LA diversidad social La sociedad y la cultura son un producto humano. La diversidad compartida posibilita nuestra diversidad social y nuestra semejanza procede de la capacidad de aprender y adaptarnos al entorno físico y sociocultural.
A. La diversidad cultural Una cultura es un conjunto de ideas, valores y creencias, tradiciones y costumbres, compartidas por muchas personas, y transmitidas de una generación a la siguiente. Toda cultura tiene unas normas y reglas de conducta social y su propio ritmo de vida. En nuestros días vivimos una época de profundos cambios socioculturales: Cambio a la era posindustrial, llamada <<sociedad de la información>> . Las distancias entre culturas se reducen y se acelera el movimiento de ideas, personas, imágenes y productos.
Desarrollo de sociedades pluriculturales . Supone reconocer las diferencias y apoyar la convivencia entre comunidades, desterrando el racismo y la xenofobia. Relativismo cultural . Debemos rechazar la sacralización de la propia cultura, los planteamientos etnocéntricos y respetar las diferencias culturales. Afrontar el desafío de los fundamentalismos . Sustituir las viejas creencias por distintas supersticiones es una paso atrás, pues éstos actúan como diluyentes de la cohesión social. Individualismo . Nuestra cultura valora más al individuo que a la comunidad. El precio que pagamos es tener más soledad y mayor tensión emocional.
B. La diversidad de géneros Sabemos que los seres humanos poseen tres componentes: el sexo biológico, el genero psicosocial y la identidad psicosexual. El sexo biológico hace referencia a las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, mientras que el género es el conjunto de normas y expectativas de conducta, que la sociedad atribuye a cada sexo. Los roles de género son lasa conductas esperadas de las mujeres y los hombres, aquello que se considera masculino o femenino, pero que varía a través de las culturas y de un periodo histórico a otro.
Para los teóricos del aprendizaje social, los niños y niñas son condicionados en su relación con los adultos, se refuerzan comportamientos que se consideran propios de su sexo y se castigan o inhiben otros, tratando de construir un hombre agresivo y competitivos y una mujer más tierna y maternal. En el siglo XX las mujeres han transformado la idea de sí mismas y de su relación con el mundo. Para hombres y mujeres es esencial asumir la nueva realidad histórica y vencer los rígidos estereotipos que oprimen a ambos sexos. Éstos tienen que valorar las diferencias como algo enriquecedor y humanizar las relaciones interpersonales.