La consciencia / El inconsciente y su relación con la consciencia según John Searle

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La consciencia / El inconsciente y su relación con la consciencia según John Searle


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Modalidades finitas. Unidad . Intencionalidad . Sentimiento subjetivo. Conexión entre consciencia e intencionalidad. Estructura gestáltica. Familiaridad . Desbordamiento . Centro y periferia. Condiciones límite. Estados de ánimo. Placer/displacer . Doce rasgos sobre la consciencia: John Searle desarrolla una serie de análisis sobre la consciencia en la que puede distinguirse una mezcla de abordajes teóricos y fenomenológicos

“Sin entrar en consideraciones técnicas, aquí se limitará a decir que la “ explicación” fenomenológica en psicología se centra sobre las vivencias de una persona tal como ésta las experimenta”. Así, comprender el mundo de alguien supone imaginar sus deseos, creencias, sensaciones y sentimientos. FFG, 2012 La “explicación” (o comprensión) fenomenológica

«La conciencia humana se manifiesta en un número estrictamente limitado de modalidades. Además de los cinco sentidos de la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el oído, y el sexto, el «sentido del equilibrio», hay también sensaciones corporales (la «percepción propia») y el flujo del pensamientos» John Searle 1. Modalidades finitas En “Our Senses: An Immersive Experience”, basándose en recientes estudios de neurociencia , Rob DeSalle sostiene que los sentidos humanos ascienden a 33. Sensaciones Emociones Sentimiento subjetivo P ensamiento

2 . Unidad «Los estados conscientes se nos presentan como experiencias unificadas» John Searle La consciencia parece ser un punto de llegada donde se integra información proveniente de múltiples vías. Mientras recibimos información visual, auditiva, táctil, propioceptiva, interoceptiva, etc., también pensamos, imaginamos, nos emocionamos y mantenemos la vivencia subjetiva de ser quienes somos. Los filósofos escolásticos denominaban “sentido común” a la facultad que permitía amalgamar a toda aquella información proveniente del mundo externo e interno. Como un río donde convergen una serie de afluentes, la consciencia parece ser la síntesis final en que todo se ensambla. En otros términos, las aferencias informativas provenientes de múltiples orígenes no dan lugar a experiencias separadas despojadas de subjetividad. En cambio, sí generan matices de experiencia que l e ocurren a un único sujeto de experiencia. La síntesis no solo se da de modo vertical, en el sentido de la integración simultánea en un mismo momento temporal. Por el contrario, también se produce a nivel horizontal, donde las experiencias de los tiempos sucesivos parece amalgamarse, momento a momento, en un presente permanentemente renovado. Integración horizontal: Las experiencias conscientes se integran a través del tiempo Tiempo Integración vertical: fragmentos experienciales diversos se van integrando, en unidades globales consciente y subjetiva, desplegadas en sucesivos presentes .

“Es característico de los estados conscientes no patológicos el que se nos acaezcan como parte de una secuencia unificada. (...) La unidad existe en, al menos, dos dimensiones que, continuando con las metáforas espaciales, llamaré «horizontal» y «vertical». (...) La memoria vertical es un asunto que tiene que ver con el darse cuenta simultáneamente de todos los diversos rasgos de cualquier estado consciente (...) Tenemos poca comprensión de cómo el cerebro logra esta unidad. En neurofisiología se denomina a esto «el problema del vínculo» (« the binding problem ») y Kant llamó al mismo fenómeno «la unidad trascendental de apercepción». (pág. 139). John Searle y el problema de la integración vertical La unidad horizontal es la organización de las experiencias conscientes a través de tramos de tiempo cortos. (...) La memora icónica de esta clase es esencial para la unidad de la conciencia, y quizás incluso es esencial la memoria a corto plazo. (..) Sin estos dos rasgos —la unidad horizontal del presente recordado y la unidad vertical de la vinculación de los elementos en una columna unificada— no podríamos dar un sentido normal a nuestras experiencias. Esto resulta ilustrado por varias formas de patología tal como los fenómenos del cerebro partido ( the split-brain ) ( Gazzaniga , 1970) y el síndrome de Korsakov ( Sacks , 1985)”. (pág. 139). John Searle y el problema de la integración horizontal

“Entre los sentidos exteriores no existe ninguno que reúna las percepciones del color, y del olor, y del tacto (...) Por lo cual se hace evidente que hay en nosotros una facultad en la cual se han reunido las aprehensiones de los cuatro sentidos, y la suma de las mismas se resuelve en una forma única, y si ésta no se diese, no conocerían, por ej. que la dulzura es otra cosa que la negrura. Pues aquella que discierne entre dos cosas, es la que conoce ambas a la vez. Y ciertamente esta facultad se denomina sentido común” (Avicena, 1546; Cap. VII: 20v). El problema de la integración vertical ¿Qué significaba sentido común?

