Dr. William Soto Santiago 38
hablar, sino de: “EL PODER DE LA PALABRA.” Por-
que la Palabra es tan poderosa que trabaja como una es-
pada en el alma, en el espíritu, en los tuétanos, y en todo
lugar del ser humano.
5. Ahora, para que podamos entender y ver el poder de la
Palabra, vamos por unos momentitos a ver el poder de la
palabra que se habla. Fíjense, todo ser humano tiene algo
lo cual todavía no ha aquilatado, y es la palabra. El após-
tol Pablo dice que nadie puede ignorar la importancia del
hablar la palabra, porque todo lo que Dios hizo, todo tiene
voz.
6. O sea, que Dios no hizo nada así sin voz: la raza hu-
mana tiene voz, los animales tienen voz, aún los árboles
del campo tienen voz (aunque no los entendamos), y así
toda cosa que Dios hizo, dice el apóstol Pablo que Dios le
dio voz, que nada hay mudo. Que si hay algunos que han
tenido problemas, ya eso no es algo que pertenece a esa
Creación, sino que es un problema que ha tenido esa parte
de la Creación. Si hay alguno que sea mudo o que tenga
problemas para hablar, eso es algo que no es común, por-
que la mayoría de la raza humana habla; y así todo lo que
Dios creó tiene voz.
7. Aun, dice el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de
Dios, y la expansión denuncia, anuncia, la obra de Sus
manos.” [Salmo 19:1]. O sea, todo tiene voz para dar a
conocer Su Mensaje.
8. Y el ser humano tiene voz, tiene esa palabra. Y usted,
si no ha examinado bien la cosa tan grande que Dios le ha
dado a usted: examínela por un momento y usted notará
las grandes bendiciones que le trae cuando usted la usa
bien; y mire usted las grandes maldiciones, los grandes
problemas, que le trae cuando usted la usa mal.
Una Obra sobrenatural bajo condiciones naturales 107
años de vida. Así que eso vale más que todo el trabajo que
haya hecho una persona.
20. Le ha dado el oxígeno, le ha dado la luz, el agua, sin
pagar ni un solo centavo. Si le cancela el oxígeno, se mue-
re. Si le cancela la luz, no ve más en la Tierra nada de lo
que hay en la Tierra. Si le cancela el agua, se muere tam-
bién. Si le cancela el alimento, se muere también. O sea,
si le cancela todas esas bendiciones, esos dones que Dios
le dio (porque el ser humano cuando cayó allá en la caída,
perdió todos los derechos a toda su herencia), o sea, que
lo que ha estado recibiendo el ser humano, es por la mise-
ricordia de Dios.
21. Así que Dios puede decirme a mí, a Bermúdez, a Julio,
a Tirzo, a Barroyeta, a Neptalí, o a cualquiera de ustedes:
“La recompensa tuya ha sido los años de vida que tú has
vivido.” (Y ya Bermúdez tiene medio siglo y un poquito
más). Con todos los millones de dólares que pueda tener
un ser humano, no puede comprar medio siglo de vida
adicional a los que haya vivido. Pero si hemos estado tra-
bajando y continuamos trabajando en Su Obra en amor
divino, esté tranquilo, que recompensa tendremos allá en
el Cielo, en el Reino de Dios.
22. Ahora, vean ustedes, estamos hablando de la Obra del
Señor Jesucristo aquí en la Tierra, y estamos hablando de
la labor que llevamos a cabo en Su Obra. Y habíamos es-
cuchado a nuestro hermano Bermúdez que decía que en
un mensaje yo había estado hablando algo acerca de que
la Obra de Dios se debe ver como algo natural. Es por cau-
sa de que lo sobrenatural opera, se manifiesta, se lleva a
cabo, en condiciones naturales. Es una Obra sobrenatural
bajo condiciones naturales. Y por eso la Obra de Dios es
tan grande, porque es una Obra que bajo esas condiciones