y educativos, particularmente, la dimensión fundamental es la de la
temporalidad, es decir que aquello que es replegado a implicado no se
desarrolla en el espacio Se desatolla esencialmente en el tiempo y la
duración, lo que a su vez nos habla de la importancia de estos dos aspectos para
la educación y las Ciencias de la Educación. Esto nos ayuda a comprender, de
paso. esta paradoja por la cual la educación es a la vez considerada como
extremadamente necesaria, al tomar cada vez un mayor espacio en los
presupuestos nacionales. Es el caso, por ejemplo, cuando se afirma que si la
educación no es suficiente, no va a haber siglo XXI para nuestra sociedad,
nuestra civilización; pero al mismo tiempo, la educación, las Ciencias de la
Educación son profundamente despreciadas por la mayoría de los intelectuales,
filósofos, historiadores, sociólogos, psicólogos. ¿Por qué? Porque las Ciencias de
la Educación son ciencias que son definidas en Plural.
Lo plural supone al mismo tiempo la mezcla, el mestizaje y es, para el
racionalismo, menos satisfactorio que disciplinas como la Física, las
Matemáticas, la Química. Además, el tiempo hace al fenómeno más incierto,
más coyuntural. Lo que es interesante en el campo de los fenómenos físicos,
químicos o astronómicos es la regularidad, son las invariables. Sobre el plano
humano, un dato se transforma constantemente por la memoria por el recuerdo
que tenemos, por la multiplicidad y relatividad de testimonios. En Derecho, hace
siglos, pero también es hoy verdad, el ideal es la prueba, cuando hay un
proceso, un litigio o un crimen: lo que puede ser probado y cierto. Cuando no
hay pruebas hay que conformarse con los testimonios, lo que es necesario
comprender en el ámbito de las ciencias de la implicación. Las ciencias de la
explicación descansan en el modelo hipotético-deductivo y la prueba es el
elemento discriminatorio, mientras que todas las ciencias humanas incluidas las
Ciencias de la Educación aluden siempre a testimonios y no a pruebas . Tanto
si yo fuera psicólogo, profesor, educador, formador o sociólogo, mi material, el
material con el que trabajamos como profesionales o como investigadores, es
material de lenguaje. Son las representaciones de unos y otros las que nos
permiten explicar el por qué hablé hace un momento de la intersubjetividad,
cuando señalaba que no hay objetividad posible en este campo y, por lo tanto,
que hay un coeficiente de incertitud más grande.
Son en efecto dos paradigmas diferentes, dos modelos científicos distintos: las
ciencias de la implicación y las ciencias de la explicación. Esto no quiere decir
que no haya elementos comunes a nivel del espíritu científico, en particular el
más común y más fundamental es que en materia científica, todos los
enunciados que se producen deben ser justificados; es decir, que siempre hay
para el investigador en las ciencias de la explicación, como en las de la
implicación, la necesidad de dar cuenta. Yo no puedo conformarme con afirmar.
Es necesario que justifiqué para los otros investigadores, para la comunidad
científica, de dónde saco lo que estoy afirmando; sin embargo esa no es la
prueba. Si el testimonio es más frágil que la prueba, vamos a buscar una
corroboración de testimonios. Tendremos otros métodos y estaremos más cerca
de la perspectiva que podríamos decir, casi jugando con las palabras, de lo
sentido (resentido) que en la perspectiva de la prueba y de la demostración
lógica. Al mismo tiempo, estas ciencias que aparecen impuras, bastardas - las
Ciencias de la Educación- son probablemente las ciencias que alcanzan el más
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