The binding problem o el problema de la integración Hay un problema irresuelto en la neurociencia, llamado “problema vinculante”. Diferentes partes del cerebro son responsables de aspectos diferentes: algunas partes trabajan en el procesamiento del color, algunas en el procesamiento del sonido, etcétera. Pero de alguna manera, todo se une como una percepción unificada. Fuente: https://antroporama.net/el-problema-de-la-integracion-o-binding-problem/ ¿Cómo hace el cerebro para generar una experiencia del mundo y de nosotros mismos completa y unificada? ¿De qué mecanismos se vale para generar esa experiencia completa? https://www.youtube.com/watch?v=HmIjIqpZmTw

The binding problem o el problema de la integración Este procesamiento en paralelo implica que procesamos la realidad de manera segmentada: L as líneas que componen el perímetro de este cuadrado son procesadas por poblaciones neuronales diferentes a las que procesan su color rojo. A su vez, las líneas verticales son procesadas por poblaciones neuronales diferentes a las que procesan las horizontales. No obstante, nuestra experiencia es la de “un cuadrado rojo”, no la de “un montón de líneas juntas con una mancha roja dentro”. Interrogante: ¿Cómo se las arregla el cerebro para hacernos experimentar “un cuadrado rojo” a partir de una serie de “inputs fragmentarios”? Fuente: https://antroporama.net/el-problema-de-la-integracion-o-binding-problem/

Tres expresiones del binding problem El problema de la segregación (PB1) : Cómo los cerebros segregan elementos en patrones complejos de entrada sensorial para que se asignen a "objetos" discretos. En otras palabras, al mirar un cuadrado azul y un círculo amarillo, ¿qué mecanismos neuronales aseguran que el cuadrado se perciba como azul y el círculo como amarillo, y no al revés? El problema de la combinación (PP2): C ómo los objetos, el fondo y las características abstractas o emocionales se combinan en una sola experiencia. 3) El problema de la integración temporal o de la memoria inmanente consciente (PP3) Cómo el cerebro posibilita la integración de los diferentes estados de conciencia a través del tiempo, bajo el común denominador de la subjetividad.

Cuándo Pablo y Pedro despiertan y se dan cuenta de que han estado dormidos, mentalmente cada uno se retrotrae y hace conexión con sólo uno de los dos cursos de pensamiento que se rompieron por las horas de sueño. A sí el presente de Pedro conecta instantáneamente con el pasado de Pedro y nunca por equivocación se enlaza con el de Pablo. A su vez, el pensamiento de Pablo no tiene la menor probabilidad de errar su camino hacia el pensamiento pasado de Pedro. William James, Principios de Psicología El problema de la integración horizontal En la duración se integran la red de simultaneidades presente con la serie de estados recordados. Así, para que exista sensación de duración resulta necesario que la serie de los recuerdos se actualice momento a momento, amalgamándose con la experiencia consciente presente. Fuente: Azzollini , S y González, F (2012): Ensayos sobre el tiempo subjetivo: o de la omnipresencia de la consciencia en la memoria temporal”

En su distinción entre lo mental y lo físico, Brentano propone que los estados mentales poseen una propiedad de la que carece lo físico : la intencionalidad . L os procesos mentales en su totalidad, se caracterizan por la propiedad de ser sobre, apuntar o versar acerca de algo. El concepto de intencionalidad está íntimamente ligado al de representación, en la medida en que toda representación referiría a algo . “ Todo fenómeno psíquico contiene en sí algo como objeto, aunque no siempre del mismo modo. En la representación hay algo que es representado; en el juicio algo viene aceptado o rechazado; en el amor, amado; en el odio, odiado; en el deseo, deseado, etc .” F. Brentano Fuente de a imagen: Gerardo Viau Mollinedo . https://es.slideshare.net/GerardoViau/brentano-y-la-intencionalidad Brentano y la intencionalidad de la consciencia 3. Intencionalidad «En general, en cualquier estado consciente, el estado se dirige hacia una u otra cosa, incluso si aquello a lo que se dirige no existe, y en este sentido tiene intencionalidad. Para una clase de casos muy extensa, la conciencia es, efectivamente, conciencia de algo y el «de» en «conciencia de» es el «de» de intencionalidad » John Searle

4. Sentimiento subjetivo «La subjetividad involucra necesariamente el aspecto a-qué-se-parece-lo-que-se-siente de los estados conscientes. Así, por ejemplo, puedo razonablemente preguntar a qué se parece el sentirse un delfín y estar nadando todo el día, porque suponemos que los delfines tienen experiencias conscientes. Pero no tiene sentido preguntarse a qué se parece sentirse una ripia clavada al techo año tras año, porque en el sentido en que usamos esta expresión no hay nada a lo que se parezca sentirse una ripia dado que las ripias no son conscientes » John Searle Searle parece referir aquí a su tesis sobre el carácter “ontológicamente objetivo” de la subjetividad. Así, desde un punto de vista epistemológico, “subjetividad” refiere a perspectivismo y/o relativismo de los juicios. Pero desde el punto de vista ontológico, Searle destaca que “subjetividad” refiere al hecho fáctico de que las mentes conscientes realmente existen. Siguiendo una tesis del filósofo Thomas Nagel , sostener que un ser posee subjetividad significa que existe algo que significa ser ese ser. En otros términos: si se fuera ese ser, se sería entonces algo o alguien capaz de tener experiencias o vivencias conscientes. En su tesis “¿Cómo se sentiría ser un murciélago?”, T. Nagel invita a considerar que un animal que se orienta por sonar y no de modo visual como el murciélago, aunque tendría una fenomenología extraña para nosotros que no alcanzamos a dimensionar, tendría igualmente una subjetividad propia. Aunque no podamos intuir su naturaleza, sí podemos suponer que existiría una experiencia sui generis que es “como ser un murciélago”

