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manos al llegar cerca de la cima y así, perpetuamente, desciende por la ladera
para retomar la piedra y recomenzar su tarea sin fin y sin objetivo.
En el rastreo de la temática por la red, tuvimos la fortuna de encontramos con
Rosa María Torres del Castillo, quien asegura que tan corrupto es el político que
encubre los malos manejos de sus coidearios,
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como la madre de familia que
encubre las trampas escolares de sus hijos. De lo anterior se deduce que lo que
ocurre en la sociedad, se refleja, se reproduce fatalmente, entre los sujetos que
interaccionan en el ambiente escolar: padres de familia, alumnos, maestros,
funcionarios educativos, personal administrativo y de todo tipo.
Torres del castillo afirma con una claridad hiriente que “la corrupción evoca
mañas, manejos dolosos, fraude, engaño, estafa, soborno, tráfico de influencias,
cohecho, mentira, plagio, evasión, robo, malversación, abuso de poder, falta de ética
y de moral. Si bien mal generalizado en nuestros días, la corrupción tiene larga
trayectoria en el mundo. Si bien tema de adultos, la corrupción no es una práctica
que se improvisa en la vida adulta, sino una aptitud que se cultiva desde la infancia.
El aparato escolar, sutil y abiertamente, cotidiana e imperceptiblemente, con la
complicidad de autoridades, profesores y padres de familia, promueve entre los
niños valores y comportamientos que le hacen el juego a la corrupción".(1992).
"Nuestros corruptos adultos —añade— empiezan siendo corruptos niños,
apropiándose del trabajo ajeno, mintiendo al profesor, copiando en la prueba,
delatando por lo bajo al compañero, fabricando artimañas para el examen,
engañando a los padres, cepillando al rector, adulando a la maestra: todas ellas son
cosas que entonces se creen pequeñas e irrelevantes, pero que tienen poderosas
repercusiones en la vida". (Torres del Castillo 1992).
Luisa Pernalete lo explica así: “La impunidad en la escuela trae como
consecuencia el enseñoramiento del que transgrede, la desmoralización del que
cumple y el sentimiento de impotencia del ofendido, si fuera el caso”.
http://convivenciapacifica.gumilla.org/hagamos-las-paces-gestion-para-la-paz-escolar/
Una muestra clara, pero que parece imperceptible de deshonestidad e
impunidad, la encontramos en nuestra relación con las normas, en la sociedad y
en la escuela: antes que a las normas, se prefiere la adhesión al grupo, como una
secuela de la adhesión a la pandilla en el barrio, a los familiares en el hogar y en
el peor de los casos se considera honesta esta adhesión en lugar del respeto a la
norma.
De las normas para la convivencia social pacífica trata el artículo 3° de la
Constitución, fracción II, inciso c). La educación en México, dice: “Contribuirá a la
mejor convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad
cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del
interés general de la sociedad, los ideales de fraternidad e igualdad de derechos
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Persona que comparte la filosofía o la ideología del sujeto, miembro de una misma organización política o
corriente ideológica. http://www.palabrita.net/coideario.