente quería que se hiciera algo porque se estaban deteriorando las rela­
ciones con los clientes. Deams sugirió que el equipo fuera al almacén y sacara algu­
nas muestras para ver si el problema había sido corregido.
Se seleccionaron veintitrés cajas al azar, las cuales fueron abiertas. Nueve conte­
nían televisores con diferente color del descrito en la etiqueta. Se llamó a la junta al
supervisor de embarque y se le pidió información acerca del asunto. Dijo que las
máquinas etiquetadoras ocasionalmente omitían algunas y que no disponía del per­
sonal suficiente para hacerlo a mano. Entonces llamamos al jefe de mantenimiento
de la máquina etiquetadora, quien dijo que aquella máquina era la más confiable de
la fábrica.
Ya cuando se iba a desbandar el equipo, Brothers sugirió que viéramos la opera­
ción de etiquetado y habláramos con el operador. El operador nos mostró cómo las
etiquetas llegaban de una pila puesta, por producción, cerca de donde eran pega­
das a las cajas. Sin embargo, los televisores vienen de la prueba final y son coloca­
dos en su empaque y en la línea final por los probadores cuando terminan con las
pruebas. Por tanto no existe coordinación real entre televisores y etiquetas.
Es evidente que tuvimos suerte de que tantas fueran etiquetadas correctamente,
dado que toda la operación se realiza al azar.
Se ha tomado acción correctiva. El problema no se repetirá,
ce. Equipo de Mejoramiento de Calidad
"Acción correctiva", dijo Alien, "tan sólo se trata de alzar todas las piedras y
ver qué hay debajo de ellas. Nunca he visto que se tuviera que llevar a cabo una

180 LA CALIDAD NO CUESTA
acción en verdad complicada. Por lo general alguien supone que alguna otra
persona ha estado haciendo lo que él no ha hecho".
"Lo presentas todo con tanta claridad," dijo Will Ellis. "Creo que es como
los precios del oro, donde sólo hay dos tipos que lo entienden y no se ponen de
acuerdo."
"Bueno, tú sabías lo que quiero decir."
"Por supuesto que lo sé. Y desde luego, estoy de acuerdo. Todo lo que en
realidad quiero saber es cómo es posible que todos los demás tengan problemas
que requieren acciones correctivas documentadas, y el departamento de calidad
no tiene ninguno. Creo que los estás solapando."
Al se enojó: "Claro que fuimos parte del problema de etiquetamiento. Y en­
contramos que algunos de los rechazos por soldadura no eran más que opiniones
infundadas."
"Yo sé eso, Al. Sólo estaba bromeando. Pero en términos generales, tengo la
impresión de que quizá no estemos haciendo las cosas bien en algunas áreas. Una
de ellas es inspección de recepción. Creo que estamos siendo poco estrictos allí
— ciertamente no tan firmes y perspicaces como ustedes en el taller."
Al pensó un momento. "Podrías tener algo allí. Te diré qué es lo que voy a
hacer. Sólo porque tú fuiste lo bastante amable para decir que hacemos algunas
cosas bien de cuando en cuando, voy a hacer algo que nunca he hecho. Le voy a
pedir a las oficinas corporativas que envíen para acá a una de las personas de
control de calidad para que le de un vistazo a la operación de aceptación de re­
cepción."
Will sonrió. "Vaya, eso es lo que llamo un verdadero sacrificio. ¿No prefieres
que alguno de tus empleados lo haga? Esos tipos del corporativo te pueden meter
en verdaderos problemas."
John Halden, el ingeniero corporativo de calidad, vino a ver a Al a la sema­
na siguiente. Después de sentirse uno y otro a gusto, John le preguntó a Al que
qué podía hacer por él.
"Primero pemíteme decirte que estoy realmente complacido con el proceso
de mejoramiento que nos envió tu oficina. Estamos en medio de su instalación y
los resultados, aún después de este corto periodo, han sido asombrosos. En el pri­
mer mes, hemos disminuido en más de un tercio nuestras tasas de defectos. Todo
mundo está entusiasmado. Ya vamos a tener el día de CD aquí, dentro de unas
seis semanas. Quizá alguien de tu gente pudiera venir a participar."
"En realidad nos gustaría, Al", dijo john. "Algunas de las compañías se lo
han estado pidiendo al presidente corporativo: acepta asistir a los días de CD con
facilidad. Quizá no debas olvidar eso."
"Eso realmente impresionaría a la gente. Le preguntaré a Hugh que opina al
respecto."

EL PROCESO 181
"Ahora, ¿a qué te interesaba que le hiciera un auditoría?"
"Hemos estado preocupados acerca de que quizá no estamos haciendo un
buen trabajo en la inspección de recepción. Pensé que tal vez nos pudieras ayu­
dar estándote algún tiempo allí."
John asintió "desde luego. Pero antes que comience, permíteme informarte
acerca del procedimiento que seguimos al hacer auditorías de este tipo. Quere­
mos ser muy cuidadosos acerca de que solamente contribuyamos con resultados
positivos a las operaciones y no ocasionemos problemas innecesarios. Así que pa­
samos por varios puntos. Aquí tienes una tarjeta con una lista de las acciones
más importantes."
Al tomó la tarjeta y leyó las actividades.
1. Reúnase con el gerente de calidad y revisen la situación general: determi­
ne lo que el gerente quiere lograr.
2. Reúnase con el gerente general y explíquele lo que piensa lograr. Avise al
gerente que su reporte será escrito antes de dejar la operación.
3. Pregunte si puede ayudar en algo específico al gerente.
4. Lleve a cabo la auditoría en colaboración con el personal de calidad.
Asegúrese de obtener el permiso de los jefes de cualquier otro departa­
mento antes de trabajar en sus áreas.
5. Escriba su reporte con su formato final y haga que lo mecanografíen.
Revise primero el reporte con el gerente de calidad y luego, con el gerente
general.
6. Si están en desacuerdo con algunos de sus hallazgos, señálelo en su repor­
te o, si sus comentarios son correctos, modifique el reporte.
7. Si el reporte va a ser distribuido, envido desde la planta.
Al alzó la vista.
"¿Porqué haces todo esto? Los demás departamentos vienen, hacen lo suyo, y
luego se van. Nunca volvemos a saber de ellos."
"Bueno, queremos asegurarnos de que esto sea útil. Además, después que te
vas de la planta, las cosas empiezan a cambiar en tu mente. Cuando escribes un
reporte demasiado largo después del hecho, es probable que cometas errores o
incluyas elementos que corresponden a otra planta. Después de todo, abarcamos
muchas actividades."
Se inclinó hacia adelante en plan de confidente. "De esta forma nos asegura­
mos de ser bienvenidos de nuevo. La mayoría de los miembros del personal
tienen que abrirse paso de nuevo cuando regresan."
Ese es un buen argumento. Bien, déjame arreglar lo de tu visita con Hugh."
El reporte de auditoría
A: Hugh Gibbson, Al Relding
De: John Halden, Departamento Corporativo de Calidad
Asunto: Auditoría de las operaciones de aceptación de recibido

LA CALIDAD NO CUESTA
Acciones requeridas:
1. Inspección y pruebas de las partes surtidas por el proveedor deberán conducirse
en los términos de la orden de compra en vez de los registros históricos y planes
de procesamiento.
2. Los lotes rechazados por aceptación en recepción, deberán ser devueltos al
proveedor para su clasificación y corrección en vez de que esto lo hagan los ins­
pectores.
3. Los rechazos hechos por personal de aceptación no deberán ser revertidos por
los supervisores, excepto en casos excepcionales.
4. Los despachadores, agentes de compras y personal de control de producción
deberán permanecer fuera del área de trabajo.
5. Llevar a cabo un programa de conscientización para proveedores, incluyendo
quizá un seminario dentro de la planta.
Situación general:
1. Todas las inspecciones y pruebas son conducidas de acuerdo a un sistema de
archivo histórico organizado por ingeniería de calidad. Por tanto, cuando los
términos de la orden de compra cambian en un elemento específico, este ele­
mento puede ser probado, rechazado, revisado, aclarado y luego vuelto a pro­
bar antes que se note el cambio. Esto causa un reciclaje considerable y resulta
costoso. También es destructivo para la moral del personal involucrado.
2. La mayoría de los sistemas de calidad consideran al producto rechazado en
aceptación de recepción como propiedad del departamento de compras, el cual
se deshace de él devolviendo, corrigiendo o desechándolo. Sin embargo, en
HPA nuestra política es de tomar medidas tan pronto como sea posible, para
determinar cómo usar el producto. Por tanto, aun cuando un promedio del 18%
de los lotes recibidos son rechazados por una u otra razón, menos del 0.5% de
los lotes son devueltos a los proveedores. Esto indica una actitud complaciente.
Los proveedores no tomarán en serio las quejas.
3. Muchos artículos menores, rechazados por el personal de aceptación, reciben
el visto bueno por los supervisores, quienes lo hacen por rutina, al parecer sin
mucho que pensar.
4. Existe mucha confusión en el área de aceptación de recepción. Los despacha­
dores están hablando continuamente con los operadores para determinar el es­
tado de los lotes que están revisando. No se controla bien al material y los lotes
rechazados no son depositados.
5. Dado que el material surtido representa cerca del 50% del producto terminado,
creo que sería ventajoso informar a los proveedores del proceso de calidad que
está siendo implantado. Muchos de los proveedores clave no tienen idea de có­
mo estamos usando su producto y no tienen ninguna relación especial con la
HPA o cualquier otro cliente, excepto a través del área de compras. Creo que es
extremadamente importante reconocer que los proveedores nos transmiten sus
costos de calidad. Debemos ayudar a reducir esos costos.
Opinión: Corregir los puntos anteriores, lo cual no requiere ningún gasto,
ayudará a aceptación de recepción a "calmarse" y ejercer un mejor control. Es

EL PROCESO 183
posible observar en la planta el efecto del proceso de mejoramiento de calidad.
La gente está entusiasmada y llena de ideas. Les sugiero que consideren pasar
tan pronto como sea posible, a la fase de eliminación de las causas de errores.
PASO SIETE: PLANEACION DE CERO DEFECTOS
Propósito:
Examinar las diferentes actividades que deben
ser realizadas en preparación de la inauguración
formal del programa Cero Defectos.
Operación general:
El equipo de mejoramiento de calidad deberá enumerar todos los pasos de acción
individuales que conduzcan al día CD, con el objeto de hacer una presentación lo
más significativa posible del concepto y su plan de acción al personal de la
compañía. Estos pasos, puestos en un programa y asignado a miembros del
equipo para su ejecución, darán un flujo limpio de energía para lograr un compro­
miso general de la organización hacia CD. Puesto que es un paso natural, no es
difícil, pero debido a su relevancia, la dirección debe asegurarse de que se lleva a
cabo apropiadamente.
Puntos Específicos: Las partes principales de la planeación de CD son:
1. Explicar el concepto y el programa a todo el personal de supervisión. Preparar a
los supervisores para que se lo expliquen a su gente.
2. Determinar qué material será necesario y asegurar su preparación.
3. Decidir cuál método para inaugurar el programa será el mejor adaptado al am­
biente cultural de su operación particular.
4. Mencionar las funciones que serán realizadas.
5. Examinar la política de reconocimiento de la compañía y determinar qué tipo de
reconocimiento deberá ser usado para premiar un mejor desempeño.
6. Fijar el horario y entrenar a aquellos que tomarán parte.
7. Identificar el programa de eliminación de las causas de error y hacer planes para
su ejecución (Paso 12).
Sugerencias: Muchas compañías tienen programas de CD y todas están dispues­
tas a compartir su información detallada. El gerente responsable de su implanta­
ción entenderá mejor lo que está implícito comunicándose con ellas.
Aunque no se recomienda ningún método específico de implantación, una técnica
que ha demostrado ser extremadamente confiable como método para hacer ente-
der el concepto y lograr el compromiso del personal requiere el uso de una explica­
ción de una página, incluyendo al compromiso. La compañía prepara un mensaje

84 LA CALIDAD NO CUESTA
para cada empleado en su papel membretado. En el día señalado, el presidente de
la compañía explica el concepto y se compromete con sus colaboradores directos y
les da a cada uno copia de la explicación en la hoja membretada. Una vez aclaradas
todas las dudas, ellos firman el compromiso, mismo que hace el presidente. El do­
cumento es conservado por el secretario (quien quizá desee enmarcarlo). Cada
uno de los firmantes lleva suficientes copias para repartirlas al personal de su de­
partamento. Ellos, a su vez repiten la operación con sus colaboradores directos y
así sucesivamente, descendiendo por la cadena de mando, hasta que cada persona
en la compañía haya discutido el concepto CD con su supervisor inmediato y firma­
do su compromiso con él. Este método asegura que cada persona recibe el mensa­
je y también, que la gerencia lo entienda.
Firmar el compromiso es, desde luego, algo voluntario. Pero si la explicación se da
en forma apropiada, no habrá dificultades.
Sindicatos del mundo entero han aceptado y apoyado de manera genuina el
programa CD. Ellos aprecian el reconocimiento que se le da hoy en día a la impor­
tancia de un trabajo de calidad. Pero es muy importante incorporar a la gente del
sindicato a la planeacion de CD. Algunas compañías nombran a un representante
del sindicato para la parte de CD del equipo de mejoramiento de calidad. Otros
simplemente les mantienen informados. Cualquiera que sea el camino que elijan
para conseguir la participación del sindicato, deben asegurarse de no descuidarla.
Comentario: Cero Defectos es una herramienta gerencial muy eficaz y barata cuan­
do es apoyada de todo corazón por la dirección.
Carta muestra para cero defectos
CORPORACIÓN HPA
Cero Defectos -El Concepto
Cero Defectos es un estándar de desempeño. Es el criterio del artesano sin impor­
tar su especialidad. No está limitado a los esfuerzos de producción; de hecho, al­
gunos de los avances más grandes se logran en las áreas de servicio. El significado
de CD es hacerlo bien desde la primera vez. Eso significa concentrarse en prevenir
defectos en vez de tan sólo encontrarlos y remediarlos.
La gente está condicionada a creer que el error es inevitable; por tanto no sólo
acepta el error, sino que lo anticipa. No nos molesta el cometer unos pocos errores
en el trabajo, ya sea que estemos diseñando circuitos, preparando una máquina,
soldando juntas, mecanografiando cartas o ensamblando componentes. Errar es
humano. Todos tenemos nuestras propias normas en la vida académica o en los
negocios — nuestros propios puntos a partir de los cuales nos empiezan a molestar
los errores—. Es bueno sacar una A en la escuela, pero puede estar bien pasar
con C.

EL PROCESO 185
Sin embargo, nosotros no mantenemos estas normas cuando se trata de nuestra
vida personal. Si lo hiciéramos, deberíamos esperar que, de cuando en cuando, se
nos diera cambio de menos al cobrar nuestra quincena; podríamos esperar que las
enfermeras del hospital tiraran al suelo a un porcentaje fijo de recién nacidos;
deberíamos resignarnos a que periódicamente llegáramos por error a una casa que
no es la nuestra. Nosotros, como individuos, no toleramos estas cosas. Vivimos
con un doble estándar: uno para nosotros y otro para nuestro trabajo.
La mayoría de los errores humanos son causados por falta de atención, más bien
que por falta de conocimientos. La falta de atención ocurre cuando suponemos que
el error es inevitable. Si examinamos con cuidado esta situación y nos comprome­
temos a hacer un esfuerzo consciente y constante para desempeñar bien nuestras
labores desde la primera vez, daremos un paso gigantesco hacia la eliminación de
las correcciones, desechos y reparaciones que incrementan costos y limitan las
oportunidades individuales. El éxito es un viaje, no un destino.
Mantengamos la mirada puesta en Cero Defectos.
CERO DEFECTOS - EL COMPROMISO
Yo, libremente, me comprometo a hacer un esfuerzo constante y consciente para
ejecutar bien mi trabajo desde la primera vez, reconociendo que mi contribución in­
dividual es parte vital del esfuerzo total.
SUPERVISOR
Kate llamó al orden a la reunión.
"Como ustedes saben, nombramos a Marian Nelson, Ralph Lowell y Will
Ellis, junto con nuestro insustituible coordinador, como el comité de Cero Defec­
tos. Su responsabilidad es la de preparar el programa CD y decirnos cómo lle­
varlo a cabo en su totalidad. También nos estamos acercando a la celebración
del día CD. Todos tenemos que empezar a participar. Bill, ¿es cierto que has si­
do elegido para hablar a nombre del Comité?"
"Así es. Hemos aprendido mucho en las últimas semanas acerca de cómo
realizar programas de CD. Visitamos a tres compañías que han llevado a cabo
programas de este tipo y además, estuvimos un rato con una integrante de
nuestro personal corporativo. Ella concertó una reunión con un representante
de la Corporación Watts. En resumen, hemos realizado bastante investigación."
Will interrumpió. "Lo que no ha querido decir todavía es que nos pudimos
ver que hemos estado en el camino correcto todo el tiempo. Nos encontramos
con dos casos en que no estaban contentos con los resultados de sus programas, y
dos que no podían decir muchas cosas buenas acerca de ellos."
Kate preguntó, "¿Averiguaron por qué funcionó en algunas ocasiones y por
qué no en otras?"