5 . La conexión entre conciencia e intencionalidad « S ólo un ser que pueda tener estados intencionales conscientes puede tener estados intencionales, y todo estado intencional inconsciente es, al menos, potencialmente consciente. Esta tesis tiene enormes consecuencias para el estudio de la mente. Implica, por ejemplo, que cualquier análisis de la intencionalidad que deje fuera la cuestión de la conciencia tendrá que ser incompleta. Es posible describir la estructura lógica de los fenómenos intencionales sin tratar la conciencia, pero existe una conexión conceptual entre conciencia e intencionalidad que tiene la consecuencia de que una teoría completa de la intencionalidad exige una explicación de la conciencia» Conforme a la tesis de B rentano sobre la intencionalidad de la consciencia los actos mentales pueden diferenciarse del contenido al que se dirigen ( i .e. puede distinguirse el acto de ver del contenido de lo que efectivamente se ve) La noción de intencionalidad puede emparentarse con la noción de representación, en la medida en que aquí puede también diferenciarse lo representante (un símbolo) de lo representado (aquello que es simbolizado) Lo anterior dio un argumento a la ciencia cognitiva para sostener la siguiente enrevesada tesis: Si la consciencia fuera definitoria de lo mental pero, a su vez, la intencionalidad fuera lo esencial de la consciencia, entonces un sistema artificial que portara símbolos que se dirigieran hacia un objeto, sería mental. Ergo: la consciencia no es necesaria para que un sistema sea mental y, por ende, un sistema de inteligencia artificial podría ser considerado mental. Searle cuestiona esa tesis. Acto mental Contenido mental Símbolo mental Referencia (lo simboliza-do) Cont.

5 . La conexión entre conciencia e intencionalidad ( cont. ) Para Searle puede existir consciencia sin intencionalidad (como en los estados anímicos carentes de objeto), pero no a la inversa: no puede haber intencionalidad sin consciencia porque, siguiendo a Brentano , la última es una propiedad intrínseca de la consciencia . Esto: existe realmente, con independencia de un observador externo. Searle opone “ intencionalidad intrínseca” a “ intencionalidad como si”. La “intencionalidad como si” correspondería a la mirada de un observador externo que entendiera que un sistema u organismo se comporta como si tuviera intencionalidad. Es decir: cómo si en su interior existiera un sistema de símbolos que le permitiera conectarse causalmente con otros símbolos y/u objeto externos. En otros términos: no es posible mecanizar la intencionalidad sin desvirtuar su esencia. Serle aplicará estas ideas para fundamentar su tesis de que los fenómenos inconscientes sosteniendo que —por definición— al carecer de consciencia, aquellos carecen también de intencionalidad.

6. La base figurativa, la estructura gestáltica de la conciencia «Las experiencias perceptivas nos llegan como una figura sobre un trasfondo (…) cualquier cosa en la que concentro mi atención está sobre un trasfondo que no es el centro de atención (…) El hecho de que nuestras percepciones normales estén siempre estructuradas está relacionado con la estructura de base figurativa de las experiencias conscientes; el que yo no perciba pura y simplemente contornos indiferenciados, sino que mis percepciones estén organizadas en objetos y rasgos de objetos. Esto tiene como consecuencia el que todo ver (normal) es ver como, todo percibir (normal) es percibir como, y de hecho, toda conciencia es conciencia de algo como tal y tal» John Searle .

7. El aspecto de la familiaridad «Uno de los rasgos más extendidos de los estados ordinarios y no patológicos en los que alguien se da cuenta conscientemente de algo es « el aspecto de la familiaridad». Como toda intencionalidad consciente tiene un aspecto (rasgo 3), y puesto que las formas no patológicas de la conciencia están estructuradas u organizadas (rasgo 6), la posesión previa de un aparato suficiente para generar conciencia organizada y dotada de aspecto garantiza automáticamente que los rasgos de aspecto de la experiencia consciente y las estructuras y la organización de la conciencia serán más o menos familiares. La conciencia incluye categorización — veo cosas, por ejemplo, como árboles, gente, casas, coches, etc.—, pero las categorías tienen que existir antes de la experiencia, puesto que son las condiciones de posibilidad para tener precisamente esas experiencias como tales” John Searle . Mundo organizado y familiar Mundo desintegrado y caótico La familiaridad, basada en la categorización, es uno de los rasgos básicos con que se presentan los estados ordinarios de consciencia, Versus

En “Alicia en el país de las maravillas”, novela de fantasía escrita por el Lewis Carroll, como en tantas o tras narraciones fantásticas, ocurren hechos distorsivos que generan sorpresa. Sin embargo, la realidad alterada a la que asiste la protagonista conserva aún algunos de los rasgos de la consciencia ordinaria, tales como la organización perceptual, la separación entre figura fondo y algunos elementos de la familiaridad perceptual.

