Crear un ambiente ideal depende de que haya un disciplinado control de calidad y salvaguardias que le den estructura a
la experiencia del cliente. SB tiene un sistema básico para situarse en el local, tiene una lista de comprobación en la cual
se tienen listas de todas las cosas que forzosamente tienen que hacerse. Por ejemplo el tiempo desde que se prepara
hasta que se sirve influye en el sabor del café; el cliente asiduo reconoce esta diferencia de inmediato. Hay una exigencia
de que cada uno de los socios compruebe cada diez minutos el estado del establecimiento, permite que todo esté limpio
y en orden.
La gente constantemente experimente a SB como acogedora, confortable y agradable. La mayoría de esas personas
seguramente no dedican mucho tiempo a puntualizar que es lo que les infunde tales sensaciones, pero los otros que sí
identifican claramente los detalles que producen esa reacción positiva. Para demostrar la importancia del ambiente, SB
podría operar sin siquiera vender café y no ofrecer mas que espacio y música suave de fondo, y cobrar la entrada. Es
importante que los líderes busquen maneras de maximizar el sentido percibido que genera cualquier negocio.
SB respeta escrupulosamente sus fechas de caducidad, en alguna temporada de la existencia de la compañía, en algunos
casos llegó el volumen hasta en el 10% de la mercancía que le suministraba a sus concesionarios, sin ningún costo; nadie
haría eso pero si SB. El buscar soluciones a problemas como este, obligó a SB a buscar soluciones muy inteligentes, como
la invención de una válvula que vale 7 centavos de dólar (US), que permite que los gases aromáticos salgan de la bolsa
pero no dejan entrar el aire, lo cual volvería rancio el café. El éxito de SB comienza en parte con la voluntad de
cuestionar las ideas convencionales y prestar atención a detalles que nos permiten innovar.
Aunque los altos ejecutivos deben pasar la mayor parte de su tiempo examinando el gran panorama de las
oportunidades estratégicas, no pueden pasar por alto los sistemas y el entrenamiento necesario para asegurar la calidad
en todos los aspectos de los productos, servicios y procesos de la compañía.
LA CALIDAD DEL CAFÉ.- El vicepresidente de adquisiciones globales se expresa así: El proceso que seguimos es muy
detallado. “Cuando vamos a los países de origen no compramos café en las fincas. Vamos a los cafetales a examinar los
arbustos”. Tienen que estar seguros de que esos cafés de alta calidad estarán disponibles en cantidades adecuadas en
esa finca durante muchos años por venir y que las prácticas comerciales del proveedor estarán de acuerdo con los
valores de SB. La calidad del grano no basta, quieren estar seguros de la calidad de personas con quienes tratan. Quieren
comprobar su integridad y su compromiso con la excelencia en el futuro. Se examinan los cafetales, la manera como los
cultivadores tratan el ambiente, las condiciones sociales que prevalecen en la finca, como disponen las aguas servidas, si
se procede con equidad y se comparte el dinero con todos, incluidos los que recolectan el grano.
Constantemente se pide a los gerentes que reflexionen sobre la experiencia del cliente con preguntas como las
siguientes: ¿Puede señalar tres comportamientos que desdicen de nuestro legendario servicio?, ¿Qué conductas del
Manual del delantal verde podrían haber convertido esta situación en una experiencia positiva para el cliente?, ¿Cómo
entrenaría usted al socio en esta situación?.
SB ha inventado un juego de entrenamiento para recalcar la solución de problemas, a este juego le denominan “la
experiencia Starbucks de adentro hacia afuera: en el juego se usan dados, barajas y un tablero. Se empieza con un
ejercicio de representación de papeles entre dos socios, a uno de los cuales se les asigna el papel de barista y a otro el
de cliente. Cada tanda de juego se gana si la persona que hace de cliente cree que la que hace de socio se compenetró
con lo que era más importante para ella en el momento de la visita y si se creó una experiencia memorable. La filosofía
de SB es que el entrenamiento no tiene por qué ser aburrido, convencional, ni ordinario. Aun cuando algunas personas
de negocios no aprecian el verdadero impacto de una cultura positiva, el solo éxito de SB debiera ser prueba de que
donde hay reconocimiento, entrenamiento y diversión hay utilidades.
Una barista comenta: a mi no me gustaba hacer Frappuccinos, pero un día observé que una señora entraba todos los
días ya al atardecer y pedía esta bebida; un día nos dio las gracias por servirle de una manera tan gentil y agregó que aun