186 LA CALIDAD NO CUESTA
"Sí lo hicimos", dijo Will, "y creo que todo el comité está de acuerdo conmi­
go acerca de las razones. Marian se lo explicará todo".
Al habló. "Me gustaría que alguien lo explicara pronto. Siento que estoy
siendo arrastrado por un camión."
Marian se levantó. "No te preocupes. Te sacaremos de dudas pronto. Toda
la cosa gira en torno a la palabra 'motivación'. Las compañías insatisfechas con
los resultados habían entrado al pograma con el propósito de 'motivar' a sus
empleados, particularmente aquellos que estaban en la fábrica, para que efec­
tuaran mejor su trabajo. Aquellas que tuvieron un éxito arrollador partieron
de la idea de comunicar un estándar de trabajo y de intención de cooperar en to­
das las iniciativas de acción correctiva."
Otto alzó la cabeza. "Eso rae suena como jerga psicológica. Motivación
es motivación. Todo lo que hagas por lograr que una persona haga algo se llama
motivación. ¿Cómo puedes ignorar esto?"
"Oh, no lo ignoras", dijo Marian. "Sólo que todo tiene que colocarse en la
perspectiva apropiada. Es cierto que cada interrelación humana implica motiva­
ción. Pero también incluye muchos otros sentimientos y comunicaciones. El
problema estriba en que la palabra motivación, por sí misma, ha venido a consi­
derarse como una manera sencilla de lograr que otros hagan algo, mostrándoles
canelones, banderolas, bandas y símbolos que levantan los ánimos. Pero la gen­
te no es así. Podrá entusiasmarse por un evento y responder por un momento,
pero en cuanto descubre que no hay sustancia detrás del mecanismo, se desa­
nima."
"Además, aquéllos involucrados en dirigir el programa tienden a despachar
las cosas que quieren que su gente absorba y luego, regresan a su oficina a espe­
rar el banquete de victoria."
"Estamos interesados en establecer el estándar de Cero Defectos en nuestra
compañía, sobre una base de largo plazo. Queremos que sea permanente. Para
hacer eso, debemos comunicarnos total y sinceramente de tal forma que nuestra
gente lo crea y lo acepte como propio. No la pueden engañar."
"Estás diciendo que esas otras compañías no pusieron el suficiente empeño,
¿es eso todo?"
"Eso es todo. Cayeron en la emoción de la ocasión y pensaron que duraría
para siempre. Efectivamente, el programa empieza en la celebración del día de
CD, pero es como el matrimonio: empiezas a trabajar en ello después de la ce­
lebración. Bill, diles acerca del día CD."
Bill colocó una gráfica en el soporte. "Lo que hemos determinado es esto.
Debemos tener varias actividades que conduzcan por sí solas al día CD. Una de
las cosas que pensamos que debemos hacer es un 'día de sugerencias', por lo me­
nos una semana antes. Cada sugerencia hecha acerca de cómo podemos 'asegu­
rar' que nuestros productos estén bien, será colocada en un barril. Entonces
sacaremos ganadores de algunos premios el día CD. Eso ayuda a la diversión. Y
permítanme asegurarme de que todo mundo entienda que el día CD es un día
para divertirse (implica compromiso y celebración del mismo). De esa forma se-

EL PROCESO 187
rá recordado. Después del día CD pasamos a la fijación de metas, eliminación de
las causas de errores y reconocimiento. Entonces volvemos a implantar de nuevo
todo el proceso, excepto el día CD en sí mismo, para asegurarnos de que lo he­
mos establecido."
"¿Nos vas a proporcionar los detalles del día CD?"
"Sí. Lo haremos en grande. Compromisos y sus firmas; distintivos y globos;
premios para el concurso de cartelones para niños; todo lo que podamos pensar
para asegurarnos de que las palabras 'Cero Defectos' queden grabadas en la me­
moria de todos. Hugh invitó al presidente corporativo, quien ha aceptado. Va a
venir un senador de los E.U., así como el alcalde y el presidente regional del sin­
dicato. Disminuiremos un poco la producción ese día, pero, ciertamente trans­
mitiremos nuestro mensaje."
"El lema que usaremos es HPA-Creciendo con la Calidad."
"Siempre con la HPA."
"Al parecer, será un día fascinante. ¿A qué hora sucederá todo esto?"
Will se puso de pie. "Pensamos hacerlo a primera hora de la mañana. Cerca
de media hora después que empiece el primer turno les pediremos a todos que se
reúnan entre los dos edificios. Se les ha instruido a los supervisores acerca de
cuáles salidas usar y se les han dado todos los detalles. Tendremos un programa
de treinta minutos y cuando todos regresen a sus lugares de trabajo, los supervi­
sores les pedirán que firmen sus compromisos. Desde luego, el supervisor firmará
también."
"Hugh conducirá a las celebridades alrededor de la planta y áreas de ofici­
na. Esperamos que ellos participen en este intercambio."
"Al día siguiente, iniciaremos la remoción de la causa de los errores, colo­
cando formas por toda la planta y enviando una por correo al domicilio de cada
empleado", dijo Marian. "De esta forma, lograremos su máximo interés. Des­
pués de eso, tendremos que hacerlo todo personalmente."
"Vaya", dijo Kate, "ustedes en realidad han estado indagando en esto. Creo
que todos ustedes están muy emocionados".
"Es verdad", dijo Will. "Sabes, debo admitir que antes no reconocí realmen­
te que todo ese asunto de la calidad y de los estándares de desempeño están en­
vueltos en cosas que son visibles. Quiero decir, un compromiso visible, medidas
visibles y acciones correctivas visibles. Creo que tuvimos todas estas cosas en el
armario durante años."
"Bueno, ahora sí que las dejarán salir", dijo Kate. "Una cosa más. Aún esta­
mos en la etapa de concientización y lo estaremos hasta que CD llegue. Los tipos
de control de producción sacaron estos botones y tenemos suficientes para todo
mundo en la planta. ¿Cómo deberán ser distribuidos? Ellos dicen: Yo apoyo a la
Calidad."
"¿Por qué no simplemente los dejamos en recipientes en la cafetería y deja­
mos que el que quiera uno, que lo tome? De esa forma, no tendremos que ha­
cerlo por medio de la cadena de mando. Cualquiera que se sienta avergonzado
por usar un botón, no tiene por qué usarlo. Bien, yo tomaré el mío ahora."

188 LA CALIDAD NO CUESTA
"Bien", dijo Bill. "Encontramos otra cosa durante nuestra investigación: al­
gunas veces la gente clave siente que entiende el concepto de Cero Defectos
cuando, en realidad, no es así. Y, desde luego, es vital que nosotros, aquí en el
equipo, lo hagamos porque la gente va a preguntar. A los supervisores se les apli­
cará la prueba* en su próxima reunión de entrenamiento. Ustedes se la llevarán
a casa y la resolverán ustedes mismos. Sin embargo, si alguna de las respuestas
les molesta, por favor reúnanse conmigo y veremos si podemos arreglar el asun­
to."
"Debo confesar", dijo Marian, "que me equivoqué en tres de las preguntas
cuando tomé el examen".
PASO OCHO: ENTRENAMIENTO DE LOS SUPERVISORES
Propósito:
Definir el tipo de entrenamiento que el supervisor
necesita para cumplir activamente con su papel
en el proceso de mejoramiento de calidad.
Operación general:
El supervisor, desde el presidente del consejo para abajo, es la clave para alcanzar
las metas de mejoramiento. El supervisor le transmite a cada empleado sus actitu­
des y estándares de desempeño, así estén en ingeniería, ventas, programación de
computadoras, o donde sea. Por tanto, el supervisor es a quien se debe considerar
antes que a nadie cuando se está diseñando el programa. Los representantes de
departamento en el equipo de trabajo serán* capaces de comunicar mucho de la pla-
neación y los conceptos a los supervisores, pero es indispensable que haya clases
individuales para asegurar que entiendan bien y puedan involucrarse en el proceso
de mejoramiento de calidad.
El entrenamiento para supervisores está dividido en áreas que deberán ser con­
ducidas en ocasiones diferentes:
1. A la vez que se inicia la concientización acerca de la calidad, se les deberá dar a
los supervisores por lo menos seis horas de instrucción, incluyendo al sistema
de medición de calidad, las cifras del costo de calidad, el sistema de acciones
correctivas y el propósito de la acción de concientización sobre la calidad. Esta
instrucción debe ser bien planeada y tanto como sea posible debe conducirse
por niveles importantes de la dirección. Todos deben contribuir.
2. Por lo menos cuatro semanas antes del día CD planeado, se les debe informar
completamente a los supervisores acerca del programa CD y del sistema de re­
moción de la causa de los errores que habrá de constituir el próximo paso en
unas semanas más. Es muy importante que sean capaces de contestar a las pre­
guntas de sus subordinados. Muchas compañías preparan un manual para su­
pervisores, el cual describe el programa con detalle.
3. Hágalo de nuevo.
* Véase en "Paso Ocho: Entrenamiento de los supervisores", una copia de la prueba.

EL PROCESO 189
Orientación de los supervisores para Cero Defectos
¿Cómo está su Cl de Cero Defectos?
¿ Entiende el concepto de CD?
Esta prueba es para ayudarle a determinar si en realidad entiende el concepto de
CD. Nadie más que usted conocerá su calificación. Naturalmente, cualquier califi­
cación menos que perfecta indica que necesita mejorar. Anote 10 por cada res­
puesta correcta. Aquí tiene una ayuda —la primera frase es falsa.
1. CD es un concepto de motivación para los trabajadores.
2. CD requiere del apoyo de la dirección.
3. Cualquiera puede dirigir un programa CD.
4. Los errores son ocasionados por cualquiera de estas tres cosas: falta
de conocimiento; falta de atención o falta de medios.
5. El programa CD es una herramienta de comunicación de la dirección.
6. Algunas veces fallan los programas CD.
7. CD es solamente para compañías de manufactura.
8. Un programa CD exitoso debe implantarse bajo el nombre de Cero
Defectos.
9. Es necesaria una preparación cuidadosa antes de lanzar un programa
CD.
10. De ser posible, los programas de premiación deberán otorgar dinero
en efectivo a los trabajadores.
Respuestas:
1. Falso: CD no es un concepto de motivación —es una norma gerencial—. Sus­
tituye a la norma incierta de "Vamos a hacerlo bien" que permite que todos
elijan su norma individual. Dado que tenemos normas precisas de desempeño
en las áreas de programación y costo, necesitamos una para el desempeño de
calidad. CD es una herramienta administrativa que debe usarse para explicar
las normas gerenciales de tal forma que no puedan ser malentendidas. El
programa CD con sus cartelones y "artefactos" es una forma de explicarles a
los empleados esta nueva norma. Sin embargo, la única razón por la que se
necesita es porque la dirección no ha aclarado su posición con anterioridad.
2. Falso. CD necesita la participación activa de la gerencia, no sólo su apoyo. La
gente juzga de su seriedad más por lo que usted hace que por lo que dice. Si
se delega por completo esta responsabilidad a gente de menor nivel, caerá por
su propio peso en el transcurso de un año.
3. Verdadero. Cualquier persona inteligente puede llevar a cabo un programa
exitoso. Todo lo que se requiere es un poco de investigación y conocer la cul­
tura particular de la compañía.
4. Falso. Los errores son causados por dos cosas: la falta de conocimiento y la
falta de atención. La falta de medios es un error ocasionado por una o ambas
cosas. La persona que usa medios inadecuados no puede ser culpada de los

LA CALIDAD NO CUESTA
errores, a menos que esa persona haya seleccionado dichos medios. El perso­
nal de planeación y el administrativo deben ser responsables por su contribu­
ción al pozo de errores.
5. Verdadero. CD crea una actitud de prevención de defectos. En este ambiente,
es posible usar el sistema de eliminación de la causa de errores u otros meca­
nismos de comunicación para permitir que los empleados expresen sus
problemas sin necesariamente conocer las soluciones. Las relaciones entre la
dirección y los empleados se fortalecen y, conforme eso sucede, se desarrolla
un entendimiento de los problemas mutuos.
6. Verdadero. Sin embargo, siempre fallan por la misma razón: la gerencia le da
"banderazo" al asunto. En estos casos, los gerentes creen que, con agitar al­
gunas banderolas, todo se "arreglará".
7. Falso. Todos los negocios son de "manufactura" en el sentido de que tienen
procesos o procedimientos que, se supone, deben ejecutar. La actitud de pre­
vención de defectos es redituable en todos ellos.
8. Verdadero. Cero Defectos es un estándar. "Haz un mejor trabajo", "excelen­
cia en el esfuerzo", y cualquiera de los muchos otros lemas gerenciales de mo­
tivación apuntan hacia ella. La gente desarrolla normas propias en los progra­
mas de concientización para la calidad, los cuales son una introducción para
CD. Pero no hay sustituto para las palabras "Cero Defectos". Estas son abso­
lutamente claras.
9. Verdadero. Se requiere cuidadosa preparación antes de lanzar cualquier
programa gerencial. Muchos gerentes afirman estar decepcionados con el de­
sempeño de sus computadoras. Sin embargo, las máquinas no cometen erro­
res. Los errores son causados por programas mal definidos y mal ejecutados o
por personal de captura de datos con entrenamiento deficiente.
10. Falso. Los premios o el reconocimiento deben ser todo lo que se requiere para
convencer a la gente de que usted está genuinamente complacido con su de­
sempeño. Si su situación requiere dinero, entonces deberá revisar su estrate­
gia de relaciones industriales. La gente trabaja por aprecio y reconocimiento
— una vez que alcanzó un medio de vida decoroso—. Los premios deberán
entregarse con dignidad y'respeto; su valor monetario no es significativo. No
se olvide también darle algo a las gerencias de todos los niveles.
Su Calificación
PASO NUEVE: DÍA CERO DEFECTOS (DÍA CD)
Propósito:
Crear un evento que les permita a todos los
empleados darse cuenta, a través de una expe­
riencia personal, que ha habido un cambio. Y
que un evento como este puede realizarse con
Cero Defectos.
Operación general:
Cero Defectos es, para todos los involucrados, la revelación de que se están em­
barcando en una nueva forma de vida corporativa. El trabajador bajo esta disciplina

EL PROCESO 191
requiere compromisos personales y entendimiento. Por tanto, es necesario que to­
dos los miembros de la compañía participen en una experiencia que los hará cons­
cientes de este cambio.
Puntos Específicos: De ser posible, todos los empleados deberán ser orientados a
un tiempo por gente que sea importante para ellos. Algunas compañías han lleva­
do a su personal al estadio local; o han reunido a todos frente a la planta. Algunos
han usado circuito cerrado de televisión.
Lo mejor es cara a cara. No tema usar un poco de teatro en la reunión. No hay nada
de malo con la diversión y la celebración del compromiso en un día tan grandioso
(cambio de actitud a no aceptar fallas).
Los coordinadores de equipos de mejoramiento de calidad se vuelven sordos
a los desastres cotidianos. Al tratar a diario con toda clase de gerentes, los coor­
dinadores aprenden a ser pacientes, diplomáticos y humildes. También apren­
den cuándo ser duros y cómo improvisar. La característica más valiosa de un co­
ordinador es estar lleno de recursos.
Sin embargo, existe un factor que, de seguro, le provocará un colapso ner­
vioso al más disciplinado de los coordinadores: éste es el clima. La plataforma
está instalada para dignatarios, el sistema de sonido ha sido probado, se ha
programado que toda la población de la planta aparezca frente al podio exacta­
mente a las 8:15 a.m. y... parece que va a llover.
* * *
Conforme caían algunas gotas de agua en su rostro, Bill, quien miraba hacia
el cielo, vio a Hugh acercarse a la plataforma con el presidente de la corpora­
ción, el Sr. Williams, el senador Ashbrook y el alcalde Brook, uno tras otro. En
poco más o menos treinta y cinco segundos, Hugh diría, "¿qué opinas, Bill?
¿Continuamos con esto?" y Bill tendría que contestar algo. ¿Lloverá o no? (Que
no llueva en mi desfile, imploró.)
El grupo lo alcanzó y Hugh presentó a los invitados. El Sr. Williams le sonrió
al obviamente preocupado joven. "No te preocupes por el clima, Bill, en lo per­
sonal te garantizo que, por lo menos en una hora, no lloverá. Prosigamos con el
programa. Nunca llueve en el día Cero Defectos."
Sintiéndose mejor, pero no más valiente, Bill hizo la señal para que empeza­
ra el programa. La canción "Los días felices han vuelto" (fue lo mejor que se les
ocurrió) empezó a tocarse con el sistema de sonido y ante esta señal, los supervi­
sores pidieron a su gente que saliera hacia el área de reunión entre los edificios.
El Sr. Williams se paró en medio del área de ensamble saludando de mano a
aquellos que se le acercaron. Esto era en parte idea suya, pero principalmente
estaba siguiendo el ejemplo del senador, quien luego admitió que algo le pasa
cuando ve a una multitud y oye música de reunión.
"No puedo evitar saludar a todos los amigos."