8 . Desbordamiento «Los estados conscientes se refieren, en general, a algo que está más allá de su contenido inmediato (…) El contenido inmediato tiende a rebosar, a conectar con otros pensamientos que en algún sentido eran parte del contenido pero en otro no lo eran.” John Searle . Estamos en el aquí y ahora. Pero mientras, estamos también atravesados por una red de significaciones que parten de lo dado y lo desbordan. Vemos el paisaje lunar y el reflejo luminoso en el espejo del agua. Y mientras asistimos a la escena podemos a la vez pensar en el cielo, en la noche, en los espejos o en las profundidades inasible del lago. Cada instante de consciencia se completa con una imaginaria red de potenciales co -presencias que rebasan lo que se nos presenta como inmediatamente dado.

9. El centro y la periferia «Dentro del campo de la conciencia, necesitamos distinguir entre aquellas cosas que están en el centro de nuestra atención y las que están en la periferia » John Searle . FOCO FOCO Periferia Márgenes FOCO Márgenes Periferia En cada momento de consciencia podemos distinguir un foco, donde nuestra atención está centrada. Por ejemplo: esto que estoy viendo, escuchando, sintiendo, queriendo, diciendo, imaginando o pensando. Pero fuera de ese centro atencional también tenemos una consciencia pasiva del contexto. Ejemplo: donde estoy, la temperatura del ambiente, cómo está desplegado mi cuerpo sobre el espacio, cuál es el trasfondo de la escena, etc. Por último, en la franja externa de la experiencia se encuentran los límites de aquello que aunque podríamos focalizar, se nos aparece contra el extermo de lo casi advertido o inadvertido.

10. Condiciones límites «Los estados conscientes contienen, en general, aquello que está más allá de su contenido inmediato ” John Searle . Cada instante de consciencia presente su foco y su periferia. Como se refirió antes, en la última franja consciente se nos aparece el límite de lo casi advertido o inadvertido . Sin embargo, tales límites no se nos revelan como un vacío experiencial sino como un conjunto de coordenadas situacionales que enmarca y confiere sentido al conjunto. Searle parece referirse aquí al fenómeno de la memoria inmanente consciente (que se desarrollará en la unidad de memoria) FOCO FOCO Periferia Márgenes

11. Estados de ánimo «En todo estado de consciencia existe siempre una dimensión de placer y displacer” Los estados de ánimo no constituye por sí mismos el contenido total de un estado consciente pero, sin embargo, proporcionan el tono o el color que caracteriza a la totalidad de un estado consciente o de una secuencia de estados conscientes » John Searle . Las experiencias conscientes se viven contra el trasfondo de los estados de ánimo. Felicidad, depresión, ansiedad, euforia o angustia resultan algunos de los matices de esa vasta geografía.

12 . La dimensión placer displacer «En cada fragmento temporal de consciencia existe una dimensión de placer y displacer. Uno puede siempre plantear alguna de las preguntas de un inventario que incluye: «¿Era divertido o no?», «¿Te gustó o no?», «¿Cuando tenías dolor estabas desesperado, molesto, divertido, aburrido, extasiado, con nauseas, con asco, entusiasta, aterrado, irritado, encantado, feliz, infeliz, etc.?»” John Searle . El continuo Dolor - Placer Sistemas neuronales procesando dolor (rojo) y placer (verde ) El placer y el dolor representan dos rasgos básicas de la consciencia y, asimismo, constituyen dos poderosas fuerzas motivacionales.

La metáfora del iceberg y el psiquismo humano La metáfora del iceberg resulta un símil recurrente para ilustrar la relación entre un nivel emergente resultante de un vasto sistema de causalidad subyacente y determinante. En psicología fue originariamente postulada por Fechner y luego popularizada por Freud, quién la utilizó para aludir a la idea de que la conciencia es apenas la manifestación superficial de la vastedad del psiquismo, cuyo carácter es eminentemente inconciente.

Posibles variaciones alrededor del concepto de inconciente y la metáfora del iceberg Ello + Inconciente Reprimido Esquemas Sensorio Motores y Estructuras Operatorias Cómputos aplicados sobre Representa- ciones Inconciente Freudiano Inconciente Cognitivo Piagetiano Inconciente Cognitivo computacional Conciencia Conciencia Conciencia

