12
citosol es un fluido de naturaleza gelatinosa que tiene un contenido de un 20% de proteínas. En el que
están disueltas muchas de las moléculas que la célula necesita para su metabolismo, entre ellas moléculas
orgánicas que son intermediarios del metabolismo Así, el citosol está repleto de proteínas que dirigen
(catalizan) y controlan el metabolismo celular (glicólisis, gluconeogénesis, vía de las pentosas fosfato,
activación de aminoácidos, síntesis de ácidos grasos, síntesis de nucleótidos etc
), sistemas de
traducción de señales internas (e.g. segundos mensajeros, AMPc, GMPc, IP3-inositol trifosfato-etc..), con
receptores intracelulares de señalización (e.g. factores de transcripción, quinasas proteasas, etc... ). En el
citosol también se pueden encontrar inclusiones de material de reserva: de lípidos y de glucógeno. En el
citosol se encuentran los ribosoma libres que realizan la síntesis de proteínas que serán distribuidas y
destinadas a diferentes compartimentos celulares (mitocondrias, peroxisomas, núcleo).
Las propiedades coloidales de la célula, como las transformaciones básicas de SOL-GEL; de Sol (una
Solución líquida del citosol más fluida) a Gel (un citosol más rígido, sólido y gelatinoso) son básicas
para determinadas actividades básicas celulares como las modificaciones de la viscosidad y el
movimiento intracelular del citoplasma en forma de corrientes de fluido citosólico (cyclosis o cellular
streaming en inglés) o locomoción celular de tipo ameboide, la formación del huso mitótico y el clivaje
(rotura) de la célula madre para dar lugar dos células hijas durante la fase de citocinesis de la división
celular (mitosis), el crecimiento y formación sinápticas, y liberación de vesículas de neurotransmisores.
Las transformaciones Sol-Gel (que pueden ocurrir rápidamente (e.g. 40 Sol-gel ciclos por segundo)
depende fundamentalmente de los componentes del citosol, y es causado principalmente por las las
reacciones controladas de ensamblaje y desensamblaje (remodelamiento dinámico) de elementos del
citoesqueleto (embebido en el citosol) principalmente microfilamentos de Actina y microtúbulos y de las
asociaciones contráctiles Actina-Miosina.
El Citoesqueleto
El citoesqueleto constituye como su nombre indica el armazón interior de la célula. Está formado por una
red tridimensional de fibras que se extienden por todo el citoplasma. A través de su unión a la membrana
plasmática y a los orgánulos internos, proporciona un andamiaje que favorece la estructuración espacial y
la organización funcional de la célula. Además de su función principal en el establecimientos de la forma
celular y de conferir propiedades mecánicas a la célula: resistencia a la deformación mecánica, rigidez
estructural, flexibilidad, las diferentes fibras que constituyen el citoesqueleto, junto con multitud de las
proteínas asociadas (proteínas estructurales, de enlace, de control de ensamblaje, motoras), influencia un
amplio rango de distintos procesos celulares, incluyendo la migración celular, la contracción muscular, el
movimiento intracelular de vesículas y orgánulos, así como en la división celular. El citoesqueleto actúa
pues siendo tanto como el esqueleto y el músculo de la célula. El citoesqueleto participa también en la
formación de los tejidos del organismo a través de su participación en la formación de diferentes tipos de
uniones celulares que mantienen las células unidas en los tejidos, así como en la unión de las células a la
matriz extracelular. Una característica muy importante del citoesqueleto es que es una entidad muy
dinámica, en constante cambio tanto a lo largo de toda la longitud de la célula o en ciertas
sublocalizaciones específicas de la misma. Además, la configuración o disposición espacial de esta
compleja red citoesquelética puede ser modulada por estímulos internos en la célula o ambientales
extracelulares, lo que permite realizar a la célula en todo momento un ajuste arquitectónico
citoesquelético de importancia fundamental para su adaptabilidad a las constantes demandas fluctuantes
internas y del ambiente exterior.
Las fibras que componen el citoesqueleto de las células animales están formadas por tres clases de
filamentos que son polímeros de proteínas: microfilamentos (filamentos de Actina), filamentos
intermedios, y microtúbulos; en orden creciente de diámetro de fibra, cada uno de los cuales tiene un
conjunto diferente de organización estructural y por lo tanto funcional. Es frecuente que los tres
componentes trabajan juntos para aumentar la integridad estructural y la forma celular, así como la
motilidad de la célula y de los orgánulos citoplasmáticos. Cada filamento está formado de un polímero de
subunidades ensambladas, el cual sufre un ensamblaje-desensamblaje regulado, dando a la célula la
flexibilidad necesaria para construir o retirar estructuras especializadas en cuanto es necesario.