192 LA CALIDAD NO CUESTA
Hugh les dio la bienvenida a la reunión a los empleados y después que habló
el alcalde, presentó al Sr. Williams como presidente de la corporación.
Williams, una persona de mediana complexión, algo corpulenta y efervescente,
de inmediato relajó a la muchedumbre con algunas historias ligeras antes de di­
rigirse al meollo del asunto.
"La cosa más importante que tenemos que vender es la calidad. Todo el que
está en este negocio puede comprar los mismos componentes, diseños y empa­
ques. Todos pueden hacer el producto al mismo precio que nosotros y, en algu­
nos casos, un poco más barato. La única ventaja que tenemos nosotros es la dedi­
cación del grupo aquí reunido (aplauso) y la reputación de calidad que estamos
tratando de crear. La mejor forma de crear esa reputación es con el desempeño.
Para mí Cero Defectos no es ninguna meta abstracta; es un hecho de la vida
diaria, y un hecho alcanzable. No veo por qué hemcj de dar a nuestros clientes
algo menos de lo ofrecido. Queremos darles productos que funcionen y que lo
hagan siempre. Gastaremos todo el dinero necesario para hacer que eso ocurra
—pero ni un centavo para el desperdicio (aplauso) —. Ahora me gustaría presen­
tarles al senador Ashbrook, quien ha prometido no dar un discurso de cam­
paña."
El senador atravesó la plataforma saludando.
"No sólo no voy a dar un discurso de campaña, Sam, sino que, simplemente,
no voy a dar discurso. Quiero que todos me recuerden por algo agradable. Y el
trabajo más agradable que pude hacer hoy es el dar los premios a las sugeren
cias. Pero antes que lo haga, quiero que sepan que le he entregado a su presiden­
te un cheque, de mi propio bolsillo, por uno de vuestros sartenes eléctricos. Esta
sartén, que será sacado del inventario la próxima semana, será enviada a la Casa
Blanca como un regalo mío para el presidente de los Estados Unidos de América
para ser utilizada en la preparación de su desayuno. Voy a enviarle una nota, di­
ciendo que va a recibir una sartén con Cero Defectos."
Bill acercó el barril de sugerencias al senador, de donde sacó seis papeles y
anunció a los ganadores. Los individuos brincaron contentos a la plataforma pa­
ra recibir sus premios y para declinar el decir algo en el micrófono. Todos excep­
to Ethyl Tibbits, quien dijo: "Yo trabajo en la línea de producción de sartenes y
permítame decirle, senador, que no tendrá que preocuparse por el regalo al pre­
sidente. Le calentará todo cada mañana."
Entonces, el Sr. Williams presentó al director internacional del sindicato,
Wilson Nelson, quien llegó un poco tarde y subió directamente a la plataforma.
"Wilson y yo", dijo el Sr Williams, "empezamos en los negocios en la misma
época. Nos conocemos desde hace muchos años. Cada vez que él es promovido,
yo también lo soy. El tomó un lado del sistema administrativo y yo tomé el otro
lado. Siempre me he sentido orgulloso de considerarlo como mi amigo, aunque
hubo tiempos en que pensé que él debería usar una máscara y una cartuchera en
lugar de un traje. Wilson Nelson".
Nelson dirigió algunos comentarios en tono de broma a Williams y luego, se
concentró en el asunto. "Sólo quiero decir algunas cosas antes que empiece a

EL PROCESO 193
llover. Primeramente, el sindicato en cada uno de sus niveles apoya al mejora­
miento de calidad. Para nosotros, Cero Defectos es algo práctico y alcanzable.
Conforme la compañía crezca por medio de la calidad, nosotros también crece­
remos."
"En segundo lugar, quisiera decir algo que va un poco más allá de mis acti­
tudes hacia el sindicato y el mejoramiento de calidad, a través de Cero Defectos.
Nosotros, como parte de la fuerza de trabajo estadounidense, enfrentamos ahora
una gran oportunidad para expandir los mercados de nuestra nación. Por pri­
mera vez, resulta ahora más costoso producir en numerosos países extranjeros
que en los Estados Unidos de América. Mucho de esta mejoría se ha logrado a
través de un incremento en la productividad de la fuerza de trabajo en los Esta­
dos Unidos de América y otro tanto por una mayor inversión de capital en la in­
dustria. Pero la mayor parte ha sido lograda por el efecto de la inflación en las
naciones industrializadas de Europa y el Lejano Oriente. Podemos ofrecer ahora
un trabajo de calidad a un precio total más bajo, y es tiempo de sacar provecho
de ello."
Terminados los aplausos, Hugh habló durante unos momentos para expre­
sar su agradecimiento a visitantes y empleados. Les recordó a todos que se les
daría la oportunidad de firmar sus compromisos de CD con sus supervisores y de
recibir sus distintivos. Les pidió que se aseguraran de haber entendido el progra­
ma, reiterándoles que no era tan sólo una moda pasajera.
"Mañana empezaremos la fase de eliminación de las causas de los errores. Y
seguiremos con ella mientras sintamos la necesidad de comunicarnos, lo cual sig­
nifica para siempre. Ustedes mencionan los problemas que tienen para hacer
bien las cosas a la primera vez, y es mi trabajo asegurarme de que sus problemas
sean solucionados."
"Gracias a todos por haber venido. Ahora pienso que si caminamos lo bas­
tante rápido, nos libraremos de la lluvia."
Williams, Wilson y los flamantes líderes políticos se abrieron paso por las
áreas administrativas y luego, los talleres, siguiendo a Hugh y Bill. Mucha gente
le pidió al presidente que firmara su compromiso, lo cual hizo con agrado. Bill
empezaba a marearse un poco con toda la atención y con alivio por haber tenido
una reunión exitosa. En todo caso, porque se le había dado toda la exposición
persona) con la alta dirección que se le había prometido. Este trabajo realmente
era una buena oportunidad. Tenía que asegurarse de que había desarrollado to­
do ¡Con Cero Defectosl
Al final del día Hugh invitó a cenar al equipo de mejoramiento de calidad
con sus cónyuges. Después de hacer un comentario breve de agradecimiento y re­
conocimiento por el esfuerzo adicional que habían hecho hasta ahora, y recor­
dándoles el trabajo que les esperaba, le regaló a cada miembro del equipo una
hoja de compromiso enmarcada y firmada por todos los invitados de honor. Y le
dio al esposo de la presidenta un regalo especial: una fotografía de una Kate

194 LA CALIDAD NO CUESTA
Norton despeinada por el viento, ayudando a colgar la manta que decía "Hazlo
bien desde la Primera Vez" en el frente de la planta.
Fue un día agradable.
* * *
Sharon le dio a Bill una taza de café.
"Ahora que ya pasó el día CD", dijo ella, "¿piensas que todo esto valió la pe­
na? Sé que tenías algunas dudas personales acerca del asunto de reunir a todo
mundo para hacer discursos, música y comer pizzas".
"Tienes razón", asintió Bill. "Realmente no estaba seguro de que fuera muy
digno, o acorde a las relaciones entre la gerencia y los empleados. Sentía que los
empleados no lo iban a tomar en serio. Sin embaro, ahora que ya pasó, creo que
fue una gran idea."
"¿Te gustó porque le dio a todos la oportunidad de experimentar algo dife­
rente, o qué?"
"Sí, creo que lo principal fue que la ocasión les permitió a todos compartir
una experiencia común. Allí está toda esa gente que trabaja en la misma
compañía. Todos los días, vienen a trabajar y todos los días se van. Sólo ven a un
pequeño porcentaje de sus compañeros trabajadores y ciertamente les hablan a
muchos menos de los que ven. Ahora todos tienen algo de qué hablar, algo que
hicieron juntos. Sus amigos y vecinos no han tenido esa oportunidad."
"Fue una fiesta, como la Navidad. Fue un evento, un acontecimiento."
"Acontecimiento es una buena palabra", dijo Sharon. "Creo que ahora sí, te
entiendo. Todos tienen un patrón común que compartir. También poseen la
oportunidad de conocer a algunas personas interesantes."
"Y el concepto de CD en realidad se graba en cada uno. Aun aquellos que se
burlan de ello, tienen que usar estas palabras. Todos llegan a lo mismo. Aunque
debo decir que no he oído comentarios en contra de ellos. Unos pocos se pregun­
tan si realmente pueden ocurrir."
"El proceso de mejora te necesitará todavía por un rato, ¿piensas que esta ta­
rea fue buena para tu carrera?"
Bill sonrió. "No veo cómo podría haber sido mejor. He tenido la oportuni­
dad de trabajar muy de cerca con niveles gerenciales a los que no hubiera tenido
acceso en varios años. Encontré que no hay nada misterioso acerca de lo que allí
sucede; se trata tan sólo de aprender los hechos y de juzgar con base en la expe­
riencia. Y ellos aprenden muy rápido. También me di cuenta de que todos son
muy educados entre sí, aun cuando no estén de acuerdo."
Sharon parpadeó. "Esa también es una buena idea para los matrimonios.
¿Quieres más café?"

EL PROCESO 195
PASO DIEZ: FIJACIÓN DE METAS
Propósito:
Convertir las promesas y compromisos en ac­
ciones, alentando a los individuos a que establez­
can metas de mejoramiento para sí mismos y sus
grupos.
Operación general:
Una semana después del día CD, cada supervisor deberá preguntar a su gente de
qué tipos de metas habrán de fijarse ellos mismos. Trate de obtener dos metas para
cada área. Estas metas deberán ser epecíficas y mensurables. Por ejemplo: dos po­
sibilidades son:
• Reducir los defectos por unidad en un 20%, en un mes.
• Ganar el premio de limpieza de la próxima semana.
Aléjese de metas para el mejoramiento del programa asociadas con CD; el proceso
mejorará automáticamente conforme disminuyan los defectos. (Cero Demoras.)
Puntos Específicos: El establecimiento de metas es más efectivo cuando es realiza­
do por el personal en vez de por el supervisor. Sin embargo, el supervisor deberá
tener alguna idea de lo que él quiere antes de hablar con su gente.
Comentario: No deje que la gente se conforme con tareas sencillas. Ponga las me­
tas en un lugar visible. Haga gran alharaca acerca de cualquier grupo que mejore
— el progreso es un comienzo.
Cari Albert y su grupo se sentaron alrededor de la mesa; ahora que las
reuniones se efectuaban con regularidad, se sentían más a gusto entre ellos.
"Hoy", dijo Cari, "vamos a hablar de fijación de metas. Traigo aquí una pe­
queña nota que explica lo que son y no son las metas. ¿Les parece si se la leo an­
tes que empecemos a reflexionar sobre ello?"
Nadie dijo algo, así que leyó: "Fijar metas es cuando un grupo decide qué
logro va a pugnar por conseguir como equipo y luego elegir la medición que lo
refleje."
Everett Smith dijo, "eso significa que tenemos que decidir de antemano lo
que vamos a hacer".
"Tú deberías escribir estas cosas, Ev; tú lo dices mejor."
Cari continuó. "Fijar metas no es establecer una cuota o un logro contra el
cual se medirá el desempeño del grupo."
Martha se rio. "Eso es para que no pienses que es como aquellos países en lo
que si no cumples con tu cuota, te envían al congelador."

196 LA CALIDAD NO CUESTA
Cari dejó las instrucciones. "¿Qué clase de meta debemos escoger? Nuestra
tasa de defectos por equipo de medición ha bajado de 5.6 a 4.2 durante el mes
pasado ¿Deberemos tratar de bajarla?"
"Creo que la podemos bajar mucho, Cari. Ahora que nosotros hagamos
nuestras propias correcciones y sepamos los problemas que estamos teniendo, y
ahora que los alambres sean cambiados a diferentes colores en la línea de
energía, te apuesto que habrá una gran mejoría."
"¿Qué opinan los demás?"
"Apuesto que podemos bajarla a dos defectos por equipo en unos tres meses,
y quizá a menos al final del año", dijo Sally.
Cari movió la cabeza. "Eso es más de un 50% de reducción. ¿Realmente
crees que podamos hacer eso?"
"¿Por qué no?" dijo Martha. "Me gustaría apostar que podemos tener la me­
jor marca de mejoramiento de cualquier grupo en la planta si de veras nos lo
proponemos. Y en realidad no tenemos que hacer otra cosa, ¿o sí?"
Ev alzó la mano.
"Tengo una idea. Creo que la medición esta equivocada. Un mes o aun una
semana es mucho tiempo para concentrarse en una meta. Tengo un primo que
era un apostador compulsivo. Finalmente dejó de serlo aprendiendo cómo pasar
un día a la vez sin apostar. Tan sólo concentrándose en un día."
"¿Qué tal una hora?" preguntó Sally.
¿Qué quieres decir?"
"Supon que decimos que vamos a tener CD en tantas horas, y luego retamos
a otro grupo cualquiera en la planta, a que nos supere. Eso sería interesante."
Cari la miró. El grupo se estaba emocionando. "Quieres decir que, en lugar
de fijar metas basadas en estas gráficas, vamos a fijar sólo, por decir algo, veinte
horas sin defectos y luego dejar que cualquiera trate de superarlo? Tendremos
también que fijar una meta en la gran gráfica."
"Bien. Fijémonos una meta mensual de dos defectos por equipo en la grá­
fica de mediciones. Pero hagamos que la gente de inspección lo reporte cada
hora. Tengo un gran pizarrón en la casa y lo traeré mañana por la mañana.
Escribiremos en el pizarrón: 'Horas de trabajo del grupo con Cero Defectos' y
luego, los inspectores lo actualizarán."
Cari se reclinó hacia atrás. "Ustedes son algo especial. Hagámoslo. Yo me
haré cargo de que el resto de la planta sepa que están siendo retados."
Le tomó trece días hábiles al grupo completar un día de ocho horas sin erro­
res. Después de eso, los periodos de dieciséis a veinticinco horas libres de defectos
se volvieron rutinarios. Otros grupos probaron el mismo método y Bill recorrió
con alegría toda la planta esparciendo la noticia de cómo iban evolucionando las
reuniones para fijar metas. Ingeniería, Contabilidad, Cafetería —todas las áreas
participaron.
Las gráficas de medición reflejaron el decremento general. Los costos de
correcciones dentro de la planta habían disminuido en un 73% desde que el pro­
ceso empezó. Las correcciones en el campo estaban disminuyendo más lenta-

EL PROCESO 197
mente, dado que mucho del inventario de bienes terminados había sido colo­
cado allí antes del inicio del proceso de mejoramiento y estaba contaminando el
esfuerzo.
Hugh, arriesgando su hoja de Balance, recogió tanto como pudo de ese
inventario y organizó una operación de revisión y corrección especial para lim­
piarla. Eso significó que nuevos productos fueran de manera directa a los distri­
buidores. Su reacción fue espectacular. Los productos que funcionaban los
hacían felices. Ellos lo agradecían. "Defectos por hora" se convirtió en una medi­
da estándar. Todo mundo quedó complacido excepto la función de inspección,
pero ellos nunca admiten que algo les agrade.
Cari y su grupo fueron señalados para un reconocimiento especial: la suya
fue la única operación en la planta a la que se le permitió tener un marco dorado
en su pizarrón.
PASO ONCE: ELIMINACIÓN DE LA CAUSA DE ERRORES (ECE)
Propósito:
Proporcionarle a cada empleado un método para
comunicarle a la gerencia las situaciones que le
impiden al empleado cumplir con su promesa de
mejorar.
Operación general:
Uno de los problemas más difíciles que enfrentan los empleados es su inhabilidad
para comunicar problemas a los niveles directivos. Algunas veces, simplemente se
guardan los problemas porque no los consideran lo bastante importantes como para
molestar al supervisor. De todas formas, a veces los supervisores no escuchan. Los
programas de sugerencias son de alguna ayuda, pero en un programa de sugeren­
cias, se requiere que el supervisor conozca el problema y proponga una solución.
La eliminación de las causas de errores (ECE) se implanta sobre la base de que el
trabajador sólo necesita reconocer el problema. Cuando el trabajador ha manifes­
tado el problema, el departamento apropiado dentro de la planta lo analiza. Estu­
dios acerca de los programas ECE muestran que en más del 90% de los asuntos
enviados, se toman medidas, y que un 75% puede ser completo manejado en el
primer nivel de supervisión. El número de ECE que ahorran dinero es extremada­
mente alto, dado que el trabajador genera ahorros toda vez que el trabajo se hace
mejor y más rápido.
Puntos Específicos: Formas sencillas de una página son proporcionadas a cada
área, por lo general en buzones de pared. Cuando un empleado siente que hay al­
gún problema, completa la forma y la deposita en el buzón.
En la ECE, sólo existen unas cuantas reglas.
1. Todo aquel que envía una ECE recibe inmediatamente un nota personal de agra­
decimiento. La forma es enviada al departamento responsable del área del

198 LA CALIDAD NO CUESTA
problema. Una notificación es enviada a aquel que envió la ECE cuando se toma
alguna decisión al respecto.
2. Cada ECE debe ser tomada en serio.
3. Si usted decide no hacer nada acerca de la ECE, obtenga autorización de por lo
menos uno y, de preferencia, dos niveles de supervisión.
Siempre existe gente temerosa de que al implantar un programa como ECE ocasio­
nará muchos problemas internos porque la gente puede escribir cosas abusivas
cuando tienen la oportunidad de dirigir notas a los directivos. Sin embargo, no
ha sucedido así. Es como el miedo a la reacción del sindicato. Los sindicatos
siempre apoyan los programas de CD, si no por otra razón, porque el programa
le da atención a los trabajadores.
Para estimular la actividad ECE en HPA, Bill decidió sacar un ganador al
azar cada semana. El lugar de estacionamiento número uno fue marcado como
Ganador de la ECE —Reservado —. Hugh se pasó al número dos y alguien se
quedó "volando". Esto fue recibido con buenos ánimos en la planta. El esta­
cionamiento siempre era un problema.
Durante la primera semana del programa ECE, se recibieron 117 ECE. Du­
rante el primer mes, se depositaron 385. Era un número muy bueno, pero se en­
contró que algunos eran redundantes, y la mayoría podían ser manejadas por los
supervisores de línea. Pero todas eran positivas. Ninguna ECE negativa fue reci­
bida. Las respuestas rápidas le dieron credibilidad al programa y aún más ECE
llegaron.
Algunas de las ECE recibidas en el programa HPA fueron como sigue:
• No puedo levantar la caja de las manijas de la sartén hasta mi lugar de
trabajo. Debe pesar 25 Ib. La pintura se descarapela cuando se caen.
• No hay luz suficiente que me permita leer los instrumentos apropiada­
mente. Algunas veces tengo que adivinar.
• Mi desatornillador es tan corto que en realidad no puedo apretar el tor­
nillo.
• Las cintas de la máquina de escribir son compradas en diferentes partes.
Si una se acaba a la mitad de un reporte, hay que empezarlo todo nuevo
porque el nuevo color no es igual al anterior.
• Las formas de cuentas por pagar que nos envían las operaciones de servi­
cio en el campo son tan difíciles de leer que tenemos que rectificar por te­
léfono la mayoría de las veces.

EL PROCESO 199
• Cada vez que se me acaba el aceite de maquinado, tengo que parar todo
y caminar hasta el otro edificio por un bote ¿por qué no podemos tener
más aquí?
• ¿Por qué tenemos que barrer el taller de máquinas durante mi tiempo
para la comida?
• Tenemos muchos focos prendidos en la parte de arriba de la bóveda. No
hay nada que ver allá arriba y no ayudan a iluminar el piso, así que ¿por
qué están allá arriba?
• Me la paso recogiendo el cable del arnés de mi silla porque tiene que
arrastrar sobre el piso. Esto mella el asilante.
• Debido a que la gente no se le permite fumar en el área de arneses, se pa­
sa mucho tiempo fumando en el baño.
• ¿Por qué tenemos que hacer con anticipación todas las etiquetas de la ca­
ja del televisor, con el color impreso en ellas? ¿Por qué no poner solamen­
te algún sello en el punto de carga y dejar que la persona que lo ponga en
la caja, ponga el color con el sello en la parte de afuera?
• Paso la mayor parte del lunes esperando a que el horno de fundición se
caliente a la temperatura requerida. ¿No podría ser encendido desde el
domingo en la noche?
• Es muy difícil leer nuestros programas esquemáticos. ¿Tienen que ser tan
pequeños?
• Mi soldador está gastado y no pueden darme otro nuevo.
• Las resistencias del tostador están mal empacadas, y me toma mucho
tiempo buscar aquellas que no estén dañadas.
• Mi equipo de pruebas me da toques a cada rato.
• Es difícil abrir las cajas de madera que recibimos porque no tenemos las
herramientas apropiadas.
• Estamos revisando los transistores uno por uno cuando existen máquinas
que pueden hacerlo a razón de mil por minuto.
• Estoy tratando de escribir programas de cómputo y estoy sentado a un la­
do de una ruidosa área de perforación de tarjetas. Ambas cosas no se
llevan.