Tensiones alrededor de los niveles de estudio de la mente Mente conciente Cerebro Mente conciente Mente computacional ? Cerebro ? ? ? Problemas de niveles en el dualismo clásico Problemas de niveles en el dualismo funcionalista En un texto ya clásico, “La conciencia y la mente computacional” (1987) , el filósofo Ray Jackendoff postula la existencia de una mente computacional y analiza sus implicancias. La postulación de dicho nivel computacional subyacente (mente computacional) a la conciencia (mente fenomenológica) no está exenta de dificultades, algunas magistralmente tratadas por el filósofo John Searle bajo el capítulo sobre la “crítica de la razón cognitiva” De manera más específica, al margen de los problemas de interacción que se abrirían entre los diferentes niveles del sistema mente-cerebro, Searle considera innecesaria la postulación de un nivel computacional. Conforme a ese autor –en rigor– sólo existen los estados conscientes y los estados cerebrales. Para Searle , el carácter mental de lo que se postula como mente inconsciente sólo adquiere significado cuando, al mismo tiempo, se lo concibe como potencialmente consciente “Imaginar lo que se imaginaba Freud cuando pensaba sobre la mente humana; imaginar que los estados mentales latentes no están meramente almacenados sino que continúan siendo mentales mientras permanecen en tal estado; o imaginar el hipotético momento en que los estados latentes "brotan" de la sustancia neuronal luego de haber estado codificados en ésta y haber perdido temporariamente su cualidad mental” Federico González (1993) ) “Las imágenes de la mente”

Concepciones ingenuas y pre teóricas sobre el inconsciente: metáforas triviales sobre que no deberíamos considerar (pero que, según Searle , tendemos implícitamente a hacerlo) El pez sumergido que habita las profundidades es del mismo tipo mismo de aquel que salta a la superficie. La única diferencia es que está sumergido. Pero aún así, continúa siendo pez. Con el inconsciente sucedería algo análogo: un estado mental inconsciente, aunque permanece fuera de la consciencia, continúa siendo mental. Los objetos que yacen en un sótano oscuro continúan siendo tales, aunque no podamos verlos. Análogamente, verlos equivale a hacerlos conscientes. Pero mientras están inconscientes continúan siendo lo que son: solo permanecen invisibles . Sótano a oscuras Sótano iluminado

Supongamos que cada una de las palabras que aparecen sobre la imagen del cerebro refirieran a diferentes estados conscientes y subjetivos. Supongamos que cuando algunos de esos estados deja de ser consciente, la palabra se desvanece. Supongamos que, al cabo de cierto tiempo, aquel estado volviera a emerger en la consciencia y, por ende, reapareciera la palabra que lo expresa. Las preguntas que expresan el problema del estatus ontológico del inconsciente son estas: ¿Cuál es la naturaleza de los estados inconscientes mientras permanecen como tales? Mientras los estados hipotéticamente inconscientes permanecen como tales ¿son estados mentales o apenas conexiones neurales capaces de producir, potencialmente, estados mentales conscientes y subjetivos? ¿Cómo son los estados mentales conscientes mientras permanecen como tales? Esbozo de un sencillo experimento mental

Consciencia Inconsciente codificado en el Cerebro Consciencia C erebro Inconsciente mental Nivel de la mente Nivel del cerebro Tesis mental del inconsciente (Freud, Piaget, psicología cognitiva ) Tesis neural del inconsciente ( Searle ) Searle sostendría la tesis de que lo inconsciente, en sí mismo, es actividad neural codificada que potencialmente podría dar emergencia a estados mentales conscientes.

En California, se ha hecho una operación de cerebro a un músico enfermo de Parkinson mientras tocaba su guitarra. Este tipo de cirugía necesita mantenerle despierto y activo para saber exactamente donde colocar los electrodos y detener los temblores de las manos que le impedían tocar bien. https :// www.youtube.com/watch?v=CScuCm4-ceU&t=4s Le operan el cerebro a un músico mientras toca su guitarra En 1950, el neurocirujano canadiense Wilder P enfield , mientras operaba a pacientes epilépticos realizó un particular hallazgo: a partir de electro estimulación sobre el córtex temporal los pacientes podían recordar momentos, emociones y hasta olores vividos que creían olvidados, aunque permanecían neurológicamente “grabados”. https:// www.youtube.com/watch?v=rJkg2LW9FX4

Frases “Los estados inconscientes, en última instancia, son estados conscientes codificados (almacenados, guardados o grabados) en patrones neurales cerebrales”. Según mi interpretación de la tesis sobre el inconsciente propuesta por Searle el autor pretendería afirmar que: Lo anterior significa que: Mientras los estados mentales permanecen como inconscientes, no son estados auténticos estados mentales, o estados mentales per se, o estados intrínsecamente mentales. Sin embargo, lo que justificaría denominarlos como estados mentales o lo que significa denominarlos “estados mentales inconscientes” es que, de activarse los referidos patrones neurales que los codifican, se transformarían, ipso facto , en estados mentales conscientes. Empero, mientras permanecen inconscientes, no serían entonces estados mentales sino neurales.

