Fresco del Juicio Final en el testero de la capilla Sixtina:
Es una visión apocalíptica sobre el destino de la humanidad,
presidida por Cristo juez, plena de tensión, dramatismo,
complejidad, llena de figuras de anatomías exageradas, en
posiciones retorcidas, con poderosísimos escorzos, llena de
potencia y movimiento, plenamente imbuida del espíritu
manierista.
Prescinde de la separación de las escenas mediante
arquitecturas y prácticamente de fondos y de perspectiva
matemática.
Muestra el gusto de Miguel Ángel por la exaltación del cuerpo
humano desnudo, representando a prácticamente todos sus
personajes desnudos, lo que no será del agrado del Concilio de
Trento.
La famosa terribilitá de Miguel Ángel se hace visible en todo el
conjunto, que desprende una enorme fuerza, movimiento y
sensación angustiosa.
El manierismo:
A partir del 2º tercio del siglo XVI, el clasicismo convive con el Manierismo. Los ideales de serenidad,
equilibrio, orden y armonía habían sido llevados a su máxima cima artística por personajes como Rafael,
Leonardo y Miguel Ángel y, tras ellos, a los artistas solo les quedan dos opciones: la aburrida repetición
de los hallazgos de las grandes figuras anteriores o la búsqueda de nuevos caminos expresivos acordes
con la nueva sensibilidad de la época.
Ya el último Rafael y Miguel Ángel comienzan a romper con ideales y las normas tenidas como clásicas y
abren y abren nuevas posibilidades expresivas.
Los artistas manieristas, buenos conocedores del lenguaje clásico, desean explorar nuevas formas
expresivas, empleándolo de un modo diferente y rompiendo consciente y racionalmente con los ideales
clásicos, buscando una expresión artística novedosa, refinada, que fuerce al máximo el lenguaje clásico y
conduzca a propuestas novedosas y experimentales e, incluso, extravagantes.
Es una pintura muy intelectualizada, que conscientemente busca apartarse de los valores tenidos hasta
el momento como perfectos, creando un estilo innovador, una maniera, que sea reconocible y que
muestre la capacidad de estos artistas intelectuales de superar con su arte a la naturaleza.
El arte deja de inspirarse directamente en la naturaleza y buscan un arte más intelectual, inspirándose en
artistas anteriores, como Miguel Ángel o Rafael, o nuevas visiones subjetivas, personales, virtuosistas,
intelectuales…
De ahí que el manierismo no sea un estilo único, sino diferentes artistas individuales, cada uno con su
estilo, muchas veces de carácter contradictorio y paradójico.
En general, el manierismo supone una ruptura con los valores de equilibrio, perfección, armonía, unidad
y serenidad propios del clasicismo.
Se busca más la originalidad, la sorpresa, la tensión, el desequilibrio, la ruptura y la individualidad, que la
perfección clásica basada en la armonía, la claridad, la proporción y el equilibrio.
Es un arte refinado, intelectual, en ocasiones rebuscado, artificioso y de carácter elitista, que trata de
sorprender.
El cuerpo humano se aborda desde una perspectiva intelectual y no naturalista, a veces con distorsiones
conscientes, alejándose de los cánones de belleza tradicionales, alargando figuras, exagerando
musculaturas…