200 LA CALIDAD NO CUESTA
• Es difícil ajustar la parte trasera de un televisor e inclinarse hacia adelan­
te para ver el cinescopio. Podría usar un espejo como el que tienen en
pruebas finales.
• Cada vez que me preparo para hacer un trabajo delicado, el sistema de
voceo de la planta grita. Creo que debemos deshacernos de él.
• Necesito una retroalimentación más rápida acerca de qué tan bien estoy
haciendo mi trabajo.
• La leche de la cafetería no está fresca.
PASO DOCE: RECONOCIMIENTO
Propósito:
Darles reconocimiento a aquellos que participen.
Operación general:
En realidad las personas no trabajan por el dinero. Van a trabajar por él, pero una
vez establecido el salario, su preocupación es el reconocimiento. Reconozca públi­
camente y con ruido su contribución, pero no la desmerezca aplicándole un precio
a todo.
Los supervisores están muy preocupados por lograr que la gente trabaje mejor.
. Con esto, ellos quieren decir que desean que sus empleados pongan algo adicional
— sobre todo en las áreas de producción, calidad y eficiencia—. El reconocimiento
debe ser dado por alcanzar metas específicas fijadas por adelantado, y los emplea­
dos deben tener la oportunidad de ayudar a seleccionar las metas.
La clave son el concurso y la medición. El premio no es significativo. Lo que impor­
ta es que todos los allegados de un individuo sepan que él ha librado una buena ba­
talla y la ha ganado.
Sobre todo, los individuos deben saber que los directivos realmente necesitan su
ayuda y la saben apreciar.
Kate parecía enojada. "Hasta ahora hemos realizado este programa estando
de acuerdo en todo de alguna forma. ¿Por qué nos metemos en este hoyo cuan­
do se trata de reconocimiento? Me parece que es algo muy sencillo."
"Para mí, no", dijo Otto. "Simplemente no creo que vaya a haber gente que
te tome en serio a menos que les des premios que valgan la pena. Bonos del
ahorro, viajes de vacaciones, y cosas como ésas. Yo pensaría que por estar en
mercadotecnia, deberías saber que éstas son las cosas que motivan a la gente."

EL PROCESO 201
Al le dio palmadas en el hombro a Otto. "Honestamente, Otto, Kate tiene
razón. La gente sólo quiere un reconocimiento honesto. Ahora, en algunos ca­
sos, la única forma en que creerán que eres sincero acerca del reconocimiento es
si gastas mucho dinero, pero creo que las relaciones en esta planta no son así.
Creo que deberemos limitarnos a las comidas en grupo con Hugh y al otorga­
miento de placas de reconocimiento."
"Les di en una ocasión una placa a mis empleados y no les entusiasmó
mucho."
Will miró enojado a Otto. "Claro, se la aventaste en uno de sus escritorios y
dijiste algo acerca de la persona que ganó el primer premio en el concurso de
belleza. ¿Cómo esperabas que lo tomaran en serio cuando tú no lo hiciste?"
Otto se ruborizó. "Bueno, admito que no manejé eso muy bien. Pero todavía
creo que necesitamos algo... bueno, valioso."
Kate golpeó la mesa. "Es tan valioso como tú lo hagas. Creo que necesitamos
concentrarnos más en la dignidad de la presentación que en lo que son los pre­
mios. Ahora, tranquilicémonos todos y pongámonos en orden. Bill, tú que has
estado estudiando la situación. ¿Qué has encontrado?"
"Creo que lo que acabas de decir es correcto, Kate. La forma de otorgarlo es
lo que cuenta. El factor más importante del reconocimiento parece ser que todo
el mundo deba saber acerca de ello. El premio en sí no tiene que ser mucho,
aunque deberá ser algo digno de mostrarse. También, no necesitamos muchos
tipos de premios, sólo unas cuantas cosas básicas. Recomiendo que consideremos
establecer un sistema formal de reconocimiento basado en tres cosas: grupos que
cumplan sus metas de corto plazo, individuos que hagan contribuciones sobresa­
lientes y sacar al azar ECE que hayan sido enviadas. En esta forma, se le da reco­
nocimiento al grupo, al individuo y al azar."
"Debemos dar premios a individuos por trimestre, a los grupos mensualmen-
te y conforme lo juzguemos conveniente efectuar los sorteos."
Otto asintió. "Creo que eso está bien. Pero si no vas a poner más sustancia en
el premio en sí, ¿qué te parece si la mayoría de ellos son otorgados por el vicepre­
sidente en lugar de uno de nosotros."
"Estoy de acuerdo con eso cuando sea apropiado. Podemos organizar una
cena trimestral para entregar los premios y luego una en grande cada año", dijo Bill.
"También", dijo Kate, "me gustaría que Bill escogiera a un comité de, por
decir algo, tres personas del taller, dos de personal administrativo, el presidente
del sindicato, Otto y probablemente Marian, para seleccionar los premios. Y me
gustaría que todos estuvieran de acuerdo con todo esto antes de proseguir".
"Está bien", dijo Bill, "lo haré. Tendremos un reporte para la próxima se­
mana. También me gustaría señalar que un gerente que ejecuta estupenda labor
al otorgar premios de reconocimiento es Al. Aun cuando él sea mi jefe, debo de­
cir que su método es único. Apuesta con su gente puros o chocolates a que sí
pueden alcanzar sus metas. Cuando algún tipo le apuesta a Al y gana su puro,
nunca se lo fuma. Lo luce".
"Tendré cuidado con lo que apueste con él", sonrió Kate.

202 LA CALIDAD NO CUESTA
PASO TRECE: CONSEJOS DE CALIDAD
Propósito:
Reunir periódicamente a los profesionales de ca­
lidad para una comunicación planeada (enri­
quecimiento a través de experiencia).
Operación general:
Es vital para los profesionales de calidad reunirse periódicamente para compartir
unos y otros sus problemas, sentimientos y experiencias. Preocupados primordial-
mente con mediciones y reportes, aislados aun en medio de muchos compañeros
trabajadores, es fácil que sean influidos por la urgencia de la actividad en sus áreas
de trabajo.
La característica personal esencial de alguien que evalúa el trabajo de otros, es la
consistencia en la actitud y propósito. Esto se debe no sólo a la importancia del tra­
bajo en sí mismo, sino a que aquellos que realizan un trabajo inconscientemente
adoptan mucho del criterio de desempeño del evaluador profesional.
Así que reúna a la gente de control de calidad en una forma regular. Deje que ha­
gan sus propias preguntas y preséntelas a otros miembros de la gerencia. Hágalo
todo de una manera formal.
En operaciones que involucran varias plantas, se hace más aparente el valor del in­
tercambio. Los consejos deberán seleccionar a su propio presidente, crear su pro-
pía agenda, y determinar sus fechas de reunión. El libre intercambio propicia el
crecimiento. La membresía no habrá de ser restringida por la jerarquía organiza-
cional del profesional.
PASO CATORCE: HACERLO TODO DE NUEVO
Propósito:
Enfatizar que el proceso de mejoramiento de cali­
dad nunca termina.
Operación general:
Siempre se da un gran suspiro de alivio cuando se alcanzan las metas. Si usted no
es cuidadoso, todo el proceso terminará en ese momento. Es necesario designar
un nuevo equipo y dejarlos que sus miembros comiencen de nuevo y creen sus
propios sistemas de comunicación.
Hugh leyó el telegrama del presidente de la corporación felicitándolo por los
logros del proceso de mejoramiento.

EL PROCESO 203
"Lo que todavía no sabe es que nuestro costo de calidad tiene una tasa anual
del 8% de las ventas. Eso es notable. No veo la razón por la que no ha de bajar
aún más."
Alice asintió. "Todavía no es dinero real, jefe, pero cada día se vuelve más
real. Creo que mostraremos un incremento importante en las utilidades de este
próximo trimestre."
"Alice, tú sabes muy bien que mostrarán un incremento significativo de las
utilidades para el próximo trimestre. Pero entiendo por qué debes ser cauta al
decirlo ahora."
"De cualquier forma, ya recibimos aprobación de las oficinas generales para
formar las nuevas líneas para el radio-reloj y el televisor de 20 plg. Eso absorberá
a la mayor parte de la gente que podamos transferir, dado que las correcciones
se han reducido tanto."
Kate sonrió. "Quiero tener la oportunidad de decir algo antes que se desma­
yen de tanta felicitación por este logro."
"Adelante. Te has ganado el derecho a decir lo que quieras. Es responsabili­
dad tuya que hayamos tenido tanto éxito."
"De eso es de lo que quiero hablar. Ahora el último paso del programa e3
'hágalo todo de nuevo'. Y eso es en realidad lo que significa. Así que, lo que
pienso es que formemos un nuevo grupo, designemos un nuevo coordinador, y
que pongamos de nuevo en marcha todo el proceso. De esa forma, podremos es­
tar seguros de conservar estos avances."
Hugh hizo una pausa. "No lo había pensado de esa forma. ¿Literalmente
quieres decir, hacerlo todo de nuevo? ¿Ni más ni menos como lo hicimos antes?"
Kate movió la cabeza.
"No, no exactamente como lo hicimos antes. Requerirá mucho más innova­
ción y pensar mejor ahora que la vez anterior. Creo que el nuevo proceso deberá
ser diseñado para un año completo. Podemos hacer CD II en el aniversario de
CD —un renovado esfuerzo — . Podemos hacer un salón de la fama de la calidad,
y muchas cosas. Pero hay que hacerlo."
"Todos nosotros, veteranos, debemos salimos del equipo, excepto Al, quien
puede fungir como una especie de 'padrino' en el nuevo equipo. Habrá que darle
una buena promoción a Bill Ranson, enviar una carta de reconocimiento a las
oficinas corporativas, y nombrar a un nuevo administrador. Entonces más o me­
nos cada dieciocho meses, deberemos formar un nuevo equipo. Quizá algunos de
nosotros debamos regresar después de uno o dos ciclos."
Hugh sonrió. "Sabes, Kate, nunca pensé en repetirlo de esta manera. Pero
está completamente en lo correcto. ¿Alguien tiene comentarios acerca de lo que
dijo Kate?"
"Estoy por completo de acuerdo", dijo Marian, "y lo veo también como una
herramienta de desarrollo gerencial. Nos permitirá buscar gente joven y darle
una oportunidad positiva en administración creativa".
Todo mundo estuvo de acuerdo con el concepto, de acuerdo a como lo plan­
teó Kate.

204 LA CALIDAD NO CUESTA
Will Ellis añadió la advertencia de que cada uno de ellos debía abstenerse de
dirigir demasiado a su representante departamental, de tal forma que hubiera la
oportunidad de introducir nuevas ideas y técnicas al programa.
"Bien", dijo Hugh, "así sea. Ahora cada uno de ustedes deberá darme el
nombre del representante de su departamento para el nuevo equipo. Al, tú es­
cogerás al nuevo coordinador. Me reuniré con Al y el nuevo equipo la semana
próxima. Fingiremos que nunca hemos tenido un programa y sólo nos con­
centraremos en bajar ese costo de calidad a un 2%".
"Ahora les voy a dar a cada uno de ustedes un puro 'Al Fielding' en reconoci­
miento a su trabajo en este equipo. Se da por terminada la junta."
• * *
El nuevo equipo decidió hacer sentir su impacto rápidamente al lanzar el
programa de cinco semanas. "Asegurar." El concepto y contenido del programa
se dan con detalle en la Tercera Parte.

TERCERA PARTE
Las Herramientas
El lector puede decidir utilizar el caso de la HPA como una herramienta educa­
tiva, o usarlo para desarrollar una mejor comprensión de los conceptos y mé­
todos involucrados en una operación de mejoramiento de calidad. La tercera
parte contiene una guía del instructor, con que recorrerá paso a paso, el caso
HPA. Está organizado para que usted pueda fomentar la participación de la
clase, haciendo que los estudiantes asuman los papeles del personal de la
HPA.
El programa "Asegurar" está descrito con detalle para que usted pueda utili­
zarlo como parte de su proceso de mejoramiento de calidad. Dirigido primor-
dialmente al personal de "oficina", "Asegurar" es una gran aportación para
los esfuerzos de mejoramiento de calidad. Es muy apropiado para utilizarlo
dentro del programa general en el paso de "conciencia de calidad".

12
Guía del Instructor para el Caso
del Proceso de Mejoramiento
de la Calidad de la HPA
La historia del caso de la HPA detalla la creación e instalación de un proceso de
mejoramiento de acuerdo al esquema de los catorce pasos. El propósito de es­
tudiar este caso es proporcionar una base común e interesante para que los
estudiantes discutan la filosofía y acciones que se requieren para implantar el
proceso. La Guía del Instructor está incluida en las siguientes páginas. Al usar
la guía, usted será capaz de dirigir a los estudiantes conforme desarrollan su en­
tendimiento de la lógica y del método del proceso.
Los siguientes son los pasos que hay que dar para enseñar el caso de mejora­
miento de calidad.
1. Envíe el libro a los estudiantes de tal forma que lo reciban con una sema­
na de anticipación al inicio del curso. Agregue una nota personal pidién­
dole al estudiante que lea el caso y prepare cualquier pregunta que pu­
diera tener con respecto a alguna parte de él. El estudiante deberá traer
el libro a todas las reuniones porque será una parte clave del curso.
2. Cuando los estudiantes lleguen y sean orientados, explíqueles —muy
claramente— que han sido enviados por sus gerencias a un costo conside­
rable, con el propósito de que aprendan cómo implantar un proceso de
mejoramiento de calidad en sus operaciones. El haberlos enviado y el gas­
to que representa deberá servirles de evidencia tangible de que su ge­
rencia espera que instalen por completo el programa de catorce pasos
cuando regresen. Cualquiera que no esté interesado en llevar a cabo esta
tarea deberá retirarse. Enfatice que ésta es una reunión de profesionales
selectos y que usted está complacido de estar involucrado.
3. Diga que se asegurará de que el contenido del caso sea atendido por
completo, discutiéndolo paso por paso. Permita que sus estudiantes
hablen tanto como sea posible, interrumpiéndolos sólo para hacer otra
pregunta o para mantener bajo control la discusión. (Véase la sección

208 LA CALIDAD NO CUESTA
sobre los elementos para la discusión, paso por paso, al final de este
capítulo.) El propósito es permitir que los estudiantes traigan a colación
cualquier posible pregunta o problema que puedan enfrentar en su ope­
ración y lo resuelvan. Deberá llevar alrededor de doce horas de clase para
cubrir por completo el caso, incluyendo la tarea de "Asegurar."
4. Para los pasos de medición, conciencia de calidad, planeación de CD, día
CD y reconocimiento, se pueden asignar tareas de grupo. Presentaciones
especiales hechas por los grupos (no más de dos para cada tema) harán
que la información fluya más fácilmente. Además, la participación de los
estudiantes hace que el curso sea más interesante para ellos.
Cuando el equipo de mejoramiento de calidad de la HPA tenga una jun­
ta en el caso, es buena idea hacer que sus estudiantes tomen los papeles
asignados y lean el diálogo en voz alta. De esa forma llegan a oírlo así co­
mo leerlo.
5. Cuando ya esté seguro de que entendieron el programa "Asegurar",
divídalos en equipos y pídales desarrollen el programa Asegurar para
presentarlo al día siguiente. Esto les dará algo que hacer en casa.
6. Durante la discusión, es buena idea designar grupos para que examinen
pasos individuales y los reporten en la clase al día siguiente o quizá des­
pués de la comida o durante algún periodo de descanso.
7. Cuando termine el curso, notifique a los estudiantes que usted espera que
le envíen reportes de avance acerca de su éxito.
Los siguientes son temas de discusión y notas para cada paso.
HISTORIA DEL PROYECTO
1. La HPA parece tener muchas "burbujas de problemas" saliendo a la su­
perficie. Todos están trabajando duro, pero los problemas ocurren de to­
das maneras ¿Han.visto ustedes situaciones como ésta?
Nota: Aquí, la idea es hacerlos que hablen un poco acerca de los problemas que
ellos han tenido o visto, y romper el hielo. Todo mundo tiene problemas y les agra­
da discutirlos. Trate de dirigir los comentarios para llevarlos a la necesidad de un
mejoramiento.
2. El gerente de servicio de campo mencionó la necesidad de la prevención.
Esto pareció sorprender a Hugh. ¿Creen que nadie pensó en eso antes? Si
lo hicieron, ¿por qué no se hizo algo?
Nota: Quizá lo habían pensado, pero estaban tan preocupados con los problemas
cotidianos que no habían sentido que fuera posible llegar ya a la prevención. Ellos
no sabían cómo empezar a prevenir. (Este es un punto clave porque todo el objeti­
vo del curso es enseñarles cómo iniciar la prevención.)
3. Obviamente, el gerente de calidad sabía lo que Hugh quería decir, y
venía preparado con un plan para iniciar el mejoramiento de calidad.
¿Por qué no lo había mencionado antes?

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 209
Nota: Aquí el mensaje que tenemos que infundir es que el gerente de calidad no
sabía cómo convencer de la necesidad de prevenir porque no entendía el proceso
de mejoramiento de calidad o cómo darlo a conocer.
4. Al estaba muy resuelto a asegurarse de que Hugh no tuviera la idea de
que esto iba a ser un programa de motivación. ¿Por qué?. ¿Acaso no es
motivación el mejoramiento de calidad?
Nota: Esto deberá generar mucha discusión. Sin embargo, hemos de reconocer
que, aunque cada comunicación humana implica motivación, motivación tiene un
efecto a corto plazo. Lo que buscamos es infundir una actitud permanente a largo
plazo —un cambio de disciplina—. Esto requiere de parte de la gerencia una inter­
vención de lo más planeada y deliberada. Usar la palabra "motivación" implica que
habrá algo emocional en la participación de la gente. Este proceso no es emo­
cional.
5. El concepto de Cero Defectos parece tan fácil de entender que, en algu­
nas ocasiones, lo pasamos por alto. Vamos a examinarlo de cerca. Por
ejemplo, ¿por qué no se acepta la falta de medios o de herramientas apro­
piadas como causas aceptables de errores y sí se aceptan como tales la ac­
titud y los conocimientos?
Nota: Aquí la intención es dejar claro que alguien asigna los medios o herramientas
equivocadas a una tarea en particular debido a la falta de atención o conocimien­
tos. Si usted dice que la única causa de los defectos son los medios equivocados,
convierte el concepto de mejoramiento estrictamente en un programa para obre­
ros, que involucre normas más estrictas de desempeño. Comente que, después, se
evalúa CD.
6. ¿Por qué no puede ser buena norma gerencial un "nivel aceptable de cali­
dad"? ¿No somos nosotros, los que trabajamos en la calidad, quienes hici­
mos que se usara como norma?
Nota: Vea si la clase puede identificar alguna otra norma equivocada que se usa en
la vida — como los años pasados en la escuela como indicador de inteligencia, o fo-
quitos en el teléfono que indiquen la importancia de una persona.
7. La esposa de Hugh, le dijo que ella no creía que el programa fuera lo bas­
tante complicado. El admitió que le molestaba la "sencillez y lo directo".
De hecho, estaba un poco avergonzado de que no se le hubiera ocurrido
algo así antes. ¿Por qué no se le había ocurrido?
Nota: Hugh tiene muchas cosas que hacer. Es obligación de sus subordinados propo­
nerle programas como éste. El gerente de calidad lo ha estado deteniendo porque
realmente no supo cómo establecer tal programa.
ELEMENTOS DE DISCUSIÓN PASO POR PASO
Paso uno: Compromiso de la dirección y niveles gerenciales
1. El texto dice que la política de calidad es demasiado importante como
para dejarla en manos del gerente de calidad. ¿Es esto correcto? ¿Acaso el
departamento de calidad no es el responsable de la calidad?