“El neurocientífico discurre sobre danzas de neuronas capaces de engendrar todas las coreografías del alma. Las conocidas y las que podrían conocerse. Arreglos de la neuroquímica que podrían ser la clave de amor, de la esperanza, de la angustia. Hasta del sentimiento de Dios. El alumno sigue imaginando aquel iceberg que induce a creer que solo conocemos pequeños fragmentos de una mente inmensa que yace escondida e inexplorada. El gran científico descreía de una deidad que solo jugaba a los dados. Pero el neurocientífico parece contradecirlo. O no. Podría replicar que una coreografía es un orden. Aunque el orden neuronal sea apenas una gota de posibilidad en un océano infinito. Las neuronas siguen danzando sus inasibles figuras. Figuras que engendrarán un rostro, un nombre, un extravío. Todas las gamas de la memoria y de la emoción detrás de una conexión inaudita de estados” FFG. Danzas neuronales (2014 ) Danzas neuronales: Consciencia y cerebro en clave psicoliteraria https:// www.youtube.com/watch?v=8oB7gzm3LGk

Apéndice

Respuesta al alumno Alan Perugino , Te respondo por partes. Son varias preguntas: Yo diría (siguiendo mi interpretación de Searle ) que "contorno de aspecto" podrías traducirse como "percibir algo como algo", “tener sobre algo, una imagen determinada”, o "tener una idea acerca de". Por ejemplo: cuando vemos un jardín, fenomenológicamente vemos plantas, césped, flores, espacios, colores, etc. dispuestos en una determina forma o configuración. Es decir: NO lo vemos como una serie de matrices de puntos o de unos y ceros digitales al modo en que el director de la película Terminator sugería que "veía" ese robot (en rigor, Terminator no veía: solo procesaba la información necesaria para identificar objetos físicos como siendo tales o cuales). De similar modo, si almacenamos la imagen de ese jardín en la memoria, decir que conocemos ese jardín significa algo así como que podríamos evocarlo o reconocer que lo hemos visto en caso de volver a hacerlo. Eso significa que, mientras que la imagen esté en nuestra memoria debería poseer un "contorno de aspecto" del jardín (es decir, flores, plantas, colores, etc.) Pero, sostiene Searle , mientras la imagen está guardada en nuestra memoria sin que la evocamos o actualizamos, la misma NO poseería contorno de aspecto. Porque es solo una conexión neuronal que podría actualizarse en la consciencia y, por ende, dar emergencia a la imagen/recuerdo del jardín, pero, en sí misma, NO CONTIENE NINGÚN CONTORNO DE ASPECTO . En términos metafóricos, la huella mnémica del jardín es solo un patrón neural que porta la promesa de transfigurarse en la conciencia del jardín, pero mientras no lo haga es apenas bioquímica cerebral. Ahora bien, Searle no discute que existan determinismos inconscientes . Simplemente afirma que esos determinismos son neurales pero no mentales. Porque al carecer de contorno de aspecto, no tiene sentido sostener que sean mentales. Efectivamente, poseer contorno de aspecto sería una propiedad de la consciencia (aunque también de los fenómenos mentales, que Searle homologa a la consciencia) Aunque no lo trate puntualmente en el texto, Searle sostiene que para explicar lo mental solo bastan la consciencia y el cerebro . La consciencia porque, precisamente, ES lo mental. El cerebro, porque es el soporte cuyo funcionamiento da emergencia y determina la consciencia . Eso no equivale a decir que para entender la mente haya que limitarse a estudiar el cerebro . En rigor, conforme a Searle , lo que habría que estudiar es la consciencia, el cerebro y sus relaciones . En síntesis : a mi juicio, la tesis de Searle , en rigor, no invalida los estudios de la memoria, el aprendizaje o la psicopatología.

Por último: en las dos citas del texto que transcribís, a mi juicio, hay dos errores de expresión que pueden prestarse a confusión (probablemente sean errores de traducción). Así cuando dice: “Hay una gran cantidad de fenómenos mentales inconscientes, pero hasta el punto en que son genuinamente intencionales tienen que preservar, en algún sentido, su contorno de aspecto incluso cuando son inconscientes” Quizás debería decir: “Hay una gran cantidad de fenómenos mentales inconscientes, pero SI FUERAN genuinamente intencionales DEBERÍAN preservar, en algún sentido, su contorno de aspecto incluso cuando son inconscientes”. Y cuando dice: “(...) Cuando se hace una afirmación sobre intencionalidad inconsciente, no hay hechos que tengan que ver con el caso excepto los neurofisiológicos. No hay aquí nada más que estados y procesos neurofisiológicos descritos en términos neurofisiológicos. Pero los estados intencionales, conscientes o inconscientes, tienen contornos de aspecto, y no hay contorno de aspecto alguno en el nivel de las neuronas. Así pues, el único hecho sobre las estructuras neurofisiológicas que corresponde a la adscripción de contorno de aspecto intrínseco es el hecho de que el sistema tiene la capacidad de producir estados y procesos conscientes allí donde se manifiestan esos contornos de aspecto específicos”. Quizás debería decir: (...) Cuando se hace una afirmación sobre intencionalidad inconsciente, no hay hechos que tengan que ver con el caso excepto los neurofisiológicos. No hay aquí nada más que estados y procesos neurofisiológicos descritos en términos neurofisiológicos. Pero los estados intencionales, YA SEA QUE SE LOS CONSIDERARE conscientes o inconscientes, DEBERÍAN TENER contornos de aspecto, y no hay contorno de aspecto alguno en el nivel de las neuronas. Así pues, el único hecho sobre las estructuras neurofisiológicas que corresponde a la adscripción de contorno de aspecto intrínseco es el hecho de que el sistema tiene la capacidad de producir estados y procesos conscientes allí donde se manifiestan esos contornos de aspecto específicos”. O Mejor: (...) Cuando se hace una afirmación sobre intencionalidad inconsciente, no hay hechos que tengan que ver con el caso excepto los neurofisiológicos. No hay aquí nada más que estados y procesos neurofisiológicos descritos en términos neurofisiológicos. Pero los estados INCONSCIENTES NO TENDRÍAN ENTONCES contornos de aspecto, PORQUE NO hay contorno de aspecto alguno en el nivel de las neuronas. Así pues, el único hecho sobre las estructuras neurofisiológicas que corresponde a la adscripción de contorno de aspecto intrínseco es el hecho de que el sistema tiene la capacidad de producir estados y procesos conscientes allí donde se manifiestan esos contornos de aspecto específicos”.