210 LA CALIDAD NO CUESTA
Nota: Señale que el departamento de calidad es responsable de medir y reportar el
estado de calidad. "Calidad significa cumplir con las especificaciones" será discutido
luego, pero dado que el departamento de calidad no realiza compras, no manufac­
tura, diseña ni realiza otras cosas productivas como esas, no puede hacérsele res­
ponsable de desempeñar dichas funciones.
2. ¿Cómo es posible que no haya "economía de la calidad"? Siempre es­
cuchamos este término.
Nota: No aliente a los gerentes a que usen la "calidad" como una palabra vaga que
signifique "bondad". Tienen que especificar exactamente qué es lo que quieren en
términos de lujo, belleza, etc. Por tanto, calidad significa cumplir con las especifica­
ciones y siempre resulta más barato hacer bien el trabajo desde la primera vez. Pida un
ejemplo en que sea más barato rehacer un trabajo.
3. ¿Cuántos de los estudiantes han publicado una política en su compañía?
¿Le ocasionó a alguien algún problema? Si fue así, ¿a quién y por qué?
¿Cómo resultó todo?
Nota: De ser posible, lleve la discusión hacia el por qué no debe añadírsele nada a
la política para modificarla —tal y como Hugh pensó.
4. ¿Qué necesitaría hacer el gerente general para convencer al personal de
control de calidad de que él toma en serio lo de mejoramiento de calidad?
Nota: Después de discutir esto, pida a los estudiantes que hagan una nota de qué
es lo que tendrán que pedirle a su jefe que haga para hacer llegar este mensaje.
Paso dos: El equipo de mejoramiento de calidad
1. ¿Por qué se recomienda que el gerente de calidad no sea el presidente?
Parece que ésta es una parte vital del trabajo del gerente de calidad.
Nota: El gerente de calidad debe ser la fuerza impulsora ("el catalizador") detrás
del programa, el cerebro, y la fuente de información. Sin embargo, el gerente debe
reunir a un equipo, de preferencia presidido por otra persona, para llevar a cabo es­
te programa. De otra forma, no sería más que "otro programa de calidad".
2. ¿A quién seleccionarían ustedes como administrador del proceso?
¿Cuáles son las características más valiosas que debe tener un admi­
nistrador, gerente o coordinador?
Nota: Las cualidades clave son habilidades para comunicarse, ambición genuina y
la habilidad para soportar la tensión.
3. Si averiguamos cómo dispone su compañía de los dólares que recibe por
concepto de ventas y, siguiendo el mismo procedimiento que siguió
Hugh, ¿cómo lo podrían desglosar? ¿A cuánto ascienden las ventas por
empleado de su compañía? ¿Cuál es la utilidad libre de impuestos?
Nota: Si los estudiantes no conocen estas cifras, es que no están tomando el sufi­
ciente interés en su compañía. Y lo que es más importante, es probable que no se
estén comunicando en forma apropiada con el resto del personal.

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 211
4. ¿Creen ustedes que el 25% de la gente se la pasa repitiendo los trabajos
en las áreas administrativa y de papeleo? ¿Qué significa esto?
Nota: Ahora es el tiempo de interesarles en los problemas de los "oficinistas". Este
interés es esencial para preparar el programa "Asegurar".
5. ¿Han pensado alguna vez cómo están pagando por el costo de calidad de
los proveedores?
6. Si ustedes les aplicaran la prueba de diez preguntas (véase el final de es­
ta sección) a sus compañeros gerentes de su compañía, ¿cómo saldrían?
¿Cree usted que su nivel de información sea superior a aquel del equipo
gerencial de la HPA?
Nota: Ahora es cuando debe convencer a sus gerentes de que tienen que llevar a
cabo un programa de orientación para la calidad cuando regresen a casa. De
hecho, es un buen momento para pedirles un compromiso personal.
7. ¿Por qué es importante para su trabajo el que se adhieran al principio
de que "calidad significa cumplir con las especificaciones"?
Nota: Es importante porque es muy difícil ganarse la vida con la "belleza, la verdad
y el lujo". Se necesita algo que sea medible.
8. Discutamos las preguntas y respuestas individuales dadas en la prueba de
actitudes. Necesitamos asegurarnos de que lo entendemos correctamente.
¿Cómo le iría a su personal en esta prueba?
Nota: Tómese el tiempo de repasar cada pregunta y coméntela realmente. En este
momento, tiene que hacer aflorar todas las dudas. De otra forma, el resto del caso
no surtirá efecto.
9. La HPA escogió a Kate para que fuera la gerente del programa. ¿A
quién escogerían ustedes en su compañía? ¿Por qué?
Nota: No es necesario identificar a una persona en cada compañía, pero si usted
puede lograr que varios de los estudiantes expongan sus alternativas, los resulta­
dos serán benéficos.
10. ¿Sabe todo el mundo cómo trabajan los consejos de calidad? ¿Tienen us­
tedes alguno funcionando? ¿Cómo se comunican ustedes entre sí dentro
de su función de calidad?
Nota: La información que se obtiene en las juntas de los consejos de calidad debe­
rá ser distribuida dentro de la compañía.
11. ¿Piensan ustedes que su gerente general haría un discurso como el que
hizo Hugh?
Nota: El gerente general lo hará si se lo pide. ¿Se lo ha pedido alguna vez a su gerente
general?
12. ¿Piensan ustedes que la reunión con la dirección del sindicato es un caso
típico? ¿Esperarían que fuera problemática?

212 LA CALIDAD NO CUESTA
Nota: No conocemos ningún caso en que el sindicato no haya cooperado de todo
corazón con el proceso de mejoramiento.
13. ¿Por qué hay aquí tanto escrito acerca de la diferencia entre un concep­
to y una técnica?
Nota: Es importante que la gente se concentre en la intención del concepto, en vez
de poner los puntos sobre las íes de cada punto dentro del proceso. No exise ma­
nera infalible e inamovible de introducir un programa; se hace meditándolo y en­
tendiéndolo diariamente. El primer paso personal consiste en darse cuenta de que
todos los pasos que estudiamos se relacionan entre sí, así como las partes de un
gato se relacionan con todo el gato. Anímelos a discutir esto con detalle.
Diez preguntas respecto a la calidad
1. La calidad es una medida de la bondad del producto que puede ser de­
finida como regular, buena, o excelente.
Falso. Calidad significa cumplir con los requerimientos y eso es todo. Si empieza a con­
fundir calidad con elegancia, brillantez, dignidad, amor, u otra cosas, encontrará
que todos tienen diferentes ideas. No hable acerca de baja calidad o alta calidad.
Hable acerca del cumplimiento o no con las especificaciones. Si no le agradan los requeri­
mientos, haga que se modifiquen oficialmente. Si usted no asume esta actitud y se ape­
ga a ella, todo mundo acaba por fijar sus propias normas y la última persona de la
línea determina qué es lo que sale por la puerta.
2. La economía de la calidad requiere que la gerencia establezca niveles
aceptables de calidad como normas de desempeño.
Falso. No existe la economía de la calidad. Siempre resulta más barato hacer bien
el trabajo desde la primera vez. Muchas compañías confunden a su gente utilizan­
do criterios de inspección por muestreo con normas de desempeño. Como resul­
tado, cada operación toma 1%. El único estándar apropiado es Cero Defectos.
¿Por qué conformarse con menos? La gente trabaja de acuerdo a los estándares
que le son dados.
3. El costo de calidad es el gasto ocasionado por hacer las cosas mal.
Verdadero: La calidad no cuesta. Lo que desperdicia los activos es el no cumplir
con las especificaciones.
4. Inspección y prueba deberán reportar a producción para que produc­
ción pueda tener las herramientas apropiadas para hacer el trabajo.
Falso. Si usted asigna la responsabilidad de inspección y prueba a producción, no
obtendrá un registro adecuado de los defectos. Lo que es más importante, el per
son.al involucrado no recibirá el entrenamiento, la disciplina y el reconocimiento
que necesitan. Los inspectores de producción se convierten en clasificadores y
despachadores. Además, dado que el personal de control de calidad verifica des­
pués de los inspectores, se les pasarán como un 10% de los defectos. Un inspector
no es eficiente a menos que la inspección sea la última operación en la línea. Si us­
ted en verdad cree que producción necesita las herramientas para hacer el trabajo.

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 213
entonces proporcióneselas también a contabilidad, relaciones públicas, compras y
nómina. Luego, tendrá un montón de pequeños gerentes generales en su planta.
5. La calidad es responsabilidad del departamento de calidad.
Falso. La tarea de los departamentos de calidad es medir y reportar el cumplimien­
to en las especificaciones, pedir acciones correctivas, fomentar la prevención de defec­
tos, enseñar mejoramiento de calidad y actuar como la conciencia de la operación.
Si al gerente de calidad se le hace responsable de que compras escogió un mal pro­
veedor, o de que un trabajador de producción no sabe soldar, entonces usted
tendrá muchos problemas. El trabajo es responsabilidad de aquellos a quienes se
les paga por hacerlo. Nadie piensa que el contralor sea responsable si las cifras de
ventas están cayendo. Pero piénselo: si todo el mundo hiciera bien el trabajo, us­
ted no necesitaría de un departamento de calidad.
6. La actitud de los trabajadores es la causa primordial de los defectos.
Falso. Los trabajadores se desempeñan de acuerdo a las actitudes de sus jefes. Si
no les importa que los productos cumplan con las especificaciones, es porque ellos perci­
ben que no es importante para los directivos. Un auditor experimentado de calidad
puede hablar con un gerente general durante cinco minutos y adivinar su nivel de
calidad de producción con un margen de 1%. Los trabajadores son como espejos.
Los reflejos que usted ve son los propios.
7. Tengo gráficas que rae muestran los niveles de rechazos en cada opera­
ción clave.
Si esto es verdadero, usted está en peores condiciones de las que pensé. Los
índices no cuentan. Si usted no sabe cuál es su nivel de defectos, entonces, ¿cómo
sabe cuándo enojarse?
8. Tengo una lista de los diez problemas de calidad más grandes.
Si usted tiene una lista de diez o de cualquier número de problemas, probablemen­
te no está obteniendo buenas acciones correctivas y no entiende la situación. No
existen los problemas de calidad. Los problemas deben ser identificados de acuer­
do con el departamento responsable de la acción correctiva. Por tanto, deberá
tener problemas de producción, problemas de compras, problemas de diseño,
problemas de servicio, etc. El gerente de calidad que mantiene una lista de proble­
mas de calidad, y lo que es peor, se la entrega a su jefe, está buscándose un desas­
tre personal. Después de un tiempo, si este gerente no ha dado un mejor entrena­
miento al personal, un mejor sistema de control de producción, una técnica a
prueba de tontos para la calificación del producto, o diseños confiables, pronto se­
rá despedido. Llega otro quien hace una lista de los diez peores problemas de cali­
dad y así sucesivamente. No diga "problema de calidad". Llámelo por su nombre.
9. Cero Defectos es un programa de motivación para los trabajadores.
Falso. Si usted piensa que Cero Defectos es un concepto de motivación, lo está
subestimando. Cero Defectos es presentar los estándares de la gerencia de tal for­
ma que nadie los pueda malinterpretar. No se puede engañar a la gente haciéndole
pensar que usted ha cambiado su forma de ser, organizando cenas y colgando
banderolas. Usted en realidad tiene que creer que CD es lo que usted desea. ¿Qué

214 LA CALIDAD NO CUESTA
es lo que usted quiere hacerles creer: "Hazlo bien desde la primera vez" o "Hazlo lo
mejor que puedas —Entiendo que nadie es perfecto"?
10. Hoy en día, el problema más grande es que los clientes no nos com­
prenden.
Falso. El cliente no tiene que comprender. El cliente es el cliente en su vida perso­
nal, no tiene piedad con la gente que hace los artículos que usted compra. ¿Por
qué esperaría que sus clientes lo trataran de otra manera?
Paso tres: Medición de la calidad
1. ¿Por qué hay introducciones separadas para manufactura y "servicio"?
Nota: Muy pocas compañías buscarán mediciones del tipo que no es de manufac­
tura para usarlas en el proceso a menos que se les obligue a ello. Empezar la discu­
sión con este punto es el primer paso para lograrlo. Discuta el equivocado concepto
de "ghetto" de produccón, en donde, se supone, ocurren todos los errores.
2. Escuchen la discusión que tuvo el equipo HPA. Leamos los comentarios
en voz alta y veamos cómo se relacionan con nuestras propias opera­
ciones.
Nota: Asigne papeles —sin dar mucha importancia— y haga que se lean en voz al­
ta las diferentes partes. Obsérvese que el equipo de la HPA se está tomando su
tiempo y está siendo muy cuidadoso para asegurarse de que todos entiendan en
forma similar lo que va a ocurrir.
3. ¿Pueden calcular el costo de calidad de su operación en la misma forma
que lo hizo Alice para la HPA? ¿Lo han hecho?
4. ¿Piensan ustedes que el equipo conociera la gravedad de la situación an­
tes que la contralor diera los resultados?
Paso cuatro: El costo de calidad
1. ¿Qué opinan acerca de las actitudes? ¿Piensan que son tan importantes
como lo pensó Sharon?
Paso cinco: Conciencia de la calidad
Nota: En este punto, quizá haya terminado ya con la sesión de la primera mitad del
día, y esté listo para levantar la sesión. Este es un buen momento para dividir a los
estudiantes en grupos para que reporten acerca de pasos específicos y den sus re­
comendaciones para llevarlas a cabo. Dos grupos para conciencia de la calidad y
dos para medición están bien. Haga que se reúnan esa noche para discutir sus pa­
sos. Deberán regresar preparados para hacer una presentación acerca de las cosas
que habrán de hacerse al poner en práctica los pasos. Esto hace que los estudiantes
participen y propicien algunas buenas preguntas.

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 215
1. ¿Por qué es tan necesario hacer que llegue el mensaje de la calidad a to­
dos los empleados? ¿No sería suficiente concretarse a exigir lo que ustedes
quieren?
Nota: La calidad no es algo que se pueda lograr dando de latigazos y castigando a
aquellos involucrados. Se tiene que comunicarles el mensaje, dejarlos participar y
no tratar de engañarlos.
2. ¿Por qué es importante mostrar las mediciones actuales al inicio del
programa?
Nota: Si usted no registra cómo están las cosas en el momento exacto en que se
inicia, no podrá sacar ventaja de todas las mejoras que ocurran al inicio del progra­
ma. Poder señalar este mejoramiento le ayudará a superar cualquier dificultad que
pueda presentarse después de las primeras semanas.
3. ¿Podría pensar acerca de algunas otras medidas que podamos usar en de­
partamentos que no sean de manufactura?
Nota: Conserve cualquier buena sugerencia para poder compartirla con futuros
grupos de estudiantes.
4. Este es un buen momento para leer de nuevo el diálogo de la junta del
equipo. Ayuda para discutir el aspecto de la educación del equipo de me­
joramiento de calidad.
Nota: Ponga particular atención a los comentarios de Otto.
5. A juzgar por las discusiones en la junta entre supervisores y empleados,
pareció no haber resistencia a la idea del mejoramiento de calidad en la
HPA. ¿Por qué piensa usted que, a los gerentes, les apena pedir a su gen­
te que mejore?
Nota: Este es un buen momento para discutir cómo los gerentes pueden ser sepa­
rados de su gente y tener ideas equivocadas. Necesitamos imponer esta comunica­
ción. Después de todo, la mayoría de nosotros empezamos en una banca o un
escritorio, en alguna parte.
6. ¿Qué opina de la idea de ser "formadores de actitudes"? ¿Piensa que Al
tenía razón? ¿Quién responde mejor a esa definición en su compañía?
7. ¿Qué le estaba diciendo Hugh a Al? ¿Podría usted encontrarse en la mis­
ma situación?
Paso seis: Acción correctiva
1. Pida que uno de los estudiantes dé un informe acerca del reporte que
escribió el ingeniero de calidad. Déles la tarea con anticipación para
que puedan hacer un buen trabajo. Es obvio que varias personas investi­
garon y llegaron a la conclusión equivocada. ¿Por qué?

216 LA CALIDAD NO CUESTA
Nota: Esto señala de nuevo que tiene que dirigirse a los trabajadores para averiguar
lo que está sucediendo. Si lo desea, presénteles en este momento, el concepto de
acción correctiva.
2. Al se sorprendió de que alguien pensara que su departamento pudiera te­
ner algunos problemas. Era evidente que no se le había ocurrido ante­
riormente. ¿Por qué se sorprendió? ¿Qué deberán hacer ustedes para que
esto no les ocurra?
Nota: Pregunte a todos cuándo fue la última vez que tuvieron una auditoría inde­
pendiente de su departamento.
3. ¿Qué valor tiene el que un miembro del personal administrativo adopte
un enfoque como el que tomó John Halden?
Nota: Tómese unos momentos para discutir el hecho de que el personal admi­
nistrativo no quiere causarle daño a la compañía o a las personas que están audi-
tando. Ellos también se verán mal si las cosas se salen de control. Comente acerca
de la cantidad de planeación que se requiere para manejar en forma debida estas
auditorías. No permita que se desvíen hacia el tema de las relaciones entre el perso­
nal de línea y el administrativo. Esto sería meterse en problemas.
4. Haga que alguien dé un análisis del reporte sobre aceptación de recep­
ción.
Nota: Es obvio que ésta era una operación descuidada. La gente corría por todas
partes y los supervisores se dejaban presionar por compras y control de produc­
ción. Inicie una discusión acerca de los pasos de acción correctiva que necesitaban
ser tomados. ¿Qué le podría decir Al al equipo de mejoramiento?
Paso siete: Planeación de cero defectos
Nota: Este es un buen paso acerca del cual solicitarle al grupo que haga un reporte.
Se presta a generar ideas originales. A muchos de los estudiantes, les atemorizará
la perspectiva de lanzar un programa CD y se pondrán particularmente nerviosos
con la idea de tener un día CD.
1. ¿En qué se diferencia la fase CD del programa de aquello que ya estaban
haciendo?
Nota: Usted puede señalar que habrá una mejoría significativa con respecto a los
pasos anteriores, pero que ésta se nivelará después de unos cuantos meses. Para
obtener el mejoramiento que falta, tiene que meterse a CD. Es necesario hacer que
todas las manos se comprometan a un grado de mejoramiento superior al ya alcan­
zado. En la etapa anterior a CD, sólo están tratando de "hacerlo mejor". Esto no es
suficiente.
2. El concepto, tal como se presenta en la hoja de compromiso, es un resu­
men del de la cinta. ¿Piensan que sea necesario añadirle alguna otra
cosa? Si es así, ¿qué?

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 217
Nota: No les permita explayarse demasiado, pero discuta el concepto lo suficiente
como para asegurarse de que lo han leído y de que entiendan bien el asunto de ma­
nejar el compromiso ?¿ntre el supervisor y el empleado. También es necesario que
entiendan la necesidad de este compromiso. Lea el diálogo de la junta del equipo,
asignando papeles como en la ocasión anterior.
3. ¿Por qué tienen que discutir la motivación de nuevo? ¿Por qué hay tanta
confusión al respecto?
Nota: Dígales que usted, como miembro del personal administrativo, sabe que si le
dice a un gerente general que usted cfuiere iniciar un programa de motivación, el
gerente lo mandará a ver a la gente de RP. (Señale que la gente de RP deberá estar
en el equipo de mejoramiento.)
Paso ocho: Entrenamiento de los supervisores
Nota: Haga que todos tomen el examen de CD. Asegúrese de que todos entiendan
que van a tener que explicar CD a su equipo de mejoramiento cuando vuelvan a
"casa". Cualquier pregunta que tengan debe ser contestada y resuelta en el mo­
mento.
1. Los supervisores han sido orientados en los pasos de conciencia de la cali­
dad y acción correctiva, y ahora que está siendo planeado CD. ¿Qué otro
entrenamiento necesitan?
Nota: Algunas cosas que requieren más entrenamiento son: el manejo de los
compromisos; cómo hablar con aquellas personas que piensen que el programa no
va en serio; qué decir si el dirigente sindical tiene dudas; cómo manejar las ECE.
Son muchas cosas las que necesitan saber.
Paso nueve: Día cero defectos
Nota: discuta todo lo del día y asegúrese de darle una imagen completamente posi­
tiva. Después de todo, ¿de qué otra forma va a lograr que todo el mundo le ponga
atención a un tiempo? Dé información acerca de cómo obtener el material impreso.
Hábleles de los días CD de que ha sido testigo. Lea los comentarios que hizo el pre­
sidente en el caso de la HPA: Este es el meollo del asunto.
Paso diez: Fijación de metas
Nota: La fijación de metas consituye una buena tarea de grupo sobre todo cuan­
do los hace concentrarse en las áreas de "oficinistas".
1. ¿Qué piensan ustedes acerca del sistema de medición que propusieron
Cari y su grupo (CD por hora)? ¿Funcionará eso en su operación?
Nota: Usted puede Lograr CD por hora en cualquier parte, independientemente de
cuál sea la función, el personal o lo que sea. Es un estupendo sistema de medición.
Los ingenieros pueden competir contra los oficinistas de embarque.

218 LA CALIDAD NO CUESTA
2. Ahora que se están obteniendo algunos buenos resultados concretos, ¿qué
debe hacerse con la información?
3. ¿Cómo hacemos llegar esta información a toda la gente?
Paso once: Eliminación de las causas de errores (ECE)
»
Nota: Recalque que al empleado se le ha pedido que haga un trabajo perfecto. La
ECE es la forma para que todos los empleados manifiesten cualquier problema que
se interponga en el camino de la perfección. Ellos no necesitan conocer la solu­
ción. Haga que se lean y sean discutidas en voz alta algunas de las ECE. Serán
típicas de aquellas que recibirá.
1. En el caso de la HPA, la ECE fue llevada a cabo ya tarde en el programa.
¿Podía haberse hecho antes?
Nota: Desde luego que puede hacerse antes. Sin embargo, asegúrese de que se
haga hasta después que se le haya hecho entender con claridad a la gente que el
mejoramiento es necesario.
Paso doce: Reconocimiento
Nota: Haga que se lea en voz alta la reunión que tuvo el equipo de la HPA para esta
etapa.
1. ¿Por qué es importante no dar cosas de alto valor en el paso del reconoci­
miento?
3. ¿Qué tipo de programas de reconocimiento sugerirán ustedes como apro­
piados u originales para su operación? ¿Qué le parecen los premios pe­
riódicos?
Paso trece: Consejos de calidad
Nota: Discuta el sistema de los consejos y su significado. Haga que algunas perso­
nas digan lo que opinan de los consejos.
1. ¿Cómo pueden ustedes instalar consejos en sus operaciones?
Paso catorce: Hágalo de nuevo
Nota: Este es el paso que le puede ocasionar problemas porque es difícil convencer
a la gente de que realmente tiene que repetir el proceso. Haga que se lea en voz al­
ta la reunión del equipo de la HPA.
Nota: La gente no trabaja por las cosas, trabaja por el reconocimiento. Asegúrese
de que los estudiantes entiendan y estén de acuerdo en esto.
2. ¿Cómo se relaciona el programa del Premio Pulitzer con este tipo de reco­
nocimiento?

GUIA DEL INSTRUCTOR PARA EL CASO DEL PROCESO... 219
1. ¿Por qué es necesario repetir el proceso?
Nota: ¿ De qué otra forma va a obtener toda la atención que necesita sobre el tema
de calidad? El proceso no fluirá como unjío a menos que mantenga abiertos ios ca­
nales y alto el nivel de energía.

*
13
Asegurar
INTRODUCCIÓN
Esta porción de la sección de Herramientas contiene el concepto del Programa
de orientación "Asegurar" y su presentación en las primeras cuatro páginas. Des­
pués de eso, hay una descripción completa, paso por paso, de los eventos necesa­
rios para hacer funcionar un programa completo de "Asegurar".
"Asegurar" es un programa de mejoramiento de persona a persona, orienta­
do al personal de oficina, que atrae inmediatamente la atención de todos. Usted
recibirá sugerencias de prevención por parte de más de un 90% de la gente a
quien se lo presente.
"Asegurar" ha sido separado de manera deliberada del caso de la HPA, por­
que pensé que el equipo seleccionado para "hacerlo todo de nuevo" debería te­
ner algo que desconocía el grupo original.
Úselo con buena suerte. En realidad funciona.

222 LA CALIDAD NO CUESTA
GUIA DEL INSTRUCTOR PARA LA ORIENTACIÓN DEL PROGRAMA "ASEGURAR"
DURACIÓN:
ALREDEDOR DE UNA HORA
EQUIPO REQUERIDO:
PIZARRÓN O CUALQUIER OTRO MATERIAL PARA PRESENTAR MATERIAL ESCRITO
AUDITORIO:
DE QUINCE A VEINTICINCO EMPLEADOS DE OFICINA O FUNCIONES ADMINISTRATI­
VAS. LOS ASISTENTES DEBERÁN REPRESENTAR, DE PREFERENCIA, MUCHAS FUN­
CIONES O DEPARTAMENTOS DIFERENTES. SIN EMBARGO, LA ORIENTACIÓN PUEDE
SER DADA A PERSONAL DE UNA OPERACIÓN, SIEMPRE Y CUANDO EL INSTRUCTOR
SEA SENSIBLE A LOS PROBLEMAS ESPECIALES DE ORGANIZACIÓN O PERSONALI­
DAD QUE PUEDAN PRESENTARSE DENTRO DE ESA FUNCIÓN.
PROPOSITO:
• EXPLICAR EL CONCEPTO DE "ASEGURAR" DE TAL FORMA QUE EL PERSONAL
IMPLICADO DESEE PARTICIPAR EN ESTE PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE DEFEC­
TOS PARA ACTIVIDADES ADMINISTRATIVAS Y FUNCIONALES.
• INICIAR UN EXAMEN CONTINUO DE PROCEDIMIENTOS Y MÉTODOS UTILIZADOS
POR EL PERSONAL INVOLUCRADO, DE TAL FORMA QUE CONTRIBUYAN REGU­
LARMENTE A LAS ACTIVIDADES DE PREVENCIÓN DE DEFECTOS.
SECUENCIA DE EVENTOS:
1. INTRODUZCA LA IDEA DE QUE MUCHOS PROBLEMAS DE INCUMPLIMIENTO CON
LAS ESPECIFICACIONES SON ORIGINADAS POR LAS ACTIVIDADES ADMINISTRA­
TIVAS, DE SERVICIO U OTRAS SIMILARES DENTRO DE LA COMPAÑÍA, Y TIENEN
UN EFECTO A LARGO PLAZO.
2. EXPLIQUE QUE "ASEGURAR" ES UN PROGRAMA QUE AYUDA A IDENTIFICAR
AQUELLOS PROBLEMAS Y LOS ELIMINA SOLICITANDO IDEAS DE LOS INDIVI­
DUOS QUE REALIZAN EL TRABAJO.
3. PIDA A CADA INDIVIDUO QUE MENCIONE SU "PROBLEMA MAYOR" SIN DISCU­
TIRLO CON DETALLE. ANOTE LOS PROBLEMAS EN EL PIZARRÓN.
4. DESPUÉS QUE HAN SIDO MENCIONADOS Y ESCRITOS LOS PROBLEMAS, COMEN­
TE QUE TODO MUNDO HA SELECCIONADO PROBLEMAS QUE SON OCASIONADOS
POR OTROS, QUE AL PARECER NADIE TIENE PROBLEMAS QUE SE HAYA CAUSA­
DO A SI MISMO. SEÑALE QUE ESTA ES UNA ACTITUD TÍPICA ENTRE LOS SERES
HUMANOS.
5. PREGUNTE A LOS PARTICIPANTES COMO PUEDEN SER PREVENIDOS ALGUNOS
DE LOS PROBLEMAS ENLISTADOS EN EL PIZARRÓN. EVITE AVERGONZAR O PRE-

• ASEGURAR 223
SIONAR A ALGUIEN. SELECCIONE UNO O DOS Y SUGIERA IDEAS PARA LA PRE­
VENCIÓN.
6. DÍGALES LO NECESARIO QUE ES PARA TODOS NOSOTROS CONVERTIRNOS EN
"ASEGURADORES". CITE UNAS POCAS ESTADÍSTICAS MOSTRANDO EL COSTO
DE ERRORES EN LAS ÁREAS DE "OFICINA".
7. RECORRA EL SALÓN DE NUEVO Y PÍDALE A LOS ASISTENTES QUE MENCIONEN
SU "PRINCIPAL PROBLEMA". EN ESTA OCASIÓN, LOS PROBLEMAS DEBERÁN
SER DIFERENTES.
8. PÍDALES QUE ENVÍEN IDEAS POR ESCRITO AL EQUIPO DE MEJORAMIENTO. SU­
GIERA QUE QUIZA LES GUSTARÍA QUE SU SUPERVISOR SE REUNIERA CON ELLOS
PARA ORGANIZAR EQUIPOS DE DISCUSIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE DEFECTOS
EN SUS OPERACIONES.
9. AGRADÉZCALES POR SU ASISTENCIA Y DESPIDA AL GRUPO.
REUNIÓN DE "ASEGURAR"
EL INSTRUCTOR HABLA:
BUENOS DÍAS. MI NOMBRE ES ESTOY AQUÍ PARA PARTICIPAR CON
USTEDES EN LA DISCUSIÓN DE UN NUEVO PROGRAMA LLAMADO ASEGURAR. EL
PROPOSITO DE ESTE PROGRAMA ES EL DE AYUDAR A TODOS LOS QUE TRABAJA­
MOS CON LAPICES, PLUMAS, COMPUTADORAS, TELEFONOS, Y OTROS APARATOS,
A APRENDER MAS ACERCA DE NUESTRA RESPONSABILIDAD PERSONAL EN CA­
LIDAD.
COMO USTEDES SABEN DE SUS EXPERIENCIAS PERSONALES, MUCHOS DE LOS
PROBLEMAS MAS FRUSTRANTES Y COSTOSOS QUE VEMOS HOY EN DÍA PRO­
VIENEN DEL PAPELEO Y DE MECANISMOS SIMILARES DE COMUNICACIÓN. TODOS
NOSOTROS HEMOS TENIDO PROBLEMAS CON CUMPUTADORAS DE TIENDAS DE DE­
PARTAMENTOS, COMPAÑÍAS DE VENTAS POR CATALOGO, NUESTROS DEPARTA­
MENTOS INTERNOS, HOTELES Y OTRAS FUNCIONES DE SERVICIO QUE, SE SUPONE,
DEBERÍAN HACERNOS LA VIDA MAS FÁCIL.
DIVERSOS ESTUDIOS MUESTRAN QUE MAS DEL 25% DEL TRABAJO NO MANUFAC­
TURERO ES RUTINARIAMENTE VUELTO A HACER ANTES DE QUEDAR BIEN. ESOS
SON LOS TRABAJOS EN LOS QUE ESTAMOS INVOLUCRADOS CADA DÍA.
EL PROBLEMA MAS GRANDE AL QUE NOS ENFRENTAMOS AL EJECUTAR NUESTRO
TRABAJO ES LA COMUNICACIÓN QUE LIGA NUESTRO TRABAJO, YA SEA ESTE DE
-ADMINISTRACIÓN, PROGRAMACIÓN DE COMPUTADORAS, TRABAJO DE OFICINA,
OPERACIONES DE LA LINEA DE PRODUCTOS, VENTAS, INGENIERÍA, EJECUTIVOS,
CONTABILIDAD- CUALQUIERA DE ESTAS FUNCIONES Y TODAS LAS DEMÁS SON
LIGADAS POR UNA NECESIDAD COMÚN. ESTA NECESIDAD ES QUE TENEMOS QUE
TRANSMITIR NUESTRA CONTRIBUCIÓN PERSONAL A NUESTROS TRABAJOS ME­
DIANTE NUESTROS LAPICES, PLUMAS, PROGRAMAS DE COMPUTADORA, CONVER­
SACIONES, O ALGÚN MÉTODO DETERMINADO.
RECIBIMOS DATOS DE ALGUIEN; DECIDIMOS ALGO CON BASE A ESOS DATOS,
TRANSMITIMOS ALGO EN ESA LINEA Y AÑADIMOS NUESTRO GRANO DE ARENA AL

224 LA CALIDAD NO CUESTA
CONJUNTO Y, DE NO VERIFICAR LO QUE HEMOS HECHO, ENTONCES PODEMOS PO­
NER A TODA LA CADENA A CAMINAR EN LA DIRECCIÓN EQUIVOCADA.
LOS NEGOCIOS SON UNA CADENA DE PAPELEO Y OTRAS FORMAS DE COMUNICA­
CIÓN QUE CONTROLAMOS Y UTILIZAMOS. LA EFECTIVIDAD DE UN NEGOCIO DEPEN­
DE DE LO BIEN QUE REALICEMOS LA TRANSMICION DE LOS DATOS.
POR DESGRACIA, BASTA UN SOLO DATO EQUIVOCADO EN LA CADENA PARA PER­
TURBAR LA EFECTIVIDAD Y SU EXACTITUD. SI NOSOTROS, COMO INDIVIDUOS,
FUÉRAMOS COMPONENTES ELECTRÓNICOS, DETERMINARÍAMOS NUESTRA
CONFIABILIDAD EN LAS COMUNICACIONES DE LA MISMA MANERA QUE HACE CON
LOS COMPONENTES. SI USTED TIENE 100 COMPONENTES EN UN CIRCUITO Y CADA
UNO ES PERFECTO HASTA EN UN 99%, LA PROBABILIDAD DE QUE EL CIRCUITO FUN­
CIONE ES DE SOLO 35%. USTED TIENE QUE MULTIPLICAR CADA CONFIABILIDAD
INDIVIDUAL POR LA SIGUIENTE Y ASI EN FORMA SUCESIVA.
LO QUE TENEMOS QUE CONSIDERAR AHORA ES SU CONFIABILIDAD INDIVIDUAL EN
ESTE ASUNTO DE ASEGURARNOS DE NO CAUSAR PROBLEMAS.
DE SER POSIBLE QUE CADA TRABAJO SE HAGA BIEN DESDE LA PRIMERA VEZ, EN­
TONCES SEREMOS CAPACES DE REDUCIR LA CANTIDAD DE TIEMPO QUE PERDE­
MOS EN CORRECCIONES, EL NUMERO DE CLIENTES A LOS QUE DECEPCIONAMOS Y
LA FRUSTRACIÓN QUE NOS OCASIONAMOS A NOSOTROS MISMOS. SEREMOS CA­
PACES DE HACER MAS DE AQUELLAS COSAS QUE REALMENTE NOS AGRADA HA­
CER.
EN LUGAR DE PONER COMO EJEMPLOS ALGUNOS PROBLEMAS TÍPICOS, CON EL
PROPOSITO DE RECALCAR ESTE PUNTO, ME GUSTARÍA PEDIRLES A CADA UNO DE US­
TEDES QUE NOS MENCIONEN SU PRINCIPAL PROBLEMA -AQUELLO QUE USTEDES
VEAN COMO EL PROBLEMA MAS GRANDE QUE EN CADA OCASIÓN LES IMPIDE HA­
CER BIEN SU TRABAJO DESDE LA PRIMERA VEZ-. RECORRERÉ EL SALÓN Y LE PEDI­
RÉ A CADA UNO DE USTEDES QUE MENCIONE ESE PROBLEMA SIN DISCUTIRLO. LOS
ESCRIBIRÉ EN EL PIZARRÓN Y, EN UNOS MOMENTOS, TENDREMOS UNA LISTA DE
ELEMENTOS DE LA VIDA REAL SOBRE QUE DISCUTIR.
CREO QUE ES MUY IMPORTANTE QUE TENGAMOS UNA DISCUSIÓN BASADA EN AL­
GO QUE PODAMOS RECONOCER COMO RELEVANTE EN NUESTRA SITUACIÓN EN VEZ
DE ALGO QUE VENGA DE FUERA DE NUESTRA ÁREA.
NOTA: SEÑALE A CADA INDIVIDUO, UNO A LA VEZ, Y PREGÚNTELE, "¿CUAL ES SU
MAYOR PROBLEMA?" CONFORME LO VAYAN MENCIONANDO, ASEGÚRESE DE QUE
USTED LO ENTIENDE Y LUEGO ESCRÍBALO EN EL PIZARRÓN. MUÉSTRESE MUY
ABIERTO Y AMIGABLE. EN ESTA ACTIVIDAD, ELLOS TIENEN QUE ENTENDER QUE NA­
DA DE ESTO VA A SER USADO EN SU CONTRA.
UNOS TÍPICOS EJEMPLOS SON:
• NO ME ENVÍAN DATOS EXACTOS.
• LOS DIRECTIVOS NO DICEN CLARAMENTE LO QUE QUIEREN.
• NUNCA PODEMOS AVERIGUAR CUANDO OCURREN LOS PROBLEMAS.