Algunas ideas del propio Freud sobre la naturaleza del inconsciente (Lo I nsconsciente , 1915) “ Desde muy diversos sectores se nos ha discutido el derecho de aceptar la existencia de un psiquismo inconsciente y de laborar científicamente con esta hipótesis. Contra esta opinión podemos argüir, que la hipótesis de la existencia de lo inconsciente es necesaria y legítima, y además , que poseemos múltiples pruebas de su exactitud” “ Nuestra cotidiana experiencia personal nos muestra ocurrencias, cuyo origen desconocemos , y resultados de procesos mentales, cuya elaboración ignoramos” Todos estos actos conscientes resultarán faltos de sentido y coherencia si mantenemos la teoría de que la totalidad de nuestros actos psíquicos ha de sernos dada a conocer por nuestra conciencia y, en cambio, quedarán ordenados dentro de un conjunto coherente e inteligible si interpolamos entre ellos los actos inconscientes, deducidos ”. También podemos aducir, en apoyo de la existencia de un estado psíquico inconsciente, el hecho de que la conciencia sólo integra en un momento dado, un limitado contenido, de manera que la mayor parte de aquello que denominamos conocimiento consciente tiene que hallarse , de todos modos, durante extensos períodos , en estado de latencia, vale decir, en un estado de inconsciencia psíquica . La negación de lo inconsciente resulta incomprensible en cuanto volvemos la vista a todos nuestros recuerdos latentes”. Se nos opondrá aquí la objeción de que estos recuerdos latentes no pueden ser considerados como psíquicos, sino que corresponden a restos de procesos somáticos, de los cuales puede volver a surgir lo psíquico. No es difícil argüir a esta objeción, que el recuerdo latente es, por lo contrario, un indudable residuo de un proceso psíquico . Pero es aún más importante darse cuenta de que la objeción discutida reposa en una asimilación de lo consciente a lo psíquico . Y esta asimilación es, o una petición de principio, que no deja lugar a la interrogación de si todo lo psíquico tiene también que ser consciente, o una pura convención .

En este último caso resulta, como toda convención, irrebatible, y sólo nos preguntamos si resulta en realidad tan útil y adecuada, que hayamos de agregarnos a ella. Pero podemos afirmar, que la equiparación de lo psíquico con lo consciente es por completo inadecuada. Destruye las continuidades psíquicas, nos sume en las insolubles dificultades del paralelismo psicofísico , sucumbe al reproche de exagerar sin fundamento alguno la misión de la conciencia, y n os obliga a abandonar prematuramente el terreno de la investigación psicológica , sin ofrecernos compensación ninguna en otros sectores . La aceptación de lo inconsciente es además perfectamente legítima , en tanto en cuanto al establecerla no nos hemos separado un ápice de nuestro método deductivo, que consideramos correcto. La conciencia no ofrece al individuo más que el conocimiento de sus propios estados anímicos . La afirmación de que también los demás hombres poseen una conciencia es una conclusión que deducimos « per analogiam », basándonos en sus actos y manifestaciones perceptibles y con el fin de hacernos comprensible su conducta . (Más exacto, psicológicamente, será decir que atribuimos a los demás , sin necesidad de una reflexión especial, nuestra propia constitución, y, por lo tanto, también nuestra conciencia, y que esta identificación es la premisa de nuestra comprensión .) Esta conclusión -o esta identificación- hubo de extenderse antiguamente desde el Yo, no sólo a los demás hombres, sino también a los animales, plantas, objetos inanimados y al mundo en general , y resultó utilizable mientras la analogía con el Yo individual fue suficientemente amplia, dejando luego de ser adecuada conforme «lo demás» fue separándose del Yo. Nuestra crítica actual duda en lo que respecta a la conciencia de los animales, la niega a las plantas y relega al misticismo la hipótesis de una conciencia de lo inanimado. Pero también allí donde la tendencia originaria a la identificación ha resistido el examen crítico, esto es, en nuestros semejantes , la aceptación de una conciencia reposa en una deducción y no en una irrebatible experiencia directa como la de nuestro propio psiquismo consciente.