»
ASEGURAR 225
• SE LA PASAN CAMBIANDO LOS ESTÁNDARES (NORMAS).
• ES DIFÍCIL OBTENER TIEMPO DE COMPUTADORA CUANDO LO NECESITAS.
• LOS VENDEDORES SE ESPERAN HASTA EL ULTIMO MOMENTO PARA ENVIAR
SUS PEDIDOS Y LUEGO LOS QUIEREN DE INMEDIATO.
• LOS CLIENTES NO SABEN LO QUE QUIEREN.
• NUNCA HAY TIEMPO SUFICIENTE.
AHORA, TENEMOS ENLISTADOS TODOS ESTOS PROBLEMAS Y PODEMOS VER QUE
TIENEN ALGO EN COMÚN. LO QUE TIENEN EN COMÚN, ES QUE NINGUNO DE ELLOS
ES UN PROBLEMA OCASIONADO POR NOSOTROS MISMOS. SON ALGO QUE OTROS
NOS ESTÁN OCASIONANDO. ESTA ES LA REACCIÓN TÍPICAMENTE HUMANA,
PRUEBA QUE SOMOS SERES HUMANOS NORMALES Y FUNCIONANDO.
Y, DESDE LUEGO, ESTO ES OTRO PUNTO QUE TENEMOS QUE RECONOCER: ELIMI­
NAR PROBLEMAS Y MEJORAR LA CONFIABILIDAD PERSONAL NO SOLO ES CUES­
TIÓN DE CONCENTRARSE Y ESFORZARCE MAS.
NO SOLO ES CUESTIÓN DE PENSAR EN COMO SER MAS CUIDADOSOS. ESTO ES CO­
MO UNA NUEVA DIETA. SOLO FUNCIONA POR UN CORTO TIEMPO. ENTONCES VOL­
VEMOS A NUESTROS VIEJOS HÁBITOS. TODOS HACEMOS ESO.
LO QUE NECESITAMOS ES ALGÚN RECONOCIMIENTO SISTEMÁTICO DEL PROBLEMA
BÁSICO. ESTO IMPLICA RECONOCER TRES COSAS ESPECIFICAS:
• PRIMERO. TENEMOS QUE RECONOCER QUE LA CAUSA MAS GRANDE DE DEFEC­
TOS Y PROBLEMAS EN CUALQUIER COMPAÑÍA SE ENCUENTRA EN LAS ÁREAS
DE PAPELEO Y OTROS SISTEMAS DE COMUNICACIÓN. LAS FABRICAS TIENEN
SUS PROPIOS PROBLEMAS, PERO TRABAJAN CON LO QUE NOSOTROS LES
DAMOS.
• SEGUNDO. TENEMOS QUE RECONOCER QUE CADA PROBLEMA ES EVITABLE Y
QUE LA PERSONA QUE MEJOR PUEDE CONTRIBUIR A LA IDEA DE PREVENIRLO ES
AQUELLA QUE, EN ALGUNA OCASIÓN, PROVOCO ESTE O ALGÚN OTRO PROBLE­
MA SIMILAR.
• TERCERO. TENEMOS QUE RECONOCER QUE AUNQUE ESTAMOS ESCUCHANDO
ESTAS PALABRAS Y ESTAMOS DE ACUERDO CON ELLAS, NOSOTROS COMO IN­
DIVIDUOS NO CREEMOS REALMENTE QUE SE APLICAN A NOSOTROS EN LO PER­
SONAL. ESO ES MUY HUMANO.
LA FORMA DE INICIARNOS EN "ASEGURAR", ES RECONOCIENDO QUE NOSOTROS
MISMOS NOS OCASIONAMOS LOS PROBLEMAS Y DEBEMOS ENCONTRAR FORMAS
DE PREVENIRLOS
SECUENCIA DE TERMINACIÓN:
1. REVISE LOS "PROBLEMAS MAYORES", EN BUSCA DE SOLUCIONES.
VEAMOS DE NUEVO AQUELLOS PROBLEMAS QUE ANOTAMOS EN EL PIZARRÓN.
NO RECUERDO CUALES PERTENECÍAN A QUIENES, PERO TOMEMOS UN PAR DE

226 LA CALIDAD NO CUESTA
ELLOS Y VEAMOS COMO PODRÍAN SER PREVENIDOS SI LOGRÁRAMOS INTERE­
SAR A LAS PERSONAS ADECUADAS. POR EJEMPLO:
• SI LA GERENCIA NO DA LAS INSTRUCCIONES CON CLARIDAD, ELABORE UN
PROCEDIMIENTO Y HAGA QUE LA GERENCIA ESTE DE ACUERDO CON ELLO O
CAMBÍELO A COMO ELLOS DIGAN. ENTONCES QUEDARA CLARO.
• SI UN GRUPO CONFUNDE LO QUE USTED LE ENVÍA, QUIZA NECESITE USTED
PENSAR EN COMO EXPLICÁRSELO DE OTRA FORMA.
• SI LOS DATOS NO SON EXACTOS, QUIZA NECESITE USTED IMPARTIR CUR­
SOS CORTOS ACERCA DE LA FORMA DE RECOPILAR EN DEBIDA FORMA LOS
DATOS, O QUIZA DEBA SU GRUPO OTORGAR UN PREMIO A QUIEN ENVIÉ LA
INFORMACIÓN MAS PRECISA.
ESTE TIPO DE IDEAS ENCAJAN PERFECTAMENTE BIEN DENTRO DE SU EXPE
RIENCIA.
NOTA: DESPUÉS DE HABER DADO ALGUNAS IDEAS, ANIME AL AUDITORIO A
QUE SUGIERA OTRAS.
2. DELES UNA IDEA DEL FORMATO DE ENTREGA PARA QUE, CUANDO REGRESEN,
SE LES OCURRAN ALGUNAS IDEAS QUE LES FACILITEN LA VIDA.
3. PREGUNTE DE NUEVO, SIN ESCRIBIR EN EL PIZARRÓN, "¿CUAL ES SU PRINCI­
PAL PROBLEMA?" ESTA VEZ, DEBERÁ HABER MUCHA GENTE QUE ADMITA TE­
NER QUE INTERVENIR PERSONALMENTE PARA QUE LAS COSAS SE HAGAN
BIEN A LA PRIMERA VEZ. VAN A RECONOCER QUE ELLOS SON PARTE DEL
PROBLEMA. SUGIERA QUE QUIZA DEBERÍAN TENER REUNIONES PERIÓDICAS
CON SUS GRUPOS PARA DISCUTIR LA PREVENCIÓN DE DEFECTOS EN FORMA
REGULAR, TAL COMO LO HACEN LOS GRUPOS DE ACCIÓN CORRECTIVA EN
PRODUCCIÓN.
4. AGRADEZCA AL GRUPO Y DESPÍDASE. SI ALGUIEN SOLICITA UNA DISCUSIÓN
MAS AMPLIA O INSTRUCCIONES ESPECIFICAS, PÍDALE QUE SE QUEDE DES­
PUÉS DE LA REUNIÓN PARA PERMITIR QUE EL GRUPO SE RETIRE.
EVENTOS PARA CONDUCIR EL PROGRAMA "ASEGURAR"
1. Instruya al personal directivo acerca del concepto del programa y su in­
tención. Póngase de acuerdo con sus miembros para el nombramiento de
coordinadores en cada departamento. Recuerde, el énfasis es en papeleo y
operaciones de servicio.
2. Reúnase con los coordinadores para explicar el programa. Pídales que planeen
una reunión con todos los supervisores y sus departamentos para darles orien­
tación acerca del programa. Pídales ejemplos de casos en donde la prevención
de defectos o una mayor atención al detalle hubieran podido ahorrar proble­
mas y dinero. Dígales que necesitarán por lo menos tres de estos ejemplos. No
necesitan ser cosas muy importantes. Por ejemplo: errores de facturación en
que el cliente devolvió la factura porque tenía algo equivocado y, por tanto, no
se pagó a tiempo; errores en la orden de compra en que se dio información

ASEGURAR 227
equivocada, ocasionando que se entregara el producto equivocado; errores
en las instrucciones de trabajo; y muchas otras cosas de que se quejan los su­
pervisores cuando hablan acerca de su trabajo. Los ejemplos fluirán animán­
dolos un poco y asegurándoles de que no serán usados para avergonzarlos.
3. Dependiendo del tamaño de la compañía, el coordinador les enseñará a los su­
pervisores, siempre y cuando no haya muchos, cómo usar el programa. De
otra forma, el coordinador deberá instruir al representante del departamento,
quien a su vez les dará instrucciones a los supervisores, incluyendo al jefe de
departamento.
4. Los supervisores se reúnen con su gente. Les explican la lógica y el concepto
del programa y dicen por qué la compañía necesita su ayuda, citando algunos
ejemplos. Luego tienen la siguiente discusión:
• ¿Quién es nuestro cliente dentro de la compañía? (Puede ser otro departa­
mento, el presidente o quien quiera que reciba el resultado de nuestro tra­
bajo.)
• ¿Qués es lo que, específicamente, quiere el cliente de nosotros?
• ¿Qué podemos hacer, de manera específica, para asegurarnos de que el
cliente no lo obtenga?
• ¿Quién es el cliente final, aquel que usa el producto o servicio de la
compañía?
• ¿Qué es lo que, específicamente, quiere el cliente de nosotros?
• ¿Cómo podemos estar seguros de que el cliente no lo obtenga? (Mantenga
un tono ligero, pero insista en que se mediten las preguntas.)
• Seleccione las mejores acciones y discútalas. Entonces pídales a todos que
sugieran cómo podríamos medir estos aspectos. Por ejemplo: si siempre vamos
a enviar las facturas a la dirección equivocada, sabremos que dejamos de ha­
cerlo mal si alguna de las facturas no nos es devuelta. Eso significaría que
hemos cometido algún error, enviándola a la dirección correcta.
• Escriba la medición sugerida porque, más tarde, formará la base de una ac­
ción positiva de medición.
5. Pida que los individuos reflexionen sobre estas ideas y que hagan sugerencias
para encontrar formas de asegurarnos de que estas fallas no ocurran. La for­
ma dice: "¿Cómo podemos aseguramos de que nuestro cliente esté recibien­
do lo que hemos dicho que íbamos a proveer?"
6. Reciba las sugerencias y dé el distintivo "Asegurar" a cada uno de los que en­
viaron. El supervisor hace sus comentarios acerca de la tarjeta de sugerencias
y se la envía al coordinador.
7. Dé mucha difusión a las sugerencias que estén siendo implantadas de inme­
diato. Ponga ideas y fotografías en los tableros de anuncios.
8. La medición de las sugerencias deberá estar basada en cuántas horas de tra­
bajo se ahorran a consecuencia de que algo se está haciendo bien. Algunas

LA CALIDAD NO CUESTA
veces, incluirá también el material. Multiplique las horas por el salario prome­
dio ponderado para obtener una cifra en dólares. Pero recuerde que el objeto
del programa es inculcar la actitud de prevenir defectos.
9. Durante la última semana, haga un conteo regresivo: faltan cuatro días para
"Asegurar", faltan tres días...
10. Al final del programa, escriba una carta a todos los implicados, agradeciéndo­
les su participación y explicándoles que no se dejará sin analizar ninguna suge­
rencia.
11. Implante tantas sugerencias como pueda y continúe informando acerca de
ellas durante los próximos meses.
12. Estudie y aprenda el programa de orientación. Para mejores resultados, hága­
lo exactamente en la forma en que esté escrito.

GUIA DE LECTURA RÁPIDA
La calidad no cuesta. No se relaga pero sí es gratuita. 9
Aquellos profesionales de cualquier rama que oscurecen sus explicaciones utilizando
terminología misteriosa se perjudican a sí mismos, lo mismo que a sus profesiones. 11
"¿Por qué perder todo este tiempo buscando, componiendo y batallando cuando
podrías prevenir el incidente desde un principio?" 12
La calidad es una entidad alcanzable, medible y rentable que puede ser incorpora­
da, una vez que usted desee hacerlo, la entienda y esté preparado para un arduo
trabajo. 13
Un proceso corporativo de calidad completo ha sido siempre una "mesa" contenien­
do todos los sistemas "integrales". 14
La dirección tiene que involucrarse y estar activa cuando se trata de calidad. 15
La primer batalla que nunca termina, es la de superar la "sabiduría convencional"
en torno a la calidad. 15
Lo que debe ser obvio de inmediato es que la gente se desempeña de acuerdo a los
estándares de sus líderes. Si la dirección cree que a la gente no le importa, entonces
la gente en verdad no le dará importancia. 16
Los programas tradicionales de control de calidad son negativos y de corto alcance. 16
El fundamento de todos los programas de calidad en ITT es un proceso de catorce
pasos para el mejoramiento de calidad a través de la prevención de defectos. 16
-A la gente, le toma de cuatro a cinco años entender la necesidad de un proceso de
mejoramiento de este tipo y aprender a tenerle confianza. 16
Dinero en efectivo o premios financieros no son lo bastante personales para consti­
tuir un reconocimiento efectivo. 17
El costo de calidad es lo que se gasta por hacer las cosas mal. 18
Uno de los hechos cotidianos en nuestro medio actual es que, cada año, el costo de
las ventas se eleva más rápidamente que los precios. 19
"La calidad es como el ballet, no como el hockey." 21

230 LA CALIDAD NO CUESTA
El problema de la dirección por calidad no está en lo que la gente no sabe de ella. El
problema está en aquello que creen saber. 21
La calidad tiene mucho en común con el sexo. 21
En la vida real, es difícil tener una discusión objetiva y significativa acerca del sexo,
de la calidad y de otros temas complicados, hasta que se examinen y modifiquen al­
gunos supuestos básicos que son erróneos. 22
Necesitamos examinar los procesos mentales que han llevado a algunos a pensar
que la calidad es meramente algo bueno que siempre resulta más costoso. 22
La gente es quien conduce los negocios en cada compañía, ya sea ésta una fundi­
ción o un hotel. 22
El primer supuesto erróneo es creer que la calidad significa bondad, lujo, brillo o
peso. 22
"Calidad de vida" es un cliché porque cada persona que lo escucha supone que
quien lo dice quiere decir con exactitud lo mismo que ella entiende con esta frase. 22
Debemos definir la calidad como "cumplir con los requisitos" si es que la vamos a
dirigir. 2 3
El segundo supuesto erróneo es que la calidad es intangible y, por tanto, no es me-
dible. De hecho, la calidad puede ser medida con precisión de acuerdo a uno de los
más viejos y respetados parámetros —dinero contante y sonante. 2 3
El tercer supuesto erróneo es el de que existe una "economía" de calidad. 23
El cuarto supuesto que ocasiona problemas es aquél que dice que todos los proble­
mas de calidad son originados por los trabajadores, especialmente aquellos del área
de producción. 24
La gente del ghetto de producción puede contribuir muy poco a la prevención de
los problemas, dado que toda la planeación y creación es realizada en otra parte. 24
El quinto supuesto erróneo es que la calidad se origina en el departamento de cali­
dad. 24
Una vez comprometida la integridad, ésta no retorna a su prístino estado original. 25
La dirección por calidad es una forma sistemática de garantizar que las actividades
organizadas se lleven a cabo de la forma en que fueron planeadas. 26
Es necesaria la dirección por calidad porque ya nada es sencillo, si es que alguna vez
lo fue. 26
Cuanto más se aleje el administrador de sus administrados, la administración se
vuelve menos efectiva. 26
Si se quiere que la dirección por calidad sea práctica y alcanzable, deberá empezar
por los niveles superiores de la organización. 26
Dirigir a una familia, por ejemplo, es con toda probabilidad una de las tareas más
difíciles. Es evidente que muy pocos han tenido completo éxito en esta tarea. 29
La administración familiar lo mide todo de acuerdo a las normas personales del ad­
ministrador. Por tanto, las actividades autorizadas están muy pasadas de moda. 30