El psicoanálisis no exige sino que apliquemos también este procedimiento deductivo a nuestra propia persona , labor en cuya realización no nos auxilia, ciertamente, tendencia constitucional alguna. Procediendo así, hemos de convenir en que todos los actos y manifestaciones que en nosotros advertimos, sin que sepamos enlazarlos con el resto de nuestra vida activa , han de ser considerados como si pertenecieran a otra persona y deben ser explicados por una vida anímica a ella atribuida . La experiencia muestra también que, cuando se trata de otras personas, sabemos interpretar muy bien, esto es, incluir en la coherencia anímica, aquellos mismos actos a los que negamos el reconocimiento psíquico cuando se trata de nosotros mismos . La investigación es desviada, pues, de la propia persona, por un obstáculo especial, que impide su exacto conocimiento . El psicoanálisis nos obliga, pues, a afirmar, que los procesos psíquicos son inconscientes y a comparar su percepción por la conciencia con la del mundo exterior por los órganos sensoriales . Esta comparación nos ayudará, además , a ampliar nuestros conocimientos. La hipótesis psicoanalítica de la actividad psíquica inconsciente , constituye, en un sentido, una continuación del animismo, que nos mostraba por doquiera, fieles imágenes de nuestra conciencia, y en otro, la de la rectificación llevada a cabo por Kant, de la teoría de la percepción externa . Del mismo modo que Kant nos invitó a no desatender la condicionalidad subjetiva de nuestra percepción y a no considerar nuestra percepción idéntica a lo percibido incognoscible, nos invita el psicoanálisis a no confundir la percepción de la conciencia con el proceso psíquico inconsciente, objeto de la misma . Antes de continuar, queremos dejar establecido el hecho, tan importante como espinoso, de que la inconsciencia no es sino uno de los múltiples caracteres de lo psíquico, no bastando, pues, por sí solo, para formar su característica. Existen actos psíquicos de muy diversa categoría, que, sin embargo, coinciden en el hecho de ser inconscientes . Lo inconsciente comprende , por un lado actos latentes y temporalmente inconscientes, que fuera de esto, en nada se diferencian de los conscientes , y por otro , procesos tales como los reprimidos, que si llegaran a ser conscientes presentarían notables diferencias con los demás de este género.

Agregado a una respuesta 1) Yo diría (siguiendo mi interpretación de Searle ) que "contorno de aspecto" podrías traducirse como "percibir algo como algo", “tener sobre algo, una imagen determinada”, o "tener una idea acerca de". Por ejemplo: cuando vemos un jardín, fenomenológicamente vemos plantas, césped, flores, espacios, colores, etc. dispuestos en una determina forma o configuración. Es decir: NO lo vemos como una serie de matrices de puntos o de unos y ceros digitales al modo en que el director de la película Terminator sugería que "veía" ese robot (en rigor, Terminator no veía: solo procesaba la información necesaria para identificar objetos físicos como siendo tales o cuales). Cuando Serle se refiere al ejemplo del agua vs. H2O quiere decir los siguiente: Para cualquier persona el concepto de agua significa un líquido incoloro, inodoro, insípido, etc. Si tenemos sed y queremos tomar agua, nos la representamos de ese modo. Ahora bien, desde el punto de vista de su composición química, el agua es también H2O. Pero cunado tenemos sed de agua no nos la representamos como H2O sino como agua! (es decir: el agua de nuestra experiencia consciente ordinaria) A lo anterior es a lo que Searle denomina "contorno de aspecto" En otros términos: representarse el agua como líquido inodoro (..), etc. es hacerlo bajo un determinado contorno de aspecto. Es representárnosla de un determinado modo (pero no de cualquier modo: cuando pensamos en el agua la pensamos como tal y no como una piedra, una casa o un animal) Ahora bien, un robot o un zombi (criatura hipotética que tendría comportamiento sin consciencia) podrían actuar como si reconocieras el agua. Es más, podrían beberla. pero para estos "organismos" tal representación carecería de contornos de aspecto. Solo tendrían representaciones funcionales (mecanismos operativos para identificar objetos y/o actuar sobre éstos) Análogamente, Searle sostiene que cuando no estamos (conscientemente) pensando en el agua, eso no quita que en nuestro organismo aún conservemos su representación. Solo que, piensa Searle , el estatuto ontológico (el modo en que esencialmente existe) de esa representación es el de un código neural. Pero el código neural del agua EN SI MISMO CARECE DE CONTORNO DE ASPECTO. Lo cual significa decir que, mientras no pensamos en el agua, ésta no existe en nuestra mente como representación sino en el cerebro como POSIBLE REPRESENTACIÓN. Es decir: no habría una representación mental inconsciente del agua sino un patrón neural que potencialmente podría hacerse consciente. Finalmente, solo en el momento en que el pensamiento, idea o deseo de agua emerge a nuestra consciencia, aquel patrón neural se convierte en un estado mental. Es entonces cuando pasa a poseer contorno de aspecto (es decir: se transforma en nuestra idea de líquido incoloro, con determinado sabor, etc.) Mientras eso no ocurra, permanecerá almacenado en el cerebro como un patrón neural carente de contenido, aunque portador de "promesa" de experiencia consciente.
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