GUIA DE LECTURA RÁPIDA 231
Así como el folclor de la administración familiar dice que si usted no echa a perder
a los niños y se asegura de educarlos con amorosa disciplina, serán buenos de gran­
des, así el folclor de la administración de empresas dice que si usted tiene un cora­
zón bondadoso, producirá calidad. 30
Si usted no mata un dragón a la semana, su licencia puede ser suspendida. 31
Nunca se apreció en su tiempo a aquellos capaces de predecir el futuro. 31
Modificar las estructuras mentales es una de las tareas más arduas de la dirección.
Es también donde se encuentran el dinero y las oportunidades. 31
Actúe ahora, para luego recibir su recompensa. 32
La prevención no es difícil de lograr: es difícil de aceptar. 32
La carrera de una persona puede terminar antes que tenga la oportunidad de expe­
rimentar todas y cada una de las cosas que pueden salir mal. 32
Los problemas generan problemas, y la falta de un método disciplinado para ata­
carlos abiertamente, genera aún más problemas. 33
Las compañías en la etapa de la Incertidumbre saben que tienen problemas, pero
no saben por qué, aun cuando sí saben que no son ocasionados por falta de trabajo. 34
Las etapas de madurez de la calidad no dan visitas guiadas individuales como fan­
tasmas de Scrooge. 35
Calidad significa cumplir con las especificaciones. No tener calidad es no cumplir
con las especificaciones. 44
Nosotros los humanos, somos un grupo frágil y vanidoso. 47
La "Incertidumbre" vive en el presente. Cada día amanece en un mundo nuevo, y
cada noche acaba con ese mundo. 49
Lo que realmente teme "Despertar" es comprometerse con el futuro. "Incerti­
dumbre" no conoce el futuro, así que no le molesta. "Despertar" sí lo conoce y le
molesta. Ninguno de los dos hace algo, pero por diferentes razones. El resultado es
el mismo. 50
En realidad todo esto trata acerca de actitudes. 51
Lo primero que usted nota cuando la dirección entra en el "Alumbramiento" es el
relajamiento de la tensión. 51
El hecho de que el gerente general y los jefes de departamento hayan adoptado la
nueva religión no significa que los demás lo hayan hecho. 51
Toma años establecer un verdadero mejoramiento que perdure y que nunca será
sobrepasado. Y aun entonces, nunca podrá estar seguro. 52
Aquellos que consideran al mejoramiento de calidad como un programa de motiva­
ción, nunca alcanzan la edad de la "Sabiduría". 52
Si no se esperan errores y en realidad le causa asombro cuando éstos ocurren, enton­
ces, tan sólo no ocurren. 52
Piense en dónde podría estar su compañía si usted eliminara por completo los costos
por fallas. 53

232 LA CALIDAD NO CUESTA
La forma más efectiva de lograr que la gente de operación y otro personal admi­
nistrativo sean más sensatos, es ponerlos en contacto con alguien a quien le crean. 53
Cada dfa trae consigo sugerencias de personas dedicadas, inteligentes y sinceras, de­
seosas de que usted haga las cosas a su manera. Este es un obstáculo terrible que hay
que superar. 53
En cada operación, siempre hay un área más abierta que las demás a ideas nuevas. 53
Las políticas se emplean para resolver disputas. 60
El propósito de crear un departamento independiente de calidad que sea objetivo es
limitar las decisiones a aquellos que no ganan algo al tomar una decisión. 61
Si algo es fácil de entender y tiene sentido y, sin embargo, no siempre se lleva a cabo,
debe haber una razón para no hacerlo. 61
Es posible ganarse bien la vida haciendo una verdadera labor de calidad en vez de
limitarse a investigar por qué no se realiza. 62
Usted Puede hacerse rico previniendo defectos. 62
No existe absolutamente alguna razón para que se cometan errores o surjan defec­
tos en cualquier producto o servicio. 62
La administración funcional es mucho más difícil que las operaciones. 63
En las operaciones, se trata de dirigir a personal funcional. 63
Un inspector no es un verdadero inspector a menos que la inspección sea indepen­
diente y perdurable. 63
La mitad de los rechazos que ocurren son culpa del comprador. 66
Se supone que la ingeniería de la calidad es responsable de determinar y planear el
trabajo del resto del departamento. 66
A la gente realmente le agrada ser evaluada cuando la evaluación es justa y abierta. 6 7
La Alta gerencia sólo permitirá actividades de calidad en el futuro si le están ayu­
dando a sobrevivir en el presente. 67
La verdadera fuerza y el valor de la ingeniería de la calidad implican aprender del
pasado para lograr un futuro menos accidentado. 67
Las personas sólo contarán los problemas que otras les ocasionan. No revelarán lo
que ellas ocasionan por sí mismas. 68
Una vez que usted se vista de traje, ya nadie le volverá a decir la verdad. 68
Las cosas buenas sólo suceden cuando son planeadas; las cosas malas ocurren solas. 68
Cada cosa nueva deberá ser probada y aprobada antes que pueda usarse. 68
La realidad es el criterio supremo. 69
La auditoría es el Bat Masterson de los negocios. 69
Las auditorías atrapan nada más a los negligentes, aburridos o descuidados. 69
Existe una teoría del comportamiento humano que dice que la gente, incosciente-
mente, retrasa su propio crecimiento intelectual. 70

GUIA DE LECTURA RÁPIDA 233
Los fanáticos, los intolerantes, los tercos y los eternos optimistas han dejado, todos,
de aprender. 70
El cliente merece recibir ni más ni menos aquello que hemos prometido producir. 71
La mayoría de las malas reglamentaciones del gobierno existen sólo porque aquellos
que estaban involucrados no se tomaron el tiempo para ofrecer una guía positiva y
dar sugerencias acerca de la mejor forma de legislar reglamentos de requisitos o de
conducta. 72
Hay maneras más fáciles de estafar al mundo que sacándole unos cuantos pesos a
una compañía grande. 72
Existen millones de productos que se producen cada día y que no terminan en una
corte. 73
La gente sólo quiere hacer valer sus derechos hasta que usted intente atrepellarlos.
Entonces buscarán venganza. 73
No conozco un solo problema de seguridad del producto cuya causa básica fuera
otra cosa que una falta de juicio de integridad por parte de algún miembro de la ge­
rencia. 73
El problema de seguridad del producto no es un problema legal, es un problema
ético. 73
Ninguna persona está tan expuesta como aquella que empieza a manejar un
problema. 76
Las operaciones que verdaderamente desean manejar problemas con el propósito
de resolverlos, deben crear, dentro de sus paredes, una sociedad abierta que esté
imbuida de los conceptos básicos de integridad y objetividad. 77
Cada conflicto humano produce ganadores, perdedores y observadores. 77
Más del 85% de todos los problemas se pueden resolver en el primer nivel de super­
visión que encuentren. 78
De cuando en cuando, usted se encuentra con algo que no tiene solución. Entonces,
toma una decisión, acepta la situación y la vida continúa. Cuente con una o dos en
su carrera. 78
Los problemas específicos requieren soluciones específicas. 78
"Ensamblar" es tan sólo hacer cosas grandes con cosas pequeñas. 80
El mejoramiento de calidad no tiene ninguna oportunidad, a menos que los indivi­
duos estén dispuestos a reconocer que el mejoramiento es necesario. 82
A no ser que usted sepa cómo se está desempeñando conforme avanza, nunca sabrá
cuándo terminó o si ha tenido éxito. 86
A la gente, le gusta pensar que ella controla los eventos, pero en realidad, es todo lo
contrario. 87
En la ecuación final, el empleado ve al supervisor como "la compañía". 93
La calidad no cuesta, pero nadie va a saberlo si no existe algún tipo de sistema de
medición con el que se esté de acuerdo. 100
La mitad de la gente en la más eficiente de las plantas de manufactura, nunca toca
el producto. 101

234 LA CALIDAD NO CUESTA
Como individuos, todos somos personal de servicio. A menos que seamos donadores
de sangre, entonces somos plantas manufactureras. 101
No se pierda en pantanos estadísticos. 104
La lección más difícil que debe aprender el cruzado, es que toma tiempo lograr un
mejoramiento real. 105
Básicamente, somos lentos para cambiar porque rechazamos la novedad. 106
La reurbanización ha costado más que cualquier otro progama doméstico en la his­
toria de los Estados Unidos de América, excepto defensa. 106
Ambas operaciones tienen efectos similares: el sojuzgamiento de ciudades y sus ha­
bitantes. La diferencia estriba en la ubicación de las ciudades. 106
Usted tiene que dirigir a la gente con suavidad hacia lo que ya sepan que es bueno. 106
Hay mucho más en el golf que tener el-equipo y la intención. 107
La gente encargada de implantar procesos de mejoramiento de cualquier tipo en su
compañía siempre siente que los demás no la apoyan. 107
No nos agrada "sacar la cara", a menos que estemos de manera absoluta seguros de
ser bien recibidos. 107
La mayoría de las cosas no funcionan como debe ser. 108
Ayudar a la gerencia a reconocer que deben estar comprometidos personalmente a
participar en el proceso eleva la visión de la calidad y asegura la cooperación de to­
dos, siempre y cuando haya algún progreso. 108
El formalizar el sistema de medición de la compañía fortalece las funciones de ins­
pección y prueba asegurando mediciones apropiadas. 110
Hacer que el contralor determine el costo de la calidad, elimina cuaquier sospecha
de parcialidad en el cálculo. 111
El beneficio real de la comunicación es que lleva a supervisores y empleados al hábi­
to de hablar positivamente acerca de la calidad. 111
El mejoramiento llega con cada paso del proceso global. 112
La prueba de haberlo entendido es la habilidad para explicarlo. 112
Instituir un "día" del compromiso para adoptar CD, proporciona un énfasis y un
recuerdo que será muy duradero. 112
El genuino reconocimiento del desempeño es algo que las personas en realidad
aprecian. Ellas continuarán apoyando el proceso aun cuando, como individuos,
participen o no de los premios. 113
La repetición convierte al proceso en perpetuo y, por tanto, en "parte de la estruc­
tura". 114
Si la calidad no está arraigada en la organización, jamás se alcanzará. 114
"Estilo" es una palabra que se usa con frecuencia en nuestra cultura para describir
ciertas medidas subjetivas de desempeño. 115

GUIA DE LECTURA RÁPIDA 235
Cada generación mira a sus predecesores y comenta que las cosas ciertamente son dife­
rentes ahora. Esta generación puede mirarse a sí misma y hacer el mismo comentario. 116
El problema que tiene el ejecutivo para comprender y utilizar la mano de obra se
complica por el hecho de que la gente no está interesada en hacer algo sólo porque
se le ha dicho que lo haga. 117
Cuando se trata de entender el propósito y el trabajo de una compañía, no existen
diferencias claras entre los diferentes niveles de una organización. 117
Necesitamos personas que estén en completo control de sí mismas, que sean capaces
de pensar creativamente y de implantar sus ideas a la vez que permanecen lo bas­
tante relajadas para anticipar y evitar lo que esté acechando detrás de la próxima
colina. 118
Es difícil pensar en cualquier profesión a la que le gustaría pertenecer, que no le
exigiera mucha integridad y compasión. 119
Si una perla de sabiduría cae de sus labios cuando no hay alguien cerca, y se pierde,
no tendrá algún valor. 119
Una vez que la gente se da cuenta de que usted está dispuesto a tomarse el tiempo
para entenderla, se tomará el tiempo para ordenar sus pensamientos en conceptos
que sean más fáciles de entender. 120
Nada es más importante y más difícil de lograr que una comprensión verdadera. 120
Formar parte de un equipo no es una función humana natural; se aprende. 120
La cooperación no significa que tenga que renunciar a algún estándar personal. 120
La gente confiable no hace grandes enemigos conforme desempeña su labor. 12 0
Los gerentes ignorados no pueden cooperar con alguien. 121
Ayudar implica dar, sin esperar de inmediato algo a cambio. 121
Para ayudar en forma positiva, usted deberá estar genuinamente interesado en la
gente y en resultados. 121
La verdadera ayuda es desinteresada. 121
Si sus esfuerzos para ayudar están basados en una preocupación genuina por el indi­
viduo y no son para alcanzar sus propios fines, entonces su ayuda será aceptada. 121
De todas las funciones individuales que conozco, se hace más acerca de la transmi­
sión personal y es poco lo que se logra. 121
Tienen que poseer algo que decir. 122
Su ropa, sus modales físicos, su peso, su limpieza y muchas otras cosas hablan de us­
ted, con frecuencia, tan clara y poderosamente que las palabras que usted escoja
decir pueden no ser escuchadas. 122
Escribir es como el "putting". Lo mejor es que se corto y recto; es indeseable que sea
largo y que se curve. 122
Hacerse entender es una ardua tarea. 122
El no preparar en debida forma un discurso es la peor manifestación de orgullo. 122

236 LA CALIDAD NO CUESTA
Todos estos factores de transmisión: escribir, hablar en público y conversar, proyec­
tan una imagen de usted en la pared mental de cada persona. 123
Piense en aquell?. gente que conozca, a la cual desapruebe en algún aspecto. Pro­
bablemente crea que lo hace a propósito. No es así. 123
En el mundo gerencial usted puede aprender a ser creativo. 123
Usted puede crear soluciones a problemas complicados, con ser el único que desme­
nuce ese problema complicado hasta sus causas básicas.
Para el estilo gerencial, el aspecto más importante de la creatividad es el de no caer
en el hábito de revelar su falta de habilidad creativa. 123
Menos de un décimo del uno por ciento de los habitantes del planeta son realmente
creativos, esto es, capaces de desarrollar un concepto original a partir de un pensa­
miento original. 123
El gerente más valioso es aquel que, primero, puede crear, y luego, implantar. 124
La gente no ejerce la profesión que aprendió en la Universidad para vivir de ella. 124
No es posible saber lo que usted necesita aprender. 125
Casi nada es nuevo y casi todo solía ser peor. 125
Es imposible impedir que ocurran cosas dignas de aprenderse. 125
El líder que se queda sin trabajos qué dirigir, pronto será reemplazado por alguien
más interesado en trabajar de manera ardua. 125
Si el líder es el único que sabe qué juego se está jugando, entonces este líder es, ob­
viamente, el único que puede ganar. 125
Un liderazgo cerrado no crece. 126
Un buen seguidor debe buscar los mismos resultados que busque el líder. 126
El arte de seguir no debe ser visto como algo que debe ser aprendido tan sólo para
cumplir con una obligación temporal en el camino para convertirse en el supremo
gallo. 126
Usted nunca, nunca, se libra de ser un seguidor. 126
Aparentar todo el tiempo, es un estilo gerencial demasiado espantoso como para
que usted lo adopte. 126
Escuchar. Usted no puede hacer mayor homenaje que escuchar verdaderamente lo
que alguien tiene que decir. 127
Cooperar. Usted no tan sólo hace que se ejecuten jugadas, protege a otros en el pro­
ceso. 127
Ayudar. Permite que alguien se apoye en usted sin esperar que luego lo apoye a
usted. 127
Transmitir. No debe ser dejado a la suerte el cómo se comunique con los demás. 127
Crear: Las soluciones originales son resultado de un arduo trabajo para descubrir
problemas que no son originales. 127
Implantar. Llega la ocasión en que alguien tiene que hacer el trabajo. 127

GUIA DE LECTURA RÁPIDA 237
Aprender. Cuando tiene una respuesta para todo, usted sabe que ha dejado de
aprender. 127
Dirigir. Los líderes empiezan a fallar cuando comienzan a creer en lo suyo. 127
Seguir. Usted nunca alcanzará la etapa en que no esté trabajando para alguien, así
que aprenda a hacerlo bien. 127
Aparentar. Si usted va a ser un actor, sea un buen actor, pero no se meta a la admi­
nistración. 127
El hockey es un deporte emocionante, lo mismo que su estilo, pero no es un buen es­
tilo gerencial. 128
El ballet es un método de comunicación. También es un estilo gerencial práctico y
efectivo. 128
Hockey es detección; ballet es prevención. 129
La calidad no cuesta, pero no se regala. 129
El problema más grande que enfrentan los directivos es cuando se espera que logren
todas las cosas que han estado diciendo que pueden lograrse si todos les hicieran
caso. 131
A todo mundo se le echaba la culpa, pero nadie era responsable. 134
Lo que es CD es la actitud de prevenir defectos. Significa: "haz las cosas bien desde
la primera vez". 137
La gente se condiciona a creer que el error es inevitable. 138
La familia crea para nosotros una norma de desempeño más alta de la que nos fija
la compañía.
Comprométase a un estándar, comuníquelo, reconozca el desempeño y luego
recíclelo. 140
Resulta mucho menos costoso prevenir errores que corregirlos, desecharlos o darles
servicio. 141
Si la dirección de la organización no establece una política formal de calidad, en­
tonces el personal seleccionará individualmente la propia. 142
"Uno está encargado de implantar un nuevo concepto de comportamiento en la
compañía, pero tiene que fingir que todo lo que hay de por medio es una técnica de
administración de programas." 158
La medición de la calidad sólo es efectiva cuando es realizada de tal forma que pro­
duzca información que la gente pueda enteder y usar. 159
La mayoría de los directivos están tan preocupados con el ahora y con arreglar
nuestros propios problemas, reales e imaginados, que somos incapaces de planear
con más de una semana de anticipación, acciones correctivas o positivas. 164
La gente crea la mayoría de sus problemas a través de las actitudes. 168
Las actitudes negativas parecen ser más contagiosas que las positivas. 168
Un proceso permanente de mejoramiento se convertirá en parte de la cultura de la
compañía. 172

238 LA CALIDAD NO CUESTA
Querámoslo o no, somos formadores de actitudes. 176
La acción correctiva trata únicamente de alzar todas las piedras y ver qué hay deba­
jo de ellas. 179
Tenemos un doble estándar: uno para nosotros y otro para nuestro trabajo. 185
Pero no hay sustituto para las palabras "Cero Defectos". Son absolutamente claras. 190
En realidad, la gente no trabaja por el dinero. 200
La motivación tiene un efecto a corto plazo. 209
Si empieza a confundir calidad con elegancia, brillantez, dignidad, amor u otra co­
sa, encontrará que todos sustentan diferentes ideas. 212
Siempre resulta más barato hacer bien el trabajo desde la primera vez. 212
Si usted asigna la responsabilidad de prueba e inspección a producción, no ob­
tendrá un registro adecuado de los defectos. 212
La tarea de los departamentos de calidad es medir y reportar el cumplimiento de
las especificaciones, pedir acciones correctivas, fomentar la prevención de defectos, ense­
ñar mejoramiento de calidad y fungir como la conciencia de la operación. 213
Los trabajadores se desempeñan de acuerdo a las actitudes de sus directivos. 213
Si usted no sabe cuál es su nivel de defectos, ¿cómo sabe entonces cuándo enojarse? 213
En su vida personal, usted no tiene piedad con la gente que hace los artículos que
usted compra. ¿Por qué habría de esperar que sus clientes lo trataran de otra ma­
nera? 214
Muchos de los poblemas más frustrantes y costosos que vemos hoy en día provienen
del papeleo y de mecanismos de comunicación similares. 223
Sólo se necesita un dato equivocado en la cadena para perturbar su efectividad y
exactitud. 224
La forma de iniciarnos en "Asegurar" es reconociendo que nosotros nos ocasiona­
mos los problemas y que debemos encontrar maneras de prevenirlos. 225

Philip B. Crosby
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